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,I IGNA I( M RTI BAH

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P I OLOGIA oJ'-JL.IAL
ha pe l' (je¡¿Q qUf' t"1 <J1It" no qulrre
ver ni peor sordo qu el qUf" no 'lulcw
nlr" . 111 P r e¡:: Ión Inl rper ondl
'La vlela e del olor del rlslal con qLl clhu t
mirA'
Quizá no haya qu fiarse df"l11aslado dt"
lo dicho populart"s él que no lIlft -1\ en·
contrar refranes qu cxpr n exactamt"nt -
lo ontrarlo Sin embargo. reflejan un ex
1'1 ncla Ingenua que el pslcólogu s<X. al n
puede Ignorar y que algunos han 101 oc ( \.
1110 punto de partida para sus t~r1 I q lf'
hay& rCf(Rncs que expresan cxperl n
aparentemente contradl orlas es r zón eJe
mas para tenerlos en ·uenta.
El Innujo que la ubjetlvldad dt" ca a
persona ejer e en su comportamlen
uno de los aspectos cru lale del anél\!'ls
° e

pslcosoclal. La sllbjt"tlvlctad repr' nta I


aporte original de (;ada persona a su queha
el'. pero tambl~n la m lerlollrocl6n Inellvl
dual de condiciones sociales obJ tlvas
En este tercer la5d ulo de p Icologla so-
cial se analizan los proces 5 de per el IOn
v las actitudes Interpersonales, La a tlflld
t"stablece el sentido de las relaciones de ca-
da persona con su mundo. sentido que
onngurado mediante los procesos percel>- II.B.
Uvos y 'que desembocB en las a Iones
concreá15 de todos los dlas, Actitudes y pro- 0722
cesos perceptivos son dos de las éreas don- v.3.
de mejor se puede capUH el CBrécter IdeolÓ-
gico del quehacer humano. es decir. la artl-
culaclOn en las personas de los Inter<'S s so-
ciales. nlvcr"ldclU Ccnlroamprl <1I1<l )n.;,r Sirneón 1 'di\,'"
san - Ivador, El S<llvdU l'
1982

Digitalizado en Universidad Centroamericana "José Silneón Cañas"


IV' (J,

;I ? I

IGNACIO MARTIN BARO

PSICOLOGIA SOCIAL

1Ii. Percepción interpersonal


Actitudes

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Digitalizado en Universidad Centroamericana "Jo' "


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Capitulo Página

5. LA INTERA~CION PBRSONAL: CONTEXTO y PER-
CEPCION.
1. El trabato coao contexto psicosocial· 261
1.1. Naturaleza del trabajo . 262
1.2. El trabajo como ralz personal ¿64
1.3. El trabajo como contexto 267
2. La percepci6n interpersonal 2b9
2.1. Percepci6n y categorizaci6n 272.
• 2.2. La percepci6n de personas 282
2.3. La percepci6n de actos 297
3. La percepc16n de grupos 315
3.1. La categorizaci6n grupal 315
.3.2. Los estereotipos 327
3.2.1. El carácter de los estereo-
tipos 327
3.2.2. Modelos te6ricos sobre los
estereotipos ~3¿
a. El modelo psicodinámico ~32
b. El modelo sociocultural ~34
c. El modelo cognoscitivo 3j5
3.2.3. Consecuencias de los estereo·
tipos 337
3.2.4. Reflexiones finales 341

6. LAS ACTI'l1JDES: SU CONCtiPTO y VALOR


1. Introducci6n 346
2. El concepto de actitud 355
2.1. El enfoque de la comunicaci6n-apren-
dizaje 351i
2.2. El enfoque funcional 3b5
2.3. El enfoque de la consistencia 373
2.4. Una comparacidn entre los modelos
sobre las actitudes 384

Digitalizado en Universidad Centroamericana "J "


-261

Pági.na

3. hstructura y medición de las actitud~s 38Y


3.1. Los componentes de una actitud 38:.1
3.1.1. L3 concepciG~ uJ;idiffi~nsiona: 3R~
3.1,2. La cr~ccpc!6n bi.dimensional 39a
3.1, Ln ec~eepc!6n tri imrostonal 102
:, 2. 'El ca.,!';.::t"," d, 1 s ae tlt"d<;s ;U 7

4. Ú':: 1::1 Ole ti ~ud al ~1CtO ~! ..


~. 1. Predic\to~e5 faJ5ns
4 2 ".~ ti t'.H:~es y ~c:-os
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CAPITULO QUINTO
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~.2.L.
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L~ gener~l y
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4.Z.3. DefiL1~~ctas
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• LA INTERACCION PERSONAL:
" ." re:aJil ad l.~e 1"" :'":ctiL:¡t.1e_ CONTEXTO! PERCEPCIO~
.R.EFEf<.l-;NC AS ". TDl,IOCRi.FICA~,
, . o'.)
.
1. EL TRABAJO COMO CONTEXTO PSICOSOCIAL.
El trabajo constituye la actividad humana primordial
y el marco de referencia crucial que define el sentido d~
la existencia de los seres humanos. El mito bíblico sob~e
el pecado original de Adán y Eva subraya la necesidad in~­
ludible de trabajar para sobrevivir y desarrollarse. Las
sociedades se organizan en funci6n del trabajo y las perso-
nas estructuran su vida en etapas y tiempos laborales. El
trabajo constituye así el principal contexto moldeador de
los seres humanos, la principal raíz de su ser y su queha-
cer. Esto es crucial recordarlo antes de examinar las for-
mas específicas de la interacci6n personal, ya que el sen-
tido de ese hacer entre personas está condicionado desde su
misma base por el contexto laboral.
No se trata de elaborar aquí una psicología del traha-
jo; se trata de situar la interacci6n humana en su marco
más definitorio, y así como hemos visto que las clases so·

Dig ila Iizad o e n Un ivers i dad C:~e:¡]n~t~ro~a~m~e:!r2.ic~a:.n~a~'~' Juoiil.'¡¡¡¡.lIílil.lilíWllili~" _


-262 -263

de su 'ida a p 'epar rse para el tra ajo, bIen como apren-


ciales condicionan el sentido estructural de lo que las
diz 1os SIS
' t emas sociales más tradicionales, ien como
personas son y hacen, asi hay que subrayar que el t~abajo
estudiante en los s'lS t emas d e organizaci6n social contempo-
~s el elemento crucial en el que las estructuras se~acen
r~nea. Todavla después dedicará mucho tiemDo a se~uirse
concretas para las personas. Cuando se deja de lado el con-
formando en al~una e5pecj~lización laboral o en la actuali-
texta laboral, la interacción humana quedr abstra"da de sus
zación de sus conocimientos, todo ello en función de su
rafces innediatas y privada de sello cotidiano que le da
trabaJO actL:.l o f .. curo. Ya involucrado w~ una ocupo ... i6n
su fo ma social concret3. El an51is1s de la percepcifn. de
"1))\. o. el ¡nl.i uuo de prr.;i:l,l 'U lU":;'1¡' c1l V v enl.':¡, .a.a
.as actitudes o de los intercambios per50nales debe sel
orf:aniZ~c16n de S'l tiempu, la di~tllf;uci6n de ~us otras al-
continuamente referido al contexto laboral, que c(,nstl uye
i'-i<l e5 parttcndc d~ las ~x;genc]',~ ~el t¡ah~lO
r

De esta
su molde esencial de posibilidades y de significación his-
·..anera, el trabajo se constit1l e en e, 116cJE:J a~reledor de.l
v
tórica y social. Exam'rarem s así, brevemente, la natura
<:u~.l . . I illc11,. ridL.O 0rganiza $U Vlu..J """ ·sonai
leza del trabajo, su c cter de ra1z de las personas y su
papel condicionan e c ",o contexto de la vIda humana. í;"~rabé io no 5610 c.r",:l-·
l,-
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...... 1 neH ',: i c uo. F i ~('l
... 1,: ¡¡¡15m: "l'da .ce l' •11
~r- "':-"'ru~t",.. :, princi 1h1}mentf' ~I!
+·I·~C"{" C,~I "r~:1" 1,('l~;:~C"ltOO:-'Pfl~1',·ionale.,:;hars('rti-
1.1. Naturaleza d 1 t'abajo •• l .... '(":

~ en la histori~ las E'-i~encia5 del lrab.ljo y <1e su di" _


Etimológica ente, el té mino trabajo cst1 relacicnado
5 6n s~cla' asf CO~(l la~ estrurtur2S urbanas establecen
1
con una forma de tortura, el "tripalium", que era una espe-
"n~ regulación de espaci'ls (~. aun ele t :empos) en función
cie de cepo consist~nte en tre's maderos cruzados ("tres"
!e las necesidade< il'1rtlesta~ por el 'rabajo, Las mismas
"palus") a los que se sujetaba a reo (ver Corominas, 1967,
'structuras po11tic-; ~~ ci~E'ntan cb~~ la divlsión dpl
pago 577). De este modo, trabajar es sinónimo en su oTig •• l ,..- .. ,) ,- .in » ~uc rer~l·~
. la n~p3~i~3c:Fn rle los dil'e~so~ nG _
de sufrir, esforzarse dolorosamentc,y todavra conserva cse
-Ires robla:ionalp~ la B5ignac16r de cargas l' responsabi-
sentido cu ndo por ejem lo se habla de "los tra ljOS del
1idades as1 co~o la distribuci6n de bienps y beneficios,
parto". Ahora bien, si en la esencia del traba:o est« el
esfuerzo, fisico o intelectual, no es parte s¡ ,a necesar'a En Gltima lnstancia, el trabajo es la actividad que
el carácter de dolor o de suf:lmipntu. Desviu ular "1 tra- más organiza las relaciones humanas, estableciendo las de-
bajo de este sello peyorati,~ eS precisament~ un t~ 105 terminaciones fundamentales para la interacci6n. ~lediante
principales cauces de la human'zación. la apropiaci6n social del producto del trabajo, un se~tor
de la población adqUIere poder para impon r sus i tercses
Desde el punto de vista social, el t.abaj ,~la acti-
mientras que la enajenación del fruto de su trabajo deja-~
vidad m~s importante en! organiz&ción de la v:Ja humana.
otro sector de la poblaci6n impotente para avanzar sus i~­
En primer lugar, la vida de los individues s ~rticul al-
tereses al interior del sistema social. Así, la división
rededor del trnbajo. El individuO dedica un' uena porci6n
-264

social del trabajo en relaciÓn con la propiedad de los me- determinismos sociales, el impactc) d~, las f'uerzas que COI.-
dios de producciÓn separa a la sociedad en grupos y clases fluyen en el individuo y las acciones que el individuo
contrapuestas, determinando quién puede ser "sei'\or" y_ quién rea~iza en el entramado de esas fuerzas. Ahora bien, en la
tiene que ser "esclavo", quién manda y quién obedece. medIda en que el trabajo es la principal actividad .que COn-
forma la historia humana, es claro que el trabajo consti-
En lo psicolÓgico, el trabajo no es menos importante
tuye el molde fundamental donde se acufia la vida de las
que en lo social. El trabajo constituye la actividad fun- personas.
damental para el desarrollo del ser humano. La persona de-
dica un largo tiempo de su vida a aprender aquellos conoci- Al ingresar en el mundo del trabajo, la persona entra
mientos y habilidades necesarias para el desempeño de un en el juego dialéctico de su realizaci6n o enajenaci6n de
trabajo, y es la praxis laboral la que determinará después su expresi6n y desarrollo personal a través de su qUeh~cer
el carácter y alcances del desarrollo de la persona. El ~ de ~'l alienación instrumental como eslabÓn productivo al'
trabajo,articulado social~ente como rol (de obrero o campe- InterIor de un sistema despersonalizante.
sino, médico o abogado, comerciante o profesor), constitui- En el trabajo, el ser humano puede encontrar el venero
rá el marco de referencia para que el individuo establezca principa~ que dé sentido a su vida: la persona sabe lo q~e
sus aspiraciones y su estilo de vida, para que perciba su está haCIendo, sabe la importancia de lo que está reali-
propia identidad y la identidad de las personas que con él zando y se sabe a s1 misma frente al producto de su que-
se relacionan. El trabajo constituye as1 la principal ata- hacer. As1, a través del trabajo, la persona se hace so-
laya desde donde las personas adquirimos una perspectiva cialmente significativa , y se conoce como a 1gUlen
. que
sobre 10 que somos y lo que son los demás, sobre nuestros a~orta algo valioso a los demás. Pero, si en lugar de asu-
derechos y nuestros deberes sociales, sobre el mundo y mIr.el. t~abajo como expresiÓn y proyecciÓn de su persona,
nuestra incardinaci6n en él. Es, por fin, a través del tra- el IndIvIduo tiene que integrarse al trabajo como un ele-
bajo como el individuo va objetivando su ser plasmándolo en me~to instrumental más, como parte insignificante y susti-
realizaciones, en éxitos y en fracasos, que le llevarán no tUIble de una cadena productiva, de una burocracia an6nima
s6lo a las alegr1as y tristezas más importantes de su d1a desaparece el carácter dotador de sentido del trabajo, qU;
tras d1a, sino, sobre todo, a la satisfacción o a la insa- se transforma en fuente de alienación, de enquistamiento y
tis~acci6n consigo mismo, a su realizaci6n ~ a su ~rustra­ de desintegración personal.
ción existencial.
Cuando Erikson (1966) define las edades del ser huma-
1.2. El trabajo ~ ra1z personal. no en relación Con los conflictos cruciales que en cada
La persona humana es producto de su propia historia, etapa debe resolver, el conflicto que caracteriza el perra-
lo que incluye tanto los deterainisaos biológi~os como los da de madurez es el de la generatividad frente al estanca-
Miento. Para Erikson, la generatividad incluye tanto

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1.3. El trabajo ~ contexto.
la productividad como la creatividad humana, y se centra El trabajo nos ubica en un contexto material, un medio
en el legado que cada persona transmite a la siguiente ambiente donde dla tras dla tenemos que realizar nuestras
generación. Resulta entonces lógico que el conflicto que tareas. Hablar del mundo del trabajo es, entonces,' afirmar
caracteriza la líl tima etapa de la vida h",nnna seglín Erikson que el trabajo nos incardina en una situaciÓn material, rl_
sea el de la integridad del ~o frente a la desesperación: sica, en una circunstancia especifica, sea ésta el cafetal
la persona que logra realizarse como tal 3 través de su o la oficina, el bus o ia cllnica, la fábrica o el comer-
existencia, que lo es en forma esencial 3 través del trab~ cio, el aula de clases o la estaci6n de servicio. Este con-
jo, mantiene su íntegrid!Jd humc\n:;) mi.entrü~ quien tiene ({:.le texto, como ha subrayado la psico10gia ecológica, constitu-
alienarse dla tras dla en un ql!chacer rutinario o em rute- ye un marco ineludible que en buena medida define las posi-
cedor se va desintegrando, 'ob~etiva y 5ubjetiva¡del1t~. bilidades y las exigencias de la actividad laboral que he-
Precisamente porque ~l trabajo jue;a un papel tan cru- mos de realizar y el grado de personalización que se pueue
poner en ese quehacer.
cial en la definición de la ~xistencia personal. en 10 C¡UC
una persona puede llegar a ser uli.diante lo que hace, Tescl~ Ahora bien, la mislla psicologla ecológica apunta a un
ta tan grave la fa~ta gen~ralil3da de trabajo que se rre- sentido más profundo en el que el trabajo se constitye en
senta como situación norm:ll para una mayoría de latinoame- contexto de la existencia humana: el mundo del trabajo, ca.
ricanos. En El Salvador, l~s tasas reales de desempleo de da mundo laboral concreto, constituye un sistema social "s-
la población econ6micamente activa han llegado en años re- peclfico con sus intereses grupales, sus valores y sus prin-
cientes a niveles superiores al 50', y esta trlgica reali- cipios, sus normas y su estilo de vida. En otras palabras,
dad apenas logra ~er paliada por el empleo ocasional o les cada contexto laboral admite y aun exige un particular tipo
subempleos marginales. Asf, el primer problema que se plan- de comportamiento. Ya se vió en el capitulo anterior CÓmo
tea a un sector muy grande de la poblaci6n salvadoref.a es la socializaciÓn secundaria consiste precisamente en inte-
el de encontrar trabajo, y s6lo en segundo lug~r el de de- grarse a los submundos particulares de una determinada so-
sarrollarse personalmente en el trabajo que se le ofrece. ciedad (Berger y Luckllann, 1968). El mundo de la oficina no
En este sentido, el plant~amiento no es ante todo el de es el mundo de la hacienda, ni el mundo del gran supermer-
realización o alienaci6n, sino el de la si"-?le S~05isten­ cado es el mundo del mercado tradicional. Cada uno de estos
cia: es necesario encontrar trabajo, cual.: ["r t'.~.b&jo,par;l contextos laborales propicia y reclama una forma caracterls-
peder subsistir. 1.a b(Íl¡queda continu:l de <:mpleo es la tica de comportarse; es ahí donde los intereses en juego se
principal ocupaciÓn del sal vadorello medlo " el ertame:J te su Convierten en valores y los valores se traducen en expecta-
mlts profunda preocupación. 5610 después, para aquel 1ue tivas.cuando no en exigencias normativas inapelables. El
tiene trabajo se le plantea el problema del s~ntido laboral. indiVidualismo, la competencia o la violencia para conse-

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guir los objetivos de la empresa pueden ser impuestos a la 2. LA PERCEPCION INTERPERSONAL.


persona en determinados medios laborales. En otros medios En la vida cotidiana, continuamente estamos interac-
imperar4 la ley del esfuerzo m1nimo, la exigencia de.-no tuando con otras personas. Desde que nos levantamo's en la
rendir m4s de.lo necesario, de encubrir al compafiero, de mañana y saludamos a los miembros de nuestra famil!a, hasta
medrar al calor del anonimato y del nepotismo burocrático. que nos volvemos a dormir en la noche, la mayor parte de
Todo ello va moldeando a la persona ya que su quehacer co- nuestro quehacer supone un continuo intercambio con otra,
tidiano no puede menos· de transformarse poco a poco en ac- personas: damos indicaciones a nuestra secretaria, discuti-
titudes profundas y en opciones m4s o menos asimiladas. mos un informe con un compañero de trabajo, atendemos va-
Por encima de la determinaciÓn particular de cada con- rias visitas o llamadas telef6nicas, almorzamos con unos
texto laboral está la determinaciÓn del sistema de produc- amigos, y as1 hora tras hora, dIa tras dia. En todo este

ciÓn dominante que, en nuestro medio, impone la producciÓn continuo toma y daca entre las 'personas, nues'tro quehacer
y los intereses del productor como criterio Ultimo del que- no es un simple repertorio de respuestas vinculadas con ma-
hacer social. El consumismo no es sino la consecuencia de yor o menor' fuerza a una estimulaciÓn; ni siquiera las es-
la producciÓn guiada por el lucro mayor en beneficio de timulaciones que recibimos son totalmente conocidas ymenos
aquellos pocos que controlan los medios productivos de la aUn previsibles. La persona. act6a m4s bien a partir del
sociedad. La sociedad capitalista se organiza en funciÓn sentido que las otras personas adquieren en cada situaciÓn:
de lo que resulta mejor producir para lucrar más, así ten- se. trata
. de la Sra. de L6pez, mi secretaria, o de Ricardo ,
ga que someterse a la poblaciÓn a una continua presión para mI amIgo, y vienen a presentarme una solicitud o una invi-
que acepte en su vida innumerables objetos innecesarios. taciÓn, a que firme una carta o a notificarme de un suceso
Como se ha dicho no sin cierta ironia, el consumidor se importante. Mi acci6n estará en funci6n directa de lo que
convierte así en consumido, en un pelele social impulsado la situaci6n objetivamente demande, pero tambi~n de la cap-
por las exigencias perentorias de las mil necesidades apa- taci6n subjetiva que de esa situaci6n y de las personas in-
rejadas a un estilo de vida que se le presenta engañosamen- VOlucradas en ella yo tenga. Asi, mi acci6n tendr' unos
te como ideal y alcanzable. El individuo se someterá de condicionamientos subjetivos, en buena medida determin~dos
este modo a las condiciones más enajenantes en su trabajo por mi percepci6n de los hechos y de las personas.
con tal de lograr escalar los peldaños de la jerarquia social, La mediación cognoscitiva no explica por sr sola la
materializados como niveles de consumo cada vez mayor. La acci6n de las personas en cada circunstancia: pero resulta
vida, en 6ltima instancia, se convierte de este modo en un dificil explicar adecuadamente esa acci6n sin toaar en
trabajar para lograr un objetivo por lo general elusivo y cuenta la percepci6n que de la situación tiene el indivi-
cuya consecuci6n parcial deja siempre una creciente sensa-
ci6n .e
frustraci6n y vaclo.
duo. La misma circunstancia puede llevar a un comportam¡e&
to totalmente diferente a una persona selQn sea su percep-

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-270
gos. Pero de confitmarse esta hipótesis, el "efecto de
Pigaali6n" seria un ejemplo dram4tico sobre el impacto que
ción, es decir, según sea el sentido que atribuya a dicha
la percepci6n puede tener en la acci6n del sujeto, incluso
circunstancia. Es biim conocido el llamado "efecto de Pig-
malión". De acuerdo con la mitología griega, Pigma~jón era
un escultor que se enamoró de una estatua que él mismo había
.
más al14 de su conciencia expresa. 'De ahl el inteTEs de la
.
pS1cologla social por indagar sobre el papel que ·los proce-
sos cognoscitivos ejercen en la acci6n de las personas, así
labrado y a la' que la diosa ~frodita dió vida, recibiendo
el nombre de Ga1atea. El "efecto de Pigmalión" consiste en Obmo 'los factores que determinan, las formas y contenidos de
que lo que una persona cree que es real o verdadero termi- esos procesos. Si el "efecto de Piglftali6n" es real, nos
na por serlo, precisamente por el influjo de la creencia en encontramos con la posibilidad de que las estructuras so-
el comport.amiento de la persona. Este ef<lcto, en el 5'1lbito ciales condicionen el quehacer de las personas y encaucen
social, ha sido bautizado P?r RobeTt Merton (1968) como las sus resultados en beneficio de unos u otros determinando su
profecías que se cumple~ 'por sí mismas. percepci6n de personas, acciones y circunstancias.

Robert 11. f,enthal y ).,e"ore J~co;'son (1968) re"Jiza,'on Es necesario, por tanto, examinar psicosocialmente los
UI experlwento en una escuelo p6bllca p.ra prohar 4'le las procesos de percepci6n. Pero, ¿quE es la percepci6n1 Una
expectativas de los mae:;tros poJían infl :ir en el ren j.
de las definiciones afs aceptadas sefta1a que es el proceso
miento de los al'Jmnos. Se pasó un test de inteiigenci. a por el que se captan estl-u10s y se interpreta su signifi-
los alumnos y se dijo a los maestl s de qué estudiant.es \,0- caci6n o sentido. Huelo el perfume de las flores, veo a'
dían espeTar un crecimiento intelectual más rápido en el Juan corriendo, siento que me duele la cabeza, oigo las
año escolar. Los nOr.lbres habían sido selecclon¡'dos al azar consignas gritadas por un grupo de manifestantes. En todos
y el único cambio que se produjo en el tratamiento de "¡os estos casos, los sentidos suministran informaci6n sobre ob-
a1uonos escogidos fue la expectativa de SUf, pro[c.0res. jetos, personas o acciones, pero los estimulas son interpre-
Sin embargo, los resultados confirmaron las predi ..ciones, Y tados coao realidades con una significaci6n. La percepci6n
los alumnos escogidos lograron un rendimie\lto supeTi"r al no es, por consiguiente, un simple proceso de reflejar es-
de otros alumnos, medido por un incremento sigrirjcativo en timulas que se le presentan al sujeto. La persona no es
su cociente intelectual, Segú. Rosenthal y J?" :>bsron, el un procesador pasivo o aec4nico de inforaaci6n; por el con-
efecto se pudo deber a quc. los maestros d.ed icaron mlb aten- trario, la persona deseapefta un papel activo. y determinante
ción a esos alumnos, ° qui zás a que fuer n mÍls estimulan- en la configuraci6n perceptiva de aquello que capta. SegGn
tes o pacientes con ellos. En todo caso, la percepci6n que Jerome S. Bruner (1958/1974), el proceso de percibir seca-
los mae;tros tenían de esos alumnos influyó ~n 05 resulta- racteriza por dos importantes aspectos: (a) entre la diver-
dos de su actividad docente. sidad de datos disponibles, se tiende a seleccionar aque-
llos que permiten loerar un objeto o "constructo" percep-
Los estudios de Rosentha1 Y jacobson han sido criti-
tivo adecuado a la capacidad de la persona; (b) la persona
cados desde l1luchos puntos de vista, sol,re to,)., metodo16gi-

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-272
categoria. Asl, cuando me asomo a la p~erta de mi ca~~.
tiende a completar significativamente su percepción, aña-
veo "la c:llle" (categcría cogno"it;v" ) por la que "u"
diendo información a los datos captados y logrando así pre- vendecior" (cate 'o ría) "pasa" (categoría) "vendiendo" (e'-
decir el futuro a partir de 10 percibido. De este m~~o, tegoría) "fruta" (categorín), Por supuesto, la pe,cepci"n
indica Bruner, percibir es el acto de seleccionar e inter- no resulta tan complejn c.omo la explicación parece illdie:Jr-
pretar los estímulos que llegan a nuestros sentidos con el
lo, y de hecho mi percepción de "el hombre que vencle fn:t,,"
fin de predecir su significación para la persona. (un solo esquema cognoscitivo) es inmediata. Sin eml·ar-
Las características del proceso perceptivo señaladas go, pudiera darse el caso de que estuviera ya atardeciel.,10.
por Bruner indican con claridad que la percepción no cons- o Que hubiera otros ruidos en la calle u otras personas y
tituye una imagen especular de la realidad, pero no permi- tuviera que hacer un esfuerzo y quizá sucesivas aproxima-
ten concluir que el sujeto '!construya" la real idad en forma ciones (sucesivas categorías o esquemas) para lograr la
arbitraria o a partir d~ factores puramente subjetivos. Lo percepción que me hiciera exclamar: "¡Ah: ¡Es un homhre
que si se puede concluir .es que los factores sociales jue- vendiendo fruta:"
gan un papel crucial tanto en l. determinaci6n del proceso
En el Recuadro 13 aparece un párrafo de una famosa
selectivo como en la determinación del sentido de ]0 que se
homilía de Monseñor Romero, el asesinado Arzobispo de San
percibe. Cabe entonces preguntarse sobre el carácter ideo-
Salvador. En esa homilía, Monseñor Romero confrontó p6bli-
lógico de la percepción, sobre el enraizamiento de la per-
camente, con su peculiar valentia profética, las declaracio-
cepción en los procesos y estructuras sociales. ¿qué es 10
nes del entonces Presidente de El Salvador, el General Ro-
que lleva a una persona a fijar su atención sobre unos as-
mero, al que tildó de "mentiroso" (categoría cognoscitiva).
pectos u otros de la realidad? ¿Cómo se llega a determinar
Aludía Monseñor al juicio emitido por el General sobre su
el sentido de lo que se percibe o a vincular 10 percibido
actuación eclesial y rechazaba la implicaci6n de'''persona
con una u otra acción? ¿En qué medida 10 que la persona
vanidosa" (categoría cognoscitiva). Así, pues, al menos a
percibe traduce intereses sociales de los que el individuono
nivel de expresión p6blica, estas dos personas parecían te-
es necesariamente consciente? ¿En qué medida la percepción
ner una percepción de su respectivo comportamiento que se
llega incluso a encubrir o a presentar engañosamente sus sintetizaba en las categorías de significación "lIentiroso"
6ltimas raíces sociales a la conciencia de la persona? y "vanidoso".
2.1. Percepción r categorización. Una categoría cognoscitiva puede definirse calla el con-
Uno de los enfoques que en la actualidad goza de más junto de reglas que permite clasificar a un objeto como
aceptación entre los psicólogos define la percepci6n como equivalente a otros. Por consiguiente, una categoría cons-
un proceso de codificación cognoscitiva por el c~al se cap- tituye la determinación de lo que algo es, y esa determina-
ta la significaci6n de un objeto (una persona, una acci6n, ción hace posible clasificar diversos objetos co~o equiva-
un suceso o una cosa) aplicandole un determinado esquema o

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-2¡;

-Z74
valentes. I,as cRtegorlas se suplen designar con nombres:
pájaro, libro, tr"bajo, fusil, [RS especificaciones que me
llevan a clasificar algo cerno "un pájaro" (es un animal,
vertebrado, vuela, tiene pico, es pequeño) constit~yen ese
RECUADRO !l conjunto de reglas que es IR categoria "pájaro".
Un concepto semejante al de categorfa es el de esquema
EL ARZOBISPO Y EL GENERAL
cognoscitivo. C000 se vi6 en el capitulo ~nterior, para
Piaget (19~7/1967, 19~7/1969) Illl esquema consiste 'en la es-
"El Sellor Presidente, a pesar de todo esto, ha dicho tructura de rasgos generalizables de una acci6n, aquellos
en México que no h3Y persecución a la 191e5i3. y comp~o­ caracteres que se pueden reproducir y generalizar. Si
mete a nuestros periódicos poniendo en titulares de ~ri­ Piaget hace referencia a IR acci6n no es porque considere
mera página un llecho q,-,~ aqul: la Cated'cal lo está eVlden- que los esquemas s610 se aplican a aquellos objetos del co-
E' S -or Presidente acus6 en nocimiento que son acciones, sino porque el conoci~iento
ciando lo mentiroso qU& es. '. en ,
México de crisis en la Iglesia a causa de clérIgos ,tercer- mismo es para Piaget una acci6n (conocer es actuar sobre el
mundistas. Denunció la predicaci6n del Arzobi~p~ com~ objeto, "construir o reconstruir el objeto del conocimien-
una predicación politica Y que no tiene la espiritualidad to") . Según Tay 1or y Crocker (1981, pág. 91), "un esquer.la
que otros sacerdotes siguen predicando. Que m~ est~~, es una estructura cognoscitiva consistente en la represen-
aprovechando de mi predicaci6n para promover mi canUIoatu- tación parcial del ámbito de algún estimulo" y, por tanL"
ra del Premio Nóbel.- ¿Tan vanidoso me creen? A la pre- "contiene un conocimiento genérico sobre ese ámbito, inclu-
gunta sobre si existen en El Salvador los catorce, el yendo una especificación de las relaciones entre sus atri-
Sellor Presidente negó que existe nada de eso; cc~o negó butos". Fundamentalmente, un esquema cognoscitivo corres-
también que e:xistieran desaparecidos Y reos poli ticos", ponde a la pregunta "¿qué es esto?" (ver Recuadro 14), y
puede incluir diversas categorias, unas más abstractas y
otras con informaciÓn más concreta, hasta llegar a la con-
creción de lo singular (cada caso especifico como "un hom-
(Ext1'acto de la hOlL', ',a de it.onsel\or bre que pasa vendiendo fruta por la calle").
Oscar A. Rome~o d~l ¿1 ~' enero de
1979). Cuál sea el objeto de la percepción puede influir en
el proceso mismo de percibir. La mayoría de los psicóloROS
sociales piensa que existen diferencias importantes entt'e
percibir una persona y percibir un objeto inanimado. Lor-
dos factores que más pueden afectar al proceso perceptivo

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276
-277

RECUADRO 14 son: (a) que las personas son sujetos que persiguen inten-
LOS.ESQUEMAS CONGNOSCITIVOS
ciones y realilan acciones cUfO objeto es la misma persona
La· adquisición y el uso del conocimiento social Son in- que percibe; y (b) ue las personas perciMdas son semejan-
separables. Rara vez se codifica la información en la me- tes al sujeto qu~ percibe, lo que da pie para atribuirle
moria en su forma original, sin adulterarl~. ~ás bien,pri- procesos equivalentes, generindose asi un proceso de inf:u-
mero se interpreta y organiza en conceptos, desarrollados a jo sohre l. misma percepci6n. Aquino discutiremos más la
trav~s de la experiencia, sobre personas, objetos o suce-
ciifc·:·encia entre la pcrcepci6n de personas y la percepción
sos similares a los que se refiere la informaci6n. De he- de ohjetos inanimados, puesto que s610 se analiza la prime-
cho, la información que no se puede interpretar inmedia.ta- r •.
mente con conceptos previamente formados es muy dific;l de
asimilar. Como ya Jo indicaba Rruner (1958/1974; ver también Bru-
ncr. 1957), los esquemas cognoscitivos cumplen al menos dos
Postulado 1 {Postu;ado organizativo).El conocimiento
social se organiza en la. memoria en configuraciones .que re- til'05 de funciones esenciales en el proceso perceptivo: la
codificaci6n y representaci6n del objeto, por un lado, y la
presentan personas, objetos y sucesos.
interplctaci6n e inferencia respecto al futuro, por otro.
Postulado 2. La informaci6n nueva sobre una persona,0b-
jete o suceso se interpreta comparando los rasgos que pre- Aunque estas funciones no pueden distinguirse del todo,ana-
senta con los rasgos de los esquemas previamente fonnados y líticamente responden a necesidades diferentes de las per-
almacenados en la memoria .. sanas.
Postulado 3. Cuando se pueden aplicar varios conceptos Según Taylor y Crocker (198 ¡. págs. 94ss.), cuyo anlí I ¡-
o esquemas alternativos para interpretar una información sis seguimos en parte, la función codificadora y represen-
nueva, se usa el más accesible en la memoria y del que con tativa puede sintetizarse en tres afirmaciones: (1) tos
más rapidez y facilidad se puede echar mano. esquemas cognoscitivos estructuran la experiencia, (2) de-
Postulado 4. Qu6 esquema se active para codificar y terminan la informaci6n que se codificará en la memoria o
organizar información nueva puede depender en parte del se recordará, y (3) afectan el tiempo de procesamiento así
propósi to para el que se ·fa a utilizar esa infonr.aci6n. como la velocidad en el flujo. de la informaci6n y en la re-
Postulado 5 (Postulado sobre la inmediatez). Los soluci6n de problemas. El punto crucial está ~in duda en
conceptos o esquemas que han sido activados ~ás reciente la estructuración de la experiencia, es decir, en asumir
mente son los q~e con más probabilidad serán sacados de la que "cuando se encuentra una configuraciÓn estimulante en
memoria para usarlos en la interpretaci.ón de nueva informa- el medio se contrasta con algún esquema y el orden y rela-
ción o en la emisiÓn de juicios. ciones entre los elementos del esquema se imponen a los ele-
mentos de la configuraci6n estimulante" (Taylor y Cracker,
Bxtractado de Wyer, 1980.
1981, pág. 94). En una estaciÓn de buses se observan todo

Di 9 ita Iiza d o e n Un ivers i da d e en tlJr:,o~a~m~e!:r2.ic:.a~il~a.';;";1,J~o,¡¡s.li'¡'¡¡IIlí.liilllllillillí';" _


-278
-279
tipo de personas y actividades, gente que c~rre y gente que
espera, conductores,' cargadores, vendedores, policias y cu- dominantes" (Koffka, 193511973, pág. 136). ExiHe Una but'-
riosos. Todos estos elementos quedan bien ensamblad~s en na cantidad oe estudios que prueban que, al recordar a per-
el esquema de "estaci6n de buses", que indica su vincula- sonas o sucesos, :J memoria suele seguir los rasgos carac-
ci6n y mutuas relaciones, asi como la identidad de cada uno teristicos de algOn esquema prototipico o estereotipado;
de los elem~ntos (personas, cosas y acciones). Ahora bien, por ejemplo, al recordar a alguien a quien se percibió como
al aplicarse a un objeto un esquema cognoscitivo,se impone "un extravertido", el recuerdo tenderá a hacer presentes
su estructura sobre la realidad: si vemos un grupo de per- os rasgos prncotípicos de la extraversión, aunque no co-
sonas arremolinadas en una calle y se nos dice que son un rrespondan exacta~.nte a lo que la persona concreta era
grupo de manifestantes, inmediatamente les atribuimos una íCar. tor :' mscht'l, 1977); de manera semejante, el comporta-
caracterizaci6n distinta que si se nos dice que son un gru- aiento de personas haciendo cola para pagar en un supermer-
po de personas alrede&or de un vendedor callejero o espe- cado, 'erá recordado seglin el esquema comportamental ("el
rando tomar un bus. EA cada caso el esquema cognoscitivo liure,:')", se¡¡Cin la terminologia de algunos autores) que Se
aplicado en la percepci6n imvone una estructura distinta. tenga de cómo se suele actuar en esa clase de situaciones
La forma como se codifica una experiencia determinará tam- (Bol""r, Block y Turner, 1979). Adicionall~ente, los esque-
bién su memorizaci6n ulterior, tanto más fiel y sencilla mas cognoscitivos permiten al individuo predecir en cierta
cuanto más ajustado sea el dato al esquema estructurador de medida el futuro ys que especifican el tipo de hechos y
la percepci6n. CO~portamientos que con m~s probabilidad se seguirán del
objeto percibido.
La funci6n interpretativa e inferencial puede sinteti-
zarse en cuatro afirmaciones (Taylor y Crocker, 198~,Págs. Si se asume que la percepción consiste en la aplica.
10355.); (1) los esquemas permiten comp 1 e t ar la con~lgura-
L,
ci6n de una categoria o esquema a un objeto, la pregunta
ciOn de 10 percibido aftadiendo información faltante, (2) cientifica fundamental es la de determinar qué reglas rigen
f la base para resolver problemas asi como (3) para la formación de las diversas categorías y esquemas percep-
o recen f f' - ndo tivos y cuáles rigen su utilización. Desde la perspectiva
evaluar la experiencia y (4) anticipar el uturo, l)a
metas, haciendo planes y desarrollando proyectos comporta- más específica de la psicología Social, el problema consis-
mentales para realizarlos. te eú ver si en la formaci6n y aplicación de las categorfas
y esquemas juegan alglin papel esencial los factores socia-
El completamiento de la experiencia perceptiva por par-
les y si, por consiguiente, los intereses grupales se me-
te de la persona es un fen6meno ya seftalado hace tiempo por
diatizan en la forma y el Contenido de las percepciones de
los teóricos de la Gestalt y al que Wertheimer diO el ~om­
las personas de tal manera que lo que se percibe y la for-
bre de "ley de la pregnancia": "la organización p~rqU1ca
ma'corno se percibe refleje y canalice esos intereses SOCIa-
ser' sie.pre tan buena corno lo permitan las condicl0nes les.

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-280 -281

tendrán las mismas notas o rasgos esenciales y existirán


Al hablar de la socializaci6n en el capitulo anterior,
muchos casos fronterizos. "Puesto que la conducta de un
ya hemos indicado que la socializaci6n primaria supone la
individuo varía en el espacio (los contextos) y en.el tiem-
adquisiciÓn por parte de la persona de unos esquemas ~og­
po, su categorizaci6n no dependerá de una serie específica
noscitivos que determinan su forma particular de captar la
de rasgos (teoría clásica) cuanto de una serie de 'señales
realidad y de conocerse a si misma como parte de su mundo.
críticas' que indica que, en buena medida, el comportamien-
Es claro, por ejemplo, que el lenguaje juega un papel impor-
to de esa persona puede explicarse usando una determinad~
tante en la determinaci6n de los esquemas perceptivos, ayu-
categoría" (Cantor y I!ischel, 1979,pág. 11).
dando a su configuraci6n y facilitando su utilizaci6n me-
diante la asequibilidad de una terminología más o menos Segan estos mismos autores, las categorías perceptivas
rica. corresponden a diversas preguntas que el individuo se for-
mula frente a los demás en el encuentro interpersonal: una
Segtín Cantor y ~1ischél (1979), hay dos enfoques acerca
pregunta tipificante (¿quién o qué tipo de persona es?) ~na
de la forma como se ap'iican las categorías y esquemas a un
evaluativa '(¿me gusta o no?), una causal (¿por qué actúa
determinando objeto: un enfoque clásico y otro más contem-
así?) y una predicitiva (¿qué va a hacer?). Por supuesto,
poráneo. El enfoque clásico mantiene que un determinado
estas preguntas no son sino un modelo analítiCO para inten-
objeto es asignado a una categor!a cuando tiene los rasgos
tar comprender el proceso perceptivo, pero no son preguntas
esenciales de esa categoría. Se trataría de un caso de
que el individuo necesariamente articule o de las que ~l
"touo o nada", ya que los objetos s6lo serían percibido
individuo sea consciente. El punto está en señalar que, en
con una determinada categoría (por ejemplo, "pájaro") cuan-
la interacci6n cotidiana con otras personas, necesitamos
do tuvieran todos los rasgos esenciales (animal, vertebra-
informaci6n sobre ellas y nuestra percepciÓn cumple la fun-
do, con pico y alas, ovíparo, pequeño, etc.). Un objeto o
ci6n de dar respuesta a esa necesidad primordial. Las "pre-
se percibe totalmente como un pájaro, sea cual sea su rar-
guntas perceptivas" formalizan los aspectos cruciales de
ticularidad accidental, o no se percibe como un pájaro y
esa informaci6n necesitada para la interacciÓn personal.
entonces se percibe como cualquier otra cosa (una 1'ama, un
Aquí examinaremos con un poco más de detalle la percepciÓn
bicho 'raro, etc.).
de las personas y la percepciÓn de su acciÓn.
El enfoque contemporáneo sostiene que la c~tegorizaci6n
perceptiva es un proceso de naturaleza probabi'ístie,', es
decir, que una categoría se aplica a la perce~ci6n d~ un
objeto cuando éste muestra una estructura de cierta semejan-
za o parecido. Así, los objetos percibidos con ~eterminada
categoría tendrán un distinto grado de tipicida~? se acer- •
carán mis o aenos a un prototipo, pero no todos ellos

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Centroa~ericana "José
_
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2.2. La percepción de personas.


Cómo se llega. a percibir una persona, cómo se llega a RECUADRO 15
captar a alguien a la luz de un determinado esquema ~ cate-
garla cognoscitiva, constituye un importante proceso psico- ADIJiAS DE FEOS. HALOS
social que ha sido explicado" de diferentes maneras. Dos
modelos clásicos en la percepción de las personas es el Al parecer, la belleza o fealdad de una persona influ-
llamado "efecto del halo" y la teoría de "la personali- ye en c6mo percibimos su personalidad y hasta su carr,cter
dad implIcita"; un modelo más actual es el de las catego- moral. Karen Dion y sus colaboradores (19"72a, 1972b) rea-
rías prototípicas. lizaron diversos estudios empiricos y encontraron que las
personas tendian a considerar que aquellos jóvenes que les
El modelo del halo svbraya el papel primordial d~ la
parecían atractivos tenían también una personalidad social-
emoción en la percepc~n interpersonal. Cuando conocemos a
mente más deseable que aquellos que les parecian menos
una persona, tendemos ~ evaluarla en una u otra forma y esa
atractivos. De hecho, en otro estudio realizado con niños
evaluación, frecuentemente apoyada en alg(jn rasgo superfi"'
pre-esco1ares se vió que los más atractivos resultaban ser
cial (por ejemplo, la apariencia física) o en algOn compor-
los más populares entre sus amiguitos y compañeros. Así
tamiento observado (por ejemplo, la forma de actuar en una
mi5mo, cuando personas adultas tuvieron que juzgar sopre
fiesta), se extiende o generaliza a la totalidad de la per-
diversas acusaciones que pasaban sobre varios j6venes, t~n­
sona. La persona atractiva será percibida como mejor que
dieron a dar juicios más severos sobre aquellos que consi-
la persona poco agraciada (ver Recuadro 15), y la persona
deraban más feos que sobre aquellos que consideraban más
que no nos presta atenci6n en una fiesta será percibida ca-
guapos; incluso pensaban que los jóvenes fisicamente atrac-
mo"engreIda". El efecto del halo apunta a que, en la per-
cepci6n de las personas, el conocimiento sigue al afecto, tivos tenian menos probabilidad de volver a incurrir en de-
que vemos aquello que concuerda con nuestra valoraci6n o que litos serios que los j6venes menos agraciados.
lo vemos en una forma concordante con nuestros sentimientos. Si las investigaciones de Dion y sus colabor~dores es-
El modelo de la personalidad implícita subr3ya má~ bien tán en 10 cierto quiere decir que, por 10 menos en nuestra
los vInculas entre los elementos cognoscitivos, en el sen- cultura, la apariencia física de las personas juega un im-
tido de que se suele creer (por lo general, en forma implI- portante papel en la percepci6n que se tiene de ellas y,
cita) que unos rasgos de la5 personas van vin~ulado~ con por consiguiente, también en este capItulo los pobres (mal
otros y, por tanto, la percepci6n de algan rasgo de~ermina­ alimentados, mal desarrollados y mal vestidos) llevan todas
do arrastra la percepción total de" los rasgos qU¡; se cree las de perder. No en vano la mera presencia de algGn niño
van unidos. En este sentido, tenemos algo asI como teorías o joven pobre suele despertar la inmediata suspicacia en
i.plIcitas de la personalidad que nos llevan a captar a las ciertas personas y la sospecha de que está allí para robar
o "para a saber Dios qué "

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-285

-284
TABLA 3
personas con unas u otras categorias a partir de la percep-
ción de algO n rasgo caracteristico. En principio. las '~eo­ Percepción de cualidades congruentes
(En porcentajes)
das impl1citas de'la personalidad" pueden ser peculiares
de cada persona, Y cada uno podemos tener una forma propia
de caracterizar a la gente, ,Sin embargo. las más de las EXPERHIENTO A EXPERHIENTO B
"Cordial" "Frío" "Cortés'" "Tosco"
veces estas "teorias" constituyen modelOS socializados. ve c- (N E 90) (N = 76) (N • 20) (N • 26)
daderos estereotipos sobre las personas que asumimos inclu-
Generoso 91 8 56 58
so con anterioridad a nuestra propia experiencia. de manera Prudente 65 Z5 30 50
que la experiencia personal ya estará filLrbda en mlgO< mo- Feliz 90 34 75 65
De buen carácter 94 17 87 56
do por ese tipo de proceso perceptivo. De buen humor 77 13 71 48
Sociable 91 38 83 68
Es clásico el experimen,o de Solomon Asch (1946) sobre Popular 84 28 94 56
la percepción de las per.son:!s, Asch leyó una lista de TaS- Confiable 94 99 95 100
Importante 88 99 94 96
gos de carácter a dos grupoS, uno ~c 90 Y otro de 76 pe so' HUlllano 86 31 59 77
nas. En ambos casos la lista era idéntica tinteligente.ha- Bien parecido 77 69 93 79
Persistente 100 97 100 100
bi1idosD. trabajador, decidido. pr.ctico. precav:do). excrp- Serio 100 99 100 100
to en un solo ras~o: ~n unos cago~ se ponía que a pe:sor.3 Inhibido 77 89 82 77
Altruista 69 18 29 46
descrita era Hcordialo, Y en ot.ros que eratlfría". Post·.. - Imaginativo 51 19 n 31
riorfficnte, los individuos escogieron entre pares ¿e cuali- Fuerte 98 95 100 100
Honr?do 98 94 87 100
d:lde. opuestas cuAles parecían COTi..°f"5pCndcr a la perS0'13
descrita. Los resultados fueron muy diferentes para ~\IO y Fuente: As ch, 1946.
otro grupo como se puede ver en la Tabla 3. global de la persona. Esto no sucede cuando 10 que cambia
COinO pued~ verse, alg'¡:13S cua] i:lad~s (~r~!1eTos:dad.r ;)'F~":­ es algOn rasgo secundario, como trató de probar el mismo
bilidaó. humol') se atribuyeron I'~incipal,"e;lte a.,;; pt>T;on3 Asch con otro experimento similar en el que, en lugar de
"cordi31", mientras que sus opuestas se atribuyerel) a l~ utilizar los rasgos cordial-frio , util i zó los rasgos "cortés"
persona •• fri.··. Otras cualidadcs se atribuyero. indis~in­ y "tosco" (ver Tabla 3).
tamente a ambos tipo~ de pei"souas. Segün A.sch ~·os ¡:vc;ul-
1
La explicac1"ón qu e Asc h o f rece sobre los resultados de
tados de su eXpe'f¡l!H~nto ~ndic2n tlue 12 pen:cpc:i(}n de las
s~s experiaentos ha sido aapliaaente discutida. Julius
personas tiene un C(lr~cter l!e t.Jt lid~,cl (dI:: G<'·.talt' y que
W1shner (1960), por ejemplo, replante6 en forma más realis'
en la c<",figuración de esa totalidad hay unos Ta~ g~3 ",¡¡~
t~ el mismo experiaento de Asch: pidió a un grupo de estu'
importaates o centrales que otros, Por co~sl~"i•. ,'~. al
d1~ntes que calificara a diez instructores de su curso de
cambiaT uno de esos rasgos centrales ~ambi~ la p~.capci6n
pS1cologia y analiz6 los rasgos con los que los describian.
-:37
-286
(c) el nOmero de atributos inconsistentes o incompatibles
De esta manera, Wishner verificó que el rasgo "cordialidad" con esa categoria que también posee la persona. El ~odelo
iba unido al de sociabilidad, pero no al de persistencia. de la prototipicidad constituye asl una versi6n contemporá-
Wishner llegó a la' conclusión de que los rasgos centrales nea del modelo de la personalidad implícita, pero en el qlle
se correlacionan fuertemente con otros atributos y, por lo que cuenta son los parecidos y, por consiguiente, la ma-
tanto, que la.centralidad d~ los r~sgos cordialidad y yor o menor tipicidad de un determinado rasgo, no su simple
frialdad en la lista de Asch se debla a que se correlacio- presencia o ausencia. Por eso, como ya se indicó más arri-
naban con varias de las cualidades incluidas en la lista, ha, el modelo prototipico es de orden probabilístico y
pero no con aquellas incluid&s en la Gescripción original acepta que se dan percepciones aparentemente claras en base
de las personas. a un minimo de datos o a datos perceptivos poco claros.
Un modelo más cOl1tempo;ráneo de concebir el lHoceso Cuando percibo a alguien como "un conductor de bus muy
perceptivo es el de las.~nstancias modélicas o prototlpi- amable" estoy utilizando dos categorías perceptivas: "con-
caso La idea central co~siste en afirmar que la inclusi6n ductor de bus" y "persona amable". Resulta sencillo detE'r-
de un objeto en una categorió perceptlva se determina por minar perceptivamente si alguien es conductor de buses cuan-
su pareci~o cen instancias conocidas de esa categoría. Ca- do se ve a la persona en el desempeño de la tarea; resulta
da objeto nuevo se compara con un conjunto de rasgos prot.o- más difícil llegar a la percepción de que se trata de una
tlpicos que representan la categorla. no tanto en forma ',ri- persona amable. En ello, hay una serie de factores (cómo
tica de todo e nada ( o tiene todos los rasgos o no perte- habla, cómo se dirige a la gente, el cuidado que pone al
nece a esa catego~'ia), sino en un continuo 03" ti1'icidad. conducir el vehiculo, dónde se detiene, cómo atiende las
Los prototipos perceptivos se han definido de tres maneras: preguntas o pedidos de los pasajeros) que lleva con mayor
(1) como un valor promedio de las caracteristicas rundamen' o menor prontitud, con mayor o menor claridad, a percibir
tales de un objeto estimulante; (2) como un modelo ...epre- al conductor como una persona amable. Puede haber ciertos
sentativo de la categoria; y (3) como un conjunto ?bstracto rasgos (por ejemplo, cómo entrega el vuelto del pasaje o
de caracterisT.icas generalmente asociadas con los ",iembros cómo pide a la gente que se desplace hacia la parte de
de una categoria, dentro Gel cual cada característica 'lene atrás del bus) que son considerados cruciales en la apari-
una particular importancia (e centralidad) segOn su gr~do ción de la categoría "persona amable" u otra' distinta aun-
de asociaci6n cen la categoria (ver Cantor. 1981, páC· 27). que equivalente ("persona descortl!s", "persona poco educa-
Seglín Cantor y Miscnei (1979), el que un. pers'Hl8 sea da").
percibidll 'con U!la dete minada cat.egoría óepe¡;óe f'JIldamental- Es claro que el proceso de percepción no depende líni-
mente de tres factores: (a) eA número üe at,.-ihuto~ consi.s- camente del objeto percibido. En general, se puede afirmar
tentes con esa categorla que posee la persona; It1 ero qu~ que la determinación de cuál sea la categorla perceptiva
medida eso~ atribut02 dominan la configuración total; y

~~~.:2:~~~~~~:':;:'¡'¡Iii¡'¡¡¡'¡¡iliW"~líIíiiílii;"_-----------------------------
.
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, - 289

- 288
ia po:iiJ:!e rPf¡f·frtli7.acd;n <:;cfi:1];tt1" rnr el "t.'fe\"-
mlís apropiada en un momento concreto depende sobre todo de
tres factores: el contexto, el ioteris Y la experiencia del
1(1 del 11.110" o 1::: 3rolicCi
qu€: l"
i6n tiC" div':'rso~. r:l~l;.O
..'
tt·;,.;ría d(, ;(1. ':person:11iu3d irr.plirit.:t" del
il1~iviuuo l~ 1 dr¡~en a considerar como l~~:ldos.
perceptor.
La expür ienc j n P'IC., haherle llevado a uno. por
(1) El contexto en que se encuentT3 el obj~tn ~e lo
ejemploJ 3 1.1 r Hcll1si6n Je que cuanuo un t0IHll1(-
percepciÓn condiciona la forma COhO se le perej··
t..". d<: buses ","ran,. y frena con gran brusqli€'dJd
be. No es 10 mismo '.'er a un conduct{)l de hus en
tlenle 3 !cr brusc ~ambién en el ~rato con la
la maftana qu P elt la tarde, cuando ya st5 c3ns.)10
geHte o 3 prestar poca atenci6n a los reclamos ,.
por vaTia~ horas de tV3hajo; verle conduciendo en
necesidades de los pasajeros.
:nedio de un 'Pesado tr:íflCO Y C.OJi el bus ¡ 1 ., ..... de
pa~ajeros, que ~O~ el l~s casi ~~cto e~ we~; de ~¡uyfrecu<:ln t'i'mente, los da tos percept i vos que rec i b j -
'Una colonia res-ide:lc'')l; y, l",0r Sl.puesto, n(l \: ... mos de las demlís personas parecen contradictorios con la •
lo mismo •
an el de~¿mpcfic de su tarea,
pelcibirlc categorlas perceptivas que les hemos aplicado con anteriu-
que cuando está descansa.nda o -uando no se '3.lOJ~n­ idad. En esos casos, se produce la "duda percepti ,r:., " • la
ra en servicio. percepci6n inestable o imprecisa sobre el objeto. El con- "
ductor que me ha saludado con gran amabilidad al subirme ~l
(1.) El ioteré especSfico de la p~,s)na que percibe,
bus y que me h~ dado con gran paciencia el cambio de mi.4 oa·
sus expectattvas respecto a~ objeto, in'luyen en
saje, frena y acelera con ena desconsiderada brusquedad ~
la c3teg~r!a reTc~ptiva que parecerá mJs aprnpio-
va haciendo fuertes exclamaciones contra todo y contra too
da. En distil!to ~ubirse 3 un ~·us ) p~r~ibir a su
dos. ¿C6mo resolver esta contradicci6n informativa y com-
conductor cuando U~0 est~ con p"is~ por Jjogar al
paginar mi anterior aplicaci6n al conductor de la categoría
traba:!o a tíelr.po Q.ua cü3ndo lo que 5e pl·ett..nde eoo;
perceptiva "persona muy amable" con los presentes datos de
dar un s i1Dple p,,"sell por la ciudad. En "" case..
" persona muy b rusca" y "persona desconsiderada y violen-
la~ exigencias e jetivas d~ 1~ sit'J~ci6~ Gohre ~l
ta"? Los autores han propuesto tres "métodos" diferentes
cO!iduct.o Ile ir de:::}Klcio o recoger a todo 01 l.iun-
de resolver las impresiones perceptivas contradictorias; el
do pueden paTee t al individuo nU~il .c~lc:a de ::on-
relacional, el del descuento y el de la combinaci6n lineal.
sideraci6nttJ m~'?i?t·r3.~ p'ue ~u~ndo se -'-.. S\1~ ¿i'i a
put;den 11e~/a~ a ivz. Xl" a":. coad... .lctol· 1_'lT'¡::¡ n jn p~-\" El método relacional supone la modificaci6n de la in-
!tona ¡r.vr ·Bt.:c:.<1t ..... ("'~:~i: .lOS ptl';ojnr:::'~' formación contradictoria o la modificación o cambio de la
, ,
• J
Le. .... 'Vl'('\·rit~~ ~~ 91 ....
~ ..,~ ; . r
r .; sr., d.e_ ;ilrlC.
"
, categorta perceptiva aplicada a fin de integrar la nueva in-
formación con la ya existente. El experimento de Asch pa-
ti. tK de '::.0 ~ -=?, ,', ~ ._ :'un .~ ¡- CP" .. 'lÍt.;
. rece indicar que las personas dan sentido a un determinado
:-i ' .. caT."· e ' Fl ,,',' • l"J'·"r·' 'le' "t. '.'
0, .... ,,,,,. 0.\ ..' .... \ér
.'.-
-290 -291
dintel telliporaí. el efecto de priJrlHCia afirma que l:¡~ pri-
rasgo de la personalidad seg6n el conjunto oe los demás mer¿ts impresiones que nos formamos de alguien defilen el
rasgos atribuidos a la persona descrita. El mismo rasgo, ~l::'i'r:O o contexto ~n que se interpretará cualquier otra in-
por ejemplo, la seriedad de carácter, puede ser percibido forl1l::J.cióll que nos venga de o;;"losa misma persona. En este sen-
de distinta manera 'si se trata de una persona cordia~ que tldo, lo ~Indamental seria 1~ primera percerci6n q~e se
si se trata de una persona fría; en un caso, la seriedad tiene de los demás y elJa determinarla lo que despu~, se
puede ser pe;cibida como confiabilidad, estabilidad, mien- rlcscontar§. E: enfasis que se suele dar a la propia prr-
tras que en el otro puede ser captada como distanciamiento, !cotación y atuendo, , la i~agen que se presenta de uno
formalismo, aburridora pesadez. Por tanto, una informa- IOislOo en In vida social, parece confirmar intuitivamente la
ci6n discordante puede captarse con sentido dis~into seg6n importancia primordial del efecto de primacla. El efecto
la categoría perceptiva ya aplicada: la brusquedad del con- de la inmediatez temporal afirma, por el contrario, que la
ductor será interpretada d~ diferente forma si ya lo perci- percepci6n de una persona está determinada en buena medida
bl como un hombre amable que si lo percibí como un descor- por la informaci6n más reciente que sobre ella recibimos.
tés. Ahora bien, es posible que la nueva informaci6n me Es bien sabido que con frecuencia las primeras impresiones
lleve a cambiar la categoría perceptiva ya aplicada; puedo sobre las personas no duran mucho y que incluso algunas de
así empezar a percibir al conductor como irascible, amable las personas que más queremos o apreciamos, en un primer
con las personas cuando está tranquilo, descortés cuando se momento nos parecieron soberbias, antipáticas o repelentes.
pone tenso. El descuento perceptivo dependería entonces de la 6ltima
El segundo método de resolver informaci6n perceptiva percepci6n tenida sohre la persona. Ahora bien, si lo que
contradictoria consiste, sencillamente, en ignorarla. En cuenta no son los mecanismos formales de la percepción. si-
esto consiste el método del descuento: se descartan aque- no el sentido de la informaci6n recibida sobre las otras
llos datos que contradicen la percepci6n.que se tiene de personas, el descuento se ubicarla más en factores ajenos
otra persona y s610 se toman en cuenta aquellos datos con- a la percepci6n, sean de orden personal, como afirm6 Freud,
cordantes con la categorizaci6n utilizada. El fen6meno del o sean de orden social, lo que constituye nuestro punto de
descuento patentiza el carácter selectivo de la percepci6n vista (Martín-Bar6, 1972, págs. 121-140).
y pone de manifiesto que no se trata de un proceso mecánico El tercer método para resolver informaci6n perceptiva
o pasivo. contradictoria es el de la combinaci6n lineal: la nueva
No hay acuerdo sobre qué factores son má~ importantes informaciÓn se incorpora a la informaci6n existente u obli-
en la 5elecci6n o descuento perceptivo. Algunos autores ga a quitar informaci6n previa. La impresi6n perceptiva
apelan a mecanismos formales, mientras que otros subrayan final que se tiene sobre la persona dependerá de ese proce-
los elementos del contenido o de la signific>lci<ll,. En ·10 so combinatorio. Se discute si la percepci6n final·lograda
que respecta a los mecanismos formales, se ~isc~te la impor- por combinaci6n de datos constituye una simple suma y res'
tancia de los llamados efecto de primacía y. ef0cto de inme-

Di 9 ita liza d o e n Uni versidad Centroamericana "~o s i ~Iliellñlileiiiils'.'


é § _
-----.

-292 -293

ta, o mis bien un promedio de los datos incorporados. Que contrndict0:io a nivel de la sola conciencia tiene lb cohe-
se dé uno u otro de los procesos puede llevar a una dife- ~ncia de las con 4 radlcciones sociales, donde -1 beneficio
rente comprensi6n de la percepci6n y sus consecuencias.Por J'ui'tir.ul.)r pa~a com ~:ene.ticio unlvelsol y el bien moral

ejemplo, es distinta la predicci6n a que se llega si el da- r·edicul!O a ~iVf] Je valores se convierte en su nega~i6n
to de la brusq~edad del conductor de bus es sumado al de su r "1ical R lliv('l d~ tleches y '1~ciol1es concretas. Las pel"SO-
amabilidad o si es m's bien promediado: en el primer caso .... 'l~ acep r :JrJo5 las ccntrndiccjonE"'~; en la medida en que ncso-

puede llegar a la percepci6n de un individuo voluble (ama- ~J".' misfo"'s S""")< producto y parte de ellas.
Corno ha es-
ble y brusco), en el segundo a la percepci6n de una perso- crito R. Di MaTee, en una sociedad basada en la explota-
na no excesivamente amable. En general, parece que el peso c!1i;; del. hombre por el hombre, el cuerpo humano "se con _
emplrico se inclina a la visi6n del promedio, teniendo en vierte en la sede natural de las contradicciones sociales"
cuenta el diferente peso p importancia que los datos pueden (citado por Berlinguer, 1972, pfig. 25), proceso al que no
tener a la hora de detetminar la categorizaci6n perceptiva escapa ~l funcionamiento psíquico en su sentido m's amplio.
final. A pesar de que el modelo categorial de la percepci6n
Los tres modelos acerca de c6mo resolver perceptivamen- goza de una gran popularidad científica entre los psic6lo-
te datos contradictorios presuponen que el ser humano nece- gos, sobre todo en los E5tados Unidos, y a pesar de que
sita percibir la realidad en forma consistente y que las existe una gran cantidad de investigaciones empíricas que
incoherencias tienden a ser resueltas o eliminadas. Este parecen confirm2T su validez, :'0 c3i~e duda de que el mode-
presupuesto, magnificado por Leo Festinger (1957) en su lo presenta serias limitaciones. Quizá la crítica más
teorla sobr~ la "disonancia cognoscitiva'~ parece tomar Je- fuerte al enfoque categorial de la percepci6n se haya for-
masiado en serio'la concepci6n del ser humano como un ani- mulado desde un modelo alternativo: el modelo eco16gico de
mal racional. En su contra, la experiencia cotidiana nos la percepci6n tal como lo elabor6 James J. Gibson (l966).
ensena que las personas podemos vivir con muchas 'nconsi.- Segan Gibson, lo fundamental en la percepci6n no es tanto
tencias y que aceptamos elementos incoherentes y aun co~­ su elaboraci6n o procesamiento subjetivo cuanto su adecua-
tradictorios tanto en nuestra percepci6n como en otros pla- ci6n objetivn. Segan Gibson, el individuo enfrenta la ne-
nos de nuestra realidad psicosocial. Freud reconociG este cesidad fundamental de adaptarse a su medio ambiente y, más
hecho remitiéndolo a la·dualided de concienc.u e incons- específicamente, a su particular nicho eco16gico. Esta ne-
ciente; pero probablemente haya que llegar & i~ cc~clusi6n cesidad plantea exigencias muy concretas que el individuo
de que las personas podemos aceptar las contTadic~iones a debe captar y enfrentar. Así, lo esencial de la percepci6n
nivel de la misma conciencia, sin que ello ::.)s o;"'".He in- consistiría en c6mo capta el individuo que tiene que ha-
quietud, disonancia (en su aspecto motivaciona~) ni males- cer aquellas cosas que necesita realizar.
tar pslquico alguno. Y es que aquello <¡ •• e cpo.r.ece como Segan Reuben M. Baron (1980), el enfoque eco16gico de

I
-295
-294
diciona a su vez 10 que percibimos y podemos percibir. La
Gibson tiene tres importantes consecuencias con respecto al acción determina aquellas modificaciones que se van produ-
conocimiento social en las cuales se aparta del modelo ca- ciendo en el meJi0 ambic'lte,lo que permite captar sus pro-
tegorial: (1) enfatiza la importancia de los contenidos de piedades. As! mismo, la acción permite explorar l~ reali-
las percepciones más que las_ estructuras internas de la dad desde diversas perspectivas, todo lo cual influye en la
percepciÓn; (2) pone de relieve la relación intrinseca en- lnformación disponi'>le para la percepción. "Finalmente,las
tre percepción y acción; y (3) enfatiza el carácter esen- acciones no sólo nos suministran el có~ de la perc('pción
cialmente verldico del conocimiento perceptivo. di recta, sin:> que ta.nbién especifican el contenido o el qué
En primer lugar, "desde la perspectiva ecológica, la de la percepción. El nivel de significado perceptivo se
idea del procesamiento, incluso tomado como metáfora, no es centra en la captación de información respecto a qué tipos
aceptable ya que pone la razÓn de ser de las actividades de acción son posibles a un determinado organismo en una
situación particular" (Baron, 1980,pág. 596).
epistémicas en el cÓmo y-nó en el qué de la información"
(Baron, 1980, pág. 593): Por el contrario, el problema En tercer lugar, el enfoque ecológico llega a la con-
crucial del conocimiento· es captar la información verdade- clusión de que la percepción tiende al error mucho menos de
ra, lo que en principio podria realizarse sin la mediación lo que se suele suponer y que, en lo fundamental, es un
causal de estructuras cognoscitivas internas (esquemas o sistema veraz. Lo que sucede es que, dada la esencial vin-
prototipos). Evidentemente, la experiencia cotidiana nos culación entre percepción y acci6n, muchos de los errores
muestra que ciertas personas aciertan en su percepción de perceptivos !10 son m5s que limitaciones i~puestas a la p('r-
determinados acontecimientos y se orientan en furma adecua- - cepción por la imposibilidad de actuar sobre el objeto a
da frente a ellos, aunque no los capten en su significación fin de obtener el significado adecuado de una información_
profunda (con el esquema "ideal"). A veces llamamos "in- Se trataría, por tanto, de percepciones suministradoras de
tuiciÓn" a esa percepciÓn inmediata que tiene el ¡'':ln:bre contenidos parciales más que de contenidos falsos.-
sencillo, el campesino o el trabajador manual, y que le La critica del modelo ecol6gico no invalida la ~.tali­
lleva a recelar frente a determinadas personas o propu~stas dad 1e los planteamientos del enfoque categorial, pero lla-
sin que pueda argumentar por qué, o explicitar la cat,goria ma la atenciÓn sobre sus limitaciones y cuestiona allunas
adecuada del conocimiento adquirido. Podria o~cirse ~ue, de sus pretensiones más extremas. Quizá el aspecto_más
en casos asl, hay una in-formaci6n verdadera) ,11.a COl-recta significativo sea el llamado a un realismo co«noscitivo. El
adaptaciÓn aunque no haya una categorla cot~loscit ''la que enfoque categorial, como en general los modelos co¡nosciti-
la canalice formalmente. vos hoy dominantes en la corriente central de la psicologia
El segundo punto que enfatiza el modelo ecold~ico es la social, asume una postura fuertemente subjetiva y formalis-
estrecha relaciÓn entre percepción yacci6n La percepción ta: los fenÓmenos son explicados a partir de procesos in-
que tenemos condiciona nuestra acción y 10 qu n hacemos con-

Dig i la Iizad o en Un ivers idad Centroamericana" J O§ é § inrt.ir1il2I1ñílj2í1is'.' _


·._._--
-296 -297

ternos a los individuos, aunque esos procesos est~n rela- formas de conocer asl como a aquellos . .
conoclmlentos,explí_
cionados con factores situacionales o externos. En, defini- citos ~ implícitos, exigidos por el sector dominante de ca-
tiva 10 que cuenta' es c6mo conocen, sienten y quieren los da SOCiedad a sus miembros como requisito de supervivencia
individuos, más que aquello que en una determinada situa- o adaptaci6n. Así, la socializaci6n buscaría transmitir
ci6n se puede conocer, sentir y querer. El modelo ecol6gi- al individuo ese mínimo de conciencia posible sin el cual
cO,a pesar de sus limitaciones neodarwinistas, aporta el no p~dría subsistir en ese grupo o sociedad, pero .arcaría
realismo de su ~nfasis en las condiciones objetivas del me- tamb~én el ~áximo de conciencia posible a .fin de lograr su
dio ambiente, en el carácter exigitivo y limitante del ni- propia pervlvencia y reproducci6n.
cho propio de cada especie viviente. Ahora bien, no cabe
2.3. La percepci6n de actos.
duda de que el "nicho humano" es sobre todo de carácter so-
cial, 10 que lleva a la'c~nsecuencia de que los principales
• Los acontecimientos de Watergate que culminaron en
determinantes de la existencia humana no son tanto las con- 1974 con la renuncia de Richard Nixon a la presidencia de
diciones materiales de )a naturaleza ~la forma como las los Estados Unidos sirvieron para desenmascarar en un caso
sociedades enfrentan y se organizan con respecto a esas
concreto la careta ideo16gica del discurso con que se sue-
condiciones. En otras palabras, son las estructuras y es· len encubrir los actos de quienes d"tentan el poder. El
quemas sociales los que determinan en buena medida no 5610
Presidente Nixon y sus colaboradores habian sido' artlficns
c6mo se percibe (formalidad de la percepci6n) sine tamhi~1 de . .
eSpiOnaje y encubrimiento. Al norteamericano medio le
qué se percibe (el contenido de la pcrcep~i6n). cos~6 aceptar no s6lo que el primer ciudadano de su pars
En el Capítulo 3 aludíamos al máximo de conciencio po- hubiera estado involucrado en actos delincuenciales más
sible que las personas de una determinada clase social pue- propios de raterillos a sueldo, sino que se le hubiera men-
den alcanzar con respecto a la realidad en que -j'·.n y a t~do pUblica y sistemáticamente, mes tras mes, y se le hu-
los procesos sociales de los que son consecu~n~ia ¡' porte biera vendido como "interés nacional" lo que no Dasaba de
(págs. 156-157). A partir del modelo e~o::'6,:h.o ,." rillll03 ser un discutible "interés privado". Pero más a~u del
establecer una visi6u complementaria sobrt: ~l WuA' !itO d. juicio ético y polltico que los ~contecimientos de Water-
conciencia posible. Si los Hmites a la ollci~ll~ia de los gate pudieran merecer, ciertos psic6logos sociales se pre-
miembros de un grupo social son cOldici6n nE<"o,:ir:a p. ra g~ntaron hasta qu~ punto era posible que las ,personas tu-
que el grupo pueda subsistir como tal y, por taatG, para Vieran en realidad una visi6n tan radicalmente diferente de
que el grupo sobroviva "en" el individuo, C,,-,1'O aeur que los hechos, sobre todo una percepci6n tan distinta de su
también hey que postular un mínimo de conciencia posible verdadero significado (ver West, Gunn y Chernicky, 1976).
pera que el individuo pueda sobrevivir al inrer,or del gru- LO'que los críticos conceptuaban como actos de carácter ~a­
po. Este mlnimo de conciencia posible alud~ a aquellas ranoide de parte de Nixon y sus colaboradores, ~stos los'

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·299
-298
presupuestos yesos prinCIpIos sean verdaderos o falsos
- -d os por las circunstancias Y
conceptuaban como actos eXlgl de acuerdo a un escrutinio cientrfico; el punto está en
los peligros que se' cernían sobre los Estados Unidos en que esos presupuestos y principios son los que de ~echo
el supuesto de que prosperaran ciertas tendencias ultra- •
guian el comportamiento del ho~bre medio en su vida coti-
izquierdistas en el partido rival (el Partido Demócrata). diana. Como dice Heider (1958), la psicología ingenua
La naturaleza misma del acto -cuya materialidad terminó construye una imagen de la realidad social y es esa imag~n
por quedar al descubierto- adquiría una significación dis- la que gura las acciones. De ahí el énfasis que pone
tinta si se percibía como resultado de las necesidades y Helder en el análisis de la ~ercepci6n como punto de ~ar'
problemas personales de Nixon y sus colaboradores que si tida para la psiCOlogía.
se 10 veía como resultado de las exigencias objetivas de
Al percibir, las personas tratan de encontrar los de-
la situación. terminantes de cada conducta concreta, el porqué de los
El análisis de a~ibución, un enfoque que ha estaao cOMportamientos propios o ajenos. En otras palabras, el
muy de moda en los último- afios, se plantea precisament~ esquema causal juega un papel central en el proceso p~r'
este tipo de problemas. No es que la perccpci6n ~e aC~0S ceptivo. Al percibir, las pe,·sonas dan una respuesta al
constituya un área distinta que el de la percepción de interrogante causal, atribuyendo al actor intenciones,
personas; de hecho no percibimoo a las personas en abstrac- valores o disposiciones personales. Ahora bien, ya Heider
to. sino que percibimos a 135 'Per~onas como seres qu~ 3<::- (1958, págs. 56 Y 112) se preguntaba por qu~ unas veces se
túan, incluso si su acci6n constitiye un es al" pasivo_ atribura la causa de una conducta al sujeto y en otras
Percibimos a un conductor ejecutando su tarea en fOTl"" ocasiones se atribuía a factores ambientales o de la si-
amable o descort~s, no a una persona amable en abstracto tuaci6n. El análisis de atribuci6n pretende comprender
Sin embargo, el análisis de atribuci6n concentra ¡ur iCll' los procesos y factores que llevan a percibir la causa ~e
larmente su foco en 1a percepci6n de las acciones. que los comportamientos en las características del actor o en
su vez será una fuente de info-rmación sobre la "",,'son,. las características de la situaci6n.
que las -realiza. La atribuci6n perceptiva depende de muchos factores.
El análisis de atribuci6n surge de la obr~ de F;itz Ante todo, un factor crucial lo constituye el n6mero ~e
Heider. Seglln Heider (1"9581. las personas HOS guí ,Irnos en causas posibles que quien percibe puede encontrar respec-
la vida cotidiana por 10 que podría ll~marse un~ ~5icolo­ to a un determinado acto. Si vemos a una persona que ca-
gía ingenua o del sentido común. Consciente o i,conscien- mina bajo la amenaza de alguien que le apunta con un ri-
temente, el "hombre de la calle" está aplicando en su per- fle, no nos quedará mucha duda sobre a qué causa atribuir
cepci6n y en su comportamiento unos presupuestos de c6mo su comportamiento, ya que no se capta como plausible más
son las personas Y unos principios sobre c6~~ y por qué causa que la coacci6n violenta. Otro factor importante
act6an de una u otra .anera. El punto no está en que esos

Digitalizado en Universidad Centroamericana "JosÉ §iT~.2I1ñj¡j2íl1s.'ií' _


-300 -301

en la atribución lo constituyen las características pro- En el esquema de Jones y Davis se distinguen dos partes
ias del actor: su edad y sexo, su situaci6n socioecon6- del proceso de atribución: lo" observado y lo inferido. En
:i¿a sus conocimientos y otros elementos ~ersonale"s'd la primera parte está aquello que la persona puede "obser-
var, fundamentalmente la acción y ~us efectos. Así, por
' , , l'd
amabilidad y serV1C1a 1 a d , por ejemplo , pue en
La m1sma " de una ejemplo, al pasar por la calle vemos que un carro veloz,
ser atribuidas a distinta causa cuando prov1en~n b
ersona adinerada que cuando provienen de algu1e~ po. re, conducido por un joven, atropella a una mujer. En la se-
pFinalmente, otro factor de 1m
'portancia en la atr1buc16n m- gunda parte del proceso de atribución se eRCUentra todo
aquello que quien percibe infiere a partir de 10 observado.
es la experiencia previa del acto~ respect~b~l :~t:c~oc~el
La inferencia atribucional se basa sobre todo en las Carac-
portamiento percibido: no es lo m1smo perc1 1~ de cu ta-
ep1'te los ~omportamientos prop10s " se terísticas que se conocen acerca del sujeto de la acci6n
conductor que r " ,
rea bien sabida, que fa acción del joven 1nexperto que observada. Jones y Davis incluyen aquí tanto los conoci-
, un ve h.f cu lo por primera vez.
pone a conduc1r mientos del actor como su capacidad para realizar deter~i­
nado acto. En el ejemplo del atropello, las inferencias
Edward E. Jones y Ke1'th E. Davis (1965) presentan unal que se hicieron se basarían en las características del con-
esquema para mostrar los pasos que sigu~n, las perso~as del ductor del vehículo (el joven) y de la mujer atropellada. A
'
atribuir un comportam1ento a las dispos1c10nes prop1as
partir de ahí se atribuye al actor una determinada inten-
actor (ver Figura 4).
ción de donde se infieren sus disposiciones personales. ~i "
se llegara a la conclusión de que el joven no pretendía
atropellar a la señora (intenci6n) se podña deducir </ue es
FIGURA 4
un alocado o imprudente al circular tan rápido por la ciu-
EL PARADIGMA ACCION-ATRIBUTO
dad, o bien se podría deducir que la se~ora (a qui~n,obvia­
INFERIDO OBSERVADO mente,no se atriburá la intenci6n de ser atropellada) esta-
ba impedida o no respetaba las leyes del tránsito, y el jo-
.- conOCimie~o~":fecto 1 ven conductor no pudo evitar su a"tropello .

Disposición ~t: ."


_I n tenC1ón( /"\ Acción Efect0 :
2
En los estudios realizados sobre el análisis de atri~u­
ci6n, se han encontrado algunos factores que parecen ejer-
L- Capacidal" fecto n cer un influjo importante, al menos en el ámbito sociocul-
tural norteamericano donde se ha desarrollado la mayoría
de estos estudios. Quizá los factores m4s interesantes
Tomado de Jones y Davis, 1965, pág. 222.
sean el status del actor, su rolo papel social y el car~c­
ter del observador.

"
Digitalizado en Universidad Centroamencan':" osé Si
"J ••• • ,~-'-2~ñlií2.S~'~'
J _
-,no>
-302
Otro factor que parece ejercer ,.n importante influjo
El proceso de atribución sobre la causa de los actos en el proceso rt0 atribución es el rol deseMpenado por el
varia sensiblemente segOn el stutus sociu! del actor f el nctor. Cll311dc ~1 ~cto bsel·vaao se adecG~ al rolo i';¡pel
carácter de su acci6n. Como 5e ,r¡~:("5tra en el CU3dro lO,si
oimos 3 una persona aldbando a otra. esta cOllducta 5el'~ a- ~ decir, cl1:lnd C:\' compoTt:~l'liflnto se atiene a las ('xpect:l
tribuida a una cause i~tern~ o ext~ na s~gan e~ stat~s ~e tiv~s socL!es y, por tanto, ~t:: ajusta a las normas rcquc-
la persona qOue realiza la <liaban_a y 1" nersona ahb,lua: oe ; I(l:l~ ~tl l~ sit~13cifn, pl co m !'0rtamiento es cOllside!·ado
acuerdo con el esquema, considerarew.Qs n;'i~ -;jnC'(~!a la J ;1- 'tI! i 1t I.)~ i I)\,.; 1_ . ¡ \ 1 P 10 :plC i..1 persona reíll1'nenll.' e~; I'l,r

banza si el status de quien la expresa es ~Ilperior al de la t ontl"\ITi " s; 1:1 llC1·S0nn act(ja en oC'sacuC'rdo <an ~l: T0].
persona alabada o no necf'sita nad~ de ~l a, !lJientr15 qne si . ;.; ;"H:I)~'" de ~;¡ .. 1"';1"la~ ~o.:¡al"..:: y dI-< (\ qt1 ~c c~rC'r:l th

la peTsona que realiza la til~banz3 ~s de sta~us ~rlfe iur u t ('11 U.13 . .: .. te-rmi.nada sltu~lciún. ese conpo,·tamiento
a alabada, siempre qued~. n sospecha de (I~e ·~S·~ bUSC.10d0 I ;Cl.\.l.\. J el? ~L ~I _05 .iS,losi<... iones p rsonales del
su propio beneficio tItatando de congl':\~:'J"SC con lé cr"-o- I r :•• p r laltc.'. <;;;t:: ]e- cOllsidera ( fll.) muy JnfOTma!ivo tie
na alabada. f.. a atribu,i6n contraria tendTfa lU~¡-:'i cua1~":I) ll. ri ' ;." :a pé",.~.~)n:~ rcallnel1t- e::- ("el' . . n: es, ;1¿¡vi~ )' Get~en,

observamos a una persona p ~g~ndose a l"ealii..ar algo qu~ Jr. t·lf·t) . •~·i yo 'Jc',do a llll ?lm::lcp· ".\ rl":3l i z··r ~lllas compras, ':
e.s solicitado. {-:ltp..:..e'" I S'J: mlH."stJ ~ atent'"l y obseQuiofiO conmigo, j10"' ,..
\"
0- o la <-Lel ¡';~"):I ..L \I~'~ eSE: '. ;:np.·~ .. drJ
CUADR 10 ,.3j··(I.~ ... ,~. . lc· l:"'~ ~}iC"il 11~ 00 , ppns,:¡r que ec: ;)

j
: it.:!HJO '':''
ATRIBUCION CAl'SPoL y STATUS DEL ACTO!l.
·-0 . _••_
, e:--rl S.l!UPCi(oll. Por c) conlrarlo 1 si el t'fl!pleüdo ,e
1 ATRIBUCJON jlf·o;:fr:¡ ,--.,: .Rt~llt" Y h~~t1. d('s 'octé's C"onmigo,t'2nder,: a p, ,-
CONDUCTA 1--- OO ___
Status elevado Sta tu;:; baje e~it, fllEHifestando verdallero <"trf~rer personal,Y3
i ,,1..1(' Sl·
I Alaba a alguien o algo Causa interna Causa inter- \.lJt' 1'1.""1 61 eSt ·~up r;¡rt~i1do la:- norm3S de su rol, sin<
I• o na v/o ex-
(m§.s sin~ero) '~Ll' ~S~~ .-lr1"¡o~ ¡lndosf~:'I perder el eJ'lpleo.
I~
i tf"rf/3 (menos
1 sincero)

-_o_-
I

:1~t·)l· ~ue parece influlT e el proceso ,le


Se niega a hacer algo Causa externa Causa inter- .~t~ ihucjl)il es el t:al"5.c~er del (1bServ:;ldor: muy i~tinta es
(menos auténtico na (más au-
téntico) la n1"ribu,;ién cU11ld0 10 que se percibe ~s una acci6n propi3
Acepta hacer algo (sumisi6n) Causa interna Causa exter- . u~ cuan·lo io qc ... se perci.be es una acci6n ajena. Edward
(más auténtico) na (menos E. ~.'''es
y Ric~\O ,-d E. /Ilisbett (1972) seiialan que el proceso
auténtico)
l;e atribuci6'l ':t.ius;¡l presenta una serie de diferencias sis-
Adaptado de lelley, 1972. temáticas entre .1 actor y el observador con respecto a un
mismo 'lcto o comportamiento. Como se pu~de ver en el Cua-

Digitalizado en Universidad Centroamericana "JosÉ S


SjmJ..c1íi2IiñIi2.l.'.'- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
"

-305
- 304
lOza la atribuci6n, su
dro 11, cuando es el actor el que rea 1 OJADro 11
ios factores de la
atenci6n est~ especialmente volca d ~ a ATRIBUCI(ll Q\lJSAL DE AC1'OR Y OBSERVAOOR
, '6n que son los que condicionan su desempeño y, por
SltuaCl ,
'ende a atribuir más sus actos a esos facto-
consiguiente, tl
ntrario ie ocurre al espectador, cuya SUJE1t) ATRIBUCION DATOS DISI'(llIBLfS PIa:F.sA.'lIP.m:
res externos, Lo co
atenci6n est~ focal izada en el propio acto y, por consi-
Actor Enfasis en factores Efecto hecho miSJll) atención '1
. te tiende a atribuirlo más frecuentemente a los fac- d.e ~.l sitv.u.. ión. consecuencias ,~les
gUlen , SOn duda esta d1'f erenC1a
' d e- . experiencia
tores personales del actor. l, ,
. mplo con el éX1- Causa historia
be combinarse con otros aspectos; por e J e , , , intenci6n
,1 to o fracaso del acto realizado, con sus efectos PO:1~'V~S anbiente
I o negativos, lo que Jones ,y Davis (1965) llaman ~a s1gn1-
' '6n hed6nica" del'acto para el que lo perClbe. Al Enfasis en factores Efecto hec.'lo misro
flcaC1. 'b . personales del ac- consecuencias
. ' 'actos la persona tenderá a atrl U1rse tor (disposiciones -no experien- atenci6n a
perclblr sus prop10s , .
aquellos actos que intencionalmente ha realizado Y e~ I~S ebservador estables del actor) cia. coq>Orta-
Causa anbiente mento IIli.s-
cuales ha obtenido éxito, mientras que tenderá a atr1buIr IIID
a pesar de su esfuerzo, -no historia
a factores externos los actos que, -no intenci6n
han culminado en el fracaso. De acuerdo con el esquem~ de
Adaptado de Jones y Nisbett, 1972.
Jones Y Nisbett· (1972), para que un espectador pueda enten-
der m~s adecuadamente las causas verdaderas de los compor-
tamientos de una persona, deber~ esforzarse por comprender Esta diferencia sistemática en la atribuci6n postulada por Jones
los aspectos hist6ricos que han conducido a d~term1nada a' - y Nisbett fUe la que trataron de examinar un grupo de psic6logos socia-
ci6n así como la experiencia Y la intenci6n del actor, les (ver West. Qmn y Olernicky, 1976) en el caso de Watergate, De
acuerdo con la hipótesis. cabra esperar que mientras los observadores
atribuirran el c~rtamiento ilegal de Nixon y sus colaboradores a
factores predominantemente personales (disposicionales), como las ca-
racterrsticas paranoides de su personalidad o su gran anbici6n de poder,
los propios actores alu:lirian a causas situacionales, caoo la amenaza
de la izquierda radical, las expectativas despertadas por su gobierno o
la necesidad perentoria de ganar las elecciones, West, Qmn y Cherni-
cky realizaron dos estu:lios experiJllentales. sÍllLl1ando en uno de ellos
1m plan para robar a una c~ publicitaria y en el otro presentando
la descripci6n de alguien que aceptaba o rechazaba participar en el

Digitalizado en Universidad Centroamericana "Jgsé §iTN~2~ñÍií2li§~'~' _


-307
-306
tores de la situaci6n.
obtenidos confirmaron la hipótesis de
robo, Los resultados . t s a los factores El punto de arranque del 1I0delo sobre el lugar ~el con-
d~ n a atribu1r sus ac o .
que los actores ten 1a 1'a que los espectadores, que trol se encuentra en la visi6n del aprendizaje social. Se-
, 1 on más f recuenc
amb1enta e:t:ibu¡rlos a factores personales, Estos tres g6n esta teorla, la posibilidad de que se realice una de -
tend1an a que independientemente del caso terainada conducta en una situaci6n especlfica constituyp.
, ól os concluyeron , . una funci6n de la expectativa que tiene el sujeto' de que
pS1C og 1 causas de los acontec)-
de Watergate, "para comprender as es más im- esa conducta le produzca determinado refuerzo, en esa situa-
d 'r las conductas futuras,
mientos Y para pre eC1 . bielltales que el actor ci6n así callO del valor de ese particular refuerzo para la
der las pres10nes am
portante compren '6n de la rea- persona. Por tanto, entran en juego cuatro variables: la
í 'smo porque es la percepc1
percibe sobre s m1, d r la que determina la conducta, las.expectativas, los refuerzos y las situaciones
la del observa o
1idad del actor y no , Chernicky 1976,pág.244). psico16gicas. Rotter (1966) enfatiza el papel de las ex·
del actor" (West, Gunn Y ,
con du cta " d 1 pectativas respecto a que se realice o no la conducta.
S istemática al atribuir la causa e
Esta diferencia 1 dría Ahora bien, en cada caso las expectativas están determina-
ersonales o situaciona es po
comportamiento a factores P de la personalidad de das, no s6lo por la experiencia del sujeto en situaciones
d la estructura del .is.o tipo, sino también por la experiencia tenida en
estar más integra a a 1 análisis de atribución,
, "d ue lo que supone e otras situaciones si.ilares. El "control externo" consis-
los 1nd1v1 uos q 'ó de los propios
el caso de la percepci n tirá en la percepci6n de que un refuerzo sigue a una ac-
particularmente en , h ber llegado algunos
A esta ConsecuenCia parecen a ción propia, pero no depende de la lIisma acción, sino de la
actos. d ' del aprendizaje SOC1a . 1 al prono-.
psicólogos de la ten enC1a del control del refuer- suerte, la casualidad o el destino, es decir, de factores
'ó sobre el "lugar externos a la persona. El "control interno" consistirá en
ner la concepc1 n , oco castellana, Ju1ian B.Ro-
zo". Con esta expres1ón tan p diverso tipo de compo:'"ta- la percepci6n de que los refuerzos dependen del carácter
tter (1966) pretendía se~a1ar el s segUn crean que las de la propia acción o de l~s características de la "is~a
den observar las persona . persona, es decir, de uno mismo.
miento que pue . a conducta (los re-
. b o malas de su prop1 .
consecuenCias uenas 1 de ellas mismas o de- Rotter elabor6 una escala para medir el. grado en que
. d d n en 10 fundamenta
fuerzos) epen e , de endientes de su voluntad. una persona es "externa'" o "interna" es decir, en qul! medi~
penden de fuerzas externas, ~n d: una persona co~ el lugar da tiende a percibir los refuerzos a sus co.portBllientos
, caso se tratar.a
En el pr1mer , de una persona colla dependiendo de 51 .isll8 o de factores ajenos a su vo-
,,' "en el segundo caso,
del control 1nterno, " Desde la perspectiva luntad (ver Recuadro 16). Esta escala tiene una serie de
d 1 control "externo .
con el lugar' e "interna" tendería li.itaciones, entre otras cosas porque debe co.binar ele-
del análisis de atribuci6n, lafPersonaa sus comportamientos lientos personales y elellentos situacionales, lo que 1. con-
1 i ma los re uerzos .
a atribuirse a s Il s d 1 a atribuirloS a fac- vierte en un instrUllento .uy variab~e segGn cada cultura
lIientras la persona "externa" ten er a

. "J oSé Si rn ea.....c··2liÍñ~2í1§~'~' ~ _


Digitalizado en Universidad Centroamencan\l, ... • ,~
r-
-30"
-308
y situaci6n social. Por otra parte, la escala más utiliza- REQJADRO 16
da en la actualidad ofrece una ~edida general de poco po- LA F..5CALA SOBRE EL aMROL INTI:RNO-EXTERNQ DE ROTrnl
der predictivo para las situaciones concretas, ya que una Este es un cuestionario para encontrar la forma.como algunos su-
predicción más precisa requeriría el que el cuestionario cesos afectan a distintas personas. Cada pregunta se compaRe de dos
tomara en cuenta puntos y situaciones mucho nás específi- plmtos de vista, identificados con las letras ~ y~. Por favor, se-
cas. leccione aquel plUlto de vista (sólo uno) en cadt pre!:ul1ta que co-
La escala de Rotter intenta analizar si la persona se .rresponda mejor a 10 que usted personall!'ente piensa. Escoja aquel
considera autónoma o dependiente a partir de la percpp~ión punto de vista que, en realidad, a usted le parece rn.'is Cierto y no
que tiene de su propio comportamiento. En este sentido,se aquel que usted piensa que deberla escoger e aquel que usted desea-
trata de un proceso atributivo ne ya sobre las causas de la ría que .fuera cierto.
conducta, sino sobre las '.'causas" dé los refuerzos a las l. a. Los niños se meten en problemas porque los padres les castilan
demasiado.
propias conductas y. ~. acuerdo a la visión del aprendiza- b. El problema es que. en su mayoría, los padres son 4emasiai.
je, en este sentido ca~sas también primordiales de las con- blandos con sus niños.
ductas. Hipotéticamente, la persona que tuviera un lugar Z. a. Muchas de las cosas desagradables en la vida de una persona se
deben en parte a la mala suerte.
del control puramente interno percibiría su vida como algo b. La mala suerte de ciertas personas se debe a los errores que
bajo su total poder, mientras que la persona que estuviera han cometido.
en el polo externo de la escala percibiría su vida como so- 3. a. Una de las razones más importantes de que tengamos guerras es
que la gente no se preocupa 10 suficiente por la política.
metida a un hado fatal, ajeno a su poder y querer. Esta- b. Siempre habrá guerras, por más que tratemos de prevenirlas.
ríamos frente a un sentido de total autonomla frente a una 4. a. Al fin y al cabo, la gente obtiene en la vida el respeto que
conciencia de total fatalismo, lo que puede suponer tanto se merece.
b. Desafortunadamente, el valor de un individw pasa con frecuen-
engafto y alienación en un caso como en otro . cia inadvertido, por más que se esfuerce.
• S. a. La idea de que los profesores son injustos es absurda.
Segan un estudio de Barry E. Collins (1974), en el pro-
b. La ooyorla de los estudiantes no se da cuenta de la influencia
ceso de percepción de las personas, las atribuciones causa- que ciertos hechos accidentales tienen en sus calificaciones.
les de los observadores puede diferir en dos dimensiones: 6. a. Sin ciertas condiciones favorables uno no puede llegar a ser
a) la previsibilidad y el orden frente al azar y la impre- un líder eficaz.
b. Las personas capaces que no se han convertido en lideres no
visibilidad, segan se atribuyan las consecuencias de la han aprovechado ~as oportunidades que han tenido.
conducta a regularidades (del ambiente o de la persona) o 7. a. Por más que uno se esfuerce, si~re habrá gente a la que 1ft)
se atribuyan a sucesos imprevistos e imprevisibles; b) la le disgusta.
b. Aquellos que no pueden agradar a otros no saben c6mo llevarse
atribuciÓn de los refuerzos a factores situacionales o a bien con otras personas.
factores de la persona. Segan Collins, la escala de Rotter 8: a. La herencia desenrpella el papel más iJlt>ortante en la determina-
no tiene en cuenta esta distinción, lo que hace'confusas ción de la personalidad de un individuo.
b. Son las experiencias de ma persona las que determinan su
manera de ser.

D ig ila Iizad o e n Un ivers i dad Cen tro~mericana "J 9' é § im"...,í2Wñill2iii1s." _


-310
-311
las categorías de "externo" o"interno", De hecho, Collins
realizó un estudio presentando a 300 estudiantes de la Uni- Tanto el análisis de atribución como ei análisis sobre
versidad de Wisconsin todos los ¡tems oe la escala de Rot- el lugar.del control del refuerzo realizan un notorio des-
ter en forMa de afin'1aciones con las que SI! estaD;:, de plazamiento de los determinismos de .la acción humaRa desde
acuerdo o en desacuerdo segOn ~n formato tipo Lilert. Col- los factores objetivos a los factores subjetivos, sobre to-
lins analizó factorialmente los Tl'sulta,los y, Dllnque enccn- do a la percepción individual. Como resultado, parecería
tró un tema coman en todos les items, halló t3~bién la po- que 10 crucial para la determinación de 10 que las personas
sibilidad de agrupar l3S afirmaciones en cua~ro subescalas hacen no son tanto los refuerzos (segan la. tradición de las
o temas: (1) la creencia en que el mundo es compli ado o teorías del aprendizaje) cuanto la ubicación perceptiva de
sencillo; (2) la creencia en que 1'1 mundo ('s jus o o in- los refuerzos, o no son tanto las fuerzas reales cuanto las
justo; (3) la creencia en que el mundo es predecible o, im- fuerzas intcriorizadas, es decir, en cuanto percibidas. No
e, Y (4) la creerlcia en que el mundo es politlca-
pre deCl'bl' ,e puede negar el influjo que ejerce la captación que las
mente manejable. • personas realizan de su mundo y de su propia actividad en
la determinación de su comportamiento concreto; pero esa es
Recapitulemos brevemente. Nos hemos preguntado por los
s610 una cara y una fase del proceso. La otra cara la
procesos de percepción de los actos, el papel d~ estos pro-
constituye la acción en cuanto directamente dete~inada por
cesos en la vida humana y, desde nuestra perspectiva de
factores que no pasan por el filtro del conocimiento per ..
psicología social, cómo los factores sociales condi~ionan y
ceptivo; la otra fase sería la determinación de la percep-
determinan la percepción. Tanto el análisis de atrIbucIón
ción misma por factores objetivos, tanto de la historia ,le
como el modelo sobre el lugar del control de los refuerzos
la persona como de su contexto social e inmediato.
nos indican el papel crucial que en la configuraci6n del
quehacer de las personas juega la percepci6n y, más en par- Cada situaci6n ofrece unas posibilidades concretas de
ticular, la aplicación de los esquemas causales en la per- acción, y de ello parte indirectamente el miSMO análisis de
cepción de los actos. Sin duda, estos análisis ~lenen el atribución cuando reconoce que la atribución de una cond~c­
valor de que intentan integrar los influjos SOCIales en ta se hace sólo a alguna de aquellas causas que se prese,-
los mismos procesos perceptivos y prestan atenci6n al papel tan como posibles y plausibles. Ahora bien,¿quE es lo qllP
de los factores situacionales en la conformaci6n de la mis- determina primero y fundamentalmente la posibilidad de unas
ma subjetividad. Con todo; estos análisis adolecen de gra- causas sino que esas 'causas aparezcan en realidad como con-
ves defectos, independientemente de su valor empírico, tam- gruentes con la situación objetiva? Cada circunstancia
biEn cuestionable. Dos grandes objeciones se pueden plan- abre unas posibilidades concretas y cierra otras y, en este
tear a estos análisis: su inclinación al subjetivismo y sentido, la percepciÓn arranca de esas posibilidades abi~r'
su vaciamiento formalista de los procesos cognoscitivos. tas por cada circunstancia. Si tomamos, por ejemplo, los
factores seftalados por Collins en la escala del lUlar del

. "T é S j ro;J.. :'a'Wñ~aíllls;" ~ _


Digitalizado en Universidad Cenlroaweflcana . os •• _ ~ ...
-313
- 312

control, veremos que a un campesino salvadoreño no se le se hace. Pero en la determinaci6n de la actividad humana
. abren las más de las veces las posibilidades de ser "inter- no sólo cuenta el que una acción se atribuya.a unos u otros
no", es decir, de captar los refuerzas como dependientes de factore~ o que se relacione de una u otra manera con deter-

su propio comportamiento o voluntad, ya que 11 la realidad minados refuerzos; cuenta y muy primordialmente'cu_!" sea
los frutos d, su acción estln sujetos las mIs de las veces esa acción concreta y cuál su significado social, En ca~a
al arbitrio de una estructura explotadora Y opresiv~. Que situaci6n y circunstancia hist6ricas, la 'estructu,ra social
el campesino salvadoreño piense que el mundo es injusto, determina lo que es bueno y lo que es maio, lo aceptable e
complejo, impredecible e inmanejahle es la consecuenci" ló- inaceptable, 10 exigido y lo prohibido. Prescindir de esa
gica y realista de unos mecanismos sociales ~ue operan en valoraci6n social, del papel determinante que el significa-
un mundo, con independencia Y anterioridad a que 61 los per- do de los contenidos concretos de una acci6n tienen sobre
la realización de la misma acci6n, es abstraer el quehacer
ciba o no.
-" ~....:.""
Decir que la acción es determinada por la percepción
humano de su enraizamiento hist6rico.

tiene su parte de verd;d, pero resulta una expresión amhi- Aqui valdria de nuevo la critica ecológica, con su én-
gua si no se toma conciencia del carácter ideológico de la fasis en la veracidad o falsedad de la percepci6n frente al
percepción misma. Que la acción sea determinada por la énfasis en la forma de los procesos. Más allá de c6~0 se
percepción no quiere decir que la acción dependa sólo de la llegue a tener una determinada percepción, su adecuaci6n o
percepción, ni que cualquier acción sea posible en cada si- inadecuaci6n frente a la realidad. objetiva, su veracidad o
tuaci6n simplemente con cambiar la percepción que .e tie- falsedad eS un elemento crucial en el influjo que pueda te-
ne de ella. Ante una determinada percepción cabe pregun- ner para determinar el compor,tamiento de la persona ,y la
tarse: ¿podria esta persona en esta situación tener una retroalimentaci6n que el acto mismo ofrecerá al individuo.
percepción distinta de los hechos? Como hemos indicado en Que Nixon percibiera sus actos como forzados por las .ci r-
-
el caso del campes1no, en muc h
os casos i t a e s "no.
a respues " cunstancias no quitó para que las circunstancias mismas le
fueran mostrando su engafto y la falsedad de su percepci6n.
La segunda gran objeción que debe presentar el análisis
de atribuci6n y al modelo del lugar del control es una obje- Tanto el análisis de atribuci6n como el ~delo sobre el
ci6n que puede ponerse a ~odo el enfo~ue de psicologia cog- lugar del control de· los refuerzos pueden 'ayudarnos a com-
noscitiva contemporáneo: 'su vaciamiento formalista de los prender ciertos flujos de los procesos perceptivos; pero,to-
procesos psico16gicos (ver Sampson,198l). Pareceria que es- mados en forma acritica, conducen a una subjetivizaci6n de
tos análisis llevan a la conclusi6n de que 10 6nico que im- los procesos psico16gicos y a ignorar el sentido dltimo de
porta es el c6mo de los procesos psicológicos Y no el qué: los determinismos sociales. Hay que examinar el car'c~er
c6mo se piensa y no en que se piensa, c6mo se percibe y ~o ideológico de estos mismoa análisis, que inducen a una com-
que se percibe, c6mo se hace algo y no tanto qué es lo que prensi6n de los procesos psicosociales donde lo que, importa

Di 9 ita liza do e n Un ivers ¡dad Centroamericana "J os é § i ~1IiI2IliPliíeli§ÍI'.' _


- 31 S
-314
3. LA PERCEPCION DE GRUPOS
eS la percepción subjetivista de la realidad más que la .
realidad misma. Al situar en la persona el eje de la actl- 3.1. La categorización grupal.
vidad humana, este tipo de análisis contribuye al enmasca- En la percepción cotidiana de las personas, la$ catego-
ramiento de los determinismos sociales que surgen de un or- rias más frecuentemente usadas son las de tipo grupal. Esta
denamiento histórico concreto de la sociedati y corresponden afirmación puede ser una simple redundancia, ya que toda
a los interes~s de una particular clase social. Así. el categoría supone una agrupación, es deci~, alguna caracte-
nálisis del conocimiento se cierra ideo16gica~entc sobre rística aplicable a varios individuos. Sin embargo, lo que
a . .
• t como efecto de aquellos mismos determlnlsmos que
1
e . . SUJe 0, Se está afiraando es que nuestra percepci6n tiende a. seguir
tendría que analizar Y a los que contribuye a ocultar. las divisiones sociales entre las personas: así, al caminar
por las calles de San Salvador no podemos menos de percibir
de cuando en cuando una persona que sobresale por la blan-
cura de su piel o lo rubio de sus cabellos, y la captamos
como "che le" y,probablellente, como "gringo"; por supuesto,
percibimos a las gentes .como "hombres" o como "mujeres" y
quizá como "c8llpesinos" en contraste con el resto de perso-
nas"urbanas"; más aCUl, si pasamos un retén lIilitar o vemos
cruzar un camión con soldados, percibimos a esas persona;
no calla sillples individuos, sino co"'o "policías" o "solda-
dos", eS decir como miembros 4e un determinado grupo insti-
tucional. Por ell.o, la discriminación perceptiva de lo q',e
caracteriza a un grupo constituye uno de los procesoS fun-
damentales para la adecuada comprensi6n de la percepción
interpersonal y su influjo en el comportamiento de las per-
sonas. Resulta entonces esencial examinar la manera como
los factores sociales. condicionan y determinan los procesos
de discriminación perceptiva y, por consiguiente~ pregun-
tarse en qué·medida las fuerzas e intereses sociales'se
traducen en la diferenciación perceptiva de grupos .
. Es obvio que un grupo coao tal no percibe a otro grupo;
son los miembros de los diversos grupos los que se perciben
entre si. Sin embargo, se puede hablar de percepci6n gru-

. "Jgsé S j ro Q'ÍSJ Ciíl~ñÍiíªlis~'~' _


Digitalizado en Universidad Centroamencana •••••••• _ •••••
-316 -317

pal en la medida en que el que percibe lo hace como miem-


correspondientes a la Unión Soviética y Alemania, aunque
bro de un grupo y, a su vez, percibe a los demás no como
eran de menor tamafio. En otras palabras, el criterio va-
individuos sino como miembros de grupos.
lorativo se anteponía al criterio sensorial, más sencillo
Que al percibir las personas estemos actuando como y evidente. Sólo los nifios de diez y once afias uiilizaron
miembros de un determinado grupo es algo que se sigue lógi- el criterio del tamafio más que el de la preferencia valo-
camente de los procesos de socialización primaria: percibi- rativa en el ordenamiento de los cuadrados.
mos con categorias surgidas y enraizadas en los intereses y
Por otra parte, se ha verificado que hay diferencias
valores de nuestro propio grupo. En este sentido, Henri
claras cuando se percibe a alguien simplemente como un in-
Tajfel (1975) ha insistido en el influjo que los valores o-
dividuo que cuand0 se le percibe como miembro de un ~eter­
perantes tienen en la determinación de las categorias para
minado grupo. Si percibimos a alguien, por ejemplo, como'
la diferenciación perceptiva de los grupos, tanto si esos
"un guardia", tenderemos a ver su comportamiento como si-
valores corrcsponden ~bjetivamente a los intereses de cla-
milar a lo que creemos que normalmente hace u·, guardia y
se como si no. Dicho .dc otra manera, segan Tajfel (1975,
a recordar de él sobre todo aquellas características que
pág. 361) las difcrenciaciones valorativas constituyen qui-
se adecUan a esa imagen.
zás el criterio más importante para asignar una categoría
u otra en la percepción de un determinado grupo. Y las va- Claudia Cohen (citada por Hamilton, 1979) realizó u~
loraciones dependen de la perspectiva e intereses del pro- experimento elaborando dos prototipos con las caracterís-
pio grupo. ticas que comlínmente se atribuyen a una camarera y a lII,a
bibliotecaria. Filmó entonces a una mujer representando
En un interesante experimento, Tajfel y Jahoda (1966)
algunos comportamientos típicos de ambos personajes asl
presentaban a nifios de diversas edades una serie de cuadra-
como otros comportamientos atípicos. Antes de mostrar la
dos plástic~s negros, de tamaBo variable, y les pedían que
pellcula, Cohen decía a las personas que se trataba o de.
identificaran algunos de esos cuadrados para designar la
una camarera o de una bibliotecaria y, tras ver la pelícu-
superficie de varios paises: los Estados Unidos, Francia,
la, les pedla que identificara. en una lista aquellos r.S-
Alemania, la Unión Soviética. Una vez designado el cuadra-
gos que de hecho presentaba la persona fil~ada. Los es-
do correspondiente a cada país, se les pedía que indicaran
pectadores reconocieron con más precisión aquellos'rasgos
sus preferencias. Parecerla que la elecci6n seguiría el
mostrados por la artista que eran congruentes con el pro-
criterio más sencillo, es decir el del tamafio de los cua-
totipo de camarera o de bibliotecaria, segOn lo indicado
drados. Sin embargo, los resultados mostraron que, al com-
parar por parejas los cuadrados negros designados, los ni- antes de ver la película, que los rasgos o comportamientos
incongruentes. En otras palabras, las personas tendlan a
ftos de seis y siete aftas tendían a preferir los cuadrados
correspondientes a los Estados Unidos y Francia sobre los recordar mejor los rasgos que se adecuaban a la imagen que
ya tenlan de lo que debla ser una camarera o una bibliote-
caria, que aquellos que se apartaban de esas imágenes.

Digitalizado en Universidad Centroamericana "Jgsé §iT_~ewñ~elli§~" _


-319
-318

Según David A. Wilder (1981), la conducta de una perso- entre "nosotros" y ltel1o~tI .. Esta diferenciaci6n puede te-
na en cuan ...o nd.embro de :la grupo es considerélita menus in·· ner tal fuerza psicosocial que absorba y asimile al resto
formati~!a sob-re 1u que 13. persona realme tp e:: 'lue 1~ r;Oll- de divisiones grupales.
ducta de una persona pe'l"cioid& como ind.ividliQ. Así mis.,,;.;,
.
La importancia psicosocial de la distinción entre "no-
mientras se tiende a atr~buir a factor~s pprsona\es (dispo- sotros" y "ellos" fue sel\alada ya en 1906 por William G.
SICIones de in persona) la causa de la conducta del indivi- Sumner (ver Recuadro 17). Según Sumner, la diferenciación
Guo,la causa de la couducta oel miembro de tll' grupo .,n entre el propio grupo y el grupo de los de.ls, entre el en-
cuanto tal se atribuye con mis frecuencia a factores pro- dogrupo y el exogrupo, se origina en la lucha por la exis-
pies de la situaci6n. En general, al miembre de un gr.:]Jo tencia_ Como consecuencia de esta división, las ideas,sen-
se le percibe como si fuera y actuara en forma similar.a timientos y conductas se corresponden, y lo que es paz,co~­
los otros miembros de ese'grupo, se le atribuyen sus mismas peración y aprecio hacia el propio grupo, se convierte en
creencias y se recueraB' con más facilidad ia infor~aci6n guerra, agresi6n y desprecio hacia el grupo de los demás.
sobre aquellos comportamientos en que coincide con los ras- Sumner (1906) llam6 etnocentrismo a este slndrome y supuso
gos de los estereotipos existentes. "Puesto que estas di- que se producirla con más fuerza entre aquellos pueblos o
ferencias de grupos se presentan con claridad a varios ni- grupos que tuvieran que competir por los mismos recursos
veles del conocimiento (desde la organizaci6n de la condllc- (ver tambiEn LeYine y Caapbell, 1972).
ta hasta las atribuciones o el cambio de actitudes), cabe
Antoine Oldenforff (1968) hace un anllisis fenomenoJó-
pensar que las diferencias surgen muy temprano en la per-
gico de esa divisi6n entre "nosotros" y "ellos", y ai\ade
cepción personal y ejercen importantes efectos en las res-
un espacio psicosocial intermedio que seria el "se". El
puestas de nivel superior" (Wi:lder, 1981, plg. 224).
"nosotros" se encuentra en la parte central de nuestro mun-
Son muchas las categorizaciones grupales que ~e pueden do,y en El sabemos que podemos mostrarnos abiertamente, nos
establecer, como son muchos y de muy diversa naturaleza .los conocemos unos a otros y captamos a los demls "no s6lo en
grupos a los que pertenece cada persona en nuestras socIe- su individualidad pura, sino sobre la base de'cierto aprio-
dades contemporáneas, sobre todo en el Imbito de las ciuda- ri, dado por la pertenencia a esta esfera" (Oldendorff,
des. La clase social, el sexo, la raza, la nacionalidad, 1968,plg. 101). El "nosotros" surge precisamente frente al
la religión y la ocupación son algunas de las variables mIs no-nosotros, al mundo extral\o del "ellos". El lIundo de
importantes en la diferenciación de los grupos sociales. "ellos" supone todo 10 inhabitual, 10 no comprendido, lo
Pero a 10 largo de todas estas divisiones suele correr un incalculable y, por tanto, tambiEn 10 peligroso, caract~­
tema constante que condiciona en forma radical el comporta- rlsticas que revisten los pertenecientes a ese "ellos", es
miento de las personas: la distinción entre los grupos a decir, los "extral\os". Pero entre el "nosotros" y el "e-
los que se pertenece Y aquellos a los que no se. pertenece , llos" esta el "se": no es e1'aundo que tene.os quienes for-

Digitalizado en Universidad Centroamericana "JosÉ SjwflS S~r~ñ~aíll§jj¡';' _


-320
-321

RECUADRO 17 mamas la comunidad del "nosotros",pero sí el mundo que


compartimos Con otros, allá donde estamos nosotros pero
NOSOTROS FRENTE A ELLOS también están los otros. Aunque el "se" constituye un
~
círculo más amplio que el "nosotros" no t'lene e 1""car~cteT
t

diferente propio del "ellos". El mundo del "se" e; el ""IR-


La concepci6n de "sociedad primitiva" que debel'los for- do donde esperamos que impere el "sentido comlÍn", que no;;
asmos es la de pequeftos grupos esparcidos en un territorio. permite interactuar con los miembros de otros grupos sobre
El tamafto de los grupos es determinado por las condiciones la base de hábitos y rutinas sin necesidad de pertenecer a
de la lucha por la existencia. La organizacj"n interna de un mismo grupo y formar un "nosotros".
cada grupo corresponde a su tamafto. Un grupo de grupos
Cuando, en la vida social, la categorización como "no-
puede tener alguna relaci~n mutua.(parentesco, vecindad,
sotros" y "ellos" empieza a adquirir importancia, se produ-
alianza. matrimonio y,comercio) que les une y les diferen-
ce un r~alineamiento en la ~ercepción de los diversos ~rl­
cia entre sI. AsI sur~e una diferencia entre nosotros, el
pos SOCiales, que a su vez influye en el comportal'liento in-
grupo de nosotros o endogrupo. y todos los demAs, el grupo
terpersonal. De hecho, se ha demostrado que la simple di-
de los otros o .los exogrupos. Los miembros de un grupo de
ferenciación perceptiva entre "nosotros" y "ellos" produce
nosotros est4 en paz. orden. ley, gobierno y laboriosidad
ya un sesgo favorable al propio grupo, aunque l~ diferen-
entre sI. Su relación hacia todos los forAneos o los gru-
ciación no tenga más base que la simple asignaCión" formal
pos de otros es de guerra'y pillaje. a no ser que la hayan
de las personas a un grupo o a otro. F.n otras palabras "a-
modificado mediante acuerdos •••
rece que basta con que se establezca una división entre '""
La relación de caaaradería y paz en el grupo de noso- grupos, para que empiece a pr~ducirse una inclínación a ver
tros y la de hostilidad y guerra hacia los grupos de los y actuar más favorablemente hacia los miembros del propio
demAs son correlativas. La paz interna es causada p~r las grupo, aunque esa actuación ni siquiera beneficie a la per-
exigencias de la guerra con los demAs, ya que la discordia sona (ver P.abbie &Horwitz, 1979; Brewer, 1979; Tajfel,
interna debilita al grupo de nosotros para la guerra .•• 1982) .. Es importante subrayar que este prejuicio percepti-
Etnocentrisao es e~ nombre tEcnico de esta visión de vo haCia el propio grupo no es un resultado mecAnico de la
las cosas en la que el pr~pio grupo constituye el centro división grupal, sino que está mediado por un proceso de
de todo •.1 todos los de.,s son ordenados y calificados con valoración social sobre el propio grupo. Así se entiende
re{erencia a '1... Cada grupo alimenta su propio orgullo que ~n los estudios realizados con niftos sobre sus prefe-
y vanidad. se considera superior. exalta sus propias divi- r~nclas grupales, los niftos más pequeftos de los grupos mar-
nidades y .ira con desprecio a los forAneos. Cada grupo ginados u oprimidos (por ejemplo los negros) tiendan a re-
piensa que sus propia. ~radiciones 'on las. Gnicas buenas. flejar el consenso social sobre el status de los grupos y
Graha. Willia.·Sumner. 1906, pAgs. )2-13.

D ig ila Iizad o e n U o i versidad Ceo troameri caoa .. In é § i T SWIi"wñill2?§.'III' _


-322 pos sirve de base para sustentar el distintivo positivo del
f cias por los exogrupOS propio grupo y asl mejorar la identidad social Dersonal. A
asuman identificaciones y pre eren ; 1 nte
. . - s <le g1'UPOS scc. a me este modelo explicatorio Tajfel lo llama la teorla.
dominantes, mientraS ~ue los nlno .
"C'tl'OCé1ltri ca de preferpnClrt
ll
"C.I.C.", es decir, la teoría de la "categorizacióll.-identi-
integrados asumen la postura . . J9"" "'lne r 1975;
dad-comparación" social.
(v ~r Pushki n ,:' Ven~ss ~
por el er~clogrupo
I I.J. ,

La tercera explicación sobre el preJulclo po~itivo ha-


1981) .
grupo, incluSQ a par- cia el endogrupo afirma que se trata del efecto. de un sim-
La tendencia en favor del propio
iva, hd sido expli- ple mecanismo cognoscitivo. ·Desde el momento en que el me-
tiT de una mlnima diferenciación percep
cultural, C·):1.0 una dio es divid-¡do en dos categorias excluyentes, "nosotros" y
cada de diversas maneras; corro una ~o1"ma
.
búsqueda de ldentl'd a d Y como una s1mple di!cre~Liaci6n cog- "ellos", se tiende a captar aquella información congruente
con esta diferenciación, y la persona se vuelve más sensi-
nosci tiva. ble a lo que confirma su forna de percibir. La discrimina-
. T 'f ~'(1970) la socialización en nuestra
Según Henrl aJ e , . ción comportamental entre grupos seria asl una manera de
más o menos impllclta, que
cultura incluiría una porma, por principio al propio lograr y mantener esa diferenciación cognoscitiva.
, 'í los individuos apoyar
eXlglr a a 'a la investigaclÓn Ninguna de las tres teorlas resulta totalmente satis-
al uier área o circunstanCl .. "
grupo en cu q l ' ó de cuadrados asignados al factoria, aunque la mayorla de los psicólogos se inclina
antes citada sobre la e eCCl n una confirmación de por alguna de las dos últimas (ver Tajfel, 1982). No p]-
área de diversas naciones suppondría , l' __
este punto de vista. Sin' embargo, est~ prlmera, exp 11..a rece IIUY aventurado afirmar que el prejuicio en favor del
'b'do ulterior confirmac1ón empirlca. endogrupo está relacionado con la vinculación del individuo
ción no h a reC1 1 a los grupos y, por tanto, con el hecho evidente de que el
, uesto una segunda explicación un
El mismo Ta)fel ha prop 1979' TaJ'fel lfla2): bien o el lIal del grupo redunda en el bien o el lIal de la
T 'f 1 & Turner , '
tanto más compleja (ver a) e 'n distintivo grupal persona, ya sea en su identidad social ya sea en otros as-
. los grupos necesitan 10gra:m:t:a:t:::rm~embroslograr una pectos. Puede alegarse que en algunos experimentos el pre-
positivo que, a su vez, pe labras las personas JUICI0 en favor del endogrupo se ha dado sin beneficio pa-
a
identidad social positiva. En otras t: de uno'\1 otro grupo; ra las personas, lo que descartaría una explicación pura-
alcanzan una identidad al formar par a los mente hedónica del fenómeno. Sin embargo, tampoco puede
las caracterlsticas distintivas del gr~po : :r~:o~a propia calibrarse el beneficio o perjuicio que se recibe del pro-
án entonces determlnan e
que se pertenece ser . la identidad social positi- pio grupo en la vida cotidiana en un lIarco espacio-temporal
identidad social. Ahora blen, 'ón
p arac1. inaediato; las consecuencias pueden ser duraderas o a me-
s mls de las veces mediante la com
va se a 1 canza la . ió or ~I- diano y largo plazo. Por otro lado, los resultados antes
Por tanto cualquier categor1ZaC n, 11 .
e~tre grupos. establ~zca diferenciación en~re los gru- aencioBados sobre estudios con ni~os pertenecientes a gru-
nll1a que sea, que

" "
Di italizado en Universidad Centroameri
-325
-324
bueno o malo. honesto o deshonesto; el sentido de 10 que
pos socialmente dominados Y que optan por los grupos domi- sucede y de lo que se hace se empieza a entender pri~or­
nantes es índice de 4ue los mecanismos de poder social y el dial y casi exclusivamente a la luz de su asignación a uno
interés personal juega un papel crucial en la determina- de los grupos contendientes ("nosotros" o "ellos"Y"(t1artln-
ción del prejuicio a favor del endogrupo. Baró, 1980. p~g. 278).
Podrla relacionarse e egoc~ntrismo infantil,tal como Relacionado con la dicotomización etnocéntrica de la
10 plantea la teorla de Piaget,'con el ctnoccntrismo en la realidad, se puede producir un curioso fenómeno perceptivo
percepción del adulto. Asi como el nifio en la etapa etn~­ intergrullal que Urie llronfenbrenner (1961) llamó "el efecto
céntrica percibe el mundo desde una perspectiva fija, SUJe- del espejo" y que pone de manifiesto la correlación de sen-
ta a la inmediatez del dato sensorial que él capta, asi el timientos ya sellalada por Sumner. Consiste el "efecto d~l
individuo etnocéntrico capta y valora las realid~des socia- espejo" en que dos grupos contrapuestos tienden a percibir-
les con Y desde las c~~gorias propias de su grupo, desde se con las mismas características, sólo que invertidas,
su "nosotros", constit4.ido en criterio Y medida de todo. Y de modo que ambos grupos descubren en sI las mismas carac-
así como el egocentrismo supone la incapacidad de' descen- terhticas buenas, y descubren en el grupo rival las. misnas
tramiento perceptivo, el etnocentrismo sólo acepta una
• Bronfenbrenner aplicaba este efecto
caracterlsticas malas.
perspectiva, que es la del propio grupo. De ahi la tenden- a la percepción que tenlan entre si norteamericanos y so'
cia etnocéntrica a considerar como natural 10 que es pro- viéticos. P~lph White (1966; ver, también, White.1961)
ducto de una historia, Y a tildar de antinatural, anormal y analizó la percepción que los norteamericanos tenian de los
malo todo lo que, en una u otra forma, se aparta de los ri- nortvietnamitas en el momento álgido de la guerra del Viet-
gidos c~nones de su perspectiva. nam y encontró las siguientes caracterlsticas: (1) los
no~teameTicanos se veían a 51 ~ismos como un grupo valeroso
Al extre~arse la dicotornización en base a las catego-
rías del "nosotros" y "ellos", desaparece el ~rea del "se", e indomable, (2) defensor de los valores de la civilización
el ~mbito del sentidO común donde pueden encontrarse los occidental -la verdad, el bien, la libertado, (3) mientras
diversos grupos de una sociedad sin entrar a formar parte que los miembros del Vietcong eran unos pobres diahlos, in-
de un~ misma comunidad. En otras palabras, al acentuarse morales; adicionalmente, (4) los norteamericanos tendían a
la discriminación entre "nosotros" y "ellos", el resto de ignorar cualquier error propio o cualquier acierto de los
nortvietna~itas, y (5) rechazaban en forma apriórica cual-
las categorizaciones sociales se someten al dictamen pri-
mordial de su identificación u oposición con el propio gru- quier intento por captar la perspectiva del enemigo o por
po. Este fenómeno suele ocurrir en los momentos de agudi- eapatizar con sus anhelos y sufrimientos. José )!iguel Sa-
zación de' los conflictos sociales. Como consecuencia, ~'en lazar y Gerardo ~~rln (1981) examinaron el fenó~eno de la
la captación y definición de la realidad cotidiana ya no iaagen del espejo en las percepciones autuas de e5tudian-
se mira si algo es interesante o aburrido, bello o feo,

Digitalizado en Universidad Centroamericape "JgsÉ §iTns~eWñ~e.§~'~' _


r
- 326 -327

tes universitarios de Colombia y Venezuela, dos paises cuya grupo y en favor de su grupo es coherente con la naturale-
proximidad desellcadena una continua rivalidad, y encontra- za de su identidad personal, construida al interior de $11
ron una confirmación clara sólo con respecto a las imlgenes grupo social. Sobre la base de este enraizamiento·social
evaluativas de ambos grupos. se entiende mejor el carácter de la alienación, cu~ndo el
Como puede "ersc, :",l r'~~C«O el es~C'jo ... on<:.titllv~ ¡!na
individuo conoce, siente y actGa en contra de los intere-
ses objetivos de su clase, en contra de aquellos mismos
exac:e!·haci6i. práctica de a rltcotomlznc~6n "nosotl-O"" ,.
"~llOSl que :lTraSC ~ o as ns d0más (. ... rC(·_\)ria.~ ,C'pnns
elementos que le permitirian crecer y desarrollarse como
t.i.\'as. E~ PP.1Uu 1;;; q" ..iJ "';¡J~tc hulJiela ~;ntJjz do j-, pcr
persona humana.

( pCIJr 1
\.€ ~V "'.OT Vi . '1" .. C", ,,·,l.·lel·,·' '_'0 out . .j.) un.1 .I ... ,~ -
J n •.' "
3.2. Los estereotipos.
:.:cpc.ii)!. e\,.: ¡ .. v'\l :1t~, 1'J'\
,. • 5 '. r-}lo no {'.• ?;-. dec:r 111" Una forma comGn de percepción interpersonal utiliza ca-
jo~ Inlr. ',':J1-::'; y .... 1::::=1 1,J .:J.
1'- ·cep'.16r: de... );0, 01.C' .... ttlVIL,' :--\.I!" ,'.dl ~. 11': ~
tegorias simplificadas, por 10 general cargadas con una bue-
grí:1dc ~ di~~ to r"si Ji J i~ .... ,llás .d l' <lC':' ~~cc.:]p l -md .. t' ..
na dosis emotiva de carácter peyorativo. Entramos a un al-
"e :ti f., ter J. -.f' ~ -n ¡J·..·l·L '¡...tiV:1 l:S .. I~ .... a;~gor!fJ;. <';(J • (.
macén e inmediatamente catalogamos a la persona que nos
atiende como "un turco" u observamos el comportamiento de
siempre t.~~ t o ¡h.;.e LonL.':l'·.""l ... 1 rada 1-;;" :l.dC'ClJH·~1) .... ;1 "(.~ un militar en una fiesta y lo encuadramos en la categorfa
1'\ conocido '/ 1'lo 1..: tllu;'~' ''';Il :'5te cnso !?l1tre ~l Cvl1\, ' (.a- de "chafarote". En uno y otro caso estarnos utilizando rer-
fr,iento d~ n01 tCi11,n.l le' n~;S y ¡iort.vlctnamita:i ,. ';U re~:L ·tiv~ ceptivamente los llamados estereotipos sociales.
percepci6r ~e hecno y pe s0nE •. 3.2.1. El carácter de los estereotipos.
El hecho de 1;:: I'ercp.;)dón d;'c.1t(\micn de gruV y del Etimo16gicamente, el término estereotipo proviene del
prejuicio, peíCe~)tl'JO y c('·r,:'hH·tal:lCnta.i n r3vo'" J prcpj('l griego "stereos", que significa algo SÓlido, duro, y "ti-
grupo $on u.na pruebo más dt'l eJ::-aizami:ln sot:l.·.l'. '1 ;~:5 pos", que significa carácter. Un estereotipo es, por tan-
~er30nas d~
q'Je no ~e ~luede rnrellder nn r~rw. -d[_~ ·ja
y to, un "carácter s61ido". El término fue usado por el
su SeT y su q:whacer 51n 1'-eferirlo U las fuer. -' sC('~Hlí:S pintor francés Didot en 1798 para referirse a los moldes
sob)-e las que surgen )¡' .:-t.6ri('arncnte. La ref.: fenci" socJal. fijos del material que iba a ser reproducido en un proceso
con sus divisiones y sus int I'~seSt est~ imb"¡cad:1 ~asta de impresi6n. La psiquiatría se ha servido del término
en les procesos psico16gicos pi. b~.icos co~o es 1~ percep- "estereotipia" para designar aquella condici6n patolÓgica
ci6n. No cabe, pues, pensar que los intereses J~l grupo de una persona que persiste en repetir el misJ!lO comporta-
social sean ajenos o extríBsecos a la persona: entran a miento o movimiento una y otra vez o que rei tera en for'na
formar parte de ella, condicionando r orientando su conocer. machaco~a las mismas palabras y expresiones.
su sentir y su proceder. Que la per~ona perciha desde su
En 1922, Walter l..ippmann public6 un famoso libro sobre

Digitalizado en Universidad Centroameri "J "


-329
-328
definía como supersticios y vagos, el de los alemanes como
, 'ón pública donde esboraba la concepción de estereo-
la oplnl o 1 h t de mentalidad científica y trabajadores, y el de los judíos
ti o que habría de predominar en psicolog{a SOCla . as a
p como astutos y mercenarios (Katz y ~raly, 1933). ~ichard
rara Lippmann, los estoreo t lpa S son• funda-
O

nue stros d "as


J,. ~ • _
D. Ashmore y Frances K.,Del Boca' (1981, pág. 6) sef\alan que
mentalmente t'imágenes en HuestTi:=.S cabezas" que T!\edjatl~an
el estudio de Katz y Braly suponía que los estereotipos
" Tccpuesta de las personas a su rncdj~ a~biente. Los se-
1a o , t ~nt~'\ eran un fen6meno de naturaleza grupal ligado a los prejui-
' . , O f'.:.acciona¡,\ u¡rec allll.; ~,
res humanos, aflTna Llppr.a~nJ n cios sociales. De esta manera se concebía. al estereotipo
r,. . (~S (Je
los est.l}"u
'
~'n, Tc'di d ,l{. l.xt
.. ,.
TI '0'0
~ - ,'\0 ;' "lnf.i nr('r(e!i~"'\-
o,'
, . como un prejuicio acerca de 'diversos grupos sociales y por
taci6n del 3m}llenti¡ (~'l~. ~n fI·-:yeT
f) :ncno';,~ .:\".:'liG.r1 e5 rn "l.nh:1'
9"2 "fíj'. if)" .,~l r~" {"- tanto. como una visión negativa y deformada de esos grupos.
tl pOY' e 105 .; ~.)ljO::;f: fl ~pp~j.r'n. 1 .. ", .
e • • ., o'Je "precc ..lt ¿L nSl.l Toda esta concepción sobre los estereotipos ha sido
~'~rf5tica pril~::.ipa1. del e$ ,>rdOlJ.PO 1;;:., {\ •
... - ...... - ...··'·.nq.' i"Jl(L";C€rt~c:j' cuestionada recientemente, sohre todo por los psicólogos
ra lGil' es Do'":":;" rO;'!]:. .\~~ r·: .. c..el·~··· .... t
de
~ . . ~ . 11~
,-.t(;c.. d~ 'l"I,tl(.':tcoS sent1.do~ aH\.e3 ne que ~:~ sociales de la corriente cognoscitiva, Se preguntan estos
r~octera 1"0" --
>.

.. .., (.,r .. {.S,l.


Quen a la ínt¿l..lgcI1Cld .. ,(~t;·
psic610gos en qu~ medida el estereotipo constituye un es-
~
quema rígido y negativo para representar a los grupos so-
1 esleTeOt 'po o; (;·.n la Lleflflicl.(;.i ,lti~_:.a
;\s! J puc::, e . . _ . ,.. .. . .... . __ ciales y no una categoría o esquema cognoscitivo co~o cual-
, t:" ". U't" ··O·)l'esentac~·Jil 0(-:' J.1CdlO a.r.
de Lippr:tann con:·!. s J. 1 '.il _.. J ' " l .. . .

'er~ónc' J . r~alJ~ \j u~
quier otro. Evidentemente, si los estereotipos se to~an
bientc, en buena Til{:d.1.ua sl.t;):,etlva \1, • '. . . . ~ •.. '.:,:,
.. .. .. 'f1!o·t"'· apo·l'... JOH
como una fotografía resultan con frecuencia falsos, ya q'Je
.
orIgen °ló·
l ~pCOJ
q"¡'
u· ueu(! . t';c;l'V~'
~
pdl0 lo.. .'
.
. . '19'1' nl{f! 53' Lj,úpJi'~u\n pu-
prácticamente ningún individuo constituye la imagen perfec-
del indi.\'itluo en la socl.e.l~,j ~- --o ~. 'l" . ' .
ta de un estereotipo. Pero tampoco los individuos reflejan
RO
. . 'l°~l!\n'n" de est.::l·potipos: el .lel ag:"-:-)I\or l 01
Q1VCrsOS C ..... l" .... , ... • ".' .
fotográficamente otros esquemas cognoscitivos con que se
, ..!. o S l-ntel o....' c.u'll,;>
tle lo " _ ... ~
r.·~
•• '
(1B; 10:; 1)1~.i.t6cré;.:as :-' el Le

lJS A
les percibe. Por ello, si los estereotipos se toman como
t'i'anjero~. una generalizaci6n cognoscitiva que abstrae ciertos rasg~s,
~. r f.',: ~ !"~a1 '. :~ád{'
El estudio ~lisicc ~obr~ los Csc~Teo~lp~.. la falsedad que se les atribuye quizá ya no resulte ser
en 1932 pcr Da.n'iel Kd.t¡: ~. Xenn':.tht'~·:.l\I, r JiCj·1:. 8 .._. ''l. tal. Otro tanto catrb decir sobre la rigidez del' estereu-
fA"' estudiante~ dc la Ufti"'ersidad de P(::~cai.."',·." qU0 (.al1Tl- tipo; de hecho, la utilización de los estereotipos suele
_le.. . os
caran a diez grupos étnic~~ (ifpTcntes ~O:l 1·" Clnc~ rasg . llevar aparejada la aceptaci6n de excepciones, que a veces
ue les parecieran más representativos sacándolos de una pueden llegar a constituir más de la mitad de los casos de
q 'l ., y-" n ue el
lista de 84 adjetivos. Katz Y oyaly ~onSl,e¡~ "' ~ un determinado grupo. Asr, por ejemplo, podeaos creer en
estereotipo de cada g'rupo estarla compuesto (ley ~quel:os la validez del estereotipo sobre el "turco", y sin embargo
adjetivos que se le asignaran más frecue~temente. AS1, ,por aceptar que haya muchos "turcos" que no respondan a los
ejemplo, a partir de las respuestas de los cien universlta- rasgos incluidos en el estereotipo.
rios concluyeron que el ~stereotipo sobre los negros los

»
Digitalizado en Universidad Centroamenc
. n "T
·330 ---------..:._-"-.---. '.

. REOJAIJID 18
Buena parte de los problemas acerca de la concepción de UNA TAXctDiIA lE lL'6 SIQilIFlCAOOS PSICDlOGIroi DE ''l:.SlIiRBJIIIU'
los estereotipos parece provenir del instrllmento empleado
1. Estereotipo definido no cam mIo, sino CXlIIO: •
por Katz y Braly para su estudio. Siguiendo su modelo ope-
rativo se puede llegar u formular estereotipos sobre diver- 1.1. Una generalizaci6n: .
"Se puede deflnir el estereotipamiento· COIIlO la tendencia R
sos grupos sociales que, en la vida real, nadie utiliza. atribuir características generalizadas y s~lificadas a
Por otro lado, al vincularse los estereotipos ü )os prejui- los grupos de personas en foma de calificativos verbales.
y a actuar hacia los misros de esos grI4lOs en. base a esos
cios grupales y, por lo general, raciales, se eslaria ex- calificativos" (Vinacke, ,1949, plg. 265).
cluyendo del análisis todos lo~ e~tcTevtip05 de car~ ter 1.2. Una categor!a/un concepto:
positivo o se suponcilía i"l:!s (~ ~enos im;) 1 fcit~J¡lC .te Que 1.)~ Se suele pensar que un estereotipo va vinculado a Wla res-
puesta categorial, es decir, que la pertenencia basta para
,-asgo' positiv s q ..lcdéJ ~¡l.n :l1'SOi~]ci s pr.1 - un? (:es t .¡l· d(· evocar el juicio de que la persona corre5¡lOlldi.ente posee too
carácter peyC'ra~ivo. c"Dn. estf" 111 di), por ejC"f11plo el carál~ dos los atributos que pertenecen a esa categoría" (Secord,
1959, pAgo 309).
ter inteligente Y t rat'''l.1 01" atrjbni¿'J ¡i l!'t.; .,i';.:ml11C'i (:1l~
2. Estereotipo definido como una mla generaUzaei6n/categoría/con-
d;;.rIa impregn:tdo po~' el r~s~TO d{" p(?~;}(lfz. falta de !"lex;- cepto, ya que es:
hilidad. 2.1. Incorrectamente aprendido:
"A diferencia de otras generalizaciones .•• los estereotipos
S~gún Asl.more, y :~I BCt •. (191:1), la con"pclór- ")\>, no se basan en una inducci6n a partir de un cmjunto de da·
los estereotipos originalr.::c.J\te pLopue~'!a j1('1~ ~lppi!ian)J :..1.. tos, sino en dichos, T\IIIDres y anécdotas -en pocas palahl-~s,
en una evidencia insuficiente CClll) para justificar la gene-
a5emejaria al woderno concepto d~ ~squ(:3a. ~~ J~cirt) de ralizaci6n" (nineberg, 1951, plg. SOS). .
una estr~Ctura cug ~3~itiva 4uc slrte cu~c .. L~iJrorn en el 2.2. Ima generalizaci6n excesiva:
prucesam' ento de il~.formaci6n sobre un uetermi.naoo t ".1) de " ... un estereotipo es una creencia exagerada asociada con
una categoría"· (Allport, 1958, plg. 187).
objetos. De hecho, tr35 e}.aminar la~ (iv!::'r~-.:15 c1~(i' i..ciont:."
2.3. FactualJEnte incorrecto:
empleodas en psicologfa soci~l SO~Te los e~teTeor:l:'s, "Un estereotipo es una iqlresi6n fija, que corresponde IIUY
Ash;¡10rC y Del BOCd 11e}~3n a in c")n'-lu~i6~ .Jt~ "liJt -1 .a:c:eo poco al hecho que pretende representar, y surge de que los
individuos priJllero definen y luego observan" (Katz 11 Braly,
~e este concepto f'$to.ría ccnstituido por U'i CC l.1 unto .,e
II 1935, p4g. 181).
· UJ· rlT\I};'.,
creencias sobre J')s atri..a.tos p~Ts9na l es ve f"! '~
..... 2.4. Rígido: . .
personas" (Ashmore y Del Bo~a. 1981, pág. 16), indepc~­ ''Estereotipia... es la disposici6n a pensar en categodas d·
gidas" (Adamo et al., 1950, plg. 228).. '.'
dientemente de que esos' a~ributos sean hueoc_ o malos,
verdaderos o ialsos (ver Recuadro 18).
rc-do de AsIan'e Y Del Boca (1981, p4gs. 14-15) • partir de un 81.4-
lisis de BriIllJaa n971).

Digitalizado en UniveJsidad Centroamericana ".Jo "


-33Z -333

3. Z. Z. llodelos teóricos sobre ~ es tereotipos. persona dirige ~.cia el grupo estereotipado aquellas ten-
Los principales modelos sobre los estereotipos son dencias agresivas, más o menos inconscientes, que la.moral
tres: el psicodinámico, el sociocultural Y el cognoscitivo grupal (el superyó) no le permite aplicar a otras personas
(para lo que sigue, ver Ash~ore Y Del ~oca, 1981). A fin o a sí misma. Luego, mediante la proyección, el i~dividuo
de ponderar el valor de estos tres modelos explicativos, atribuye al grupo estereotipado aquellos motivos o inten-
utilizaremos el ejemplo de un estereotipo concreto: el ciones que justifican el que se convierta en blanco del
estereotipo del "pobre". En nuestros paises centroamer"í- estereotipo, es decir, de la'agresi6n vertida en el este-
canos, el pobre es considerado por las personas de los reotipo.
sectores oedio y burgu~s como alguien irresponsable, tanto Una modalidad quizás menos individualista' del 1I!0c\elo
en su vida prsonal ("la paternidad irresponsable") CO;.IO en psicodinámico la ofrece el famoso estudio sobre la'perso-
su trabajo, alguien muy. voluble, que tiende a realizar el nalidad autoritaria (Adorno y otros, 1965). Una de las
menor esfuerzo posi~le y que con frecuencia incurre en vi- características principales de este tipo de personalidad
cios, sobre todo en la bebida. En algunas partes este es- sería un estilo rígido de percibir y pensar, que utiliza
tereotipo de pobre v~ vinculade con el estereotipo de "in- categorías simplistas e inflexibles, y que se expresa prin-
dio", al que se tilda de vago, receloso y traicionero. cipalmente en forma de etnocentrismo: el autoritario esta-
(a) El 'modelo psicodinámico. blece una diferenciaci6n rígida entre endogrupo y exogr"po,
El modelo psicodinámico se apoya en la visión freudia- utiliza imágenes negativas estereotipadas sobre el exogrupo
na del ser humano y concibe al estereotipo con respecto a e imágenes positivas estereotipadas sobre el endogrupo, y
la personalidad de quien lo usa, bien sea con relación a está convencido de que el exogrupo debe someterse a la
sus problemas individuales bien sea con relación a las autoridad y criterio del endogrupo (Adorno y otros, 1965,
exigencias que le impone su medio ambiente. Los estereo- pág. 159).
tipos constituyen el producto de los mecani;;mos de. defensa Aplicando el modelo psicodinámico al estereotipo del
mediante los cuales la persona protege su yo, controla el pobre, podríamos afirmar que la 'mera existencia del pobre
exceso de angustia en su conciencia y asi consigue un equi- desencadena una mala conciencia en los sectores más privi-
librio adaptativo. Por consiguiente, los estereotipos legiados de la sociedad: el pobre representa un cuestiona-
tienen que ser explicad~s en funci6n de las necesidades miento viviente de sus privilegios, de su consumo suntua-
particulares de las personas que los utilizan. rio, así como una potencial amenaza a esa situación. De
Para el modelo psicodinámico, el estereotipo represen- ahí el estereotipo, que defiende y tranquiliza: el pobr"
ta una visión negativa de un determinado grupo, en la cual es. pobre porque se 10 merece. Es un vago, ya que siemp:e
la persona aplica dos mecanismos de defensa: el desplaza- que puede no trabaja. Es un irresponsable, que va dejando
miento y la proyección. t~diante el desplazamiento, la hijos por todas partes, y un vicioso, que se gasta todo lo

" "
Digitalizado en Universidad Cenlr .
-334
-335

que se le da en trago o en comprar cosas innecesarias co- El modelo sociocultural explica el estereotipo del p~_
mo un televisor, en 'lugar de arreglar su vivienda. De bre como parte de lo que se ha llamado "la cultura de la
modo que ya sea por su degeneración moral o por su n~tu­ pobreza" (ver Lewis, 1966; Valentine, 1972). Las condicio-
raleza inferior (Rainwater, 1970), el pobre est~ donde él nes materiales de vida llevan a las personas pobres'a desa-
personalmente merece estar. rrollar determinadas características que forman un esquema
(b) El modelo SOCiOClll tura lo cultural especifico, una subcultura o sistema de valores y
comportamientos tlpicos. Estas características sirven de
Segan este enfoque, los estereotipos constituyen ideas base al estereotipó que al mismo tiempo define y m~ntiene
propias de un determinado grupo o medio cultural y, por al pobre en su pobreza (ver Ryan, 1976). Desde el punto de
consiguiente, son reflejo y expresión de ese ámbito social vista del enfoque sociocultural, el estereotipo tiene su
en el que surgen y progresan. En otras palabr3s, los es- base de verdad en la situación del grupo estereotipado y
tereotipos son parte 00 una cultura o de UJla sl1bcultura. cumple una función social en el grupo que utiliza el este-
Los individuos adquier~n y utilizan los estereotipos de la
reotipo: y aunque se reconozca que las características del
misma manera que adquieren y utilizan otras ideas y valo-
pobre han surgido como efecto de las condiciones sociales y
res, y con ello logran su i~entidad con el grupo y expre-
materiales, el hec~o es que esas características son ya
san su identificaci6n grupal.
parte de los pobres, de su cultura, su estilo de vida, su
El modelo sociocultural asume que todos los ele~entos comportamiento. Una de estas características, la "impoten-
de una cultura cumplen una funci6n. En concreto, los es- cia aprendida" (Seligman, 1975), constituye un mecanismo
tereotipos cumplen en algunos casos una funci6n expresiva que perpetaa precisamente aquellas condiciones que la de-
(la manifestaci6n de las propias características si~ve ce- sencadenan (ver Ardila, 1979). De este modo, el estereoti-
rno una forma de afirmar la propia identidad) y en otros po del pobre refleja' su condición psicosocial pero, al lIi~,­
una función de fortalecimiento de las normas grupales (co- mo tiempo, la justifica, por lo menos desde la perspectiva
mo rechazo a las normas de otros grupos). Segan algunos de aquellos sectores sociales que no sufren la situación
psicólogos sociales, los estereotipos son producto y parte de pobreza.
de la rivalidad entre grupos que compiten por 01enes esca- (c) El modelo cognoscitivo.
sos, como empleos y beneficios (situaciones de ",suma ce-
ro"), al justificar las relaciones de hostilidad', de lu- Para los psicólogos sociales de orientación cognosciti-
cha o de opresión. Eso llevarla, por ejenplo, a que los va, los estereotipos son generalizaciones como c~alqUie~
estereotipos tuvieran m4s fuerza precisamente en las per- otra acerca de un grupo de personas, generalizaciones quo
sonas .4s cercanas y parecidas a las del grupo estereoti- permiten identificar al grupo y distingui~lo de cualquier
pado. otro. El eStereotipo no constituye una reproducci6n foto-
gr'fica'de un individuo, sino una atribuci6n diferencial de

Digitalizado en Universidad Ce t o " "


-337

-336
estereotipos son ilusorias y se deben a la fo~a parcial y
sesgada como se ha adquirido información acerca· del grupo
deterninados rasgos aplicables a tu d o un gru P•~. Esta atri-
buci6n no representa una ~redicci6n del toJo o n~da (o se estereotipado. Por ejemplo, cuando .la info~maci6n disponi-
tien2n todas cstu~ rasgo~ Y ;c es ~3rta dp ~;e g~upo) o no ble se limita a algunos 'individuos aislados o ha s'ido fil-
se íeT,e a1"u :05 de f; lCS )' ya 110 se c:; m:cmbro), si:lv i'lás trada negativamente por el propio grupo.
. - o ," _::C, .~ i)[c!:.n Drob~bilístír:o ;,"1 ~ster("nt.ipo Aplicado al estereotipo del pobre, el modelo cognosci-
t:neh pL'euJ.c ... _v.l (\l;;
IH~a .~ •

. !)1 ;:)l-ub3bil':.J"'~d de ":'lUC un .JetO'!.'¡:'l); ;). Ta~:~"'t se tivo indicaria que hay en ese estereotipo una base de in-
supo:.~· una h • • • • v ~
dé en los e.ie¡lt"ol'OS d~ hn. u~te·1f!1in~<J.(' grJpo) bll1'G ~', c. •.w:o ,1- formaci6n verdadera que ha sido generalizada y en esa afir-
:c p zn3o;; .S)· , I·¡ J ... ?
en E.... t ..;:r:":1.(I~t.... ..... maci6n no se diferenciarla mucho del enfoque sociocultural.
~ •..I d ~lrJ ,,:, ~·:: ... !'c:JtJ.;·o 'l..'" Sin embargo, el enfoque cognoscitivo no mirarla tanto la
funci6n que este estereotipo podrla cumplir al interior de
:.:": t .. ~,' • j ~c:. '
(\ lj',' _...
la sowiedad cuanto la forma como se adquiri6 y procesó la
información en ~l contenida. Así, por ejemplo, podria lle-
gar a la conclusión de que buena parte de los rasgos inclui-
citj~os nOTPI~.~t· )~t~r'ln
dos en el estereotipo del pobre es debida al conocimiento
" ~rrOTes q~c :,. f05 1 0 -e
parcial y limitado que los sectores medios y burgueses tie-
nen de las personas pobres por la falta de contacto Y.por
la filtración interesada de la formaci6n pertinente.
3.2.3. Consecuencias de los estereotipos.
Cualquiera sea la concepción teórica que se tenga sobre
el estereotipo, es innegable que los estereotipos ejercen
un importante influjo en los procesos psi~ológicos. ~qui
nos fijaremos brevemente en tres. efectos de los este~eoti­
pos: su influjo sobre la percepción, sobre la acción y ~o­
1':'5" (A~hll\)r() Y l~C.l tioC~1i 19GI) pdg. 2~). bre la .elloria.
~ o 1'~ "("'Q'n"~:'\s SObl-E.'
David L. (1981) a:l1ma qu. -_.
H~mll'on w ~
general, se puede afirmar que los estereotipos orien-
. d . t
105 g·tUpO~ 'H:pen ell en pa! e de la '::0"'." C(.'jTO ade,., rimos
. . .... ." . tan la percepción de la persona de modo que se capta, se
información sobre e.:;oS ft'upos} Y esto t'vider~ter;:.ej:te se apll- memoriza y se recuerda con _4s facilidad aquel tipo de in-
ca en for~a particular a los estereotipo~. Un estereotipo fo~aci6n que concuerda con el estereotipo que el que no
puedE ser ~ntendido como una corr~leci6n entle l~ ,ertenen- concuerda con 61 (ver Cantor y Mischel, 1977; Hamilton,
cia a un grupo t un d~terminado atributo ~sicc~6gico. Se- 1979; 1981; Snyder, 1981). Una de las consecuencias per-
.t!ún ilamil ton, iítuchas de ltiS correlacione..: C)'I}y'esadas en los

. .d d e t . n"" Tosé Sjmu4LC~"Wñ~í'w.s';' _


Digitalizado en Dmvers, a en roawsr!5íi l . . . . , • . -. . .
-339

-338
la manera como se va,a proceder en la interacci6n con los
stereotipo consiste en que la persona tiende miembros del grupo estereotipado, Y' precisamente esta mane-
ceptivas del e ' t que
a atribuir a disposiciones estables 10~,co~r.0rt~ml:~:::e a
ra de comportarse pueda desencadenar de parte de la, otras
onden a la imagen estereotIpada, mlen.l.S 9UB , _ personas la conducta correspondiente, es decir, la conducta
resp iTcunst~'lciDles aquellOS predicha por el estereotipo, Al orientar la acci6n de
'b l'r 3 factores temporales o c '
atTl u '
~n ole 'a exnec~at1va ~
.e es'c-
• quienes tienen el estereotipo, éste determina su propia
. tos n~e se ar3T t ~
comportamlon , ~ . I

confirmaci6n comportamental en las personas est~reotipad3s


H'Ol.ipo.
, •
l"len,ar d-.. n l
t.]~
~
W()Ju (ver Snyder, 1981).
üe hecho,
d . .: l g-:-:.hh' ".:('~::~Il' 1 Mark P. Zanna ha desarrollado una serie de investiga-
ciones en la que ha podido verificar este influjo de los
estereotipos en el comportamiento de las personas que, a su
vez, ha confirmado las expectativas estereotípic~s. En uno
de estos experimentos, Word, Zanna Y Cooper (1974) examina-
ron las entrevistas realizadas por estudiantes de Princeton
a individuos blancos Y negros que se presentaban a solici-
tar un empleo. De hecho, los entrevistados eran cola~ora­
dores de los investigadores Y observaron un compor~amiento
idéntico. Así se pudo verificar que los entrevistadores,
todos ellos blancos, trataban de distinta manera a los en-
trevistados. Sin conciencia de ello y, ciertamente, sin
mala intenci6n, 10s estudiantes emplea~an un estilo de en-
trevista más negativo con los candidatos negros. En otro
mll.:' que les
experimento, los entrevistadores fueron los colaboradores
la naturalela del esteTe0~ipo
de los investigadores Y emplearon el estilo observado ante-
pia COl firmaci6n perccpt~va.
5610 ~ienden a c~nf\Tm~Tse ~ así riormente en las entrevistas con los negros o con los blan-
Los estel"eotipos no cos. Una película sobre las entrevistas mostrÓ que los
. ~e ci6n sino ~ú~rr tod~ o7icn-
U3rpctu3r3e sesgando l~ p~r p ' . t. del supuesto candidatos entrevistados con el estilo de "entrevista a los
., d 1 neysona- Sl se pa
td....l.do
la Cit:C_.on e as r .,. d ..' y el f,.tu- negros" actuaron en fOTllla l'Iucho menos adecuada a los entr~­
, T~ona nre ecl d

d . ' 3 percE:pción permitE: a .a pe o . .


e q ~ Á • _. pe~-~pci6n ce las vistados con el estilo de "entrevista a los blancos". Por
.0 a' u.i1izar los estereotlpoS en l3 .~~
d . ado t'pO de I..omporta- tanto, los estereotipos raciales condicionan el comporta-
pe~~onIl5 ..-" c!~t~ esperando un eteTm1.n
• , • • Oo'

• f miento en la relaci6n con los miembros de la raza estereo-


.-. ue - su vez reclama, una .o~a '
miento por ",arte de ellas q .. .' .
.
, ' A i el estcreot\pO deteT111lna
de actu~r en quien percibe. s,

"
Digitalizado en Universidad Cenlr
-340
-341
tipada, 10 que puede confirmar la expectativa del estereo-
En los DOmentos de aguda polarización social, cuando
tipo. Estudios semejantes han sido desarrollados por Zanna una sociedad se encuentra prlcticamente escindida entre
respecto a la forma como las personas se presentan en las "nosotros" y "ellos", es presumible que la imagen negativa
relaciones entre sexos diferentes e influyen así en la con- y este.reotipada sobre "ellos" haga que s6lo se capte lo lIa-
firmaci6n comportamental de los rasgos predichos por los lo sobre el grupo rival y lo bueno sobre el propio grupo, y
estereotipos sexuales (ver Zanna y rack, 1975; vonBaeyer, que esta dicotomizaci6n perceptiva contribuya a alimentar
Sherk y Zanna, 1978). el conflicto, confirMando y precipitando l,s peores dispo-
Un tercer influje importante es el qlle ejercen lDS es· siciones y comportamientos en 'la relación de ambos grupos.
tereotipos sobre la memoria. Camo se~al. Ilark Snyd~r 3.2.4. Reflexiones finales.
(1981), este influjo hace que se recuerde sobre todo _que-
lla informaci6n que concu~rda con las características del En la actualidad, los psicólogos sociales están reexa-
estereotipo e incluso "que se reinterpreten los hechos del minando el problema de los estereotipos (ver Rrigham,197l;
pasado dándoles una significaci6n consistente con el este- Ashmore y Del Boca, 1981). Como se puede ver en el Recua-
reotipo actual. El mismo Snyder ha realizado v¡,rios eX,lO- dro 19, la revisión está fuertemente dominada po~ el mode-
rimentos donde se pone de manifiesto este influjo retros- lo cognoscitivo que tiende a despojar al ·estereotipo·de su
pectivo de los estereotipos (ver Snyder y Uranowitz, 1978). connotación peyorativa y a analizarlo coao un esqueaa .~s
Los experimentadores daban a leer a un grupo de individuos en la percepción intergrupal.
la historia detallada de una mujer, Betty K; todos l~ran Ciertamente, es importante que la concepción de este-
la misma historia. Después se informaba a una parte del reotipo pueda incol'porar tanto lo que de distorsionante hay
grupo que Betty vivía como una lesbiana; a otra parte se le en el estereotipo como su base de verdad, y que pueda,in-
decía que llevaba una vida heterosexual y, finalmente, a cluir tanto a los estereotipos negativos corno a los positi-
otra no se le decía nada sobre su estilo de vidp actual. vos. Por ello, el enfoque cognoscitivo aporta una nece;~­
Tras recibir esta informaci6n, los individuos ~cspondían a ria clarificación al mostrar que los estereotipos· "tunc.io-
una serie de preguntas sobre los sucesos que recordaban de nan con los mismos aecanismos que otros esquemas utilizaios
la historia de Betty K o la interpretaci6n que daban a al- en la percepción interpersonal y, por consiguiente, que al-
gunos de esos sucesos. Snyder y Uranowitz comprobaron que gunas de las características que se consideraban exclusivas
las personas recordaban sobre todo aquellos sucesos que me- de los estereotipos (por ejemplo su carácter genérico) son
jor se compaginaban con la imagen que habían recibido como caracterlsticas formales de cualquier otro esq~el!la'. Hasta
información ulterior (el estilo de vida sexual de ijetty K), aqul la verdad y el aporte positivo del aodelo.coanosci.ti-
y que interpretaban diversos sucesos de su vida a la luz vo.
de esa imagen estereotipada.
Sin e.bargo,·hay algo insatisfactorio en esta concep-
ci6n sobre el estereotipo, algo que, en 6ltima instancia,

Digitalizado en Universidad Centroamericana "T "


-342 -343

termina por diluir el sentido psicosocial del estereotipo.


RECUADRO !2. Con su ~nfasis en los mecanismos formales, el modelo cog-
LOS ESTEREOTIPOS noscitivo deshistoriza la realidad de los estereotipos y,
al ignorar el valor de sus contenidos concretos, les ~ui­
Thomas r. Pe~tigrew (198i) ha pToFues~o una síntesis ta su fuerza psicosocial. De hecho, los estereotipos no
y profundización del cone5 to de estereatlpo que plantea son "productos naturales", al menos en la deterlllinaci6n

lt en los siguientes puntos:


1. Los estereotipos se:- runt.lúT\ l1i"fr.t[l
de catcgorizaC16n.
f· .... lo.: procf-3oC;
de los grupos estereotipados y en el car~cter .de los ras-
gos con que se les describe. Los estereotipos son enton-
1 2~ Los este",¡'eot.:pos ~Oll 1T":u~tenid :. po. l'; 'f, ~ \·~dl1('lS, I ces productos de una historia, aun4ue los mecanis~os que
no por UI~ CO!lSenSO ~T~)·]. i los producen sigan las leyes formales del conocimiento
3.. Los es¡'~reoLipos c(':l~ !$lGl~ en coni~mt05 (~¿; r~:~'o:;; I
¡ humano. De ahí lo que de verdadero hay en los otros en-
(Gesta~ten; Y no en Lasgos individujl~s. l·
foques sobre el estereotipo, cuando subrayan su valor
4. L 'S estereot ... pos
"tl,znen
. ~. mer s i V
una ·~tl..1 <;0 OCIo
:- "10nel
t
) ti'.~
i instru~ental para la persona (modelo psicodin~mico) y su
dlmen~i6n evaluat\~5 ..
s. jn:p~i.':~ta~ valor funcional para deterllinado sistema social (enfoque
I
1 Le::; e5tereot1poS sor. teollas sol:p" 1, '"'cr-
son31id~d apJ icada'; a lo' 'Q1embros a~ _ 5 gT~i~~ ~o- sociocul tural).
ciales.

II
!
6. l.es estereotino5 cOJlst,.itu)'~·n correla("l.:mc~ pt.rc.::i... Q.a~ Es indudable que existen imágenes estereotipadas de
elltTe atribut~~ y gl'UpOS ~0L~ ACS. ciertos grupos que tienen carácter positivo y que, por
\
Los estereotipos son'ese~ci~~~entc e~4ueffias.
7.
1 e~ Los esteren .ipos de atur~¡e!a glo~al n ~enu~., se
i tanto, no se puede atribuir sistemáticamente una natur~­
\
I

convierten en sul"tipos más e~peCrflCOS de . . . S·lt'·reO


tipos.
p
i
! .
leza peyorativa al estereotipo. Sin embargo, cabe pre~un-
.
tarse hasta qué punto en algunos casos estos estereotlpos
I .
9. Los estereotipo3 se pueden fusionar cuando ,1 oh5' to
es clas;flc.ado ('.'TI dos caUficativos ¡,rupa "s.
I
I positivos no son sino la expresi6n de relaciones sociales
larvadas de dominaci6n u opresi6n. Ese podría ser, por
10. Los este(e,,~ipos esUn muy influidos por la not' . ¡e" ejemplo, el caso de la imagen estereotipada positiva que
dad del miembro del. grupo Y por la ~stru-:t",." d· la
. situaci6n inlergrupal. el nino negro puede tener del nino blanco (ver Clark y
11. Los estereotipos configuran directamente la inter' Clark, 1947; Pushkin y Veness, 1973), que algunos latill()~
acci6n social. i tienen respecto a los norteamericanos, o que en general
IZ. Los este.eotipos constituyen un c~mp~nent: cr~~ico el oprimido tiene respecto al opresor (ver Fanon, 1963;
de un oroceso mis a~plio de des-indlv~dual\:aclDn de
aquellos a quienes se califica come mlewbr05 de un
I Freire, 1970).

I
gTUpO ext.ano.
La existencia de i_lgenes estereotipadas positivas no
13. Los estereotip05 son muy persisten'.es ~~J.lt" por c,,"sa i debe ocultar el hecho de que la gran _ayorla de los este-
de los mismos pTocesos cognoscitivo$ baslros come por
la amplia confirmaci6n social que reclb~n. reotipos grupales tiene un carlcter predominantemente
Pettigrew, 19U1, págs.' 313-316.
~----------- .

Di~italizado en Universidad Centroamericana "José Simeó Cañas"


-344 -345

peyorativo: negros. o judIos, mujeres o indios, tUTCOS O no pueden entenderse.con su an~lisis simplemente fo~al,
pobres, el ester~otipamiento de un gru.o TBS\llt3 en su aséptico, sino que es necesario vincular sus contenidos
definición social a la luz ,,~ 511$ !'a<go< flás negati-vos, tanto a la realidad que muestran, como a la realidad que
por reale~ que seaH, y ~n 1a jlJstlfiC¡Jci6.-, 1e ~u situa- distorsionan y a la realidad que ocultan, en bendficio
ción hist6r~ca de desvBntaJo mnrrinaci n. ~ersecuci6n de los intereses que dominan una sociedad en cada situa-
si!Ttpie opresi6n .. NI) se ~'led", '10, ~:jl"'tl') .. '1~ .• 1.T (~ ::"'5 .ción histórica concreta.
e~ cTcotipo:; re3.t~S ~i" ~iTl:~'ir~.) ¡ 1" s~t~.a ... i5"" ~oc .~:
~~':l 1 a qu~ snrgen v dO .... ·;.J . e •• : T ,
~ - ...... .

, I

"'''JH,.to oue '1'2 t e"·ín 1i.!:11' UT}l'$ in<f.;c'·es ....... '·"c·:,· 'S ~lrc:nc":;·:i1
. "
do.i,)!" f jU3~ Ifi.('".á!l"~"~ .:l "Ii:.r \l,~' i -: ~ .r:I.·:J~cl

m~l'Cl~l d ... j{Js ,·t~·,!"cos~: ~ la .. ;- .en ... ; .. ,." lf:<::'"'.. or i;-'¡~{

~ lo I1 pti bres ') es \.o' .~ ~r· fl.lto je itn ¡.:TC"f"''"'O ~is _0.:
co, en cU:lnto qu~ t::~os rnsg"~ que sn.elcl'! curri r con .~.
yor frccl\enci~. en los grupos ~ljl·j adqulr.;r\.-'n DO srnt: .) l.\
18 luz de l~ hIs orja c~ncT~ l.

Por .t:'o l:-.do, los (:·,,'::-~r·'?otir\os no st·lo d~l:~ll j·'7.,p,dT

~Je ülslados, en -:-'_!nc5.6" '¿e los ~·:t"·.:s0s ~t"ur,:'\lt:s .1'.:e sub':'


yan, s'ino que deben '1~r.3o:) .Qr:tc P-l.-:'z d~ '.ln~' "'Mot¡-.i. ~r.,,;

cial, donde quizá Jo más Jmportante SC8 las ca.dct€r! i·


ca~ y con~jci0nes ignorodas por el esteT~0tip. LJS :5-
t\:!Teotipo~ ori entan ir. pE':1'(:apciSlt l' ., a ate: \>~1 -o.=: l{:~
miembl~os <Íe los grupo- sOf:i:lles en su inter "c-: i6n., e
esta maneT;.\ pueden cumpj i';, una i1!lpartante funci6n de
desatención selectiva, hac\enáo posibl~ la ignorüncia
sistem~tica de aquellos a;pectos de .\ T'c" iáa. :~::ial
que determinan l¡;'ll caracterIsticas est~l eotip".:bs (ver
Hart1n-Bar6, 1972, plgs. 12~-140). En e~te sentido, a
la luz de la realidad social más alnplip., los estereotipos

Digitalizado en Universidad Centroamericana "José 8jmeéw CHas"


-347
-346

de terratenientes y empresarios privados sal vadore~os ·fue


inmediat~ y de gran violencia. Sorprendidos por la.medi-
da, los propietarios trataron de convencer al gobierno so-
bre la inconveniencia del proyecto entablando un debate
CAPITULO ~EXTO plíblico en términos ideo16gicos. El conflicto puso de Ld-
nifiesto los distintos valores en que unos y otros se ap~­
LAS ACTITUDES: yaban para justificar su diversa actitud"ante la TA. Asl,
SU CONCEPTO rVALO~ el debate sobre la TA puede analizarse como un intento de
parte de gobernantes y propietarios privados por h~er cam-
biar de actitud a sus oponentes (Martin-Bar6, 1977). Un
1. INTROOUCCION. análisis de los documentos publicados durante el debate,
El 29 de junio de. ;976, la Asamblea Legislativa de El permite distinguir en él tras fases. En la primera, el
Salvador dec etaba el ."Primer proyecto de ,"rans!"ormacién gobierno expuso su actitud favorable a la TA como un pri-
Agraria", segOn el cual una de las zonas más productivas mer paso para resolver la injusticia social existente en
del pals seria expropiada para iniciar alll un tfmido plan el pais y como un esfuerzo por salvar el sistema democráti-
de redistribuci6n de la tierra. El proyecto estableci3 co: por su lado, la empresa privada ignor6 sistemáticamen-
que las propiedades en la zona no podian $u~erar la~ >5 te el argumento de la injusticia social y bas6 su actitoi
hectáreas y concedla un poder Jecisivo al Instituto ~elva­ de rechazo a la TA en el supuesto" de que la "estatizaci6,"
dore~o de Transformaci6n Agraria (ISTA) para determinar de las tierras llevaria a la ineficiencia en la producciSn
las formas de expropiaci6n e indemnizaci6n. Sin embargo, y de que la TA constituia una' medida "comunista", opuesta
el proyecto no tenia nada de revolucionario, y el gobierno precisamente al sistema democrático. Unos y otros mante-
del Coronel Mol ina lo 11am6 de "Trans formaci6n ,1 graria" nfan, por tanto, una actitud radicalmente opuesta, al vin-
(TA) consciente de que una "Reforma Agrdria" r<"'1uerla. cam- cular el objeto de la actitud (la TA) con un·valor distin-
bios más profundos que los propuestos (Menjivar y Rulz, to: en un caso, con la necesidad de combatir la inj~sticia
1976). Su objetivo explicito era aUlRe~tar e'. .límllro de social, en el otro con la necesidad de mantener la eficip.n-
propietarios privados y ~ropiciar la reactivaci6n de la cia productiva. Esta distinta perspectiva sobre la TA ha-
economia nacional mediante el desarrollo de un mercado in- cia a unos considerarla como la tabla de salvaci6n para el
terno. En conjunto, el proyecto fue presentado como un sistema democr~tico, y a los otros como un medio para su
"seguro de vida" para el futuro del capitalismo Y de los destrucci6n .
• ismos capitalistas en el pais (Zamora, 1976). . En la segunda fase del debate, el gobierno mantuvo su
A pesar del carActer reformista del proyecto y de los actitud, aunque empez6 a prestar más atenci6n al valor de
planteamientos más que moderados del gobierno, la reacci6n la productividad esgrimido por los propietarios; por su

Digitalizado en Universidad Centro mericana "Jos' "


'3·19
·348

de opcsici6n a la lA
parte. éstos reforzaron su actiLI~ Sería ingenuo pensar que fue el debate pGblico el que
cr~ im:l medida comunis- llev6 a los empresarios y terraten1entes salvadoreños a
insistiendo en el argumento dE: <¡'le
1.1 ÜVl:.JCl~,C~<1 \P •• a '.'ol.ltlt":d pOph 1 aro ne-::,- "doblarle el brazo" al.gobierno e impedir la ejecución
a, op~cs "'D
~ .,~o¡, '1c]\:I;\Oc:'ac ia" y
de ese momento ru.i J prevet·s~ 'lUC L1 del proyecto de TA (A sus órdenes, 1976). De hecho, ya a
• 1 0"'- ,.'\ .-(ue \.;c h::.sarín 1D. partir de la segunda fase del debate, junto a las razones
su rc.la::ióll l. Tf\. se- '1[t"'; plV \..\:" .,;.
CC"l
re oiuci6n ~cl tlrbate. tin la 6¡tl~a IJS~, ~lllbo~ c0n ell- ideológicas los empresarios aplicaron una amplia gama d~
_ .Jl .- .. r ) (¡-:e SU <CC"L1J (;1'.1 lh
(ic":t.s se :::; .. O"'"¿;,l·on 1- 11 ·0\· presiones al gobierno, desde el boicot económi~o hasta nI
que r.. cjor e Ji., • l'{ l~ cns~ d la ¡ clnGcrJcia~ per
T'~e:-.J~, Qo
chantaje y la violencia. Los·partidarios de la TA fueron
jn ji'-~Le:'}q:,t o ....
f L"
m:.tl:.l··: c1 ~ohi~rn0 v l\ió 3 ~Jl a ]Z.~ insultados, hostigados, apaleados o simplemente asesina-
. . 1 1. o S l' l." r ..'.;:1 ( in) i • r 1 ~ t e dos, y junto a una costosa campaña de agresión verbal por
el" ml1HH" id 1 jU~C1Clu S ~,ú •
"h t"". ) i los medios de comunicación, empezaron a aparecer en el
Jif,bcs país los famosos "escuadrones de la muerte" imponiendo la
I'Tiy,da. . r, :';\pld
... 11 1 s t r." tns .. ,. l.o.i
~n1'cptes iunJ_Ton 5~ ;~,·ti\..'..• ~ violencia y el terror. Ya fuera por los argulne·ntos ideo-
d~~ (\s emI':'?::iar \.n.;, f I
lógicos, ya fuera por las presiones materiales, el hecho
te~ ~\..~
cul.,in6 e n 1""
l~eS~:i r:'eslJu :) ~I:... prv;\ll" lP, es ~ue el gobierno tuvo que dar marcha atrás y suprimir
abrog~ci6n de la 'r~ apen:. .i t r?S
do c}. Proy . . c ... '. el proyecto de TA. Ahora bien, ¿cambió realmente la acti-
tud de quienes desde el gobierno habían propiciado la TA?
,,..'"
! 1\.1)' ..... '
o(
La pregunta es importante. ya que muchos psic6logos suelen
argumentar que, para que se produzcan cambios sociales
significativos, deben cambiar antes las actitudes de las
PROfl: l· 1"',\\1 ros personas.
GnuPO 1a.
GOl!lER""
2a. :';:1.ro', la. ~ Tf
LISE Es difícil responder a esta pregunta. De hecho, los
---- ---- -_.----_._.
.20 .71
Corr.un i. ':'ii-o N:lc]onalisn("
l)-·iOO~Tac;'t1 (ConstitlXi6n) .24
.,1 . 29 2\
{l.., .i)3 ,0.\
.19 3 ...., ..
.... ·1
principales involucrados en el proyecto de TA abandonaron
el gobierno tan pronto como se detuvo su ejecución. Po-
.15 .el . 09 .(J . .0;: .23 ., ,17 siblemente, tampoco lo hicieron por convicción, sino co.a
V". untad JOp,úar .15
. 12 . 19 .04 . 14 • ','J .12 .20 resultado de su derrota. Sin embargo, no faltaron quienes
Prcpl ed.,d privada
.IL~ .15 ."13 .18
Prodocti vidad .14 .19 .22 .18 permanecieron en el g9bierno, empezando por el propio pre-
.26 .23 .27 .7.5 .~; .(J- , .02
sidente, Coronel Malina. y aostraron un notorio camb10 ~e
Justicia social
Dis tribuci6n de riqueza .09 .12 .06 . 10 actitud pr4ctica respecto al valor e importancia de la
1.0e 1.00 1.00 1.00 TA. asumiendo el discurso ideológico de los propietario~.
1UI'AL ---'-- Si realmente se produjo o no un cambio de actitud en ellos,
Fuente: Martín-Baró,

Digitalizado en Universidad Centroamericana "José Sil "


-351
-350

f'!S iinposinle afirmal"i.u desde tuera. ~tan imposible como ve- "hsi nao", Las tl!cnias del "lavado cerebial" se·hicieron.
Tiíica'r hasta qu~ punt·' 1:1 ae itl.\d origLHü r-Jl favC'l' de la famosas durante la Guerr~ de Corea, cuando los chin~s tra-
'\ '6 ~"'''''~.,.)-''ent&'' 7"~'ll'-·)·al,.} C"n L.~ 'T)rcnur:c:~U:'1 'r ..os taron de cambiar·la mentalidad de los prisioneros (ver Re-
1 1" quen. .. t"l ............ < _ J . " ' . ~.Io::.... "
I~l" l' HJfl ;;:~:. ' l . j OUI¡qo"lC' ).~• • . jl;]'.:J'a 11d')1l,.h) ... 1,.. l.! . cuadro 20) •. A pesar de lo extremo de la'situaci6n.en que
p(¡bl ico,;,
se aplicaron las tl!cnicas y de los esfuerzos realizados ,
ut. oi'iói;'¿' J n ~ ,~=>T . '

ú(i~ Pi1:::t. 1 e /' los resultados obtenidos fueron m4s que magros: .uy pocos
..:oncflpto
I• .1~t~
, Y SU ~AS
C'I ~~. .'\;1 ':~,<:,;?e
__ u ',:.~ '·.-·.tl.',:.c
v.
i ...~!'~lb¿::.~~.
~
:: .. !'\ prisioneros se plegaron a los cambios ind~cidos y .enos
,"'Oí ... '.t: i',:.'_:'yir PI).
aOn han mantenido la nueva actitud (ver Lifton, 1963:
Schein, Schneier y Barker, 1971).
t ~.

lb .... En Guatemala recientemente se ha producido un hecho


~'
, , '\.;,)U--· i 3l Ct:: ::~.'. t:.'! c"'J.~V, ,¡' (:.

,. •.".G.~\,:ric¿¡:.; rr,1; .•Q'1e .):: r.r~\'· ',r que ha vuelto a poner sobre el tapete la cuesti6n del '111-
jll (.... ~

r'/·(.~:lIj~l.~r ~1,.'~3. if) ·r vado cerebral. El 9 de junio de 1981, el P. Eduardo~Pe­


llecer, un joven jesuita guatemalteco, era violentamente.
1 ':;1..!. te. d secuestrado en plena calle por fuerzas de la policía. Su
detenci6n fue negada por los cuerpos de seguridad basta
. '
a'!-.l COldO .las t'OS !.li.deetie~ de $ (:~.nuj ;, .~.:i·~fw· lil'fl e que al fin compafteros, familiares y amigos lo.dieron por
, ... ro • '-'1·1e~ 0- :'\[.0 "l):" ,,~. i ~~- muerto. Sin e.bargo, el 30 de septiembre, en un verdadero
(.:¡tUtho contempcl i..rt€C u·' ';)'s .... ,), ~ ...
. , . l ' ro ,11 ( ""' ... .,. J.,:,.~', , (. t,·~t1 golpe teatral, el gobierno guatemalteco 'invi t6 a ·una "con-.
1ftoP ,!d. dc~p';lucja Ju.(an'·'~ o'· ,:)eg,·· ..·, "L .... (' •• 1 . . . .

JL todes los t~:..,¡;.~e·I'ZOS \..';":


-" 1 ... $
1"do": J ' "¡·"e,'·'
J Ju ."
, f~l." ; ...'S P'" ferencia de prensa", donde el P. Pellecer, como en los me-
c:\rnbiar la acti tud d~ le . . ti lel'gnes h;lC 1:1 ¡ji tl e:' O.. f\ '. ifIC jores tiempos de Corea, hizo su autoconfesi6n, incri.in6
/lOS, u C01':'l? rtall.iente prác .ico en el ·sen~d10 d:. ,~~o;,er~ a todos aquellos que anteriormente habían sido sus herma-
o.J S€.~Ui1 "ombn l~-""'.O d ,oel' ..,('\$ ~'n"l'S
10'"
'fa ··(;í- \0~1J;
.Io"~
"1 nos y colaboradores, y pidi6 pOblicamente perd6n por ~l
que entonc'1S se l1eg,{') fu€:: que las p(:;r~';I""IÚl .. 50 .. muc~ (; mas mal co.etido con su apostolado sacerdotal en beneficio de
'
rcacirlS":'=l' c~mb 1é'" SU~
,,-,tl' tüJ ",S (-,'un"a r " .r¡: al~c:
... ;';0~)t.. !..udo 1.:
los pobres y oprimidos. Desde entonces, el P.' Pe1lecer ~a
aqnell.D (.1~ más hond~" sig1\ificaci611 scciuj, ti: ~c ~,le S~ sido exhibido por televisi6n y en cuidadosas presentacio-
.1 1 ~"rl"n tlav". a ;,)nclu.l~ r.t\~.·- nes oficiales en diversos países latinoameri~anos, pero en
hablA pensa d o e ~e o que p·.u n ,
tos estudios de laboTutorio, ningOn momento ha sido dejado en libertad ni ha ~odido
abandonar la "protecci6n" de los cuerpos de seguridad gua'
Sobre la dificultad de cambiaT las arti~url~. blsicas
tellllltecos.
de la personli dan fe aq'.\ellos métodüs que <le5d,~ h51 s"
ccno-een con el nombre de "lavado cerebr(Jj") tér.nino con el . No cabe duda de que, en el caso del P. Pellecer, no se
Q.ue Euward Hunter (1951; 1956) traduda el. té M¡no chino trata de una "conversi6n", ar .enos en el sentido de U~"" '

Digitalizado,en Universidad Centroamericana "José Si "


-352

RECUADRO -20
----_. (Rr.CIJADRO 20. 2.)
I~ETODOS COERCITI'illS fARA LlT"..r·.R l· ~'~lTqO\! PERSil'"!.'!.
----- -0---
Hétodo Val'inbll..:s r.f~~r.tO$ -
t-létouo
- - - __ o. o
Vari.3h~es
-
Efectos _

~-~--------
1. Mantener t~ir.~ Tp~las y ho- D"S"1'.01la el h,\hl to Con t 1'0 ~ ...ic. O.:C'I ridi: .• o luz bri- Fija la atenci6n r~
exigencias r.lriós niIlllcio50S d, J a sumisi6n la pel;:~p­ 11."1"' te la situaci6n de
triv:iales Oblj~;'lr :' .;s~:-)t>ir ·;i6n ~Jll ,i1'fCJ., ~i ~ntrc­ sagradabJe
l. D"0'05t,,,1' fn ¡'r('l' t :i.f<ll ,p t ..)~: ~u::ie re la ; !"qi' J;- t'~:l~mj ent.o!;) Propicia introspE'c-
"r, ,,'; f'ntc 1\:" • :"'t,pt"l'n( (n '1'" i ~e TI' ... ~i k.blcnte mon.:ítono ci6n
cia'" y n,_ 010 t' V . ":'H l.h: 1 Re;tr,rci61\ t!r! movi FTllOlra cualquier
nisciencio:: '. D.:i:!u.~S;· ... 'Qntro1 miento acelón que no sea
- ~G;ht'_¿ t·
ot..:s""n:l le 1el v!c·
ti.J~a
sobre el

I
Ausenci'l de E'stlmu-
h,s normales
la sumisiÓn
Elimina distraccio'
nes
Atclme
bl(!$
t ' •.1
fa,J"'S
p,\si-
¡ 7 Aisl~mien-
to
Completo
físico
ais~amiento Desarrolla intE'nsn
preocupdci6n con
3', Generostdau
ocasio~al
ra~'
Premios
',res i !·¡·j""l.¡'·.isi(\lcs
1\.J.!'Cl
Promes~s
tr;:to
al
pOl

de
.
Camhios ~n ~~ aclitud
del gl:ar<!~an
sUQisi6n
~'Jor

a la .-arenC'3
ell ree':,

mlc;i6n
1;'Jt i
posit;va para :u-
va,- J.

!-:efuc ::a apl·cr.':ii ~..lj,J,


rmpid~ l:.! ada .. :"i\.:i6r:'
J'

I l
I

, Encierr~ en s~1edad
Semi-aislamiento
AisLamientú en gru·
!'OS peque:\os
uno -;n;s-mo
Eliminn apoyo so·
cial
Vuelve D la vl-t'm~
dependiente del
Interrogador
8. Debilita- Dieta de hambre mor- Debilita la ~apacI­
Cortesía inesperado miento y tal dad flsica y men-
unSled~J.i agotamien- Abandono frente a tal de resistir
.4.I Amen)lzas De ~uerte o tortura
D~ aislamiento e in-
terrogat·,rlos sin
Cultiva la
el miedo y la
sesperaclón
(~- I to induci-
dos
elementos natura-
les
fin Utilización de heri-
Contra la familia y I das
companeros Inducción de nfeTme
Cambios rnistl!'l"Íosos I dades
Encierro prolongado
en el trato
Amenazas vagas y te- I Permanecer de pie
rribl.~s· I
• l·,
largo tiempo
No dejar dormir
. S. De¡radaci6n Impedir higiene per- Hace aparecer que se
sonal guir resistiendo e II Interrogatorios pro-
longados
Ambiente sucio, in- mAs perjudicial par Esfuerzos excesivos
festado la propia estima •. I Tensión prolongada
Castigos deshonrosos que la sumisión
Diversa humilladones Reduce t¡.l prisionero Fuente: Wntson, 1978, págs. 292-293.
Ofensas e insultos .. a preocuparse J~
Palta de PTivacidad valores "animales"

Digitalizado en Universidad Centroamericana "José Sime Ciñas"


-354
('" n tod. . "0 se r'Hf'l' :\.!.:nora r 10 Qüe d{' "

c..b~o voluntario y profundo en las opciones de la perso- dad ~~'l ~n r0~tdTdS co~o la de Duran. Si no fuera por
na; la duda est4 sobre si el cambio aparente de su acti- :"1'3 1-a,Ó;., 10:" }J-r· ..., hlci.\HS de Cuba, donde a veinte a 1'1 s
tud se debe explicar en virtud
, ,
de alguna forma de l~vado
'
,~ rC: ..... ·u(.~ó¡'1 '" ...~11St3 tt.;l¡"wl:, mu he;. mIles de p rson3~
cerebral o basta para explicarlo el control total que la t1l.-:;CE":1 ,o. i.~"-,,,~~
.. 1 .. _.'~Ol·J:"':,l1hl:.:.::."'a
... de los 'E.5ta(~os Unidos, n",,,;
policla sigue ejerciendo, sobre su vida. Su manera mecá- _, ~ r r .. ' : 'l'~, ro,no "f'r;'laba \-lilh 1"1 <{eich (1933/
nica y co~~lsiva de hablar abona la tesis del lavado ce- • ~ I j J
:', '" . . " .e e'". ~ .r:i~
....
:; no se estab~l~zan JT\ientras
.~ ,\l'\J~aci6.
rebral; el que los cuerpos de seguridad guatemaltecos si- ~J C". _l~' rJnten~·
.. , 1 ....., J ..:.\ ".
.le ., ,
gan"J18nteniendo aislado, oculto y bajo su, control al P.
Pellecer apoya la tesis del t~.or y la amenaza. Pero,
L ~, ¡e
cualquiera sea la raz6n -y quizás los dos factores entren
en juego- el caso del P. Pellecer muestra 10 dificil que
térreino d~ U~G casi
resulta "producir un caabio profundo de actitudes.
" " • •
(·CL¡:·l.RTl:": ,.. .>\."
1• ... > •• ,\<' q"l"'re
... ~ ~
O'Clr
...
'1 1 \0 sir.,·;!,re
.
e e 'todas
Estos dos casos, el de un cambio de política y el de ¡'.. rt:.:· se ...I\;....·.)e -:on _ flJ'Sma
i.i.i.l. . -j,.,nifi .... ·.\cifin, e que el
un cambio personal, auestran la importancia que tienen las ~":,,,. ~ido qlJi: 1" da ' \. '1$(' { 1~~::J¡.n!. ..:1 tt;tr.ll~ • .J eq li l~
'actitudes en los proce.os hist6ricos o, al menos, el va- .' ':: .. j~t~.J
."
..~~n::i~J.
t:
·~n k.... J'·~. ..- · ,1 I
.:'
-~
_ i. ".',In..: icado
...
(¡,He ~f
lor que puede tener el ,concepto de actitud para analizar . le:: l' r;.-: ~1 t , ". ~n(; e:" e l OB_" cl'r ·1 dicc~ nari r
p (""

los hechQ' psicosociales m4s significativos en la vida de ,: 1.. j,nDS.lC .t," ~ .


uc .,
~~'!:llTnO
" "'f'~ ," ... , JI "J"
J,":,1'70C" v
"J'e
~ u I'10
• t
que nGS
. . . . . .'lr~i~ud nc~'t_Vg :11Cio lus cawbio~ S~-
una sociedad. Como ya "indic4bamos antes, es muy comGn la • -r-nc-
(·n. c'J "'a
.
.'1'\ __ al _. .. t". ~

opini6n de que para que se puedan producir cambios socia- e lR ,~5 o que h"m0s adoptado 'ma Jctit\lcJ :le severidsd r.a·
"

les s~gnificativos, priaero tienen que darse cambios en I..'la Lno dí. i,·!(".·tl·OS hiJO';, qU? enc~os una actitud agre.L
la actitud de las personas. Un ejemplo concreto de esta
, :;~''¡~.J~ hac~;'l ':n::- .,.egoc~G:; . que nem;-;s tomado Ui\a actitud
postura io consti~uye el librito de Fernando Dur4n~ "Cam· critica frente q ID ql,e dicen 10~ p2r~6dicos.
bio de ~entalidad, requisito del desarrollo integral de
Etimol jC'Jlmente, I'actitud" es un término que surge
Aa'rica ~atina" (1978). El autor, un psic6logo vinculado
en castB.lan0 • comienzos del siglo·XVII Y que proviene
al centro para 'el De.arrollo Econ6mico y Social de la Am'·
del ita:iara "attitudine", Con rste término los criticas
"rica Latina "(DESAL) , aantiene que es necesario .transfor-
de mrte it~liaGDs nludlan a las posiciones que el artista
mar ,el "car4cter latinouericano", ya Que sus raSllos ac-
daba al cuerpo de su ~statua o d~ su representaci6n grá-
¡ tuale. reDresentan ;'un ob~ticulo al desarrollo intellral"
l.ca y con, as ~uales pretcndia evocar cierta disposicio-
(D41, 13) de la. sociedades de Aa6rica Latina. Bl traba-
n~s anlmicas de la persona representada. ~ctitud, por
10 de Dur4n hace aaua Dor varios lados, y no es el menor
tanto, es una postura corporal en la que se m~teTializa Y
d~ ~us fallos UD Dsico~olisao Que no llella,ni siquiera a

_
. .... '-- Digitalizado en Universidad Centroamericana "José $imeó
añas"
- 357
-356
GOTdCJI~W. ,.llporl (l ~ pago 8 1i », :luna :.ctiruJ es un
expresa. la postura del esplritu. De hecho, los psicofi- lSlultl ~"'. (is t . , ' .i....... 10 menl;¡l y nCf\o"iosO-, organiz3do me-
siólogos mantienen que una actitud no puede ser separada T\ia t·~ 1,1 ~....:: ':"ri'~11L:jd, que' ¿.]€>fce un influjo diTr-ctivo o
de la postura que constituye su materia. Desde un' punto oin51 A jco ~n ]a rp~puest~ eJ individuo H toda cla~e de

de vista motor, actitud es. una manera de mantener el . .
("bjet0~ y $) tU.ILIones
" . La idea central es qCJe 1" acti-
cuerpo, ya que' mientras una posición se da, una postura tud S\I"0nC ~!nn nrpp~~Dc-6n de In persona rora act~ar de
es adoptada- o aantenida. De ahl la expresión de "adop- .1)"1 l' "'r- ·:¡.:ll"~l"l nntf" cada o jeto y, PO! tanto, la tran-
tar una actitud". El sustrato postural 'de la actitud ~it)ri' d3 dn ca 3 compOrlaTI1Jen o queda anclada en la es-
radica en una actividad particular de la musculatura lla- ~L ", j n d ,.c o que 5{"~' disp s ic iones de 1a perSoona. OC'
mada tónica. El tono (del griego "tonos", que significa <..c t 1.0 d ti, (' l"¡... 1 rOllcel'to
- d- actitud s retende ofre-
<:;

tensión) es un estado de contracción ligera y permanente • '"1 rc~-:l. ":-:.~' :1 ~ ",:ccl ~~~ como iCllcia
de los m6sculos estriados que asegura el equilibrio del hq~("'l Illi pl 11 (' :rlo u:li fj~:1do" d~ la dive~sidad ce conduc
cu~r.po en reposo y e~-mantenimiento de las actitudes, y r:Jo) ..iSJ ro;¡!o Ii.O p.,..~.1Cli'i" qlle v 'lculc lo i'ldividuaJ C'I

estA controlado por centros cerebrales y del cerebelo. 10 so in;, lo nersonal ::01. () grlJpDi.
Cuando una persona se encuentra con la tensión y la fuer-
LJ ~ . . LUci '"Uffi0 tal no es v¡siL'~ ni dircctclmel\te
za adecuadas para la actividad, se dice que "estA ento- \.... ..;. ~~___ 7·.·I~a '1" est:.~
d-....... ~~3 llipot¿tica, un
ot.:.: 0 1"'/al ... -
nada".
C~t.IJO (Jns ... Jcrado ~ j¡'!O )fut'io d(" L pei <;ona, pe.',)
La actitud es, -pues, desde una perspectiva corporal, C.YJ cx:stcnL:~;l :;6tc ~c tJl1ede v"l'~ficaT' lTa(res G~ SU:~
una estructura preparatoria, una orientación determinada .
1•• 3n)tc~10CIOI1~S.
" Es dificil, [jor consiguiente, afirm3r
del cuerpo que prepara al individuo para percibir _yac· ~i 31g ien tiC'I:~ realmf:ntE- una actitud mientras no se
tuar de determinada .anera. Por ello, la actitud corpo- ob,crve su proced~r. Por otro lado, paTa definir el ca-
ral expresa y canaliza la actitud psicosocial, a la que ~jcter ) r'lturolbza da las actitudes es necesario 3ctua,·
sirve de sustento, pero sobre la cual también pu~de.ejer­ sohre 1 "S, lo que significa que 5610 cuando se logra
... o-e actitud ~n 21guien puede deducirse
cer un influjo.' I!s bien sabido que cuando, por exigen- ..•. r":,:,.,·,,;o
p'r~du(".i;... -
cias de su trabajo o de su rol social, una persona tiene en !Orn'3 lógica Jo que constituye la esencia de una ac-
que_adoptar una actitud, asl sea de fachaca, el manteni- ~'tu~. La diversidad de teorías y modelos que se han for-
aiento de ese esqueaa 'postural termina por influir su mulado acer~a de las actitudes proviene de los intentos
esplritu y la persona acaba sintiendo aquello que sólo prácticos que se han hecho por lograr cambiar las actitu-
finglB •. des de grupos o personas en diferente situaciones. Puede
El carActer preparatorio de la actitud corporal ~ons­ afirmarse que la conceptualización de le que son las a~:
tituye el correlato del caracter preparatorio que define titudes depende de la forma' concreta como se ha consegul-
a la actitud psicosocial. Segdn la defi~ición clasica de

Di italizado en Universidad Centroamericana "José Si "


-358 -:~59

do o se ha creldo conseguir el cambio de actitud de las desarrollado en la Universidad de Yale bajo la dirección
personas. de Carl J. Hovland. Así, por ejemplo, Hovland y Weiss
Tomando como punto de orientación este esquema· que (1951) probaron que una comunicación que proviene de una
va del cambio de las actitudes a la definición de su na- fuente con mucha credibilidad para el auditorio es más
turaleza, .podemos distinguir tres enfoques predominantes persuasiva que la misma comunicación transmitida por una
en la psicologla social: el enfoque de la comunicación- fuente con poca credibilidad. Los investigadores utiliza-
aprendizaje, el enfoque funcional y el enfoque de la con- ron cuatro infor~aciones, y cada una de ellas la tr~nsmi­
tiCl n a dos grupos, en un caso como procedente de una
sistencia.
ruc.ae muy creible, en el otro como procedente de una
2.1. El enfoque de la comunicación-aprendizaje. fuente poco creible. Las infoTmaciones se referlan a la
Si tenemos la paciencia para sentarnos ante la tele- uecesidad de vender los anti-histamínicos sin receta ml!di-

visión y contemplar alguno de los "enlatados" norteame-
ca, a la rc,ponsahilidad de la industria del acero en la
escasez de este producto, al futuro del cine ante la ap2-
ricanos con que diar1amente se nos obsequia, podremos ver
rici6n de la televisi6n y a la conveniencia de construir
a la hora de los anuncios alguna bella artista de cine .
submarinos atómicos. Los resultados indicaron que lo in-
recomendándonos usar un determinado jabón que a ella le
ha ayudado a conservar "su cutis terso" o emplear Uf> de- formaci6n transmitida por la fuente creible produjo un
terminado "champlí" que le permite mantener su pelo "1 ilr- cambio de opini6n en 16.4 \ mlis de personas que la trans-
~;tida por la fuente poco creible. Con todo, la diferen-
pio y sedoso". En tiempos electorales, no faltarl al-
glín conocido deportista o profesional que nos recomiendo cia del efecto entre unos y otros desapareció cuatro sema-
votar por tal o cual partido, por tal o cual candidato nas m~s tarde, disminuyendo el influjo sobre unos y aumen-
El mecanismo es bien conocido: se trata de aprovechar ~i tando sobre otros, lo que fue llamado "el efec to del dur-
prestigio que la persona tiene en alglín área d~termin~da miente" -el influjo a mediano y largo plazo.
(la belleza, el flítbol, la medicina) para influir en Hovland consideraba que si una fuente creible producla
nuestro ánimo y convencernos de que compremos tal produc- más cambio de opini6n que una no creible era debido a su
to O votemos por tal partido, es decir, para despprtar asociación con refuerzos positivos, 10 que incrementaba la
en nosotros una actitud positiva hacia ese n~oduoto co- probabilidad del aprendizaje (ver Hovland, Janis y Kelley,
~ercial o ese partido polltico. 1953). De hecho, Hovl~nd estaba aplicando al ca.po de las
actitudes la teorla sobre el aprendizaje enunciada por
La importancia que tiene la fuente in("rm"uva para
lograr influir en las personas que recihen una informa- Clark L. Hull: una actitud se cambiaba mediante un proces~
de aprendizaje utilizando los debidos refuerzos.
ción fue investigada sistemáticamente pOT Uf' 8"upo de
psicólogos sociales como parte de un progrr.¡" : mis aml'lí o

Di italizado en Universidad Centroamericana "José Sim ' - s"


-360 -361

Hull (1943; 1952) consideraba que había diversas va- te: "asumimos que la aceptación depende de los inc..ntivos
riables que intervenían entre el estímulo y la respuesta. y que, para ca~lbl"r lIna opini6n, es necesario crear un
La .As importante de ellas es el potencial de reacci6n, incentivo .~s grande para rpalizar la nueva respuest~ im-
que se puede definir coao la capacidad que posee un orga- ¡,UcHú que para realizar 1 \ anti.gua" (p~g- 11).
nismo en un .omento determinado para responder de un modo Aunque el grupo de Y'II" concebía la acti tud d-esde la
u otro a un estímulo. El potencial de reacci6n es una r~r5pectiva d~i ~~Tendiz~je erD ta~bién consciente del
fUnción multiplicativa de una pulsi6n y otros factores n~)iz(lmlCn'(' ~l'ci'jl de 135 "Irtitude; y J~ qu_ el apr n-
co.o la intensidad del estímulo Q la magnitud del incen- ~i¡3ic .¡~ las '~ti·tt~es t~cne lugar en el grllpo al que
tivo. SegGn Hull, una pulsi6n es todo estímulo interno ). ~. J'l" •
del organismo que dinamiza su conducta. Habría dos ti- ¡.' .:.:idf!. d~ "'.3 i'·l'l1'1'}{), que. 1; transmite ciertas crt'!enci35,
pos de pulsiones: una pulsi6n general, que produce un in- (' ':1). ~=S I ~~~cos de Vi3L~l,
asl como le premia unas creen-
creaento general de l~-actividad, y estimulaciones espe~ \. 1S ',· .. ~'f• .,..:1S !.~ ~a5t.iza 0 . . 11. Huvl:tnrl y :Jus colobor' Q-
clficas, que conducen ~ respuestas particulares, innatas Tes UL iZ3)Cn ls concepción de Kurt L~win ~oLre la rlerte-
o aprendidas. -La fuente bAsica de las pulsiones son, se- ~~:l"~ ~ 1ns ~TUpOS y la 1¡lte~~aron 3 su esqueMa sobr!, la:
gOn Hull, las necesidades priaarias. 3Ct ¡t· es. De ~hí su énfa;;;is en los procesos de COII::JT1i-
ct;t~i611 50( u\i ":0;1\ ámbito peculiar pa~a .a formacl,':n' y .~I
Hovland aplicó _los conceptos de potencial de reacci6n
·· ... ·.., bi0 de :J,·.·t.;t~ljes.
o pulsión a las actitudes, que defini6 como "aquellas
respuestas illplícitas" por las que el individuo tiende a A la J z de mod~lo Hovl~nd
sobre 1&5 actitudes, ~e
de
acercarse o-a alejarse de "un determinado objeto, perso- ~!¿n re:=t:''izuáo ,,'Jl!1el'OSas i v':itigaciones orientadas (\ tle--
na, grupo o 51.bolo" (Hovland, Janis y Kelley, 1953, pág. ~ ~ rmini,r 1 "'$ condicione'" en 4,ue una ccmunicaci6n puede
1). Las actitudes poseen un "valor pulsional" que les S p.'" más ~vnv:!icej'tc r lograr un influjo mayor en la au·
permite poner en marcha el comportamiento de las perso- <liencia. En el Recuadro 21, se muestran algunas conclu-
nas. Ahora bien, puesto que el ser humano es un organis- .i~nEf sacadas de eRtos experimentos acerca de las cara:-
mo racional, las actitudes estAn íntimamente ligadas con terfstica; de q~ien transmite la informaci6n y la forma
las opiniones, que Hovland define como "una allplia serie C0mo la tr~nsmite. En sfntesis se puede afirmar que para
de anticipaciones y expectativas". Tanto las opiniones que una pPTsona cambie su opinión y, por consiguiente, su
co.o las actitudes son aprendidas: "las opiniones, COIIO . - actitud acerca de un objeto es necesario que atienda a la
otros habitos, tenderan a conservarse a menos -que el in-\ información qu_ se le transmite, que comprenda el argu-
diYiduo tenga nuevas experiencias de aprendizaje" ••nto y ~us conclusiones, y que, al experimentar o anti-
(Hovland, -Janis 1 lelle1, 1953, pago lO). Un cUlbio de ci.par los beneficios que van aparejados con el nuevo PUl-
opinión producir. UD c••bio en la actitud correspondien- to de vista, acepte cambiar su opini6n y su actitud. Pa-
ra que me incline a comprar el jab6n anunciado, primero

Digitalizado en Universidad Centroamericana "José :Simeó añas"


-363
-362

tendré que prestar atención ~ la figura de Michelle RECUADRO 21


Pfeiffer o Ali McGrav en televisión, lo que no parece di-
ALGUNOS FACTORES PARA El. CAMBIO DE OPINION
ficil supuesto el earicter de este medio de comunicaci6n.
Mis dificil serA que me convenza de que estas artistas 1. Habrá más cambio de opini6n en la direcci6n deseada si!
conservan su belleza o "la tersura de su piel" utilizando e com oicador tiene un alto grado de credibilidad que I
el jabón d~ marras. Claro que todo es posible, y bien si tiene un~ bajo.
pudiera suceder que, en mi próxima visita al supermercado La cI.·edil)~lirl.'''; del p<.'csuaso· influye.menos en e c;;}~r~'l',
b~o ~e u r ",li6n t largo pla!o que inmedi2tamente des-
o a la droguerla, al ver el jabón de esa marca me decida
1
ryu6~ del j!'flu~('l. ,
a comprarlo sin una conciencia clara de por qué.
I
i ,;. 1..:1 rfectividad de un cOJTlunic:.tdC'T 3umenta si DI
¡
princi.-, 1
El grupo de Yale ha sido pionero en la investigac:6n
I, pi·) expTes~ ¿l~Gn punto de vista compartido por su ",u- !
,
sobre las actitudes. ·Ba'sta ver los nombres de quienes,
I dienciu.
en uno u otro .oment~ participaron en él (Carl l. Hovlan~
William J. HcGuire, Irving L. Janis, Jack W. Brehm, Mil-
14. Presente una cara del argurrento Citando la Budien:i,

ton Rosenberg, Robert P. Abelson, Harold Po. Kelley y


I o;;¡;a fund;¡ment3 1 'hente ili istr .;a / c':ando su posición S~~
, la !ini..:a que se V;'l. a prc!;entaY ('1 cuanci..: desee un cam·
otros), para coarpender su carácter seminal respecto a la 1 bio de opinión inmediato, ~unque Lemporal. ,
psicologla social contemporAnea. Pero por ello mismo ya
en este trabajo se encuentran algunos de los principales
I!, S. Preserto:?: c:.lnoas curas -!el argumento cuanOG 1 f.\ <tu d'lenCJ~
. ¡j .
se encuentl"e al pri..ciio en Jesacuerdo con usted o I
defectos que aquejan a la corriente predominante en psi-
cologla social, principalmente su ahistoricidad y cier-
I cuando la andienci3 vaya a escuchar la otr" cara de, I
I asunto de alguna otra fuente.
· I
1
tos presupuesto filosóficos.
6. Cuando dos puntos de vista se presentan seguidos, pr~-
La falta de sentido histórico en el modelo de la comu-
nicación-aprendizaje está ligada a su orientaci6n experi-
l bablen'~~re el (i timo será más efectivo. El efecto .11'
prece<1( ncia predomina cuando la segunda cara del aS'IIl-
I
mental. A pesar de que la inquietud que estaba a la ralz to se. expone inmediatamente; mientras que.el efecto d.
del programa de investigaci6n hab~a brotado por los acon-
tecimientos de la Segunda Guerra Hundial, el grupo de Ya- II" inmediatez predomina cuando se mide la opinión tras la
exposici6n de la segunda cara del argumento.
le consider6 que el manejo "cientifico" del problema re- 1 7. Probablemente se producirá un cambio de opinión mayor
querla del laboratorio y a sus coordenadas emitió su tra~. en la direcci6n deseada si usted explicita las conclu-
1
bajo. No se. trata de negar el valor. del laboratorio en 1 siones en lugar de dejar que la audiencia las saque
psicologla social ni de argumentar que su distanciamiento ! por si misma. a no ser que la audiencia sea ~uy 1nt~-
frente a la "realidad" quite validez a sus aportes. El ¡ ligente, en cuyo easo es, llejor dej arIas impllcitas.
probleaa es quiz' mis sutil: el laboratorio constituye l ._-.:.ve:.:r:.....::.2iJlila~·~
=rd:.:.:.o..!.y-=.Eb~b:..:.c.:.se:.:n:.=.._1_!l_76_,.'-'-pli...:gs'--.1_8_1_-1_8_2._.....

Di italizado en Universidad Centroamericana "José S' "


-364 -365

tambi6n una realidad, tiene una vida social con sus reglas tra casi en forma automática el cambio de actitud. Más
y sus exigencias y, 'por tanto, una ideologia que canaliza alín, tampoco está claro en el modelo de la comunicación-
unos intereses sociales y no pocas veces los distorsiona aprendizaje la conexión entre comprensión de un argumento
y hasta oculta. El paradigaa del laboratorio presupone r convencimiento: yo puedo comprender las raZones que se
que el "control" de variable's permite captar los fenómenos me exponen acerca de la bondad de un jabón, de un candida-
en su pureza, callO si los fenómenos fueran realidades pu- to polltico o de una medida legal y, sin embargo, discrr-
ras, abstractas de sus concomitantes históricos, particu- par con respecto a esas razones o simplemente no aceptar-
larmente de 105 sentidos que expresan y de las fuerzas que la~. Es frecuente incluso el caso en que una persona no
materializan. Por eso, los fenómenos estudiados en el la- tellga argumentos en contra de un determinado punto de vis-
boratorio o son in transcendentes o tienden a trivializar- ta )" mucho menos pueda rebatir las razones que se le expo·
se, sin que las. mlis de la"S veces pueda concluirse de ellos nen y, sin embargo, no se decida a aceptar esos argumen~os
que, cuando sus resultados se apliquen a las áreas sensi- o a hacer suya esa opini6n. En el fondo, el problema e,
bles de la vida humana. -como era el caso para los soldados que este modelo sobre las actitudes parte de una concep-
alemanes luchando por su patria y su familia-, van a tener ci6n racionalista del ser humano y se presupone que la 16-
vigencia las condiciones hipot6ticas verificadas. El la- gica formal arrastra la 16gica psicol6gica, '10 'que no es
boratorio asume de hecho que el aqui y ahora de 105 fenó- necesariamente cierto. La psicología humana tiene ~u psi-
menos proporciona sus verdaderas dimensiones, olvidando co-lógica (Rosenberg), entre otras razones porque adem8~
que s610 en su totalizaci6n, en sus ramificaciones totales, de raz6n el hombre es afecto, y además de inteligencia
adquieren su pleno carácter, 10 que es particularmente . tiene intereses, personales y sociales.
verdad de los fen6menos psiquicos y sociales. El inmedia-
2.2. El enfoque funcional.
tismo no es una simple exigencia de limitaciones presupues-
tarias, sino un requisito de la anturaleza misma del íabo- Si se tOlllara en serio el enfoque de la comunicaci6n-
ratorio. aprendizaje sobre el cambio de actitudes, antes de poner
en marcha una importante medida politica o social h~brla
Uno de 105 puntos d6biles'del modelo de la comunica-
que desarrollar una amplia campaña de información que t~n­
ci6n-aprendizaje consiste en su imprecisión conceptual
diera a cambiar las actitudes opuestas a esa medida'poli-
acerca de 10 que es un re'fuerzo, imprecisión car.acter1sti-
tica o social. Asl, por ejemplo, antes de iniciar la
ca a todas las teorias del aprendizaje. Por otro lado,
Transformaci6n Agraria, el entonces Coronel ~olina deberia
concede una gran importancia al aspecto cognoscitivo al
haber iniciado una campaña sistemática dirigida a los te-
considerar la opini6n callO el punto clave para la determi-
rratenientes y capitalistas salvadoreños a fin de cambiar
naci6n de una actitud; sin embargo, la conexi6n entre opi-
su actitud de oposici6n a ese tipo de reformas. Lo curio-
ni6n y actitud no es suficientemente clarificada y no se
so es que el principio enunciado nos parece 16gico y hasta
ve de qua foraa o por qua raz6n el cambio de opinión arras-

Digitalizado en Universidad Centroamericana "José "


-367
-366

títud de los terratenientes y propietarios se mantuvo in-


evidente, pero el ejemplo nos lleva a mover la cabeza du-
flexible ya que su oposici6n se basaba en sus intereses
bitativa.ente y a ·pensar que una tal camppfia propagandís-
ccol~micos Y en la necesidad de mantener el control sobre
tica con la oligarquía no hubiera conseguido mu~hos resul-
el futuro del paíS, necesid. que scntlan amenazada por
tados. De hecho, los norteamericanos tienen ya alguna ex-
el proyecto ~. fA. por mAs argumentos que se les dieTa
periencia en este terreno tras muchos afias de intentar
, . .• s,Ob)"
s01~' . sn con\teo.¡~T c~a v ""'
los beneficios que de él re ..
cambiar la actitud prejuiciada de la población blanca ha-
cia los negros. Uno tras otros, los esfuerzos masivos de
modificar esa actitud por medios persuasivos ha constitui- >,11Z§ 1-, 1"',:o,e1'a formulación del modelo funcional de
do un rotundo fracaso, y s6lo cuando se han impuesto medi- 1: ~'f I ttide::;'! '"'11''',''T'"n
1,..., °ro'.'~
l' -.;:r er Smith, Jf'Tr'lme S.
das coercitivas de integraci6n legal las actitudes racia- a . U) l' y l\oha1't ;1. ':¡>ita ( ,156), St'g!in e,ws tres psicó-
les han empezado a ceder poco a poco. '~o. p:¡ra c::l:nbi runa a ... tltud hara falta c.'!mbiar al gu-
r't~~S \1:' las ttl!1cinnps que realiza 'Paru. j ' peTsona.
Estas
Hay muchas razo~s por las cuales se puede concluir
que las personas no ~an a cambiar sus opiniones y actitu-
des ante una campana de persuasi6n. El enfoque funcional flHlt:1Ó,1 ~vaJuatl\.·3: mecl:~ante 1.:; actItud, L3 pel~c~

expone una raz6n muy poderosa: las actitudes son 6tiles y '.I-'=' .':e 0"ien & (Jccrcu \.l(~l ignific¡..uu de un ~"jt:'tQ
cumplen funciones importantes para las personas. La uti- e" l~ realj¿~d;
lidad de las actitudes reside sobre todo en que dan rE'S- tlfilC.lOn
siTven par~ fa-
&du,:t~ti.va: la!'> actitudes
(b)
puesta a necesidadp.s individuales o de grupo. En est~ cilitar > mantener las relaciones sociales;
protegen a la
sentido, las actitudes serían la estructura psicol6 61ca le) funci6n expresiva: las actitudes
que materializa los intereses sociales ante los objetos rl~ parsona de t nsiones y c0nflictos internos.
la realidad. Por tanto, mientras la persona siga ~xperi' No todas la~ ac{itud~s siTven las tres funciones, pero
mentando las mismas necesidades y s6lo disponga r~ra ca~a­ szg0ü la función predominante as\: ser' el carlíctl¡!r de la
lizarlas de determinadas actitudes, esas a(tit"¿~3 00 mos- actil'ud. "En la medida en que predomina la evaluaci6n del
trar'n reacias a todo intento por cambiarlas. ~ó ac'L- úbjeto, la persona tiende a actuar r~cionalmente... ~n la
tud de los norteamericanos blancos ante sus c~'patri,tas ~edida en que las actitudes de una persona estlín enra1za-
negros s6lo empez6 a cambiar cuando fueron de.;:- ¡H!.rE.'lendo .
das primariamente en una a d'ap t ac1'6 n socia'"' estar' menos
las necesidades que la ·fundamentaban (por e5'úplo, la com- oTientada hacia los hechos que hacia lo que piensan los
petencia por puestos escasos de trabajo) o cuando el man- damás ... En In medida en que las actitudes de una persJna
tenimiento de la actitud racial producía m~s dafto~ que be- .
SH'van para extarnar probl em as l'nterno~
- .Y, por tanto, es-
neficios (por ejemplo, la persecuci6n legal). En el con- tán imbricadas en sus defensas contra tensiones oscuras y
flicto de la Transforaaci6n Agraria antes desc~ito, la ac- sin resolver, se puede esperar que sean rtgidas Y poco

- s"
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-368

d6ctiles· a razones y hechos o a manipulaciones sociales


CUADRO 12
sillples" (Smith, Biuner y White, 1956, p4g. 277).
A·partir de esta visi6n, Smith, Bruner y White defi- GRI Gi1N, . C',·IVACION y C,v,mIO DE LAS ACTI roDES
nen la actitud como "un!! predisposición a experimentar, SEGUN SUS FUIiCIONl,S
sentirse motivado y actuar de una manera. predecible ante
determinado tipo de objetos" (1956, p4g. 39). Esta defi- Conc1 i.ciones Concticiont:5
de activoci5n de cambio
nición resulta un tanto vaga y, de hecho, Smith y sus co-
legas no distinguen entre actitud y opinión.
.• -- -_ _-- '.- ------
.•.
Utl!;.oa:! d?l Ac t in. [Iín 1. InsD.,bfac
'1~1 -'('I:,¡ ..~ ; t, rl(~ );'\~ flf'CC- c1 ;';1 \ 2 la
1

Daniel Katz (1960) ha desarrollado este mismo modelo d1:.1 rar~._lo üd'des. ,eees· d~d.
funcional. Como se· muestra en el Cuadro 12, para Katz ';c,I V ..,f" .-. :,,:)o ..l ... Vi~ik;:idacJ
2. Crea_téfl

.
las actitudes pueden c~llplir
.
cuatro funciones: una fun-
ción utilitaria de ad~ptación, una de defensa del yo con-
j
dé:' • e: .
1:; :-!e~·'~.~_.

t·:.. . x II:~ ~aci6t1


de ;.as ~13,"1;:1-
J (, ('" a ~ J'
con 1 ~ ~'J: ::15
-:-3}o
de \1\:.-C";")':'··
dad ilttt:'::'.~
y de nUI-
de: pr...: u .i05 t V \:sni'"
tra los peligros externos y contra los conflictos inter- i'J.c(.j· .! ci.E.
te"f'!' :- f .1!1 ".' 'tes de ti~·
. . ec ... ·· i -~ 'des ~ji;-aCIGH.
nos, una funci6n expresiva de los valores personales para j"~'. ,• • ón a.'>
'L r~ ¡hi'" ~'
afirmar la propia identidad, y una función cognoscitiva
respecto al medio (ver, tambi6n, McGuire, 1969, plgs. 157- e ~'. l.~;o;

4, ~1' f ~{ .., ~ s . .
160). Las actitudes son definidas por Katz como un con- fC\'~11as ·.tl\;
junto de creencias acerca de 10 que es un determinado ob- tras y il!~'j~.
res -pn T:
jeto y de senti.ientos positivos o negativos sobre ese satisf:.H.t:l
objeto. las nccesi
dadcs.
No hay muchos estudios emplricos acerca del mode~o : . .>f'!f)S¿l P.pa7" j ci6n d~ Desapa i
funcional de las actitudes quiz4 porque, como en casi to- le 1 VO t)"[. ('(lcfl ~·..:t:os amena zas. ción de
das·las teorizaciones influidas por el psicoan4lisis, es inte:uos l pe- 2. L amadoc al amenazas.
l ~.¿(~' .s externos- odio v a irn- 2. Catars i5.
dlflcil operativizar las hipótesis planteadas. En un ex- pul sos repri 3. Desarro]Io
midos. - del conocí
periaento de Iatz, McClintock y Sarnoff (1957), se trató 3. At:ii1entc dz miento ue
de caabiar la actitud de prejuicio hacia los negros, que fj'ustracio- sI mismo.
nes.
seg6n estos psic6logos cuaplla una función de defensa del 4. Uso de s~ge­
yo. Lo primero que hicieron fue aedir el car4cter als o rencia auto-
rita,· 2.
aenos defensivo de las personas (131 muchachas universita-
Expr~si6n ~lan tenimiento 1. Visibilida<l 1. ,U¡:Úr. gra-
rias) as~ coao sus actitudes de prejuicio hacia los ne- t.~e valores de la VTopi3 de sefiales do de iTlsn
gros. Posteriormente, se les di6 a leer un folleto acer- identidad; me- asociadas tisfucei6ñ
joda de la con los lJa- con uno

Di italizado en Universidad Centroamericana" "


..!
-370

(CUADRO 12, 2.)


ca de los mecanismos de la represi6n y proyección ("reci-
Funci6n Odgenes y Condiciones Condiciones samente los mecanismos de defensa que se materializan en
dinúica ele activación de cam.bio
la actitud de prejuicio hacia los negros). Al final de
la lectura del folleto y cinco semanas después los expe-
propia i . .gen; lores. misllo.
'auto-expresi6n 2. Llamados a 2. Mayor ade- rimentadores verificaron que habla disminuido la actitud
y autodeterai- reafirmar cuación de contra los ne~ros,y atribuyeron este cambio a la disminu-
naci6n. la propia las nuevas
iugen indi- actitudes ción en la necesidad de protegerse de las' personas al ad-
vidual. hacia sI quirir un mejor conocimiento de sI mismas.
3. Ambiguedades mismo.
que amenazan 3. Control de Aunque el modelo funcional sobre las actitudes parece
al concepto todos los
de sí mismo. apoyos am- muy coherente, su valor puede residir m~s en iluminar el
bientales carácter instrumental de las actitudes que en ofrecer un
• para lT'inar
los valores esquema concreto para estudiar las actitudes o para inte~
viejos. tar modificar alguna actitud en instancias concretas.
Conoci.ien Necesidad de 1. Restableci- 1. AmbigUedad En otras palabras, el modelo funcional parece haber resul-
too - entender, de ..iento de creada por tado más valioso sobre el papel que en su aplicaci6n prác-
.una organiza- sella les aso- la informa-
ción cognosci ciadas con ción nueva tica. De hecho, son muy pocos los estudios en que se h?
tiva signifi~' el viejo pro o por el intentado aplicar este modelo y, por consiguiente, se Cd"
cativa, de bleaa o por- cambio en
consistencia el problellll el ambien- rece de suficiente validaci6n o invalidaci6n empIrica.
y claridad. aisao. te. Una de las dificultades para su aplicaci6n consiste en
2. Más infor-
mación sig- que, antes de modificar una determinada actitud, habrIa
nificativa que examinar a qué función o funciones sirve y un fraca!o
sobre los
pr.ob l.eaas • en el intento por cambiar la actitud podrIa con razón
atribuirse a un error en la defihición de la función 'ser-
vida o alegarse que una determinada actitud sirve diver-
Fuente: ratz, 1960. p'g. 192. sas funciones al mismo tiempo. Esto es particularmente
complejo en el caso de la función defensiva del yo enten-
dida a la luz del psicoanálisis, donde por principio en-
tran en juego unos mecanismos inconscientes (la represi6,
y la proyecci6n) y en sana 16gica pueden entrar otros
(por ejemplo, el desplaza.ien~o o la formaciÓn reactiva)
que alterarIan el car4cter funcional de la actitud. En

Digitalizado en Universidad Cenlr.oamericana "José Sime' ,- a s"


Ii -373
-372
I
sino que se esd alienando como miembro de su grupO so-
slntesis, el modelo ~uncional de las actitudes, a pesar de cial. Por consiguiente, las actitudes pueden suponer la
su plausibilidad, resulta poco operativo. incorporación de una contradicción en las estructuras psí-
El supuesto de funcionalidad de las actitudes consti- quicas de la persona. La funcionalidad de esas actitu-
tuye el punto mls valioso y,.al mismo tiempo, el mls cues- des no 10 es para esa persona o .su grupo, ya que no sir-
tionable de este aodelo. Asumir que las actitudes cumplen ven a sus necesidades, sino' para el grupo dominante que
una funciÓn es partir del supuesto de que las estructuras las impone, para aquellos que socialmente se benefician
psicosociales tienen un sentido histÓrico que no se acaba de ellas.
en su formalidad.. Para entender las actitudes, hay que \
remitirlas a lo que la persona que las mantiene es o hace 2.3. El enfoque de l! consistencia.
y al medio que enfrenta en su vida y, en ese sentido, hay Periódicamente, al pasar de un año a otro, los perió-
que referir cada actitud a una.historia personal y/o so- dicos nos informan sobre las predicciones que los magos Y
cial. Hasta donde llega nuestro conocimiento, este aspec- adivinos más famosos del mundo entero hacen sobre 10 que
too del modelo funcional no "ha sido suficientemente apre- ocurrirá en el ~ño por comenzar. Se nos dice asl que ha-
ciado por los psiCÓlogos sociales. brá alguna guerra en algGn lugar, que morirá alguien im-
Ahora bien, eS'el mismo supuesto de funcionalidad el portante, que tendrln lugar ciertas tragedias. Por lo
que presenta el mayor problema de este modelQ. Tanto general, esas predicciones son de tal manera genéricas,
Smith y sus colegas como Xatz asumen que las actjtude~ son que casi cualquier hecho ocurrido en cualquier parte del
Gtiles para la persona, es decir, que la funcienalidad mundo las puede "confirmar". Sin embargo, a veces en-
consiste en responder las necesidades de quien mantiene tran en precisiones cuya validez la historia se encarga
las actitudes. Este punto resulta muy cuestionable. En de rebatir. Lo curioso es que el mpntls que los hechos
la aedida en que las personas son miembros de grupo~ so- dan a las predicciones no parece afectar lo mlS'mlnimo
ciales, no siempre ni en todos los casos las actitudes que a quienes año tras año (cuando no mes tras mes o d{a tras
los grupos transmiten y exigen a los individuos serln Oti- dla) vuelven a buscar y a confiar en las predicciones de
les para estos. La adaptación del indi vidl'" a ~¡_ grup'~, sus adivinos favoritos.
puede suponer su alienación como persona autón':·:r.2. 1'1 ca- El problema es de gran importancia para. la psicologla
so es todavla mls dr4stico cuando el mismo gr 'pe; se encuen- social, pues significa que la evidencia no siempre sirve
tra en un estado de sometimiento social, donñe se J~ impo- para refutar las creencias ni los hechos son capaces de
nen opiniones y formas de comportamiento cont~aria$ a sus alterar las ilusiones. Por el contrario, no es raro que
intereses reales. El individuo que incorporü las actitu· cuantas m4s pruebas se presenten sobre la falsedad de
des correspondientes a esas opiniones y formas de compor- ciertas creencias, con mls fuerza se aferren a ellas las
taaiento no 5610 se estA enajenando respecto a si aismo, personas y con a4s fanatismo las defiendan y propaguen.

,
"J . Simeón Cañas"
,; i¡,¡j~.ie.niJU~n~i~v¡,:e¡,¡r;¡s~i d~a::.d~C;i.i.e n~tr~o~a~m~e;.ri~c~a~n~'a~~o:.::s~e~~::..::-::..::- _
Iiiii• • • •_iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.~izadO
-374
-.375

En·un dla de se~tiembre a comienzos de los aftas 50,


2. Que el creyente se hubiera comprometido seriamente
apareela en un peri6dico de una gr~n ciudad norteamericana
con las consecuencias de su creencia;
(Chicago) la noticia de que, de acuerdo a las predi~ciones
de una sellara (''Harian J:eech"), la ciudad seria' arrasada 3. Que la crencia pudiera ser contradicha claramente
por los hechos, es decir, que fuera concr~ta y
la noche del 20 de dicieabre por una gran inundación del
precisa;
lago junto al que se extiende. La sellara Keech afirmaba
que este era uno de una serie' de aensajes que habia reci- 4. Qlie 10< hechos i"'pugnaran con claridad.·la creen':ia
bido de seres superiores procedentes del planeta "Clarion". y ",1 I"dlVi uo cayera en la cuenta de ellos;
La sellora Keech habia infOrRado sobre la trágica noticia " Que el creyente contiH3 con apoyo social. "No es
p ',)¡'~h e 'lue Jn cre)C/l e Jislado pueda soportar
a sus amigos y conocidos, y alrededor de ella.se habla
r:>1 tip~ oc evidencia impugnadora que heJTlos espc-
constituido u~ pequello grupo.de creyentes. La vispera de
rj fic:I{I~·. Sin embargo, si el creyente es miembro
la esperada inundaci6n, lps fieles se reunieron en casa
:e un grup"J de l-'erscl\;:¡s cOJiv.:ncidas tUC se aporan
de la vidente, pues se le~ habia dicho que, poco antes del
entre sf ~speraT[3mos que mantenga la ere n~¡~
desastre, un platillo volador vendria a recogerlos. Sin J

y que 'os Lr.yentes jntent~n Ganar a su causa o


eabargo, y a pesar de una espera prolongada, ningGn plati-
t:e-:rsu ·dy a r~.. Tas pClsonas ..~e que lo creenLia ('s
llo voladqr' vino a recoger a los fieles ni la anunciada
verd¡¡,lt- .. a" (FestlngLH, lliecken y S<hachter, 1951',
inundaci6n tuvo lugar. Los hechos contradecian palmaria-
pá , ¡ ¡ .
aente el aensaje prIncipal de la sellara Keech y mostraban
la falsedad d~ las creencias sust~ntadas. ¿Llevaria esto Para Re~ll¡r de cerca el proceso, Festin.er y sus cola-
al grupo de creyentes a abandonar esas creencias? horaJor s se Infiltraron en el ~ruro de creyentes y pudie-
ron verificar el imp3cto "e los hechos contrarIos a la
Lean Festinger, un psic6logo social que por entonces
trabajaba en la Universidad de Hinnesota, habia leido la 'reencia en el !jr,lpo de creyentes. En un prImer mOl'lento,
noticia y vi6 en ella la oportunidad para verificar empi- e¡ des6"imo y au!' d('se"82fio pareció apoderarse del grupo,
finalmente, pocas horas después del momento en que debian
ric.aente, con un "experiaento natural", un modelo que es-
haio .. r ,)currido los hechos anunciados, la sellora Keech se
taba desarrollando sobre las actitudes y el c.abio de ac-
presentó de nuevo al grupo afin."'.ndo ser portadora de un
titudes. Junto con otros dos colegas, Henry W. Riecken y
nuevo mensaje: por mediaci6n de la vidente, los hombres
Stanley Schachter~ Pestinger predijo que, si se daban de-
hablan sido eximidos de la tragedia y se les habia salvado.
terainada. condiciones, el no cuapliaiento de la predic-
El mensaje salvífica produjo un gran alivio y gozo entrE'
ci6n en lugar de desaniaar a los creyentes aumentaria su
los creyentes, que a partir de ese momento se dedicaron a
fervor proseliti.ta. La. condiciones eran las siguientes:
convencer a propios y extrallos sobre la veracidad de laJ
1. Que la creencia fuera profunda. e influyera en el creencias transmitidas por la sellora Keech.
coaport. .iento del creyente; .

Di italizado en Universidad Centroa en " "


-376 -377

Los equilibrios mentales de creyentes milenaristas o CUADRO 13


apocalípticos pueden parecer un tanto ridículos cuando se LA DISONANCIA COGNOSCITIVA
--_--:~--
analizan a distancia o en frío. Sin embargo, un espectá-
culo 'similar nos ofrecen día tras día personas que, en . Una cognición e$ "cualquier conocimiento, opini6n o
nuestro medio, manejan los recursos de los medios de comu- creenci.a !::obre el ambiente, uno mismo o la propia condl .. c·
nicación masiva y pretenden conjugar los principios demo- ta" ',Festin¡;er, 195í, pág.3).
_ 1 loS cogniciC:~:l'";$ son dison::tntes sí a una rec!uiere
cr4ticos con actitudes sociales y políticas represivas.
Un editorialis,ta de un diario de San Salvador hacía ver- 1~ negaclón de l~ otra (son incompatibles)_"
daderos malabarismos lógicos para defender en 1982 la li- l,J5 e gnl~jones sen conson~ntes 5i !a una requiere

bertad de pensamiento y de prensa mientras aprobaba la ," ..,'ilmaciór: ce la otra (son compatibles).
censura impuesta por el estado de sitio a toda oposición D(\:,j f0?,,11. .... iQnes l/u vienen al caso cuando ningun<J de
y defendía la necesidad,'de suprimir aquellas voces "que ~)lu~ J~~~'crL 'laJa ,cerca de la otra.
atentan contra los sagra~os principios de la democracia".
1 ~,~ disn~~~cia
ognoscitiva es un estado nocivo.
Es tambi~n conocido el caso de quienes defienden a capa
Z En cns ~le disonancia ccgnoscitiva, c; in~ivi¿uo in-
y espada su derecho a reunirse y asociarse como un prin-
tcntn r0duc~r11 o eliminarl~ y trata de evitar aq'·e·
cipio fundamental del sistema democrático, pero sostienen
las ros~s que la ~unlcnten.
también la razonabilidad del mandato constitucional sal-
3. En a50 d..: con~onancia, ci ·¡r.dividuo trata de flvit;.t
vadorefto que prohibe la sindicalización de los canpesinQs.
13~ COS3S que puedan producir disonancia.
Es necesario un gran malabarismo mental para mantener,
~. La luerl.a ~ it~tens.idad de ln dison<~ncia cogn(\s~:·i.tj·Je:::
como afirma con sorna el dicho popular, que ante la ley
var~a ('on (a) 1& importancia oe las cogniciones del
todos SOliOS iguales, "pero unos más iguales que otros".
c.~so , lb) el número relativo de cop,¡,iciones que se
Festinger mantiene con razÓn que es muy difícil cam- encue~'r2fi f':l re]3~i6n disonante.
biar las convicoiones de las personas, es decir, aquellas 5. La fuerza de las tendencias enunciadas en (2) y (3)
creencias m4s importantes para su vida. Su modelo, cono- es función directa de la intensidad de la disonancia.
cido COIIO la disonancia cognoscitiva (Festinger, 1957), 6. La disonancia cognoscitiva puede reducirse o elimi-
sostiene que las actitudes de las personas se basan en nar,e solamente (a) añadiendo nuevas cognir.iones o
sus creencias acerca de los diversos objetos, y que entre (o) cambiando las existentes.
esas creencias tiene que darse un acuerdo o 'equilibrio 7. El añadir nuevas cogniciones reduce la disonancia si
(ver el Cuadro 13). El cambio de actitud no ser4 produci- (a) las nuevas cogniciones añaden peso a un lado y
do tanto por los refuerzos cuanto por la disonancia entre as! disminuye la proporci6n de los elementos cognos-
las creencias que tenga una aisaa persona. La disonancia citivos disonantes, o (b) las nuevas cogniciones cam-

Di italizado en Universidad Centroamericana "Jos' "


- 379
·378

produce malestar. lo que lleva a la persona a resolver


(CUADRO 13, Z). esa contradicci6n entre sus creencias. Si las personas
realizan tan os equilibrios ~entales para lograr conjugar
bian la importancia de los elementos cognoscitivos que sus creencias es porque l. disonancia resulta intolera-
se encuentran en relación disonante. hIc; a pr ducirse , euton-es, una disonancia cognoscit:V3
8. El cambio de las cogniciones existentes reduce la di- ,. ". tará prophi::l:loO el c""bio de la actitud personal.
sonancia si (a) su nuevo contenido las hace mutuamen- F,iJ lF'l 1·")fl,,·~;r1 ~ .. 1 el"Jmento, Festin~~r ar smith
y
te menos contradictorias, o (b) se reduce su impor- ~':; ) "rp~.ii('rOll fnh1, ruan o ¡ e:lor [ ..lera 13 justifi.ca·
tancia.
9. Si no se pueden aftadir nuevas cogniciones ~ cambiar d .•lríall 1::, ~)eT~I"lna q...ie la realizaran y, por consi-
las existentes mediante un proceso pasivo, se busca- 11...;, ¡.:a)'l r ~("l"r.1 su tcnJcncia :l camhlar In <le itud
r'n conductas qu~·tengan consecuencias cognoscitivas "p~t, l~t:CT \' \':1T l .. 1"1' hir tero, que' u: O~

favorables a la consonancia. Un ejemplo de ese tipo


de conductas es la bGsqueda de nueva información.

R. Zajonc. 1968. 1\ unos e5tudia ~p~

,~ >:pc.! ... !lle~'t~.uo-C'~ te otr""cieron una paga mt:y baja rl


'?S¡~ (~n("~.Tgo l! d61ar)., y a otro5 les ofrecieron una bue-
lla paga ( O dolares). COI!IO,lO habian predicho los eApe-
rimcntndoles, los estudiantes que recibieron una paR3 me-
nor fueron los (lU~ más cambiaron su actitud hacia la ta-
rea que h~brOil r~ali zado. La explicación ofrecida fue
yue Jo exigu~ uel paGo no ofrecía justificaci6n suficien-
e ~~ra preslorle a engafiar a otros sobre el car'cter de
la rarea ex~erimental (decirles que era divertido lo qre
conslderaban horriblemente aburrido) Y. por tant? la ac-
d 51l gencr6 más disonanc la que en aquellos que tenfan una
justificación extrínseca razonable (la paga elevada) para
prestarse al engano.
La teorla de la disonancia cognoscitiva es el modelo
m~s popularizado y más aplicado de un conjunto de enfo-

ques sobre las actitudes y su cambio conocidos como las

Di italizado en Universidad Centroamericana ".1 "


·-380 -381

teorlas de la "consistencia cognoscitiva" (ver Abelson y sea el formulado por Milton J. Rosenberg. SegGn Rosenber~
otros, 1968; Brovn, 1972, p4gs. 567-628). Como dice (1965; 1966; 1968), las actitudes son estructuras radia-
. Theo\lore M. Newcomb (1968, pig. XV), estos modelos.. apa- les de conocimientos y afectos hacia un objeto o clase de
recieron "con diversos nombres, como balance, congruen- objetos, donde los diversos conocimientos se encuentran
cia, simetrla, disonancia, pero todos tenlan en comOn la ligados por vinculas instrumentales positivos o negativos.
noci6n de que'la persona trata de lograr la mayor consis- Las actitudes estables se caracterizan por la consistencia
tencia interna posible en su sistema cognoscitivo y, por interna, es decir, huy "una relaci6n de consistencia' entre
extensi6n, que los grup09 tratan de lograr la mayor con- Ulla orientaci6n afectiva o evaluativa, relativamente esta-
sistencia interna posible en' sus relaciones interpersona- ble, hacia algGn objeto y las creencias personales acerca
les". de c6mo se relaciona ese objeto a otros objetos de signi-
Como otros varios enfoques en la psicologla social ficaci6n afectiva" (Rosenberg, 1968a, p4g. 74).
contemporinea (por ejemplo, la teorla de la atribuci6n), El cambio de actitud es una especie de proceso homeos-
los modelos sobre la con~istencia se originan en el tra- tatico que restablece la consistencia interna al producir-
bajo de Fritz Heider (1944; 1946; 1958; ver Jordan,1968). se alguna i3consistencia importante afectivo-cognoscitiva.
El supuesto fundamental de Heider es que las personas Por consiguiente, el"cambio de actitud puede venir tanto
tienen la tendencia psico16gica a organizar sus conoci- por la modificaci6n de los componentes cognoscitivos comr
mientos sobre las cosas u otras personas en una forma ar- por la modificaci6n de los componentes afectivos de la ac-
moniosa llamada estado balanceado. "El estado balanceado titud. Ahora bien, el cambio s6lo tiene lugar cuando la
indica una situaci6n en.la cual las unidades percibidas y inconsistencia desborda un umbral de intolerancia personal
105 sentimientos experi~entados coexisten sin tensi6n; respecto a la inconsistencia, aspecto particularmente sig-
por tanto no hay presi6n hacia el cambio ni en la organi- nificativo cuando la inconsistencia 'existente redunda en
zaci6n cognoscitiva ni en el sentimiento" (Heider, 1958, beneficio del individuo o, como dice Rosenberg, la actitud
pig. 176). El estado de balance entre los conocimientos inconsistente tiene una instrumentalidad hed6nica para 1,.
es, por consiguiente, un estado estable, mientras que un persona.
estado desbalanceado entre los conocimientos de una per-
El modelo de la consistencia cognoscitivo-afectiva dp
sona es un estado inestable que empuja a la persona ha-
Rosenberg fue utilizado para analizar el conflicto sobre
cia el cambio.
la Transformaci6n Agraria que se mencion6 al comienzo de
A partir de esta concepci6n, varios psicólogos han este capitulo (ver Martln-Baró, 1977). Desde esa perspec-
ido foraulando distintos modelos, poniendo el Enfasis en tiva, la actitud de los terratenientes y propietarios mOl·-
unos aspectos u otra.. Fuera del modelo de ~a disonancia traba una mayor consistencia interna que la actitud del
cognoscitiva de Festin¡er, quiz' el modelo afs valioso gobierno hacia la TA, pero, sobre todo, el margen de tole-

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-382
-383

rancia para la inconsistencia en los propietarios era muy casos hay un involucramiento persollu] del sujeto con TC~­
grande supuesto el beneficio que les ha reportado históri- t,ecto R l~ creencia, lJn comnromiso equiv~lente al que el
camente su actitud de intransigencia hacia cualquie~ tipo ~rupo de creyent05 en la profecía de la sefiora Kcech tenia
de cambio social. con respecto a la inmir~cilte destrucci6n de Chicago, y que
Los modelos sobre la consistencia han caido en desuso, ~~:s l1c"v6 i.ncluso a abandon:1!" sus empleos para esperar el

no tanto por las abundantes criticas sobre su valor cuanto platillo vOlador que les salvarla de la tragedia. Por eso
por una cierta saturaciÓn de los psicólogos sociales con Rosenberg cree 'lue la disonancia cognoscitiva no es cual-
el modelo de las· actitudes o un simple vaivén de la moda llllie- jnconsistencia entre dos creencias, sino s610 aquel
que ha dejado el estudio de las actitudes a un ladn. Con dile 3 cognoscitivo que se produce cuando alguien ha rea-
todo, los mismos temas y casi los mismos términos que lizado algún acto contra su creencia sin suficiente raz6n
alimentaron los modelos 'actitudinales de la consistencia (Rosenberg, 1968b, pág. 831). Rosenberg considera que la
hoy se reencuentran en ~l estudio del an!lisis de atrihu- disonancia cognoscitiva es un dilema moral, el dilema del
ciÓn, lo que es coherente si se tiene en cuenta su raíz desacuerdo entre lo que se dice y lo que se hace, el.dile-
com6n en Heider. ma de la inautenticidad (Rosenberg, 1970). Si esto es
Hay algo de gran valor en el modelo de la disonancia asl, la disonancia no es más que un. nombre aséptico para
cognoscitiva de Festinger y que aparece particularmente en un concepto antiguo y una realidad todavia más antigua: el
sus estudios sobre las acciones ·en contra de la propia ac- sentimiento de culpa (ver Kelman y Baron, 1968; Nel,
ti tud. El punto central ,es que las ideas siguen a las ac- Helmreich y Aronson, 1969). No se trata de que cualquler
ciones, la razÓn a la praxis. El individuo cambia su ac- inconsistencia intelectual suponga un conflicto ético; se
titud para justificar aquellas acciones ya realizadas y trata de que actuar contra las propias convicciones, por
para las que no cuenta con suficiente justificaciÓn. En insignificantes que sean, supo~e una cierta deshonestidad,
otras palabras, las actitudes surgen como producto ideoló- tanto mayor cuanto lRenor sea la JustificaciÓn para actU3r
gico de los intereses generados por la praxis humana. En de esa manera (para una critica frontal de la disonanci.
este sentido~ es importante subrayar que una de las dos cognoscitiva, ver Elms, 1972).
cogniciones 4ue Festinger sit6a en el n6cleo de su modelo Los modelos de la consistencia tienen el serio proble-
siempre involbcra a la propia persona. ma de su supuesto fundamental: la tendencia al equilibrio.
Est~ principio homeostático presupone la necesidad humana
Ejemplos tlpicos de disonancia cognoscitiva son el
creer que fumar produce c4ncer y ser uno un fumador, o el de un estado de balance (Heider) representado en este caso
de considerar que la libertad de expresiÓn es un principio por una coherencia entre los contenidos de las creencias
b4sico de la democracia pero mantener que hay que impedir o·conocimientos personales. En esto, no sólo se está so-
• la oposiciÓn que se exprese p6blicallente. En todos, los brevalorando el carácter gratificador y final del equili-

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-384
-- -385

brio, sino también el car~cter racional del ser humano. tímulo Y la respuesta visible, para el modelo funcional
Ahora bien, la experiencia cotidiana nos muestra la gran se trata de una disposici6n instrumental de la persona y,
dosis de irracionalidad prevaleciente en la vida de los para el modelo de la consistencia, es una estructura de
seres humanos, irracionalidad bien captada por Freud y carácter cognoscitivo y afectivo. El modelo del aprendi-
que, cuando menos, nos lleva a la consecuencia de que las zaje se preocupa por la conexi6n entre la fuer~a pulsio-
personas no nos guiamos tanto por la l6gica cuanto por la nal de la actitud y la activación de una determi~ada re~­
"psico16gica", como el mismo Rosenberg ha señalado puesta, mientras que el modelo funcional se fija más ·en
(Abelson y Rosenberg, 1958). Daryl J. Bem (1970, p~g.34) la relaci6n entre la actitud'y la necesidad a ia que res-
afirma que, en su opini6n, la mayorfa de las personas vive ponde, Y el .cdelo de la consistencia atiende primordial-
la mayor parte de su vida con alguna inconsistencia. Se- mente a la relación entre los elementos propios de la ac-
gan Bem, esto se explica ~orque a menudo las creencias y titud mislla.
actitudes de los individuos se componen de lo que Abelson Las unidades básicas en el modelo del ·aprendizaje son,
llam6 "moll!culas de opini6n", es decir, ideas invulnera- por supuesto, el estímulo Y la respuesta·(E-R); en tanto
bles a argumentos o raiones en contra ya que est~n aisla- que el modelo funcional ocupa esquemas teleo16gicos, es
das unas de otras. M~s a fondo, la psico-16gica echa raf- decir, unidades que apuntan a objetivos . o . fines. El 1I0de-
ees en los beneficios que de la inconsistencia pueden re- lo de la consistencia utiliza en unos casos las co¡nicio-
cibir las personas, o los intereses sociales que la incon- nes (Festinger), en otros casos las creencias y afectos
gruencia 16gica o la inautenticidad moral pueden pr<'lnover. (Rosenberg); pero su Enfasis se centra siempre en las re-
2_4. Una compraci6n entre los modelos sobre las actitudes. laciones entre los elementos, ya sean creencias, afectos
- -==-=-== o unos y otros.
En el Cuadro 14 se presenta una compaBci6n entre los
tres modelos analizados sobre las actitudes y el cambio de La naturaleza de las actitudes para el aodelo del apren~
actitudes. El modelo que se tiene en cuenta en el apaTta- dizaje así coao las unidades básicas utilizadas hacen de
do de la consistencia es el de Rosenberg YA que, aunq',e el El un modelo orientado hacia el proceso, eS decir, hacia
modelo de la disonancia cognoscitiva de Festiger es w.~s el origen o cambio de las actitudes, aientTas que el 110-
conocido, el modelo de Rosenberg resulta más representati- delo·funcional enfoca el objetivo o finalidad de las acti-
vo del enfoque general de los diversos autores. tudes y el aodelo de la consistencia atiende sobre todo al
. contenido, es decir, ·a aquello que ·se cree y se·.siente so-
Los tres modelos conciben las actitudes como ~isposi.
bre el objeto de.la actitud. Los tres modelos ..ntien~n
ciones internas hacia los objetos, pero definen de manera
que las actitudes se aprenden, pero mientras el acdelo del
4i&rente su naturaleza: para el modelo del aprendizaj e se
aprendizaje se fija en las condiciones y factores que in-
trata de una respuesta implícita, interm~dia er,tre el es- tervienen en ese proceso, el aodelo funcional enfatiza el

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-386 - 337

aspecto motivacional, es decir, las necesidades y proble-


)113$ que llevan a adquirir pOi aprendizaje una determinada

actituJ. Para el modelo del aprendizaje el cambio de las


acti~ude~ se produce mediante premios y castigos (refuer·

:(,s), cuyo control depende en lo fundamental ~e fuentes


. . ~teTnas nl t.-1divirluo.· El modelo funcional mantiene que
el cambio de actitud se origina al surgir nuevas necesiua-
des o nuevos objetivos, y este camhio puede ser desencade-
:n nado tanto por factores internos como por factores exter-
'"
~
~.
... .
.,..,
Ol
nos, según sea la necesidad a la que la actitud responde
(adaptativa o defensiva, por ejemplo). Finalmente, el wo-
¡... N
u
< ] delo de la consistencia reconoce el papel que juegan lo~
refuerzos en el cambio de actitudes, pero enfatiza el me-
~ ~
o canismo interno de la inconsistencia: son los refuerzos
....
externos los que inducen la inconsistencia en las actitu-
~ ....g des, pero es la falta de balance estructural la que desen-
..
.,.., cadena el cambio .
B Aunque aparentemente se podrf·an integrar estos tres
11 enfoques en un solo modelo, con toda probabilidad se alte-
. '" "'0:."
Ol
O
'l"'4 Cf)
rarían los presupuestos en que se basan. Quizá la dife-
a:I U 0.1""4
0:" u
rencia más grande entre ellos estribe en el carácter teleo-
a¡UOl
l6gico que el modelo funcional atribuye a las actitudes,
'" ll~~ carácter incompatible con los· principios del aprendizaje
en que se basan tanto el modelo del aprendizaje como el
modelo de la consistencia. No hay que olvidar que varios
de los autores de este enfoque pertenecieron primero al
grupo de Yale .. Hull, en quien se inspira la comprensi6n del
aprendizaje aplicada al campo de las actitudes, tuvo muy
en cuenta el aspecto motivacional para explicar el carác-
ter adaptativo de la conducta; sin embargo, siempre trat6
de evitar 10 más posible cualquier supuesto teleológico en
su perspectiva.

... Di 9 ila Iizad o e n Uni vers ¡dad Centroawsri capa "In é imó p sIíWñ.iii§."
§ 2 2 _
-389
- 388
3. ESTRUCTURA Y 1·IEDICrON DE LAS ACTITUDES.
El modelo del aprendizaje se orienta a los procesos
formales de la adquisición Y cambio de actitudes, el modelo Como se acaba de ver, cada uno de los modelos concibe
funcional se fija en las motivaciones y el modelo d~ la de diversa form .. la naturaleza de las actitudes. Para
consis'tencia en los contenidos de las actlt~des. Estos _ unos, la actitud es una respuesta implícita, para otros se
tres aspectos ·proceso, motivación Y conten1do- probable trata de una estructura de conocimientos, para otros es un
mente deban ser integrados para lograr una mejo~ com~ren- _ conjunto de afectos. Es importante reflexionar en los
sión de' las actitudes, si es que se quie~e segu1r ut~11zan elementos que cada modelo considera comd esenciales a una
g actitud, no s610 para profundizar en la comprensi6n de lo
do este instrumento de anilisis psicosoc 1al : Pero n1n uno_
de los tres modelos examinados permite rea11zar esta sinte que son las actitudes, sino también para examinar la forma
--a fundamental sus presupuestos. como pueden ser medidas.
sis sin alterar en fo .-
3.1. Los componentes de ~ actitud .
• No hay un acuerdo entre los psicólogos sociales acerca
de cu5les son los elementos esenciales de una 3ctitu~, es
decir, aquellos factores necesarios y suficientes para que
se pueda afirmar que una persona posee una 1eterminada ac-
titud. La diferencia fundamental está entre aquellos que
conciben la actitud como una estructura unidimensional)
aquellos que la conciben como una estructura multidimen.io-
nal/entre quienes postulan dos y quienes posturan tres di-
mensiones. En relación con estas concepciones, iremos pre-
sentando algunas formas como se ha operativizado la medi-
ci6n de las actitudes.
3.1.1. LA concepción unidimensional ~ ~ actitudes.
Aquellos psicólogos sociales que mantienen que las ac-
titudes se componen de un solo elemento, por 10 general lo
identifican con el factor afectivo. Esta visión cuenta
con una larga tradición que se remonta a uno de los pione-
ros en la medición de acH tudes, Louis L. Thurstone.
En 1928, Thurstone definh la acH tud como "la suma
total de inclinaciones y sentimientos, prejuicios o dis-

______....:... !D~i~g~i~t~a~l~iz;;a~d,;o~e;!:n~U;L2nl.iv~e:;,rs~i~d~a~dWCi.i.e¡¡n~tr:;:o¡:,a¡:,m¡¡¡¡e¡¡r~iic,¡:a,¡¡n¡¡a~"J.T,¡¡o~s¡,¡·¡.¡j¡j.¡ii.iII~~li'~' _
-390 -391

torsiones, nociones preconcebidas, ideas, temores, amena-


zas y convicciones, de un individuo acerca de cualquier RECUADRO 22
asuntQ especifico" (Thurstone, 1928/1976, pig, 158)" Esta
EL METODO DE THURSTONE DE LOS INTERVALOS SE~IE.}A.·HES
definici6n parecerla, que incluye tanto aspectos afectivos
como aspectos cognoscitivos. Sin embargo, a la hora de La prime]'. técnica importante para medir las actitudes
especificar 10 caracter1stico de la actitud, Thurstone se fue desarrollada por Thurstonc en 1929, en su estudio el!
,queda únicamente con el factor afectivo: "actitud -dice en las actitudes hacia la religi6n, Thurstone suponia que se
otra parte- es el afecto en favor o en contra de un objeto pod[an obtener opiniones acerca de un t6pico determinado y
psico16gico" (Thurstone, 1931/1971, pig, 21). Como expli- I ordenarlas de acuerdo a una dimensión de aceptaci6n o re,
I ca a continuaci6n, "actitud se usa aqul para describi!" ~ chazo, Además, se podran ordenar las opiniones de tal mo-
acci6n potencial hacia el objeto s6lo con respecto a la do que hubiera una distancia idéntica entre las opiniones
cuesti6n de si la acci6ft' potencial será favorable o desfa- contiguas en un continuum. Sobre este supuesto, ~e pue1cn
vorable hacia el objeto", Por tanto, lo que pretende ex- hacer juicios sobre el grado de discrepancia entre las ac-
plicar el concepto de actitud no es la acci6n en cuanto titudes de las diversas personas. Thurstone suponla ta~-
tal, sino'el aspecto evaluativo-afectivo hacia un objeto. I bién que no habra correlaci6n entre las opiniones y que
No se trata de que una actitud no suponga un determinado cada una representaba una postura independiente de las de-
conocimiento acerca del objeto; el punto está en que 10 es- más. Es decir, la aceptaci6n de una opini6n no requerf.
pecifico de la actitud no seria 10 que se conoce sobre el necesariamente la aceptaci6n del resto. Una escala de
objeto sino 10 que se siente acerca de ~l. Thurstone se compone de unas veinte opiniones independien-
Para medir las actitudes, Thurstone se sirve de las tes sobre un determinado t6pico. Cada opiniÓn recibe un
opiniones, que define COIIO "la expresi6n verbal de la acti- valor n6merico en la escala, determinado por su presunta
tud" (1931/1971, pág. 158). En la medida en que una persa' posici6n promedio en el continuum. La actitud de una per
na acepte o rechace una serie de opiniones acerca'de deter- sana sobre el t6pico se mide pidiéndole que marque todas
minado objeto estari mostrando su actitud al respecto. Por las opiniones con las que está de acuerdo. Su resultado
eso, Thurstone elabor6 una escala con varias opiniones so- es el valor escalar medio de todos aquellos Items que' ha
bre un objeto especifico, ordenadas de acuerdo a su evalua- marcado. El siguiente es un ejemplode una versiÓn abre-
ci6n .as o Benos favorable de ese objeto y separadas entre viada de una escala de ese tipo:
51 por la misma distancia psico16gica (Ver Recuadro 22).
~

Aftos mls tarde, Louis Guttman (1944/1976) diseft6 una t6cni-


,ca, en apariencia bastante parecida a la de Thurstone, que
eliaina el dificil presupuesto de que entre las opiniones

Di italizado en Universidad Centro "


.
--392
- .,9 3

(RECUADRO 22, 2.)


(RECUADRO l~. 3.)
-
Actitud hacia la.sindicalizaci6n campesina
RaS&O~ u/. grllpo de jueces. de ~cu~ do con el erado de acept3'
Valor Escalar Opinión ción 0 rechazo que exprese 1'3cia el tópico en cuestión
Menos favorable 1.5 A. Hay que mantener la prohibi independientemente de In propia actitud de los jueces.
ción total sobre la sindi-- Estas categorías forman así una escala que va de 135
calización campesina y ha-
cerla cumplir estrictamente. opi/.iones muy favorables acerca del tópico hasta las me·
3.0 B. Se podrra permitir la sin- nos favorables, pasando por las neutras. Tabulando las
dicalización campesina ~n calificaciones de todos los jueces, Se puede calcular
aquellas zonas con cultivos
que no son para la exporta- la pesición escalar numérica de cada opinión (su valor
• ción. promedio), asi como el grado en que los jueces concuer·
4. S' C. La prohibición sobre sindi- dan en su ubicaci6n (la dispersión de las caliticacio-
calizaci6n campesina aebe-
rla aplicarse s6lo a los nes). Para la escala final se seleccionan aquellas opi-
sindicatos con vInculas po- niones en las que hay un alto acuerdo entre los jueces
lIticos.
y que caen en intervalos separados por distancias ·rela-
6.0 D. Habrla que eliminar la pro-
hibici6n legal contra la tivamente iguales a lo largo del continuum. Asr, la ac-
sindicalizaci6n campesina. titud de un sujeto sobre un determinado tópico se deter-
Más favorable 7.5 E. Habrla que estimular legal- mina por sus respuestas a una serie final de rtems es-
mente. la sindicalizaci6n de
los campesinos para la de- calonados.
fensa de sus intereses.
Tomado de Zimbardo y Ebbesen,
El sello caracterlstico de una escala de Thurstone lo 1970, plgs.123·125.
constituye el que los intervalos entre las opiniones sean
aproxiaadaaente iguales. Esta propiedad de la escala se
logra por el m6todo con que se construye. El priaer paso
consiste en.recoger un gran nGaero de opiniones sobre un
deterainado t6pico. Cualquier frase confusa, ambigua, os-
~ura o que pueda ser aceptada por individuos con actitudes
~puestas es descartada inaediatamente. Cada una de las
frases restantes es incluida en una de once categorlas por

Digitalizado en Universidad Centroamer' " "


-395
-394

hay la misma "distancia". Para Guttman, las opInIones só-


lo presentan una gradación cualitativa, de tal modo que;! R:,CUADRO 23
aceptar también opiniones que expresarían un grado ,de
aceptación menor (Ver Recuadro 23).
, E ESCALOGRAMA UE GUTTJltl\.N

Podrla afi~arse que el modelo de la disonancia cog-


II Esta t6cnica escalar se basa en el supuesto de que un
,rc,~gQ si,"ple, unidimensional, pued~ medirse mediante una
noscitiva de Festinger es un modelo unidimensional. De I
'I,.erie de "flrmaciones ordenadas a lo largo de un continuum
hecho, Festinger analiza el caricter de las actitudes con
un solo elemento: las cogniciones. Cualquiera sea la com- ,
,de "dificultad de aceptaci6n". O sea, las afirmaciones
~an desde aquellas que la mayorta de la gente acepta con
plejidad del objeto en cuestión o de la actitud en juego,
facilidac hasta aquellas que pocas personas respaldan.
Festinger considera que es posible representarla mGdiante
Estos items escalares son acumulativos, ya que la acepta-
una serie de cogniciones y, e~ general, por dos cognicio-
ción de un item implica que la persona acepta todos aque-
--
nes, definidas comoFcual.quier conocimiento, opinión o
creencia acerca del ambiepte, de uno mismo o de la propia
llos de menor magnitud (aquellos más fáciles de aceptar).
En la medida en que esto es cierto, se puede predecir la
conducta" (Festinger, 1957, pig. 3). En este sentido,
actitud de una persona hacia otras afirmaciones conociendo
frente a la concepción de las actitudes como el afecto ha-
cuál es el ítem más difícil que aceptar'. Un ejemplo de
cia alg6n objeto, la postura de Festinger supondría conce-
semejante escala podría ser el siguiente:
bir la actitud como el conocimiento o los conocimientos de
un individuo sobre ese objeto.
Ahora bien, el esquema de Festinger no queda reducido Rasgo: Actitud hacia la sindicalización campesina
a las cogniciones sino que, como parte esencial de ellos, Aceptabilidad Afirmación
esti la relación de consonancia o disonancia entre esas Menos difícil de aceptar A. En general, las personas
cognIcIones. La consonancia y la disonancia son concebi- deberían ser libres para
formar cualquier asocia-
das ,por Festinger como relaciones psicológicas de acuerdo ción u organización.
o desacuerdo, que funcionan como cstadós de bienestar y B. La ley no debería discri-
satisfacción (consonancia) o de pulsiOn y necesidad (diso- minar entre los tipos de
personas que quieren for-
nancia). Considerar el modelo de Festinger co~o unidimen- mar asociaciones u organi-
sional o bidimensional depender' de si estas relaciones zaciones.
aotivacionales se incluyen o no como elementos esenciales C. La gente debería defender
activamente el derecho a
de una actitud. que todos puedan asociarse
u organizarse coao quieran.

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-396

----.:-._-
(RECUADRO 23, 2.) (RECUADRO 23, 3.)

Aceptabilidad Afi rmaci6n La actitud de una persona se mide haciéndole m¡¡rcar


en la escala todas aquellas afirmaciones que son acepta-
D. Deberían eliminarse las le-
yes que impiden la sindica- bles para ellh. Su ptintuación es aquella del tipo de e~-
lizaci6n campesina u otras , cala apropió¿o O (si ha dado un tipo de respuesta no es.
organizaciones gremiales y
populares. 1, calar) la del tipo de la escala más cercano a su respues-
Más difícil de aceptar E. Debería haber leyes que es- ta. Como se sigue de este Ultimo procedimiento de pun-
timularan la sindical iza- tunri6n, es casi imposible disefiar una escala unidimen-
ci6n campesina y todo tipo sional perfecta. Quizá esto se deba a que la gente res-
~e organizaciones gremiales
y populares . ponde no s610 a la dimensi6n presupuesta, sino a otra

diferente o a mGltiples dimensiones.

Para obtener una escala que represente una sola dimen-


Tomado de Zimbardo y Ebbesen,
si6n, Guttman presenta a una muestra de sujetos un conjun-
1970, págs. 126-127.
to de ítems y registra el grado en que responde a los
ítems con tipos de respuestas específicas. Estos tipos, a
los que se llama tipos escalares, siguen un orden gradual.
El sujeto puede no aceptar ninguno de los items (puntua-
ci6n O), aceptar s610 el item A (puntuaci6n 1), aceptar
s610 los ítems A y B (puntuaci6n 2), aceptar s610 los
ítems A, B Y e (puntuaci6n 3), etc. Si el sujeto ,ropor-
ciona un tipo de respuesta no escalar (por ejemplo, ace~ta
5610 el ítem C y 40 los de meno, magnitud), se estima que
ha cometido uno o más errores en las respuestas. Anali-
zando el nGmero de errores en las respuestas, Guttman pue-
de determinar el grado en que un conjunto inicial de ítems
refleja un atributo unidimensional (es decir, en qué grado
se puede formar con ellos una escala). La escal~ final
se obtiene eliminando los ítems pobres y volviendo a pasar
el test a muestras de sujetos hasta que se logra un con-
junto de ítems que pueden formar una es~ala.

Di ita/izado en Universidad e " "



- 399
-398

Segdn el aodelo unidiaensional, la actitud hacia la afectivo estA formado por los sentimientos que tiene la
refoTaR alraria en El Salvador estaría configurada por 105 persona acerca del objeto de la actitud. Estos sentimien-
senti.ientos o pdr las cogniciones de las personas.sobre tos expresan la significación positiva o negativa, el
la realizaci6n de una refoTaR agraria. Los terratenientes agrado o desagrado que el objeto despierta en el tndivi-
que se opusieron al proyecto de Transforaaci6n Agraria en duo, e impregnan sus creencias dAndoles un carácter diná-
1976 habrían aostrado una actitud de total rechazo, al mico.
sentirla coao UD atentado contra las bases del sisteaa de- El modelo de Rosenberg antes mencionado es un modelo
aocr4tico, principal.ente contra el derecho de propiedad bidimensional: las actitudes son estructuras radiales de
privada; por su parte, sus propugnadores en el gobierno conocimientos y afectos acerca de un determinado objeto
habrían tenido una actitud favorable hacia ella al sen- (Rosenberg, 1956; 1960; 1968a). Sin embargo, se podria
tirla coao un principio de ~0luci6n a la injusticia social hacer al modelo de Rosenberg una observación semejante
.1 y co.o una garantía par~.la estabilidad del siste.. deao- . a la hecha al modelo de Festinger: si las relaciones de
critico en el paIs. Para Thurstone, la actitud hubiera es- consistencia entre los elementos afectivos y cognosciti-
tado. en los correspondientes
. afectos de rechazo o acepta- vos son parte esencial del modelo, se tratarla de un es-
ci6n. Para Festinler, en c8abio, la actitud hubiera esta- quema tridimensional. Ahora bien, más parece que la con-
do en la consonancia de dos cogniciones: por un lado, "la sistencia o la consonancia es un presupuesto de las acti·
TA atenta contra la deaocracia al violar la propiedad pri- tudes y que la relaci6n s6lo empieza a ser importante d~
vada" (terratenientes y propietarios) o "la TA garantiza cara al cambio, es decir, al surgir la inconsi~tencia o
la supervivencia de la deaocracia al proaover la justicia disonancia.
social" (sectores guberna.entales) y, por otro, el consi-
Para medir una actitud segOn un modelo bidimensional
guiente "yo .e opongo a la TA" (terratenientes y propieta-
como el de Rosenberg podria utilizarse la técnica pro-
rios) o "yo favorezco la TA" (sectores guberna_ntales).
puesta por Rennis A. Likert (Recuadro 24). La escala
3.1.2. La concepci6n bidi.ensional de las actitudes. de Likert (1932/1976) surgi6 como un intento por simpli-
ficar las complejas exigencias para la construcci6n de la
Algunos psic610gos sociales consideran que las actitu~
escala de Thurstone. Un cuestionario elaborado segOn la
des se coaponen de dos ele_ntos esenciales: el cognosci-
escala de Likert presenta una serie de opiniones acerca
tivo y el afectivo. El ele_nto cognoscitivo lo cODstitu-
de un objeto, y las personas indican en qué grado est'n o
yen las ideas que la persona tiene acerca de Un obje-
no están de acuerdo con esas opiniones. Por supuesto, la
to. Las ideas pueden ser .4s o aenos objetivas y por
escala de Likert presupone que todos los iteas pertenecen
eso se suele preferir hablar de creencias: lo·que iapor-
a una misma dimensi6n. Sin embargo, es posible incluir
ta para entender una actitud es 10 que la pertona cree
en un mismo cuestionario opiniones correspondientes a
acerca de UD objeto, tanto si esas creencias reflejan
la realidad coao si son puraaente subjetivas. El eleaento

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- 4 01
-400

(RECUADRO 24, 2.)


RECUADRO 24
EL METODO DE LIKERT DE CALIFICACIONES SUMADAS dependientes. Es importante subrayar que en ning6n momen-
to supone Likert que se den intervalos iguales entre lc~
La escala de Likert se compone de una serie de opinio- valores escalares. Es muy posible, por ejemplo, que la
nes acerca de algan tópico. A diferencia de la escala de diferencia entre "ele acuerdo" y "totalmente en desacuer-
Thurstone, se mide la actitud de una persona pidiéndole do" sea mUI"" mayor que la diferencia entre "de acuerdo"
que indique el grado de su acuerdo o desacuerdo con cada y "neutro". Esto significa que una escala de Likert su-
item. Esto se logra haciendo que la persona califique ministra una informaci6n sobre el orden de las actitudes
cada {tem en una escala ~e cinco puntos (totalmente ue de la gente en un continuum, pero no puede indicar lo
acuerdo, de acuerdo, neutro;
,. en desacuerdo, totalmente en cercanas o lejanas que se encuentran diferentes actitu-
desacuerdo). El resultado de la actitud de unD persona des entre si.
lo constituye la suma de sus calificaciones individuales.
El método de Likert para la construcción de la escala
Un ejemplo de un ítem escalar es el siguiente:
es semejante al de Thurstone en el recopilado y ·redacci6n
A. "Se deberla legalizar la sindicalización campesina' iniciales de una serie de opiniones. Posteriormente, las
frases son calificadas por una muestra de sujetos en la
Valor Cali fíca tivo
escala de cinco puntos, en base a sus propias opiniones
1 a) Totalmente de acuerdo
sobre las frases. En esto difiere de la técnica de
2 b) De acuerdo
Thurstone, en la que las calificaciones son hechas por
3 c) Neutro
jueces entrenados y en hase, no a sus opiniones persona-
4 d) En desacuerdo
les, sino a una evaluación relativamente objetiva acerca
5 e) Totalmente en desacuerdo
de dónde caen las frases a 10 largo de un continuum. La e!
Likert supone que cada frase empleada en la escala cala final de Likert se compone de aquellos íteas que di-
constituye una función lineal de la misma dimensión acti- ferencian mejor las muestras con los resultados totales
tudinal. Sobre este supuesto, se suman los resultados mayores y menores.
individuales de una persona para obtener su calificación Tomado de 2imbardo y Ebbesen,
final. Una consecuencia posterior es que los {tems de 1970, p~gs. 125-126.
una escala deben correlacionar fuertemente con un atribu-
to coman y, por tanto, entre si, a diferencia de los
{tems en la escala de Thurstone, que son separados e in-

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-402

distintos aspectos sobre el mismo objeto. Por otro lado,


al diferenciar la gradación de aceptación o rechazo res- modelos bidimensionales. Su pecul :ariclad estriba el que
pec to a cada una dp 1.$ opinj cne::;:. inc luidas en un (\Ies- esta ("ol1cepció¡ incluye- f'n In es' ructura de la a<:titud 1..1
tionario, la es ala ~l L:'.¿r: ~reSUYOIli.. oC ...... l..) la pü~, i- predeterminación elE' un tipo p:1rticular de conducta: la
bilidad de que cicrtrs aspecto3 C0gnosciti'"(S (las Ol)i tendcnria a reaccionar de ',na manera formaría parte Je la
niones sobre d tt:I"m';1;,H1oc; aspcctv~ del t'Ljet:)~ pn)VO'~l.,rI\ 3ctituu, eJe tal lr.ocio que l:~ 3t.::tivnci6n d(:; la actitud
más aceptaci6n o recl,u_ en la versona; Jc ~~ jer aSJ, arrastraría la tcnrlcncia a realizar determinado comporra·
ide"ilmente 'uc;ta"r1a . ~ sol) (tc:n u opi"ién nr', l.Jl ii .. II mif:Ht .
ln act~tU(r de la pers)lJ'3 hIela deten:l1nnJQ ,uict .. aS l • En 1925, Filiar¡ S. :lollardlls diseñ6 una escala para me-
fi.c-nd l\UC" '~rra ura '· .... rr("" 1;11 P,--l'"IC' tn .. '1 (. ¡{ir lo que él ll.\.ñ la 'ldi~,rancia social l t • Aunque
de upinioHt la distancia soc·al como los "grados de
Hugar.¡ll~ det~"i¡¡

:n el e~tudio mp.r~riO'na\.o ;;nb;~ la 'i'rúH$forn'::\ci6n r


romp ensi6n y sentimiento que unas personas experimentan
Agrari:. (l'~drtí;,.-Bar\'5. : .. -71. " i:.; midi.J ~<. t\.:"titllJ eh" los It.cia otras' suponla que esta escal~ explicab~ buena
nte!ld en t ''; me<1i:llltf" ti 1lt!il i ;i.50 -jq ,.. ntC'Tl,)jf) f.~t" su~ !'ílrtc de su interacci6n y mostraba "el carácter de las
relaciones sociales" (Bogardus, 1925/1967, pág. 71). Ea
.. , ,
....... 'I~ t r su escala, Bogardus presentaba una lista de 39 razas y
, :1 .
preguntaba a las personas que indicaran su disposición a
j'j(':\l o,. ! \' v .' f aceptar a miembros ~e esas razas a diversos grados de
c::; rá..:
" -, .; i1j \', .' :!':tr ';0 t> ~.' : )01 .., proximidad social: a la intimidad del matrimonio, al pro-
.)11 • r: .1 't'ef- o -; 1 t d 'o'C ( ;a \" 1n('" pio club, como vecinos, como compañeros de trabajo, como
jtt('l le ';1 al . ,'.:i, .'1 ,,' . 1 JTC' ciudadanos de su pais, como visitantes en su país, o sim-
vin u:a~o~ L'" la plemente los echarían de su país. Es cuestionable's1 es-
1'10 rr'j .l·: 01' ~ ..lo ¡{' disli ta escala medía realmente el componente comportamental de
1... IS (")0 ·CJ. i".:rte~ 12.(1 1
,. J
. h. la actitud de las personas encuestadas; con todo, la es-
cala de Bogardus se dirige directamente al aspecto cona-
tivo de la actitud, es decir, a la tendencia a actuar de
El t:'!odelo müs cor.:plcje j' qui.:.:i el ,;·c ~, ,', J una u otra forma seglín "la comprensi6n' y sentimiento" ex-
n~s popularidad postlJla tr~s clem~~tor e~& :JI-=: en las perimentado hacia el objeto de la actitud, en este caso
ac~itudes: jos conocí ..i.ent.o$, los a'fect\"l: Tt'(,.cn- los miembros de diversos grupos raciales.
cias conatitl'as o a reaccio ar (ver Xrcck. C~·IJI.... h~.ie d )' Quienes mantienen la concepción tridimensional de las
Sallachey, 1965). E'l lo concerniente a las cree .Cias y actitudes sugieren que el car'cter de la actitud puede
a 10:: ~enti1il~~entos, esta conccpcifi I es scmeju!.'te a los variar segdn la importancia relativa de los tres elemen-

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-404 -405

tos. Daniel latz y E. Stotland (1959) afirman que algu- FIGURA 5


nas actitudes son priaariamente cognoscitivas, otras
afectivas y otras tendencia les , punto de vista muy cohe- CONCEPClON ESQUEMATlCA DE LAS ACTITUDES
rente con el -adelo funcional de estos psic6logos, ya que
las diversas funciones deseapeftadas por las actitudes re- Variables Vari ab les Var! ab les
queririan unos y otros elementos. Una actitud cuya fun- independientes intervinientes dependiente.s
rredibles
ci6n consista en organizar el mundo de la persona (por

]
/ Respuestas ele I sistema
ejemplo, su actitud religiosa) tendrá un fuerte componen- ,-------
AFECTO' nervioso
. simpático
~------~ AfirmaCiones verbales
te cognoscitivo, aientras que una actitud de tipo defen- ESTlIIULOS lindivi
/ del afecto
duos, situaei6n,
sivo (la actitud racista, por ejemplo) estará dominada
por el componente afectivo, 'y una actitud expresiva (la
asuntos sociales, ----------,
\'.r
ACTI TUDES
grupos sociales y t!~---------
Respuestas perceptl-

~o!'¡I'!¡;¡':' .,''''.,'.,........
vas
otros objetos de
actitud machista, por ej~aplo) tendrá un predominio del 1as ac t i tudesJ ' " I~s sobre las cr-e(n-
eleaento tendencial. Clas

AcCiones manifiestas
Rosenberg y Hovland (1960, pág. 3) presentaron un es-
[fº~ºº~!e Afirmaciones verbales
queaa sobre las actitudes que remiten a McDougall (1908) sobre 1a conducta
y en el que asuaen que las actitudes son predisposiciones
a responder ante determinados estimulas con tres tipos de
Tomado de Rosenberg y Hovland. 1960, pág. 3.
respuestas: la afectiva, la cognoscitiva y la comporta-
.ental (ver Figura 5). conceptos (la dimensi6n evaluativa), su conocImIento no se-
Una interesante técnica para medir actitudes fue di- rá suficiente para predecir el comportamiento de las perso-
seftada por Charles E. Osgood, George J. Suco y Percy n. nas. En un reciente trabajo, Osgood. May y Miran (1975,
Tannenbaua (1957), quienes propusieron un modelo de acti- págs. 237-239) presentan las actitudes de j6venes de vein-
tudes en la linea de" la consistencia, al que llamaron el tid6s países hacia los siguientes objetos: delito, doctor,
modelo de la congruencia. SegGn Osgood y sus colaborado- libertad, futuro, muchacha, vida, suerte, matrimonio, mOsi-
res, las actitudes son parte de la estructura semántica ca, paz, policía, castigo, riqueza y trabajo. Osgood y sus
del individuo en cuanto que "todo cOncepto contiene un colegas hallan que todos los grupos coinciden en evaluar
componente actitudinal como parte de su significado total" como buenos la libertad, el matrimonio y la mGsica, y como
(Osgood, Suci y Tannenbaum, 1957, pág. 191). Por tanto, malos el delito y el castigo. Sin embargo, no todos coin-
la actitud puede ser aedida mediante un "diferencial se- ciden en su actitud hacia la vida, la suerte, la paz, la
"ntico~ (ver Recuadro 25);" pero, puesto que las actitudes riqueza y el trabajo, que algunos j6venes evalGan negativa-
no serian sino una de 1.5 dimensiones del sentido d~ los mente.

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-406
-407

RECUADRO 25

EL DIFERENCIAL SE~~TICO DE OSGOOD (RECUADRO 25, 2.)

Osgood ha estudiado las actitudes centrándose en el vo (por ejemplo, bueno-malo), factor de poder (por ejem-
significado que las personas atribuyen a una palabra o plo, fuerte-débil) y factor de actividad (por ejemplo,
concepto. El presupuesto de esta técnica es la hip6tesis activo-pasivo) .
de un espacio sem'ntico con un nGmero desconocido de di-
. Tomado de Zimbardo y Ebbesen,
mensiones, en el que el significado de cada palabra o
1970, págs. 127-128.
concepto puede representarse en un punto determinado. El
procedimiento de Osgood cORsiste en que las personas juz-
guen un concepto detenainado sobre una serie de escalas
Para la concepci6n tridimensional de las actitudes, la
semánticas. Estas escalas se definen por opuestos verba-
actitud de las personas hacia la reforma agraria en El Sal-
les con un punto medio de neutralidad, y se suelen compo-
vador no sólo estaria formada por sus creencias y senti-
ner de siete pasos discriminables. Por ejemplo, se mide
mientos acerca de ellos, sino también por sus inclinacio-
el significado del concepto integraci6n para determinada
nes a actuar de una u otra manera. Parte de la actitud de
persona mediante sus calificaciones en una serie de esca-
los terratenientes salvadoreños hac ia el proyecto de Tr¡;.lS-
las sem'nticas:
formación Agraria habria sido su tendencia a amenazar ver-
buena mala balmente al gobierno, su movilizaci6n en mitines de protes-
fuerte ! 1 - débil ta e incluso el involucramiento de algunos de ellos en ac-
rápida I 1 lenta ciones m's violentas. La actitud de rechazo hacia la TA
activa I I pasi.va . incluia ya la tendencia a realizar todas aquellas acciones
que hubieran sido necesarias para impedir su ejecuci6n
Un an4lisis de las calificaciones recogidas mediante efectiva.
este método puede revelar las dimensiones concretas que
las personas emplean para calificar sus experiencias, los 3.2. El carácter de !!! actitudes.
tipos de conceptos a los que se atribuye un significado Cualquiera sea el nGmero de elementos esenciales de
semejante o diferente, y la intensidad de un significado una actitud, resulta primordial definir su sentido en cuan-
concreto respecto a un determinado concepto. La investi- to totalidad; no tanto lo que son las partes o componentes
gación del propio Osgood indica que hay tres dimensiones de una actitud, sino lo que es la actitud en cuanto tal, su
dominantes, independientes, que las personas emplean para ca~'cter y su significaci6n como realidad psico16gica y so-
juzgar los conceptos, a las que él llama fact~r evaluati- cial. No hay un acuerdo total al respecto, pero la opini6n

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-408 -409

prevaleciente desde el comienzo es que la actitud consti- maban en su ac ti tud y más agl'esi vo se vol vía su compon a-
tuye una predisposición a actuar, es decir, un estado de miento contra las personas e instituciones in""I'Jcradas ('n
la persona que determina el tipo de comportamiento ~ue ese proyecto. Cada acci6n fortalecía con nuevas ideas y
observarA respecto a un objeto. afectos más profundos su actitud de oposici6n, cuyo es-
El concepto de actitud constituye un esfuerzo cientí- quema les hacía captar en una 6ptica negativa todo lo
fico por encontrar en la persona la razón suficiente de concerniente a la TA y les predisponía a luchar contra
sus comportamientos y remitir a un mismo principio la di- ella. Claramente, los comportamientos de oposición que
versidad de sus actos en el tiempo y en el espacio. Los se podían observar (opiniones, pronunciamientos, manifes-
comportamientos de la persona no son casuales, sino que taciones, amenazas de boicot o de violencia) remitían y
encuentran ·su explicación adecuada en las ideas, en los expresaban una estructura o esquema que disponía a los
afectos o en las ideas y.aftctos que cada cual tiene res- terratenientes y propietarios a actuar de ese aodo ante
pecto a los objetos sig~ificativos de su vida. No hay cualquier situación vinculada con la TA.
una conexión directa entre estímulos y respuestas, sino Las actitudes suponen un vínculo entre el comporta-
que el valor estimulante de los objetos es mediado por miento visible y los esquemas ideo-afectivos no visibles.
las estructuras de significación de las personas, por sus No todo comportamiento surge a partir de una actitud,
esquemas ideo-afectivos. Una actitud será 3sí aquella pues no tenemos esquemas ideoafectivos que nos predis-
estructura cognoscitivo-emocional que canalice la signi- pongan a actuar de determinada manera ante cualquier ob-
ficación de los objetos y oriente al correspondiente jeto. S6lo cuando el esquema adquiere precisión y fuerza
comportamiento de la persona hacia ellos. Como se ha se puede hablar de actitud; y la precisi6n y fuerza con-
subrayado desde el comienzo, la actitud es una variable siste en eso que algunos han llamado el "compromiso" de
intermedia, una estructura hipotética, no observable sino la persona cen el objeto, es decir, aquellas ideas con-
en sus consecuencias. cretas y aquel tipo de afecto marcado que involucra a uno
.Cuando en la vida cotidiana un cambio importante de mismo con el objeto. De ahí la insistencia de los psicó-
las circunstancias no altera el comportamiento de una logos en el aspecto afectivo o evaluativo de las actitu-
persona respecto a un determinado objeto puede deducirse des: sólo cuando el objeto nos afecta, nos hace sentir
que esa persona mantiene una actitud firme que le predis- eH su favor o en su contra, nos despierta sentimientos
pone a actuar de un modo consistente. No cabe duda, por positivos o negativos, puede hablarse propiamente de una
ejemplo, que los terratenientes salvadoreftos mantuvíeron actitud. Por ello ya desde Thurstone (1928/1976) se con-
una actitud firme de intransigencia frente al proyecto de sideró que las opiniones son una expresi6n característica
Transforaaci6n Agraria; cuantos mAs argumento~ les pro- de las actitudes. La opinión constituye un juicio eva-
porcionaban sobre la conveniencia de la TA, mAs se afir- luativo sobre un objeto; si alguien manifiesta· con clari-

Di italizado en Dniver . " "


.-
-410 -4 If

mismo objeto deno-


dad un conjunto de opiniones acerca del lo fundamental por factores objetivos y s610 en un segun-
ta que tiene una actitud al respecto. do momento por factores subjetivos. Sobre la base de 1'5
~l puede hablarse de actitud cuando hay relaciones objetivas los grupos sociales y 'las personas
Puesto que su o "
. t" ~ vin'uluci6n ufectlva Cllue la construyen sus esquemas de significación. Las actitudes
un compromiso o par lcu~a• . . ~ .( ; ~
bJ'eto se debe concluir que lo espe~,[.~O suponen la incorporación en las personas de aquellos es·
persona Y e 1 o , , .,.,'
d la actitud' 10 constituye esa relaCión ,;q:nlÍlcallva quemas que definen el "mundo" de cada sociedad, esquemas
e , b' Es el carácter de la relación 10 ·transmitidos en los procesos de socializaci6n, posibili-
entre sUjeto y o Jeto.
' una actitud Y "O la uniformidad en el compor- tados y aun exigidos por las relaciones sociales objeti-
que de f lne ,
tamiento o la precisión total del objeto. De heche" . vas (ver Capitulo 40., págs. 161-172). Desde esta pers-
t'tud tiene la virtud de unificar objetos lndl ,cua- pectiva, las actitudes más importantes de una persona
1 a ac • , ," . 6n
les y hasta dIferentes con. e~ sello de una slgnlIlCaCI , constituyen los esquemas de su ideologia social, es de-
.
idéntlca. Como d'lce,. LI ··C J Duijker (1967, pág. 95),
. . , . cir, aquellos esquemas cognoscitivos y valorativos a tra-
las actitudes constituY!ln "un principio unlflcador de . vés de los cuales conoce y eva16a su mundo y, de esta ma-
nuestras relaciones con nuestro mundo, con nuestro mediO nera, canaliza y materializa los intereses sociales en
" por consiguiente, "se maniicst~l\'án en los cuales hunde sus raices personales.
y con los otros y, ., .•
diversidad de actos de idéntica signlflcaclo n l· .. )
un a b'
basada en una identidad percibida o "ivida de los o je- 4. DE LA ACTITUD AL ACTO.
tos". La actitud de los terrateniente~ salvadoreño, ha-
cia el proyecto de TransformAción Agraria unificaba en 4.1. Predicciones falsas.
su objeto a cualquier persona, opinión Y medida concreto En 1934, el soci610go norteamericano Richard T.
con la significación de una "pol!tica contT"ria a la pr<.- LaPiere (1934/1967)pubJic6 un estudio que todavia hoy pro-
piedad privada, contraria a la denocracia, cont~arla a duce discusiones y desacuerdos. Por aquel tiempo, se
nueSL\OS justos intereses", signific3ci6n marCúLa por un consideraba que existia en Estados Unidos un estado de
violento rechazo emocional que les disponia a los actos opini6n p6blica contrario a los chinos y, por consiguien-
más diversoS de oposición. te, que los norteamericanos tenian una actitud negativa
Al entender la actitud como una relación signific3tiva hacia ellos. En 1930 y por un periodo de dos afios,
entre el sujeto y los objetos de su mundo, se comprende LaPiere tuvo la oportunidad de acompafiar en un prolongado
viaje a lo largo y ancho de los Estados Unidos a un joven
mejor su car4cter esencialmente social. Cada estructura
estudiante chino y a su esposa. Los viajeros visitaron
social se asienta sobre un determinado tipo de relaciones
261 establecimientos y sólo en uno de ellos se les negf
entre los grupos, las personas asi como entre las perso-
servicio. A fin de influir lo menos posible en el trata-
nas y las cosas. Esas relaciones están determinadas en
miento dado a los visitantes chinos, LaPiere veia a

,' "
Di italizado en Universidad "
--
-412 -113

menudo de no presentarse con eJlos. de llega. m~s tarde, conductas correspondientes. Un primer presupuesto de <s-
o de dejar que ellos hicIeran los al"rf:,;l\J~;. Lo curiosi- te análisis es que la existencia de una misma actitud de-
dad cienttfica de L~Pier~ c~ d~~p~rtó cuando al pasar \ln be manifestarse en un comportamiento consistente,' es de-
par de meses mis tarde !)o\ UI~ pen1:efl3 ~~bl ~iÓI: conoci cir, en una alta probabilidad de que se produzcan· las
da por su actitlld prejll'~iada a las olienly]es, t~¡cfo­ mismas formas de conducta ante el objeto en cuesti6n. Un
ne6 al mismo hotel donde le hal,ían lccibi<l" 01: g Dn segundo presupuesto que involucra la medida de las act~-
amabilidad y pregunt6 si podrf3 r9serV2T Ilnb,tación para . tudes, es que tanto las respuestas verbales como las r~s­
"un importante caballero chiilo 1t
::.? respuesta fue ~n "no"
:
puestas compotamentales son mediadas por la misaa varia-
frontal. A.sí, unoS meses m&3 tarde; LaPJ.t:re en\rié un ble latente o actitud y, por tanto, que la expresi6n ver-
cuestionario a los propietarios de todos los est~~leci­ bal corresponde adecuadamente a la conducta esperada.
mientos p6blicos donde hab~a sido atendida la pareja chi- Tras su análisis, Wicker (1971, pág. 161) llega a la si-
na con la siguiente pr",¡;'nta: "¿Aceptará usted como hués- guiente conclusi6n: "Estos estudios sugieren que es mu-
pedes en su establecimie.nto a núembros de la raza china?" cho más probable que no haya relaci6n entre la'5 actitudes
De las 128 respuestas obtenidas, un 92 \ áe los propie ~­ y las conductas manifiestas o que esa relaci6n sea mínima
rios de restaurantes y un 91 \ de los propietarios de :.:)- a que exista una estrecha relaci6n entre actitudes yac·
teles y moteles respondieron negativamente, es decir, in· ciones. Los coeficientes de correlaci6n producto momen-
dicaron que nc recibirlan a los chinos. to entre los dos tipos de respuesta rara vez son sup~rio­
En la medida en que e: cuestionario reflejaba la res a 0.30 y a menudo son cercanos a cero". Ante este
actitud real de esos propietarios, habia una discrcpan~im panorama, el mismo Wicker (1971b, pág. 29) llega a suge-
drástica entre les que sus actitudes parecían predecir y rir que "quizá conviniera abandonar el concepto de acti-
el comportamiento real observado. La conclusi6n era tud" (ver, también, Deutscher, 1966; 1973a; 1973b) . .
16gica: las actitudes, por lo m~nos en cuanto m~di¿as Es importante subrayar que el problema planteado por
por cuestiollarios verbales, no predicen adecuadamente el LaPiere y Wicker presupone una relaci~n simple entre ac'
comportamiento, ya que no captan más que "une rcspuce-ta titud y conducta, es decir, una relaci6n del tipo A-B,
verbal a una situaci6n simb6lica" (LaPiere, 1934/1967, donde A es una actitud precisa (por ejemplo,actitud ante
pág. 26). Otros fueron a6n mas lejos y concluyeron que la Transformaci6n Agraria) y B es también una conducta
el concepto de actitud era operativamente in6til. definida (por ejemplo, participaci6n en una manifestaci6n
En un devastador análisis, Alan W, Wicker (1971a) re- de protesta). La idea es que si la actitud constituye
vis6 más de treinta estudios empíricos sobre la conexi6n una predisposici6n a una determinada conducta ante cier-
entre diversas actitudes (laborales, hacia las minorías, te objeto y, una vez detectada la actitud, no se produce
hacia los derechos civiles y hacia otros objetos) y las esa conducta con la probabilidad esperada (como parece-

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rian indicar los estudios rcvisado~ por Delltscl1eT,
l/licker y otrc:; c::íticos) 1 o el concepto dE: nctitlld l"S La idea central de esta postura es que-variables in-
inDtil o falla en 5U aJp~cto mis cruci~l, es decir, en termedias como las actitudes son innecesarias para esta-
su c.onexi6n con la coaducta t!€ In cual pret(O,·de er ex- blecer una predicci6n acertada sobre la conexión entre
plicación adecuada. estimulos y respuestas. El mismo hecho de no ser ~irec­
tamente observables las hace poco sometibles a la lente
Este problema ha dado origen a numerosas soluciones,
tanto metodológicas como teóricas ( er Liska, 1975).
del anliisis cientifico. Pero, más que nada, la falta 'r
consistencia en los resultados empíricos obtenidos al u'i·
Examinaremos aqur las cuatro que nos parecen m{¡s intere-
lizar este concepto (la correlación nula encontrada por
santes: la respuesta drlística del conuuctismo ortodoxo,
Lal'iere o ese mlíximo de correlación de 0.30 sefialado por
la diferenciación entre ac1:Ítudes genéricas y actit.·.·Jes
Wicker) descarta el valor y utilidad del concepto de ac'
especificas, las deficiencias metodológicas. y el carlc-
titud. No son los rasgos ni las actitudes los elementos
ter estructural de la ~ctitud frente a los posibles com-
pcincipales para predecir el comportamiento, sino los es-
portamientos.
tImulos y refuerzos observables, es decir, los factores
4.2. Actitudes ~ actos. situacionales y los controles ambientales.

4.2.1. Un concepto innecesario. 4.2.2. Lo general ~ lo concreto.


Hay una expresi6n castiza en los ambientes taurinos
La postura que parece seguirse de la crítica de
que afirma que "es muy flIcil ver los toros desde la barre-
Wicker Y. ciertamente, la postura adoptada por los psicó-
ra". Con ello se está expresando el abismo que separa, al
logos de orientación conductista ortodoxa mantiene que
dicho del hecho, al espectador del actor, lo distinto que
un concepto como el de actitud resulta inDtil e introdu'
es ver a otros enfrentar una situaci6n o problema que te-
ce co~plicaciones indebidas en el análisis ciencifico
del comportamiento. Robert P. Abelson (1972) comenta&a nerla que enfrentar uno personalmente.
en un articulo titulado "¿Son necesarias las actitudes?". En esta misma linea diferenciadora se ha tratado de
que el planteamiento de rechazo a las actitudes por par- resolver el problema de la relaci6n entre actitud y con-
te del conductismo tiene.un paralelo en su rechazo a los ducta .. Una cosa es tener una actitud general y otra co-
modelos tradicionales de la personalidad. El principal sa es traducir en comportamientos esa actitud en. una si-
portavoz de esta· postura critica es Walter Mischel (1973), tuación concreta, donde no s6lo se enfrenta a un· objeto
quien hace una devastadora critica sobre la conceptuali- en abstracto, sino a un objeto concreto en una situaci6n
zaci6n de la personalidad como un conjunto de rasgos pro- precisa. Donald T. Ca.pbell (1963/1971), por ejemplo,
pios de la persona, entre los cuales se pueden incluir habla de un UIIbral de dificultad para la ejecuci6n de Ula
las actitudes. determinado comportamiento que en buena, medida depende de

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-.; 17
la sjtuaci6n y las presiones qu~ en ~l]a se rj~rcnli sobre
la person..:t~ Scglín Caffipbell .. p.l CS(UdIO ,1~ 1.n Jl ierc pre- recepci6n dada a 105 chinos, LaPiere tuvo que concluir
sentaba des situacion¿s .::on un umbral Ji:> Ji fjcu! tad muy que había otros factores, como el vestido, la apariencia,
dlferente ,ar~ Jos cut!portomient0~. Una c~~a es rechazpr la forma de hahlar y hasta la forma de sonreir, que de-
por eScTlt(\ a "los chi~üslt en gE' h.:raJ ~ y otr:l ~'0~:l m y lerminaban mucho mis l. rearci6n de las per~onas que el
distinta negar personalmente la potrada O la recepciÓn en color de su piel, de su cahello o la form¡¡ de sus ojos y
el propio establecimiento a un~ pareja de chinos educados de su nari, (plg. 28).
y bien vestidos. El estudio de LaPiere hubiera ¡Jo sor- Recicnr.emelte, Russell H. Fatio y Mark P. Zanna (1981)
prendente si los que rechazaron cara a cara alas :hio0$ han puesto de Tcl~ev~ qllC las actitudes adquiridas median-
los hllbiesen aceptado te6ricamente en el cuestlunario; te la .~eriencia crsonal con el objeto de la actitud
entonces si hubiera sido sj~nificativa la discrepancia, ya PErt'r,' t· ¡: ; TE:dccir ("eH: m$3s prccisi6n ta conducta consi.·
que el umbral de dificu~tad para negarse a algo en un guiente que los actitudes formadas sin expeTicnci· direc-
cuestionario es mucho más bajo que el de negarse a ello ta. Sr 'ún Fazio y Zpnna, la raz6n se debe a que la ex-
frente a la persona inte"resada. La idea, por consfguien- l'~rlen':i3. directa $Umiiligtra al incli'.t"iduo más confianza y
te, es que la manera concreta CCl,lO se manifieste la ac _i- claridad sobre el objetD preciso de la actitud.
tud depende también en parte de las condiciones y presio-
lIna de las raZO!l;:S por l"s cuajes puede darsc una co·
nes de cada situaci6n.
·H'¡aC16n tan bajr. entre actitud. .,. conducta se debe, se-
El mismo LaPiere (1934/1967) parece inclinarse pe; es- p-1n algunos ps)cólop,os, ü. ql.re en una situaci6n concreta
ta soluci6n. Con no poca sorna, escribe LaPicre que no dos o más actitudes (o creencias) pueden estar relaciona-
es lo mismo responder en un cuestionario si uno cederla SIl '''5 (onel mislTlo objeto. Milton Rokeach (1967), por ejen;·
puesto en el bus a una mujer de raza armenia que r;lIcon- rlo, postula dos actitudes para explicar cada comporta·
trarse en la situaci6n de eedérselo. "Las palabras 'mujer miento: Ull. actitud hacia el objeto en cuesti6n, y otra
armenia' no constituyen una mujer armellia de carn~ y hue- a~~itud Ilacia la ~ltuaci6n concreta en que se presente
so, que puede ser alta o baja, gorda o flaca, vieja o jo- ese objet.o.
ven, bien vestida o mal vestida, que podria ser de hecho
Leon·ud :'o..b (19. 7í1971) mantiene que 1" relac.i6n en-
una verdadera diosa o simplemente una bruja vieja y fea.
,)Q actitud y conducta no es univoca o necesaria. Doob
y la respuesta al cuestionario, ya sea 'si' o 'no', s610
,)fLe· ~ un':\. c\)}i1r-Jeja defin"c.i6n de actitud, a la que <:a-
es una reacci6n verbal que no exige levantarse del asien-
·'al·~ l":,o.a P',)\"" c·:nc. notas: (~) se trata de ",Ina r~spues'"
to o evitar estoicamente los ojos hirientes de la hipo-
""r .. .1. cit':l !..l {J.te élnt.l.c1pa l} CaJ:i''l1l;:a le:; tipo~ de
t~tica Mujer y las miradas recriminadoras de otros pasaje-
ros" (LaPiere, 1934/1967, pág. 26). Con respe'eto a la
.,~ - .J ....

Di itaJizado en Universidad Cenlroa " "


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·419
naci6n, (4) que es de por sí señalizadora y pulsional
y (5) que es considerada socialmente significativa en la hay una relaci6n mecánica entre la conducta simb61ica y ~o
simb61ica", pero quizá sí podría concluirse que la corre-
sociedad del individuo" (Doob, p~g. 36).
lación entre ambas conductas que se presupone al utilizar
Así, pues, según Doob la actitud sería una predisposi- los cuestionarios no sea lo suficientemente grande .como
ci6n aprendida, en el sentido de una respuesta mediadora. para apoyar una predicci6n fiable.
Pero, una vez que el individuo haya adquirido por aprendi-
Daryl J. Bem, para quien las actitudes son simplemente
zaje una actitud, tendrá tambi~n que aprender qu~ respues-
"gustos y disgustos", "afinidades y aversiones hacia las
ta manifiesta dar a la actitud misma. No hay una relaci6n
situaciones, objetos, personas, grupos o cualquier otro
predeterminada entre actitud y conducta; tambi~n hay que
aspecto identificable de nuestro medio, incluyendo ideas
aprender una respuesta conductual que vincular a la res·
abstr,'ctas y pogticas sociales" (Bem, 1970, pág. 14). lle-
puesta mediadora (la acti~ua). Dos personas pueden tener
ga a aflrmar con ironía que, en la práctica, las actitudes
la misma actitud hacia ~n determinado objeto, pero apren-
son más bien "la descripci6n que un individuo hace sobre
der a dar diferentes respuestas manifiestas.
sus propi&s afinidades y aversiones" (Bem, 1971,' pág. 3Z3),
4.2.3. Deficiencias metodo16gicas. ya q~e, aunque ningún psic610g las defina así, a la hora
,
de m~dirlas todos o casi todos se convierten operacional-
La más común de las respuestas a la objeci6n sobre la
mente a esta definici6n.
relaci6n entre actitud y conducta consiste en afirmar que
el problema se cifra en las deficiencias metodo16gicas. Como ya se indic6, l. valide! de los cuestionarios se
El defecto puede deberse a que no se mide bien la actitud basa en el presupuesto ~e que tanto la conducta verbal ca·
o a que no se determina bien el objeto de la actitud. En mo la conducta manifiesta son mediadas por la misma estruc-
cualquier caso, la falta de correlaci6n entre actitud y tura latente o intermedia, es decir, por el esquema acti.
conducta se debería a la inadecuaci6n de los instrumentos tudinal. Si el supuesto es válido conocidas las respues-
de medici6n. tas de un tipo lógicamente se pueden predecir las respues-
ca~ dal otro tipo, y los errores se deberían a que se ha
Ya se ha insinuado el problema de que para medir la
realizado una mala medida de la actitud.
actitud normalmente se utilicen cuestionarios que utilizan
respuestas verbales. Como indicaba LaPiere (1934/1967, El mismo prohlema de la mala medida puede darse por el
plg. 31), "el cuestionario s610 puede garantizar una reac- atTO pelo de la actltud, es decir, por la determinaci6n
ci6n verbal a una situación completamente simb6lica". De del objeto. Según no pocos psic610gos, la baja correlaci6n
ahí no habría que concluir, como hace el mismo LaPiere entre aLtitudes y conducta Se debe a que se precisa mal el
(pAg. 27), que "cualquier medida de las actitudes mediante objeto de la ac~itud y, por consiguiente, a que·se preter.-
la tEcnica del cuestionario se basa en el supuesto de que da predecir el comportamiento que se observará hacia un
objeto 8 partir de la actitud hacia un objeto más aMplio,

Di italizado en Universidad Centroamericana "José S' añas"


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genérico o simplemente distinto. No es lo mismo medir una
actitud hacia la "raia negra" en general o hacia "la re- acarrear Y el valor afectivo ligado a ese refuerzo o con-
forma agraria", que medir una actitud hacia una persona secuencias.
negra en concreto o hacia el proyecto de Transformación En segundo lugar el modelo de Fishbein y Ajzan 1nclu-
Agraria propuesto por el Coronel Molina. Es posible que, ye el "apel de las normas "subjetivas" en la determinación
a pesar de su aparente relación, en uno y otro caso se de ,onvortam1cnto. Cada persona tiene unas creencias nor-
trate de actitudes diferentes ya que sus respectivos obje- mativas, es decir, unas creencias sobre 10 que las dem6s
tos son mis o menos amplios, m's o menos significativos. personas esperan q\lO haga en una 51 tuación y 10 que ella
Quizi el esfuerzo mis elaborado por dar una solución mism3 piel1sa que debe hacer. Realizar una acc16n no es
al problema de la relación entre actitud y conducta resol- s6lo el "rod~ctc Je la actitud del individuo hacia esa
acci6n, 5jno de ~\JS normas s\lbjetivas al especto, aunque
viendo la dificultad metodológica sea el realizado por
Martin Fishbein (1967; Fishbein y Ajzen, 1975; Ajzen y eMpíricamente ~l efecto de las actitudes suela ser mayor.
Fishbein, 1977; 1980). F~hbein y Ajzen proponen un mode- ti tercer elemento en el modelo de Fishbein y Aj,en es
lo llamado de'la "acción razonada", segCm el cual son tres lp motivación del individuo, es decir, la medIda en que el
los tipos de variables que funcionan como determinantes JndLviduo quiere i está dispuesto a realizar 10 que de él
bisicos de la conducta: (1) las actitudes hacia la conduc- se pide o espera. La moti 'ación con respecTo a una con-
ta; (2) las creencias normativas, personales y sociales; y ~ucta concruta se expresa en la 1ntención de la persona a

(3) la motivación para aceptar esas normas. realizarla. Por ello, el puntu clave en el modelo de
En primer lugar, para predecir una conducta Fishbein y Fishbe.n y Ajzen consiste en definir la intención de una
Ajzen consideran que hay que medir la actitud hacia esa ¡JPTSO!la respecto a una det<'flninzda conducta. "La inten-
conducta en particular, y no la actitud genérica hac,a el' ción comportamental oe una persona es entendida asi como
objeto de esa y otras conductas. Una persona puede actuar una función de dos factores: su actitud hacia la conducta
de muchas maneras hacia un determinado objeto, y cada una y su norr.la subjetiva" (Fishbein y Ajzen. 1975. plig. 16).
de esas maneras de actuar es lo que constituye mis propia- La figura 6 mues ra un diagrama C!ln el modelo de Fishbein
mente el objeto de la actitud que debe medirse si es que y Ajzen para predecir una conducta concreta.
se quiere lograr una predicción acertada. En e~te senti- .. 1 modele de Fhishbein sobre las actitudes y su solu-
do, Fishbein (1967), quien modifica un modelo sobre condi- ción ~lproblemü metodológico de la relación entre actitud
cionamiento verbal de Don E. Dulany, subraya la importan- )' c-onr:"cta han recib'de un h... ~agiieño respaldo empirico 'y
cia que tiene la ''hip6tesis'' que se formula el individuo la ~~eptaci6n de b~stantes psicólogos (ver Hill, 19~1;
sobre el refuerzo que le va a producir realizar determina- Cialdini. Petty y Cacioppo, 1981). Sin embargo, el mode-
da acci6n, es decir, qué tipo de consecuencias' le va a lo de Fishbein llevado al extremo constituye la expresión

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go la misma pregunta una semana antes en su casa. La pre-
dicci6n se volverla todavIa m~s precisa si en lugar de ha-
cerle la pregunta cuando est~ en la.cola para obtener la
----
FIGURA 6
entrada, le hiciera la pregunta en el momento en que se
EL MODELO DI! LA ACCION llAZUNAlJA dispone ya a entrar al cine. Pero, evidentemente, lo rIdi-
culo del ejemplo muestra la obviedad del modelo. En su in-
tento por lograr precisi6n, Fishbein y Aj zen se ·acercan de
tal manera a la conducta especIfica, que dejan de lado el
r------~----------------------------------------------
1
-:,
.¡, o
carácter enRlobante de la actitud. El modelo de Fishbein.
o
Creencias sobre o y Ajzen debe ser aplicado en cada caso no a un objeto
o
las consecuen- ActItud ha~ia ,
. cías de la con- ~ la conducta X
(persona, situaci6n, etc.), sino a cada conducta concreta,·
¡
o
Intenci6n de
ducta X ~ realizar la
.
conducta X
1----+ Conduc ta y
I
I sin que se pueda en principio generalizar la actitud a
otras conductas referidas al mismo objeto. Tendrlamos,
...
o
Creencias norma- Norma subje- o
entonces, tantas actitudes como conductas podemos realizar
ti vas sobre la tiva sobre la ,
o

conducta X conducta X o
o
en cada situaci6n. Llevada al extremo, la actitud serIa
+L ___________________________________________
I
~---------..o
1

1
tan especIfica e individual como la conducta concreta. En
(¡ltima instancia, se elimina en este modelo la exigencia
científica de explicar mediante un principio general lo~
Influencia casos o procesos singulares, y se reduce el an~lisis a de-
- .. -_ .. _------ retroallmentacl6n notar actos concretos. Más aan, al vincular en forma tan
estrecha la actitud con la acci6n individual, el concepto
de actitud pierde el car~cter explicativo pretendido desde
Tomado de Fishbein y Ajzen, 1975. su origen y se convierte en un esquema indicador o descrip-
tivo.

retorcida de una obviedad: cuanto con m~s inmediatez poda- 4.2.4. La persona r ~ mundo.
mos determinar si una persona va a realizar o no una ac- Las soluciones propuestas, tanto las te6ricas como
ci6n, mejor podremos predecir esa acciOno ¡as metodo16gicas, no cuestionan el principio de que la re-
Es claro que si yo veo a alguien haciendo cola para laci6n sntre actitud y conducta sea una relaci6n siaple,
obtener la entrada a un cine y le pregunto si quiere ir al del tipo A-B. De ahl la necesidad en algunos casos de pos-
cine y me responde que sI, podré predecir con m~s preclsiOn tular diversas actitudes (a las que corresponden diversas
que esa persona va a ir efectivamente al cine que si le ha- conductas), de postular una diversidad de objetos (general

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y especifico) o de convertir cada conducta concreta en el sas conductas pueden expresar en la relaci6n de la persona
objeto mismo de la actitud. hacia el objeto de la actitud.
Es claro, COIlO lo lndica entre otros el modelo'de Si descubrimos en una mujer una actitud maternal ha-
Fishbein y Ajzen, que la ejecución de una conducta no de- cia su hijo, no podemos decir que esa. actitud se vaya a
pende sólo de la actitud. Sin embargo, conviene revisar traducir sin más en una determinada conducta, por ejemplo,
si el problema de la relación entre la actitud y la con- de premio o de alabanza, en un beso o en una nalgada.
ducta está bien planteado y, por consiguiente, si se debe Precisamente porque la actitud maternal constituye una re-
esperar una alta correlación entre una actitud y una de- lación de sentido entre dos personas, su mantenimiento
terminada conducta como supone el esquema A-B. pll~de requerir distintos actos segGn las circunstancias;

Al examinar el concepto de actitud, veiamos que la para expresar su amor maternal,- la mujer tendrá que prote-
naturaleza de las actitudes no se cifra tanto en sus ele- ger y atacar, premiar y castigar, alabar y reprender, dar
mentos cuanto en la relac"ión de sentido, la relación "com- y quitar. A través de actos tan distintos puede estarse
prometida" que se establece entre la persona y un determi- expresando una misma significación, que mantiene la valo-
nado objeto, basada en una evaluación personal sobre el ración del objeto (el hijo) por parte de la persona, es
objeto, en un sentimiento de aceptación o rechazo sobre decir, su actitud maternal.
lo que es o la persona cree que es un determinado objeto. Podria objetarse que esta solución resta precisión al
Esta relación de sentido entre la persona y el objeto es concepto de actitud y le quita poder predictivo respecto
la que se materializa en una postura, que se afinca en el al comportamiento manifiesto. En lo conceptual, sin embar-
esquema fisiológico y se articula en procesos psicológicos. gP, no parece que esta concepción sobre las actitudes sea
De ahl que la predisposición con que se ha definido tradi- más imprecisa que otras definiciones. De hecho puede en-
cionalmente la actitud no puede consistir tanto en la ten- tenderse la actitud como constituida en lo esencial por un
dencia a ejercer una y sólo una forma concreta de conduc- sentimiento evaluativo sobre un objeto, vinculado o no a
ta manifiesta, cuanto en la tendencia de la persona a man- ciertas creencias de la persona sobre ese mismo objeto, y
tener el sentido de su relación con un objeto y a canali- en ello no difiere este modelo de los demás. Lo que cam-
zar mediante la conducta la evaluación de ese objeto. Si bia es la comprensi6n que se tiene de lo que, es una, evalua-
de lo que se trata es de mantener una relación de sentido, ción significativa. Es cierto, si, que resulta mucho mis
entonces cabe admitir la posibilidad de expresarlo a tra- dificil predecir una determinada conducta con este modelo;
v6s de una diversidad de acciones, distintas en su esquema, pero también se evita precisamente la pobreza en la com-
pero consistentes en su significaci6n estructural. La co- prensión de las actitudes que proviene de limitar el al-
rrelaci6n no habria que medirla en lo que respecta a un cance teórico de los conceptos a las operativizaciones em-
tipo concreto de conducta cuanto al significado que diver- piricas. Si lo que es una actitud se reduce a la forma

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como las actitudes se operativizan en el lahoratorio, se zar de tal modo su'relaci6n frente a un determinado objeto
está produciendo un reduccionismo empiristJ. que arrastra o tipo de personas, que la actitud se convierta en un há-
una ceguera hist6rica y un positivismo ramp16n. bito. Harry C. Triandis (197'/) formu16 un modelo.para la
predicci6n de la conducta en el que, junto a la in~enci6n
üuijker (1967) propugna l!st~ comprensIón estructural
personal, entendida en el mismo sentido del modelo de
de la actitud.y mantiene que la actitud unifica las rela-
Fishbein, incluye los hábitos. rara Triandis, si la per-
ciones de la persona con su mundo al impregnar con un mis-
sona ha realizado frecuentemente una cond~cta, ya no será
mo sentido actos diversos. Según Duijl;er> la :dentidaLl
tan necesario conocer con precisi6n su intenci6n de reali-
de significación de los acto, se basa en una unificac.6n
zar una vez más esa conducta a la hora de la predicci6n.
óe los objetos a través de la percepci6r\ y de 1"1 vivcncJ~
En otras palabras, la conducta habitual es ya de por si
de la persona. "La manifestación de una ",titud cnnsis-
indicativa de la disposici6n de la persona o, en todo ca-
tirl en el florecimiento .d~ a~tivtdades de Ide6tica 5Ig&1:
so, aumenta la probabilidad de que se ejecute la conducta.
ficación hacia cierto nd~ero de personas ~ifer~, tes . .
Con todo, es importan~e distinguir cuándo una actitud se
sentidas como iguales (c'>mo propietarios, obreros, judíos,
ha convertido en hábitos y rutinas, y cuándo el háb1to no
franceses, soldados, turistas, studiantes, reaccionarios)
supone una actitud. La diferencia resulta esencial si lo
etc.)" (Duijker, 1967, pág. 95),
que se pretende es el cambio de la persona y su forma de
Esta comprensi6n estructural de la actitud permite actuar. Es posible que la fuerza del hábito sea tan diit-
distinguir este concepto del concepto de hábito. CO;¡IO se- cil de romper como la fuerza del "compromiso" actitudin'!l;
fiala Richard Meili (1!l67), no es neces.rio que la persona pero en uno y otro caso se trata de fuerzas diferentes que
repita una misma acción para que se pueda afirmar q~e tie-
involucran de distinta manera a la persona.
ne una actitud. Tampoco el hec l,o de que la persona rept-
ta la misma acci6n varias y aun muchas veces es sin "',á5
indicador de que tenga una actitud; podrla tratarse de un 5. LA REALIDAD DE LAS ACTITUDES.
comportami ento determinado por factores e 1 rCllIl~ t ~J~C ia ·~~S,
En el concepto de actitud muchos psic6logos sociale5
por alguna forma de coacción o podrla stl!ll'!.emcnt" tr'-tarse
creyeron encontrar la adecuada integraci6n de lo indivi-
de un hábito. "Lo que distingue la repdici6n en el caso
dual y lo grupal, de lo personal y lo social (ver Thomas
de una actitud y las repeticiones que llamamo~ hábitos es y Znaniecki, 1918) algunos soci610gos consideraron que esa , /
el hecho de que, en el primer caso, las reacciones en ~­
sfntesis se obtenfa mejor con el concepto de rol. En uno
lidad ~ ~ repiten, sino que presentan a menudo formas en
y otro caso lo que se buscaba es dar raz6n suficiente de
todo sentido diferente" (Meili, 1967. pág. nc, enfasis en
la acci6n de las personas, que es el acto de un individuo
el original).
pero que es de carActer social. Hay, por supuesto, imp~r­
Esto no quita para que una persona pueda identificar- tan tes diferencias entre aabos conceptos: la actitud ex-
se de tal manera con una actitud, introyectar y personali-

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_. --- -429

-428 citada, pr5ctica antes que te6rica" (Martln-Bar6, 1972,


'ón desde el esquema del individuo mientras, pág. 1~). Si, como nosotros mantenemos, la psicologla so.
plica la aecl
o hace desde el esquema del grupo; la predls- cial debe estudiar el carActer ideológico de la acclón hu-
que e 1 r 01 l , '
'ó que ell la actitud se atribuye a I~ evaluaclbn mana, no es de extrañar que muchos psicólogos sociales ha-
pOSiCl n
un obJ'eto, el rol la sitúa en la expecta- yan considerado que el estudio de las actitudes constitufa
personal sobre
el objeto fundamental de su quehacer cientlfico.
tiva que tl' en'en los miembros oe UI; grupo sobre c al debe
n una de+erminada sitiluciSn; findl- Puesto que el conjunto de actitudes representa la es-
actuar una persona e '
la actitud vinellla a las creenelas persoll a · t.ructura ideológica en la persona, parece natural que exis,·
mente, 1o que )0"

les, el rol lo liga a las normas sociales, Es cl:no, 1 • tR un orden y jerarqula entre las actitudes de un indivi-
tanto, que m'¡entras el concepto de artltud m.ntlcllC ul duo. Esto no significa que todas las actitudes de cadi
énfasis analltieo en e. lqdividuo, el conc~pto de rol po- persona sean coherentes entre si; y" hemos indicado la ca·
ne el acento en la dinJiinica del grupo social. Más adelal" pacidad humana de incoherencia e inconsistencia. Precisa-
"s detenimiento e! concepto do rel'
te examinaremos con m.. mente porque las .ctitudes traducen en las personas la
sin embargo, su parentesco con el concepto de actitud noS ideologfa de los grupos sociales, pueden darse contradic-
ayuda desde ahora a vislumbrar la nnturaleza real d0 ~os ciones entre ellas que canalizan y justifican los intere·
procesos actitudinales. ses propios de esos grupos. Una de las caracterlstlcas
~on las personas las que tlenen, asumen o adoptan ac- más expresivas de la naturaleza ideológica de las actitu-
titudes; sin embargo, las ralces 01' tlmas (le las actitudes
, des es la existencia de contradicciones interesadas, tanto
no están en los individuos, sino en las estructura; SOClr' a nivel de la incoherencia 16gica formal entre las creell-
les y de grupo de las que los individuos forman I'arte. cias, como a nivel de la fuerza y persistencia que roseen
Por ello, el conjunto de actitudes fundamentales de la:. evaluaciones nada objetivas.
personas puede concebirse como la estructura qu~, ~n,'Jda Milton Rokeach (19b8) mantiene que las creencias de
l'nd' "'duo articula psíquicamente la ldf' log5c socle:.
.... Jo. , .. •
las personas est5n organizadas como la estructura de una
Dicho de otra manera, las personas inc.orporan ",SH¡U'camen- molécula: hay creencias centrales y hay creencias perifé-
te la ideología social en forma de actitudes, como un con- ricas. Cuanto más central sea una creencia, más importan-
junto "psico-lógico" de creenciasy evaluaciones so'~re el te ser5 el papel que desempeñe en la vida del individuo,
mundo. Desde esta perspectiva, el conjunto de actltudes más resistencia presentará a su modificaci6n y más influjo
corresponde adecuadamente a la definición de ideologia da- ejercerá sobre el resto de sus creencias. Para Rokeach,
da por Althusser (1968, p" "g193'
. , ver pág'". 26-27 de este las actitudes se componen de diversas creencias sobre un
texto). La ideologla en su vertiente personal serla,"esa objeto y, por consiguiente, segOn la importanciR de las
estructura relacional que determina la modalidad de lnter- creencias, así serA la centralidad e importancia de la co-
cambios entre el individuo Y su mundo en una circunstan: rrespondiente actitud.
cia hist6rica concreta, modalidad VIvida antes que expll-

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, -, ------------- -----
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~. c~ l '
-430 - 4 31 "",~",lll>1~

A fin de analizar el papel de la ideología en la acti- cida la lucha propagandística que realizan a todo nivel
--
vidad política, Nathan Leites (19~1) primero, y Alexander las grandes potencias. En El Salvador, se ha hecho ya ru-
L. George (19b9) despu~', elaboraron un modelo sobre el tinaria la queja sobre la "campaila de desinforlllac.l6n"
c6digo operativo del sistema de creellcias para la toma de cuando las brutalidades cometidas por el régimen ,logran
decisiones (\( r, tamb~éll, IValker, 1977; Hosti, 1!I77). L'i filtrar los controles establecidos sobre los medios infor-
idea es que las creencias de lIS personas constituyen un mativos. Seg(in Armand ~lattelart (1\176), "el 65 \ de todos
sistema a través del cual se percibe y se dingnostlca las lOS mensaJes que circulan en el mundo son producto de los
situaciones políticas y se orientan las de.isiones que hay Estados Unidos". No está muy claro c6mo puede llegarse a
que tomar en cada situación. El c6digo op~rativo cumple, una cuantificaci6n de este tipo; pero sí está claro que
por tanto, dos funciones: orientar hacia un determinado Estados Unidos dedica grandes esfuerzos a transmitir su
tipo de diagn6stico de la situaci6n e inclinar hacia cier- ideología por todos los medios posibles de comunicaci6n.'
tas opciones o decisio~~s concretas. El sistema de c~een­ 'Por eso, afirma el mismo Mattelart, "en el transcurso de
cias articula así un cóaigo interpretativo y unos esqtlemas los Gltimos quince ailos, el garrotazo cultural se ha ejer-
para la acci6n que materializan los int~reses sociales pro- cido esenclalmente a través de los canales de televisi6n y
movidos por las personas. radiodifusi5n, de las agencias de publicidad, de las edi-
El car~cter ideol6gico del sistema de actltudes apunta ciones de paquines, revistas y textos escolares, de los
de nuevo al problema de la' correlaciÓn entre los regímenes trusts cinematogr~fic03 y de las agencias de prensa inter-
imperantes en cada sociedad y las actltudes de las perso- nacional tl •
nas. También desde esta perspectiva se puede afirmar que No son las actitudes los 6nicos determinantes del com-
hay actitudes convenientes y actitudes inconvenientes para portamiento humano; existen factores objetivos de todo or-
cada tipo de régimen político. Esa es en parte la intui- den que condicionan lo que las personas pueden hacer en
ci6n que desencaden6 el conocido estudio sobre la "perso- cada situaci6n. Lo que la persona cree y siente respecto
nalidad autoritaria" (Adorno y otros, 19~Oil95,): 'en qué a algo es con frecuencia secundario frente a deter_inantes
medida un sistema de creencias y una estructure de actitu- más poderosos de su comportamiento como son las normas so-
des personales (etnocéntrica) posibilitaban y hasta poten- ciales pero, sobre todo, los factores estructurales de or-
ciaban la instauración de un régimen fascista, como había ganizaci6n y poder, generadores y descodificadores de las
ocurrido en la, Alemania de los afios treinta. mismas normas. Sin embargo, las actitudes aportan a la
Una forma de verificar la importancia que para los re- acción social el influjo nada despreciable del factor sub-
glmenes pollticos tiene el sistema de creencias y actitu- jetivo, estableciendo una consistencia o inconsistencia
des de las personas, consiste en examinar el e6fuerzo pues- ,entre lo exigido por los factores objetivos y lo querido
to en controlar la difusión de i~formaci6n. Es bien cono- y propiciado por el siste.a de actitudes de las personas.

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-432 -4JJ

Si los regi~enes sociales latinoamericanos tiene~ ~le recu-


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