Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DicEs
1
Aunque merece poca o ninguna atención la teoría, hoy
demasiado de moda, de McLuhan, según la cual toda evolución
histórica socio-cultural de la humanidad dependería
exclusivamente de la aparición de nuevos medios de
comunicación, de forma que todo el esfuerzo del hombre de hoy
consistiría simplemente en el paso palingenésico de la "galaxia de
Gutenberg" (la imprenta) a la "galaxia de Marconi" (electrónica),
los sociólogos, los antropólogos y los psicólogos están de
acuerdo en incluir los medios de comunicación social entre los
factores primarios de la evolución actual, que por su extensión y
por su profundidad no tiene parangón alguno en el pasado. Se
trata de un mundo nuevo, de una nueva cultura-civilización, en la
que los hombres están llamados a vivir en situaciones totalmente
nuevas los perennes valores morales y religiosos, y los creyentes
y la Iglesia los valores propios del mensaje cristiano.
2
De aquí la dinamización actual de la vida asociada, el paso de
unos mundos culturales cerrados y estático-tradicionales a un
mundo abierto-dinámico en continua evolución. De aquí también
el carácter público de todos los acontecimientos, con la rápida
limitación del ámbito de la vida privada, por una parte, y la
progresiva reducción de las acciones con consecuencias
(presumiblemente) sólo personales y privadas de eco y de
responsabilidades sociales, por otra; de ahí el actual anacronismo
de una espiritualidad que, cerrada en sí misma, ignore lo que
ocurre en el mundo y se desentienda de intereses, virtudes y
culpas sociales.
• La propaganda-publicidad:
3
• La opinión pública.
4
Por una parte, de introducir la opinión pública en la Iglesia,
confundiéndola con el genuino diálogo eclesial, actuando luego en ella
como grupos de presión, y acaso de contestación, en juegos de mayorías
totalmente extraños a la naturaleza de la Iglesia; y, por otra parte, en el
peligro de ignorar tanto el pluralismo de las sociedades modernas, donde
tienen que actuar los cristianos y la Iglesia de hoy, como el legítimo y que
es de desear que exista y se incremente en el ámbito de la misma
Iglesia.
5
De aquí la tendencia a ocupar todo el tiempo, libre y no libre, de las
masas en la diversión-evasión infantilista y de pseudo-cultura (Kitsh,
masscult y midcult de Mac Donald); de aquí también su ejemplaridad
perniciosa: el divismo de la belleza, del deporte, del éxito obtenido de
cualquier forma y, quizá, del escándalo, en sustitución de los modelos de
admiración y de comportamiento de antaño: los honrados, los genios, los
santos, los héroes...; cuando no incluso la escalada de la irreligión y de la
inmoralidad hasta llegar —como sucede en mucha prensa y cine de
hoy— a reivindicar derecho de ciudadanía para los delitos y los vicios
más torpes y títulos de gloria para sus desgraciados campeones.
6
"El principal deber moral en cuanto al recto uso de los medios de
comunicación social afecta a los periodistas, escritores, actores,
productores, realizadores, distribuidores, administradores y vendedores,
críticos y demás que de cualquier modo intervienen eh la confección y
difusión de las comunicaciones, pues son de absoluta evidencia la
gravedad e importancia de los deberes que a todos ellos hay que atribuir
en las actuales circunstancias de la humanidad, ya que informando e
incitando pueden dirigir, recta o desgraciadamente, al género humano"
(IM 11); "Los realizadores son promotores y animadores del diálogo en la
sociedad humana. Ellos dirigen este intercambio que los instrumentos de
la comunicación social constituyen en el mundo entero. Ellos, pues,
tienen que atender, de manera especial y más profunda, a los fines de la
comunicación social, que son: colaborar de todos los modos posibles al
progreso humano y llevar a los hombres a unas relaciones de verdadera
comunión" (CP 73).
7
Conciencia:
8
A este propósito indica la CP (15.71-72): "Para situar debidamente,
dentro de la historia de la creación y de la encarnación redentora, los
instrumentos de la comunicación social y su uso, y asegurar su
honestidad, tendrán que contemplar al hombre en su integridad y
conocer bien la naturaleza de la comunicación social y de sus
instrumentos. Por eso todos los difusores... cada uno según su propia
conciencia, deben esforzarse en conseguir la capacitación necesaria...
Todo esto vale especialmente para los promotores católicos, "cuya tarea
propia consiste en animar humana y cristianamente" los mass media no
específicamente católicos, dando "testimonio de Cristo, realizando, en
primer término, su propia tarea con pericia y espíritu apostólico, y
prestando, además, por su parte, con los medios de la técnica, de la
economía, de la cultura y del arte, auxilio directo a la acción pastoral de
la Iglesia" (IM 3,13). De su conciencia y de su competencia profesional
dependerá realmente el que los programas cuidados por ellos se
distingan o no "por su calidad técnica y su eficacia" y que "la dignidad de
las obras religiosas no sea inferior a la de las obras profanas" (CP 128; n.
3472).
9
Este binomio —conciencia y competencia—, muy repetido en los
documentos de la Iglesia, está a la base de rasgos más particulares que
delinean más ampliamente la figura espiritual del promotor de los mass
media. De estas delineaciones conviene indicar las siguientes:
10
Vigilancia: Sin buena prensa, esta actitud es de las más importantes en
el periodista, con tal que le sea quitado el lastre negativo que con
frecuencia le ha acompañado. En una sociedad libre y pluralista, esta
vigilancia es necesaria para no dificultar aún más la perplejidad de
muchos, la inconsciencia de no pocos, la pereza de algunos, etc. Ocho
preguntas seguidas se hace CP al tocar este tema, realmente
importantes (CP 21). La selección de noticias, que necesariamente
tendrá que hacer el periodista, puede llevar a fragmentar la verdad o a
conceder al sensacionalismo el espacio que roba a temas y aspectos
más fundamentales. Incluso cuando este sensacionalismo tiende a algo
tan noble como es despertar al lector "apresurado y distraído" (CP 40),
debe ser calculado.
La paciencia debe tener aquí dos aspectos, como generalmente los tiene
siempre. Por una parte, le exigirá al menos una elemental verificación de
la noticia, y con más frecuencia posponerla en bien de la exactitud
cuándo dicha noticia tiene suficiente magnitud.
11
Por otra parte, la paciencia es también una actitud de la persona —aquí
del periodista— que está dispuesta a ciertas limitaciones y
consiguientemente a aceptar también sus prácticamente necesarias
imprecisiones, e incluso errores a lo largo de su vida. En este caso, la
paciencia lleva ínsita la necesaria humildad de la rectificación para bien
de la verdad.
12
Por tanto, mediante una adecuada instrucción-educación, abrirla ante
todo a la realidad objetiva de los mass media y a su dinámica global, que
"forma" al mundo de hoy; pero sin ponerse a la zaga de los
"apocalípticos", que, alarmados solamente por sus daños y peligros,
invocan un imposible retorno al pasado, ni de los "integrados", que
ignoran o minimizan los daños y peligros de un uso desordenado de los
mismos; sino, junto con la Iglesia, considerándolos como "dones de
Dios", "ayudas valiosas al género humano, puesto que rectamente
utilizados, contribuyen mucho al descanso y cultivo de los espíritus y a la
propagación y consolidación del reino de Dios"; sin ignorar, no obstante,
que "los hombres pueden utilizarlos contra el propósito del Creador y
convertirlos en su propio daño" (IM 2: n. 2363). Por consiguiente, es
preciso que los receptores tomen nota de los fenómenos socio-culturales
anteriormente recordados, inducidos en el mundo de hoy por los mass
media, para hacerse conscientes de sus responsabilidades, tanto
respecto al ejercicio de sus propios derechos como respecto al
cumplimiento de sus deberes sociales.
13
La invasión actual de la propaganda y de la publicidad exige de los
receptores de los mass media una inteligencia adiestrada en reconocer
los expedientes psico-sociológicos ideados y puestos en práctica por los
mil persuasores más o menos cultos, y la firme voluntad de portarse en
las propias opciones no como cañas movidas por el viento, alienándose
entre las masas dirigidas por el profeta de turno o como cobayos de una
civilización unidimensional del consumo, sino conservándose y actuando
como "personas" (y como cristianos), razonando con la cabeza (y con la
fe), oyendo el consejo de Pablo: "Examinad todo, retened lo bueno" (1
Tes 5,21), y el reino de los cielos anunciado por Cristo a sus pobres de
espíritu (Mt 5,3).
14
"Mientras tenemos tiempo, hagamos el bien a todos" (Gál 6,10). Dice
la Communio el progressio: "Los medios de comunicación son un
capítulo nuevo de la cultura actual... Pueden enriquecerla y también
despojarla de su belleza y dignidad, porque con frecuencia se acomodan
a la capacidad y comprensión del nivel cultural más bajo de oyentes o
lectores. Y como se dedica a estos medios de comunicación tanto
espacio, puede el hombre perder el tiempo en un ejercicio mediocre de
su entendimiento y despreciar las cosas más elevadas y útiles. Una
continuada contemplación de obras un tanto superficiales casi fatalmente
hará que se deteriore la delicadeza y profundidad de juicio de quienes
habían ya conseguido una cultura superior" (CP 53). Prácticamente, la
espiritualidad de los receptores debe tener presente y resolver según su
conciencia estos tres problemas:
16
De ahí, para los consagrados —a pesar de que siguen siendo
indispensables muchas y radicales "rupturas" con el mundo—, la
actualidad, también respecto a los mass media, de la oración de Jesús al
Padre por los suyos: No pido que los saques del mundo; que se
queden en el mundo sin ser del mundo (cf Jn 17,9s).
17
•El de las opciones responsables.
18
Por ello es necesario que los sacerdotes, los religiosos y religiosas
conozcan cómo nacen las opiniones y criterios y así puedan adaptarse a
las circunstancias del hombre actual... Los alumnos que muestren una
especial inclinación y capacidad en el uso de estos medios deben ser
preparados más específicamente".
La reflexión de don Alberione sobre el tema de los mass media, más que
a la instancia de una colaboración orgánica, responde a la necesidad de
establecer unos principios y unos comportamientos en el terreno de la
pastoral de nuestros días en un mundo marcado por la tecnología y la
electrónica aplicadas a la comunicación, en una civilización que
podríamos llamar "tecnotrónica". En este contexto, los mass
media introducen también en la predicación, en la catequesis y en la
pastoral general un tipo y un tono de expresividad que no tienen
precedentes, aun cuando operen más en el plano de la cantidad y de la
extensión que en el del cambio cualitativo.
19
En compensación, resulta tan incisivo e inmediato que no necesita
interpretaciones. Hemos utilizado una colección antológica de escritos
alberonianos (CISP) y un ensayo nuestro sobre el tema (TP), con el
intento de ofrecer un compendio de ideas y testimonios suficientes para
motivar, si no para fundamentar, una espiritualidad completa del moderno
operador evangélico comprometido en el mundo de los mass media.
20
"Por eso empleamos el cine y la prensa como servicio a Dios y
como medio de predicación para dirigir a los hombres hacia las
cosas bellas y las cosas buenas que llevan a la vida eterna" (TP
48-49). "Oponer el bien al mal, los medios del mundo, pero sanos.
No sirven las lamentaciones jeremíacas de otros tiempos; hemos
de salvar, nosotros, los hombres de ayer, a los hombres que viven
hoy, y trabajar en el mundo de hoy" (TP 47). En este mundo la
misma encarnación de Cristo asume aspectos originales:
"Monseñor Montini, el nuevo arzobispo de Milán, decía predicando
a los escritores: `Vosotros tomáis la palabra de Dios y la revestís
de tinta, de caracteres, de papel, y la mandáis al mundo vestida de
ese modo. Es la palabra de Dios así vestida, el Señor encarnado.
Dadles a los hombres a Dios encartado, lo mismo que María les dio
a Dios encarnado. Encartado y encarnado se corresponden' (N. del
T.: "carta" en italiano = papel). Por consiguiente, opus fac
Mariae!, ¡haz la obra de María!" (TP 39-40).
21
El escritor laico dará reflejos de luz; tú debes, además, señalar el
camino, comunicar la vida..." (CISP 19-20).
22
En un artículo de abril de 1936 se expresaba de este modo:
"Jamás las criaturas se han visto tan movilizadas y tan
ennoblecidas en el curso de los siglos; han concurrido a formar a
Jesucristo en las almas como el agua del bautismo.
23
Intentos que caen en el vacío, sacrificios de sueño y de horario,
dinero que nunca basta, incomprensión de muchos, peligros
espirituales de todo género, perspicacia en la elección de medios...
Salvar, ¡pero antes salvarnos! Se necesitan santos que nos
precedan por estos caminos no pisados todavía y en parte todavía
sin señalar. No es cuestión de aficionados, sino de verdaderos
apóstoles. Por eso buscar la luz junto al sagrario y las gracias de la
perseverancia en la universal mediación de María asunta al cielo"
(CISP 800, 807).
24
En la vida no veréis el bien que se hace día a día, semana a
semana. No podréis saber a qué alma habéis llevado un poco de
luz, a quién habéis apartado del pecado impidiendo que fuera a
diversiones nocivas. Nuestro apostolado es así. Un sacerdote que
predica y luego va a confesar siente el fruto de su sermón...
Nosotros no tenemos esa satisfacción. La satisfacción vendrá el
día del juicio, cuando se vea la ayuda que nuestras
representaciones han prestado a las almas, cuando se conozca la
reacción que las almas han tenido frente a nuestras transmisiones
positivas. Por consiguiente, sacrificio diario. ¿Y para qué? En
espíritu de reparación por nuestros pecados, en prueba de amor a
Dios y para adquirir méritos para la vida eterna" (TP 129).
5. LA DIMENSIÓN MISIONERA
25
La presencia cristiana en el mundo de los intelectuales ha sido un
postulado constante, aunque es preciso reconocer que, mientras
en el ámbito de la producción de libros ha resultado con frecuencia
moderadamente satisfactoria, en el del periodismo y del
espectáculo no ha realizado todavía empresas de gran incidencia.
Don Alberione pide para estos casos los mínimos teológicos y
morales: todo el saber es, a fin de cuentas, teología, ya que todo
tiene como autor al mismo Dios: "Dios, al crear el mundo, se ha
convertido en el autor de toda ciencia. El saber no es más que
estudiar a Dios. Cada ciencia nueva es un capítulo que nos explica
la obra de Dios. Además, Dios enseñó por medio de su palabra,
por medio de sus profetas, y últimamente nos habló por medio de
su hijo Jesucristo" (TP 135). Reflexionando sobre la situación del
Japón, indicaba: "La masa más descristianizada en la actualidad es
la llamada culta... La profunda crisis de la cultura de hoy consiste
en esto: los hombres se ven impulsados hacia conquistas cada vez
más vastas en el mundo de las cosas sensibles...
*Bibliografía
28