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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


Maestría en Derecho Constitucional
Curso: Derecho Constitucional y Globalización
Catedrático: Jorge Mario Andrino Grotewold, Phd.

Nombre: No. carné.


José Daniel Juárez López 2483720

Análisis crítico jurisprudencial sobre la Globalización:

Resumen: La sentencia analizada conlleva los elementos vistos en clase, el


Sistema Universal de Derechos Humanos, el Sistema Interamericano, el
multilateralismo expresadas mediante las participaciones, compromisos e
instrumentos ratificados por el Estado de Guatemala, en materia de protección al
medio ambiente, utilizados para determinar el contenido y alcance de los derechos
a proteger y su realización. A su vez, quienes plantean la inconstitucionalidad son
los representantes de la gremial de empresarios de Guatemala, porque podría
existir una posible restricción a los derechos de propiedad, industria al prohibir
ciertos materiales de plástico. Lo que le da ese enfoque globalizado es la
ambivalencia de la paradoja económica, en la que el factor empresarial ve la
constitución con un fin utilitarista, pero en contraposición, el constitucionalismo
critico latinoamericano tiende a proteger los derechos humanos como lo es el
medio ambiente. Por último, el neoconstitucionalismo, cuyo objeto es vivificar la
constitución utiliza diversos métodos de interpretación para consolidar el Estado
Social de Derecho, tal es el caso de la sentencia estudiada, se usó el test de
proporcionalidad, la interpretación conforme a la Constitución, utilizó el control de
constitucionalidad para ponderar.

En el caso que se analiza, el Consejo Municipal de San Pedro La Laguna,


departamento de Sololá, dictó el acuerdo municipal 111-2016 que dispuso: “I)
Prohíbe el uso, venta y distribución de bolsas plásticas, duroport, pajillas y
derivados, en el municipio de San Pedro La Laguna, Solola, a fin de minimizar los
graves prejuicios que el exceso de este tipo de productos está generando en el
ambiente y en el lago de Atitlán. II) Toda persona individual y jurídica que haga
usos de estos productos de único uso, inútiles y no reusables, pajillas, duroport y
derivados, será sancionado con una multa de Q. 300.00 exactos III) A las
empresas que comercialicen y distribuyan bolsas plásticas, duroport, pajillas y
derivados, dentro del municipio de San Pedro la Laguna, se le sancionarán con
una multa de Q. 15 mil quetzales.”
La Cámara de la Industria de Guatemala, siendo el representante gremial del
sector empresarial encargado de la producción y distribución de diversos bienes
de consumo, en los que se utilizan plásticos, planteo inconstitucionalidad general
en contra de las normas descritas, aduciendo restricción o condicionamiento a los
derechos de igualdad, libertad, libertad de acción, derecho de propiedad, libertad
de industria, comercio y trabajo de las personas individuales o jurídicas que
residen o transitan por el municipio de San Pedro la Laguna.

La Corte de Constitucionalidad -CC- dictó sentencia dentro del expediente 5956-


2016 en el que resolvió el asunto de la manera siguiente:

Primeramente, la CC determinó que el derecho ambiental está encaminado a la


prevención del daño ambiental, y que la protección al ambiente debe estar dirigido
conforme al principio de sustentabilidad, en cuanto a evitarse el agotamiento de
recursos naturales que son básicos para la supervivencia humana, esto basado en
que la Constitución conlleva un espíritu de Estado humanista y es deber del
Estado el desarrollo integral de las personas, lo que se traduce en que los
habitantes tienen derecho a vivir bajo condiciones adecuadas, siendo que el
Estado debe tener una actitud activa para proveer condiciones sociales que
permitan una vida digna. La CC, citó el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales -PIDESC-, que reconoce el derecho a un nivel
de vida adecuado para sí y su familia, así como la jurisprudencia de la Corte IDH,
en el caso Villagrán Morales contra el Estado de Guatemala (caso niños de la
calle) en el que estableció que el derecho fundamental a la vida comprende
también el derecho a que no se le impida el acceso a las condiciones que le
garanticen una existencia digna y que estas medidas deben ser progresivas. En
conclusión el derecho a un ambiente sano es una de las raíces para poder
garantizar la efectividad de otros derechos, ya que el ser humano necesita de la
naturaleza para existir. El PIDESC- y La Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales conocido
como el Protocolo de San Salvador han reconocido el derecho al medio ambiente,
creando principios de carácter internacional, entre ellos, que la protección debe de
procurarse en el plano nacional e internacional, tanto por parte del Estado como
de los particulares.

La CC consideró la resolución de la asamblea de la NU, 2398, que señaló la


preocupación por la “deterioración constante y acelerada de la calidad del medio
humano causada por la contaminación del aire, agua, erosión, y otras formas de
deterioración del suelo, los desechos, el ruido, los efectos secundarios de los
biocidas producto de la urbanización acelerada”. También se fundamentó en la
Declaración de Río sobre el Medio Ambiente, que busca asegurar la protección del
medio ambiente por medio del desarrollo sostenible, pensando en las
generaciones presentes y futuras. También citó el caso Hatton y otros contra el
Reino Unido en el que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos indicó que la
salud es la más básica y preeminente necesidad humana, de manera que se debe
de procurar la descontaminación y el equilibrio ecológico.

La hermenéutica constitucional utilizada por la CC, en la sentencia conllevó la


invocación del bloque de constitucionalidad y de la convencionalidad antes
mencionada, aunada a la interpretación personalista de nuestra Constitución
centrando al ser humano y la necesidad de un ambiente natural libre de
contaminación, con equilibrio del derecho a usar lo artificial para simplificar su
forma de vida. Tomo en cuenta fallos propios que establecieron la obligación de
las autoridades públicas para velar por una utilización racional de los recursos
naturales.

En un segundo plano la CC examinó la facultad del Consejo, para crear la


normativa, y en base a la Constitución, al Código Municipal, La Ley de Protección
y Mejoramiento del Medio Ambiente y el Código de Salud, los cuales facultan a las
municipalidades la competencia de “recolección, tratamiento y disposición de
desechos sólidos; limpieza y ornato”, la “prestación de los servicios; de limpieza o
recolección, tratamiento y disposición de los desechos sólidos”, aunado a la
obligación constitucional de “propiciar el desarrollo social, económico y tecnológico
que prevenga la contaminación del ambiente y mantenga el equilibrio ecológico”.
Concluyó, que el consejo tiene la facultad de tomar las decisiones pertinentes para
poder llevar a cabo esa función, como dictar acuerdos y reglamentos.

En un tercer paso, la Corte habiendo determinado el contenido de los derechos y


principios del medio ambiente, procedió a utilizar el examen de proporcionalidad
de Robert Alexy, ampliamente utilizado por el Tribunal Federal Alemán, el cual
constituye método de interpretación constitucional que diferencia reglas y
principios, y mediante la ponderación verifica que regla es aplicable y en
consecuencia que derecho debe de realizarse y cual debe de sacrificarse.

A. La CC identificó el propósito del acuerdo municipal cumplía con el deber Estatal


de protección al medio ambiente, prevención de la contaminación y el
mantenimiento del equilibrio ecológico que el propio Texto Constitucional le
designa a las municipalidades en el artículo 97. Asimismo, los efectos del
establecimiento de la medida contenida en él estriban en el derecho de toda
persona a la vida, a un nivel de vida adecuado, a la salud y al acceso a agua
potable.

B. determinó que el acuerdo municipal era el medio idóneo, porque la prohibición


de productos de plástico de un solo uso y de poliestireno expandido es una
tendencia en Estados desarrollados, como en varios lugares de América Latina,
que tiene su raíz en la protección al medio ambiente y, por ende, a la salud y vida
de los seres humanos.

C. También calificó si constituía un medio necesario y si habían otras medidas


menos gravosas–, y de las pruebas aportadas verificó que la municipalidad llevó a
cabo varios programas para evitar la contaminación en el entorno natural, como la
implementación de un tren de aseo que se encarga de hacer la recolección de los
residuos sólidos, la inauguración de una planta de tratamiento, campañas de
limpieza subacuática y de concientización ambiental en establecimientos públicos
y privados, un plan estratégico para la reducción de bolsas plásticas y eventos de
reforestación.

D. En cuanto a la proporcionalidad en sentido estricto– dividió su estudio en


cuanto a la restricción de los derechos a la libertad de acción, derecho de
propiedad y libertad de comercio, determinó que la medida era legítima porque la
prohibición únicamente recaía sobre productos que son utilizados una vez y cuya
degradación se prologa por un tiempo mayor, que algunas veces, la expectativa
de la vida de las personas, por lo que no es tan gravosa y que responde al interés
general y a la necesidad de preservar el derecho de la salud y la vida de los
habitantes de ese municipio.

En una segunda división analizó el caso de los comerciantes que se dedican a la


venta de bolsas plásticas, se fundamentó el artículo 44 de la CPRG en cuanto al
interés social prevalece sobre el interés particular, y también al principio
POLIURER PEIS “Polluter Pays” (quien contamina paga) establecido por la
Organización para la Cooperación y desarrollo Económico (OCDE) de manera que
la protección al medio ambiente es un tema que también concierne al sector
económico privado de manera que es una forma inmediata para corregir la
utilización de los recursos naturales por lo cual declaró la medida lo
suficientemente proporcional.

Por último, mediante la interpretación conforme y de conservación de la ley, usó la


técnica de la sentencia de tipo interpretativo para dar respuesta al cuestionamiento
del accionante, y determinar que la restricción establecida en el acuerdo municipal
no debe comprender los productos en los que es vital utilizar empaques de
plástico y otros materiales similares para preservar su contenido y así tener las
condiciones necesarias para poder comercializarse y distribuirse al público.
Dejando una reserva interpretativa que no limita no limita el uso, la
comercialización y la distribución de productos sellados de fábrica con plástico o
duroport para preservar su contenido y ser utilizado por el público.

Además de exhortar al Organismo Ejecutivo y al Congreso de la República de


Guatemala a que, dentro de sus funciones estatales, promuevan la creación de
normativa y de políticas públicas sobre consumo, distribución y producción de
materiales no reutilizables que causan contaminación en el medio ambiente para
minimizar los efectos nocivos en la salud de las personas a nivel nacional.

En conclusión, la sentencia de la CC, consecuentemente es producto del


fenómeno globalizado, pues utilizó todos los elementos, como el derecho
comparado, resoluciones de Naciones Unidas, así como estudios de diversos
centros de expertos en contaminación ambiental para fundamentar el fallo, fue
muy prudente, pues no se pronunció ni evocó las sentencias de la Corte IDH que
versa en materia de pueblos indígenas y la protección de sus territorios
ancestrales, esto porque a mi consideración la CC hizo bien en enfocarse en que
la quid juris del asunto era examinar sí estaba violentando el comercio, la
industrial, y la producción. Además de ser una sentencia estructural, lo que
supone esa tendencia a hacer del constitucionalismo más sensible a la
necesidades de la comunidad en las que tendrá incidencia. Como aspecto
negativo, es esa visión de soberanía que el Ejecutivo y el Congreso, producto de
intereses económicos y políticos, dejan en suspenso el cumplimiento de esta
sentencia, pues posteriormente hubo un intento de una prohibición a nivel
nacional, misma que fue revocada por el Ejecutivo.

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