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https://www.culturagenial.com/es/poema-cancion-de-otono-en-
primavera-de-ruben-dario/
El poema, como tal, fue publicado en el poemario Cantos de vida y esperanza, de 1905, que es
considerado no solo uno de los mejores libros del autor, sino una de las obras más logradas del
modernismo hispanoamericano.
El modernismo, corriente literaria de la cual Rubén Darío fue su más destacado cultor, se
propuso renovar la literatura en lengua española, y se caracterizó por su perfección formal, un
lenguaje preciosista, el empleo de imágenes de gran belleza y el gusto por lo exótico, entre otras
cosas.
Es un poema donde la voz poética, desde una edad ya madura, se mueve entre la añoranza del
pasado y los viejos amores, y el desencanto ante la vida, que entra en el duro ocaso de la vejez,
dejando atrás la juventud.
El propio título recoge dos metáforas muy claras al respecto: la del otoño como ocaso de la vida,
como llegada de la vejez, y la de la primavera como juventud, verdor y lozanía de la vida.
Una de las cosas por las cuales el poema es más conocido es por su famoso estribillo, que se
repite varias veces, otorgándole gran musicalidad: “Juventud, divino tesoro,/ ¡ya te vas para no
volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro.../ y a veces lloro sin querer”.
Entre cada estribillo, son referidas las experiencias amorosas de la voz poética, que van de la
inocencia al desengaño y los excesos, para finalizar concluyendo amargamente que ya “no hay
princesa que cantar”.
El último verso, “¡mas es mía el Alba de oro!”, rompe inesperadamente con la estructura general
de la composición, dejando en el aire esa enigmática afirmación que se abre a la esperanza.
El poema está compuesto por diecisiete serventesios, es decir, estrofas de cuatro versos. Los
versos son de arte mayor, de nueve sílabas, también conocidos como eneasílabos. Su rima es
consonante y cruzada: ABAB.
Posee un estribillo que se intercala cada tres estrofas, y que le otorga gran musicalidad:
“Juventud, divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro.../ y a veces
lloro sin querer”.
Figuras retóricas
Retruécano
Alegoría
La alegoría es la representación una idea o concepto mediante un conjunto de imágenes alusivas
o metafóricas. En este poema, en dos ocasiones la situación amor-desengaño es planteada
mediante alegorías. Por ejemplo:
“En sus brazos tomó mi ensueño/ y lo arrulló como a un bebé…/ y le mató, triste y
pequeño,/ falto de luz, falto de fe…”
“Otra juzgó que era mi boca/ el estuche de su pasión/ y que me roería, loca, con sus
dientes el corazón”.
Hipérbaton
Metáfora
La metáfora es la relación sutil que se establece entre dos ideas o imágenes. Por ejemplo:
Símil
El símil establece una comparación entre dos elementos en el texto. Por lo general, viene
introducido por elementos de relación. Por ejemplo:
Encabalgamiento
El encabalgamiento se produce cuando una frase queda a caballo entre dos versos, pues la pausa
del verso no coincide con la pausa morfosintáctica. Por ejemplo:
Epíteto
El epíteto es un adjetivo calificativo que resalta las características del sustantivo, otorgándole
mayor expresividad. Por ejemplo: “Divino tesoro”.
Sinestesia
La sinestesia es una figura retórica que consiste en mezclar diferentes tipos de sensaciones o
percepciones, sean visuales, auditivas, táctiles, olfativas o gustativas. Por ejemplo:
“Celeste historia”.
“Dulce niña”
Prosopopeya
La Juventud es tratada como si se tratara de un ser animado. Por ejemplo: “Juventud (…),/ ¡ya te
vas para no volver!”
Apóstrofe
La voz poética se dirige o interpela a la Juventud, en lo cual podemos observar una actitud
apostrófica. Por ejemplo: “Juventud, divino tesoro/ ya te vas para no volver”.
Como tal, “Sonatina” es un poema de gran belleza, que destaca por su rigurosidad formal, por la
precisión y preciosismo del lenguaje, y por su agradable musicalidad, rasgos, todos ellos, que se
adscriben a la corriente literaria del modernismo.
Se encuentra en el libro Prosas profanas y otros poemas (1896), uno de los más famosos
poemarios de Rubén Darío.
Poema "Sonatina"
Análisis del poema
“Sonatina” es un poema que habla de los anhelos de una princesa encerrada en un palacio, presa
en su jaula de oro, que sueña con otros mundos, otras latitudes, que desea que un príncipe venga
a rescatarla de esa realidad que rechaza.
En este sentido, es un poema que aborda uno de los temas predilectos de los escritores
modernistas: el de la evasión, del escape del mundo, que es pintado como banal, triste y opresor
de los sueños, del anhelo de libertad.
De allí que sea un poema que convoque a la ensoñación, donde la imaginación funciona como
herramienta para lograr ese escape de una realidad que oprime el alma.
En este afán de evasión, el poema, además, evoca ambientes y elementos exóticos, propios de
cuentos de hadas medievales o de lugares distantes, pero sin nunca circunscribirse a un tiempo
histórico preciso.
Rubén Darío explicaba que había escrito el poema con la intención de retratar la espera del amor
por parte de una joven, y que, en este sentido, el poema era una alegoría de las ansias amorosas
de las jóvenes.
El título, “Sonatina”, por su parte, alude a una forma musical parecida a la sonata, pero más
breve y fácil de ejecutar, puesto que la musicalidad es un aspecto muy importante en la poesía de
Rubén Darío y en la estética modernista.
El poema está compuesto por versos de catorce sílabas, también conocidos como alejandrinos.
Tiene ocho estrofas, de seis versos cada una, llamadas también sextinas. Emplea rima consonante
en un patrón AABCCB.
Figuras literarias
Epítetos
“Vaga ilusión”.
“Caros diamantes”
“Pobre princesa”.
“Feliz caballero”.
Anáfora
Consiste en la repetición de un elemento al comienzo de varios versos seguidos, con el fin de
otorgarle cierto ritmo característico al poema. Por ejemplo: “Ya no quiere el palacio, ni la rueca
de plata,/ ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,/ ni los cisnes unánimes en el lago de
azur”.
Aliteración
Es un recurso expresivo que consiste en la repetición de los mismos sonidos, sobre todo los
consonánticos, en una misma frase. Por ejemplo: “la princesa persigue por el cielo de Oriente”.
Metáfora
Es la relación sutil que se establece entre dos ideas, conceptos o imágenes. Por ejemplo:
Sinestesia
Prosopopeya
Atribución de cualidades propias de los seres humanos a seres irracionales u objetos. Por
ejemplo:
Pregunta retórica
La voz poética se interroga, aunque su pregunta no necesariamente será respondida. Por ejemplo:
Hipérbaton
Figura retórica en que se altera el orden habitual de los elementos de la oración. Por ejemplo:
“Para ver de sus ojos la dulzura de luz”.
“En caballo, con alas, hacia acá se encamina,/ en el cinto la espada y en la mano el azor,/
el feliz caballero que te adora sin verte,/ y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,/ a
encenderte los labios con un beso de amor”.
En estos poemas se aborda el tema del insomnio y de la angustia existencial ante la muerte,
y se trazan interesantes analogías entre la vida y el sueño.
En ellos, la noche se transforma en el escenario propicio para expresar las más profundas
inquietudes y tormentos que acucian la existencia.
Los poemas en cuestión aparecen en dos poemarios: Cantos de vida y esperanza, de 1905, y El
canto errante, de 1907. A continuación, los analizaremos uno a uno en orden de aparición.
La vida, pues, es vista como un tránsito, un pasaje en el que se anda a tientas hacia lo
desconocido, y es asociada a una pesadilla, a un “dormir de llantos” del cual solo “Ella” (la
Muerte) nos podrá despertar.
El poema está compuesto en versos de arte mayor, de catorce sílabas, también conocidos como
alejandrinos. Los versos se organizan en estrofas de cuatro versos. Su rima es consonante
cruzada del tipo ABAB.
Figuras literarias
Epítetos: “vasto dolor”, “vago Oriente”, “entrevistos barcos”, “inquerida bohemia”, “lejano
clavicordio”, “sublime sonata”, “falso azul nocturno”, “huérfano esquife”, “obscuro nido”,
“humano cieno”, “fatal destino”, “divino veneno”, “intermitentes espantos”.
Anáfora: “Y el viaje a un vago Oriente por entrevistos barcos,/ y el grano de oraciones que
floreció en blasfemia,/ y los azoramientos del cisne entre los charcos/ y el falso azul nocturno de
inquerida bohemia”.
Aliteración: “Lejano clavicordio que en silencio y olvido/ no diste nunca al sueño la sublime
sonata”.
Hipérbaton: “Quiero expresar mi angustia en versos que abolida/ dirán mi juventud de rosas y
de ensueños…”
Está escrito en versos de arte mayor de trece sílabas o tridecasílabos. Tiene cinco estrofas de
cuatro versos cada una. Su rima es consonante alternada, es decir ABAB.
Figuras literarias
Encabalgamiento: “el resonar de un coche/ lejano”. “Como en un vaso vierto en ellos mis
dolores/ de lejanos recuerdos y desgracias funestas”.
Símil: “Siento como un eco del corazón del mundo/ que penetra y conmueve mi propio
corazón”. “Como en un vaso vierto en ellos mis dolores/ de lejanos recuerdos y desgracias
funestas”.
Hipérbaton: “Como en un vaso vierto en ellos mis dolores/ de lejanos recuerdos y desgracias
funestas…”
Vea también el análisis del poema Canción de otoño en primavera de Rubén Darío.
Sus tristezas y sus angustias se exteriorizan y pasan a ser el ruido de una puerta, los pasos de un
transeúnte, el sonido de un reloj dando las tres. El alba es esperada con ansia. ¿Será “ella”
nuevamente una metáfora de la Muerte?
Es un poema sin regularidad métrica, con versos asonantes y versos sueltos, y, sin embargo, con
cierto ritmo ondulante.
Figuras literarias