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Juan Zaragüeta y los orígenes de la Filosofía de la

Educación en España: un pedagogo entre dos mundos


por Gonzalo JOVER OLMEDA
Universidad Complutense de Madrid
Xavier LAUDO CASTILLO
Universitat de Barcelona
y Conrad VILANOU TORRANO
Universitat de Barcelona

1. Introducción representó una «reconciliación filosófica


El estudio de la Filosofía de la Edu- nacional» dentro del marco católico, su-
cación exige atender a las circunstancias peradora de la pugna del siglo XIX entre
de su constitución, pues sólo así puede el pensamiento tradicional y el krausismo
apreciarse su sentido en el proceso de ge- (Orden Jiménez, 2008, 253). No huyó de

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neración y desarrollo disciplinar del cono- la relación con los krausistas de la Insti-
cimiento pedagógico. En el caso de la Fi- tución Libre de Enseñanza (ILE) o con los
losofía de la Educación española, hay que intelectuales afines a la Segunda Repúbli-
situar en el origen de esta configuración al ca. De 1918 a 1920, fue Catedrático de Re-
profesor Juan Zaragüeta, quien en 1934- ligión en el Instituto-Escuela y, durante
35 impartió por primera vez un curso con quince años, profesor de Religión y Moral

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esta denominación en la Universidad de en la Escuela de Estudios Superiores del
Madrid. Magisterio, centros ambos vinculados a la
ILE, lo que le valió el apodo de «Capellán
En el proceso de institucionalización de la Institución» (ibíd., 251). Al término
del conocimiento pedagógico, este sacer- de la guerra civil, fue de los pocos que se
dote vasco supo jugar un papel de bisa- atrevieron a interceder por Julián Bes-
gra. Su talante religioso abierto, unido a teiro, enfermo en la cárcel de Carmona,
cierta habilidad camaleónica, le permitió según recuerda Julián Marías, que ha-
ser el único catedrático de pedagogía que bía colaborado con Besteiro durante los
mantuvo presencia en los dos escenarios últimos días de la guerra en el Consejo
diferentes en los que se desarrolló este Nacional de Defensa (Marías, 2008, 211).
proceso antes y después de la guerra civil Y, tras la contienda, mantuvo el contacto
española (1936-1939). Encuadrado en la con los pedagogos republicanos en el exi-
generación de 1914, la generación de Or- lio, como el catalán Joan Roura-Parella,
tega y Gasset, se ha dicho que Zaragüeta del que recientemente se han rescatado
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una treintena de cartas, en diversos for- drid, bajo cuyo impulso se funda en 1953
matos, que Zaragüeta le envió entre 1946 la Escuela de Psicología y Psicotecnia, de
y 1968, durante el exilio de aquél en Mé- la que fue director. Estuvo también vincu-
xico y Estados Unidos, donde lo visitaría lado a la creación, en 1946, de la Revista
personalmente (Gómez, Marquès, Pagès, de Psicología General y Aplicada, de cuyo
Planagumà y Vilanou, 2012, 204-208). Consejo Científico formó parte junto con
José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón
Este papel de mediador sitúa a Zara- y Manuel Soto Yarritu, y a la fundación,
güeta como una pieza clave en el desarro- en 1952, de la Sociedad Española de Psi-
llo del conocimiento pedagógico, al que, cología, de la que fue uno de sus dieci-
como tal, no se ha hecho aún suficiente séis socios iniciales (Yela Granizo, 1976;
justicia. Aunque se han dado algunos pri- Travieso, Rosa y Duro, 2001; Bandrés y
meros pasos en esta dirección (Vilanou, Llavona, 2004). El tercer gran campo de
1999; Vilanou y Lafuente Nafría, 2011) dedicación de la Zaragüeta, temporal-
su importancia en la gestación del cono- mente anterior al de la psicología, fue el
cimiento pedagógico ha sido todavía poco de la pedagogía. Su nombre está unido a
considerada. los primeros ensayos históricos de institu-
cionalización del conocimiento pedagógico
en nuestro país: la Cátedra de Pedagogía
2. Juan Zaragüeta y los orígenes Superior creada en 1904 en el Doctorado
institucionales de la Filosofía de la de la Facultad de Filosofía y Letras de
Educación
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la Universidad de Madrid, de la que fue


En una conferencia sobre la situación titular el institucionista Manuel Bartolo-
de la filosofía española, pronunciada en mé Cossío hasta su jubilación en 1929, en
el Club Español de Buenos Aires en oc- la que Zaragüeta trabajó como profesor
tubre de 1934, resaltaba García Morente auxiliar y ocupó después interinamente;
la aportación de Juan Zaragüeta, a quien la Escuela de Estudios Superiores del Ma-
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consideraba una de las figuras más in- gisterio, en la que se formaban los futuros
teresantes de la filosofía del momento, profesores de Escuelas Normales, a la que
hombre de cultura extraordinaria, que estaría adscrito desde 1917; y la Sección
«ha sabido dar una renovación profunda a de Pedagogía de la Facultad de Filosofía
las tesis inquebrantables del catolicismo y Letras de la Universidad de Madrid, en
y de la filosofía católica» (García Morente, la que se convertiría en el primer profesor
1996, 9). Se ha destacado también su tra- español de Filosofía de la Educación.
bajo posterior en el campo de la psicología,
desde su puesto de Director del Instituto «Era un vasco fuerte y grande, envuelto
Luis Vives de Filosofía del Consejo Su- siempre en su sotana, que sabía reclamar
perior de Investigaciones Científicas, en la atención de los alumnos con una sonora
cuyo seno se creó en 1948 el Departamen- voz». Así recuerda una de sus estudian-
to de Psicología Experimental, dirigido tes en la Universidad de Madrid la figu-
por Germain, o desde su Cátedra de Psi- ra del profesor Juan Zaragüeta [1]. Éste
cología Racional en la Universidad de Ma- había nacido en Orio (Gipuzkoa) el 26 de
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Juan Zaragüeta y los orígenes de la Filosofía de la Educación en España

enero de 1883. Cursó el bachillerato en el consigo la supresión de la Cátedra de Peda-


Colegio de los Marianistas de Donostia e gogía Superior y de la Escuela de Estudios
hizo la carrera eclesiástica en el Semina- Superiores del Magisterio. Los servicios,
rio Conciliar de Vitoria, doctorándose en recursos y parte del profesorado de ésta se
Teología en el Seminario Pontificio de Za- integran en la nueva Sección, en la que Za-
ragoza, en cuya universidad finalizó tam- ragüeta es nombrado Catedrático de Meto-
bién la Licenciatura en Derecho. En 1905 dología de Ciencias Sociales y Económicas.
se trasladó a la Universidad de Lovaina, Durante tres horas semanales enseña con-
en cuyo Instituto Superior de Filosofía ob- tenidos relacionados con las condiciones
tuvo la licenciatura y el doctorado en esta sociales y económicas de la educación y el
disciplina. De regreso, en 1908, se instaló desarrollo del sentido social de la cultura
en Madrid, haciéndose cargo de la Cátedra jurídica moderna. El sacerdote vasco com-
de Filosofía Superior en el Seminario Con- bina estas enseñanzas con algún curso o
ciliar, en el que fue Vicerrector, Prefecto seminario en la Sección de Filosofía.
de Estudios y Rector. Colaboró al mismo
tiempo en la organización de la Academia En 1934 Zaragüeta añadió a su ense-
Universitaria Católica de Madrid, en la ñanza de la Metodología de Ciencias So-
que desempeñó la Cátedra de Estudios Fi- ciales y Económicas otro curso, de una
losóficos. En 1914 obtuvo el Doctorado en hora semanal de duración, de Filosofía de
Filosofía y Letras por la Universidad de la Educación, que impartiría hasta el cie-
Madrid, con la Tesis titulada Teoría psi- rre de la Facultad en 1936, convirtiéndose

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co-genética de la voluntad. Tres años más así en el primer profesor de esta discipli-
tarde se incorporó a la Escuela de Estudios na en las universidades españolas. El cur-
Superiores del Magisterio como profesor so de Filosofía de la Educación de 1934-
de Religión y Moral y, posteriormente, de 35 lo dedicó a «Los ideales pedagógicos»
Derecho y Economía Social. En la Escue- (Universidad de Madrid, 1934-35, 49) y el
la impartió también, durante un curso, la de 1935-36 a «La técnica del trabajo peda-

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clase de Introducción a la Filosofía y formó gógico» (Universidad de Madrid, 1935-36,
parte del «Seminario de ciencias pedagógi- 60). Ambos contenidos se corresponden
cas». Desde 1928 compaginó esta actividad con las partes segunda y tercera de las
con la de profesor auxiliar de la Sección de tres que componen la Pedagogía funda-
Filosofía de la Facultad de Filosofía y Le- mental, que Zaragüeta publicó en 1943,
tras, encargándose, según indica él mismo tituladas, respectivamente, «Ideales pe-
en su currículo, de las cátedras de Meta- dagógicos (ética pedagógica)» y «Normas
física, Lógica y Pedagogía Superior, de pedagógicas (técnica pedagógica)» (Zara-
esta última durante varios años (Álvarez güeta, 1943a). El libro completa este es-
de Linera, 1953; Yela Granizo, 1976; Cruz quema herbartiano de la pedagogía con
Alberich, 1983; Zaragüeta, s.f.). un primera parte titulada «Postulados
pedagógicos (ontología pedagógica)» que
La creación en 1932 de la Sección de Zaragüeta no habría tenido dificultad de
Pedagogía en la Facultad de Filosofía y presentar también como contenido de sus
Letras de la Universidad de Madrid, llevó cursos de Filosofía de la Educación.
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La identificación de los contenidos tra- trabajo con el título de Filosofía de la


tados en los cursos de Filosofía de la Edu- Educación que aclarase su significado, e
cación como Pedagogía Fundamental que, incluso en la bibliografía que cierra la Pe-
con la especialización del conocimiento, dagogía fundamental esta denominación
tanto el pedagógico como el filosófico, y las se abandona por las de Filosofía de la Pe-
dinámicas de los departamentos univer- dagogía y Filosofía Pedagógica, usando el
sitarios, podría hoy resultarnos sorpren- título de la obra de Franz de Hovre que él
dente, no lo era en la época de Zaragüeta, había prologado (Hovre, 1932).
en la que los profesores alternaban con
facilidad distintas disciplinas. Original- En 1943, con ocasión de la inminente
mente, la relación entre ambas denomi- reorganización de la Facultad de Filosofía
naciones estuvo mucho menos delimitada, y Letras, Zaragüeta publicó en la Revista
y habían sido ya usadas como sinónimos de la Universidad de Madrid un trabajo
por Narciso García Avellano en el título en el que justificaba la reincorporación
de su libro Filosofía de la Educación o Pe- a la Facultad de los estudios de pedago-
dagogía fundamental (Bosquejo) de 1900 gía. En él calificaba de «cortos de vista»
(Ibáñez-Martín, 2005, 269). Así pues, no a quienes restringen la pedagogía a algo
debe sorprendernos que Zaragüeta, más que tiene que ver exclusivamente con «la
cercano a la tradición alemana que a la escuela primaria, en grados más o menos
anglosajona, en la que el nombre de Filo- elevados, pero siempre dominados por la
sofía de la Educación terminó imponién- preocupación por ‘lo primario’» (Zaragüe-
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dose al de Pedagogía desde finales del ta, 1943b, 206) y abogaba por extender la
siglo XIX (Chambliss, 1965) prefiriese la formación pedagógica a los docentes de los
denominación de Pedagogía fundamental, niveles posteriores de enseñanza y otros
título que tenía mayor tradición en nues- profesionales de la educación. Para ello,
tro país, tanto en la bibliografía como en proponía un plan sustentado en tres gran-
las denominaciones administrativas, tal des núcleos: a) disciplinas de carácter
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como sucedía, por ejemplo, con la cátedra científico teórico, en las que incluía Ana-
que ocupaba Rufino Blanco en la Escuela tomía y Fisiología, Psicología Individual
de Estudios Superiores del Magisterio. y Social, Psicología Fisiológica o Antropo-
logía y Paidología; b) disciplinas de índo-
Resulta por ello difícil saber la razón le normativa, que forman, «globalmente
por la que los cursos de Zaragüeta de los considerada, la llamada pedagogía pro-
años treinta se presentaron bajo el título piamente dicha, que desde luego se des-
de Filosofía de la Educación ¿Se trató de doblará en una pedagogía de los ideales
una elección circunstancial motivada por- culturales por lograr (ética pedagógica) y
que en los estudios ofertados ya existía un otra de los medios conducentes a su mejor
curso de Pedagogía, impartido primero realización (técnica pedagógica)» (ibíd.,
por María de Maeztu y, después, por Luis 211) diversificada después, a su vez, en
de Zulueta? Zaragüeta, que se declaraba distintas especialidades y completada con
contrario al «prurito de la logomaquia» el estudio de la Historia; y c) disciplina es-
(Zaragüeta, 1943a, 2) no escribió ningún trictamente práctica.
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Juan Zaragüeta y los orígenes de la Filosofía de la Educación en España

En este plan, que identifica el contenido 3.  La impronta de la Escuela de Lo-


de los cursos de los años treinta con la «pe- vaina en la pedagogía sintética
dagogía propiamente dicha» o «pedagogía A los veintidós años, el joven Zaragüe-
general», no hay un lugar específico para ta decidió ampliar su formación en el Ins-
la Filosofía de la Educación. Ahora bien, no titut Supérieur de Philosophie, fundado en
lo hay porque ésta lo abarca prácticamente 1889 por León XIII y el Cardenal Mercier
todo. Debe tenerse en cuenta que en esa en la Universidad Católica de Lovaina. Allí
época y contexto la filosofía comprende un pasaría tres años, de 1905 a 1908, si bien
amplio campo de conocimiento, que inclu- posteriormente siguió colaborando con el
ye la ética, así como la psicología y la pro- Instituto y con la Revue philosophique de
pia pedagogía. Y no se trata de una simple Louvain (denominación posterior de la Re-
cuestión de adscripción administrativa. vue néo-scolastique y la Revue néo-scolas-
En el epílogo que con el título de Las direc- tique de philosophie, fundada por Mercier
trices cardinales de la pedagogía actual in- en 1894). En Lovaina asistió también a las
cluyó en la segunda edición de la Pedago- clases de Michotte, como más tarde harían
gía fundamental, Zaragüeta indicaba que Zubiri, Germain y Yela Granizo, se licen-
con el mismo pretendía ayudar a plantear ció en Filosofía y alcanzó el doctorado con
adecuadamente los problemas pedagógicos la Tesis La Sociologie de Gabriel Tarde
del momento «y a procurarles soluciones (1907) (Yela Granizo, 1976, 276).
integrales y armónicas, de falta de lo cual
se resienten tantos sistemas unilaterales y En los años posteriores, Zaragüeta

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fragmentarios, pese a su innegable méri- dedicará varios trabajos a Mercier –que
to en su respectiva dirección» (Zaragüeta, le brindó la posibilidad de ser docente en
1953, 514) [2]. Consideraba que con ello Lovaina, cosa que finalmente no aceptó– y
«este estudio pudiera ser como el esbozo de a la Universidad de Lovaina. En uno de
una ‘Filosofía de la Pedagogía’, encuadra- ellos, escrito al poco de su regreso, con mo-
da en las preocupaciones dominantes en tivo del 75 aniversario de la restauración

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torno a sus temas capitales durante la épo- de la Universidad, identificaba así el obje-
ca actual» (ibíd.,). Lo que justifica la vincu- tivo del Instituto del Cardenal Mercier:
lación de la pedagogía, configurada como
un saber plural en que colaboran varias «Reanudar en filosofía la tradición
disciplinas y ciencias, al ámbito de la filo- aristotélico-tomista, pero perfecciona-
sofía, bajo la forma de una «Filosofía de la da con los resultados auténticos de la
Pedagogía», como la llama en este texto, o ciencia y de la especulación contempo-
de una «Filosofía de la Educación», como la ráneas (…) En la enseñanza se nota
denominó en los años treinta, es la propia la preocupación constante por asentar
concepción de la filosofía como conocimien- toda conclusión científica sobre bases
to sintético, que da unidad y orientación a experimentales y confrontarla con la
las aportaciones unilaterales y fragmenta- opiniones de las diversas escuelas filo-
rias de las ciencias, y que Zaragüeta había sóficas, sobre todo las modernas, inter-
vivido en su paso por la Universidad Cató- pretadas y juzgadas con criterio amplio
lica de Lovaina. y conciliador» (Zaragüeta, 1910a, 8).
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A tal efecto, añadía Zaragüeta, «el 1920, defendía la necesidad de la ense-


estudio directo de las ciencias matemá- ñanza de la filosofía en el bachillerato, que
ticas y naturales (incluyendo entre estas proporcionase el complemento educativo
últimas, además de la física, química y necesario a la orientación más instructiva
ciencias biológicas, la novísima psicolo- de la primera enseñanza general y la es-
gía fisiológica y experimental) ocupa gran pecialización universitaria, e instaba a las
parte de los programas de la Escuela» Diputaciones de las provincias vasco-na-
(ibíd.) acompañándose de trabajos prácti- varras a solicitar del gobierno la iniciativa
cos en los laboratorios de Física, a cargo de reformas similares a las ensayadas por
de Armand Thiéry, Química, bajo la direc- los institucionistas en el Instituto-Escue-
ción de Désiré Nys, y Psicología Experi- la, finalizando con una exhortación a la
mental, dirigido por Albert Michotte [3]. floración cultural del pueblo vasco, «para
que sean en breve un hecho aquella ex-
La atmósfera de conciliación de la fi- pansión por todo el mundo de sus frutos
losofía católica tradicional con el progreso exquisitos, que al árbol simbólico de Guer-
científico, que Zaragüeta había vivido en nica pedía nuestro gran bardo en estrofa
la Universidad de Lovaina, se plasmará inmortal: eman ta zabaltzazu munduban
de manera muy evidente en los trabajos frutuba» (Zaragüeta, 1920, 119). Algo más
pedagógicos de su primera época, escritos tarde, en Necesidad de la filosofía como
pocos años después de su regreso. En Ca- disciplina general universitaria, volverá
racteres fundamentales de la enseñanza a insistir en este carácter educativo de la
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superior o universitaria, recogido en la filosofía. Sin dejar de reconocer los benefi-


Revista del Clero Español, publicación del cios de la especialización científica, aler-
Seminario Conciliar de Madrid, y de la que taba sobre sus riesgos cuando en la ense-
Juan Zaragüeta era Secretario de Redac- ñanza superior no se acompaña de una
ción, animaba al clero lector a mantener cultura general que no se puede lograr por
un espíritu de libertad e independencia en la generalización basada en la ciencia, y
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todas aquellas cuestiones que no caigan que sólo puede proporcionar la que define
bajo el magisterio de la Iglesia, criticaba como «disciplina sintética por excelencia»
el absolutismo desde una concepción «re- (Zaragüeta, 1925, 20).
lativista y aproximativa» de la perfección
científica y de la perfección moral, como En la perspectiva de la restauración de
esfuerzo intelectual en tensión continua, la filosofía cristiana conforme a la doctri-
y abogaba por una enseñanza religiosa de na de Santo Tomás de Aquino, alentada
rango superior que «habrá de representar por León XIII en su encíclica Aeterni Pa-
en su grado más alto la viviente armonía tris (1879) y asumida por Mercier como
de la ortodoxia religiosa con la objetividad base del Instituto Superior de Filosofía,
científica» (Zaragüeta, 1915, 8) a través de la dimensión sintética del saber filosófico
un trabajo tanto individual, o lógico, como corrige los posibles riesgos del desarrollo
social, o pedagógico. En Segunda enseñan- unilateral de las ciencias, que pueden ero-
za y especiales, conferencia pronunciada sionar la visión global del conocimiento
en el II Congreso de Estudios Vascos, en con su tendencia a la especialización. Así
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Juan Zaragüeta y los orígenes de la Filosofía de la Educación en España

pues, el trato con la ciencia –que explica gía, cabría decir paralelamente, encarna
lo que son las cosas– no puede cercenar la vocación de la Pedagogía Fundamental,
la perspectiva de la unidad, ya sea antro- entendida como una Filosofía de la Edu-
pológica, relativa a la unidad substancial cación de carácter sintético.
del hombre (Zaragüeta, 1964) ya se trate
del conocimiento humano, que también ha De este modo, en su Pedagogía funda-
de aspirar a la síntesis que contemple –al mental, Zaragüeta afirmará que la peda-
unísono y en armonía– el orden natural y gogía es a la vez arte y ciencia, presentan-
sobrenatural del mundo, así como a la con- do al pedagogo como un escultor de almas
ciliación entre lo nuevo y lo viejo, según la que necesita de las ciencias para conocer
fórmula Nova et Vetera empleada en la ca- «el conjunto de realidades sobre o con las
becera de la Revue Néo-scolastique. cuales se pretende actuar» (Zaragüeta,
1943a, vi). La propuesta de Zaragüeta es,
En las lecciones que impartió durante en lo esencial, coherente con la lectura de
el curso 1908-1909 en el Seminario Con- Herbart que se hizo en España a principio
ciliar y en la Academia Universitaria Ca- del siglo XX: la tarea de la pedagogía no
tólica de Madrid, recién regresado de Lo- es otra que ensamblar fines y medios, «por
vaina, Zaragüeta abordaba la necesidad eso, la formación pedagógica habrá de co-
de esta síntesis entre el saber empírico ronarse con la Ética o disciplina de los
y el especulativo, indicando que sin ella bienes superiores, y hasta con la Religión
la observación científica queda reducida que nos relaciona con el Bien supremo por

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a una estadística de hechos y relaciones excelencia, Dios» (ibíd., 179). De acuerdo
uniformes, incapaz de deducir la natu- con el término medio aristotélico, opta por
raleza resultante ontológica de esta uni- una «vía media» entre el tradicionalismo
formidad, así como su universalización conservador y las innovaciones de la Es-
lógica, a la vez que sin el concurso de la cuela Nueva, «sin dejarse arrastrar por
experiencia la especulación metafísica no exorbitancias utópicas, tan frecuentes en

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pasa de ser una construcción lógica abso- pedagogía, ni deslumbrar por falaces y fu-
lutamente fantástica, o a lo sumo hipoté- gaces prestigios» (ibíd., vi). La vocación de
tica. «En la íntima fusión y colaboración las pedagógicas sintéticas –bien presen-
recíproca de ambas disciplinas, la ciencia tes en la pedagogía perenne– se proyec-
y la metafísica, debe, por consiguiente, ta en hacer converger dos o más tesis en
buscarse la verdadera orientación de la una misma que aglutine lo mejor de cada
Filosofía del porvenir» (Zaragüeta, 1909, una. Así propone hacerlo Zaragüeta, por
86). Según expondrá por la misma época ejemplo, entre naturalismo e idealismo, o
en la comunicación El problema del alma entre individualismo y sociologismo, pero
ante la psicología experimental, presenta- también entre el trabajo y el juego, o en-
da al Congreso Apologético celebrado en tre el necesario memorismo, que conserva
Vic con ocasión del centenario de Balmes, y reproduce la cultura ya adquirida, y el
en el campo de la psicología esta unión se fomento de la actividad investigadora y
alcanza con la Psicología Racional (Zara- creadora que precede a todo progreso cul-
güeta, 1910b, 35) [4]; en el de la pedago- tural (ibíd., 199-201).
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4. De la Filosofía de la Educación En el año 1934-35, coincidiendo con el


a la Pedagogía como ciencia social inicio de la enseñanza de la Filosofía de
La misma búsqueda de síntesis y vi- la Educación, Zaragüeta introdujo tam-
sión comprensiva del conocimiento que bién algunas novedades en su curso de
había vivido en Lovaina, puede situarse Metodología de Ciencias Sociales y Econó-
en la base del interés que llevó a Zaragüe- micas. Le incorporó un seminario de dos
ta a destacar el lado social de la pedago- horas sobre Pedagogía Social, que en el
gía, entendida como un saber de vocación curso siguiente complementará con el es-
amplia que se extiende más allá de los tudio de los problemas escolares de la pe-
problemas específicos de la escuela pri- dagogía social como contenido de la mate-
maria. En la introducción a la Pedagogía ria (Universidad de Madrid, 1935-36, 60)
fundamental, precisa que su libro no «se y dedicó una hora semanal a tratar de la
suma a ese criterio mezquino de conside- educación de la democracia (Universidad
rar a la pedagogía como algo propio y ex- de Madrid, 1934-35, 49). Poco antes, en fe-
clusivo del ambiente de escuela primaria, brero de 1933, había solicitado una ayuda
sino que la abarca en su conjunto compre- a la Junta para Ampliación de Estudios e
hensivo de todos los grados de enseñanza Investigaciones Científicas para comple-
y aun de influencias humanas extraesco- tar estudios de su Cátedra con Köhler y
lares pero netamente pedagógicas. Por Spranger en la Universidad de Berlín, «a
otra parte, el autor ha insistido, por lo fin de lograr en esta especialidad de pe-
mismo que suelen ser tan descuidados, dagogía social la plenitud de formación
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en los problemas peculiares de la llamada e información que responda lo más cum-


‘Pedagogía Social’, aunque sin hacer de plidamente posible al objetivo a no dudar
ellos sección aparte, sino insertándolos en perseguido con esta enseñanza de nueva
su debido lugar dentro del complejo sis- creación» (Zaragüeta, 1933). Curiosamen-
temático de la pedagogía humana» (Zara- te, Köhler y Spranger habían influido de
güeta, 1943a, V). una manera decidida sobre Joan Rou-
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ra-Parella, que estuvo en Berlín con una


Como sucede con la Filosofía de la bolsa de estudios entre 1930 y 1932. Si se
Educación, la Pedagogía Social no cons- tiene en cuenta la relación personal que
tituye en la sistemática del conocimien- refleja la correspondencia a la que nos re-
to pedagógico una «sección aparte», sino ferimos al principio, puede aventurarse la
una orientación que la recorre transver- posibilidad de que Roura-Parella hubiese
salmente, hasta el punto de que en la indicado a Zaragüeta estos dos nombres,
evolución de Zaragüeta el interés por los para respaldar su petición ante la Junta
problemas de la Pedagogía Social de los para Ampliación de Estudios.
años treinta (Zaragüeta, 1934a y 1939)
pasan a convertirse, en los cuarenta, en En el trasfondo de este interés de Za-
la caracterización de la pedagogía misma ragüeta, cabe situar la disputa entre la
como ciencia social, sin disolver por ello la orientación psicológica de la pedagogía,
dimensión individual de la educación (Za- representada por el herbartiano Wil-
ragüeta, 1944). helm Rein, y la orientación sociológica,
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Juan Zaragüeta y los orígenes de la Filosofía de la Educación en España

representada por Paul Natorp y su pre- artículos con sus impresiones acerca del
tensión de fundar la Pedagogía Social en nacional-socialismo (Zaragüeta, 1934b)
una religión circunscrita a la noción de que, unos meses más tarde, en octubre y
humanidad (Natorp, 1914). La filosofía noviembre de 1934, desarrollaría en una
neokantiana que nutre la Pedagogía So- serie de sesiones celebradas en la Real
cial de Natorp, propagada en España por Academia de Ciencias Morales y Políticas
José Ortega y Gasset y María de Maeztu, [6] las cuales promovieron un interesante
necesariamente tenía que resultar sospe- debate. En su análisis, se muestra espe-
chosa para los neoescolásticos, como ya cialmente crítico con la base racial de la
se encargó de mostrar Juan Tusquets en ideología nacionalista y el uso de la vio-
el trabajo crítico que dedicó a Ortega en lencia a que conduce la visión totalitaria
1928, poco tiempo después de regresar de y excluyente del destino de Alemania,
Lovaina (Tusquets, 1928) [5]. Puesta en más que con aspectos políticos, como el
este trasfondo, choca que en su petición a rechazo a la democracia parlamentaria
la Junta, Zaragüeta no manifestase deseo basada en un sistema plural de partidos,
por visitar centros católicos, ni autores de que llega a justificar en las condiciones
esta orientación, como Joseph Göttler y históricas en las que se había producido el
Friedrich Schneider, en un momento en acceso de Hitler al poder. Subraya el uso
que esta corriente pedagógica −a la som- instrumental de la enseñanza, en su doble
bra de Otto Willmann, fallecido en 1920− dimensión de instrucción y educación, en
poseía un gran predicamento en tierras la exaltación nacionalista. Una exaltación

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germanas, donde existían importantes que, a su juicio, resulta contraria a los va-
centros pedagógicos de confesión católica lores universales del Cristianismo, lo que
que, además, habían puesto en marcha hace el nacional-socialismo difícil de con-
revistas de pedagogía con una perspecti- ciliar con la religión católica y con la pro-
va comparada, iniciando una tendencia testante, singularmente con la primera:
que, con el paso del tiempo, fue asumida

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en nuestro país por el propio Tusquets. «Porque en la entraña misma del
nacionalismo se hallan concepciones,
Sea como fuere, la Junta para Amplia- cual la biológica de la raza (con conse-
ción de Estudios accedió parcialmente a la cuencias prácticas como la de la esteri-
solicitud de Zaragüeta, y le concedió una lización) la política de la actitud ante el
comisión, con cargo al Patronato de Estu- extranjero y la social absorcionista del
diantes, para trasladarse a Alemania, de individuo por el Estado, que en una or-
abril a agosto de 1934, e inspeccionar y es- todoxia cual la del Catolicismo tienen
tudiar como delegado de la Junta el funcio- difícil encaje» (Zaragüeta, 1935, 136).
namiento de las escuelas y universidades
germanas. Durante el viaje, que coincidió Desde esta incursión inicial, el interés
con la famosa Noche de los cuchillos lar- por la Pedagogía Social no abandonaría
gos, el profesor español visitó varias uni- a Zaragüeta, que le dedicó varios traba-
versidades en Suiza, Austria y Alemania. jos antes y después de la guerra civil. Su
A su regreso, publicó en la prensa algunos planteamiento acude al método fenome-
335
Gonzalo Jover Olmeda, Xavier Laudo Castillo y Conrad Vilanou Torrano

nológico. A través de la fórmula husser- «bien común». Y es que para Zaragüe-


liana del ego-cogito-cogitatum (que corre- ta, desde un punto de vista amplio de la
gía el ego-cogito cartesiano y añadía a la pedagogía, «escuela es todo centro social
conciencia lo aparecido a ella) Zaragüeta donde se aprende y donde se enseña», y
describe la esencia de lo social y en qué ésta, «por sí misma es ya una sociedad»
sentido se relaciona la vivencia individual (Zaragüeta, 1944, 13-15) lo que supone re-
con el fenómeno social: conocer la sociedad y sus elementos como
medios e instrumentos de la educación.
«Un miembro de un grupo, que se
siente individuo, exterioriza una vi- El otro enfoque de la Pedagogía Social
vencia, y al hacerlo se siente miembro es el de la educación para la sociedad. La
del grupo. No hablamos de nada que preocupación pedagógica se dirigirá aquí
se parezca a una hipostatización del a formar al individuo y a la familia, do-
alma colectiva, sino de un sistema de tándolos de un cierto sentido de la «coor-
relaciones exteriorizadas por un alma dinación y de subordinación en el seno de
individual. Exteriorización en la que una sociedad y en su necesaria articula-
el sujeto tiene conciencia de que hay ción con las demás sociedades, dentro de
otros sujetos aunque queden fuera del la gran sociedad universal de los hombres
grupo» (Zaragüeta, 1934a, 191). entre sí» (Zaragüeta, 1939, 8). Más en con-
creto, también se le dará importancia a
Zaragüeta trata la relación pedagógi- formar al individuo para desempeñar sus
año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 327-344

co-social en el doble aspecto de «educación funciones en la sociedad, especialmente


para la vida social, y educación por la vida las profesionales, con arreglo a la «inde-
social» (ibíd., 193). En lo que respecta a la clinable, inexorable» división del trabajo.
educación por la sociedad, el problema de Eso sí, no sin dejar de insistir en la evita-
la Pedagogía Social será, ante las discre- ción de «la barbarie del especialismo», que
pancias doctrinales y la rivalidad de inte- resultaría en la incapacidad para integrar
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reses, criteriológico. Dirá que, así como el el punto de vista de la necesaria especia-
político trata de apaciguar las diversas lu- lización de cada trabajador en «el tronco
chas que se dan en la sociedad a través de fecundo de la cultura general» (Zaragüe-
procedimientos externos de coacción, «el ta, 1944, 32).
pedagogo habrá de ser el mejor colabora-
dor del político» y aspirar a «una solución
más positiva y profunda, tomando pie de 5.  Desarrollo posterior
las propias divergencias para orientarlas En agosto de 1940, Zaragüeta, que du-
en un sentido beneficioso en el orden del rante la contienda civil se había refugiado
triunfo de los grandes ideales de la vida: en su tierra natal, fue reintegrado en la
la Verdad, la Belleza, el Bien, la Justicia» universidad. El Memorándum para el Ca-
(Zaragüeta, 1939, 7). La meta final de la tedrático de Universidad de 1942 lo sitúa
Pedagogía Social será convertir al político interinamente en la Cátedra de Pedagogía
en pedagogo como la mejor fórmula para Superior del Doctorado de la Facultad de
el éxito, así lo refiere nuestro autor, del Filosofía y Letras de la Universidad de
336
Juan Zaragüeta y los orígenes de la Filosofía de la Educación en España

Madrid (Redacción de la Revista Informa- solicitado el pase a la de Ontología consi-


ción Universitaria, 1942, 52) la Cátedra de derando la de Crítica como continuación
Cossío, antes de que ésta fuese asumida, de la de Vd. que siempre le sigue reser-
en enero de 1944, mediante oposición, por vada. Aún se está a tiempo de rectificar»
Víctor García Hoz. Según consta en su ex- (recogida en Márquez Padorno, 2009, 227-
pediente, durante estos años Zaragüeta se 228). Entre las posibilidades a considerar,
encarga, entre otras ocupaciones, de la en- Zaragüeta no menciona ninguna de las
señanza de la Historia de la Pedagogía [7]. nuevas cátedras vacantes en la Sección de
Pedagogía, lo que parece indicar la deci-
El decreto de ordenación de la Facul- sión de dejar ésta y adscribirse a la Sec-
tad de Filosofía y Letras de siete de julio ción de Filosofía. Finalmente, solicitará la
de 1944, volvió a crear la Sección de Peda- incorporación a la Cátedra de Psicología
gogía, a la que dotaba con cuatro cátedras: Racional, de la que es nombrado titular
Pedagogía General y Pedagogía Racional, en octubre de 1946, y que le permitirá
Principios de Metodología y Didáctica, todavía una vinculación con los estudios
Historia de la Pedagogía e Historia de la pedagógicos, aunque sólo de forma tan-
Pedagogía Española, y Pedagogía Experi- gencial, al encargársele la asignatura de
mental y Diferencial. Además, se deter- Psicología General. De las cuatro cátedras
minaba que la Cátedra de Fundamentos dotadas de la Sección de Pedagogía, tres
de Filosofía e Historia de los Sistemas Fi- son ocupadas en pocos años por sus doc-
losóficos, de la Sección de Filosofía, lleva- torandos: la de Pedagogía Experimental y

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ría aneja en la Universidad de Madrid la Diferencial por Víctor García Hoz, la de
enseñanza de la Filosofía de la Educación Pedagogía General y Pedagogía Racio-
en la Sección de Pedagogía. Así mismo, nal por Anselmo Romero Marín, y la de
los catedráticos de Psicología Racional y Historia de la Pedagogía e Historia de la
de Psicología Experimental, de Filosofía, Pedagogía Española por Mª Ángeles Gali-
debían encargarse, en Pedagogía, de la no Carrillo (Jover, 2004). Por su parte, la

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enseñanza de la Psicología General, uno enseñanza de la Filosofía de la Educación
de ellos, y la Psicología del Niño y el Ado- es asumida, inicialmente, desde 1946, por
lescente, el otro. La única cátedra vigente Juan Francisco Yela Utrilla. En 1950 se
de la época anterior en la Sección de Pe- convoca a oposición la Cátedra de Funda-
dagogía, la de Metodología de Ciencias mentos de Filosofía e Historia de los Sis-
Sociales y Económicas de Zaragüeta, que- temas Filosóficos y Filosofía de la Educa-
daba extinguida al no figurar en el plan ción. Ésta es ganada por Antonio Millán
de estudios. Puelles, que se distancia del iniciador de
la disciplina, quien –afirmaba Millán re-
En 1945 Zaragüeta escribe a Ortega cordando sus años de formación− lejos de
y Gasset, exiliado en Lisboa, pidiéndole poder ser considerado un tomista, «en el
consejo sobre la cátedra a ocupar para mejor de los casos, era un suarista, que
reemplazar a la extinguida. Le dice: «Con procedía de la escuela de Lovaina, psicó-
la reforma del plan de estudios de la Fa- logo, investigador de la teoría genética de
cultad me he quedado sin cátedra. He la voluntad...» (Llano y Llano, 1998, 24).
337
Gonzalo Jover Olmeda, Xavier Laudo Castillo y Conrad Vilanou Torrano

Si la decisión de Zaragüeta de aban- se dejaría sentir de una manera signifi-


donar la primera línea de los estudios de cativa en el pensamiento pedagógico de
pedagogía rompía el vínculo de unión con Juan Tusquets. Formado también en la
los antecedentes de su institucionaliza- filosofía neoescolástica de la Universidad
ción, su huella seguiría presente indirec- de Lovaina, Tusquets accedió, en plena
tamente en algunos de sus continuadores. madurez, a los cincuenta y cinco años, a
En la Universidad de Madrid, cabe seña- la Cátedra de Pedagogía General y Social
lar esta continuidad en el Catedrático de de la Sección de Pedagogía de la Facultad
Pedagogía General y Pedagogía Racional, de Filosofía y Letras de la Universidad de
Anselmo Romero Marín, a quien Ricardo Barcelona, restaurada por decreto de 16
Marín Ibáñez se refirió como el «discípulo de junio de 1954. Se sintió ligado a Mer-
más fiel» de Zaragüeta: cier, a quien dedicó un artículo encomiás-
tico (Tusquets, 1926) e igualmente mostró
«Divulgó su pensamiento en las su cercanía a Zaragüeta, sobre quien es-
aulas universitarias. Ambos podría- cribió también varios trabajos en los años
mos adscribirlos a una línea filosófi- sesenta (Tusquets, 1962 y 1964-65). De-
ca. En la elaboración y exposición de jando patente su aprecio por la aportación
su disciplina, la reflexión teórica es el de éste al campo de la pedagogía, en el
método fundamental, mas frente a la tributo necrológico que le dedicó en la re-
formación teológico-filosófica de Zara- vista Perspectivas Pedagógicas no dudó en
güeta, Anselmo Romero patentiza en declarar: «dudamos que exista en la biblio-
año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 327-344

su docencia y en sus publicaciones sus grafía española una Pedagogía General –o


experiencias escolares» (Marín Ibáñez, Fundamental, como se quiera– que reúna
1983, 16). las tres cualidades que distinguen a la
de Zaragüeta: completa, sistemática, ori-
Romero no dudó en hacer gala de esta ginal. Cuando los hombres y las obras se
relación con Zaragüeta, cuya contribución vean en perspectiva histórica, se recono-
revista española de pedagogía

a la pedagogía, nacional e internacional, cerá que no exageramos» (Tusquets, 1975,


exaltó con ocasión del homenaje que se 358). La Escuela de Lovaina –más que Za-
dedicó a éste en Orio, su pueblo natal, ragüeta− tendría, por otro lado, cierta pre-
en 1963, al cumplir los ochenta años (Be- sencia también en la Filosofía de la Edu-
rruezo, 1963, 25) y en un artículo publica- cación catalana a través de Octavi Fullat i
do años más tarde en la revista Escuela Genís, Catedrático de esta disciplina en la
Española (Romero Marín, 1972). Universidad Autónoma de Barcelona des-
de 1986. A finales de los años cincuenta,
En Barcelona, en cuya universidad ha- Fullat realizó su Tesis doctoral sobre Al-
bía trabajado un corto periodo de tiempo, bert Camus en la Universidad de Barcelo-
durante los años cuarenta, el discípulo y na, bajo la dirección de Joaquín Carreras
amigo de Zaragüeta, Xavier Zubiri −que Artau –otro visitante de la Universidad de
animado por él estudió en el Instituto Su- Católica de Lovaina− y la orientación del
perior de Filosofía de Lovaina entre 1920 profesor de filosofía de la institución belga
y 1921− la influencia del sacerdote vasco Charles Moeller, el cual –recordaba Fu-
338
Juan Zaragüeta y los orígenes de la Filosofía de la Educación en España

llat− «me acogió en la antigua universidad empírico se realiza en la Psicología Ra-


donde resonaba todavía la voz del Carde- cional, en el de la pedagogía constituye
nal Désiré Mercier» (Fullat, 2011, 236). la vocación de la Pedagogía Fundamen-
tal, como Filosofía de la Educación de
orientación sintética. Zaragüeta define
6. Conclusión finalmente la pedagogía como una ciencia
A menudo, los discursos autorreferen- social, sin disolver por ello la ineludible
ciales con los que pretende justificarse el dimensión individual de la educación, en
sentido de las disciplinas académicas pa- consonancia con la tradición herbartiana
san por alto que éstas no son realidades y como contrapeso a la orientación más
compactas, cerradas sobre sí mismas, sino socializante de la Pedagogía Social de Na-
elaboraciones históricas que surgen, se torp, aclamada en España en las primeras
construyen y reconstruyen en el seno de décadas del siglo.
comunidades y tradiciones determinadas.
Esta comprensión histórica resulta im- La fractura civil supuso un cambio de
prescindible para apreciar el papel que en rumbo en los estudios pedagógicos, hasta
su día tuvo, y hoy puede seguir teniendo, ese momento dominados por la presencia
la Filosofía de la Educación, en el marco de profesores afines a la Institución Libre
del proceso de institucionalización del co- de Enseñanza. Durante un corto periodo
nocimiento pedagógico. de tiempo, tras la contienda, Zaragüeta
volvió a estar vinculado a los estudios de

año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 327-344


Dentro de la dinámica de continuidad pedagogía. Sin embargo, pronto los aban-
y discontinuidad que caracteriza a este donó para dedicarse al cultivo de la psi-
proceso (Jover, 2006) la presencia en el cología. El efímero vínculo de continuidad
mismo de Juan Zaragüeta, primer profe- quedaba, de este modo, tempranamente
sor español de Filosofía de la Educación, truncado. Aunque el influjo de Zaragüeta
vino a representar una línea de unión en- se mantendría presente en algunos de los

revista española de pedagogía


tre los afanes de modernización que lleva- profesores que siguieron sus postulados
ron a la introducción de la pedagogía en educativos en Madrid y en Barcelona, la
la universidad y el desarrollo posterior de Filosofía de la Educación seguiría otros
estos estudios tras la ruptura que supuso derroteros, en la línea de la filosofía to-
la guerra civil española, esto es, un víncu- mista de Antonio Millán Puelles. La dis-
lo de continuidad entre dos mundos. Este ciplina no volvería a ser reintegrada en la
carácter mediador debió sin duda mucho Sección de Pedagogía de la Universidad
al paso del sacerdote vasco por la Univer- de Madrid, convertida ya en Compluten-
sidad Católica de Lovaina. El ambiente se, hasta los años setenta, bajo el impul-
vivido en el Instituto del Cardenal Mer- so de José Antonio Ibáñez-Martín quien,
cier se dejará sentir en su concepción de la casi medio siglo después de aquel primer
Filosofía de la Educación, que Zaragüeta curso de Filosofía de la Educación de Za-
identifica con la Pedagogía Fundamental. ragüeta, obtuvo por primera vez una cáte-
Así como en el ámbito de la psicología, la dra con esta denominación específica en la
síntesis del conocimiento especulativo y universidad española, abriendo, al com-
339
Gonzalo Jover Olmeda, Xavier Laudo Castillo y Conrad Vilanou Torrano

pás del cambio político en nuestro país phie d’aujourd’hui que se celebraron en Lovaina
y las tendencias que venían de Europa y con ocasión del centenario del nacimiento de
Norteamérica, una nueva y fructífera pá- Mercier, evocadas por Zaragüeta en el discurso
gina en su desarrollo (Jover, 2001 y 2013). que días mas tarde y con el mismo motivo pro-
nunció en la apertura del curso 1951-52 de la
Dirección para la correspondencia: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
Gonzalo Jover. Facultad de Educación, (Zaragüeta, 1951).
Universidad Complutense. Calle Rec-
tor Royo Villanova, s/n. 28040 Madrid. [4] Ya Juan Tusquets señaló esta línea de unión que
Email: gjover@ucm.es va de Balmes a Zaragüeta, interseccionada por
Mercier (Tusquets, 1962). Zaragüeta publicó a lo
Fecha de recepción de la versión definiti- largo de su dilatada vida diversos trabajos sobre
va de este artículo: 11. II. 2014. Balmes, siendo figura asidua en los actos de ho-
menaje y efemérides que tuvieron lugar durante
el franquismo en honor del filósofo catalán, uno
Notas de los referentes ideológicos del nacional-catoli-
[1]  Testimonio oral de Rosario Olmeda Díaz, estudian- cismo (véase Vilanou, 2011).
te de Juan Zaragüeta en la Universidad de Madrid
a comienzo de los años cincuenta. [5]  Tusquets rechaza la pretensión de Ortega de hacer
convivir lo absoluto y lo relativo en el perspecti-
[2]  Zaragüeta retoma en este epílogo el discurso inau- vismo, que aboca a la inversión de la creencia
año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 327-344

gural que con el mismo título había pronunciado religiosa: «El centro de gravedad del Universo ha
en el Congreso Interiberoamericano de Educación, cambiado. Ya no es el Universo símbolo de Dios;
celebrado en Madrid en octubre de 1949, organi- ahora Dios lo es del Universo. Ni el hombre es
zado por el Instituto de Cultura Hispánica. creado a imagen divina –como quería el Géne-
sis– sino Dios a imagen del hombre, y por eso
[3]  La lealtad y admiración de Zaragüeta por Mercier cada hombre lo piensa a su manera» (Tusquets,
revista española de pedagogía

fue tal que promovió, en 1918, su nombramiento 1928, 50 y 51). Zaragüeta mantuvo una actitud
como miembro honorario de la Real Academia más cercana que Tusquets a Ortega y Gasset. Sin
de Ciencias Morales y Políticas de Madrid. Pre- dejar de tomar distancia con respecto a algunos
cisamente, en el seno de esta Academia, Zara- de sus postulados filosóficos, consideró que «el
güeta leyó –en las sesiones correspondientes a enfoque general del problema pedagógico –pro-
los días 7, 14 y 21 de diciembre de 1926– una blema de fines a hacer penetrar en el ánimo del
extensísima nota necrológica dedicada a Mercier educando a través de un sistema de medios– está
(Zaragüeta, 1927). Así mismo, en 1930 ofreció a en él muy acertadamente adoptado» (Zaragüeta,
la memoria del arzobispo de Malinas su obra, en 1955, 69). Calificaba, sin embargo, de deficiente
dos volúmenes, titulada El concepto católico de la el tratamiento orteguiano de la Pedagogía Social,
vida según el Cardenal Mercier, en la que brinda pues «al exaltar lo social hasta el extremo de de-
una magnífica síntesis de su ideario (Zaragüeta, cir que la educación se debe hacer sólo ‘por y
1930). Y de nuevo, en octubre 1951, estuvo entre para la sociedad’ –lo que se agrava cuando, como
los 250 ponentes de todo el mundo participantes en lo religioso, viene a identificar la sociedad con
en las jornadas sobre Le thomisme et la philoso- el Estado– parece desconocerse el papel del indi-

340
Juan Zaragüeta y los orígenes de la Filosofía de la Educación en España

viduo en el seno de la sociedad misma, reflejo de GARCÍA MORENTE, M. (1996) La filosofía en Es-
ella, pero a la vez promotor de ella y forjador de paña, Revista de Filosofía, 9:15, pp. 3-15.
su cultura» (ibíd., 70).
GÓMEZ, P., MARQUÈS, S., PAGÈS, J., PLANA-
[6]  Zaragüeta había ingresado en la Real Academia de GUMÀ, L. y VILANOU, C. (2012) La carpeta
Ciencias Morales y Políticas en 1920. Fue elegido de l’oncle: correspondencia d’exili de Joan Rou-
Secretario interino en el año 1939 y, en propie- ra-Parella (Girona, Ajuntament de Tortellà,
dad, para el trienio de 1940-42, al término del Universitat de Girona).
cual se le reeligió como Secretario Perpetuo.
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Pedagogue between Two Worlds
This paper looks at the institutional
origins of the Philosophy of Education in
Resumen: Spain through the study of Juan Zaragüe-
Juan Zaragüeta y los orígenes de la ta, first Professor of this discipline in the
Filosofía de la Educación en Espa- thirties in the Spanish universities. Zara-
güeta was trained in part at the Higher
ña: un pedagogo entre dos mundos Institute of Philosophy at Louvain. He
Este artículo explora los orígenes insti- represented a link of continuity between
tucionales de la Filosofía de la Educación the two worlds in which the institutiona-
en España a través de la figura de Juan Za- lization of pedagogy took place before and
año LXXII, nº 258, mayo-agosto 2014, 327-344

ragüeta, primer profesor de esta disciplina after the gap of the Spanish civil war. Ne-
en los años treinta en la universidad es- vertheless, the continuity was early trun-
pañola. Formado, en parte, en el Instituto cated. The paper analyzes the presence
Superior de Filosofía de Lovaina, éste vino of the courses of Philosophy of Education
a representar un vínculo de continuidad, taught by Zaragüeta at the Section of Pe-
tempranamente truncado, entre los dos dagogical Studies of the University of Ma-
revista española de pedagogía

mundos en que se desarrolló la institucio- drid, and the conversion of their content
nalización de la pedagogía antes y después into Fundamental Pedagogy. The authors
del corte que supuso la guerra civil espa- argue that the basis of this identification
ñola. El artículo analiza la presencia de los was the revival of Thomistic philosophy
cursos de Filosofía de la Educación de Za- and synthetic view of knowledge promo-
ragüeta en la Sección de Pedagogía de la ted by Cardinal Mercier, that Zaragüeta
Universidad de Madrid y la conversión de experienced in Leuven and led him to cha-
su contenido en Pedagogía Fundamental. racterize pedagogy as a social science.
Argumenta que en la base de esta identifi-
cación está la renovación de la filosofía to- Key Words: Juan Zaragüeta, Catholic
mista y la visión sintética del conocimien- University of Leuven, neo-scholasticism,
to, auspiciada por el cardenal Mercier, que philosophy of education, social pedagogy.
Zaragüeta había vivido en Lovaina, y que,
a la larga, le llevará a caracterizar la pe-
dagogía como ciencia social.
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