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Sección: El librero / Geografía

Título: Río Bravo


Balazo: Aguas compartidas
Autor: Esther López-Portillo
Palabras clave: vertiente del Golfo, frontera norte.

Texto basado en el video: Río Bravo, ILCE-Online Communications, México, 2001 (serie Ríos
de México).

Río grande, río bravo...


El río Bravo es una corriente de agua que nace en las montañas nevadas de Colorado y Nuevo
México; de él depende el abasto de agua y energía eléctrica de alrededor de trece millones de
personas. A lo largo de su recorrido de 1455 kilómetros, atraviesa los estados de Durango,
Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, del lado mexicano, y Colorado, Nuevo México
y Texas, del lado estadounidense, así como los pueblos nativos al norte de Nuevo México. El río
Bravo desemboca en Tamaulipas, en el Golfo de México. Por su longitud ocupa el lugar
dieciocho en el mundo.

La cuenca del Bravo es conocida con dos nombres, río Grande del Norte, en Estados Unidos y
río Bravo en México.  Este río es fuente de  vida no sólo para las poblaciones que lo rodean, sino
también para los ecosistemas que allí se desarrollan. 

La Cuenca del Bravo es nutrida con aguas tributarias provenientes de los ríos Conchos, Salado,
Sabinas, Medio Bravo, Alamo, San Juan y Bajo Bravo.

La Frontera…
En 1845, luego de la derrota en la batalla del Álamo ante Estados Unidos y tras la firma del
tratado Guadalupe Hidalgo, México perdió los territorios que hoy ocupan los estados de Texas,
California, Colorado, Arizona, Nuevo México, Nevada y Utah; es decir, más de la mitad de su
territorio. Fue así como el cauce del río Bravo se convirtió en la frontera natural entre ambas
naciones.

A diario, más de cuarenta mil vehículos y ocho mil personas pasan de un país a otro a través de
los diferentes puestos fronterizos; lo que convierte a ésta, en la barrera física más cruzada del
planeta. El río también es cruzado a diario por cientos de migrantes indocumentados, mexicanos,
centro y sudamericanos, que arriesgan su vida al perseguir el sueño americano, que significan
como la oportunidad de una mejor calidad de vida para ellos y sus familias. Así la frontera
también representa el choque social y el contraste entre México y Estados Unidos.

¿De quién es el río?


En 1944 México y Estados Unidos firmaron el Tratado de Aguas que establece qué cantidad de
agua del Bravo pertenece a México y a Estados Unidos. Para llevar a cabo el control, se han
implementado diversos mecanismos de medición que registran la cantidad de agua que extrae y
reincorpora al cauce cada nación.

Así mismo, el tratado establece criterios claros sobre la utilización del agua: la prioridad es el
abasto de las poblaciones, le siguen la agricultura y la ganadería para terminar con la caza, pesca
y otros usos industriales.

En el río existen dos presas internacionales: Amistad y Falcón, ambas son utilizadas para el
almacenamiento, control y distribución del agua, así como para la generación de energía
eléctrica.

Los actividades productivas y los riesgos…


En este caso, las actividades productivas son también los principales factores de riesgo. La
agricultura es considerada por los ambientalistas como el primer usurpador del agua del Bravo;
la indiscriminada demanda del recurso para este fin, ha provocado una rápida disminución del
cauce. En las laderas del Grande, en Estados Unidos, hay un sinfín de campos de cultivo,
principalmente de algodón, que son fuente de empleo para los migrantes indocumentados.

Otra gran amenaza está representada por el Corredor Industrial establecido en la franja fronteriza
de México en 1965. Dicho corredor cobró fuerza con la firma del Tratado de Libre Comercio, e
impulsó el crecimiento desmedido de maquilas al ver los inversionistas la posibilidad de contar
con mano de obra calificada y barata. Aunque las maquiladoras han creado más de medio millón
de empleos directos; la sobredemanda de recursos naturales está impactando de manera negativa
al medio ambiente.

La conservación...
Científicos naturales y sociales de México y Estados Unidos participan en la Comisión del Río
Bravo, que tiene el fin de preservar los ecosistemas y la cultura de los pueblos que se desarrolla
en las laderas y alrededores del río.

En general, la calidad del agua del Bravo es buena, aunque existen algunos problemas con la
descarga de aguas residuales en diversos tramos. También, en sus orillas, principalmente del lado
mexicano, es posible encontrar tiraderos de basura que amenazan la vida de las especies y la
salud del río.

Valdría la pena preguntarnos, ¿de quién depende cuidar al Bravo?, ¿es una tarea de los gobiernos
o de cada una de las personas que, directa o indirectamente, nos beneficiamos de sus aguas?

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