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TEMA PARA PAREJAS

AMARNOS POR SIEMPRE

1. Somos uno

La Biblia en 1 Ts 5:23; nos enseña que Dios nos hizo, a su semejanza, seres tripartitos, con
espíritu, alma y cuerpo y que la voluntad de Dios es que los que planean unirse en
matrimonio, sean, antes que nada, uno en Espíritu Solícitos en guardar la unidad del Espíritu
en el vínculo de la paz.
Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de
vuestra vocación. Un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre
todos, y por todos, y en todos ( Ef 4: 3 al 6).
Además, el propósito del noviazgo es llegar a comprobar si las metas de ambos y los valores
morales, espirituales y sociales les permitirán ser uno en alma, para que así decidan casarse
y llegar a la consumación del matrimonio que es llegar a ser uno encuerpo (Gn. 2: 24, Mt
19:5). Por lo tanto no conviene alterar el orden divino porque Dios tiene razón cuando dice
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas
el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de
hacer bien; porque a su tiempo segaremos Ga 6: 7 -9.
El yugo del matrimonio es ligero, fácil y de bendición cuando se lleva entre dos que tienen
comunión y son uno en espíritu, alma y cuerpo, pero es una pesada cruz, cuando es llevado
en forma desigual, con un incrédulo. En el noviazgo se manifiesta un nivel de amistad
especial que permite tener la confianza para comunicar características personales que
ayuden a cumplir su propósito, pero no implica más compromiso que el respeto a la
exclusividad, mientras el noviazgo dure. El propósito del noviazgo es llegar a tener tal
conocimiento de la otra persona, que me permita decidir si es la persona con la que me
quiero casar.
En el momento en que se llegue a ese punto, el noviazgo debe pasar a la siguiente etapa
que es la del compromiso, o bien darse por terminado, pues debe considerarse falta de
amor y una irresponsabilidad el prolongar un noviazgo que seguramente no terminará en
compromiso, ya que priva a la persona de la libertad para buscar la voluntad de Dios, en
otra persona. Durante el noviazgo, se refuerzan y ponen a prueba los valores humanos de
libertad, respeto y responsabilidad, pues los momentos prolongados que se pasan en
comunicación privada, exige de los novios la expresión del amor genuino que siempre se
acompaña de dominio propio.
Por eso es bueno que las manifestaciones legítimas y lícitas de un amor especial, como son
los besos y las caricias, deben expresarse siguiendo los principios bíblicos que nos
permiten hacerlo en una forma que sea de bendición, y aceptable no sólo ante ambos
novios, sino ante los ojos de Dios y ante nuestros padres. También se debe procurar que
todo se haga de tal manera que sea un buen ejemplo para los demás.
Otro principio bíblico que se aplica al noviazgo, es que durante el mismo, debemos tratar
a los padres del novio o de la novia como a padres y madres (1 Ti 5:1,2) respetando así su
autoridad. Además, que el trato y las expresiones de amor para la novia, deben de darse en
la misma forma en que se las daríamos a una hermana, con toda pureza (1 Ti 5:2).

2. Honra a nuestros padres

En Éxodo 20:12, dice “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la
tierra que Jehová tu Dios te da.”

Este mandato que Dios entrego a Moises, significa que los hijos debemos honrar a los
padres; involucra alta estima, reverencia y ayuda estar ahí al pendiente de ellos, cuidarlos.
En comparación con los otros mandamientos, donde no se adjunta directamente alguna
promesa específica, Dios, al dar este mandamiento también agregó una promesa
determinada. Dijo: “honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la
tierra que Jehová tu Dios te da”. Y en Deuteronomio 5:16 viene el mismo mandamiento
pero con una promesa adicional “Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te
ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra
que Jehová tu Dios te da.

Sin embargo en Marcos 7:10; Dios da una advertencia sino guardamos este mandato de
honrar a nuestros padres “Porque Moisés dijo Honra a tu padre y a tu madre; y: El que
maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente; Es decir Cualquiera que hable
maldad en contra de su padre o su madre iba a morir.

Efesios 6:2-3“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;


para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”

Esta promesa; ¡No es incondicional! Es condicional y será otorgada a aquellos que honren
a sus padres; aun este mandato va más allá de nuestro propio entendimiento que si
habláramos algo malo sobre nuestros padres vamos a morir.

Es muy importante tomar en cuenta estos principios bíblicos con responsabilidad y sobre
todo con temor, porque Dios nos lo demandara; y esto no tiene que ver nada con la edad
que tengamos los hijos; seamos solteros o casados igual Dios nos pedirá cuenta; porque es
un mandato. Igualmente es muy importante la obediencia en la etapa del noviazgo y en el
nuevo hogar que tendremos tomar en cuenta los consejos de nuestros padres, porque
así estamos honrándoles. Igualmente se debe conversar con la pareja en cuanto al seguir
honrando a nuestros padres, y esto significaría estar pendiente de ellos en su cuidado,
darles protección; por supuesto sin descuidar el hogar; y todo tiene que ser de mutuo
acuerdo y nuestro nuevo hogar será bendecido.

3. Mi rol de esposo

La visión del hombre ideal que muchas mujeres buscan, son con características de alta
exigencia; es un prototipo de hombre que “madura, que se esfuerza, y que tiene buenos
conocimientos”; pero que no existe; entonces ¿Qué es un hombre completo o verdadero?,
es alguien que entiende y acepta la responsabilidad del desarrollo de su capacidad mental,
emocional y espiritual, y lo demuestra por su actitud y acciones maduras en su vida
personal, su vida en el hogar, su vida vocacional, su vida social y su vida espiritual.

El esposo le debe amor a la esposa, y Cristo es el modelo con que el hombre requiere amar
a su esposa. Así como Cristo amó a la iglesia, así el esposo debe amar a su esposa.Así lo
declara la Biblia: “Maridos, amad a vuestra mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó así mismo por ella” (Efesios 5:25); se refiere al amor que se sacrifica y es abnegado;
un amor que se da de sí mismo. Aquí no equivale a una emoción romántica, sino un amor
desinteresado y se sacrifica para cuidarla, en obediencia a la voluntad de Dios.
Este amor se expresa:
 Dándole un trato delicado. 1ra. Pedro 3;7
 En santificación, se refiere a la fidelidad. Efesios 5: 26 y 27
 En purificación y entrega de sí mismo hacia ella. Efesios 5: 25;26;27
 Sustento y cuidado. Efesios 28:33
En el matrimonio, el esposo es la cabeza; que supone un cargo de servicio. Él debe vigilar
y liderar, para que las pautas establecidas y acordadas mutuamente se cumplan; por lo
que el principal papel de marido es el de SIERVO, tal como Cristo le dio ejemplo.
Sin embargo la mejor descripción de la responsabilidad de un hombre hacia su compañera
es una palabra de seis letras “cuidar”; Si le Preguntamos a cualquier mujer qué es lo que
más quiere de su esposo, probablemente dirá “Tan solo quiero que me cuide”; como a
vasos frágiles y se sientan protegidas. Por lo que cada hombre debe aspirar a ser ese
hombre de Dios real que ellas buscan.

4. Mi rol de esposa

La esposa le debe sujeción al esposo, es aceptar el orden divino establecido para la familia,
sujetándose voluntariamente unida en propósito y en acción con el esposo actuando
como ayuda idónea, siendo un soporte para el esposo en amor. Someterse es aceptar la
posición, el rol, el papel que Dios nos ha designado, según el orden instituido por él. Es
cumplir ese rol o función con responsabilidad, convicción, compromiso y gozo delante de
Dios (Colosenses 3:23-24).
El principio bíblico que garantiza la unidad y la armonía familiar es el someterse los unos a
los otros (Efesios 5:21), es una solemne responsabilidad del esposo y esposa ante Dios y
que ha de llevarse a cabo con todo temor.

5. Diferencias!

Los esposos necesitan buscar a Dios y recibir la sabiduría para enfrentar las diferencias;
orando juntos, como dice Santiago 1:5 “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,
pídale a Dios el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.

Para resolver las diferencias en el matrimonio, deben ser resueltas con soluciones que sean
satisfactorias para ambos; es necesario tomar encuentra el respeto mutuo y escuchar con
paciencia la opinión o diferencia de la otra persona y la biblia lo respalda en Proverbio
14:29, “El que tarda en airarse es grande en entendimiento, más el que es impaciente de
espíritu enaltece la necedad”. Se necesita mucho esfuerzo para realmente escuchar y tener
el deseo de entenderse con el esposo (a) .

Teniendo claro que en todo matrimonio existen conflictos también debemos identificar
algunas reacciones negativas que tomamos y que pueden afectar la relación. Muchos
matrimonios no tienen el valor de enfrentar los conflictos y para no herirse más lo niegan.
No se tiene en cuenta que un problema sin solucionar, por pequeño que sea como dice en
Cantares 2:15 “Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros
viñedos, nuestros viñedos en flor.” Y lo único que se provocara es raíces de amargura en el
corazón.

Tampoco se debe aplicar el "tratamiento del silencio" como medio para evitar la
controversia. A veces se escoge esta opción pues parece menos dolorosa, pero el silencio
a la larga nunca da resultados. Puede ser que se necesite un momento de silencio pero
finalmente se tendrá que enfrentar la situación.
Bien lo decía en sabio Salomón “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del
cielo tiene su hora tiempo de callar, y tiempo de hablar. “Eclesiastés: 7; Un conflicto
sin solucionar puede desencadenar un problema más grave.
6. Mi nuevo hogar

La palabra de Dios dice en Sal. 127:1 "Si Dios no edificare la casa, en vano trabajan los que
edifican; si Dios no guardare la ciudad en vano vela la guardia". Como vemos Dios debe
ocupar el lugar principal dentro de la familia. No como un artículo de tocador o como
el doctor que solamente se le busca, cuando se requiere de su servicio.
Si nosotros vemos el ejemplo de Adán y Eva cuando estuvieron en el paraíso,
mientras ellos vivieron de acuerdo a los mandatos de Dios, no tuvieron problemas;
su vida fue tan estable; aunque la escritura nos da pocos detalles de cuales fueron
los acontecimientos que sucedían, sin embargo sí podemos ver que tenían una
estrecha comunión con Dios.
Gen. 3:9 "Y oyeron la voz de Dios que se paseaba por el huerto, al aire del día". La
presencia de Dios estaba continuamente con ellos.
Dios debe ser para nosotros como el sol; lo es para los planetas. Estos se encuentran
girando alrededor de él cumpliendo un ciclo vez tras vez. Porque si alguno se saliera
del curso fijado por Dios, terminaría causando un caos a todo el sistema. De igual
sucederá con nuestro nuevo hogar si nosotros nos salimos del orden establecido por
Dios.

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