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No todos los niños presentan el mismo desarrollo en el mismo período de tiempo, hablar de
problemas de coordinación visomotriz es muy relativo. Entre los 4 y los 7 años un niño puede
presentar alguna dificultad o tener un desarrollo visomotor lento o precario. Así, los ejercicios de
coordinación visomotora sirven para estimular el movimiento de la mano, dedos, posturas y
presión idónea para que ellos logren, luego, alcanzar una correcta escritura.
Gracias a las habilidades visomotoras, somos capaces de convertir un estímulo visual abstracto, en
un movimiento motor.
Por ejemplo, esto ocurre cuando escribimos o cuando copiamos un dibujo, lo creamos en base a
nuestras preferencias y conocimiento del mundo.
Las habilidades visomotrices tienen una función decisiva, en nuestra capacidad de representar un
concepto con nuestras manos y cuerpo; ya sea escribiendo, moldeando, dibujando, cortando o
representando una figura en el aire.
Para que las habilidades visomotoras logren su función, se necesita que exista una buena
coordinación entre el sistema visual y el sistema motor, contar con una adecuada coordinación
motora fina y una capacidad de percepción de la forma, suficiente como para comprender las
características del estímulo visual.
Uno de los aspectos que más se relacionan con la coordinación motora fina, es la coordinación
óculo-manual, que es muy necesaria para los procesos de aprendizaje.
La coordinación entre la mano y el ojo, nos permite realizar actividades en las que usamos
cotidianamente. Con los ojos dirigimos nuestra atención al estímulo visual y con las manos
ejecutaremos la tarea.
Los ojos hacen el seguimiento visual de lo que realizamos, por lo que podemos darnos cuenta de
cómo lo estamos haciendo.
Por lo tanto, la coordinación óculo-manual es una habilidad cognitiva muy importante para
nuestro desarrollo.
Incluso, la información visual que recibimos a través de nuestros ojos, es la responsable que
actuemos de forma coordinada con la información que recibimos a través de ese órgano.
Estas evaluaciones, servirán para hacernos una idea de cómo han madurado los procesos
visomotores de los niños, a partir del simple copiado de formas y figuras.
Existen algunos test para evaluar la coordinación visomotora, que describiremos brevemente a
continuación:
Este test es uno de los que se aplican inicialmente, para realizar una medida de la madurez
visomotora.
Con este tipo de evaluación visomotora, se logra una información amplia sobre indicadores
neurológicos, emocionales y cognitivos.
Es una prueba sencilla que no tarda más de 10 minutos en su aplicación y nos ofrece datos
cuantitativos (edad de desarrollo) y cualitativos (presencia de ansiedad, de dificultades
emocionales y posible alteración orgánica).
Otra evaluación para diagnosticar el estado de la coordinación visomotora más empleada, es este
test de REY.
Este test consistente en copiar y reproducir figuras de estructuras complejas. Su diagnóstico ofrece
una serie de indicadores neurológicos y cognitivos, como base a alteraciones perceptivas, motoras
y memorísticas.
Esta actividad visomotora es muy utilizada por docentes ya que exige una gran variedad de
movimientos de mínima amplitud. Es recomendable en niño de 4 a 8 años.
Este ejercicio visomotor consiste en reproducir figuras que previamente se hayan mostrado al
niño. Por ejemplo, se muestra un círculo y se le pide que dibuje con su dedo en el aire ese mismo
círculo. Luego se agregan otras figuras; un cuadrado, una flor, una casa, espirales, diagonales, etc.
Haciendo laberintos
Ya hemos hablado en otros artículos de los beneficios de trabajar con laberintos en el aula, ya que
ayudan a mejorar la atención, psicomotricidad etc, también los podemos utilizar como actividad
de para mejorar las habilidades visomotoras. Estos laberintos deben ir aumentando su dificultad
de forma progresiva. Además no se debe permitir que el niño se salga de los bordes del laberinto.
Recortando figuras de papel
Recortar es un buen ejercicio de coordinación visomotora, para ello toma algunas figuras de media
complejidad y coloca una por una para que el niño recorte las mismas.
Para este ejercicio se deben disponer de dibujos con borde grueso. Los niños deben tomar un
marcador y remarcar la figura sobre la línea gruesa del dibujo.
También se pueden pintar el interior de las figuras con témperas de los colores que el niño
prefiera.
Preséntales a los niños diversas figuras sencillas y pídeles que intenten copiar respetando los
tamaños de los modelos originales.
Tangram
El juego del tangram desarrolla la atención, memoria, imaginación y creatividad en los niños.
Un cuadrado
Un romboide o rombo
Estas figuras te permitirán crear una gran cantidad de objetos, formas de tangram, animales y
todo lo que puedas imaginar, es un juego bien pensado para que te dediques sólo a crear e
inventar.
Es un juego viejo, pero muy utilizado en pedagogía moderna para desarrollar talentos y
habilidades en los niños y especialmente aquellas de orden matemático y visomotor.
Jugando con plastilina
Una vez que el niño haya superado cada una de estas pruebas, se puede sugerir que las realice
nuevamente pero, esta vez, con un cronómetro de tiempo para resolver cada ejercicio en menos
tiempo que la vez anterior.