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La Prescripción Penal en Tiempos de Cuarentena - Enfoque Derecho - El Portal de Actualidad Jurídica de THEMIS
La Prescripción Penal en Tiempos de Cuarentena - Enfoque Derecho - El Portal de Actualidad Jurídica de THEMIS
Por Pamela Morales, abogada por la PUCP y asociada de Hernández & Cía. Abogados
Por plazo procesal se entiende el tiempo máximo que el Código Procesal Penal (CPP) o las
leyes de la materia le otorgan a las partes, para que puedan realizar determinada actividad
procesal o ejercer alguna facultad establecida a su favor. Por ejemplo, los 10 días que se
otorgan para interponer un recurso de casación (art. 414 CPP), 3 días para apelar el auto
de prisión preventiva (art. 278 CPP), 5 días para designar perito de parte (art. 177° CPP), 5
días para designar un apoderado judicial cuando la persona jurídica es incorporada al
proceso (art. 92° CPP), entre otros.
Por regla general, los plazos empiezan a computarse desde el día siguiente hábil de la
última notificación (art. 143° CPP). No obstante, debido al Estado de Emergencia, los
28 días de cuarentena (del 16 de marzo al 12 de abril) no serán contabilizados
para efectos de ningún plazo procesal. Recién a partir del lunes 13 de abril de 2020, se
reanudarán los plazos que hubiesen empezado a computarse antes del aislamiento social
obligatorio o se empezarán a computarse, en los casos en los que la notificación hubiese
llegado el último día hábil antes de la cuarentena.
Ahora bien, la diferencia entre uno y otro escenario -es decir, uno en el cual la autoridad
competente se encuentre habilitada para emitir un pronunciamiento final y uno en el que
no-, puede cambiar en un día. Por ejemplo, si estamos ante un hurto simple (art. 185 CP),
el plazo ordinario de prescripción es de tres años, porque es la pena máxima establecida
para ese delito. En este caso, el Estado tiene exactamente ese lapso para iniciar la
investigación destinada a determinar si la persona investigada debe o no responder
penalmente por tales hechos. A los 3 años y un día, opera la prescripción y, por tanto, se
extingue toda posibilidad de determinar, mediante sentencia firme, la responsabilidad del
presunto autor.
En atención a lo anterior, resulta imprescindible tener claro cuáles son las reglas respecto al
cómputo de los plazos de prescripción en materia penal, con la finalidad de evitar
situaciones de impunidad o de exceso. Es importante saber qué días suman al
cómputo del plazo de prescripción y cuáles no, sobre todo ante las medidas adoptadas
por la reciente declaratoria del Estado de Emergencia.
Este análisis es necesario porque, al menos en materia penal, no existe una regla similar a
la que establece el numeral 8 del artículo 1994 del Código Civil (CC), que suspende la
prescripción mientras sea imposible reclamar el derecho ante un tribunal peruano. Con esta
disposición, no cabe duda que los días en los que no opere ninguna de las entidades del
sistema de administración de justicia, debido a la cuarentena, no serán tomados en
consideración para los plazos de prescripción civil. No obstante, para efectos de la
prescripción penal, el panorama no es del todo claro.
El Código Penal regula dos escenarios en los cuales el plazo de prescripción deja de
computarse: la interrupción y la suspensión. A continuación, analizaremos cada uno de
ellos, con la finalidad de determinar si el estado de emergencia genera alguno de dichos
supuestos.
En el caso de la comisión de un nuevo delito doloso, se trata de una regla que apareció en
la Edad Media y se sustentó en la presunta enmienda del delincuente[12]. Como en dicha
época se consideraba que el fundamento de la prescripción era la esperanza del
arrepentimiento del culpable y la presunción de su corrección[13], la comisión de nuevos
delitos hacía inviable amparar con la prescripción al culpable, cuya enmienda quedaba
desmentida[14]. Esta regla estuvo presente desde el primer Código Penal peruano,
promulgado en 1863 (art. 97), y se mantuvo hasta la actualidad, a pesar de que las
razones que justifican la prescripción cambiaron sustancialmente[15].
prescripción ante dicho supuesto, que consiste en otorgarle mayor plazo a las autoridades
para que investiguen el hecho penalmente relevante. Menos aún guarda relación con el
segundo supuesto, referido a la comisión de nuevo delito doloso.
Queda descartado, entonces, que la inoperatividad del Poder Judicial, así como de las
demás instituciones encargadas de la persecución del delito, generen la interrupción de los
plazos de prescripción de la acción penal. Corresponde ahora analizar si la situación
generada por el estado de emergencia puede ser considerada o no una causal de
suspensión.
Hasta este punto, todos los supuestos mencionados cumplen con los términos fijados por el
artículo 84 del CP, es decir, que la prescripción se suspende cuando el comienzo o la
continuación del proceso penal depende de cualquier cuestión que deba resolverse en otro
procedimiento. Sin embargo, hay dos escenarios adicionales que no cumplen con lo
señalado por dicho precepto.
En el caso material del recurso antes citado, la huelga se extendió por un total de 5 meses
y 5 días. Este lapso no fue tomado en consideración para efectos del cómputo del plazo de
la prescripción de la acción penal. Con este pronunciamiento, la Corte Suprema reconoció
que la prescripción se suspende no solo cuando la continuación del proceso depende de
cuestiones que deban resolverse en otro procedimiento -como establece el artículo 84 del
CP-, sino también en los supuestos en los cuales el proceso no puede continuar debido a
que no es posible realizar actividad procesal alguna.
El aislamiento social obligatorio como parte como parte de las medidas adoptadas por el
gobierno se aplica a todos los ciudadanos por igual; por ello, no solo se restringe el normal
desenvolvimiento de las actividades privadas, sino también las públicas. En estos
momentos, ninguna entidad pública realiza sus actividades con total normalidad. Esto
significa que todo el sistema de administración de justicia -y no solo el Poder Judicial- se
encuentra paralizado.
Si el Estado no cumple con dicha obligación, se corre el riesgo de que el derecho penal deje
de ser un mecanismo idóneo para mantener la paz social, lo cual podría generar que
quienes renunciaron al poder de castigar lo reclamen de vuelta. En palabras de Jescheck,
“tan pronto como el Derecho penal no pueda garantizar más la seguridad y el orden, existe
el peligro de que los ciudadanos se tomen la justicia por su propia mano y de que los
fuertes se impongan a los débiles sin consideración alguna”[31].
Conclusión
[1] Esta medida se estableció mediante Decreto Supremo N° 044-2020-PCM y luego fue
precisada mediante Decreto Supremo N° 046-2020-PCM.
[3] MEINI, Iván. Sobre la prescripción de la acción penal. En: MEINI, Iván. Imputación y
responsabilidad penal. Ensayos de Derecho Penal. Lima: Ara Editores, 2009, p. 280.
[4] Primera Sala Penal Especial de la Corte Superior de Justicia de Lima (C.II-19.a).
Resolución N° 27, de fecha 9 de mayo de 2006. Incidente 01-2006- “C”. Fundamento
jurídico 3.
[5] Albán Cornejo y otros vs. Ecuador, Sentencia de 22 de noviembre de 2007 (Fondo,
Reparaciones y Costas), párrafo 111.
[12] VERA, Oscar. La prescripción penal en el Código Penal. Buenos Aires: Bibliográfica
Argentina, 1960, p. 7.
[14] VITERBO, José. Exposición comentada y comparada del Código Penal del Perú de
1863. Tomo I. Lima: Librería e imprenta Gil, 1900, p. 542.
[15] Para más detalle sobre la regulación de la prescripción en el Derecho penal peruano
revisar: MORALES, Pamela. El paso del tiempo en el Derecho penal: ¿por qué prescriben los
delitos?. Tesis para optar por el título de abogada. Lima: Pontificia Universidad Católica del
Perú, 2018.
http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/20.500.12404/12247/MORALES_NAK
ANDAKARI_EL_PASO_DEL_TIEMPO_EN_EL_DERECHO_PENAL.pdf?
sequence=1&isAllowed=y
[17] Si bien el apartado 1.2 del párrafo § 78b del StBG señala, de manera general, que la
prescripción se suspende mientras la persecución del delito no ha comenzado o no se ha
podido continuar, en los apartados 1.1, 2, 3 y 4 se establecen supuestos específicos que
generan la suspensión del plazo de prescripción. Por ejemplo, hasta que la víctima cumpla
18 años en los delitos de abuso sexual de menor; cuando se impide la persecución porque
el autor es miembro del Parlamento Federal o de un órgano legislativo de un Estado
Federado; cuando se ha emitido una sentencia de primera instancia antes del vencimiento
del plazo de prescripción, entre otros.
[22] En el proceso penal seguido contra Alberto Fujimori por peculado doloso y falsedad
ideológica (causa número AV–23–2001), la Sala Penal Especial declaró la suspensión del
plazo de prescripción de la acción penal desde la fecha de publicación de la Resolución
Suprema N° 270–2005–JUS, que aprobó la solicitud de extradición a la República de Chile.
La resolución fue impugnada por la defensa del exmandatario, pero la Primera Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema, mediante Ejecutoria del 12 de marzo de 2009, desestimó
el recurso y declaró no haber nulidad en la resolución.
[23] El artículo 1 de la Ley N° 26641, “Ley que precisan para el caso de los contumaces, la
aplicación y el momento en que opera el principio jurisdiccional de no ser condenado en
ausencia”, establece que en los casos de contumacia se suspende el plazo de prescripción
desde que existen evidencias irrefutables que el acusado rehúye de proceso hasta que el
mismo se ponga a derecho. No obstante, mediante Recurso de Nulidad N° 1835-2015-
LIMA, la Corte Suprema señaló que el plazo de suspensión de la prescripción por
contumacia no puede exceder los seis años.
Autor Invitado
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