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Introducción
Investigación sobre sistemas urbanos y
regionales: Aportaciones de los SIG&T,
el análisis espacial y la modelización de la
localización
Jean-Claude Thill
1 Generalización y contextualización
(Forrester 1961, 1969, 1971; Meadows 1972) en línea con los preceptos de la
teoría de los sistemas complejos (Miller y Page 2007).
Cuando los acontecimientos y fenómenos son complejos, están fuertemente
interconectados y son adaptativos, y no están especificados completamente, el
análisis de sistemas se ha aprovechado ventajosamente para identificar posibles
futuros, la gama de sus variabilidades y los puntos críticos que condicionan las
trayectorias evolutivas que conducen a resultados específicos. Los elementos de
los sistemas no solo abarcan los componentes naturales (p. ej., lagos, montañas) y
construidos (carreteras, centrales eléctricas, etc.), sino también los elementos
humanos, sociales e institucionales (Ottens et al. 2006); de ahí que el término de
sistemas sociotécnicos (Kaghan y Bowker, 2001) se utilice a menudo hoy en día para
reflejar que las perspectivas humana y social se incorporan explícitamente a los
sistemas físicos y técnicos (p. ej., ONeill y Gibbs 2013; Marletto 2014; Li et al.
2015). Estos elementos "blandos" pueden implicar la aceptación y las actitudes de
los usuarios, los sistemas de valores, las normas culturales y el capital humano y
social, entre otros.
1Incidentalmente,
esto es también lo que impulsó la aparición de los sistemas sociotécnicos como
marco para el análisis y el diseño de sistemas complejos multinivel y multiescalares.
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los ámbitos del empleo, la educación o la atención sanitaria y para que las
empresas aprovechen la economía de aglomeración urbana (Glaeser 2010).
Aunque la tiranía ejercida por la distancia (Bunge 1961; Blainey 1966) puede
haberse desvanecido considerablemente con el paso del tiempo, a nivel global y en
la granularidad más fina de las ciudades individuales, la distancia sigue
importando. La extensa investigación de Olson y Olson (2000) sobre la eficiencia
comparativa de varios modelos de organización del trabajo en las empresas llegó a
la misma conclusión.
Como segundo pilar de la diferenciación espacial, la heterogeneidad espacial
describe a veces la desigualdad de la distribución de los acontecimientos de interés
en el espacio geográfico. Sin embargo, en un sentido estricto, se refiere a la
distribución de una relación en un paisaje espacial (social o natural). La estadística
aplicada permite la variabilidad de la fuerza de la relación entre una variable
dependiente y los predictores independientes, pero un supuesto fundamental de las
directrices prescritas es que esta variabilidad no es sistemática y sigue una
distribución gaussiana. La relajación de esta restricción puede ser particularmente
adecuada para alinearse con la noción de contextualización externa. En las últimas
décadas se han propuesto varios enfoques sobre la variabilidad espacial de los
parámetros de regresión (Casetti 1970; Fotheringham et al. 2002). Pueden ser
especialmente eficaces para detectar la no estacionariedad espacial en las
relaciones multivariadas, lo que a su vez suele indicar que el modelo está infra
especificado y que un factor influyente que presenta una fuerte variabilidad
espacial estaría ausente del modelo.
4 Espacio y distancia
tabla de contigüidades poligonales por pares. Gatrell (1983) consideró que ésta y
otras conceptualizaciones relacionadas con el espacio y las relaciones espaciales eran
"ingenuas". Sin embargo, la noción de espacio absoluto se convirtió en la piedra
angular de los sistemas de información geográfica (SIG), y lo sigue siendo en gran
medida en la actualidad. El hecho de que el pensamiento de los SIG siga girando
en torno a una separación entre la información (o los datos) espacial (es decir, las
coordenadas) que proporciona el marco de referencia vinculado a un dato que está
"grabado en piedra", junto con un sistema de georreferenciación y los atributos
que se recogen, ensamblan y vinculan al dato es el aspecto más evidente de este
legado. En Thill (2011) se puede encontrar un análisis más detallado de este
estado de cosas.
Como alternativa, algunos estudiosos han defendido una noción relativista del
espacio. Estos puntos de vista fueron muy fundamentales para la concepción del
filósofo y físico Gottfried Leibniz, las teorías sociopolíticas de los sociólogos Emile
Durkheim y Henri Lefebvre, pero también la teoría de la relatividad de Albert Einstein.
El novedoso pensamiento centrado en un espacio relativo fue promovido por una
amplia coalición de humanistas, estructuralistas y conductistas sobre la base de que los
patrones espaciales que pueden discernirse en las estructuras semánticas no están
dictados por las propiedades exógenas del espacio físico (¡una especie de tiranía
del espacio físico que se etiquetaría como leyes!). El espacio puede construirse
mediante percepciones, experiencias, interacciones y relaciones (Ullman 1954;
Gould 1991; Harvey 1994).
En el contexto de la geografía y las ciencias espaciales, cabe destacar la
temprana y perspicaz contribución de Ullman (1954), que a menudo se subestima.
En su ensayo seminal de 1954 sobre "La geografía como interacción espacial",
Ullman plantea que el concepto de situación es una de las dos nociones
fundamentales de la teoría geográfica. Y profundiza en ello diciendo que:
La situación se refiere a los efectos de un área, o más bien de los fenómenos de un área,
sobre otra área. Lógicamente, debe centrarse en las conexiones entre áreas y da lugar a
términos como "circulación" e "interdependencia regional", o a aspectos específicos como
"difusión" o "centralización".
Este concepto de situación se define aquí como "interacción espacial", y pretende ser un
concepto más positivo y dinámico que el de situación, el de relaciones o incluso el de
circulación. En cierto sentido, proporciona un "motor" para los conceptos de situación. (p. 1)
Los científicos espaciales han trabajado para formalizar los espacios de manera
que encapsulen una variedad de formas de relaciones y experiencias, desde las
cognitivas hasta las socioeconómicas, políticas, virtuales y físicas. La construcción
de un espacio relativo implica una serie de tareas por parte del analista, a saber, la
observación, la interpretación y la síntesis de procesos y patrones de flujos dentro
de un determinado dominio de conocimiento (Wachowicz 1999). Por lo tanto,
como dispositivo visual, un mapa puede considerarse "una representación visual o
gráfica de un espacio" (Gatrell 1983, p. 4) y puede mostrar sólo un remoto
parecido con el correspondiente mapa absoluto (euclidiano la mayoría de las
veces) debido a las distorsiones impartidas por las relaciones semánticas entre las
figuras. Las transformaciones de mapas y los cartogramas son técnicas
cartográficas habituales para expresar cartográficamente una visión relativa del
espacio. Existen varios métodos para crear mapas de atributos sintéticos. Algunas
técnicas procesan los atributos semánticos de las características colapsando las
dimensiones medidas a un número manejable de nuevas dimensiones latentes. Este
es un proceso conocido como "espacialización" (Skupin y Fabrikant 2007).
Mediante este ejercicio de reducción de datos sin supervisión, se obtiene un
espacio de atributos y se proyectan las observaciones en él. Por ejemplo, los mapas
autoorganizativos (Agarwal y Skupin 2008) sirven para revelar las complejas,
desconocidas y a veces ocultas estructuras de la competencia entre las aerolíneas
que prestan servicio en los aeropuertos estadounidenses en Yan y Thill (2009). La
dinámica de los barrios urbanos también puede revelarse y analizarse
sintéticamente mediante este proceso analítico (Delmelle et al. 2013). Las nuevas
técnicas de la ciencia de las redes también pueden ser muy eficaces para reducir la
dimensión de grandes conjuntos de datos que incluyen datos de diferente
granularidad y heterogeneidad temática. Un buen ejemplo de este esfuerzo sería el
reciente trabajo de Zhang y Thill (2017). Una alteración más clásica sería el
método de escalamiento multidimensional (MDS), que trabaja sobre una matriz de
disimilitudes entre observaciones (Gatrell 1983). Proporciona una configuración
espacial de las observaciones de tal manera que las distancias entre pares en esta
configuración coinciden con las disimilitudes de entrada lo mejor posible. Thill
(2011) informa sobre el uso de MDS para inferir las propiedades de un espacio de
migración de la población para los Estados Unidos, donde una representación
tridimensional supera las formas bidimensionales más convencionales, dada la
naturaleza bastante inusual de la configuración de los flujos de migración en los
Estados Unidos.
Gatrell (1983) informa de innumerables estudios que trascienden y enriquecen
la visión "plana" y estática del espacio absoluto. Entre ellos se encuentran los
mapas de espacios temporales que muestran el estiramiento del espacio de los
entornos regionales urbanos a lo largo de los corredores de alta velocidad y alta
capacidad y la reducción del espacio en las zonas donde la movilidad es baja y la
congestión es alta, los mapas de los espacios económicos funcionales moldeados
por los procesos competitivos y los controles institucionales, los mapas de los
espacios cognitivos, y muchos otros. Los mapas cognitivos, por ejemplo, han
contribuido a establecer que las distancias físicas tienden a percibirse de forma
logarítmica y no lineal (los lugares remotos parecen estar proporcionalmente más
cerca que los cercanos) y que su percepción está influida por los patrones de
actividad, así como por el perfil sociodemográfico de cada uno. Los mapas que la
gente lleva en su mente no son, decididamente, euclidianos, como ya
Investigación sobre sistemas urbanos y regionales: 17
Contribuciones ...
argumentaron Downs y Stea (1973). Al igual que los espacios temporales y los
espacios experienciales, son subjetivos, mientras que el espacio económico
enmarcado por los costes transaccionales del comercio entre lugares tiene una
cualidad objetiva.
18 J.-C. Thill
Así pues, la visión relativa del espacio se aleja radicalmente del absolutismo
del espacio kantiano. Aunque la elección entre ambos puntos de vista puede
depender del propósito (Galton 2001), el concepto relativista abre la posibilidad de
llegar al núcleo de los procesos que crean recursivamente realidades semánticas con
una expresión geográfica. Para una amplia clase de análisis espacio-temporales y en
relación con los sistemas de interacción espacial de Ullman, el concepto de espacio
relativo parece más general y empíricamente más útil. En fin, tanto el espacio
absoluto como los espacios relativos tienen un enorme valor como puntales
fundamentales de la investigación innovadora en ciencias sociales.
Mientras que decidirse por una representación absoluta del espacio o por una
representación relativa es una cuestión que viene determinada por el objetivo del
análisis, en cualquiera de los dos casos existe la propiedad compartida de que los
elementos y entidades que están dentro del ámbito del análisis están diferenciados. El
espacio importa. El grado de esta diferenciación puede medirse por su similitud,
que se reduce a medir lo cerca que están unos de otros en el espacio asumido. La
distancia (o su reverso, la proximidad) y las nociones relacionadas de adyacencia,
contigüidad y conectividad (dependiendo del modelo de datos asumido, así como
de la propiedad geométrica y topológica del espacio) son propiedades esenciales
que permiten el análisis de los espacios (Gatrell 1983) y de las entidades que
abarcan. En particular, constituyen los conceptos operativos que permiten evaluar
la dependencia y la heterogeneidad espacial y, por tanto, la contextualización.
7 El libro
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