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El deber jurídico
EL DEBER JURÍDICO Es la necesidad de observar cierto comportamiento
(acción y omisión) que viene impuesta por las normas reguladoras de la
relación o personas que intervienen en él. Cuando la finalidad de la norma
consista en provocar la acción en los deberes positivos por ejemplo, el
deber de pagar impuestos, la renta, alimentar a los hijos, etc…
El precepto autoriza la acción de la persona obligada, otorgándole un
derecho subjetivo, pero al mismo tiempo le prohíbe la omisión
imponiéndole un deber jurídico.
El fundamento del deber jurídico radica en la necesidad misma del derecho
si está obligado jurídicamente a determinado comportamiento significa que
la conducta contraria es antijurídica y como tal representa la condición de
una sanción establecida por la norma. Es decir el sujeto del deber es
responsable de la sanción estipulada.
Noción preliminar
Tenemos el deber de cumplir las normas jurídicas. Este deber consiste en la
necesidad de realizar tal conducta, o abstenernos de talotra, según lo
establezca la ley. ¿Cuál es la fuente o el fundamento de esta necesidad? ¿Por
qué debemos cumplir las normas jurídicas? ¿Se trata de un deber moral o de
un deber jurídico? ¿Es lo mismo el deber jurídico que el deber moral de
acatar las disposiciones legales?.
“El tema del deber jurídico, dice R. Soriano, es quizá el más difícil y
controvertido de la teoría jurídica contemporánea; es, por otra parte, un
tema nuevo, puesto que hasta hace poco no se había planteado, de la mano
del positivismo formalista, un concepto de deber jurídico propiamente dicho
e independientemente del viejo concepto de deber moral. Ni siquiera en un
autor de la modernidad de Kant es posible encontrar una delimitación clara
del deber jurídico y del deber moral: para él el deber sigue siendo todavía un
deber moral indirectamente recogido y asumido en la norma jurídica”.
Sair Guerra
AXIOMAS DE LA LÓGICA JURÍDICA:
Inclusión
Libertad
Contradicción
Exclusión del medio
Identidad
Axioma de Inclusión:
“Todo lo que está jurídicamente ordenado está jurídicamente permitido”
Ejemplo: del art 411 del Código Civil “Los padres están obligados a dar
alimentos a sus hijos y los hijos están obligados a dar alimentos a sus padres”
Esto es: Una conducta ordenada por la norma jurídica y a la vez permitida, ya
que los sujetos tienen la obligación de darse alimentos, en el mismo supuesto
en que la tienen el padre y los hijos
Axioma de libertad:
“Lo que estando jurídicamente permitido no está jurídicamente ordenado,
puede libremente hacerse u omitirse”.
Ejemplo, no existe un precepto jurídico que nos obligue a dar limosna a los
menesterosos, pero tampoco está prohibido. Así nos encontramos
libremente facultados para dar dicha limosna o no.
Axioma de Exclusión del medio:
“Si una conducta está jurídicamente regulada, o está prohibida, o está
permitida. Este principio refuerza a el axioma de contradicción”
De lo anterior se deduce que: si un proceder no está jurídicamente
prohibido, si está jurídicamente permitido.
Ejemplo: Si al manejar se llega a una equina y no está prohibido dar vuelta a
la izquierda , está permitido.
Axioma de Identidad:
Todo objeto del conocimiento jurídico es idéntico asi mismo.
En otras palabras, lo que está jurídicamente permitido está permitido; lo que
está jurídicamente prohibido está prohibido.
Raúl Ospina
Teorías que identifican el deber jurídico y el deber moral
Dos son las teorías importantes que identifican el deber jurídico con el moral,
y según las cuales, por tanto, la noción de deber sería una sola.
Son principalmente dos las que nos interesa mencionar, a saber: la de Kelsen
y la de Recaséns Siches.
a) Doctrina de Kelsen. Por la misma razón que Kelsen niega la existencia del
derecho subjetivo, reduciéndolo al derecho objetivo, niega también la
existencia del deber jurídico. “El deber jurídico –expresa– no es otra cosa que
la misma norma jurídica considerada desde el punto de vista de la conducta
que prescribe a un individuo determinado. Es la norma en relación con el
individuo, al cual prescribe la conducta, vinculando una sanción a la conducta
contraria. El deber jurídico es, pues, la norma jurídica individualizada, y por
este hecho no tiene ninguna relación con la noción del deber moral.
Un individuo está jurídicamente obligado a adoptar una conducta
determinada en la medida en que una norma jurídica hace de la conducta
contraria la condición de un acto de coacción llamado sanción”.
Pero, así como el derecho subjetivo es distinto del derecho objetivo, como
veremos pronto, de igual manera el deber jurídico es diferente de la norma
que le sirve de fundamento, porque no puede ser igual la obligación
consistente en realizar algo o abstenerse de algo, y la norma que determina
tal comportamiento. Aquélla es el efecto de ésta.
En síntesis: para Recaséns Siches el deber jurídico es distinto del deber moral
porque aquél, a diferencia de éste, surge de la coacción, esto es, de la
amenaza, del empleo de la fuerza por parte del Estado contra el infractor de
la norma.
Para resolver esta difícil cuestión hay que tener presente, como también lo
destaca el autor citado, que una misma conducta puede ser objeto de una
reglamentación por normas de diferentes clases, con lo cual se originan
deberes diversos. Por ejemplo, la obligación del deudor de pagar a su
acreedor lo debido es una conducta impuesta tanto por la regla moral como
por la jurídica y la convencional, pues las tres imponen al deudor ese mismo
proceder. Se dan, pues, así, en este ejemplo, tres tipos de deberes: el moral,
de un lado, el jurídico del otro, y un tercero, que podemos llamar social,
consecuencia de la regla perteneciente a los usos sociales, que generan
igualmente ese deber. Mas no por ello podemos decir que todos esos
deberes sean uno mismo. La confusión en que incurren las doctrinas
anteriores se debe a que no parten de la distinción expuesta.
¿Por qué el deber moral de pagar nuestras deudas? Porque los valores en
que se apoyan las reglas morales así lo exigen. Pagar lo debido nos obliga en
conciencia porque ese acto lo reclama la justicia subjetivamente considerada,
es decir, como una virtud, cuya observancia perfecciona nuestro ser.
De otro lado, ¿por qué tenemos el deber jurídico de pagar nuestras deudas?.
¿Por qué tenemos el deber de cumplir la regla jurídica que así lo determina?.
La respuesta es obvia: porque los valores jurídicos, principalmente la justicia,
entendida como igualdad, así lo pide.
¿Por qué el deber social de pagar nuestras deudas? Porque las normas del
trato social, y los valores en que ellas se fundan, así también lo reclaman.
La diferencia o la esencia del deber jurídico, que lo distingue del deber moral
y del deber social, está, pues, en la diversidad de valores recogidos en las
respectivas normas: unos, en efecto, son los valores morales, y otros los
jurídicos y los sociales, que generan las obligaciones respectivas. Por estos
motivos, mientras los deberes morales son tanto internos como externos, los
deberes jurídicos y sociales son puramente externos. El cumplimiento del
deber moral compromete por igual el fuero interno y el externo de la
conducta; los deberes jurídicos y sociales solamente este último, porque ello
basta para dar satisfacción a los valores en que se apoyan. El deudor que
paga su deuda, obedeciendo la regla jurídica y la social, aunque sea de mala
gana, inclusive con mala intención, cumple con el valor justicia (dar a cada
uno lo suyo) y con el decoro social (presentándose como hombre de bien).