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2.

- El haiku en castellano: selección y comentario

A lo lejos
entre las encinas
se deja caer un milano

Mercedes Pérez kotori

Forma: estrofa 4/6/9 (metro roto, hachô)


Contenido: haiku mu-kigo (los milanos suelen ser aves residentes), de lo sagrado.

Tras su aparente sencillez, este haiku opera como un visor telescópico ajustándose en
dos fases, al tiempo que, entre otros sucesos, se elige un acontecimiento aparentemente
trivial: un milano que se deja caer (en realidad se trata de la cernida de una rapaz en pos
de su presa, la eterna partida entre vida y muerte que se juega de continuo en la
naturaleza). A la belleza propia del lance se suma el porte y la presencia de las encinas,
consideradas en varias culturas como un árbol sagrado, lo que otorga a la escena cierta
aura de ritual. Y este bosquejo de un suceso en la naturaleza, sashei, finaliza sin que
sepamos cuál fue el resultado de la cernida del milano, introduciendo en este haiku el
misterio (yūgen) y la sensación de perpetuo inacabamiento del mundo.

Es un haiku de lo sagrado y de lo divino podríamos decir, con un potente aware que al


observar la escena te eleva con el milano…no sabemos cuál fue el resultado del lance de
caza…en un haiku todo no se puede decir, todo no se puede saber…es trabajo del lector
el completar la escena bosquejada por el haijin…pero apreciamos tu descripción de la
escena y ese conocimiento de las aves que se desprende por tus palabras.

Erguido al frío,
para aferrar la azada
escupe en sus manos

Francisco Pérez raijo

Forma: estrofa 5/7/6 (metro roto, hachô)

Contenido: kigo “frío”, probablemente invierno. Haiku de clasificación dudosa


(aparentemente de asuntos humanos (jinji) pero podría ser también considerado como un
haiku de lo sagrado)

Este haiku, compuesto por Raijo e incluido en “A la intemperie” (pág. 33, editorial
Haibooks, 2006) nos traslada al campo desierto que un hombre, desafiando el frío,
erguido con todo el orgullo del que trabaja la tierra, se dispone a labrar. Para ello, el acto
ritual de escupirse en las manos: ¿Para darse calor? ¿Para aprovechar las propiedades
curativas de la saliva en la piel castigada de las manos? O, simplemente, para darse
ánimo ante la ardua tarea que le espera, la dureza de la tierra compactada por el frío. Una
maravilla intemporal con wabi-sabi en un mundo en el que, hasta hace bien poco, la
mayoría de la población se dedicaba a la agricultura.
Un haiku jinji , de asuntos humanos, lleno de fuerza donde se transmite muy bien las
condiciones de un trabajo en la agricultura y en la intemperie.
Muy buen comentario Luis.

No se permite
el paso a esta finca.
Zarzal en flor

Mavi Porras

Forma: estrofa 5/6/4+1, haiku de metro libre (jiyûritsu haiku)


Contenido: kigo de verano: “zarzal en flor”. Clasificación dudosa (jinji o de lo sagrado)
En este haiku (perteneciente también a “A la intemperie”, vid. op. cit., pág. 51) late lo
popular de la paremiología castellana - “no se pueden poner puertas al campo”-
enfrentado al asombro natural ante el absurdo extemporáneo de la frase escrita en un
cartel y cierto sentido libertario, ajeno a prohibiciones, reglas y sentidos de la propiedad
privada encarnado en ese zarzal florecido -que seguramente también se adentra en esa
“finca”, transgrediendo la regla, haciendo caso omiso de la prohibición.-

Así es Luis. A pesar de todo-ajeno a los fronteras y límites humanos- el zarzal florece; un
bonito haiku.

Tumbas cubiertas de salitre.


De espaldas,
dos viejas ríen.

Forma: estrofa 9/3/5 ¿metro libre ( jiyûritsu haiku) o clásico por un total de 17 sílabas?
Contenido: haiku mu-kigo, de clasificación dudosa ( de asuntos humanos, cómico o de lo
sagrado).

Este haiku trasluce un aware potente, misterioso, cómico, hermoso e inquietante a partes
iguales: el primer verso nos traslada a una necrópolis al borde del mar -y casi pueden
verse las lápidas erosionadas por el salitre, la humedad y el viento, enclavados al borde
de acantilados o en promontorios desde los que se alcanza a ver el mar propios de la
cornisa cantábrica); el segundo, que funciona a su vez como gozne (de espaldas al
observador, al mar o a las tumbas) y un tercero que introduce toda la tensión y la
extrañeza: dos viejas (uno las ve de luto riguroso, todo figura negra en contraste con lo
blanquecino del salitre) que ríen en un cementerio, con toda la potencia disruptiva del
sonido de la risa -casi puede verse el contraste entre la quietud de un cementerio y el
movimiento, a sacudidas, de las dos figuras de las viejas con cada carcajada- que se
suma al rumor del mar. ¿De qué se ríen estas dos viejas? No podemos saber si es
aceptación natural de la muerte, asunción de la propia condición de mortales o es algo
que no tiene absolutamente nada que ver con la muerte; en cualquier caso esa risa
resuena en el lector como el chasquido de la tijera de una moira cortando el hilo de la
vida.

La vida pasa, la vida siempre pulsa por desarrollarse y seguir adelante, y por qué no con
un poco de humor…
Tu comentario nos lleva perfectamente a la escena; es un gran hallazgo que hayas podido
ver el contraste del blanco y el negro y la cierta analogía entre el cementerio y la actitud
despreocupada de las viejas, que se ríen de espaldas a esa realidad. Una gran
interpretación, Luis, disfrutamos mucho leyendo tus comentarios.

En la orilla opuesta:
dos desconocidos
bajo un paraguas

K. Dimitrov

Forma: estrofa 6/6/5 ¿metro libre ( jiyûritsu haiku) o clásico por un total de 17 sílabas?
Contenido: posible kigo de época de lluvias (otoño/invierno): paraguas. Clasificación
dudosa (¿jinji o de lo sagrado?)

Este haiku, de Konstantin Yordanov, transmite un fuerte y misterioso impacto. Hay un río,
pero no sabemos si esta escena sucede en una ciudad o en el campo, cuál es la anchura
del mismo -y por tanto la cercanía o lejanía a la escena- ni qué momento del día es. Ese
primer verso opera a su vez como el cauce del río, esto es, como la distancia que hay que
salvar para llegar al acontecimiento que provoca el aware -el cruzar masas de agua con
toda la carga mítica y simbólica de las fábulas, las pruebas iniciáticas, el viaje al
inframundo, la distancia que nos separa de nosotros mismos, el eterno juego entre
repetición y diferencia (“no podemos cruzar dos veces el mismo río” sentenció Heráclito)-.

En el segundo y tercer verso la resolución y lo misterioso, por indeterminado, del aware


que experimentó el haijin: dos desconocidos -sin aclarar si son desconocidos para el
observador o entre sí- comparten un paraguas bajo la lluvia. Transmite una profunda
compasión ante la vulnerabilidad de los hombres y su ser-expuestos-a-la intemperie: un
paraguas está hecho para proteger de la lluvia a una sola persona; el compartirlo implica
que se comparte el destino –mojarse-, la afección del otro, su ser y estar desprotegido
frente a las inclemencias del tiempo meteorológico y de la vida, y como ese ser con el otro
pueda ser, finalmente, la única protección de la que dispongamos los humanos. En este
caso, imagino al haijin sin paraguas, calándose hasta el tuétano, emocionado,
compartiendo la misma intemperie.

Este es el haiku de un santo laico, un haiku donde resuenan los versos finales del Sutra
de la Gran Sabiduría: “id, id, id juntos. Id juntos más allá del más allá hasta la liberación
última. Dice Vicente Haya en el prólogo de Aware: “[...] El camino del haiku (haiku-dô) no
es una “devoción privada” sino algo que nos obliga a realizar un trabajo en nuestra
sociedad. La lógica social del japonés es que, o trascendemos todos, o aquí no trasciende
nadie”.

Maravillosa percepción de este haiku; nos agrada y sorprende tu exquisita documentación


sobre cada haiku que nos presentas. Un verdadero placer participar en tus profundas
reflexiones. Un haiku que Vicente Haya tiene en gran estima, así es Luis.

Orinando en cuclillas
sobre la menta
El cielo estrellado...

Valle Oporto

Forma: estrofa 7/5/6, metro roto (hachô)

Contenido: posible kigo “cielo estrellado” (¿verano?), haiku de lo sagrado

En este haiku, que en una primera lectura podría ser clasificado como feísta, transluce la
exquisita sensibilidad de la haijin: de un suceso aparentemente anodino, es capaz de
rescatar la fragancia de la menta que es despedida al ser golpeada por el chorro de orina
y, a su vez, transmitir la belleza del mundo en ese gesto de mirar hacia arriba al tiempo
que se está satisfaciendo una de las necesidades más básicas y, por ello mismo, cuyo
alivio es bien parecido a cierta forma de beatitud: si descargar una vejiga llena no es una
vía al despertar entonces, ¿qué podrá serlo en este mundo?

Totalmente de acuerdo contigo; cualquier acto supone un despertar, pero si se puede


mirar las estrellas en ese delicado momento, ya nada nos puede limitar.

Buena elección de los haikus precedentes, donde “has tocado todos los palos” en cuanto
a variedad, clasificación…etc…Se ve que te documentas eligiendo muy buenas
composiciones…para luego aplicar a los de “cosecha propia”.

3.- Haijines en castellano

3.1.- Lucrecia Linares

No he encontrado muchos haikus de esta haijin cubana, pero todos los que he podido leer
me han gustado mucho.

Al despertar,
la primera llovizna
de este año

Forma: estrofa 4+1/7/3, metro libre (jiyûritsu haiku)

Contenido: kigo “de este año”: Año nuevo, haiku de lo sagrado. Este haiku transluce
asombro y agradecimiento: acaba el año, uno se abandona y duerme, pero el mundo
sigue existiendo cuidadosamente, alimentando con el agua de la llovizna las tierras,
acogiéndonos en su seno. Una maravilla.

Y nos descubres a nosotros grandes y bonitos haikus, como este que es una delicia de
sencillez…muy visual y lleno de matices…una sensación sentida con toda la piel en tan
solo 15 silabas….

Vieja y con frío.


El ruido de las piedras
que va pisando.

Forma: estrofa 5/7/5, metro clásico

Contenido: posible kigo “con frío”, invierno, pero casi me inclino por calificarlo como mu-
kigo. Jinji haiku

De los haikus leídos de esta haijin es el que más me ha impresionado. A pesar del uso de
la conjunción –que en este caso me parece que tiene un valor aditivo y aumentativo, vale
decir, equivalente a “encima de vieja, con frío”-, me parece un haiku perfecto: los dos
últimos versos, en los que el eje del haiku pasa a la audición, estableciéndose cierta
analogía entre lo que somos –o vamos dejando de ser- y el modo en que sonamos –los
ruidos que hacemos, los pasos que damos- son muy certeros y poseen wabi-sabi: tan
vieja es, tanto ha vivido y dejado atrás que ya sólo es el ruido de las piedras que pisa y,
sin embargo, a pesar de ser tan vieja, sigue recorriendo un camino en el que hay piedras.
Un haiku fabuloso que me ha traído el recuerdo de la definición de haijin que dio Vicente
Haya en su último curso celebrado en Madrid: “un ruido que quiere dejar de serlo”.

Nos alegra que hayas sabido captar esos matices a este haiku y sobre todo, saber que
has participado en el curso de Vicente Haya, del que, comprobamos por tu manera de
interpretar y seleccionar los haikus, has aprendido mucho. Enhorabuena.

La luz del alba...


Un cuerpo que encontró
ya su silencio.

Forma: estrofa 5/6+1/7, metro clásico.

Contenido: mu-kigo haiku, haiku de lo sagrado


Amanece y en la luz del alba la haijin nombra, de manera ambigua, un cuerpo que
encontró ya su silencio: podría ser alguien que, después de agonizar, muere y reposa así
en paz; también alguien que, a través de no sabemos qué experiencias, consigue
acallarse. Un hermoso haiku.

Una estupenda elección de haikus de esta haijin, y unas magníficas descripciones -cuasi
disecciones- por tu parte. Enhorabuena Luis.

3.2.- Verónica Aranda

La niña peina
su muñeca sin ojos.
Valles de té.

Forma: estrofa 5/7/4+1, metro clásico

Contenido: mu-kigo, haiku de asuntos humanos


Este haiku traslada un aware muy potente, el asombro ante el juego de una niña -el juego
como una característica universal de la infancia- en contraste con las condiciones en que
el mismo se desarrolla -bien desiguales a lo largo del mundo.- Se produce, a su vez,
cierto paralelismo entre la pérdida de los ojos de la muñeca y la pérdida de la venda en
los ojos del lector.

Un jinji precioso, con ese tercer verso que rompe con lo anterior…
Se percibe una cierta melancolía en esta imagen muy bien contrastada, como señalas, en
el tercer verso que suaviza la escena.

Bajo los pinos


ver fuegos de artificio.
Nadie me abraza.

Forma: estrofa 5/7/5, metro clásico

Contenido: mu-kigo, haiku intimista


La soledad que rezuma este haiku se ve intensificada por el contexto de una celebración
con fuegos artificiales. Un intenso aware sentido a flor de piel y sin embargo, de manera
muy honda.

Muy bello también…uno puede estar rodeado de una multitud y sentirse, no obstante-
solo
y sin embargo Verónica lo muestra de una forma tan elegante, tan serena, en este haiku
inteimista.

El peregrino
también duda en la nieve.
Encrucijada.

Forma: estrofa 5/7/5, metro clásico

Contenido: kigo de invierno, nieve; haiku de lo sagrado


Al alcanzar un cruce de caminos, el peregrino vacila: tal vez la nieve, cambiando la
fisionomía del paisaje, le desorienta; tal vez, el horror ante el vacío sin huellas, la
ausencia de caminos. Soledad, intemperie e incertidumbre entrelazados en un haiku con
un profundo wabi-sabi.

Tal vez es una experiencia personal del haijin, que sin embargo no aparece en la
composición. La noche oscura…la nieve blanca…..ocultan los rastros y las señales del
camino… y, como bien señalas, el viajero se detiene buscando signos que es difícil
encontrar. La belleza de la nieve y la dificultad para elegir un camino. Precioso haiku.

3.3.- Gorka Arellano

Acaba el año
El humo de la chimenea
cambia de dirección

Forma: estrofa 5/9/6+1, metro roto (hachô)

Contenido: kigo Año nuevo, haiku de lo sagrado


Todos los elementos de este haiku son sutiles: el final del año, con la recapitulación y la
analogía de ésta con una hoguera, el humo, su olor y el viento invisible que,
repentinamente, cambia. Como el calendario.

Muy buena elección, aunque el autor no quiso tal vez filosofar parece que la esa puede
ser una interpretación. El haiku no debe ser moralista, ni filosófico, solo debe “retratar el
aquí y ahora”…. aunque esos matices que añades le dan mayor hondura al haiku.
Un lector atento siempre completa un buen haiku.

Copos de nieve
El sonido de la leña
en el hogar

Forma: estrofa 5/7/4+1, metro clásico


Contenido: ¿doble kigo? nieve y leña en el hogar, invierno; haiku de lo sagrado
Los dos polos del haiku, el agua y el fuego, elementos básicos del mundo, en una
combinación armoniosa de la que emana el agradecimiento por la belleza del mundo -esta
vez en la delicada forma de un copo de nieve y del crepitar del fuego- y por la protección
que ofrece la madera, el hogar y el fuego, ante la intemperie.

Bonito y acogedor haiku; nos traslada sin pensar, a ese momento maravilloso frente a
una hoguera….ese es el sentido del haiku…recordarnos experiencias pasadas,
sensaciones, emociones, compañías….ausencias…

Al alba
vuela un cuervo...
La montaña nevada

Forma: estrofa 3/ 4 / 7, metro libre (jiyûritsu haiku)

Contenido: kigo nevada, posiblemente invierno; haiku de lo sagrado


Este haiku es un sashei a tinta china: todo inmóvil en la luz acerada del amanecer,
menos el cuervo, apenas una mancha de tinta en la inmensidad del paisaje, cruzando el
cielo... En el silencio de la montaña nevada, tal vez el graznido del cuervo. Tal vez no,
sólo su vuelo. Como si el mundo estuviese escribiéndose por primera vez.

Magnifico haiku... y magnífica elección; Un haiku muy visual con un potente aware. Lleno
de contrastes y sensaciones…. y así, como bien apuntas, vemos una imagen como
dibujada en un cuaderno, estática y a la vez conmovedora: un cuervo negro marcando
“una raya negra” en el “cuaderno de hojas de nieve…

4.- Haimi y asombros afines:


Offret, Andrei Tarkovsky: https://www.youtube.com/watch?v=Xu_TXpJnfGg

Yazujiro Ozu: “He nacido, pero...”, “Buenos días” (en el fondo, cualquier película su ya
contiene varios planos-haiku)

Gary Snyder, La mente salvaje, Ardora ediciones

H.D. Thoreau, Walden ( como curiosidad, el intento de “traducirlo” a haikus: Walden by


haiku, Ian Marshall http://gen.lib.rus.ec/book/index.php?
md5=C8D24A62A6F4AEDB8A1C880F6ED4F3BE)
Dmitry Evgrafov, The quiet observation http://gen.lib.rus.ec/book/index.php?
md5=C8D24A62A6F4AEDB8A1C880F6ED4F3BE
Cuentos infantiles: En el prado, Yukiko Kato & Komako Sakai y El paseo del elefante,
Hirotaka Nakano
La poesía de Charles Simic.
La “Ética demostrada según el orden geométrico”, de Baruch Spinoza.

Muy interesante selección de asombros; nos gustaría saber por qué los asocias al haimi;
de ellos, destacar la obra de Yazujiro Ozu en el que los planos, como bien indicas, son de
una gran sencillez y la acción se desarrolla de una forma quizás demasiado lenta para un
occidental.

En cualquier caso una selcción estupenda Luis. Estamos muy de acuerdo contigo.

5.- Lectura de Masaoka Shiki:

De Shiki dice Vicente Haya en El corazón del haiku: la expresión de lo sagrado (tesis
doctoral publicada en Mandala ediciones, 2002, pág. 72): “[...] Sin embargo, los que
podemos analizar su vida y obra con mayor frialdad, podemos atrevernos a afirmar que, si
bien es cierto que el haiku tiene una deuda incuestionable con él como estudioso, como
poeta no fue brillante.”

Parece que, paulatinamente, esta primera opinión inicial ha ido matizándose, pero aún
hoy sigue siendo Shiki el autor clásico que menos ha traducido el maestro Vicente Haya;
en cualquier caso, parece que el haiku de Shiki es más duro, más seco, con un mayor
número de proyecciones del propio poeta en la naturaleza. Tal vez sea preciso recordar
que, enfermo de tuberculosis desde los veintiún años, muere con sólo treinta y cinco,
pasando los últimos cinco postrado en cama, viéndose por tanto su mundo de
experiencias extremadamente reducido -todos los demás haijines clásicos pasaron de los
cincuenta años-.

Comienzo la lectura de Shiki con un haiku de Sunao:

escupir sangre
aclara lo real
y lo soñado.

Muy oportuno tu comentario sobre la vida y la obra de Shiki, a quien se le atribuye, como
bien indicas, un haiku seco.

Estos son los haikus que más me han gustado de los que he podido leer de Shiki:

michizure wa/ kochô wo tanomu/ tabiji kana

para este viaje


no hay mejor compañía:
¡la mariposa!

(recogido en Instantes, nueva antología del haiku japonés, trad. de J.M. Bermejo, edit.
Hiperión, segunda edición 2012)

ruego a la mariposa
me brinde compañía
en esta caminata

(recogido en Ruego a la mariposa, trad. F. Rodríguez-Izquierdo, edit. Satori, 2013)


Nureashi de / suzume no ariku/ rôka kana

Andando con sus patitas mojadas,


el gorrión
por la terraza de madera

(recogido en Haiku-dô. El haiku como camino espiritual, Vicente Haya, edit. Kairós, 2007,
pág. 165, incluye comentario)

las patas húmedas


del gorrión, saltando
en la terraza

(recogido en Instantes, nueva antología del haiku japonés, trad. de J.M. Bermejo, edit.
Hiperión, segunda edición 2012)

Buena elección de los cuatro haikus anteriores…ahi el poeta se retrata como un haijin
ambulante, en plana armonía con la naturaleza y sus criaturas…

Es muy loable la oportunidad que nos brindas de presentar el mismo haiku en dos
versiones totalmente diferentes, que reflejan la dificultad en hallar una versión exacta,
debido a la complejidad del idioma japonés.

Kaerimireba yukiaishi hito kasumi keri

Al volver la vista,
aquel con quien me crucé,
envuelto en niebla

(recogido en Haiku-dô. El haiku como camino espiritual, Vicente Haya, edit. Kairós, 2007,
pág. 41, incluye comentario)
Al volver la vista,
El hombre con el que me crucé
Está en la niebla.

( recogido en Haiku de las estaciones, trad. A. Manzano, edit. Hiperión, 2ª edición 2016,
pag. 56)

Para terminar, dos haikus sobre tempestades. No me atrevo a intentar escribir a la


manera de Shiki.

El corazón en un puño
Se agiganta la tempestad...
¡Y el días oscurece!

La tempestad va a más
Nada indica
que vaya a cesar

(recogidos en Haiku Tsumami-Gokoro, 150 haikus inmortales, trad. Vicente Haya, Shinden
ediciones, 2008, págs. 98 y 77 respectivamente)

Estupenda la selección de haikus de Shiki que nos brindas Luis. Y muy buena la
bibliografía con la que cuentas para profundizar en el haiku dô.

Enhorabuena por esta brillante quinta quincena. Ha sido un verdadero placer. Gracias de
verdad.

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