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COLOSIO EL ASESINATO

Este evento ocurrido el 23 de marzo de 1994 fue un acontecimiento que


ha dejado huellas para todos los mexicanos que vivieron esa época y que
ha trascendido después de 18 años.

En esa época las campañas por la presidencia de la República estaban en


pleno auge y como se esperaba, el entonces presidente Carlos Salinas de
Gortari había elegido como su sucesor al entonces secretario de
Desarrollos Social, Luis Donaldo Colosio, quien antes ya había sido
dirigente nacional del partido.

Colosio contendía contra Diego Fernández de Cevallos del PAN y


Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano del PRD.

Fueron tiempos de constantes críticas al sistema de gobierno que llevaba


entonces 65 años. Además, el primero de enero de ese año se levantó en
armas el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), movimiento
armado originado desde Chiapas que pretendía reivindicar los derechos
de los pueblos indígenas y abatir su marginación.

Ante esto, el candidato priista decidió romper con el discurso de


continuidad, y hablar de manera más cercana sobre las preocupaciones
de la gente.

El político comenzó a hablar de temas y diagnósticos poco favorables a


su partido los cuales resultó incómodo para algunos sectores del PRI que
sentían amenazados sus intereses, y los medios destacaban que parecía
un tercer opositor al gobierno del presidente Salinas de Gortari.

El punto mas crítico de su campaña ocurrió el 6 de marzo de 1994,


cuando dio un discurso que trascendió por su tono renovador,
pronunciado durante la celebración del 65° aniversario del Partido
Revolucionario Institucional, en el Monumento a la Revolución de la
capital del país.
Luis Donaldo Colosio Murrieta dijo que el pueblo de México estaba
sumido en el agravio y la desigualdad, lo que para muchos fue el inicio de
su sentencia de muerte, sin que esa hipótesis se haya podido comprobar.

El dijo que veía a un México que no puede esperar más a las exigencias
de justicia, de dignidad y de progreso; de comunidades que están
dispuestos a creer, a participar, a construir nuevos horizontes; un
México con hambre y con sed de justicia. De gente agraviada por las
distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De
personas afligidas por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las
oficinas gubernamentales”.

Este gran discurso se entendió que los responsables de las malas


condiciones del país fueron causados por la políticas del gobierno del cual
provenía su partido.

El candidato colosio visitó el estado de Baja California con el fin de


realizar actos proselitismos y dado que le gustaba hacer actos donde
realizara intercambios directos con la gente se eligió entre los lugares a
visitar a la comunidad de Lomas Taurinas; lugar con un alto índice de
marginalidad y donde las necesidades se daba al por mayor.

El candidato presidencial relazó un mitin y al terminar su discurso


intentó atravesar a pie en medio de una multitud que se aglutinaba en la
angosta calle para llegar hasta su vehículo.

Su dispositivo de seguridad no fue lo mas eficaz ya que entre empujones


de la gente, y el ruido de las personas, salio entre la multitud un brazo
empuñando una pistola, para colocar un balazo en la cabeza del candidato
y disparar a quemarropa. Mientras Luis Donaldo Colosio caía abatido, se
escuchó otro disparo, que le impactó en el costado.

El candidato fue trasladado a una clínica de salud cercana, mientras


agentes de seguridad vestidos de civil aprehendieron al principal
sospechoso y lo presentaron ante las autoridades.
La especulación y las sospechas se encendieron como reguero de pólvora.
La sociedad y los medios no reconocían al sospechoso. Decían que el que
se había aprehendido había sido uno y el presentado en televisión, limpio,
afeitado y con pelo corto era otro, y que en todo caso ese hombre sólo
era el autor material, exigiendo una investigación que llegara hasta el
autor intelectual de alto nivel.

En la noche del mismo 23 de marzo, los médicos que atendieron a Luis


Donaldo Colosio informaron de su muerte. El magnicidio que marcaría el
panorama político del país había ocurrido.

A Colosio lo sucedería Ernesto Zedillo Ponce de León, quien fungiera


como su coordinador de campaña, y que al final ganó la presidencia para
el periodo 1994-2000.

Cuatro fiscales especiales se comprometieron, durante varios años, a


llegar a la verdad del asunto, pero la única hipótesis que pudieron
sostener fue la del asesino solitario; la versión que la sociedad no aceptó
creer debido a la desconfianza del los grupos del gobierno que siempre
se han actuado en un entorno de intereses propios, corrupción y
desinformación

Mucho se ha especulado sobre los posibles móviles que dieron origen a


esta tragedia nacional; desde la actuación personal de un sola persona,
intereses de grupos radicales con diferencias opuestas al partido que
representaba, hasta intereses de su mismo partido resultado de ajuste
de cuentas por cuestiones de desobediencia del mismo presidente de la
república

De todos es bien sabido que las políticas con las que se manejaba el
partido del Gobierno eran dirigidas desde la presidencia de la republica,
dado que los intereses siempre fueron muy marcados a favor de los que
tenían el poder del país y no podían darse el lujo de que un candidato el
cual ya era muy posible su elección a la presidencia, no cumpliera o ni
diera el perfil para seguir dando continuidad a todos esos proyectos
malintencionados y de que solo se beneficiarían los que tenían el manejo
del país, sin importar el bienestar del pueblo como entonces ha sucedido
y hasta la fecha lo sigue siendo.

La verdad nunca se va a saber, por que si bien existen diversas hipótesis


y teorías sobre los posibles involucrados y autores intelectuales de este
asesinato, también existieron y siempre existirán intereses mayores los
cuales son manejados por los grupos del poder que tienen secuestrado al
país.

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