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ALUMNO :HUGO LEOPOLDO ALBA PALOMINO

1-Sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México (Amparo de Revisión núm. 307/2016)

Vecinas de la Laguna del Carpintero, en el Municipio de Tampico, Tamaulipas, reclamaron en amparo la


violación de su derecho a un medio ambiente sano como consecuencia del desarrollo de un proyecto de
Parque Temático Ecológico, al considerar que se estaba afectando el manglar existente en la zona. La juez de
distrito que conoció el asunto determinó que las particulares no podían acudir al juicio de amparo, dado que
no se acreditaba el interés legítimo para combatir los actos reclamados, en tanto no se trataba de un interés
difuso sino simple y no se logró evidenciar cómo se afectaba directamente su derecho fundamental a la
salud a causa de la construcción del Parque o cómo afectaba la tala del mangle al medio ambiente. Sobre
este asunto se pronuncia el recurso de revisión, que desarrolla disposiciones contenidas en el Acuerdo de
Escazú.

Interés legítimo para promover un juicio de amparo en materias ambientales

[El Acuerdo de Escazú,] “en su artículo 8.3 reitera la obligación de los Estados de garantizar el acceso a la
justicia en materia ambiental a través de “una legitimación activa amplia”.

“Correlativamente, se enfatiza el deber de todas las autoridades, en el ámbito de sus respectivas


competencias, de fomentar la participación de la ciudadanía, o bien, asegurar un entorno propicio para la
protección del medio ambiente esto, entre otras, a través de la creación de herramientas institucionales y
jurídicas que tengan por objeto incluir a los ciudadanos en el control de las políticas públicas con impacto
ambiental”.

“Esta Sala concluye que se actualiza el interés legítimo en un juicio de amparo en materia ambiental, cuando
se acredita que existe un vínculo entre quien alega ser titular del derecho ambiental y los servicios
ambientales que presta el ecosistema presuntamente vulnerado; vínculo que puede demostrarse como uno
de los criterios de identificación, más no el único- cuando el accionante acredita habitar o utilizar el
“entorno adyacente” del ecosistema, entendiendo éste como su área de influencia a partir de los servicios
ambientales que presta”.

“Para acreditar el interés legítimo en materia ambiental no es necesario demostrar el daño al medio
ambiente pues, en todo caso, y atendiendo al principio de precaución, el daño o el riesgo de daño al medio
ambiente, constituirá la materia de fondo del juicio de amparo”.

Afectación de ecosistemas, principio de precaución y manifestación de impacto ambiental

“En términos del principio de precaución, una evaluación de riesgos ambientales es una condición necesaria
para la implementación de cualquier proyecto con impacto ambiental y, consecuentemente, su ausencia
constituye en sí misma una vulneración a este principio”.

“Es decir, a la luz del principio de precaución, el Estado mexicano ha determinado que cualquier actividad
que se realice en zonas de humedales exige una protección especial, precisamente, por constituir, prima
facie, un riesgo para el medio ambiente, dado que a estos ecosistemas se les reconoce un valor muy
particular como reguladores de los regímenes hidrológicos, así como hábitat de diversas especies de flora y
fauna; en particular, la normativa mexicana ha decretado que el mangle blanco, negro y rojo son especies
amenazadas”.

“Aunado a lo anterior, el desarrollo de un proyecto en una zona de humedales sin la autorización


correspondiente, contraviene el principio de no regresión, pues se inobserva un nivel de protección ya
alcanzado para este ecosistema; es decir, en término de la normativa en cita, los humedales están
protegidos en México a través de una obligación general de no hacer, de no realizar cualquier actividad en
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estas zonas sin autorización, por lo que la ausencia de la referida autorización de impacto ambiental que
exige la Ley General de Equilibrio Ecológico también contraviene el principio de no regresión en materia
ambiental”

2-SUSPENSIÓN DEFINITIVA. CUANDO LA QUEJOSA ADUCE TENER UN INTERÉS LEGÍTIMO PARA RECLAMAR
UNA LICENCIA PARA MOVIMIENTO DE TIERRAS CUYA EJECUCIÓN IMPLICA LA REMOCIÓN DE FLORA Y LA
POSIBLE VULNERACIÓN DEL DERECHO FUNDAMENTAL A UN MEDIO AMBIENTE SANO –EN SU DIMENSIÓN
OBJETIVA O ECOLOGISTA– Y LA AUTORIDAD ACEPTA LA EXISTENCIA DEL ACTO RECLAMADO, SE COLMAN
LOS REQUISITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 131, PÁRRAFO PRIMERO, DE LA LEY DE AMPARO PARA
CONCEDERLA.

En el supuesto indicado, los requisitos que exige el precepto citado para conceder la suspensión –
consistentes en que la parte quejosa acredite: a) el daño inminente e irreparable a su pretensión en caso de
que se le niegue, y b) el interés social que justifique su otorgamiento– se consideran satisfechos con el
informe previo en donde la autoridad responsable acepte la existencia del acto reclamado, en atención a la
naturaleza de ese derecho involucrado. Sobre esto último, al resolver el amparo en revisión 307/2016, la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación desarrolló el derecho fundamental a un medio
ambiente sano, caso del cual surgieron –entre otras– las tesis aisladas 1a. CCLXXXIX/2018 (10a.), de título y
subtítulo: "DERECHO HUMANO A UN MEDIO AMBIENTE SANO. SU NÚCLEO ESENCIAL." y 1a.
CCLXXXVIII/2018 (10a.), de título y subtítulo: "DERECHO HUMANO A UN MEDIO AMBIENTE SANO. LA
VULNERACIÓN A CUALQUIERA DE SUS DOS DIMENSIONES CONSTITUYE UNA VIOLACIÓN A AQUÉL.", en las
que sostuvo que ese derecho entraña la protección tanto del medio ambiente en que se desarrollan las
personas, como la de la naturaleza en sí misma, por lo que distinguió en él una doble dimensión: una
objetiva o ecologista, y otra subjetiva o antropocéntrica. La primera de ellas identifica a la naturaleza como
un bien jurídico autónomo que debe ser protegido por su importancia para todo ser vivo, no sólo para el ser
humano. Esa Primera Sala también reconoció que esa base axiológica le otorga una esencia especial a ese
derecho que, a su vez, exige un enfoque particular para que las garantías que lo rodean sean efectivas; ello
se plasmó en la tesis aislada 1a. CCXCII/2018 (10a.), de título y subtítulo: "DERECHO HUMANO A UN MEDIO
AMBIENTE SANO. SU DIMENSIÓN COLECTIVA Y TUTELA EFECTIVA.". En el mismo asunto, también estableció
que en materia ambiental operan los principios de precaución –significa que el Estado debe adoptar todas
las medidas necesarias para evitar o mitigar el riesgo al medio ambiente, aun ante la duda de que una
actividad pueda conllevarlo– e in dubio pro natura –se traduce en que en todo conflicto ambiental debe
prevalecer siempre la interpretación que favorezca la conservación del medio ambiente–. En ese contexto,
cuando una persona reclama una licencia para movimiento de tierras y afirma contar con interés legítimo,
basado en la dimensión objetiva o ecologista de ese derecho fundamental, porque la ejecución de dicho
acto implique la remoción de flora y una consecuente alteración a la biodiversidad, los requisitos previstos
en el citado artículo 131, párrafo primero, se satisfacen con el informe previo que rinda la autoridad
responsable en el que acepte la existencia del acto reclamado debido a la naturaleza especial del derecho
involucrado, siempre que no exista prueba en contrario, pues si el ecosistema es susceptible de protección
por constituir un valor en sí mismo, entonces existe un interés social en su preservación. Además, la
aceptación de la autoridad responsable implica la existencia de un impacto en aquél, cuyo alcance y
perjuicio al derecho alegado es materia de fondo del amparo, pero para efectos de la suspensión definitiva
es suficiente que, en observancia a los principios de precaución e in dubio pro natura, se estime justificada la
inminencia en la ejecución del acto y la irreparabilidad de los efectos, así como el interés social para adoptar
las medidas necesarias, a fin de que no se ocasione esa alteración en la naturaleza. Este esquema permite
que la figura de la suspensión cumpla sus objetivos, que son evitar un daño al medio ambiente irreparable
aun con una concesión de amparo, conservar viva la materia del juicio y permitir una tutela efectiva del
derecho fundamental de que se trata.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SÉPTIMO CIRCUITO.


ALUMNO :HUGO LEOPOLDO ALBA PALOMINO

Incidente de suspensión (revisión) 172/2019. Brasa Desarrollos, S.A. de C.V. y otros. 27 de mayo de 2020.
Unanimidad de votos. Ponente: José Elías Gallegos Benítez. Secretario: Guillermo Castillo Sotomayor.

Nota: Las tesis aisladas 1a. CCLXXXIX/2018 (10a.), 1a. CCLXXXVIII/2018 (10a.) y 1a. CCXCII/2018 (10a.)
citadas, aparecen publicadas en el Semanario Judicial de la Federación del viernes 7 de diciembre de 2018 a
las 10:19 horas y en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 61, Tomo I,
diciembre de 2018, páginas 309 y 308, con números de registro digital: 2018636, 2018633 y 2018635,
respectivamente.

Tesis

Registro digital: 2009763

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Décima Época

Materia(s): Común, Administrativa

Tesis: XXI.1o.P.A.25 A (10a.)

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.

Libro 21, Agosto de 2015, Tomo III , página 2382

Tipo: Aislada

3-INTERÉS LEGÍTIMO EN EL AMPARO. PARA ACREDITARLO, LAS PERSONAS MORALES PRIVADAS MEXICANAS
CUYO OBJETO SOCIAL SEA LA PROTECCIÓN AL AMBIENTE EN GENERAL, DEBEN DEMOSTRAR QUE SUS
INTEGRANTES SON VECINOS O HABITAN EN LA COMUNIDAD ADYACENTE AL LUGAR DONDE SE OCASIONÓ
EL DAÑO.

De conformidad con el artículo 5o., fracción I, de la Ley de Amparo, el quejoso es una de las partes en el
juicio de amparo, y es aquella persona (física o moral), titular de un derecho subjetivo o de un interés
legítimo, individual o colectivo, siempre que alegue que la norma, acto u omisión reclamados violan los
derechos fundamentales reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte y, con ello, se produzca una afectación real y actual en su esfera jurídica, ya sea
directa o en virtud de su especial situación frente al orden jurídico. Así, respecto al interés legítimo
tratándose de las personas morales privadas mexicanas cuyo objeto social sea la protección al ambiente en
general, debe tomarse como parámetro lo previsto en el numeral 28, fracción I, de la Ley Federal de
Responsabilidad Ambiental, es decir, para acreditarlo, dichos entes jurídicos deben, al margen de que su
domicilio social se encuentre ubicado en el lugar donde se ocasionó el daño al ambiente, demostrar durante
la tramitación del juicio de amparo, con medios de convicción idóneos y objetivos, que sus integrantes son
vecinos o habitan en la comunidad adyacente al lugar referido.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS PENAL Y ADMINISTRATIVA DEL VIGÉSIMO PRIMER CIRCUITO.

Amparo en revisión 313/2014. Red de Organizaciones y Grupos Ambientales de Zihuatanejo, A.C. 23 de abril
de 2015. Unanimidad de votos. Ponente: Xóchitl Guido Guzmán. Secretaria: Berenice de los Santos
Mendoza.
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Nota:

En relación con el alcance de la presente tesis, destaca la diversa aislada 1a. CXLIV/2015 (10a.), de título y
subtítulo: "RESPONSABILIDAD AMBIENTAL. EL ARTÍCULO 28, PÁRRAFOS PRIMERO, FRACCIÓN II, Y SEGUNDO,
DE LA LEY FEDERAL RELATIVA, TRANSGREDE EL DERECHO A UNA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA.", publicada en
el Semanario Judicial de la Federación del viernes 8 de mayo de 2015 a las 9:30 horas y en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 18, Tomo I, mayo de 2015, página 456.

Por ejecutoria del 1 de febrero de 2017, la Segunda Sala declaró inexistente la contradicción de tesis
247/2016 derivada de la denuncia de la que fue objeto el criterio contenido en esta tesis, al estimarse que
no son discrepantes los criterios materia de la denuncia respectiva

Esta tesis se publicó el viernes 14 de agosto de 2015 a las 10:05 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.

4-Derecho humano a un medio ambiente sano y modalidades a la propiedad SCJN, Primera Sala, Amparo en
Revisión 698/2010, 1o. de diciembre de 2010 Hechos del caso Una persona en Monterrey, Nuevo León,
presentó una demanda de amparo en la cual reclamó la inconstitucionalidad de algunos artículos de la Ley
General de Desarrollo Forestal Sustentable (LGDFS) y su aplicación por autoridades de la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) a través de visitas de inspección, el inicio de un procedimiento
administrativo y la clausura total temporal impuesta en predios de su propiedad, así como las sanciones que
podrían determinarse como consecuencia de las presuntas infracciones cometidas durante el desarrollo de
un proyecto inmobiliario, al no contar con autorizaciones en materia de cambio de uso de suelo de terrenos
forestales y de impacto ambiental emitidas por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(SEMARNAT). El juicio de amparo se sobreseyó y el desarrollador del proyecto inmobiliario presentó un
recurso de revisión en el cual se confirmó la sentencia. Asimismo, el Tribunal Colegiado remitió el asunto a la
Suprema Corte de Justicia de la Nación para resolver lo relacionado con la inconstitucionalidad de la LGDFS.
En su recurso de revisión, el desarrollador del proyecto inmobiliario expuso que se violaron sus garantías de
legalidad y seguridad jurídica, afectándose indebidamente su propiedad y sus derechos adquiridos. Entre sus
agravios, expuso que la LGDFS Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable es inconstitucional

Registro digital: 2005003

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Décima Época

Materia(s): Común

Tesis: I.12o.A.2 K (10a.)

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.

Libro XXVI, Noviembre de 2013, Tomo 2, página 1505

Tipo: Aislada

5-SUSPENSIÓN EN EL AMPARO. PARA RESOLVER SOBRE SU CONCESIÓN EN MATERIA AMBIENTAL, DEBEN


TOMARSE EN CUENTA LOS PRINCIPIOS DE PREVENCIÓN Y PRECAUCIÓN.

El deber de prevención fue desarrollado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso
González y otras (campo algodonero) vs. México; en la sentencia relativa sostuvo que abarca todas aquellas
medidas de carácter jurídico, político, administrativo y cultural que promuevan la salvaguarda de los
derechos humanos y aseguren que sus eventuales violaciones sean efectivamente consideradas y tratadas
como un hecho ilícito. Por otra parte, en cuanto al deber de garantía, estableció que el Estado está obligado
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a organizar todo el aparato gubernamental de manera que sea capaz de asegurar jurídicamente el libre y
pleno ejercicio de los derechos humanos, lo que, a su vez, supone no sólo abstenerse de violarlos, sino
también adoptar las medidas positivas en función del sujeto de derecho. En este sentido contribuye a
cumplir con dichas obligaciones, en relación con el medio ambiente, la Convención de Estocolmo sobre
Contaminantes Orgánicos Persistentes, ratificada por el Estado Mexicano y publicada en el Diario Oficial de
la Federación el 17 de mayo de 2004, instrumento que impone al Estado los principios de prevención y
precaución, para salvaguardar las posibles violaciones de derechos humanos de la colectividad. Por tanto,
para resolver sobre la concesión de la suspensión en el amparo tratándose de materia ambiental, deben
tomarse en cuenta los aludidos principios.

DÉCIMO SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.

Incidente de suspensión (revisión) 152/2013. Sergio Martín Segundo. 5 de julio de 2013. Unanimidad de
votos. Ponente: Arturo César Morales Ramírez. Secretaria: Minerva Herlinda Mendoza Cruz.

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