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EXISTENCIA DE DIOS
Filosofía
Este debate fue radiado en 1948 en el tercer programa de la BBC. Fue publicado
en humanista en el otoño de 1948. El sacerdote y escritor de filosofía Frederick
Copleston debate contra el filósofo, matemático, lógico y escritor británico ganador
del Premio Nobel de Literatura, Bertrand Russell sobre la existencia de Dios en
base al argumento de contingencia, la experiencia religiosa y moral.
Esto tuvo lugar en Inglaterra una discusión que se difundió en todo el mundo con
amplia repercusión social en ambientes intelectuales por la importancia de sus dos
protagonistas: el célebre Bertrand Russell, hombre de extraordinaria personalidad,
y el jesuita F.C. Copleston, gran historiador de la filosofía, también de
extraordinario prestigio (cuya historia de la filosofía en diez volúmenes fue
publicada en español en la editorial Ariel, Barcelona). La posición de Copleston
responde perfectamente al punto de vista de la filosofía escolástica clásica, tal
como ha sido defendida durante muchos años en los centros de enseñanza
superior católica. La posición de Russell responde a su posición neopositivista
lógica.
Durante la discusión repasaron tres argumentos que tratan de demostrar la
existencia de Dios: el de la contingencia “todos los seres que constituyen el mundo
son contingentes, y esta contingencia remite a un ser necesario, cuya esencia
incluye existir”, el de la experiencia religiosa “muchos hombres tienen experiencias
religiosas y la manera más sencilla de explicarlas es la existencia de alguna causa
objetiva de esas experiencias” y el argumento moral “en la medida en que
reconocemos bondad en el mundo, ésta refleja la de Dios y procede de él, que es
el bien supremo y su garante en el mundo”. La atracción que el debate sobre estos
problemas continúa produciendo desborda con mucho el ámbito religioso. Al
interés que suscita la cuestión de la existencia de Dios se añade el hecho de que,
al abordarla, nos internamos en territorios en los que se ponen a prueba los límites
de la racionalidad y el conocimiento humanos.
Copleston defiende que, si hay un orden moral que pesa sobre la conciencia
humana, ese orden moral no se puede entender sin la existencia de Dios. “No
estoy sugiriendo que Dios dicte realmente los preceptos morales a la conciencia-
aclara Copleston- las ideas humanas del contenido de la ley moral dependen en
gran parte de la educación y del miedo, y un hombre tiene que usar su razón al
estimar la validez de las ideas morales reales de su grupo. Pero la posibilidad de
criticar el código moral aceptado presupone que hay un patrón objetivo, que hay
un orden moral ideal, que se impone cuyo carácter obligatorio puede ser
reconocido. El reconocimiento de este orden moral ideal es parte del
reconocimiento de la contingencia, esto implica la existencia de un fundamento
real de Dios.
Russell no estaba de acuerdo.” Todo conocimiento de lo divino es inaccesible al
conocimiento humano”. El agnóstico no afirmaba la existencia ni la no existencia
de Dios mientras cualquiera de estas dos opciones no se puede demostrar. El
ateo obviamente niega la existencia de Dios, Russell a quien le han interesado las
cuestiones acerca del lugar del hombre en el universo, cree ciegamente en la
supremacía de la razón y ve como la teología un gran error, también se puede
decir que expresa su parecer con rotundidad y sin medias tintas” cuanto más
intensas ha sido la religión en el periodo y más profundo pensamiento dogmático,
tanto mayor ha sido la crueldad. Russell no creía en Dios y mucho menos en los
dogmas de la iglesia, pero tampoco cree en el cristianismo.
Y a partir de ese momento, Copleston explica las diferentes fases en las que
divide su argumentación y ambos conversan largo rato y enfrentan opiniones
sobre la razón de la existencia, la cuestión del ser necesario, la lógica moderna, la
metafísica, la experiencia religiosa… y cada uno va explicando su punto de vista
sobre si Dios existe o no existe.
Copleston Russell
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