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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán

Campo 1

Ingeniería Química

ANTROPOLOGÍA SOCIAL I

PROYECTO SEMESTRAL:
“PROCESO DE HOMINIZACIÓN”
Alumna:

Soto Sánchez Brenda Karen

Profesor:

Mario Arturo Morales Delgado

Grupo: 2201

Semestre: 2021-II

Fecha de entrega: 04/08/2021


CONTENIDO
INTRODUCCIÓN......................................................................................................................3

OBJETIVO...............................................................................................................................3

HOMINIZACIÓN.................................................................................................................4

LOS ORÍGENES : EL PROCESO DE HOMINIZACIÓN .........................................................5

ESPECIACIÓN.....................................................................................................................7

HUMANIZACIÓN...............................................................................................................15

CONCLUSIONES...................................................................................................................18

GLOSARIO :...........................................................................................................................19

BIBLIOGRAPHY....................................................................................................................21

2
INTRODUCCIÓN
Debido a la inmensidad de la temporalidad que comprende la evolución de los
organismos y su entorno, puede resultar difícil, por no decir imposible, aterrizar
todos los cambios y procesos que ha tenido que pasar nuestra especie en un
pasado para estar en el espacio y época en la que nos encontramos actualmente,
resulta incluso impensable el hecho de que, en algún punto de la historia de la
rama evolutiva no existía siquiera la concepción de la cultura y más
específicamente, de otras cualidades cognitivas y emocionales características e
intrínsecas de nuestra especie, no somos realmente culpables de ello, ya que no
percibimos las cosas como son sino como somos, desde nuestra cosmología.
Hace unos siete millones de años se configuran las condiciones que darán lugar, a
lo largo del tiempo, a unos primates singulares y diversificados. Una de las ramas
será nuestro género, Homo, componen este estadio inicial Ardiphitecus,
Australopithecus y otros géneros, algunos de los cuales ya habrán desaparecido
cuando emerja el nuestro, hace más de dos millones de años, resulta bastante
curioso pensar que actualmente somos la única especie representante del género
Homo, resultado de un flujo génico entre sus antecesores, ¿Será acaso producto
de alguna variación genética, ambiental, conductual o morfológica? Bien sabemos
de la teoría de la selección natural desarrollada por Darwin y Wallace en el siglo
XIX, que el éxito evolutivo de las especies que persisten en las siguientes
generaciones no depende de factores tales como el tamaño, inteligencia o fuerza,
sino de su capacidad adaptativa al medio en el que se encuentran, ¿Será
entonces el proceso de humanización un punto clave en el éxito evolutivo de
nuestra especie? Puede ser pues, que la adquisición de las capacidades
cognitivas y emocionales que nos caracterizan hayan sido un factor clave en dicho
éxito, este tipo de cuestiones y más serán las que se desarrollarán a lo largo del
presente trabajo.

3
OBJETIVO
En el presente trabajo se pretende realizar una investigación bibliográfica con el
objetivo de esclarecer la definición y conocer el proceso de hominización en los
primates, haciendo un especial énfasis en el hombre (Homo sapiens) para que, a
su vez, se pueda obtener un panorama general de las diferencias entre
hominización y humanización.

HOMINIZACIÓN
La hominización es un proceso biológico en el que una serie de cambios
morfológicos y etológicos en el orden de los primates generan una estructura con
un potencial evolutivo enorme, implica diversos cambios en el género Homo desde
sus primeros exponentes hasta el ser humano actual. En el proceso interviene,
aparte del material genético que lleva la información, el continuo cambio de
condiciones ecológicas, al que estos primates tienen que adaptarse para poder
sobrevivir. Dicho concepto adquiere una importancia estratégica por dos razones;
la primera, porque nos ayuda a tener una visión evolucionista de nuestro género;
la segunda, porque nos sitúa en la filogenia del conjunto de géneros que
conforman los homínidos cuando todavía los aspectos de tipo cultural no existían
tal y como los conocemos y no eran, por tanto, demarcadores de lo que ha sido
característico del conjunto de especies que componen nuestro género.
En el largo proceso hacia la humanización, la hominización ha tenido una serie de
adquisiciones (o de perfeccionamiento de adquisiciones anteriores) que han hecho
posible nuestra actual singularidad. La más relevante de todas las adquisiciones
probablemente haya sido el crecimiento alométrico del cerebro, ya que esta no se
da en ningún otro género de nuestra familia, por lo que esto se considera un
epifenómeno no compartido, mientras que la bipedestación, en cambio, la
compartimos con otros primates, sin embargo, para nosotros, toda esta serie de
cambios morfológicos y fisiológicos que favorecieron la prevalencia de la especie,
por lo que el proceso de hominización fue otro ensayo que favoreció la posibilidad
de supervivencia de la especie, ya que se lograron integrar dichas adaptaciones y
sincronizarlas a favor de la selección natural. El uso cada vez más frecuente de

4
las herramientas para nuestras actividades, pronto también el lenguaje (que es
posible sea una característica de género y no sólo de nuestra especie), configuran
una nueva realidad evolutiva que dará lugar con el tiempo al H. sapiens.
¿Qué homíninos rompen, por lo tanto, la hominización y empiezan a adentrarse en
la humanización? Si entendemos la humanización como la obtención de la
conciencia, podríamos decir que entre un millón y medio millón de años aparece
una nueva característica que marca un nuevo curso en la historia de la rama
evolutiva de la especie: la humanización.

LOS ORÍGENES: EL PROCESO DE HOMINIZACIÓN


Los primates son un orden zoológico al cual pertenecen los prosimios (primates
inferiores de hábitos nocturnos y con una vida social pobre), los monos del Nuevo
Mundo, los monos del Viejo mundo, los póngidos (orangután, gorila y chimpancé),
los hilobátidos (el gibón) y los homíninos 1. Los últimos cuatro grupos también se
conocen como primates superiores y la relación que estos guardan entre sí a nivel
filogenético, anatómico, fisiológico y de comportamiento es muy estrecha, debido a
una ascendencia común durante su evolución.
La historia evolutiva de los primates es muy antigua. El registro paleontológico
indica la existencia de los primeros primates hace 70 millones de años. Durante
las fases tempranas de su evolución los primates eran de tamaño pequeño y sin
modificar, parecido al de los prosimios actuales. Gradualmente se diversificaron en
varias familias como resultado del aislamiento en distintas zonas geográficas del
planeta. Estos primates nacían tras una gestación cada vez más larga, y
necesitaban mucho de los cuidados maternos. En su mayoría eran trepadores y
habitaban en los bosques cálidos-húmedos septentrionales.
Hace unos 50 millones de años aparecieron en los primates las tendencias al
ensanchamiento y aumento del volumen del cerebro, y al desplazamiento de las
órbitas de sus ojos hacia la parte frontal de la cara. Esta tendencia produciría la
visión binocular, lo que permitiría al individuo la percepción del espacio en tres
1
Para futuras referencias, por mucho tiempo, la línea evolutiva que se separó de la de otros
primates, y que incluye a Homo sapiens, se conoce como la familia Hominidae, por lo que los
miembros del grupo eran llamados homínidos. En clasificaciones más recientes la familia
Hominidae incluye también a los chimpancés y gorilas, por lo que hoy en día se acostumbra a
llamar homíninos a los seres humanos y sus parientes más cercanos (género Homo y Pan).

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dimensiones, o sea, la visión en relieve. Este factor y el aumento del número de
neuronas y de los niveles de percepción y asociación en los hemisferios
cerebrales sobrecrecidos dotarían a los monos de una percepción inédita hasta
entonces, una capacidad de comprender el espacio y el tiempo coordinados en la
memoria. Los primates comenzaron a destacarse por su organismo primitivo o
infantil y la precocidad derivada de su desarrollo cerebral.
Hoy en día los científicos están convencidos de que el linaje humano se originó en
África, pero no siempre ha existido ese consenso. Cuando Charles Darwin publicó
El origen de las especies en 1859, no se conocía ningún fósil humano fuera de
Europa, y los pocos hallados en ese continente no habían sido examinados
científicamente. Darwin, convencido de que el origen de nuestra propia especie
tenía que haber sido similar al de otros grupos animales, se aventuró a especular
que tarde o temprano se hallarían restos fósiles de los ancestros de la humanidad,
y que esos fósiles serían hallados en África, por ser ese continente la región en la
que hoy en día se encuentran nuestros parientes más cercanos, los gorilas y los
chimpancés. Años más tarde, en El origen del hombre, Darwin escribió:

“Es probable que África haya sido habitada en el pasado por simios
extintos semejantes al gorila y el chimpancé, y como estas dos especies
son ahora las más emparentadas con el hombre, es en cierta forma más
probable que nuestros progenitores hayan vivido en el continente
africano que en cualquier otro sitio”.

Una conclusión de este razonamiento es que en el pasado debían haber existido


especies de seres humanos ya extintos, una noción nada bien vista desde la
perspectiva religiosa predominante en la época de Darwin. Como en muchos otros
temas, la investigación científica ha corroborado la predicción de Darwin. Aunque
el registro fósil de la línea evolutiva del ser humano es muy fragmentario, hoy en
día es posible tener una buena idea de la historia de nuestro propio linaje, y
parece ya no haber duda entre los especialistas de que el sitio de origen de
nuestra especie es, tal como lo predijo Darwin, el continente africano.

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Los primeros homíninos aparecen hace 14 millones de años en África y más tarde
en Asia (8 millones de años), cuando la línea evolutiva que deriva en los
chimpancés y los bonobos actuales se separó de la nuestra 2.

Imagen 1. Los chimpancés y los bonobos son los parientes evolutivos vivos más cercanos
a nuestra especie, compartiendo un ancestro común en el pasado. Homo sapiens y
chimpancés compartimos el 98,7% del ADN. Imagen tomada de:
https://janegoodall.es/es/primosevolutivos.html

ESPECIACIÓN
La especiación es el proceso por el que se forman las especies nuevas. Ocurre
cuando los grupos en una especie se aíslan reproductivamente y divergen (se
forman dos poblaciones o más). Las especies están separadas entre sí por
mecanismos de aislamiento reproductivo que se dividen en barreras precigóticas y
postcigóticas, estas evitan el apareamiento o la producción de descendencia
viable y fértil, aquí tenemos algunos ejemplos de barreras precigóticas.
 Aislamiento por hábitat: dos especies prefieren hábitats distintos y por lo
tanto es poco probable que se encuentren.

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Diversos autores estiman una antigüedad de entre siete y diez millones de años para la
separación entre los linajes de los seres humanos y de los chimpancés y bonobos. El linaje del
gorila, a su vez, se estima que se separó hace al menos ocho o diez millones de años según Katoh
en su obra “New Geological and Paleontological Constraint for the Gorilla-Human Lineage Split”.

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 Aislamiento temporal: dos especies se reproducen en diferentes momentos
del día o del año y por lo tanto es poco probable que se encuentren cuando
están buscando pareja.
 Aislamiento conductual: dos especies tienen diferentes conductas de
cortejo o preferencias de pareja y por lo tanto encuentran "poco atractivos"
a los que no son de su especie.
 Aislamiento gamético: dos especies producen óvulos y espermatozoides
que no se pueden combinar en la fecundación, aun cuando se encuentren
durante el apareamiento.
 Aislamiento mecánico: dos especies tienen cuerpos o estructuras
reproductivas que simplemente no encajan entre ellas.

Imagen 2. Tipos de especiación, creación propia. Imágenes inferiores tomadas de:


https://www.lifeder.com/especiacion-alopatrica/ y https://www.lifeder.com/especiacion-
simpatrica/
Durante su larga evolución, los homíninos, representados por varios géneros y
especies, de las cuales se extinguieron las formas asiáticas y prevalecieron las
africanas, sufrieron varios cambios en su anatomía, como se relatará a
continuación. Es posible que una especie conocida por un fósil de más o menos
esa antigüedad, Sahelanthropues tchadenis, sea el más antiguo representante del

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linaje homínino. Hace poco menos de seis millones de años apareció otro
homínino, surgió el género Ardipithecus, cuya anatomía indica un avance gradual
en una de las características distintivas de los homíninos: la locomoción bípeda,
es decir, caminar erguido sobre las extremidades inferiores, como lo hace el ser
humano moderno, con mayor detalle, podemos decir que la pelvis era más baja,
ancha y redondeada que la de los otros primates y finalmente se constituyó con
forma «platipeloide», se da también rotación del ala ilíaca, hubo fortalecimiento de
los glúteos mínimo y medio y las piernas eran más largas y pesadas, existe una
mayor anchura del sacro, mayor angulación de diáfisis del fémur sobre la
horizontal de
la articulación tibial, etcétera; otro cambio notorio fue la reducción del tamaño del
aparato dental. Cambios importantes fueron dependencia de la cacería, la
recolección del alimento, la manufactura de instrumentos, el uso de fuego y el
lenguaje simbólico, por ejemplo, Raymond Dart, anatomista y antropólogo
australiano, recurrió a la posición bípeda considerándola como condición previa a
la liberación de las manos tan necesaria para el uso de armas con las cuales
matar a otros animales para alimentarse, pero además, resolvió el problema a
primates cuya amplitud de cadera les daba problemas de locomoción
cuadrúmana, dicho cambio de locomoción resultó ser una ventaja: mejor ángulo
de visibilidad entre zacatones de sabana que podría ser la distancia entre atisbar a
tiempo depredadores o sucumbir, pero energéticamente, estaba expuesto a los
rayos del sol en posición casi vertical, lo que posibilitaba un incremento de
actividad mientras que sus depredadores se sentían sofocados con el calor, entre
otros.

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Imagen 3. A la izquierda observamos a la especie Sahelanthropues tchadenis y a la
derecha a la especie Ardipithecus ramidus. Imágenes tomadas de:
https://www.lifeder.com/sahelanthropus-tchadensis/ y
http://www.astronoo.com/es/articulos/ardipithecus.html
La posición completamente erguida surgió hace unos cuatro millones de años,
cuando apareció el género Australopithecus, uno de los fósiles más antiguos de
este género es Lucy, una hembra de la especie Australopithecus afarensis cuyos
restos fueron hallados en 1974 en Etiopía, su anatomía indica que los de su
especie caminaban de una forma tan erguida como los humanos modernos,
además de que los restos fósiles muestran que caminaban apoyando primero el
talón y al final los dedos, justo como lo hacen los humanos modernos.

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Imagen 4. Lucy, homínino de la especie Australopithecus afarensis. Imagen tomada de:
https://www.elmundo.es/ciencia/2016/08/29/57c4328a468aebed7c8b45a9.html

El género Homo surgió en África hace unos 2.8 millones de años, a juzgar por la
mandíbula fósil con características humanas que se halló en el 2013 en una zona
de rastreo llamada Ledi-Geraru en la región Afar en Etiopía por un equipo
internacional de investigadores encabezado por Kaye Reed, de la Universidad de
Arizona y Brian Villmoare de la Universidad de Nevada. Este género se distingue
de los australopitecos por la forma achatada del cráneo, los dientes reducidos y
acomodados en forma de U y, sobre todo, el gran volumen de la cavidad cerebral.

Imagen 5. Mandíbula hallada en la región Afar en Etiopía por Kaye Reed y Brian
Villmoare, 2013. Imagen tomada de: https://www.rtve.es/noticias/20150304/encuentran-
fosil-mas-antiguo-del-genero-homo-mandibula-28-millones-anos-antiguedad/
1108503.shtml
La capacidad craneana, que se mide en centímetros cúbicos (cm 3), es una medida
indirecta del tamaño del cerebro, que a su vez es un indicador ―muy
aproximado― de la capacidad de razonamiento o inteligencia. En las especies
recientes del género Homo, la capacidad craneal promedio es de alrededor de
1400 cm3 para Homo sapiens y cerca de 1650 cm3 para los neandertales (Homo
neanderthalensis). En los años sesenta, Mary y Louis Learkey descubrieron en
Olduvai ―en el noreste de Tanzania― el primer fósil del homínino al que llamaron
Homo habilis. Decidieron asignar la especie al género Homo por su capacidad
craneal de cerca de 600 cm 3, mayor que la de los australopitecos (de entre 450 y
550 cm3) o la de los chimpancés (de hasta 500 cm3).

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Imagen 6. Comparación de dimensiones craneales entre el género Homo y
Australopithecus. Imagen tomada de:
https://mx.depositphotos.com/stock-photos/homo.html
Homo habilis, que surgió hace dos millones de años y que se extinguió medio
millón de años después, se consideró por mucho tiempo la más antigua especie
del género y la primera en ser capaz de fabricar instrumentos de piedra. En los
últimos años, la mandíbula de Etiopía ha mostrado que el género Homo es
bastante más antiguo, y el reciente descubrimiento de rudimentarias piezas de
piedra tallada en sedimentos de 3.3 millones de años de antigüedad demuestra
que la capacidad de elaborar herramientas líticas antecede por mucho a Homo
habilis, y tal vez al propio género Homo.
Por la época en la que surgió H. habilis, se produjeron cambios climáticos
importantes que provocaron en África la disminución de las zonas más boscosas y
el desarrollo de ambientes más secos y con vegetación más abierta, hasta llegar a
las actuales sabanas.

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Imagen 7. Homo habilis, la principal característica comparativa del Homo habilis es que se
trata de la especie de su género menos similar al ser humano moderno.3 Imagen tomada
de: https://www.lifeder.com/caracteristicas-del-homo-habilis/
En estos ambientes surgieron varias especies del género Homo, entre las que
destacan Homo erectus, H. ergaster y H. rudolfensis en el este de África y tal vez
H. naledi en Sudáfrica. Podemos ver entonces que el cambiante clima existente en
los primeros cientos de miles de años del Pleistoceno (que inició hace 2.6 millones
de años) desencadenó la diversificación de los géneros Homo y Australopithecus.
Según las reconstrucciones estándar, en su camino desde África hasta los
confines de Eurasia, los humanos modernos se encontraron con poblaciones ya
establecidas de otras especies del género Homo, como los neandertales en
Europa y los últimos Homo Erectus de Asia4. En esos lugares, los modernos
habrían llevado a la extinción a sus primos residentes al poseer tecnologías más
avanzadas y, en general, una mayor capacidad de adaptación a los cambios
ambientales repentinos que caracterizaron el final del Pleistoceno. Otro aspecto
que se está abordando es el encuentro con los neandertales y la supuesta
“superioridad” intelectual del humano moderno sobre esos homíninos, ya que se
ha demostrado que los neandertales tuvieron una cultura y un grado de desarrollo
3
Junto a esto, destaca el aumento de tamaño del cráneo frente al Australopithecus, así
como la disminución de muchos de sus dientes.
4
Se puede inferir del registro fósil que algunos individuos de Homo Erectus fueron los
primeros homíninos en aventurarse a migrar fuera del continente africano.
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intelectual más altos de lo que tradicionalmente se suponía, esto tiene especial
relevancia en el proceso de humanización que será discutido más adelante.
Otra especie popular son los desinovanos, se ubicaban en el macizo de Atlái, en
Asia central, desde los años setenta se han hallado un gran número de huesos
fosilizados, en un principio se pensó que se trataba de neandertales, pero después
de un análisis a una falange de un infante, se descubrió que se trataba de una
nueva especie. El modelo prevaleciente con los datos que se han obtenido hasta
el momento indica que los neandertales y los desinovanos son linajes hermanos,
es decir, que tienen un ancestro común que vivió hace cerca de medio millón de
años. Sin embargo, los tres linajes (hombre moderno, neandertales y
desinovanos) son completamente independientes, ya que a pesar de los
encuentros reproductivos que hubo entre ellos y provocaron, a su vez, un flujo
génico, estudios posteriores revelaron que los genomas, si bien eran muy
parecidos entre ellos, diferían en intervalos de un 1 a un 6 %, por lo que, los
diferentes eventos de flujo génico complican bastante más la historia.

Imagen 8. La diáspora del género Homo desde África hacia Eurasia. La escala vertical
marca el tiempo y la horizontal la localización geográfica. Homo erectus fue
probablemente el ancestro de la mayoría de las especies del género. Homo sapiens es el
resultado del flujo génico entre varias otras formas del género como los desinovanos y los
neandertales. Imagen tomada de: (Arita, 2016)

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Así, en el primer millón de años del Pleistoceno existieron al menos seis especies
del primer género y cinco del segundo. Más aún, un estudio reciente de la
morfología comparada de los ejemplares fósiles de Homo de esa época muestra
una gran diversidad de formas que no se ve reflejada en el número de especies
conocidas hasta ahora. Es posible, entonces, que la diversidad verdadera en esa
época haya sido mayor de lo que se estima actualmente por el registro fósil.

Imagen 9. Extensión en el tiempo de las especies de homíninos. La escala de tiempo es


en millones de años hacia el pasado. Imagen tomada de: (Arita, 2016)

HUMANIZACIÓN
La humanización representa una toma de conciencia cósmica, es el proceso de
unicidad evolutiva que nos ha llevado a la conciencia operativa, una singularidad
compuesta y multiforme de adquisiciones que nos han permitido, a lo largo del
tiempo, romper con la inercia del pasado y sobrepasar la selección natural para
adentrarse en lo que hoy es desconocido, ya que, los recorridos evolutivos,
aunque tienen cambios repentinos, normalmente son largos y cargados de inercia.
Bien podría decirse, que es un plan de emergencia de inteligencia operativa
derivada de la socialización, la capacidad de pensar sobre nosotros, de entender

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el proceso de la vida y de adaptarse al entorno a través del conocimiento, la
tecnología y el pensamiento.
En la actualidad, parece ocurrir que todo aquello vinculado con lo sociocultural
evoluciona más aceleradamente que lo vinculado con lo biológico, es por ello por
lo que podríamos tener la concepción de que el proceso de humanización
pareciera correr inversamente proporcional al proceso de hominización. Lo cierto
es que ambos están presentes e indisolublemente unidos, aunque evolucionan a
ritmos diferentes. Con frecuencia, los paleantropólogos convocan a la cultura para
colocarla en el corolario del proceso de hominzación. Al respecto, habría que
aclarar que es con ella la que se inicia el proceso de humanización que no
excluye, sino que, por el contrario, incluye al de hominización; es decir, hay no un
relevo ni una sustitución de uno por lo otro, sino una co-gestión de ambos. En
efecto, no debemos, en ningún momento, eliminar la base animal del hombre, ni
aún en los momentos actuales de su evolución cultura, bien, ¿Y de qué manera
están entrelazados? Ya que la humanización es el conjunto de procesos culturales
que conducen desde los primates hasta la aparición de lo irreductiblemente
humano: la conciencia, el proceso de hominización comprende la maduración del
sistema nervioso central, como los dos cabos de un mismo cordel, pues el cerebro
humano es el lugar donde va a emerger la conciencia reflexiva, ambas son dos
facetas de un mismo proceso. Sin embargo, no se detiene ahí; otras
características consideradas como exclusivamente humanas podrían ser, por una
parte, las cognitivas: comprensión de la realidad, el conocimiento, la
autoconciencia del yo, el lenguaje simbólico doblemente articulado y, por otra
parte, debemos considerar también las capacidades emocionales: la sociabilidad,
la cultura considerada como marco referencial de valores y símbolos en los que se
representan esos valores, las representaciones artísticas, la estética, los valores
morales que definen una ética y la religión, Xavier Zubiri, quien ha sido sin duda,
uno de los filósofos que mejor ha buceado en las características que constituyen lo
“humano”, lo resumió bajo la expresión “inteligencia sentiente”, es decir, “la
habitud radical propiamente humana en su enfrentamiento con las cosas”.

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El ser humano se enfrenta con las cosas no como estímulos sino como realidades,
el hombre es un animal de realidades, Zuribi declaró en su obra “Sobre el hombre”
(1986):

“Esta unidad metafísica de realidad y animalidad no es exclusiva de la


inteligencia. Es una habitud que subyace igualmente a la voluntad y al
sentimiento”.

Pero ¿Y cuándo se dio este punto de inflexión entre homínino a humano?,


¿Cuándo y dónde se da el doble proceso de hominización y humanización?
Partiendo de esto, es importante destacar, por ejemplo, que la adquisición del gen
FOXP2 en el desarrollo evolutivo hacia la hominización permitió la adquisición del
lenguaje doblemente articulado. Las mutaciones de este gen, que nos permiten el
habla, se originaron hace unos 200.000 años, la pregunta siguiente es: ¿Hablaban
los neandertales? El análisis del DNA de dos ejemplares neandertales
procedentes de la cueva de El Sidrón (Australia) ha permitido identificar en esta
especie las dos mutaciones del gen FOXP2, consideradas hasta ahora específicas
de Homo sapiens moderno. Por otra parte, sabemos que los neandertales tenían
hábitos tales como vivir en pequeñas comunidades, repartir el trabajo según los
sexos, el registro fósil muestra que los adultos enseñaban a los niños, había pues,
una transmisión de conocimiento y acumulación de cultura, se tiene conocimiento
de que cuidaban de sus enfermos, que mostraban compasión, de hecho, los
neandertales son la primera especie Homo que enterraba a sus muertos, entre
otras cosas. Es, así pues, cuando nos damos cuenta de que los neandertales
debieron de ser mucho más similares a nosotros de lo que habíamos imaginado,
capaces de muchos comportamientos que típicamente asociamos a los humanos
modernos. Tuvieron lenguaje, cultura y comportamientos sofisticados, es quizá por
ello que se hibridaron con los Homo sapiens.

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CONCLUSIONES
El proceso de hominización ha sido un arduo y longevo proceso biológico que
implica diversos cambios en el género Homo desde sus primeros exponentes
hasta el ser humano actual, por otra parte, la humanización comprende ese
“conjunto de procesos culturales” que conducen desde los primates hasta lo
irreparablemente humano: la conciencia y otra serie de características cognitivas y
emocionales. No obstante, cabe destacar que cada fenómeno no existe ni se
desarrolló de forma aislada del otro, son dos facetas de un mismo proceso; la
cultura, si bien no es un fenómeno biológico, es una fuerza medioambiental clave
que determina el desarrollo de la biología humana, por lo que es casi preciso
afirmar que existe una ambivalencia entre cultura y biología humana, donde una
depende de la otra y sin la existencia de una, probablemente la otra no existiría de
la manera en que la conocemos hoy en día. En el proceso evolutivo, ¿Cuándo
comienza lo propiamente humano?, ¿Cuándo el homínino comenzó a captar su
entorno como realidad? Es pues, bastante complicado responder a esta cuestión,
ya que la conciencia se nos escapa y baila como una aguja perdida en un amplio
pajar de periodo de tiempo, por lo que, como bien dicen algunos especialistas, la
cronología de este instante con relación a la cronología morfológica (e incluso
arqueológica) es difícil, por no decir imposible de establecer; en otras palabras, no
podemos hablar el momento preciso de simultaneidad entre hominización y
hominización ya que la maduración de la conciencia vista desde nuestra limitada
escala temporal, fue un evento tremendamente lento, que sólo podría percibirse
ampliando enormemente la escala, además de que el conocimiento está en
constante cambio, un ejemplo de ello es el conocimiento que se ha ido
adquiriendo sobre los neandertales, ahora sabemos que son mucho más cercanos
a nosotros conductual y fisiológicamente hablando de lo que se creía en un
pasado, y que podrían comprender una parte del eslabón perdido entre la
sincronía del proceso hominización-humanización, si es que lo hay.
Como en la actualidad la humanidad consta de una sola especie (la nuestra), es
un tanto difícil entender que en el pasado existieran varias y muy diversas
especies de seres humanos. Sin embargo, al igual que en otros grupos de

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animales, el linaje humano ha tenido periodos de diversificación y periodos de
pérdida de especies. Lo que observamos hoy en día, una sola especie de
homínino, es solamente un momento en la historia de rama evolutiva con un paso
accidentado. Por otra parte, se piensa que la selección natural podría estar
ejerciéndose de manera distinta y que además está adaptándose a nuestra forma
de vida actual, de manera que podría influir directamente en la biología humana,
un ejemplo de ello es el de la lactosa en la leche, unos 10 mil años atrás, antes de
que se desarrollara la agricultura y ganadería, nadie podía ingerirla más allá de los
primeros años de vida, sin embargo, gracias a diversas mutaciones (uno de los
mecanismos de la selección natural) los adultos seguimos segregando la enzima
necesaria para digerirla; aunque los niveles de tolerancia a la lactosa varían y son
un indicador del desarrollo agropecuario en diferentes partes del mundo, por lo
que podríamos concluir que el curso de nuestra evolución futura va a ser decidida
tanto por la naturaleza como por nosotros mismos. Puede ser que nuestra
evolución dependa menos de cómo el mundo nos cambia y más de nuestra gran
habilidad para cambiar al mundo.

GLOSARIO:
 Bipedalismo: el modo de locomoción, sobre los pies, típico del hombre.
Otros animales y algunas aves también lo presentan.
 Filogenia: es una rama de la biología que se encarga de estudiar el origen y
evolución de los seres vivos, sirve para establecer relaciones entre los
organismos a partir de su ADN, ARN, anatomía, embriología, morfología y
otros datos biológicos de interés.
 Flujo génico: es la transferencia de material genético del genoma de una
especie a otro genoma; esto sucede cuando hay apareamientos entre
miembros de poblaciones diferentes.
 Hábitat: espacio vital ocupado por un organismo, teniendo en cuenta las
condiciones ambientales que actúan sobre él.
 Homínido: el término homínido hace referencia a una “familia”, una unidad
sistemática que se encuentra por encima del género, pero por debajo del

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orden. Dentro de la familia Hominidae se encuentran los seres humanos y
los grandes simios.
 Homínino: el término hominino hace referencia a una “subtibu”, una
categoría taxonómica entre la familia y el género, siendo esta palabra más
cercana al último. La tribu Hominini también se encuentra dentro de la
familia de los homínidos, y esta comprende al género Pan y al género
Homo.
 Impronta: forma de aprendizaje característica de los animales jóvenes en
algunas especies de aves. Se llama impronta de seguimiento al rápido
aprendizaje que tiene lugar en ciertos periodos críticos de los animales
jóvenes, mediante el cual buscan la proximidad de los estímulos presentes
en tales periodos, generalmente la proximidad de la madre.
 Inercia evolutiva: se refiere a la influencia de la historia evolutiva de la
especie sobre la flexibilidad de los ajustes fisiológicos y conductuales que
manifiestan sus miembros ante las condiciones ambientales en las que se
encuentran actualmente.
 Macroevolución: es la evolución por encima del nivel de especie y por lo
general ocurre en largos periodos de tiempo, ocurren “grandes cambios”.
 Microevolución: es la evolución por debajo del nivel de especie y por lo
general ocurre en periodos relativamente cortos de tiempo, ocurren
“pequeños cambios”.
 Nicho ecológico: conjunto de características ambientales específicas bajo
las cuales los miembros de algunas especies logran desarrollar sus
actividades vitales (mantenimiento, crecimiento y reproducción)
 Ontogenia: se refiere al desarrollo de los seres vivos desde la concepción
hasta la muerte.
 Prosimio: grupo de mamíferos primates, de tamaño pequeño, que viven en
los árboles y tienen costumbres nocturnas. Su área de distribución
comprende África y Asia meridional.

20
BIBLIOGRAPHY
Amador, S. A. (s.f.). Las 3 diferencias entre los homininos y los homínidos.
Obtenido de Psicología y mente:
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