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A lo lejos
entre las encinas
se deja caer un milano
Tras su aparente sencillez, este haiku opera como un visor telescópico ajustándose en
dos fases, al tiempo que, entre otros sucesos, se elige un acontecimiento aparentemente
trivial: un milano que se deja caer (en realidad se trata de la cernida de una rapaz en pos
de su presa, la eterna partida entre vida y muerte que se juega de continuo en la
naturaleza). A la belleza propia del lance se suma el porte y la presencia de las encinas,
consideradas en varias culturas como un árbol sagrado, lo que otorga a la escena cierta
aura de ritual. Y este bosquejo de un suceso en la naturaleza, sashei, finaliza sin que
sepamos cuál fue el resultado de la cernida del milano, introduciendo en este haiku el
misterio (yūgen) y la sensación de perpetuo inacabamiento del mundo.
Erguido al frío,
para aferrar la azada
escupe en sus manos
Este haiku, compuesto por Raijo e incluido en “A la intemperie” (pág. 33, editorial
Haibooks, 2006) nos traslada al campo desierto que un hombre, desafiando el frío,
erguido con todo el orgullo del que trabaja la tierra, se dispone a labrar. Para ello, el acto
ritual de escupirse en las manos: ¿Para darse calor? ¿Para aprovechar las propiedades
curativas de la saliva en la piel castigada de las manos? O, simplemente, para darse
ánimo ante la ardua tarea que le espera, la dureza de la tierra compactada por el frío. Una
maravilla intemporal con wabi-sabi en un mundo en el que, hasta hace bien poco, la
mayoría de la población se dedicaba a la agricultura.
Un haiku jinji , de asuntos humanos, lleno de fuerza donde se transmite muy bien las
condiciones de un trabajo en la agricultura y en la intemperie.
Muy buen comentario Luis.
No se permite
el paso a esta finca.
Zarzal en flor
Mavi Porras
Así es Luis. A pesar de todo-ajeno a los fronteras y límites humanos- el zarzal florece; un
bonito haiku.
Forma: estrofa 9/3/5 ¿metro libre ( jiyûritsu haiku) o clásico por un total de 17 sílabas?
Contenido: haiku mu-kigo, de clasificación dudosa ( de asuntos humanos, cómico o de lo
sagrado).
Este haiku trasluce un aware potente, misterioso, cómico, hermoso e inquietante a partes
iguales: el primer verso nos traslada a una necrópolis al borde del mar -y casi pueden
verse las lápidas erosionadas por el salitre, la humedad y el viento, enclavados al borde
de acantilados o en promontorios desde los que se alcanza a ver el mar propios de la
cornisa cantábrica); el segundo, que funciona a su vez como gozne (de espaldas al
observador, al mar o a las tumbas) y un tercero que introduce toda la tensión y la
extrañeza: dos viejas (uno las ve de luto riguroso, todo figura negra en contraste con lo
blanquecino del salitre) que ríen en un cementerio, con toda la potencia disruptiva del
sonido de la risa -casi puede verse el contraste entre la quietud de un cementerio y el
movimiento, a sacudidas, de las dos figuras de las viejas con cada carcajada- que se
suma al rumor del mar. ¿De qué se ríen estas dos viejas? No podemos saber si es
aceptación natural de la muerte, asunción de la propia condición de mortales o es algo
que no tiene absolutamente nada que ver con la muerte; en cualquier caso esa risa
resuena en el lector como el chasquido de la tijera de una moira cortando el hilo de la
vida.
La vida pasa, la vida siempre pulsa por desarrollarse y seguir adelante, y por qué no con
un poco de humor…
Tu comentario nos lleva perfectamente a la escena; es un gran hallazgo que hayas podido
ver el contraste del blanco y el negro y la cierta analogía entre el cementerio y la actitud
despreocupada de las viejas, que se ríen de espaldas a esa realidad. Una gran
interpretación, Luis, disfrutamos mucho leyendo tus comentarios.
En la orilla opuesta:
dos desconocidos
bajo un paraguas
K. Dimitrov
Forma: estrofa 6/6/5 ¿metro libre ( jiyûritsu haiku) o clásico por un total de 17 sílabas?
Contenido: posible kigo de época de lluvias (otoño/invierno): paraguas. Clasificación
dudosa (¿jinji o de lo sagrado?)
Este haiku, de Konstantin Yordanov, transmite un fuerte y misterioso impacto. Hay un río,
pero no sabemos si esta escena sucede en una ciudad o en el campo, cuál es la anchura
del mismo -y por tanto la cercanía o lejanía a la escena- ni qué momento del día es. Ese
primer verso opera a su vez como el cauce del río, esto es, como la distancia que hay que
salvar para llegar al acontecimiento que provoca el aware -el cruzar masas de agua con
toda la carga mítica y simbólica de las fábulas, las pruebas iniciáticas, el viaje al
inframundo, la distancia que nos separa de nosotros mismos, el eterno juego entre
repetición y diferencia (“no podemos cruzar dos veces el mismo río” sentenció Heráclito)-.
Este es el haiku de un santo laico, un haiku donde resuenan los versos finales del Sutra
de la Gran Sabiduría: “id, id, id juntos. Id juntos más allá del más allá hasta la liberación
última. Dice Vicente Haya en el prólogo de Aware: “[...] El camino del haiku (haiku-dô) no
es una “devoción privada” sino algo que nos obliga a realizar un trabajo en nuestra
sociedad. La lógica social del japonés es que, o trascendemos todos, o aquí no trasciende
nadie”.
Orinando en cuclillas
sobre la menta
El cielo estrellado...
Valle Oporto
En este haiku, que en una primera lectura podría ser clasificado como feísta, transluce la
exquisita sensibilidad de la haijin: de un suceso aparentemente anodino, es capaz de
rescatar la fragancia de la menta que es despedida al ser golpeada por el chorro de orina
y, a su vez, transmitir la belleza del mundo en ese gesto de mirar hacia arriba al tiempo
que se está satisfaciendo una de las necesidades más básicas y, por ello mismo, cuyo
alivio es bien parecido a cierta forma de beatitud: si descargar una vejiga llena no es una
vía al despertar entonces, ¿qué podrá serlo en este mundo?
Buena elección de los haikus precedentes, donde “has tocado todos los palos” en cuanto
a variedad, clasificación…etc…Se ve que te documentas eligiendo muy buenas
composiciones…para luego aplicar a los de “cosecha propia”.
No he encontrado muchos haikus de esta haijin cubana, pero todos los que he podido leer
me han gustado mucho.
Al despertar,
la primera llovizna
de este año
Contenido: kigo “de este año”: Año nuevo, haiku de lo sagrado. Este haiku transluce
asombro y agradecimiento: acaba el año, uno se abandona y duerme, pero el mundo
sigue existiendo cuidadosamente, alimentando con el agua de la llovizna las tierras,
acogiéndonos en su seno. Una maravilla.
Y nos descubres a nosotros grandes y bonitos haikus, como este que es una delicia de
sencillez…muy visual y lleno de matices…una sensación sentida con toda la piel en tan
solo 15 silabas….
Contenido: posible kigo “con frío”, invierno, pero casi me inclino por calificarlo como mu-
kigo. Jinji haiku
De los haikus leídos de esta haijin es el que más me ha impresionado. A pesar del uso de
la conjunción –que en este caso me parece que tiene un valor aditivo y aumentativo, vale
decir, equivalente a “encima de vieja, con frío”-, me parece un haiku perfecto: los dos
últimos versos, en los que el eje del haiku pasa a la audición, estableciéndose cierta
analogía entre lo que somos –o vamos dejando de ser- y el modo en que sonamos –los
ruidos que hacemos, los pasos que damos- son muy certeros y poseen wabi-sabi: tan
vieja es, tanto ha vivido y dejado atrás que ya sólo es el ruido de las piedras que pisa y,
sin embargo, a pesar de ser tan vieja, sigue recorriendo un camino en el que hay piedras.
Un haiku fabuloso que me ha traído el recuerdo de la definición de haijin que dio Vicente
Haya en su último curso celebrado en Madrid: “un ruido que quiere dejar de serlo”.
Nos alegra que hayas sabido captar esos matices a este haiku y sobre todo, saber que
has participado en el curso de Vicente Haya, del que, comprobamos por tu manera de
interpretar y seleccionar los haikus, has aprendido mucho. Enhorabuena.
Una estupenda elección de haikus de esta haijin, y unas magníficas descripciones -cuasi
disecciones- por tu parte. Enhorabuena Luis.
La niña peina
su muñeca sin ojos.
Valles de té.
Un jinji precioso, con ese tercer verso que rompe con lo anterior…
Se percibe una cierta melancolía en esta imagen muy bien contrastada, como señalas, en
el tercer verso que suaviza la escena.
Muy bello también…uno puede estar rodeado de una multitud y sentirse, no obstante-
solo
y sin embargo Verónica lo muestra de una forma tan elegante, tan serena, en este haiku
inteimista.
El peregrino
también duda en la nieve.
Encrucijada.
Tal vez es una experiencia personal del haijin, que sin embargo no aparece en la
composición. La noche oscura…la nieve blanca…..ocultan los rastros y las señales del
camino… y, como bien señalas, el viajero se detiene buscando signos que es difícil
encontrar. La belleza de la nieve y la dificultad para elegir un camino. Precioso haiku.
Acaba el año
El humo de la chimenea
cambia de dirección
Muy buena elección, aunque el autor no quiso tal vez filosofar parece que la esa puede
ser una interpretación. El haiku no debe ser moralista, ni filosófico, solo debe “retratar el
aquí y ahora”…. aunque esos matices que añades le dan mayor hondura al haiku.
Un lector atento siempre completa un buen haiku.
Copos de nieve
El sonido de la leña
en el hogar
Bonito y acogedor haiku; nos traslada sin pensar, a ese momento maravilloso frente a
una hoguera….ese es el sentido del haiku…recordarnos experiencias pasadas,
sensaciones, emociones, compañías….ausencias…
Al alba
vuela un cuervo...
La montaña nevada
Magnifico haiku... y magnífica elección; Un haiku muy visual con un potente aware. Lleno
de contrastes y sensaciones…. y así, como bien apuntas, vemos una imagen como
dibujada en un cuaderno, estática y a la vez conmovedora: un cuervo negro marcando
“una raya negra” en el “cuaderno de hojas de nieve…
Yazujiro Ozu: “He nacido, pero...”, “Buenos días” (en el fondo, cualquier película su ya
contiene varios planos-haiku)
Muy interesante selección de asombros; nos gustaría saber por qué los asocias al haimi;
de ellos, destacar la obra de Yazujiro Ozu en el que los planos, como bien indicas, son de
una gran sencillez y la acción se desarrolla de una forma quizás demasiado lenta para un
occidental.
En cualquier caso una selcción estupenda Luis. Estamos muy de acuerdo contigo.
De Shiki dice Vicente Haya en El corazón del haiku: la expresión de lo sagrado (tesis
doctoral publicada en Mandala ediciones, 2002, pág. 72): “[...] Sin embargo, los que
podemos analizar su vida y obra con mayor frialdad, podemos atrevernos a afirmar que, si
bien es cierto que el haiku tiene una deuda incuestionable con él como estudioso, como
poeta no fue brillante.”
Parece que, paulatinamente, esta primera opinión inicial ha ido matizándose, pero aún
hoy sigue siendo Shiki el autor clásico que menos ha traducido el maestro Vicente Haya;
en cualquier caso, parece que el haiku de Shiki es más duro, más seco, con un mayor
número de proyecciones del propio poeta en la naturaleza. Tal vez sea preciso recordar
que, enfermo de tuberculosis desde los veintiún años, muere con sólo treinta y cinco,
pasando los últimos cinco postrado en cama, viéndose por tanto su mundo de
experiencias extremadamente reducido -todos los demás haijines clásicos pasaron de los
cincuenta años-.
escupir sangre
aclara lo real
y lo soñado.
Muy oportuno tu comentario sobre la vida y la obra de Shiki, a quien se le atribuye, como
bien indicas, un haiku seco.
Estos son los haikus que más me han gustado de los que he podido leer de Shiki:
(recogido en Instantes, nueva antología del haiku japonés, trad. de J.M. Bermejo, edit.
Hiperión, segunda edición 2012)
ruego a la mariposa
me brinde compañía
en esta caminata
(recogido en Haiku-dô. El haiku como camino espiritual, Vicente Haya, edit. Kairós, 2007,
pág. 165, incluye comentario)
(recogido en Instantes, nueva antología del haiku japonés, trad. de J.M. Bermejo, edit.
Hiperión, segunda edición 2012)
Buena elección de los cuatro haikus anteriores…ahi el poeta se retrata como un haijin
ambulante, en plana armonía con la naturaleza y sus criaturas…
Es muy loable la oportunidad que nos brindas de presentar el mismo haiku en dos
versiones totalmente diferentes, que reflejan la dificultad en hallar una versión exacta,
debido a la complejidad del idioma japonés.
Al volver la vista,
aquel con quien me crucé,
envuelto en niebla
(recogido en Haiku-dô. El haiku como camino espiritual, Vicente Haya, edit. Kairós, 2007,
pág. 41, incluye comentario)
Al volver la vista,
El hombre con el que me crucé
Está en la niebla.
( recogido en Haiku de las estaciones, trad. A. Manzano, edit. Hiperión, 2ª edición 2016,
pag. 56)
El corazón en un puño
Se agiganta la tempestad...
¡Y el días oscurece!
La tempestad va a más
Nada indica
que vaya a cesar
(recogidos en Haiku Tsumami-Gokoro, 150 haikus inmortales, trad. Vicente Haya, Shinden
ediciones, 2008, págs. 98 y 77 respectivamente)
Estupenda la selección de haikus de Shiki que nos brindas Luis. Y muy buena la
bibliografía con la que cuentas para profundizar en el haiku dô.
Enhorabuena por esta brillante quinta quincena. Ha sido un verdadero placer. Gracias de
verdad.