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Homilética.

En resumen se pudiera decir que la homilética es el arte de predicar.

La predicación de la Palabra de Dios es un mandamiento y una gran responsabilidad asignada a los hijos
de Dios. Es muy importante la predicación porque puede conducir a una persona a la salvación o a falsas
creencias que pueden llevarnos a perdición.

Es necesario saber preparar y saber presentar el sermón de manera que sea agradable s los oyentes y
los lleve a creer y a tomar la decisión más importante de su vida y es entregar sus corazones a Jesucristo.
Es por eso que predicar no es cualquier cosa sino que es un arte.

Uno de los fundamentos del ministerio de nuestro Señor Jesucristo fué predicar. Igualmente los
apóstoles fueron grandes predicadores. Es por eso que nosotros debemos tomarlo en cuenta como algo
de suma importancia. Es una profesión o una carrera que amerita seriedad, esfuerzo y sacrificio.

Existen 4 aspectos en los que la homilética está relacionada y son:

 Concepto: El como viene a mi la idea central del mesnaje.


 Composición: Es analizar, pensar y meditar sobre ese tema central que vino a mi mente.
 Construcción: El ordenamiento de todos estos pensamientos e ideas que tengo.
 Comunicación: Hacer el tema agradable a los oyentes, llevando un hilo de pensamientos de
manera ordenada siendo fácil de entender y seguir.

También existen dos ideas falsas las cuales muchos predicadores y pastores hemos caído. El hecho de
creer que la preparación no es necesaria porque el Espíritu Santo hablará por medio de nosotros y que
la habilidad humana es suficiente. No necesito orar, ayunar no depender de Dios porque creo que yo
puedo hacerlo solo.

Las preguntas que se hace el predicador ¿Que predicar? Y la que se se hacen los oyentes ¿Quien
predicará? Me impactó mucho ya que el predicador juega un papel más importante que la misma
predicación, ya que nosotros comunicamos verdades Divinas a través de nuestra personalidad. Lo más
clave es dejarse usar por el Espíritu Santo.

Hay cualidades que son necesarias para predicar y estas son: un nuevo nacimiento, tener claridad en el
llamado de Dios, unción, pasión por las almas, ser sinceros, estar en santidad y en oración.

También hay cualidades naturales y de educación como una buena salud, una buena pronunciación de
las palabras, un buen tono de voz, también tener cierto conocimiento o educación secular y religiosa es
muy importante.

Existen varias clases de sermones:

El temático es referente a un tema en específico el cuel se refuerza con diferentes versículos bíblicos.
El textual se elige un versículo y se apoya con otros versículos, pero el tema central se encuentra dentro
del texto.

El expositivo es el que se recomienda usaras ya que es en dónde más es la Biblia la que habla. Se toma
un párrafo y se explica, se detalla y se continúa de manera secuencial.

El histórico puede referirse a una situación país o a una historia de la Biblia.

El biográfico que habla sobre la vida de un personaje y también el sermón narrativo que puede hablar
sobre una parábola.

Estos tipos de sermones son necesarios conocerlos porque nos ayudan a ser más ordenados a la hora de
predicar y hacen del sermón algo agradable a los oyentes.

También hay que tomar en cuenta las partes del sermón que vamos a predicar.

El tema, el texto, la introducción, el desarrollo, la conclusión y la aplicación.

De esta manera podemos de manera ordenada un buen sermón.

Por último la preparación de nuestro sermón también es clave.

El consejo de tener un cuaderno especial dedicado a la preparación y construcción de nuestros


sermones es muy buena ya que hay temas que durante la semana vienen a nuestra mente. Ideas de
títulos, versículos claves que se convirtieron en Rhema en nosotros son necesarios anotarlos para que
no se nos olviden.

No debemos tomar superficialmente el adaptar un tema al corazón del oyente, esto requiere estudio,
pensamiento, arreglo claro de ideas, meditación espiritual y oración.

Debemos tomarnos nuestro tiempo para poder comunicar el sermón organizadamente y en secuencia.

Existen métodos como el memorizar un sermón, leer el sermón, también el extemporáneamente el


predicar con notas porque así se tiene una idea general de lo que se quiere transmitir.

Referente a las maneras de predicar existen muchas. Aquí es importante poner en práctica los principios
de la comunicación como lo es una voz clara, convincente, natural.

También nuestra postura, la forma en la que estamos vestidos y la unción.

Lo demás ya son cosas técnicas pero no menos importantes como lo son el empezar y terminar puntual,
que el lugar este bien ventilado e iluminado, esté limpio el lugar pero también los baños.

La responsabilidad del predicador es muy grande.

Quien ama la predicación le dedicará la pasión necesaria y verá resultados.

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