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Qué son las vitaminas y los minerales, qué hacen y por qué los necesitamos
Términos comunes
Valores diarios (VD) – Son los niveles recomendados de ingesta de alimentos que se
utilizan en las etiquetas de las comidas y están basados en los valores diarios de referencia
(VDR) y en la ingesta diaria de referencia (IDR) referidos a una dieta estándar de 2.000
calorías.
Ingesta diaria de referencia (IDR) –Un grupo de cuatro valores de referencia, que incluye la
CDR, IA, NS y RME. La IDR son los niveles de ingesta de nutrientes pensados para ser
utilizados como valores de referencia a la hora de planificar y evaluar la dieta de personas
sanas.
Las recomendaciones diarias de agua es de 1,5 litros mas 150 a 200 ml 20 minutos antes de
entrenar; mas 100 a 200 ml por cada 15 minutos de ejercicio mas dos vasos de agua tras el
ejercicio (recomendaciones aproximadas).
La idea de los ocho vasos de agua al día puede parecer un mito, pero en un buen punto de
partida. En general, durante el día se debería beber la suficiente cantidad de líquidos como
para que la orina sea de color amarillo claro. (La orina oscura y escasa a menudo es un
indicativo de deshidratación) Además, para los atletas se hacen estas recomendaciones:
Beber de 450 a 700 mililitros de líquido dos o tres horas antes del ejercicio.
Beber de 200 a 400 mililitros de líquido cada 15 o 20 minutos durante el ejercicio.
Beber entre 1 y 1.5 litros de líquidos por cada kilo de peso corporal que se haya
perdido durante el ejercicio.
Durante y después del ejercicio, hay que beber los líquidos suficientes para reponer el agua
perdida mediante la sudoración –es mejor tomar un poco más que quedarse cortos para
asegurar la hidratación adecuada. Si se hace más de una hora de ejercicio seguido, puede
que las bebidas deportivas os ayuden a reponer los depósitos de electrolitos.
Cubriendo las necesidades diarias de agua
Mientras que podría parecer lógico que si se bebe agua cuando se tiene sed uno no debería
tener problemas de hidratación, la realidad es que la sed no siempre es un buen indicador
del grado de hidratación. Primero hay que comprender como funciona el mecanismo de la
sed dentro del cuerpo. El cerebro controla constantemente la concentración de la sangre, y
cuando el nivel de agua corporal se ha reducido en un 1 o 2% dispara el mecanismo de la
sed y entonces es probable que la persona beba algo. El problema es que la gente no
siempre bebe lo suficiente como para compensar esa diferencia y mantienen ese nivel de
deshidratación del 1 o 2% a lo largo del tiempo. Esto es lo que se conoce como
“deshidratación involuntaria” y se da con frecuencia cuando las personas se enfrentan a
diferentes tipos de estrés como el ejercicio físico, un entorno caluroso o frío, la altitud y la
inmersión en agua, factores todos ellos que incrementan la necesidad de agua por parte del
cuerpo.
Entonces, ¿Cuánta agua debe beberse? Probablemente más de la que uno piensa –una
persona sedentaria media pierde unos 2 litros y medio de agua al día solo con su actividad
normal. Si además hace ejercicio se pierden entre 800 mililitros y un litro y medio de
líquido cada hora. Todos estos líquidos necesitan ser repuestos para mantener una
hidratación óptima.
Antes hemos hablado de la recomendación de los ocho vasos de agua diarios, pero hay que
tener en cuenta que los requerimientos de agua pueden ser mucho mayores que esta cifra de
referencia. La Academia Americana de Medicina Deportiva (NASM) recomienda que la
gente beba entre 450 y 700 mililitros de líquido dos o tres horas antes del ejercicio; de 200
a 400 mililitros de liquido cada 15 o 20 minutos durante el ejercicio y entre 1 y 1.5 litros de
líquidos por cada kilo de peso corporal que se haya perdido durante el ejercicio. Esta
institución también recomienda que los atletas beban a intervalos regulares durante el
ejercicio “a un ritmo suficiente para reponer todo el agua perdida a través del sudor (es
decir, pérdida de peso corporal), o tomar la máxima cantidad que se pueda tolerar.”
Otro factor que se une para complicar el tema es que no todas las personas sudan lo mismo,
y el tipo de actividad, el clima, el nivel de acondicionamiento e incluso el tipo de ropa
pueden afectar de manera significativa al grado de sudoración. Experimentar con la ingesta
apropiada de agua antes de una competición deportiva será de ayuda para determinar cual
es el grado de hidratación óptimo. Cuando nos movemos en ambientes calurosos, el grado
de sudoración aumenta. Hay que darse cuenta de que el grado de sudoración varía cuando
lo hacen las condiciones en las que nos movemos, por eso conviene simular las condiciones
de una prueba varias semanas antes para conocer de antemano cuales son nuestras
necesidades.
Normalmente la gente no se da cuenta de que están deshidratados.
Los atletas de alto nivel o de competición, deberían pesarse antes y después del ejercicio.
Esta es una manera fácil y efectiva de mantener la hidratación adecuada. Cada kilo de peso
que pierde una persona, es esencialmente agua. Se debería reponer cada kilo de peso con un
litro de líquido. Una persona debería vigilar el volumen y el color de su orina. Si tiene un
color claro significa que el cuerpo esta expulsando líquidos. Si es de color oscuro –amarillo
oscuro o incluso marrón –es cuerpo está conservando todo el agua posible porque está
deshidratado.
Mientras que el agua es una buena opción, no hay que basarse solo en el agua para
satisfacer las necesidades de líquidos. Bebidas como los zumos pueden contribuir al total
diario así como alimentos como la sopa y las frutas y verduras con un alto contenido natural
en agua. Las bebidas que contienen cafeína o alcohol pueden tener un efecto deshidratante,
por eso es necesario beber mucha agua para compensar los efectos del consumo de café o
cerveza. Se puede aumentar la ingesta tomando un gran vaso de agua a primera hora de la
mañana; teniendo una botella de agua sobre la mesa de la oficina; bebiendo un vaso a
media mañana y otro a media tarde; y asegurándose de beber antes, durante y después del
ejercicio.
La hidratación óptima debería ser uno de vuestros objetivos primordiales si os preocupa
vuestra forma física. Si habéis estado bebiendo muy poco, puede que experimentéis una
notable mejora en vuestro estado y en el rendimiento cuando aumentéis el consumo de
agua.
Incluso aunque no notéis ninguna diferencia, al beber más también estaréis ayudando a que
el cuerpo funcione mejor.