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Comentario “Yo persigo una forma” – Rubén Darío

Este poema pertenece al poemario “Prosas profanas” (1896) de Rubén Darío, poeta
nicaragüense de finales del siglo XIX y principios del siglo XX que desarrolló una
corriente literaria llamada Modernismo. El Modernismo se caracteriza por buscar la
belleza mediante una libertad de creación de los artistas, que se evaden hacia épocas
y culturas lejanas y originan mundos imaginarios llenos de exotismo y sensualidad.
Para ello mezclan elementos estéticos muy diversos (sincretismo) y ornamentan sus
obras a través de numerosas figuras literarias, símbolos y adjetivación cromática con
un léxico culto, lo que da lugar a una poesía intelectual y elitista. Prosas profanas
pertenece al final de la etapa parnasiana de Rubén Darío, en la cual el poeta busca la
perfección y la belleza combinando exotismo, sensualidad, descripciones coloristas y
ritmo y rimas muy elaborados.
El tema de este poema es la búsqueda fallida del ideal poético por parte del autor ya
que en el poema expresa su deseo de conseguir la perfección dentro de su poesía y su
frustración por no conseguirlo después de intentarlo repetidamente y no saber qué
hacer para lograrlo.
Está formado por dos cuartetos y dos tercetos (14 versos de 14 sílabas), que riman
consonantemente con estructura ABBA ABBA CCD EED. Es por ello un soneto
alejandrino, característico de Rubén Darío ya que renovó la métrica utilizando versos
de arte mayor inutilizados desde hacía siglos. Internamente se puede dividir en cuatro
partes: en la primera, desde “Yo persigo…” hasta “Venus de Milo”, expresa la
imposibilidad de conseguir su objetivo (el ideal poético) (“el abrazo imposible de la
Venus de Milo”); en la segunda, formada por el segundo cuarteto, el poeta se sitúa en
un patio (“Adornan verdes palmas el blanco peristilo”) y asegura estar marcado para
conseguir la perfección que busca (“los astros me han predicho la visión de la Diosa”);
en la tercera, desde “Y no hallo…” hasta “en el espacio boga”, transmite su frustración
por encontrar tan solo una parte (“la iniciación melódica…”) de lo que persigue; y en la
última parte, que comprende los tres últimos versos, concluye con tristeza
planteándose una pregunta, qué es lo que necesita para alcanzar la perfección poética.
El poema está compuesto por un ritmo marcado y una rima consonante y sonora. En él
abundan numerosas figuras retóricas (metáforas “botón de pensamiento que busca
ser la rosa”, “abrazo imposible de la Venus de Milo”; aliteración “el ave de la luna
sobre un lago tranquilo”; paralelismo “y la barca del sueño…”/ “y el cuello del gran
cisne…”; personificación “reposa la luz”, “sollozo continuo del chorro de la fuente”;
comparación “como reposa el ave de la luna”), símbolos (Venus representa el triunfo,
alcanzar su ideal; el cisne la belleza, la pureza y la elegancia, en este caso al interrogar
plantea la cuestión de cómo conseguirlas en la poesía; la Bella Durmiente, el lago y la
fuente simbolizan también la belleza que anhela el autor) y adjetivos cromáticos
(“verdes palmas”, “blanco peristilo”, “cisne blanco”) que ornamentan el poema y
tienen función poética. También se da la función expresiva mediante el uso de verbos y
pronombres en primera persona (“Yo persigo”, “me han predicho”, “en mi alma”) y
apelativa a través del empleo del presente (“persigo”, “hallo”). El léxico es culto
(“boga”, “peristilo”, “hallo”) y difícil de comprender, lo que refleja la intelectualidad de
la poesía modernista, que buscaba “el arte por el arte” y no la comprensión de sus
receptores. Otra de las características del Modernismo, la sensualidad, se puede
apreciar con la presencia de nombres y adjetivos relacionados con los diferentes
sentidos (“beso”, “luz”, “blanco”, “abrazo”, “flauta”, “fuente”, “melódica”).
Como conclusión, podemos asegurar que este es un poema de Rubén Darío
perteneciente al final de su etapa parnasiana ya que en él se puede reconocer
influencia simbolista a la vez que mantiene una búsqueda de la perfección y de la
belleza empleando para ello la sensualidad, el ritmo marcado, las rimas consonantes y
sonoras, la ornamentación y la adjetivación cromática.

Silvia Cano Rejas


4º A

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