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1.

Definición de comunicación
El concepto de comunicación es amplio y variado. Para comprenderlo mejor tenemos que
tener en cuenta que depende de la finalidad que se persiga en esa comunicación.
Podemos querer transmitir unas ideas, ponernos en el lugar del otro, hacerles entender
nuestro punto de vista, nuestro contexto…
Una definición más simple y exacta sobre comunicación podría ser:
“Proceso mediante el cual una idea, sentimiento o razonamiento de una persona es percibido y
asimilado por otra.”
Una frase que resume muy brevemente la finalidad de una comunicación eficaz podría ser
la siguiente:

“Lo más importante en un proceso de comunicación no es lo que se quiere decir, sino lo que la
otra persona entiende”.

• Elementos de la comunicación

Los elementos que participan en el proceso de comunicación son:


Receptor: Destinatario del mensaje.
Código: Conjunto de símbolos y signos utilizado para representar el mensaje.
Canal: Medio físico a través del cual se envía el mensaje. Ej: teléfono, email…
Mensaje: Idea, sentimiento o razonamiento que transmite el emisor.
Retroinformación: Respuesta del emisor, tras recibir el mensaje y procesarlo.
Ruido: Elementos que pueden distorsionar la comunicación. Ej: pitidos en el teléfono,
un niño que llora mientras hablamos…

• Condiciones para una comunicación eficaz

Los mensajes informativos para llegar con claridad y ser entendidos por el usuario
deben cumplir los siguientes requisitos:

✓ Claridad: Se trata de sustituir las palabras complicadas por otras asequibles a


cualquier nivel cultural, adaptadas a la comprensión de quien nos habla. Por
eso, es muy importante que el informador intuya el nivel de comprensión del
usuario y adecue su lenguaje a él. Ej: Si para hablar de cómo funciona un
determinado sistema operativo lo explicamos con palabras demasiado técnicas
no entenderían el mensaje, sin embargo, si nos lo expresamos con palabras que
todos conocemos, entonces el usuario se comprenderá qué utilidad,
ventajas/desventajas tiene y podrá tomar una decisión sobre si se adapta a sus
necesidades o no.
✓ Brevedad: Si sobrecargamos de datos innecesarios una comunicación
desviamos la atención del usuario de lo esencial. Ej: si para explicar cómo
buscar un dato en internet le explicamos lo que es internet, para qué sirve, cuándo
lo utilizamos nosotros… en vez de explicar realmente cómo se busca en un
buscador, entonces estaremos sobrecargando el mensaje de información que
no es necesaria para el usuario, el cual se perderá entre tantos datos.
✓ Orden en el mensaje: Los datos deben estructurarse según un orden lógico y
ser presentados graduando la dificultad para hacerlos más comprensibles. Ej:
no podemos empezar explicando qué es internet y luego saltar a explicar lo que
es el ratón del ordenador luego volver al concepto de Internet… cuando queremos
enseñar a alguien a manejar un ordenador, pues el desorden en la explicación
haría que finalmente no entendiera nuestro mensaje.
✓ Insistencia: Al repetir el mensaje damos tiempo al usuario para que entienda a
la perfección lo que decimos. Ej: cuando repetimos la misma información de
forma diferente estamos ayudando a quien recibe el mensaje, pues le estamos
facilitando dos formas diferentes de entender un mismo concepto.
✓ Ilustración: Es conveniente apoyar la información con imágenes, ejemplos,
comparaciones, etc. que sean familiares al usuario con el fin de garantizar la
comprensión y la memoria. Ej: si explicamos el concepto de fracciones con trozos
de tarta, el usuario entenderá mejor lo que estamos explicando, pues verá una
aplicación práctica.
✓ Información completa: Un mensaje debe ser breve pero no incompleto, pues una
información que no es completa perderá eficacia por buena que sea. Ej: si
empezamos una frase y la dejamos a medias, estamos dejando que la otra persona
interprete lo que queríamos decir en la parte del mensaje que nos falta, lo que no
nos garantiza que interprete correctamente esa información que no le hemos dado
al transmitir un mensaje incompleto.
✓ Información de retorno: Después de informar, es esencial comprobar que el
oyente ha comprendido. Para ello preguntaremos directamente al usuario y
analizaremos cómo expresa la información con sus propias palabras.

• Las 5 reglas para una buena comunicación

Aunque no existen reglas generales que podemos aplicar a cualquier situación de


comunicación, sí que existen algunas pautas que podemos tener en cuenta cuando nos
comunicamos con los demás para ser más eficaces:

✓ Escuchar: La mayoría de las personas hablan demasiado.


✓ Preguntar: Cuando preguntamos conseguimos… A) Comprobar que nos han
entendido bien. B) Hacer hablar a los demás, para ello podemos utilizar preguntas
abiertas. Ej: una pregunta abierta sería: ¿cuándo trabajas?, podríamos formular
esta pregunta directamente de forma cerrada, pero no nos facilitaría información.
¿mañana vas a trabajar? (es cerrada porque la respuesta es un sí o un no).
✓ No tratar de dominar con nuestra conversación: Esto puede llegar a crear barreras
insalvables para una buena comunicación.
✓ Promover la comunicación bidireccional: Esto es esencial. La comunicación que
fluye en un solo sentido, es mala. Escuchar, preguntar, hablar con los demás y
buscar señales ayudan a establecer una buena comunicación bidireccional.
1. Elementos en la comunicación: verbales y no verbales
• Los componentes del proceso comunicativo

Para que la comunicación con el usuario sea lo más fluida posible debemos tener en
cuenta una serie de componentes de la comunicación. Cuando hablamos de componentes
del proceso comunicativo, nos referimos a tres tipos:

Componentes verbales: hacen referencia al contenido de la conversación, que es la


herramienta que generalmente utilizamos las personas para relacionarnos con los demás.
Expresiones que utilizamos, reglas que tenemos en cuenta, etc. (tal y como hemos visto).
Componentes paralingüísticos: aspectos como el tono de voz, la fluidez y la velocidad del
habla, que modulan el contenido de los que decimos.

Componentes no verbales: variables como la expresión facial, la mirada, los gestos, la


distancia interpersonal… son comunicativas en sí mismas, y a la vez cambian y/o matizan el
contenido de un mensaje.

• Componentes paralingüísticos

En una conversación con un usuario, por ejemplo, se dan componentes paralingüísticos.


Nos referimos a éstos cuando tenemos en cuenta variables de la voz, diferentes al
contenido del mensaje, pero que lo modulan.

Al igual que los componentes no verbales, los paralingüísticos, son en muchas ocasiones
difíciles de controlar, y necesitan de un esfuerzo y trabajo personal para tratar de cambiar
aquellos aspectos que nos perjudican en nuestras interacciones sociales.

Vamos a ver algunos componentes y cómo se puede trabajar en ellos para mejorar
nuestra comunicación…

LATENCIA:
La latencia en nuestras frases se puede definir como el tiempo que transcurre entre el
final de la frase que emite el usuario y el comienzo de otra por parte del voluntario
(viceversa cuando nos referimos a la latencia del usuario).

Generalmente, las latencias muy cortas se asocian a conversaciones muy animadas y a


discusiones. Mientras que las latencias largas suelen darse en aquellas conversaciones que
son más estáticas o donde el tema de conversación es más complejo.

VOLUMEN:
El volumen de nuestra voz nos viene ya dado, no obstante, lo podemos regular para
mejorar nuestra comunicación con los demás.

En realidad, no existe una norma general sobre el volumen a utilizar en las situaciones,
sino más bien es la situación concreta la que determina el volumen de voz más adecuado,
aunque la tendencia que debe guiarnos siempre es la de no gritar, pero a la vez conseguir
que se nos escuche con claridad. Otra regla a tener en cuenta es amoldarnos al volumen
de voz del usuario siempre que sea posible.

TONO:
El tono de la voz es la cualidad que se produce por la mayor o menor tensión de las
cuerdas vocales, dando como resultado una voz más aguda o más grave.

Una misma frase podemos decirla cambiando el tono de manera que se haga hincapié en
una palabra u otra, y variando así la intencionalidad del mensaje.
FLUIDEZ VERBAL:
En función de la situación en la que nos encontramos podemos tener una mayor o menor
fluidez de palabras, por ejemplo, si estamos hablando de un tema que conocemos en
profundidad, nuestra fluidez será mayor o si estamos en una situación incómoda para
nosotros, nuestra fluidez verbal será menor. Por otra parte, la fluidez del habla se ve
disminuida por silencios, muletillas, repeticiones…

CLARIDAD:
La claridad se ve dificultada cuando farfullamos, chapurreamos, arrastramos las palabras,
o tenemos un acento muy fuerte, por ejemplo, cuando la otra persona tiene un acento
muy cerrado, nos cuesta entender lo que nos dice.

VELOCIDAD:
Hablar rápido suele ser interpretado como señal de emociones tan diferentes como:
alegría, sorpresa, extraversión, ansiedad… La baja velocidad de habla puede ser señal de
aburrimiento o de confusión.

• Comunicación no verbal

La comunicación verbal carecería de eficacia e incluso de significado si no fuera


acompañada de una serie de “señales” no verbales como pueden ser la mirada, la expresión
facial, distancia interpersonal, tono de la voz, etc...

Estas señales no se pueden ocultar y son muy difíciles de falsear por las personas.

Ante una comunicación en la que se produzca un mensaje contradictorio entre los


mensajes verbales y no verbales, los usuarios se quedarán con el significado del no verbal.
2. Escucha activa
La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de
vista del que habla.

Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el proceso comunicativo es el


saber escuchar, puesto que pasamos más tiempo pendientes de lo que nosotros
decimos que de lo que realmente queremos con nuestras comunicaciones, y es que la
otra persona nos escuche, pero también que nos responda, y para ello debemos estar
atentos a sus emisiones y no sólo a las nuestra.

Aunque no lo creamos, realmente escuchar requiere un esfuerzo superior al que se


hace al hablar y también del que se ejerce al escuchar sin interpretar lo que se oye.

La escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está


expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que
subyacen a lo que se está diciendo. Para llegar a entender a una persona se precisa
cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona, la que nos está
hablando, transmitiendo un mensaje que desea que entendamos y al que necesita que
demos respuesta.

• Obstáculos que impiden escuchar con eficiencia

Existen algunos obstáculos que impiden que escuchemos con eficiencia y debemos ser
conscientes de estos para poder superarlos:

✓ Atención dividida: El tratar de hacer demasiadas cosas al mismo tiempo nos


coloca y coloca al usuario en una posición inadecuada e incómoda. Ej: cuando
estamos escribiendo en el ordenador y a la vez hablando con una persona que
viene a vernos, aunque pretendamos hacer ambas cosas al mismo tiempo
alguna no será realizada de forma óptima.
✓ Atención a nosotros mismos: Comprometemos nuestra capacidad de escuchar
a la otra parte. Ej: cuando estamos intentando escuchar activamente, a veces
nos fijamos en nosotros mismos, enviándonos mensajes internos de lo bien o
mal que estamos escuchando al otro, cuando en realidad estamos más
centrados en cómo lo hacemos que en escuchar en sí a la otra persona.
✓ Pretender que escuchamos: Cuando en realidad no es así. Ej: cuando estamos
frente a otra persona y le mandamos señales de que le estamos escuchando,
aunque internamente estamos pensando en otros problemas que tenemos,
pretendemos escuchar, pero no lo estamos haciendo.
Si tenemos en cuenta este gráfico podemos entender mejor la importancia de
escuchar activamente, pues en la emisión, recepción e interpretación del mensaje
perdemos parte importante de la información que queremos transmitir…

• Actitudes para mejorar los hábitos de escucha

Existen algunas actitudes que nos van a permitir mejorar nuestra escucha activa, las
vamos a ver a continuación:

✓ No interrumpir cuando el usuario está hablando.


✓ Comprender que no somos los únicos que hablamos, esto se traduce en dejar
hablar a los demás sin anticiparnos a lo que nos van a decir.
✓ Consideración y amabilidad hacía las personas con quienes uno habla, esta
consideración podemos demostrarla con hechos como: valorar lo que dicen,
prestarles atención etc.
✓ Voluntad de hacer que la escucha sea parte activa del proceso de
comunicación, ser conscientes de que debemos escuchar y mostrar a la otra
persona que queremos escucharla, con mensajes no verbales como
asentimientos de cabeza, mirada centrada en la persona que habla...
✓ Aprender a escuchar entre "líneas", en algunos mensajes que escuchamos es
igual de importante lo que dicen que lo que no dicen, debemos estar atentos a
ver lo que se dice entre líneas en una conversación.
✓ No adoptar una actitud hostil ni emocional mientras se escucha, esto impedirá
que la persona se sienta escuchada, porque puede hacerle sentir incómoda.
✓ Aprender a evitar las distracciones, si sabemos que es demasiado tarde y nos
tenemos que marchar, sin embargo, deseamos escuchar lo que nos dicen,
debemos evitar mirar el reloj constantemente, pues al final estaremos más
atentos del reloj que de la otra persona.
• Formas de utilizar la escucha activa

Se puede mostrar al usuario que estamos escuchando activamente de diferentes formas:

✓ Eco: Repetición textual de lo dicho por la otra persona. Es una auténtica regla
de oro, sobre todo si la otra persona está alterada, aunque utilizado en exceso
puede hacer pensar a la otra persona que la estamos imitando.
✓ Reformulación: Expresar con nuestras propias palabras lo que hemos
comprendido del mensaje.
✓ Reflejo de sentimientos: Expresamos solamente el sentimiento que hemos
percibido en el otro.
✓ Abre puertas: Sería una invitación a seguir hablando, se puede realizar a través
de señales no verbales como expresión facial, mirada atenta, postura corporal
inclinada hacia la persona a la que atendemos… o también con mensajes verbales
como "¿...?", "Explícame más de eso", "Me decías que...", "¿Podrías aclarármelo
un poco más?"

• Ventajas de la escucha activa

Por último, vamos a ver las ventajas que la escucha activa tiene, tanto sobre la persona
que escucha como sobre la que se siente escuchada:

✓ Crear un clima de confianza que facilita la comprensión mutua.


✓ Se puede comunicar aceptación e incrementar la motivación del usuario.
✓ Se reduce la tensión, las diferencias de criterios.
✓ Se aprende del otro.
✓ Se facilita la reducción de conflictos.
✓ Ayuda a tomar mejores decisiones.
✓ Se aprende a trabajar mejor.
✓ Se gana tiempo para pensar.
✓ Se estimula la cooperación del usuario.
• Los beneficios para la persona que escucha son:
✓ Se siente más cercana al otro.
✓ Es más capaz de atenderle.
✓ Puede contestar de una forma más adecuada.
• Los beneficios para la persona escuchada son:
✓ Se siente aceptada como persona.
✓ Se encuentra a gusto con el otro.
✓ Se va aclarando ella misma.
✓ Se siente más segura.

3. Asertividad

Al hablar de asertividad debemos definirla dentro de un continuo de conducta que se ve


gráficamente en la siguiente imagen:

La explicación del significado de cada una de los estilos de respuesta: asertivo, no asertivo
(pasivo) y agresivo.

• LA CONDUCTA ASERTIVA:

Una conducta asertiva es aquella que implica la expresión directa de los propios
sentimientos, necesidades, derechos legítimos u opiniones sin amenazar o castigar a los
demás y sin violar los derechos de los demás. Es más que saber decir NO.

La conducta no verbal debe acompañar al contenido del mensaje, si no es así, se los


receptores del mensaje se fijarán más en el contenido no verbal.

El asertividad implica un respecto por los demás, respeto a nuestras propias opiniones, así
como el respeto hacia los derechos y necesidades de la otra persona.

• LA CONDUCTA NO ASERTIVA O PASIVA:

Una conducta pasiva implica la violación de los propios derechos al no ser capaz de
expresar nuestras propias ideas de forma honesta, y por tanto permitiendo a los demás
que violen nuestras ideas.

El mensaje que comunicamos cuando nuestra conducta es pasiva equivale a decir: “mis
pensamientos/ ideas no son importantes, los tuyos son los únicos que importan”.
• LA CONDUCTA AGRESIVA:
Una conducta agresiva implica la defensa de los derechos personales y la expresión de los
propios pensamientos de una manera tal que a menudo es deshonesta, normalmente
inapropiada, y no respeta los derechos de la otra persona.

Las personas que se expresan de forma agresiva son dejadas de lado por otras personas,
pues en el caso de actuar así, lo único que conseguimos es que no se acerquen a nosotros,
conseguir resultados a base de “regañar” o de mostrarse enfadado, lo único que conlleva es que
los demás lo cumplan por miedo, pero no comprendan en sí el significado de nuestro
mensaje.

Para comprender mejor estos tres tipos de conductas podemos poner un ejemplo. Si
estamos en una cafetería y pedimos un café al camarero y cuando llega éste encontramos
un pelo en el mismo, podemos hacer varias cosas:

No tomarnos el café, pero no decir nada al mozo o al que sirve, en este caso nuestra
conducta estaría siendo pasiva.

Pedirle al mozo o al que sirve amablemente que nos traiga otro café, pues el que nos ha
traído tiene un pelo y no lo queremos, en este caso estamos mostrando una conducta
asertiva, defendemos nuestro derecho, pero no ofendemos a la otra parte.

Decirle en voz alta al camarero que el café está malo y que tiene un pelo, que es
intolerable, en este caso estamos mostrando una conducta agresiva, defendiendo
nuestros derechos por encima de los demás.
4. Proactividad
La proactividad no significa sólo tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de
hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo
lo vamos a hacer.

Algunos autores definen la proactividad como "la libertad de elegir nuestra actitud
frente a las circunstancias de nuestra propia vida”.

Para entender mejor la proactividad, podemos hacer una comparación entre lo que es
una conducta proactiva y una conducta reactiva.

✓ CONDUCTA REACTIVA
Se ven afectadas por las circunstancias, las condiciones, el ambiente social... Sólo se
sienten bien si su entorno está bien.

Centran sus esfuerzos en el círculo de preocupación: en los defectos de otras


personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen
ningún control. No tienen la libertad de elegir sus propias acciones.
✓ CONDUCTA PROACTIVA

Se mueven por valores meditados y seleccionados: pueden pasar muchas cosas a su


alrededor, pero son dueñas de cómo quieren reaccionar ante los acontecimientos.

Centran sus esfuerzos en el círculo de influencia: se dedican a aquellas cosas con


respecto a las cuales pueden hacer algo.

La proactividad no tiene nada que ver con el activismo o la hiperactividad. Ser


proactivo en nuestras comunicaciones no es responder de inmediato y de forma
caótica y desorganizada, dejándonos llevar por los impulsos del momento.

Las personas que tienen el hábito de la proactividad en sus comunicaciones, no emiten


mensajes llevados por el impulso sino por sus valores, saben lo que necesitan y actúan
en consecuencia, emitiendo mensajes directos y orientados a las personas que les
pueden ayudar a conseguir lo que necesitan.
Las habilidades interpersonales son las que utilizamos todos los días cuando nos comunicamos
e interactuamos con otras personas, tanto individualmente como en grupo. Las personas con
fuertes en esta clase de habilidades son a menudo más exitosas tanto en su vida profesional
como personal.

Las personas con buenas habilidades interpersonales tienden a ser capaces de trabajar bien en
un equipo y con otras personas en general. Son capaces de comunicarse eficazmente con otros,
ya sean familiares, amigos, colegas, clientes o clientes. Por lo tanto, las habilidades
interpersonales son vitales en todos los ámbitos de la vida laboral, educativa y social.

¿Qué son las habilidades interpersonales?

Las habilidades interpersonales son los comportamientos y tácticas que una persona usa para
interactuar con otros de manera efectiva. En el mundo de los negocios, el término se refiere a
la capacidad de un empleado para trabajar bien con otros. Las habilidades interpersonales van
desde la comunicación y la escucha hasta la actitud y el comportamiento.

Las habilidades interpersonales también se denominan a veces habilidades sociales, habilidades


blandas o habilidades para la vida. Dependen de la lectura de las señales que otros envían y de
la interpretación exacta de las mismas para formar una respuesta. Aunque todos estos
términos pueden incluir habilidades interpersonales, tienden a ser más amplios y, por lo tanto,
también pueden referirse a otros tipos de habilidades. Muchas personas también utilizan el
término habilidades de comunicación para las habilidades interpersonales, pero las habilidades
interpersonales cubren más, incluyendo la toma de decisiones y la resolución de problemas,
además de trabajar en un grupo o equipo y la inteligencia emocional.

Cada uno tiene un estilo personal y un estilo interpersonal, pero algunos tienen más éxito que
otros. Aunque las habilidades interpersonales pueden basarse en parte en la personalidad y el
instinto, también pueden desarrollarse.

habilidades interpersonales y sociales

Por lo general, se considera que las habilidades interpersonales y sociales incluyen una amplia
gama de habilidades. A continuación se observa una lista con ejemplos las habilidades
interpersonales más importantes en el ámbito personal y laboral:

• Empatía. La empatía es la capacidad de comprender emocionalmente lo que sienten


otras personas, ver las cosas desde su punto de vista e imaginarse en su lugar.
Esencialmente, es ponerse en la posición de otra persona y sentir lo que ella debe
sentir. La empatía es, sin lugar a la duda, una de las habilidades interpersonales más
importantes.
• Comunicación o habilidades de comunicativas, que a su vez cubre:
o Comunicación verbal. Lo que decimos y cómo lo decimos.
o Comunicación no verbal. Lo que comunicamos sin palabras, por ejemplo, a
través del lenguaje corporal o el tono de voz.
o Habilidades de escucha. Cómo interpretamos los mensajes verbales y no
verbales enviados por otros.
• Inteligencia emocional. ser capaz de entender y manejar sus propias emociones y las de
los demás.
• Trabajo en equipo y liderazgo. Poder trabajar con otros en grupos y equipos, tanto
formales como informales.
• Habilidades de negociación, persuasión e influencia. Trabajar con otros para encontrar
un resultado mutuamente aceptable (Ganar/Ganar). Esto puede considerarse un
subconjunto de la comunicación, pero a menudo se trata por separado.
• Manejo y resolución de conflictos. Trabajar con otros para resolver conflictos y
desacuerdos interpersonales de una manera positiva, lo cual puede ser considerado
como un subconjunto de la comunicación.
• Resolución de problemas y toma de decisiones. Trabajar con otros para identificar,
definir y resolver problemas, lo que incluye tomar decisiones sobre el mejor curso de
acción.

Importancia de las habilidades interpersonales

Sin estas habilidades, el trabajo diario sería muy difícil, ya que casi todos los aspectos del
trabajo implican comunicación. Muchos empleos también implican colaboración e interacción
con diferentes tipos de personas y las habilidades interpersonales son vitales para que esto
suceda.

Durante una entrevista de trabajo, los reclutadores verán cómo las habilidades interpersonales
del candidato encajan con las que se requieren en el entorno laboral actual. A menudo basarán
su decisión de reclutar en si el candidato posee las habilidades interpersonales adecuadas para
tener éxito dentro de la empresa.

¿Cómo se desarrollan las habilidades interpersonales?

A menudo se considera que las buenas habilidades interpersonales son la base de las buenas
relaciones laborales y sociales, así como del desarrollo de muchas otras áreas de
habilidades. Por ejemplo, los buenos líderes tienden a tener muy buenas habilidades
interpersonales y a desarrollar otras áreas de sus habilidades de liderazgo basándose en ellas.

Sin buenas habilidades interpersonales, a menudo es más difícil desarrollar otras habilidades
importantes para la vida. Por lo tanto, vale la pena dedicar tiempo al desarrollo de buenas
habilidades interpersonales. A diferencia de las habilidades especializadas y técnicas
(habilidades duras), las habilidades interpersonales (habilidades sociales) se utilizan todos los
días y en todos los ámbitos de nuestra vida.

Para mejorar y desarrollar tus habilidades interpersonales es mejor hacerlo en pasos,


comenzando con los más básicos, pero vitales:
Identificar áreas de mejora

El primer paso para mejorar es desarrollar el conocimiento que tienes ti mismo y tus
debilidades. Es posible que ya tengas una buena idea de las áreas que necesita desarrollar. Sin
embargo, vale la pena buscar retroalimentación de otras personas, porque es fácil desarrollar
«puntos ciegos» acerca de uno mismo.

Aprende a escuchar

La comunicación es mucho más que las palabras que salen de la boca. Algunos incluso llegarían
a sugerir que hay una razón por la que tienes dos oídos y una boca y que por lo tanto deberías
escuchar el doble de lo que hablas.

Escuchar no es lo mismo que oír. Quizás una de las cosas más importantes que puedes hacer
por cualquier otra persona es tomarte el tiempo para escuchar cuidadosamente lo que está
diciendo, considerando tanto su comunicación verbal como no verbal. El uso de técnicas como
el cuestionamiento y la reflexión demuestra que escuchas y que estás interesado.

Cuando estés hablando, se consciente de las palabras que usas. Practica la claridad y aprende a
buscar retroalimentación o aclaración para asegurarte de que tu mensaje ha sido entendido. Al
usar las preguntas de manera efectiva, puede comprobar la comprensión de los demás y
también aprender más de ellos.

Puedes pensar que la selección de tus palabras es la parte más importante para transmitir un
mensaje, pero la comunicación no verbal en realidad juega un papel mucho más importante de
lo que muchos de nosotros creemos. Algunos expertos sugieren que alrededor de tres cuartas
partes del «mensaje» se comunica mediante señales no verbales como el lenguaje corporal, el
tono de voz y la velocidad con la que se habla.

Estas señales no verbales refuerzan o contradicen el mensaje de nuestras palabras y son mucho
más difíciles de falsificar que las palabras.

Mira hacia tu interior

Las habilidades interpersonales pueden ser sobre cómo te relacionas con los demás, pero
empiezan contigo. Muchos mejorarán drásticamente si trabajas en tus habilidades personales.

Por ejemplo, es mucho más probable que la gente se sienta atraída hacia ti si puedes mantener
una actitud positiva. Una actitud positiva también se traduce en una mayor confianza en sí
mismo.

También es menos probable que pueda comunicarse eficazmente si está muy estresado por
algo. Por lo tanto, es importante aprender a reconocer, controlar y reducir el estrés en sí mismo
y en los demás (y para más información, consulte nuestra sección sobre Estrés y control del
estrés). Ser capaz de permanecer asertivo, sin volverse pasivo o agresivo, es también clave para
una comunicación efectiva. Hay más sobre esto en nuestras páginas sobre el asertividad.
Practica tus habilidades sociales

Hay un número de situaciones en las cuales necesitarás usar tus habilidades sociales. Ponerte
conscientemente en esas posiciones, practicar tus habilidades y luego reflexionar sobre los
resultados, te ayudará a mejorar.

Las habilidades interpersonales son esenciales cuando se trabaja en grupos. El trabajo en


equipo también es una situación común, tanto en el hogar como en el trabajo, lo que te da
muchas oportunidades de trabajar en tus habilidades. Puede ser útil entender más sobre las
dinámicas de grupo y las formas de trabajar, ya que éstas pueden afectar a te comportas tanto
tú como los demás.

Las habilidades interpersonales también pueden ser particularmente útiles si tienes que
negociar, persuadir e influenciar a otros. Las negociaciones eficaces, es decir, en las que se
busca un resultado en el que todos ganan, en lugar de todos pierden, allanarán el camino hacia
el respeto mutuo, la confianza y las relaciones interpersonales duraderas. Sólo buscando una
solución que funcione para ambas partes, en lugar de tratar de ganar a toda costa, se puede
establecer una buena relación que les permita trabajar juntos una y otra vez.

Ser capaz de persuadir e influenciar a otros, para beneficio mutuo, es también un elemento
clave para establecer relaciones interpersonales sólidas.

Resolver y mediar en situaciones de conflicto puede ser una prueba real de las habilidades
interpersonales. A veces la negociación y la persuasión no son suficientes para evitar el
conflicto. Cuando esto sucede, se necesita una fuerte resolución de conflictos y,
potencialmente, incluso habilidades de mediación. El conflicto puede surgir de comunicaciones
interpersonales mal manejadas, y puede ser abordado simplemente escuchando atentamente a
ambas partes, y demostrando que lo ha hecho. Encontrar una situación en la que todos salgan
ganando es igualmente importante aquí, porque demuestra que se respeta a ambas partes.

Por último, la resolución de problemas y la toma de decisiones suelen ser mejores cuando
involucran a más de una persona y son habilidades clave para la vida. Esto significa que con
frecuencia también involucran elementos interpersonales y no hay duda de que mejores
habilidades interpersonales ayudarán con ambos.

Reflexiona sobre tu experiencia para mejorar

El elemento final, pero no por ello menos importante, para desarrollar y mejorar tus
habilidades interpersonales y sociales es necesario desarrollar el hábito de la autorreflexión.
Tomarse el tiempo para pensar en conversaciones previas y otras interacciones interpersonales
te permitirá aprender de tus errores y éxitos, y continuar desarrollándose. Por ejemplo, podría
ser útil llevar un diario o diario de aprendizaje y escribirlo cada semana.

Bibliografía
Edukanda. (s.f.). Recuperado el 21 de Octubre de 2015, de
http://www.edukanda.es/mediatecaweb/data/zip/922/contenidos/00_00_01_present
aci on.html

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