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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS


ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

ALUMNOS:

• Sánchez Ruestas, Linda

• Santisteban zapata, Leonela

• Solis Santillán, Stefany

• Soto Avalos, Carlos

• Soto Vargas, Walter

• Torres Alburqueque, María

• Tume Juárez, Karoline

DOCENTE:

Zoila Viteri Vargas

ASIGNATURA:

Ética y Valores

Perú- 2022
INTRODUCCIÓN

En una profesión organizada, es imprescindible formular y aceptar libre y


voluntariamente, normas éticas que tengan como efecto la regulación de la actividad
profesional en todos los campos que esta abarca.

A pesar que las obligaciones éticas básicas son constantes, su cumplimiento


puede variar por las necesidades siempre cambiantes de una sociedad compuesta de
seres humanos libres.

Surge pues, la necesidad de precisar dichas normas y también de contar con


organismos que aseguren su cumplimiento y puedan eventualmente determinar
sanciones en caso de faltas a las mismas.

En torno a toda esta problemática, es que surgen precisamente los códigos


deontológicos, los cuales reglamentan de manera estricta los deberes de los miembros
de una profesión. En el caso concreto del ejercicio de la abogacía, existe por parte de
los colegios profesionales de abogados, reglamentación acerca del proceder correcto
de estos profesionales, donde se requiere su estricto cumplimiento civil, y en algunos
casos, penal.

Estos principios brindan contenidos y vigencia practica a la Deontología Jurídica,


desde su eminente carácter preventivo, el cual algunas veces se muestra vulnerado por
actuaciones indebidas de los abogados y surge, irremediablemente, la posibilidad
extrema de imponer sanciones disciplinarias a estos.

En base a estas razones, hemos elaborado este trabajo monográfico el cual está
comprendido en un primer capítulo, por la definición, funciones, importancia y
beneficios de los códigos deontológicos, en el segundo capítulo, desarrollamos
específicamente el código deontológico del abogado, la naturaleza de este y las
características de las normas deontológicas, además de señalar las diferencias entre la
ética profesional y la deontología. Finalmente, en el tercer capítulo comprendemos cual
es el proceso y cuáles son las bases para la elaboración final de estos códigos
deontológicos.
CÓDIGO DEONTOLÓGICO

CAPÍTULO I:

DEFINICIÓN:

El código ético o deontológico es el conjunto de principios de conducta, derechos,


deberes y normas profesionales emanadas de los propios profesionales o de una
empresa u organización determinada, cuyo cumplimiento se asume voluntariamente.
Por otro lado, es el conjunto de creencias y valores que una organización profesional
considera válidos, y representan una forma de entender la profesión y una orientación
sobre el modo de practicarla. Disponer de un código ético es uno de los símbolos que
distingue a un determinado trabajo como profesión, y es el modo en que los
profesionales de un sector económico reconocen el servicio social que cumplen y la
manera de asumir su responsabilidad frente a ello.

El código que rige la actividad profesional de los profesionales de la Abogacía, está


en vigor desde el 2001 y ha sufrido algunas modificaciones desde entonces. Su código
deontológico es un factor a tener en cuenta para estudiar Derecho.

Incluye las disposiciones de la Unión Europea para el ejercicio transfronterizo de la


profesión.

Un buen profesional de la Abogacía debe cumplir a cabalidad el Código


Deontológico de su profesión.

ORIGEN E HISTORIA DEL CÓDIGO DEONTOLÓGICO.


El uso de estos documentos como salvaguarda de la dignidad profesional se remonta
ya a la Antigua Grecia con la creación el Código Hipocrático recogido en el Corpus
Hippocraticum de Hipócrates . Sin embargo, durante el siglo XX, el número de códigos
deontológicos se ha multiplicado exponencialmente hasta alcanzar lo que algunos
consideran “la moda de los códigos” .

A lo largo del siglo XX, el código deontológico se ha aplicado a diversas disciplinas.


Observamos así definiciones como «La Deontología médica es el conjunto de
principios y reglas éticas que han de inspirar y guiar la conducta profesional del
médico» . Igualmente, y a título de ejemplo, existe una Ley Orgánica del Estado
Español que protege los aspectos deontológicos en disciplinas como el periodismo y
códigos deontológicos comunes para profesionales de un mismo oficio, como el Código
Deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas en España, que en su
Preámbulo estipula: «El Periodista actuará siempre manteniendo los principios de
profesionalidad y ética contenidos en el presente Código Deontológico,… » [.

Del mismo modo, la interpretación requiere el establecimiento de un código


deontológico que pueda servir de guía para el intérprete profesional. Así, encontramos
códigos en España como el de la AICE, que hace referencia al mismo como aquel
documento que «establece normas de integridad, profesionalidad y confidencialidad
que deberán observar los miembros de AICE durante el desempeño de su trabajo» , y
también códigos de asociaciones internacionales como el de la AIIC, en cuyo primer
artículo se estipula lo siguiente: «Este Código Deontológico […] establece las normas
de integridad, profesionalidad y confidencialidad que todos los miembros de la
Asociación deberán respetar en su trabajo como intérpretes de conferencias» .

A partir de estas referencias, podemos abstraer que el código deontológico,


independientemente de la profesión a la que haga referencia, es un conjunto de
normas que establece unas pautas de comportamiento dirigido a un colectivo con el fin
de guiar y regular su ejercicio profesional desde una perspectiva ética y llevar a la
profesión a los niveles más altos de dignidad y prestigio social. .

Los códigos deontológicos para intérpretes en la actualidad se centran en diversos


aspectos esenciales para el ejercicio satisfactorio de la profesión. Tomemos como
ejemplo tres códigos distintos de tres ámbitos diferentes: el código de la AIIC, en el
ámbito de interpretación de conferencias, el de NAJIT, en el ámbito de intérpretes
judiciales, y el del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, para hacer
referencia a los tribunales internacionales.

En estos tres códigos se recogen los valores principales de la interpretación


profesional, entre los cuales destacamos algunos que nos servirán de base en la
comparación del capítulo 5 de este estudio: confidencialidad, precisión, fidelidad e
imparcialidad, entre otros. .

FUNCIONES.

• El reconocimiento público de la dimensión Ética de una profesión o actividad


por parte de los mismos que la llevan a cabo. Frente a una concepción
meramente tecnicista o de rentabilidad de lo que es ser un buen profesional,
con la aprobación de códigos se intenta revalorar la profesión por su
dimensión moral y al profesional por la ejemplaridad Ética en su trabajo.

En este sentido, los códigos también sirven de tarjeta de presentación del


grupo de profesionales frente a su cliente para que este lo identifique.

• En el caso del periodismo, existe la tendencia a entender por profesionalidad


el dominio de técnicas y herramientas, aparejado a la rentabilidad y al éxito,
sin tener en cuenta el cultivo de las virtudes profesionales. Por la rutina del
trabajo diario siempre está el riesgo de deshumanizar el trabajo. Esto es
bastante peligroso teniendo en cuenta la dimensión eminentemente
humanista de algunas profesiones como la abogacía, la psicología, la
educación, el periodismo, que actúan directamente sobre la vida de las
personas y sobre asuntos muy delicados de las mismas.

• Especificar los contenidos morales concretos de una profesión, es decir, las


normas y obligaciones que tienen que guiarla. Esta labor prescriptiva de los
códigos tiene varios objetivos.

Por un lado, conocer los aspectos éticos de la profesión permite a los


profesionales tener un punto de referencia para los problemas que se le
presentan. Por otro lado, la existencia de códigos combate el relativismo y el
subjetivismo pues exigen consensuar un marco común ético de valores,
principios y normas a partir de los cuales dialogar y discutir.

Por último, los códigos van acumulando e incorporando contenidos y


problemas éticos a medida que se van actualizando y de esta manera van
constituyendo un acervo o patrimonio moral de la profesión, reflejando el
progreso ético de la misma.

En este sentido, los códigos tienen la virtualidad de ir construyendo una


sensibilidad hacia los valores éticos y profesionales, sobre los cuales ir
formando la conciencia moral personal. Sin esta educación de la conciencia
moral carecen de sentido y de eficacia los códigos y la Ética profesional sería
algo puramente teórico. Aquí radica la gran importancia de los códigos y es
que «recuerdan, orientan y disponen» al profesional a ir formándose esa
verdadera personalidad Ética, ese ethos profesional con el que no nacemos y
que hay que irse apropiando con el ejercicio de actos y hábitos virtuosos.
• La existencia de códigos en una profesión ayuda a una persona a defenderse
mejor de las presiones externas, es decir, de la presión de los intereses o
bienes extrínsecos que ya hemos mencionado (dinero, poder, prestigio,
estatus) y a la profesión en sí a hacerse valer y respetar frente a los
condicionantes externos.

• Compromiso de una profesión de llevar a cabo su misión de una forma moral


y digna. La formulación y adopción de códigos implica reconocer que una
profesión debe mejorar y estar en continua vigilancia sobre las prácticas
éticas de sus actividades. Por ello, «comprometerse a trabajar de acuerdo
con un código de Ética es la señal más evidente de la reivindicación de un
estatus social mejor por parte del profesional».

• Espíritu de servicio. Los códigos deontológicos no pueden servir para


reforzar un espíritu gremial entendido como defensa de unos privilegios de
clase, o como incremento del poder de las agrupaciones profesionales. La
motivación de los códigos deontológicos tiene que ser hacerse mejores
profesionales para servir mejor a la sociedad, es decir, potenciar el espíritu
de servicio.

La gran beneficiaria de los códigos es, por tanto, la sociedad, que gracias a
ellos puede conocer qué puede esperar y exigir de los profesionales. Y eso
se hace especialmente importante en profesiones donde no hay una relación
directa profesional-cliente, como es la del periodista, que se dirige a
audiencias de miles de personas, o en la de administrador o economista, que
trabajan para instituciones públicas o privadas. En dichas profesiones el
público o el cliente está muchas veces desasistido.

Por último, cabe mencionar que contar con un código deontológico evita que
el control ético se haga desde fuera, y permite discriminar entre los buenos
profesionales y los que solo buscan sus intereses personales.

IMPORTANCIA DEL CÓDIGO DEONTOLÓGICO DEL ABOGADO

La importancia del Código Deontológico del Abogado es la de regular las


relaciones entre los abogados con los tribunales, autoridades, colegas y efectivamente
con sus clientes, ya que debe presentar un comportamiento integral mediante el
estudio y el seguimiento de las normas morales, ya que al abogado se le denomina un
ente impulsador del cambio en la sociedad.

Siendo el objetivo, el cultivar la convivencia social con los hombres, cumpliendo


sus deberes con la sociedad.

BENEFICIOS

• Garantiza la máxima protección tanto a él, como a sus clientes: Esto quiere
decir, que, guiándose del código, él hace primar el respeto hacia él y viceversa
con su patrocinado.

• Prevención: Previene o minimiza que en las situaciones que se den se generen


conflictos o que se salga de control.

• Garantía: Garantiza la igualdad ante colegas, autoridades, tribunales y clientes.

• Imparcialidad: Contribuye a que se actúe de forma imparcial, al ofrecernos


normas e imponernos el correcto comportamiento del abogado con los otros que
se encuentren inmersos en éste-

• Guía: Cualquier tema que genere desacuerdo, el código nos ayudará a poder
consensuar cualquier tipo de incidencia.

• Respaldo: A quienes actúan de manera ética, el código los respaldará y ayudará


impedir injusticias.
CAPITULO II:

El concepto y el ámbito de la Deontología

Etimológicamente Deontología significa: todéon (griego): lo conveniente, lo debido;


logía (griego): conocimiento, estudio.

La Deontología es el estudio o la ciencia de lo debido, de los deberes. Si hablamos de


Deontología profesional, sería el estudio de los deberes de cada profesión.

Término acuñado el filósofo inglés Jeremy Bentham (1748-1832), considerado como el


padre de la filosofía utilitarista inglesa, en su obra Deontología o Ciencia de la Moral.
según Juan Roger Rodríguez Ruiz, aunque otro le atribuyen a Emanuel Kant

• Postura de Jeremy Bentham:

Estudio de aquellas acciones que no están sometidas al control de la


legislación pública. Separa el ámbito moral, donde se insertan los deberes
deontológicos, del ámbito legal o jurídico, donde se insertan las leyes y normas
jurídicas. Por ello la Deontología o deberes de una profesión se recogen en los
códigos éticos o deontológicos.

• Intención de la deontología:

• La intención de los códigos deontológicos de cada profesión es explicitar la


dimensión estrictamente moral de una profesión, aquellos comportamientos
exigibles a unos profesionales.

• Independientemente de que estén o no recogidos en las normas jurídicas.

• Deontología significa, por tanto, la Ética de los deberes prácticos, basados en la


acción libre de la persona y en su conciencia moral, y no en la reglamentación
jurídica.

NATURALEZA:

En dichos textos, los profesionales recogen lo que la sociedad les exige, por lo tanto,
es un medio de comunicación entre los profesionales y la sociedad.

Los colegios profesionales al formular los códigos deontológicos intentan establecer un


control de calidad sobre la práctica de su profesión.

La Deontología, con sus normas éticas, es capaz de establecer las exigencias éticas
mínimas que deben aplicar y exigirse todos los profesionales, independientemente de
sus entornos culturales y circunstancias

Conclusión: El código deontológico del abogado no se encuentra escrito como lo está


el código de ética, el código deontológico se basa en las exigencias éticas y morales
mínimas que deben tener todos los profesionales al momento de ejercer, en el caso de
nosotros los futuros abogados, tenemos que seguir las reglas éticas establecidas por la
sociedad.
CARACTERÍSTICAS DE LAS NORMAS DEONTOLÓGICAS

• Autorregulación:

La exigencia de la autorregulación tiene que ver con el principio de autonomía


colegial que coincide con el principio de legalidad; los profesionales son creadores,
sujetos y objetos de las normas deontológicas de su profesión correspondiente.

Los profesionales tienen la responsabilidad permanente de autorregularse. La


función autorreguladora implica una constante actividad crítica y evaluadora. Es
necesario que el público sepa de la existencia del sistema efectivo y responsable de
autorregulación, y que adquiera confianza en él como recurso justo, honesto y objetivo
para dirimir los conflictos relativos al ejercicio profesional y a la atención recibida por los
clientes o pacientes.

• Legalidad:

Exigencia de constancia en un texto identificado como normas deontológicas. La


STC 93/92 señala que, en respeto del principio de legalidad, es conveniente que las
normas deontológicas aparezcan no dispersas, sino ordenadas en un sistema que
ofrezca, a todos, seguridad jurídica, sistema al que ha de darse publicidad suficiente
para que todos puedan conocerlas.

La jurisprudencia del Constitucional presta a las normas deontológicas un fuerte


respaldo de legalidad. En la STC 219/89 se afirma que las normas deontológicas no
son un catálogo de deberes morales, sino que tienen consecuencias de tipo
disciplinario; que establecen una serie de deberes de obligado cumplimiento, por lo que
no pueden reducirse a consejos acerca de un comportamiento deseable; y que, tanto
en la tradición colegial como en la doctrina jurisprudencial del Tribunal Supremo, han
sido sancionadas y tienen cualidad de ley para los colegiados, ley de obligado
cumplimiento.

• Tipicidad:

El principio de tipicidad se refiere a la ineludible necesidad de la predeterminación


normativa de las conductas ilícitas y sanciones correspondientes.

El TS ha admitido la flexibilización del principio de tipicidad en la materia


sancionadora en relación a los colegios profesionales, al afirmar: “La utilización de
conceptos jurídicos indeterminados es constitucionalmente lícita en materia
sancionadora cuando su concreción es razonablemente factible en virtud de criterios
lógicos, técnicos, o de experiencia que permitan ver con suficiente seguridad, la
naturaleza o características esenciales de las conductas constitutivas de la infracción
tipificada; así como la flexibilidad en la tipificación de las infracciones y en la
determinación de la sanción correspondiente, especialmente en el ámbito de la
supremacía especial, que caracteriza el derecho administrativo sancionador, sin que
implique en ningún caso discrecionalidad”.

• Publicidad:

La adecuada publicación de las distintas normas adoptadas por el colegio, en


término que garantice su conocimiento, su autenticidad y su constancia, y que además
permita la impugnación en un proceso declarativo acerca de su validez, deviene en un
requisito imprescindible para hacer posible que su cumplimiento resulte sometido a
sanciones conformes al artículo 25.1 de la Constitución Española. No obstante, como
ya se ha comentado anteriormente, la publicidad no necesariamente ha de ser en el
BOE.

A pesar de que no sea necesaria la publicidad en un diario oficial, la eficaz difusión


de las normas deontológicas y el aseguramiento de su completo conocimiento por los
miembros de la corporación constituyen un presupuesto inevitable para su correcta
aplicación. En virtud del carácter esencialmente preventivo y didáctico de las normas
deontológicas, es necesario que sean conocidas por todos sus destinatarios:
profesionales, clientes, y potenciales clientes; es decir, es necesario un conocimiento
general accesible. Además, los colegiados tienen la obligación de procurar su
conocimiento y difusión. Para ello, sería deseable que el colegio también procurara a
los colegiados la formación en deontología. El profesional debe conocer su código
deontológico, el cual, además, no es estático, va evolucionando y adaptándose a la
realidad social.
CAPITULO III:

PROCESO PARA LA ELABORACION DE UN CODIGO DEONTOLOGICO:

• Primera fase: Análisis profundo de la realidad de la organización y su entorno.

• Segunda fase: Redacción de una primera propuesta para discutirla con


profesionales de prestigio y los órganos de gobierno del colectivo profesional.

• Tercera fase: Redacción definitiva del código.

Pautas básicas:

• Los colegios profesionales deben de realizar una codificación, una ordenación


de normas, y evitar la dispersión.

• Además, modernizar las normas deontológicas y modificar estatutos y


reglamentos que el tiempo ha sobrepasado.

• Asimismo, establecer buenos principios generales, pero también introducir


casuística, reflejando la realidad profesional, la praxis profesional.

• Proceder a revisiones continuas, para adecuar las normas a la realidad.

• Sobre todo, dotarlas de suficiente publicidad.

Asimismo, se estima conveniente que los códigos deontológicos deberían contener:

• La formación continuada y el respeto al medio ambiente

• El avance de las nuevas tecnologías.

• Los aspectos éticos de las consecuencias de los avances científicos.

• Las Sociedades Profesionales.

• La función social y el interés general de la profesión.


BASES PARA LA ELABORACIÓN DE UN CÓDIGO DEONTOLÓGICO

Según, “Los colegios profesionales tienen la función principal de ordenar la


actividad profesional de los colegidos, velando por la ética y, sobre todo, por la dignidad
profesional y el debido respeto a los derechos de todos los particulares” (p. 36).

Para ejercer esta función, los colegios están dotados de la potestad normativa y de
la potestad sancionadora:

• La potestad normativa: Consiste en la elaboración de unas normas


deontológicas o código deontológico que el Tribunal Supremo califica como
normas auténticas y determinan, en este caso, obligaciones de necesario
cumplimiento por los colegiados.

• La potestad sancionadora: Si las normas de deontología se incumplen, se activa


el mecanismo de las facultades disciplinarias. Dicho régimen disciplinario se
encuentra en los Estatutos generales que deben elaborar los colegios, y que
serán sometidos a la aprobación del Gobierno a través del Ministerio
competente.

Además, la finalidad esencial de las normas contenidas en los códigos


deontológicos no es punitiva, es decir, que se tiene que castigar conductas contrarias
con su contenido, sino preventiva, en el sentido de mostrar directrices de conducta que
acerquen al profesional al concepto de excelencia que el colegio tutela, y de ejercicio
de la función social que las profesiones tienen encomendada.

Las características de las normas deontológicas son:

• Autorregulación.

• Legalidad.

• Tipicidad.

• Publicidad.

CONCLUSIONES

• La deontología es uno de los fundamentos de la existencia misma de los


colegios profesionales, pues es el instrumento del que se sirven para procurar la
excelencia profesional, controlar y sobre todo evitar malas prácticas por parte de
los profesionales.
• Esta excelencia profesional supone una garantía para el colegiado, es decir, la
escuela profesional a la cual pertenece; los usuarios: y sobre todo para la
sociedad en general.
• Para elaborar un código deontológico se deben seguir tres etapas, en primer
lugar, se trataría de hacer un análisis profundo de la realidad de la organización
y su entorno, en segundo lugar, se debe redactar una primera propuesta para
discutirla con profesionales de prestigio y los órganos de gobierno del colectivo
profesional, en tercer lugar, ya redactar de manera definitiva el código
deontológico.
• El código deontológico es un documento que recoge un conjunto de criterios,
normas y valores que formulan y asumen quienes llevan a cabo una actividad
profesional y sobre todo se ocupan de los aspectos más sustanciales y
fundamentales del ejercicio de la profesión.
• Las normas de deontología profesional aprobadas por los colegios profesionales
no constituyen simples tratados de deberes morales sin consecuencias en el
orden disciplinario, sino son normas que determinan obligaciones de necesario
cumplimiento por los colegiados y responden a las potestades públicas que la
ley delega en favor de los colegios.
• La gran beneficiaria de los códigos es la sociedad, ya que gracias a esta se
conoce qué se espera y a la vez exige de los profesionales. Y eso se hace
especialmente importante en profesiones donde no hay una relación directa
profesional-cliente, como es la del periodista o en la de administrador o
economista, ya que en dichas profesiones el público o el cliente está muchas
veces desasistido.
• Contar con un Código Deontológico evita que el control ético se haga desde
fuera, y permite discriminar entre los buenos profesionales y los que buscan
solamente satisfacer sus propios intereses personales.
BIBLIOGRAFÍA.

Bentham. (02 de 09 de 2007). LA ÉTICA PROFESIONAL Y LA DEONTOLOGÍA. Recuperado el


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DEONTOLÓGICOS. Recuperado el 21 de 06 de 2022, de DEONTOLOGÍA PROFESIONAL:
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%C3%B3digo%20Deontol%C3%B3gico_EDJ.pdf

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