Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MARIO JAIME
CENTRO INTERDISCIPLINARIO DE CIENCIAS MARINAS
INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL
CRAIG REED
corre desde su cabeza hasta la cola. Su visión es magnífica; recientes
estudios demuestran que pueden observar objetos a más de 40 me-
tros de distancia. El buzo, a través de su visor puede ver hasta unos
os lugares más frecuentes donde se avista al tiburón blanco Su figura destaca en el zafiro del mar. Semeja plata el dor- seis metros en promedio.
en el mundo, son las Islas Farallón en California, el estrecho de los so gris; los tiburones de Guadalupe son menos oscuros que otras Los juveniles son principalmente piscívoros, pero con la
Dardanelos (conocido también como el “estrecho de la muerte”) en poblaciones como los de Sudáfrica. Su vientre es blanco, de ahí su madurez, el tamaño de sus presas se incrementa. Se alimenta de
Grecia, la Gran Barrera Australiana y frente a Ciudad del Cabo en sobrenombre. La teoría es que su coloración le ayuda a pasar como otros tiburones y rayas, amén de peces óseos, reptiles como tortu-
Sudáfrica. En México se tienen registros de avistamientos alrededor una sombra debajo de sus presas y confundirse con la luz si se le gas, cefalópodos, moluscos, crustáceos y aves. Su papel primordial
de Isla Cedros e Isla San Benito, en Baja California Sur y ocasio- observa desde el fondo. en la cadena alimenticia incide sobre los mamíferos marinos, lo-
nalmente han sido capturados en la costa occidental de Baja Cali- Nadie sabe con exactitud cuántos dientes posee. A lo largo bos, focas, elefantes marinos, delfines y ballenas.
fornia. Es un visitante frecuente del Golfo de California. Existe una de su vida un diente es reemplazado por otro, pues son de una El tiburón blanco es vivíparo. Los embriones se alimentan
tradición oral de los habitantes de Isla Guadalupe sobre la llegada proteína llamada dentina. Puede llegar a poseer hasta 300 trián- de óvulos no fertilizados dentro de la madre, pero no se ha repor-
de los tiburones de septiembre a diciembre. Esta distribución fue gulos tan filosos como una navaja, dispuestos en 50 distintas po- tado canibalismo intrauterino en esta especie como en su primo el
confirmada por los servidores y turistas que fotografían al tiburón siciones en cinco o siete filas. Sus mandíbulas son el emblema de tiburón mako (Isurus oxyrinchus). El periodo de gestación es pro-
blanco durante la temporada. las pesadillas, aunque al verlo de frente, impacta más la belleza de bablemente de 12 meses y nacen de 2 a 10 crías por camada. Quizá
Desde los sueños el tiburón blanco ronda como sombras de su masivo trazo hidrodinámico. el parto ocurre en aguas templadas durante la primavera. Su edad
presagio. A pesar de los conocimientos teóricos, uno no sabe cómo Es proverbial el olfato de los tiburones tanto, que en la antigüe- de primera madurez es de 9 a 14 años. Se ha calculado que para
va a reaccionar cuando se le tenga enfrente. Como macrodepredador dad se les conocía como ‘perros de mar’. Sin embargo, sus sentidos duplicarse, una población requiere un tiempo mínimo superior a 14 Hembra embarazada. Esperanza
marino, esta especie sólo se iguala a la orca (Orcinus orca). Llega a más finos detectan ondas de choque y electromagnetismo mediante años. Por todo esto, es altamente vulnerable a la pesquería, tanto
medir más de seis metros y puede llegar a pesar hasta dos toneladas. pequeñas ámpulas y una línea lateral de terminaciones nerviosas que dirigida como incidental.
JORGE ÍÑIGUEZ
JORGE ÍÑIGUEZ
1
Curel. Pez que se usa como carnada
ada día nos envuelve la sensación de mortalidad. Flota un he- último segundo cuando muestre el dorso y pase rozando el bote.
chizo pesado y dúctil que ilumina. Esperar al tiburón es suspenso Cuando emerge, su perfección se amplifica, la mortalidad está a un
que se paga con melancolía. Con el arpón al hombro para tomar la metro. Entonces aferro la lanza y le doy en el costado. El tiburón
biopsia, no debo apartar la vista de la superficie. Las horas pasan se sacude, rompe el espejo mágico donde se retoca el cielo, saca la
acompañadas de cierta llovizna. Cada sombra del oleaje es una fal- cabeza y desvía su nado acelerado. En la punta metálica de la lanza
sa alarma y los peces atraídos por la carnada parecen indicar que reluce una blanca tira de cartílago. Suficiente para un análisis ge-
el gran blanco es un mito producto de nuestra fiebre. En realidad nético. En un mes sólo hemos obtenido cinco biopsias.
el mar es un poema sereno y tintineante. De repente los gritos de Con más de veinte horas de filmación, los ojos llenos de pro-
excitación me despiertan, el océano se vuelve furor y aferro la lanza al digios, pocas muestras biológicas, datos insuficientes y experien-
vaivén del bote. La claridad del agua permite vislumbrar el fondo. cias inefables, sabemos que debemos regresar para terminar el
La silueta de los dioses es simetría de una hidrodinámica genética. proyecto. De regreso se puede dormir, pero nuestros sueños ya no
Forma de leyendas y pesadillas. La espera a veces se convierte en serán los mismos después de aquella bruma, de una isla fantasmal
desesperación porque los animales no suben; navegan serenos en donde conviven las figuras épicas y los resquicios de una divinidad
lo profundo. Para tomar la muestra debemos picarlo detrás de la latente. El frío de Guadalupe y su sal se entienden diferentes a la
primera aleta dorsal. De hacerlo en la cabeza podríamos lastimar- distancia, traemos un azul pergeñado de tal forma que ya anida en
lo, es una parte muy sensible. Allí se concentran sus ámpulas que nuestra conciencia.
detectan campos electromagnéticos, papilas gustativas, la nariz Después del tiburón blanco, todo lo demás ya es pueril.
finísima, los ojos y el cerebro. Hay que esperarlo, medirlo hasta el
JORGE ÍÑIGUEZ
JORGE ÍÑIGUEZ
Te dicen monstruo y te asesinan, sin saber que tienes la belleza en tu camino
ROMEO SALDÍVAR
n los últimos 15 años la abundancia del tiburón blanco en el mun-
do ha disminuido un 80%. Es una especie en grave peligro de extin-
ción. Se le encuentra en la Lista Roja de especies amenazadas de la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Su matanza dirigida fue brutal en Australia y Sudáfrica a partir de
1930, la fama de asesinos y el epítome de ‘monstruos’ contribuyó a
justificar la masacre. En América se le persiguió con frenesí a partir
de la novela ‘Jaws’ (1974) de Peter Benchley y la posterior adaptación
fílmica que provocó un horror masivo.
En México se intenta legislar su conservación. La NOM-029
prohíbe su captura. Sin embargo, los hombres no distinguen espe-
cies cuando de pescar se trata. El hecho de que la isla ya es área
protegida, incide directamente con su protección, pero se debe ex-
tender a todo el país debido a que el tiburón blanco es un pez altamen-
te migratorio. Tristemente el peligro no sólo está en la pesca dirigi-
da –las mandíbulas de esta especie se cotizan muy altas– sino en la Después de ti, ¿Cómo cantar? ¿Cómo decirles a los otros? ¡Eres!