En el servicio de U.C.I. de una clínica de provincia, una enfermera que lleva mucho tiempo en el servicio, prepara los medicamentos que corresponde suministrar a los pacientes a las 15:00 Hrs. Tras un largo turno de 12 hrs. y por falta de personal suficiente en la clínica, debió doblarse, lo que significó al fin de cuentas un gran riesgo para los pacientes y para ella, pues el nivel de fatiga alcanzado la llevó a cometer varios errores, los que, por su capacidad y compromiso, no son habituales en ella. Mientras se encuentra en esta labor y, por un descuido fruto de la fatiga, quiebra una ampolla de lidocaína que posee un gran valor comercial. La enfermera, para no tener que asumir el costo del medicamento, decide no administrar el medicamento al paciente y lo registra como si lo hubiese hecho, pensando que con esto cubriría el daño y evitaría una amonestación por parte de su jefe inmediato. Sin embargo, a las pocas horas, el paciente comenzó a tener problemas respiratorios severos, a causa de la falta de la lidocaina. Finalmente, el paciente sobrevive gracias a la oportuna intervención del cuerpo médico y la reanimación cardiopulmonar a que fue sometido. Así, con el paciente fuera de peligro vital y sin ningún sumario interno del cual la puedan acusar, la enfermera mantuvo en silencio su actuación, aunque se prometió a sí misma que jamás volvería a cometer semejante error que le pudo costar la vida a un paciente, pues no calculó las consecuencias de la decisión tomada. 2. Temas éticos involucrados: Responsabilidad y Diálogo Evidentemente estamos frente a un caso de irresponsabilidad por parte de la enfermera, sobre la que recae la responsabilidad del cuidado de los pacientes y por parte de la institución que, por no contar con la planta suficiente de enfermeras, debe doblar el turno de muchas de ellas, las cuales, por agotamiento físico, bajan su calidad de atención. Hay que pensar que cuando se habla de responsabilidad, básicamente nos referimos a un valor moral que el ser humano debe desarrollar y que le permite justamente responder por sus actos; primero en vistas a su motivación o fin, y luego en vistas a sus consecuencias. Esto significa que una persona responsable piensa bien las cosas antes de tomar o no una decisión. En este caso, la responsabilidad moral no recae sólo sobre la enfermera, sino también sobre la institución, quien a la postre terminará depositando el peso de la falta en la enfermera, quien a su vez debe aceptar el turno por la presión de perder su trabajo. En este sentido es que el diálogo también opera como valor moral relevante, ya que por falta de éste, la enfermera comete un doble error: Por un lado, no exponer su cansancio físico que le impide doblar el turno y, por otro, haber dejado de suministrar el medicamento. En estos casos lo que debe primar es la confianza para expresar los puntos de vista ante el jefe o las directivas de la institución. Una vez quebrado el medicamento, la enfermera debió comunicar el caso a su jefe inmediato para ser repuesto y evitar poner en riesgo la vida del paciente. El tener que pagar el costo del medicamento es menos grave que la culpa que se genera al poner en riesgo la vida del paciente. 3. Desenlace La enfermera mantuvo silencio y sólo conversó el tema con una compañera de trabajo un mes después de lo sucedido. En esta conversación, el diálogo entre las colegas arrojó la conclusión de que ella por ningún motivo debió callar el hecho y, lo que es peor, haber reportado el suministro de éste. Por fortuna para la enfermera, el paciente superó la crisis presentada y se encuentra en su casa disfrutando de una vida “normal”. Fruto de la conversación, ambas creen que deben abrirse los canales de comunicación al interior de la clínica para evitar situaciones como estas, que, por falta de diálogo y por no permitírsele a los empleados opinar sobre el funcionamiento de la clínica, pasan las cosas que pasan. La enfermera sigue trabajando en la clínica y sigue doblando sus turnos por orden de los superiores, pero ha emprendido una campaña de concientización al interior de la clínica de lo peligroso que resulta que el personal que tiene directa relación con los pacientes trabaje en esas condiciones. Como mínimo, y en la búsqueda de una solución a los problemas que se puedan presentar, la enfermera jefa debe saber en qué condiciones están las auxiliares para saber qué responsabilidades delegar en ellas.