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sujetarse

 coger, asegurar, retener, sostener, contener, agarrar, asir, enganchar, trabar,


entorpecer, atar, paralizar, inmovilizar, encadenar, constreñir, domar
o Antónimos: soltar, liberar
 clavar, atornillar, remachar, pegar, adherir, enganchar
 dominar, someter, ceñir, ajustar, acomodar, amoldar, atenerse, remitirse

'sujetarse' aparece también en las siguientes entradas:

¿Debe una esposa sujetarse a su esposo?

 
Pregunta: "¿Debe una esposa sujetarse a su esposo?"

Respuesta: Este es un punto muy importante a considerar en el matrimonio y también en la vida diaria.


Dios ideó el hecho de la sumisión en Génesis. En el principio, como no había pecado, el hombre no tenía
una autoridad a quien obedecer, excepto la autoridad de Dios. Cuando Adán y Eva desobedecieron a
Dios, el pecado entró en el mundo y entonces fue necesaria la autoridad. Por lo tanto, Dios estableció la
autoridad necesaria para reforzar las leyes de la tierra y además proveernos con la protección que
necesitamos. Primero, debemos sujetarnos a Dios, lo cual es la única manera en que realmente podemos
obedecerle (Santiago 1:21 y Santiago 4:7). En 1 Corintios 11:2-3, encontramos que el esposo está sujeto
a Cristo, como Cristo lo estuvo a Dios. Entonces los versos dicen que la mujer debe seguir su ejemplo de
sujeción a su esposo. Otro versos acerca de la sumisión de Cristo a Dios, se encuentran en Mateo
26:39 y Juan 5:30.

La sumisión es la respuesta natural a un liderazgo amoroso. Cuando un esposo ama a su esposa como
Cristo ama a la iglesia (Efesios 5:25-33), entonces la sumisión es una respuesta natural de la esposa
hacia su esposo. La palabra griega traducida como someterse (Hupotasso) es la forma continua del
verbo. Significa que el someternos a Dios, a nuestros líderes y a nuestro esposo no es una decisión de
una vez. Es una actitud continua en nuestras mentes, que llega a convertirse en un patrón de conducta.
La sumisión de la que se habla en Efesios 5, no se refiere a una sujeción unilateral de un creyente para
ser dominado egoístamente por la otra persona. La sumisión bíblica está diseñada para ser entre dos
creyentes llenos del Espíritu, quienes se entregan mutuamente uno al otro y a Dios. La sumisión es una
calle de dos sentidos. La sumisión es una posición de honor y plenitud. Cuando una esposa es amada
como Cristo ama a la iglesia, la sujeción no es difícil. Efesios 5:24 dice, “... como la iglesia está sujeta a
Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” Este verso está diciendo que la esposa
debe sujetarse a su esposo en todo lo que es correcto y legítimo. Por lo tanto, la esposa no está obligada a
desobedecer la ley o descuidar su relación con Dios.
La mujer fue formada de una costilla de Adán; no fue tomada de su cabeza para que gobierne sobre él,
tampoco fue formada de sus pies para ser pisoteada por él, sino que fue tomada de su costado, para ser
igual a él, bajo su brazo para ser protegida y cerca de su corazón para ser amada. El mandato “someteos”
en Efesios 5:21, es la misma palabra usada en 5:22. Los creyentes deben someterse unos a otros en
reverencia a Cristo. Los versos 19-21, son todos el resultado de estar llenos del Espíritu Santo (5:18).
Los creyentes llenos del Espíritu son adoradores (5:19), agradecidos (5:20), y sumisos (5:21). Pablo
entonces, sigue su línea de pensamiento del vivir con la llenura del Espíritu y la aplica a los esposos y
esposas en los versos 22-33.

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¿Debe una esposa sujetarse a su esposo?

¿QUÉ ES Y QUÉ NO ES LA SUJECIÓN DE LA ESPOSA DENTRO DEL


MATRIMONIO?

“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que


también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la
conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y
respetuosa.” 1 Pedro 3:1-2
A medida vamos aprendiendo de Dios y Su Voluntad a través de Su Palabra,
podemos encontrarnos con mandatos que Él nos ha dejado que quizás de entrada
no nos agraden del todo, uno de ellos podría ser en el caso de las mujeres
casadas, la instrucción de la Sujeción que debe tener la esposa dentro del
matrimonio al marido, incluso muchas personas tienden a criticar la Biblia de
“machista” solamente por el hecho que Dios nos ha dejado lineamientos y pautas
para llevar una vida santa y agradable al Señor, y esto incluye sobre como
conducirnos dentro del matrimonio.
Pero, ¿Será que Dios es anticuado en sus mandatos o se equivocó en Su
Palabra? ¿A qué se refiere exactamente con eso de “sujeción”? ¿En realidad será
“machista” pensar así? ¿Hasta dónde llega la sujeción de una esposa? Vamos a
tratar de analizar y respondernos a estas y otras preguntas que podemos
hacernos con mucha honestidad en nuestro diario vivir, así que analicemos los
siguientes puntos:
1.- ¡No es el mandato el importante, sino a Quién buscamos agradar!

“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de


oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible
ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de
Dios.”  1 Pedro 3:3-4
Existe una frase bastante divertida, quizás la hayas escuchado antes, es: “ella
asea sólo por donde pasa la suegra”; y lo que deseo ilustrar con esa frase y con
los versículos anteriores es que las acciones que implican el ser sujeta al marido
deben nacer por un deseo ferviente de obedecer a Dios, porque es Dios quién lo
estableció así en Su Palabra. Nada más. Claro que, al ser una convicción
personal, debería nacer de nuestra relación diaria con Dios, en ningún momento
debería llevarse a cabo por obligación por parte de la esposa, al contrario, es
por una libre elección en donde se demuestra el carácter y el trabajo de Dios en
la vida de ella.
Además, el resultado final es importantísimo: “para que también los que no
creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus
esposas”; la Biblia nos enseña que Dios está interesado en que las personas le
conozcan, a Dios le importa y Él desea que cada uno de los seres humanos llegue
a conocerle, ese es uno de Sus anhelos, muchas veces las personas no necesitan
que les hablemos de la Biblia, nuestras acciones pueden ser tan fuertes que
impacten tanto en sus pensamientos que de verdad crean en Dios y que Él está
haciendo algo en nosotros. Esta es la mejor forma de predicar a Dios, sin usar
palabras.
2.- ¿Qué es la Sujeción?
Según el Diccionario de la RAE, la palabra “Sujeción” significa:
Unión con que algo está sujeto de modo que no puede separarse, dividirse o
inclinarse.
Ahora bien, en la vida práctica, ¿Qué significa la sujeción de una esposa? Pues se
trata más que todo de una actitud, es una decisión tomada en favor de respetar el
rol del liderazgo que el esposo debe llevar en el hogar; por ejemplo en áreas
claves como el manejo de las finanzas del hogar o la educación de los hijos, es
importantísimo que la esposa no tome decisiones separadamente, sin consultar
antes la opinión del marido, sí ella lo hace se corre el riesgo de que se comiencen
a dividir las opiniones y lejos de ser cada día más una unidad, el matrimonio se
puede comenzar a romper lentamente y deteriorar la relación.
Sujeción NO es dejar de pensar, opinar, proponer o planificar. Es indispensable
que la esposa pueda dar sus puntos de vista y ser la ayuda idónea que el
hombre necesita. Una mujer que no propone nuevas ideas es lo más distante de
una verdadera colaboradora. Quizás el Espíritu aquí, nos indica que todo tiene un
orden, pero también ninguno de los dos es más que el otro, ni el hombre es más
que la mujer, ni la mujer más que el hombre.
3.- ¿Es “machista” la Biblia al enseñar eso?
Para nada. La Biblia no es “machista”, leamos como termina el pasaje:
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a
la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la
vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.”
1 Pedro 3:7 
Dios nos enseña que existe un orden que Él ha diseñado, pero que en ningún
momento esto nos da “derecho” de tratar a las esposas como queramos, esto
sencillamente no es así. El esposo debe por obediencia a Dios, tratar a su mujer
como a vaso más frágil, además de vivir con ellas sabiamente, dicho sea de
paso, la verdadera sabiduría es la que proviene de Dios y Su Palabra.
Las esposas son coherederas, esto quiere decir que están exactamente a nuestro
mismo nivel ante Dios, no importando que el hombre es el responsable o líder en
el matrimonio, cada uno (marido y mujer) deben buscar agradar a Dios con sus
propias acciones y en sus propios roles porque cada uno dará cuentas de ellas
a Dios un día.
4.- ¿Hasta dónde llega la Sujeción?
Quiero usar dos versos para que nos sirvan de parámetros de hasta dónde debe
llegar la sujeción de una esposa, leamos:
“y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.”
Santiago 4:17
Puede ser que en alguna ocasión el esposo pida o desee que la esposa le
acompañe en algo que es incorrecto, sí ella sabe que no está bien y lo hace,
para ella también es como sí hubiese pecado. En este tipo de casos, ella debe
recordar que la sujeción es por obediencia a Dios y que por ende, es a Dios a
Quién está tratando de agradar, no se puede buscar agradar al esposo
desagradando a Dios. Como dijeron los apóstoles: “Es más necesario agradar a
Dios antes que a los hombres.”
“El avisado ve el mal y se esconde;  
Mas los simples pasan y reciben el daño.” Proverbios 22:3
Hay situaciones en las que se puede prevenir “recibir el daño”, por eso es
importante tener el discernimiento para saber que decisiones tomar, por ejemplo,
sí el esposo está ebrio, nunca sería recomendable que él manejará y la esposa
por una mal entendida “sujeción” fuera de pasajera, esto podría ocasionar un
grave daño a la salud física de ella, hay que tener cuidado y evitar ciertas
situaciones.
Conclusiones
La Sujeción debe nacer por obediencia a Dios y no a los hombres, es una
responsabilidad de cada mujer, así como cada hombre tiene la responsabilidad
de tratar como vaso más frágil a su esposa, pero cada quien dará cuentas de sí
ante Dios, así que no es excusa que la pareja no haga lo que Dios le manda
hacer. Debe existir el discernimiento en la esposa para saber cuando es sujeción
y cuando es necesario tener cuidado.
¡Muchos ánimos y que Dios te bendiga!

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