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P I OLOGIA oJ'-JL.IAL
ha pe l' (je¡¿Q qUf' t"1 <J1It" no qulrre
ver ni peor sordo qu el qUf" no 'lulcw
nlr" . 111 P r e¡:: Ión Inl rper ondl
'La vlela e del olor del rlslal con qLl clhu t
mirA'
Quizá no haya qu fiarse df"l11aslado dt"
lo dicho populart"s él que no lIlft -1\ en·
contrar refranes qu cxpr n exactamt"nt -
lo ontrarlo Sin embargo. reflejan un ex
1'1 ncla Ingenua que el pslcólogu s<X. al n
puede Ignorar y que algunos han 101 oc ( \.
1110 punto de partida para sus t~r1 I q lf'
hay& rCf(Rncs que expresan cxperl n
aparentemente contradl orlas es r zón eJe
mas para tenerlos en ·uenta.
El Innujo que la ubjetlvldad dt" ca a
persona ejer e en su comportamlen
uno de los aspectos cru lale del anél\!'ls
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PSICOLOGIA SOCIAL
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Capitulo Página
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5. LA INTERA~CION PBRSONAL: CONTEXTO y PER-
CEPCION.
1. El trabato coao contexto psicosocial· 261
1.1. Naturaleza del trabajo . 262
1.2. El trabajo como ralz personal ¿64
1.3. El trabajo como contexto 267
2. La percepci6n interpersonal 2b9
2.1. Percepci6n y categorizaci6n 272.
• 2.2. La percepci6n de personas 282
2.3. La percepci6n de actos 297
3. La percepc16n de grupos 315
3.1. La categorizaci6n grupal 315
.3.2. Los estereotipos 327
3.2.1. El carácter de los estereo-
tipos 327
3.2.2. Modelos te6ricos sobre los
estereotipos ~3¿
a. El modelo psicodinámico ~32
b. El modelo sociocultural ~34
c. El modelo cognoscitivo 3j5
3.2.3. Consecuencias de los estereo·
tipos 337
3.2.4. Reflexiones finales 341
Pági.na
• LA INTERACCION PERSONAL:
" ." re:aJil ad l.~e 1"" :'":ctiL:¡t.1e_ CONTEXTO! PERCEPCIO~
.R.EFEf<.l-;NC AS ". TDl,IOCRi.FICA~,
, . o'.)
.
1. EL TRABAJO COMO CONTEXTO PSICOSOCIAL.
El trabajo constituye la actividad humana primordial
y el marco de referencia crucial que define el sentido d~
la existencia de los seres humanos. El mito bíblico sob~e
el pecado original de Adán y Eva subraya la necesidad in~
ludible de trabajar para sobrevivir y desarrollarse. Las
sociedades se organizan en funci6n del trabajo y las perso-
nas estructuran su vida en etapas y tiempos laborales. El
trabajo constituye así el principal contexto moldeador de
los seres humanos, la principal raíz de su ser y su queha-
cer. Esto es crucial recordarlo antes de examinar las for-
mas específicas de la interacci6n personal, ya que el sen-
tido de ese hacer entre personas está condicionado desde su
misma base por el contexto laboral.
No se trata de elaborar aquí una psicología del traha-
jo; se trata de situar la interacci6n humana en su marco
más definitorio, y así como hemos visto que las clases so·
De esta
su molde esencial de posibilidades y de significación his-
·..anera, el trabajo se constit1l e en e, 116cJE:J a~reledor de.l
v
tórica y social. Exam'rarem s así, brevemente, la natura
<:u~.l . . I illc11,. ridL.O 0rganiza $U Vlu..J """ ·sonai
leza del trabajo, su c cter de ra1z de las personas y su
papel condicionan e c ",o contexto de la vIda humana. í;"~rabé io no 5610 c.r",:l-·
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~r- "':-"'ru~t",.. :, princi 1h1}mentf' ~I!
+·I·~C"{" C,~I "r~:1" 1,('l~;:~C"ltOO:-'Pfl~1',·ionale.,:;hars('rti-
1.1. Naturaleza d 1 t'abajo •• l .... '(":
social del trabajo en relaciÓn con la propiedad de los me- determinismos sociales, el impactc) d~, las f'uerzas que COI.-
dios de producciÓn separa a la sociedad en grupos y clases fluyen en el individuo y las acciones que el individuo
contrapuestas, determinando quién puede ser "sei'\or" y_ quién rea~iza en el entramado de esas fuerzas. Ahora bien, en la
tiene que ser "esclavo", quién manda y quién obedece. medIda en que el trabajo es la principal actividad .que COn-
forma la historia humana, es claro que el trabajo consti-
En lo psicolÓgico, el trabajo no es menos importante
tuye el molde fundamental donde se acufia la vida de las
que en lo social. El trabajo constituye la actividad fun- personas.
damental para el desarrollo del ser humano. La persona de-
dica un largo tiempo de su vida a aprender aquellos conoci- Al ingresar en el mundo del trabajo, la persona entra
mientos y habilidades necesarias para el desempeño de un en el juego dialéctico de su realizaci6n o enajenaci6n de
trabajo, y es la praxis laboral la que determinará después su expresi6n y desarrollo personal a través de su qUeh~cer
el carácter y alcances del desarrollo de la persona. El ~ de ~'l alienación instrumental como eslabÓn productivo al'
trabajo,articulado social~ente como rol (de obrero o campe- InterIor de un sistema despersonalizante.
sino, médico o abogado, comerciante o profesor), constitui- En el trabajo, el ser humano puede encontrar el venero
rá el marco de referencia para que el individuo establezca principa~ que dé sentido a su vida: la persona sabe lo q~e
sus aspiraciones y su estilo de vida, para que perciba su está haCIendo, sabe la importancia de lo que está reali-
propia identidad y la identidad de las personas que con él zando y se sabe a s1 misma frente al producto de su que-
se relacionan. El trabajo constituye as1 la principal ata- hacer. As1, a través del trabajo, la persona se hace so-
laya desde donde las personas adquirimos una perspectiva cialmente significativa , y se conoce como a 1gUlen
. que
sobre 10 que somos y lo que son los demás, sobre nuestros a~orta algo valioso a los demás. Pero, si en lugar de asu-
derechos y nuestros deberes sociales, sobre el mundo y mIr.el. t~abajo como expresiÓn y proyecciÓn de su persona,
nuestra incardinaci6n en él. Es, por fin, a través del tra- el IndIvIduo tiene que integrarse al trabajo como un ele-
bajo como el individuo va objetivando su ser plasmándolo en me~to instrumental más, como parte insignificante y susti-
realizaciones, en éxitos y en fracasos, que le llevarán no tUIble de una cadena productiva, de una burocracia an6nima
s6lo a las alegr1as y tristezas más importantes de su d1a desaparece el carácter dotador de sentido del trabajo, qU;
tras d1a, sino, sobre todo, a la satisfacción o a la insa- se transforma en fuente de alienación, de enquistamiento y
tis~acci6n consigo mismo, a su realizaci6n ~ a su ~rustra de desintegración personal.
ción existencial.
Cuando Erikson (1966) define las edades del ser huma-
1.2. El trabajo ~ ra1z personal. no en relación Con los conflictos cruciales que en cada
La persona humana es producto de su propia historia, etapa debe resolver, el conflicto que caracteriza el perra-
lo que incluye tanto los deterainisaos biológi~os como los da de madurez es el de la generatividad frente al estanca-
Miento. Para Erikson, la generatividad incluye tanto
-266
1.3. El trabajo ~ contexto.
la productividad como la creatividad humana, y se centra El trabajo nos ubica en un contexto material, un medio
en el legado que cada persona transmite a la siguiente ambiente donde dla tras dla tenemos que realizar nuestras
generación. Resulta entonces lógico que el conflicto que tareas. Hablar del mundo del trabajo es, entonces,' afirmar
caracteriza la líl tima etapa de la vida h",nnna seglín Erikson que el trabajo nos incardina en una situaciÓn material, rl_
sea el de la integridad del ~o frente a la desesperación: sica, en una circunstancia especifica, sea ésta el cafetal
la persona que logra realizarse como tal 3 través de su o la oficina, el bus o ia cllnica, la fábrica o el comer-
existencia, que lo es en forma esencial 3 través del trab~ cio, el aula de clases o la estaci6n de servicio. Este con-
jo, mantiene su íntegrid!Jd humc\n:;) mi.entrü~ quien tiene ({:.le texto, como ha subrayado la psico10gia ecológica, constitu-
alienarse dla tras dla en un ql!chacer rutinario o em rute- ye un marco ineludible que en buena medida define las posi-
cedor se va desintegrando, 'ob~etiva y 5ubjetiva¡del1t~. bilidades y las exigencias de la actividad laboral que he-
Precisamente porque ~l trabajo jue;a un papel tan cru- mos de realizar y el grado de personalización que se pueue
poner en ese quehacer.
cial en la definición de la ~xistencia personal. en 10 C¡UC
una persona puede llegar a ser uli.diante lo que hace, Tescl~ Ahora bien, la mislla psicologla ecológica apunta a un
ta tan grave la fa~ta gen~ralil3da de trabajo que se rre- sentido más profundo en el que el trabajo se constitye en
senta como situación norm:ll para una mayoría de latinoame- contexto de la existencia humana: el mundo del trabajo, ca.
ricanos. En El Salvador, l~s tasas reales de desempleo de da mundo laboral concreto, constituye un sistema social "s-
la población econ6micamente activa han llegado en años re- peclfico con sus intereses grupales, sus valores y sus prin-
cientes a niveles superiores al 50', y esta trlgica reali- cipios, sus normas y su estilo de vida. En otras palabras,
dad apenas logra ~er paliada por el empleo ocasional o les cada contexto laboral admite y aun exige un particular tipo
subempleos marginales. Asf, el primer problema que se plan- de comportamiento. Ya se vió en el capitulo anterior CÓmo
tea a un sector muy grande de la poblaci6n salvadoref.a es la socializaciÓn secundaria consiste precisamente en inte-
el de encontrar trabajo, y s6lo en segundo lug~r el de de- grarse a los submundos particulares de una determinada so-
sarrollarse personalmente en el trabajo que se le ofrece. ciedad (Berger y Luckllann, 1968). El mundo de la oficina no
En este sentido, el plant~amiento no es ante todo el de es el mundo de la hacienda, ni el mundo del gran supermer-
realización o alienaci6n, sino el de la si"-?le S~05isten cado es el mundo del mercado tradicional. Cada uno de estos
cia: es necesario encontrar trabajo, cual.: ["r t'.~.b&jo,par;l contextos laborales propicia y reclama una forma caracterls-
peder subsistir. 1.a b(Íl¡queda continu:l de <:mpleo es la tica de comportarse; es ahí donde los intereses en juego se
principal ocupaciÓn del sal vadorello medlo " el ertame:J te su Convierten en valores y los valores se traducen en expecta-
mlts profunda preocupación. 5610 después, para aquel 1ue tivas.cuando no en exigencias normativas inapelables. El
tiene trabajo se le plantea el problema del s~ntido laboral. indiVidualismo, la competencia o la violencia para conse-
Robert 11. f,enthal y ).,e"ore J~co;'son (1968) re"Jiza,'on Es necesario, por tanto, examinar psicosocialmente los
UI experlwento en una escuelo p6bllca p.ra prohar 4'le las procesos de percepci6n. Pero, ¿quE es la percepci6n1 Una
expectativas de los mae:;tros poJían infl :ir en el ren j.
de las definiciones afs aceptadas sefta1a que es el proceso
miento de los al'Jmnos. Se pasó un test de inteiigenci. a por el que se captan estl-u10s y se interpreta su signifi-
los alumnos y se dijo a los maestl s de qué estudiant.es \,0- caci6n o sentido. Huelo el perfume de las flores, veo a'
dían espeTar un crecimiento intelectual más rápido en el Juan corriendo, siento que me duele la cabeza, oigo las
año escolar. Los nOr.lbres habían sido selecclon¡'dos al azar consignas gritadas por un grupo de manifestantes. En todos
y el único cambio que se produjo en el tratamiento de "¡os estos casos, los sentidos suministran informaci6n sobre ob-
a1uonos escogidos fue la expectativa de SUf, pro[c.0res. jetos, personas o acciones, pero los estimulas son interpre-
Sin embargo, los resultados confirmaron las predi ..ciones, Y tados coao realidades con una significaci6n. La percepci6n
los alumnos escogidos lograron un rendimie\lto supeTi"r al no es, por consiguiente, un simple proceso de reflejar es-
de otros alumnos, medido por un incremento sigrirjcativo en timulas que se le presentan al sujeto. La persona no es
su cociente intelectual, Segú. Rosenthal y J?" :>bsron, el un procesador pasivo o aec4nico de inforaaci6n; por el con-
efecto se pudo deber a quc. los maestros d.ed icaron mlb aten- trario, la persona deseapefta un papel activo. y determinante
ción a esos alumnos, ° qui zás a que fuer n mÍls estimulan- en la configuraci6n perceptiva de aquello que capta. SegGn
tes o pacientes con ellos. En todo caso, la percepci6n que Jerome S. Bruner (1958/1974), el proceso de percibir seca-
los mae;tros tenían de esos alumnos influyó ~n 05 resulta- racteriza por dos importantes aspectos: (a) entre la diver-
dos de su actividad docente. sidad de datos disponibles, se tiende a seleccionar aque-
llos que permiten loerar un objeto o "constructo" percep-
Los estudios de Rosentha1 Y jacobson han sido criti-
tivo adecuado a la capacidad de la persona; (b) la persona
cados desde l1luchos puntos de vista, sol,re to,)., metodo16gi-
-Z74
valentes. I,as cRtegorlas se suplen designar con nombres:
pájaro, libro, tr"bajo, fusil, [RS especificaciones que me
llevan a clasificar algo cerno "un pájaro" (es un animal,
vertebrado, vuela, tiene pico, es pequeño) constit~yen ese
RECUADRO !l conjunto de reglas que es IR categoria "pájaro".
Un concepto semejante al de categorfa es el de esquema
EL ARZOBISPO Y EL GENERAL
cognoscitivo. C000 se vi6 en el capitulo ~nterior, para
Piaget (19~7/1967, 19~7/1969) Illl esquema consiste 'en la es-
"El Sellor Presidente, a pesar de todo esto, ha dicho tructura de rasgos generalizables de una acci6n, aquellos
en México que no h3Y persecución a la 191e5i3. y comp~o caracteres que se pueden reproducir y generalizar. Si
mete a nuestros periódicos poniendo en titulares de ~ri Piaget hace referencia a IR acci6n no es porque considere
mera página un llecho q,-,~ aqul: la Cated'cal lo está eVlden- que los esquemas s610 se aplican a aquellos objetos del co-
E' S -or Presidente acus6 en nocimiento que son acciones, sino porque el conoci~iento
ciando lo mentiroso qU& es. '. en ,
México de crisis en la Iglesia a causa de clérIgos ,tercer- mismo es para Piaget una acci6n (conocer es actuar sobre el
mundistas. Denunció la predicaci6n del Arzobi~p~ com~ objeto, "construir o reconstruir el objeto del conocimien-
una predicación politica Y que no tiene la espiritualidad to") . Según Tay 1or y Crocker (1981, pág. 91), "un esquer.la
que otros sacerdotes siguen predicando. Que m~ est~~, es una estructura cognoscitiva consistente en la represen-
aprovechando de mi predicaci6n para promover mi canUIoatu- tación parcial del ámbito de algún estimulo" y, por tanL"
ra del Premio Nóbel.- ¿Tan vanidoso me creen? A la pre- "contiene un conocimiento genérico sobre ese ámbito, inclu-
gunta sobre si existen en El Salvador los catorce, el yendo una especificación de las relaciones entre sus atri-
Sellor Presidente negó que existe nada de eso; cc~o negó butos". Fundamentalmente, un esquema cognoscitivo corres-
también que e:xistieran desaparecidos Y reos poli ticos", ponde a la pregunta "¿qué es esto?" (ver Recuadro 14), y
puede incluir diversas categorias, unas más abstractas y
otras con informaciÓn más concreta, hasta llegar a la con-
creción de lo singular (cada caso especifico como "un hom-
(Ext1'acto de la hOlL', ',a de it.onsel\or bre que pasa vendiendo fruta por la calle").
Oscar A. Rome~o d~l ¿1 ~' enero de
1979). Cuál sea el objeto de la percepción puede influir en
el proceso mismo de percibir. La mayoría de los psicóloROS
sociales piensa que existen diferencias importantes entt'e
percibir una persona y percibir un objeto inanimado. Lor-
dos factores que más pueden afectar al proceso perceptivo
RECUADRO 14 son: (a) que las personas son sujetos que persiguen inten-
LOS.ESQUEMAS CONGNOSCITIVOS
ciones y realilan acciones cUfO objeto es la misma persona
La· adquisición y el uso del conocimiento social Son in- que percibe; y (b) ue las personas perciMdas son semejan-
separables. Rara vez se codifica la información en la me- tes al sujeto qu~ percibe, lo que da pie para atribuirle
moria en su forma original, sin adulterarl~. ~ás bien,pri- procesos equivalentes, generindose asi un proceso de inf:u-
mero se interpreta y organiza en conceptos, desarrollados a jo sohre l. misma percepci6n. Aquino discutiremos más la
trav~s de la experiencia, sobre personas, objetos o suce-
ciifc·:·encia entre la pcrcepci6n de personas y la percepción
sos similares a los que se refiere la informaci6n. De he- de ohjetos inanimados, puesto que s610 se analiza la prime-
cho, la información que no se puede interpretar inmedia.ta- r •.
mente con conceptos previamente formados es muy dific;l de
asimilar. Como ya Jo indicaba Rruner (1958/1974; ver también Bru-
ncr. 1957), los esquemas cognoscitivos cumplen al menos dos
Postulado 1 {Postu;ado organizativo).El conocimiento
social se organiza en la. memoria en configuraciones .que re- til'05 de funciones esenciales en el proceso perceptivo: la
codificaci6n y representaci6n del objeto, por un lado, y la
presentan personas, objetos y sucesos.
interplctaci6n e inferencia respecto al futuro, por otro.
Postulado 2. La informaci6n nueva sobre una persona,0b-
jete o suceso se interpreta comparando los rasgos que pre- Aunque estas funciones no pueden distinguirse del todo,ana-
senta con los rasgos de los esquemas previamente fonnados y líticamente responden a necesidades diferentes de las per-
almacenados en la memoria .. sanas.
Postulado 3. Cuando se pueden aplicar varios conceptos Según Taylor y Crocker (198 ¡. págs. 94ss.), cuyo anlí I ¡-
o esquemas alternativos para interpretar una información sis seguimos en parte, la función codificadora y represen-
nueva, se usa el más accesible en la memoria y del que con tativa puede sintetizarse en tres afirmaciones: (1) tos
más rapidez y facilidad se puede echar mano. esquemas cognoscitivos estructuran la experiencia, (2) de-
Postulado 4. Qu6 esquema se active para codificar y terminan la informaci6n que se codificará en la memoria o
organizar información nueva puede depender en parte del se recordará, y (3) afectan el tiempo de procesamiento así
propósi to para el que se ·fa a utilizar esa infonr.aci6n. como la velocidad en el flujo. de la informaci6n y en la re-
Postulado 5 (Postulado sobre la inmediatez). Los soluci6n de problemas. El punto crucial está ~in duda en
conceptos o esquemas que han sido activados ~ás reciente la estructuración de la experiencia, es decir, en asumir
mente son los q~e con más probabilidad serán sacados de la que "cuando se encuentra una configuraciÓn estimulante en
memoria para usarlos en la interpretaci.ón de nueva informa- el medio se contrasta con algún esquema y el orden y rela-
ción o en la emisiÓn de juicios. ciones entre los elementos del esquema se imponen a los ele-
mentos de la configuraci6n estimulante" (Taylor y Cracker,
Bxtractado de Wyer, 1980.
1981, pág. 94). En una estaciÓn de buses se observan todo
-284
TABLA 3
personas con unas u otras categorias a partir de la percep-
ción de algO n rasgo caracteristico. En principio. las '~eo Percepción de cualidades congruentes
(En porcentajes)
das impl1citas de'la personalidad" pueden ser peculiares
de cada persona, Y cada uno podemos tener una forma propia
de caracterizar a la gente, ,Sin embargo. las más de las EXPERHIENTO A EXPERHIENTO B
"Cordial" "Frío" "Cortés'" "Tosco"
veces estas "teorias" constituyen modelOS socializados. ve c- (N E 90) (N = 76) (N • 20) (N • 26)
daderos estereotipos sobre las personas que asumimos inclu-
Generoso 91 8 56 58
so con anterioridad a nuestra propia experiencia. de manera Prudente 65 Z5 30 50
que la experiencia personal ya estará filLrbda en mlgO< mo- Feliz 90 34 75 65
De buen carácter 94 17 87 56
do por ese tipo de proceso perceptivo. De buen humor 77 13 71 48
Sociable 91 38 83 68
Es clásico el experimen,o de Solomon Asch (1946) sobre Popular 84 28 94 56
la percepción de las per.son:!s, Asch leyó una lista de TaS- Confiable 94 99 95 100
Importante 88 99 94 96
gos de carácter a dos grupoS, uno ~c 90 Y otro de 76 pe so' HUlllano 86 31 59 77
nas. En ambos casos la lista era idéntica tinteligente.ha- Bien parecido 77 69 93 79
Persistente 100 97 100 100
bi1idosD. trabajador, decidido. pr.ctico. precav:do). excrp- Serio 100 99 100 100
to en un solo ras~o: ~n unos cago~ se ponía que a pe:sor.3 Inhibido 77 89 82 77
Altruista 69 18 29 46
descrita era Hcordialo, Y en ot.ros que eratlfría". Post·.. - Imaginativo 51 19 n 31
riorfficnte, los individuos escogieron entre pares ¿e cuali- Fuerte 98 95 100 100
Honr?do 98 94 87 100
d:lde. opuestas cuAles parecían COTi..°f"5pCndcr a la perS0'13
descrita. Los resultados fueron muy diferentes para ~\IO y Fuente: As ch, 1946.
otro grupo como se puede ver en la Tabla 3. global de la persona. Esto no sucede cuando 10 que cambia
COinO pued~ verse, alg'¡:13S cua] i:lad~s (~r~!1eTos:dad.r ;)'F~": es algOn rasgo secundario, como trató de probar el mismo
bilidaó. humol') se atribuyeron I'~incipal,"e;lte a.,;; pt>T;on3 Asch con otro experimento similar en el que, en lugar de
"cordi31", mientras que sus opuestas se atribuyerel) a l~ utilizar los rasgos cordial-frio , util i zó los rasgos "cortés"
persona •• fri.··. Otras cualidadcs se atribuyero. indis~in y "tosco" (ver Tabla 3).
tamente a ambos tipo~ de pei"souas. Segün A.sch ~·os ¡:vc;ul-
1
La explicac1"ón qu e Asc h o f rece sobre los resultados de
tados de su eXpe'f¡l!H~nto ~ndic2n tlue 12 pen:cpc:i(}n de las
s~s experiaentos ha sido aapliaaente discutida. Julius
personas tiene un C(lr~cter l!e t.Jt lid~,cl (dI:: G<'·.talt' y que
W1shner (1960), por ejemplo, replante6 en forma más realis'
en la c<",figuración de esa totalidad hay unos Ta~ g~3 ",¡¡~
t~ el mismo experiaento de Asch: pidió a un grupo de estu'
importaates o centrales que otros, Por co~sl~"i•. ,'~. al
d1~ntes que calificara a diez instructores de su curso de
cambiaT uno de esos rasgos centrales ~ambi~ la p~.capci6n
pS1cologia y analiz6 los rasgos con los que los describian.
-:37
-286
(c) el nOmero de atributos inconsistentes o incompatibles
De esta manera, Wishner verificó que el rasgo "cordialidad" con esa categoria que también posee la persona. El ~odelo
iba unido al de sociabilidad, pero no al de persistencia. de la prototipicidad constituye asl una versi6n contemporá-
Wishner llegó a la' conclusión de que los rasgos centrales nea del modelo de la personalidad implícita, pero en el qlle
se correlacionan fuertemente con otros atributos y, por lo que cuenta son los parecidos y, por consiguiente, la ma-
tanto, que la.centralidad d~ los r~sgos cordialidad y yor o menor tipicidad de un determinado rasgo, no su simple
frialdad en la lista de Asch se debla a que se correlacio- presencia o ausencia. Por eso, como ya se indicó más arri-
naban con varias de las cualidades incluidas en la lista, ha, el modelo prototipico es de orden probabilístico y
pero no con aquellas incluid&s en la Gescripción original acepta que se dan percepciones aparentemente claras en base
de las personas. a un minimo de datos o a datos perceptivos poco claros.
Un modelo más cOl1tempo;ráneo de concebir el lHoceso Cuando percibo a alguien como "un conductor de bus muy
perceptivo es el de las.~nstancias modélicas o prototlpi- amable" estoy utilizando dos categorías perceptivas: "con-
caso La idea central co~siste en afirmar que la inclusi6n ductor de bus" y "persona amable". Resulta sencillo detE'r-
de un objeto en una categorió perceptlva se determina por minar perceptivamente si alguien es conductor de buses cuan-
su pareci~o cen instancias conocidas de esa categoría. Ca- do se ve a la persona en el desempeño de la tarea; resulta
da objeto nuevo se compara con un conjunto de rasgos prot.o- más difícil llegar a la percepción de que se trata de una
tlpicos que representan la categorla. no tanto en forma ',ri- persona amable. En ello, hay una serie de factores (cómo
tica de todo e nada ( o tiene todos los rasgos o no perte- habla, cómo se dirige a la gente, el cuidado que pone al
nece a esa catego~'ia), sino en un continuo 03" ti1'icidad. conducir el vehiculo, dónde se detiene, cómo atiende las
Los prototipos perceptivos se han definido de tres maneras: preguntas o pedidos de los pasajeros) que lleva con mayor
(1) como un valor promedio de las caracteristicas rundamen' o menor prontitud, con mayor o menor claridad, a percibir
tales de un objeto estimulante; (2) como un modelo ...epre- al conductor como una persona amable. Puede haber ciertos
sentativo de la categoria; y (3) como un conjunto ?bstracto rasgos (por ejemplo, cómo entrega el vuelto del pasaje o
de caracterisT.icas generalmente asociadas con los ",iembros cómo pide a la gente que se desplace hacia la parte de
de una categoria, dentro Gel cual cada característica 'lene atrás del bus) que son considerados cruciales en la apari-
una particular importancia (e centralidad) segOn su gr~do ción de la categoría "persona amable" u otra' distinta aun-
de asociaci6n cen la categoria (ver Cantor. 1981, páC· 27). que equivalente ("persona descortl!s", "persona poco educa-
Seglín Cantor y Miscnei (1979), el que un. pers'Hl8 sea da").
percibidll 'con U!la dete minada cat.egoría óepe¡;óe f'JIldamental- Es claro que el proceso de percepción no depende líni-
mente de tres factores: (a) eA número üe at,.-ihuto~ consi.s- camente del objeto percibido. En general, se puede afirmar
tentes con esa categorla que posee la persona; It1 ero qu~ que la determinación de cuál sea la categorla perceptiva
medida eso~ atribut02 dominan la configuración total; y
~~~.:2:~~~~~~:':;:'¡'¡Iii¡'¡¡¡'¡¡iliW"~líIíiiílii;"_-----------------------------
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Digitalizado en Universidad Centroamencana ".1
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mlís apropiada en un momento concreto depende sobre todo de
tres factores: el contexto, el ioteris Y la experiencia del
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il1~iviuuo l~ 1 dr¡~en a considerar como l~~:ldos.
perceptor.
La expür ienc j n P'IC., haherle llevado a uno. por
(1) El contexto en que se encuentT3 el obj~tn ~e lo
ejemploJ 3 1.1 r Hcll1si6n Je que cuanuo un t0IHll1(-
percepciÓn condiciona la forma COhO se le perej··
t..". d<: buses ","ran,. y frena con gran brusqli€'dJd
be. No es 10 mismo '.'er a un conduct{)l de hus en
tlenle 3 !cr brusc ~ambién en el ~rato con la
la maftana qu P elt la tarde, cuando ya st5 c3ns.)10
geHte o 3 prestar poca atenci6n a los reclamos ,.
por vaTia~ horas de tV3hajo; verle conduciendo en
necesidades de los pasajeros.
:nedio de un 'Pesado tr:íflCO Y C.OJi el bus ¡ 1 ., ..... de
pa~ajeros, que ~O~ el l~s casi ~~cto e~ we~; de ~¡uyfrecu<:ln t'i'mente, los da tos percept i vos que rec i b j -
'Una colonia res-ide:lc'')l; y, l",0r Sl.puesto, n(l \: ... mos de las demlís personas parecen contradictorios con la •
lo mismo •
an el de~¿mpcfic de su tarea,
pelcibirlc categorlas perceptivas que les hemos aplicado con anteriu-
que cuando está descansa.nda o -uando no se '3.lOJ~n idad. En esos casos, se produce la "duda percepti ,r:., " • la
ra en servicio. percepci6n inestable o imprecisa sobre el objeto. El con- "
ductor que me ha saludado con gran amabilidad al subirme ~l
(1.) El ioteré especSfico de la p~,s)na que percibe,
bus y que me h~ dado con gran paciencia el cambio de mi.4 oa·
sus expectattvas respecto a~ objeto, in'luyen en
saje, frena y acelera con ena desconsiderada brusquedad ~
la c3teg~r!a reTc~ptiva que parecerá mJs aprnpio-
va haciendo fuertes exclamaciones contra todo y contra too
da. En distil!to ~ubirse 3 un ~·us ) p~r~ibir a su
dos. ¿C6mo resolver esta contradicci6n informativa y com-
conductor cuando U~0 est~ con p"is~ por Jjogar al
paginar mi anterior aplicaci6n al conductor de la categoría
traba:!o a tíelr.po Q.ua cü3ndo lo que 5e pl·ett..nde eoo;
perceptiva "persona muy amable" con los presentes datos de
dar un s i1Dple p,,"sell por la ciudad. En "" case..
" persona muy b rusca" y "persona desconsiderada y violen-
la~ exigencias e jetivas d~ 1~ sit'J~ci6~ Gohre ~l
ta"? Los autores han propuesto tres "métodos" diferentes
cO!iduct.o Ile ir de:::}Klcio o recoger a todo 01 l.iun-
de resolver las impresiones perceptivas contradictorias; el
do pueden paTee t al individuo nU~il .c~lc:a de ::on-
relacional, el del descuento y el de la combinaci6n lineal.
sideraci6nttJ m~'?i?t·r3.~ p'ue ~u~ndo se -'-.. S\1~ ¿i'i a
put;den 11e~/a~ a ivz. Xl" a":. coad... .lctol· 1_'lT'¡::¡ n jn p~-\" El método relacional supone la modificaci6n de la in-
!tona ¡r.vr ·Bt.:c:.<1t ..... ("'~:~i: .lOS ptl';ojnr:::'~' formación contradictoria o la modificación o cambio de la
, ,
• J
Le. .... 'Vl'('\·rit~~ ~~ 91 ....
~ ..,~ ; . r
r .; sr., d.e_ ;ilrlC.
"
, categorta perceptiva aplicada a fin de integrar la nueva in-
formación con la ya existente. El experimento de Asch pa-
ti. tK de '::.0 ~ -=?, ,', ~ ._ :'un .~ ¡- CP" .. 'lÍt.;
. rece indicar que las personas dan sentido a un determinado
:-i ' .. caT."· e ' Fl ,,',' • l"J'·"r·' 'le' "t. '.'
0, .... ,,,,,. 0.\ ..' .... \ér
.'.-
-290 -291
dintel telliporaí. el efecto de priJrlHCia afirma que l:¡~ pri-
rasgo de la personalidad seg6n el conjunto oe los demás mer¿ts impresiones que nos formamos de alguien defilen el
rasgos atribuidos a la persona descrita. El mismo rasgo, ~l::'i'r:O o contexto ~n que se interpretará cualquier otra in-
por ejemplo, la seriedad de carácter, puede ser percibido forl1l::J.cióll que nos venga de o;;"losa misma persona. En este sen-
de distinta manera 'si se trata de una persona cordia~ que tldo, lo ~Indamental seria 1~ primera percerci6n q~e se
si se trata de una persona fría; en un caso, la seriedad tiene de los demás y elJa determinarla lo que despu~, se
puede ser pe;cibida como confiabilidad, estabilidad, mien- rlcscontar§. E: enfasis que se suele dar a la propia prr-
tras que en el otro puede ser captada como distanciamiento, !cotación y atuendo, , la i~agen que se presenta de uno
formalismo, aburridora pesadez. Por tanto, una informa- IOislOo en In vida social, parece confirmar intuitivamente la
ci6n discordante puede captarse con sentido dis~into seg6n importancia primordial del efecto de primacla. El efecto
la categoría perceptiva ya aplicada: la brusquedad del con- de la inmediatez temporal afirma, por el contrario, que la
ductor será interpretada d~ diferente forma si ya lo perci- percepci6n de una persona está determinada en buena medida
bl como un hombre amable que si lo percibí como un descor- por la informaci6n más reciente que sobre ella recibimos.
tés. Ahora bien, es posible que la nueva informaci6n me Es bien sabido que con frecuencia las primeras impresiones
lleve a cambiar la categoría perceptiva ya aplicada; puedo sobre las personas no duran mucho y que incluso algunas de
así empezar a percibir al conductor como irascible, amable las personas que más queremos o apreciamos, en un primer
con las personas cuando está tranquilo, descortés cuando se momento nos parecieron soberbias, antipáticas o repelentes.
pone tenso. El descuento perceptivo dependería entonces de la 6ltima
El segundo método de resolver informaci6n perceptiva percepci6n tenida sohre la persona. Ahora bien, si lo que
contradictoria consiste, sencillamente, en ignorarla. En cuenta no son los mecanismos formales de la percepción. si-
esto consiste el método del descuento: se descartan aque- no el sentido de la informaci6n recibida sobre las otras
llos datos que contradicen la percepci6n.que se tiene de personas, el descuento se ubicarla más en factores ajenos
otra persona y s610 se toman en cuenta aquellos datos con- a la percepci6n, sean de orden personal, como afirm6 Freud,
cordantes con la categorizaci6n utilizada. El fen6meno del o sean de orden social, lo que constituye nuestro punto de
descuento patentiza el carácter selectivo de la percepci6n vista (Martín-Bar6, 1972, págs. 121-140).
y pone de manifiesto que no se trata de un proceso mecánico El tercer método para resolver informaci6n perceptiva
o pasivo. contradictoria es el de la combinaci6n lineal: la nueva
No hay acuerdo sobre qué factores son má~ importantes informaciÓn se incorpora a la informaci6n existente u obli-
en la 5elecci6n o descuento perceptivo. Algunos autores ga a quitar informaci6n previa. La impresi6n perceptiva
apelan a mecanismos formales, mientras que otros subrayan final que se tiene sobre la persona dependerá de ese proce-
los elementos del contenido o de la signific>lci<ll,. En ·10 so combinatorio. Se discute si la percepci6n final·lograda
que respecta a los mecanismos formales, se ~isc~te la impor- por combinaci6n de datos constituye una simple suma y res'
tancia de los llamados efecto de primacía y. ef0cto de inme-
-292 -293
ta, o mis bien un promedio de los datos incorporados. Que contrndict0:io a nivel de la sola conciencia tiene lb cohe-
se dé uno u otro de los procesos puede llevar a una dife- ~ncia de las con 4 radlcciones sociales, donde -1 beneficio
rente comprensi6n de la percepci6n y sus consecuencias.Por J'ui'tir.ul.)r pa~a com ~:ene.ticio unlvelsol y el bien moral
ejemplo, es distinta la predicci6n a que se llega si el da- r·edicul!O a ~iVf] Je valores se convierte en su nega~i6n
to de la brusq~edad del conductor de bus es sumado al de su r "1ical R lliv('l d~ tleches y '1~ciol1es concretas. Las pel"SO-
amabilidad o si es m's bien promediado: en el primer caso .... 'l~ acep r :JrJo5 las ccntrndiccjonE"'~; en la medida en que ncso-
puede llegar a la percepci6n de un individuo voluble (ama- ~J".' misfo"'s S""")< producto y parte de ellas.
Corno ha es-
ble y brusco), en el segundo a la percepci6n de una perso- crito R. Di MaTee, en una sociedad basada en la explota-
na no excesivamente amable. En general, parece que el peso c!1i;; del. hombre por el hombre, el cuerpo humano "se con _
emplrico se inclina a la visi6n del promedio, teniendo en vierte en la sede natural de las contradicciones sociales"
cuenta el diferente peso p importancia que los datos pueden (citado por Berlinguer, 1972, pfig. 25), proceso al que no
tener a la hora de detetminar la categorizaci6n perceptiva escapa ~l funcionamiento psíquico en su sentido m's amplio.
final. A pesar de que el modelo categorial de la percepci6n
Los tres modelos acerca de c6mo resolver perceptivamen- goza de una gran popularidad científica entre los psic6lo-
te datos contradictorios presuponen que el ser humano nece- gos, sobre todo en los E5tados Unidos, y a pesar de que
sita percibir la realidad en forma consistente y que las existe una gran cantidad de investigaciones empíricas que
incoherencias tienden a ser resueltas o eliminadas. Este parecen confirm2T su validez, :'0 c3i~e duda de que el mode-
presupuesto, magnificado por Leo Festinger (1957) en su lo presenta serias limitaciones. Quizá la crítica más
teorla sobr~ la "disonancia cognoscitiva'~ parece tomar Je- fuerte al enfoque categorial de la percepci6n se haya for-
masiado en serio'la concepci6n del ser humano como un ani- mulado desde un modelo alternativo: el modelo eco16gico de
mal racional. En su contra, la experiencia cotidiana nos la percepci6n tal como lo elabor6 James J. Gibson (l966).
ensena que las personas podemos vivir con muchas 'nconsi.- Segan Gibson, lo fundamental en la percepci6n no es tanto
tencias y que aceptamos elementos incoherentes y aun co~ su elaboraci6n o procesamiento subjetivo cuanto su adecua-
tradictorios tanto en nuestra percepci6n como en otros pla- ci6n objetivn. Segan Gibson, el individuo enfrenta la ne-
nos de nuestra realidad psicosocial. Freud reconociG este cesidad fundamental de adaptarse a su medio ambiente y, más
hecho remitiéndolo a la·dualided de concienc.u e incons- específicamente, a su particular nicho eco16gico. Esta ne-
ciente; pero probablemente haya que llegar & i~ cc~clusi6n cesidad plantea exigencias muy concretas que el individuo
de que las personas podemos aceptar las contTadic~iones a debe captar y enfrentar. Así, lo esencial de la percepci6n
nivel de la misma conciencia, sin que ello ::.)s o;"'".He in- consistiría en c6mo capta el individuo que tiene que ha-
quietud, disonancia (en su aspecto motivaciona~) ni males- cer aquellas cosas que necesita realizar.
tar pslquico alguno. Y es que aquello <¡ •• e cpo.r.ece como Segan Reuben M. Baron (1980), el enfoque eco16gico de
I
-295
-294
diciona a su vez 10 que percibimos y podemos percibir. La
Gibson tiene tres importantes consecuencias con respecto al acción determina aquellas modificaciones que se van produ-
conocimiento social en las cuales se aparta del modelo ca- ciendo en el meJi0 ambic'lte,lo que permite captar sus pro-
tegorial: (1) enfatiza la importancia de los contenidos de piedades. As! mismo, la acción permite explorar l~ reali-
las percepciones más que las_ estructuras internas de la dad desde diversas perspectivas, todo lo cual influye en la
percepciÓn; (2) pone de relieve la relación intrinseca en- lnformación disponi'>le para la percepción. "Finalmente,las
tre percepción y acción; y (3) enfatiza el carácter esen- acciones no sólo nos suministran el có~ de la perc('pción
cialmente verldico del conocimiento perceptivo. di recta, sin:> que ta.nbién especifican el contenido o el qué
En primer lugar, "desde la perspectiva ecológica, la de la percepción. El nivel de significado perceptivo se
idea del procesamiento, incluso tomado como metáfora, no es centra en la captación de información respecto a qué tipos
aceptable ya que pone la razÓn de ser de las actividades de acción son posibles a un determinado organismo en una
situación particular" (Baron, 1980,pág. 596).
epistémicas en el cÓmo y-nó en el qué de la información"
(Baron, 1980, pág. 593): Por el contrario, el problema En tercer lugar, el enfoque ecológico llega a la con-
crucial del conocimiento· es captar la información verdade- clusión de que la percepción tiende al error mucho menos de
ra, lo que en principio podria realizarse sin la mediación lo que se suele suponer y que, en lo fundamental, es un
causal de estructuras cognoscitivas internas (esquemas o sistema veraz. Lo que sucede es que, dada la esencial vin-
prototipos). Evidentemente, la experiencia cotidiana nos culación entre percepción y acci6n, muchos de los errores
muestra que ciertas personas aciertan en su percepción de perceptivos !10 son m5s que limitaciones i~puestas a la p('r-
determinados acontecimientos y se orientan en furma adecua- - cepción por la imposibilidad de actuar sobre el objeto a
da frente a ellos, aunque no los capten en su significación fin de obtener el significado adecuado de una información_
profunda (con el esquema "ideal"). A veces llamamos "in- Se trataría, por tanto, de percepciones suministradoras de
tuiciÓn" a esa percepciÓn inmediata que tiene el ¡'':ln:bre contenidos parciales más que de contenidos falsos.-
sencillo, el campesino o el trabajador manual, y que le La critica del modelo ecol6gico no invalida la ~.tali
lleva a recelar frente a determinadas personas o propu~stas dad 1e los planteamientos del enfoque categorial, pero lla-
sin que pueda argumentar por qué, o explicitar la cat,goria ma la atenciÓn sobre sus limitaciones y cuestiona allunas
adecuada del conocimiento adquirido. Podria o~cirse ~ue, de sus pretensiones más extremas. Quizá el aspecto_más
en casos asl, hay una in-formaci6n verdadera) ,11.a COl-recta significativo sea el llamado a un realismo co«noscitivo. El
adaptaciÓn aunque no haya una categorla cot~loscit ''la que enfoque categorial, como en general los modelos co¡nosciti-
la canalice formalmente. vos hoy dominantes en la corriente central de la psicologia
El segundo punto que enfatiza el modelo ecold~ico es la social, asume una postura fuertemente subjetiva y formalis-
estrecha relaciÓn entre percepción yacci6n La percepción ta: los fenÓmenos son explicados a partir de procesos in-
que tenemos condiciona nuestra acción y 10 qu n hacemos con-
ternos a los individuos, aunque esos procesos est~n rela- formas de conocer asl como a aquellos . .
conoclmlentos,explí_
cionados con factores situacionales o externos. En, defini- citos ~ implícitos, exigidos por el sector dominante de ca-
tiva 10 que cuenta' es c6mo conocen, sienten y quieren los da SOCiedad a sus miembros como requisito de supervivencia
individuos, más que aquello que en una determinada situa- o adaptaci6n. Así, la socializaci6n buscaría transmitir
ci6n se puede conocer, sentir y querer. El modelo ecol6gi- al individuo ese mínimo de conciencia posible sin el cual
cO,a pesar de sus limitaciones neodarwinistas, aporta el no p~dría subsistir en ese grupo o sociedad, pero .arcaría
realismo de su ~nfasis en las condiciones objetivas del me- tamb~én el ~áximo de conciencia posible a .fin de lograr su
dio ambiente, en el carácter exigitivo y limitante del ni- propia pervlvencia y reproducci6n.
cho propio de cada especie viviente. Ahora bien, no cabe
2.3. La percepci6n de actos.
duda de que el "nicho humano" es sobre todo de carácter so-
cial, 10 que lleva a la'c~nsecuencia de que los principales
• Los acontecimientos de Watergate que culminaron en
determinantes de la existencia humana no son tanto las con- 1974 con la renuncia de Richard Nixon a la presidencia de
diciones materiales de )a naturaleza ~la forma como las los Estados Unidos sirvieron para desenmascarar en un caso
sociedades enfrentan y se organizan con respecto a esas
concreto la careta ideo16gica del discurso con que se sue-
condiciones. En otras palabras, son las estructuras y es· len encubrir los actos de quienes d"tentan el poder. El
quemas sociales los que determinan en buena medida no 5610
Presidente Nixon y sus colaboradores habian sido' artlficns
c6mo se percibe (formalidad de la percepci6n) sine tamhi~1 de . .
eSpiOnaje y encubrimiento. Al norteamericano medio le
qué se percibe (el contenido de la pcrcep~i6n). cos~6 aceptar no s6lo que el primer ciudadano de su pars
En el Capítulo 3 aludíamos al máximo de conciencio po- hubiera estado involucrado en actos delincuenciales más
sible que las personas de una determinada clase social pue- propios de raterillos a sueldo, sino que se le hubiera men-
den alcanzar con respecto a la realidad en que -j'·.n y a t~do pUblica y sistemáticamente, mes tras mes, y se le hu-
los procesos sociales de los que son consecu~n~ia ¡' porte biera vendido como "interés nacional" lo que no Dasaba de
(págs. 156-157). A partir del modelo e~o::'6,:h.o ,." rillll03 ser un discutible "interés privado". Pero más a~u del
establecer una visi6u complementaria sobrt: ~l WuA' !itO d. juicio ético y polltico que los ~contecimientos de Water-
conciencia posible. Si los Hmites a la ollci~ll~ia de los gate pudieran merecer, ciertos psic6logos sociales se pre-
miembros de un grupo social son cOldici6n nE<"o,:ir:a p. ra g~ntaron hasta qu~ punto era posible que las ,personas tu-
que el grupo pueda subsistir como tal y, por taatG, para Vieran en realidad una visi6n tan radicalmente diferente de
que el grupo sobroviva "en" el individuo, C,,-,1'O aeur que los hechos, sobre todo una percepci6n tan distinta de su
también hey que postular un mínimo de conciencia posible verdadero significado (ver West, Gunn y Chernicky, 1976).
pera que el individuo pueda sobrevivir al inrer,or del gru- LO'que los críticos conceptuaban como actos de carácter ~a
po. Este mlnimo de conciencia posible alud~ a aquellas ranoide de parte de Nixon y sus colaboradores, ~stos los'
en la atribución lo constituyen las características pro- En el esquema de Jones y Davis se distinguen dos partes
ias del actor: su edad y sexo, su situaci6n socioecon6- del proceso de atribución: lo" observado y lo inferido. En
:i¿a sus conocimientos y otros elementos ~ersonale"s'd la primera parte está aquello que la persona puede "obser-
var, fundamentalmente la acción y ~us efectos. Así, por
' , , l'd
amabilidad y serV1C1a 1 a d , por ejemplo , pue en
La m1sma " de una ejemplo, al pasar por la calle vemos que un carro veloz,
ser atribuidas a distinta causa cuando prov1en~n b
ersona adinerada que cuando provienen de algu1e~ po. re, conducido por un joven, atropella a una mujer. En la se-
pFinalmente, otro factor de 1m
'portancia en la atr1buc16n m- gunda parte del proceso de atribución se eRCUentra todo
aquello que quien percibe infiere a partir de 10 observado.
es la experiencia previa del acto~ respect~b~l :~t:c~oc~el
La inferencia atribucional se basa sobre todo en las Carac-
portamiento percibido: no es lo m1smo perc1 1~ de cu ta-
ep1'te los ~omportamientos prop10s " se terísticas que se conocen acerca del sujeto de la acci6n
conductor que r " ,
rea bien sabida, que fa acción del joven 1nexperto que observada. Jones y Davis incluyen aquí tanto los conoci-
, un ve h.f cu lo por primera vez.
pone a conduc1r mientos del actor como su capacidad para realizar deter~i
nado acto. En el ejemplo del atropello, las inferencias
Edward E. Jones y Ke1'th E. Davis (1965) presentan unal que se hicieron se basarían en las características del con-
esquema para mostrar los pasos que sigu~n, las perso~as del ductor del vehículo (el joven) y de la mujer atropellada. A
'
atribuir un comportam1ento a las dispos1c10nes prop1as
partir de ahí se atribuye al actor una determinada inten-
actor (ver Figura 4).
ción de donde se infieren sus disposiciones personales. ~i "
se llegara a la conclusión de que el joven no pretendía
atropellar a la señora (intenci6n) se podña deducir </ue es
FIGURA 4
un alocado o imprudente al circular tan rápido por la ciu-
EL PARADIGMA ACCION-ATRIBUTO
dad, o bien se podría deducir que la se~ora (a qui~n,obvia
INFERIDO OBSERVADO mente,no se atriburá la intenci6n de ser atropellada) esta-
ba impedida o no respetaba las leyes del tránsito, y el jo-
.- conOCimie~o~":fecto 1 ven conductor no pudo evitar su a"tropello .
"
Digitalizado en Universidad Centroamencan':" osé Si
"J ••• • ,~-'-2~ñlií2.S~'~'
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-302
Otro factor que parece ejercer ,.n importante influjo
El proceso de atribución sobre la causa de los actos en el proceso rt0 atribución es el rol deseMpenado por el
varia sensiblemente segOn el stutus sociu! del actor f el nctor. Cll311dc ~1 ~cto bsel·vaao se adecG~ al rolo i';¡pel
carácter de su acci6n. Como 5e ,r¡~:("5tra en el CU3dro lO,si
oimos 3 una persona aldbando a otra. esta cOllducta 5el'~ a- ~ decir, cl1:lnd C:\' compoTt:~l'liflnto se atiene a las ('xpect:l
tribuida a una cause i~tern~ o ext~ na s~gan e~ stat~s ~e tiv~s socL!es y, por tanto, ~t:: ajusta a las normas rcquc-
la persona qOue realiza la <liaban_a y 1" nersona ahb,lua: oe ; I(l:l~ ~tl l~ sit~13cifn, pl co m !'0rtamiento es cOllside!·ado
acuerdo con el esquema, considerarew.Qs n;'i~ -;jnC'(~!a la J ;1- 'tI! i 1t I.)~ i I)\,.; 1_ . ¡ \ 1 P 10 :plC i..1 persona reíll1'nenll.' e~; I'l,r
banza si el status de quien la expresa es ~Ilperior al de la t ontl"\ITi " s; 1:1 llC1·S0nn act(ja en oC'sacuC'rdo <an ~l: T0].
persona alabada o no necf'sita nad~ de ~l a, !lJientr15 qne si . ;.; ;"H:I)~'" de ~;¡ .. 1"';1"la~ ~o.:¡al"..:: y dI-< (\ qt1 ~c c~rC'r:l th
la peTsona que realiza la til~banz3 ~s de sta~us ~rlfe iur u t ('11 U.13 . .: .. te-rmi.nada sltu~lciún. ese conpo,·tamiento
a alabada, siempre qued~. n sospecha de (I~e ·~S·~ bUSC.10d0 I ;Cl.\.l.\. J el? ~L ~I _05 .iS,losi<... iones p rsonales del
su propio beneficio tItatando de congl':\~:'J"SC con lé cr"-o- I r :•• p r laltc.'. <;;;t:: ]e- cOllsidera ( fll.) muy JnfOTma!ivo tie
na alabada. f.. a atribu,i6n contraria tendTfa lU~¡-:'i cua1~":I) ll. ri ' ;." :a pé",.~.~)n:~ rcallnel1t- e::- ("el' . . n: es, ;1¿¡vi~ )' Get~en,
observamos a una persona p ~g~ndose a l"ealii..ar algo qu~ Jr. t·lf·t) . •~·i yo 'Jc',do a llll ?lm::lcp· ".\ rl":3l i z··r ~lllas compras, ':
e.s solicitado. {-:ltp..:..e'" I S'J: mlH."stJ ~ atent'"l y obseQuiofiO conmigo, j10"' ,..
\"
0- o la <-Lel ¡';~"):I ..L \I~'~ eSE: '. ;:np.·~ .. drJ
CUADR 10 ,.3j··(I.~ ... ,~. . lc· l:"'~ ~}iC"il 11~ 00 , ppns,:¡r que ec: ;)
j
: it.:!HJO '':''
ATRIBUCION CAl'SPoL y STATUS DEL ACTO!l.
·-0 . _••_
, e:--rl S.l!UPCi(oll. Por c) conlrarlo 1 si el t'fl!pleüdo ,e
1 ATRIBUCJON jlf·o;:fr:¡ ,--.,: .Rt~llt" Y h~~t1. d('s 'octé's C"onmigo,t'2nder,: a p, ,-
CONDUCTA 1--- OO ___
Status elevado Sta tu;:; baje e~it, fllEHifestando verdallero <"trf~rer personal,Y3
i ,,1..1(' Sl·
I Alaba a alguien o algo Causa interna Causa inter- \.lJt' 1'1.""1 61 eSt ·~up r;¡rt~i1do la:- norm3S de su rol, sin<
I• o na v/o ex-
(m§.s sin~ero) '~Ll' ~S~~ .-lr1"¡o~ ¡lndosf~:'I perder el eJ'lpleo.
I~
i tf"rf/3 (menos
1 sincero)
•
-_o_-
I
-305
- 304
lOza la atribuci6n, su
dro 11, cuando es el actor el que rea 1 OJADro 11
ios factores de la
atenci6n est~ especialmente volca d ~ a ATRIBUCI(ll Q\lJSAL DE AC1'OR Y OBSERVAOOR
, '6n que son los que condicionan su desempeño y, por
SltuaCl ,
'ende a atribuir más sus actos a esos facto-
consiguiente, tl
ntrario ie ocurre al espectador, cuya SUJE1t) ATRIBUCION DATOS DISI'(llIBLfS PIa:F.sA.'lIP.m:
res externos, Lo co
atenci6n est~ focal izada en el propio acto y, por consi-
Actor Enfasis en factores Efecto hecho miSJll) atención '1
. te tiende a atribuirlo más frecuentemente a los fac- d.e ~.l sitv.u.. ión. consecuencias ,~les
gUlen , SOn duda esta d1'f erenC1a
' d e- . experiencia
tores personales del actor. l, ,
. mplo con el éX1- Causa historia
be combinarse con otros aspectos; por e J e , , , intenci6n
,1 to o fracaso del acto realizado, con sus efectos PO:1~'V~S anbiente
I o negativos, lo que Jones ,y Davis (1965) llaman ~a s1gn1-
' '6n hed6nica" del'acto para el que lo perClbe. Al Enfasis en factores Efecto hec.'lo misro
flcaC1. 'b . personales del ac- consecuencias
. ' 'actos la persona tenderá a atrl U1rse tor (disposiciones -no experien- atenci6n a
perclblr sus prop10s , .
aquellos actos que intencionalmente ha realizado Y e~ I~S ebservador estables del actor) cia. coq>Orta-
Causa anbiente mento IIli.s-
cuales ha obtenido éxito, mientras que tenderá a atr1buIr IIID
a pesar de su esfuerzo, -no historia
a factores externos los actos que, -no intenci6n
han culminado en el fracaso. De acuerdo con el esquem~ de
Adaptado de Jones y Nisbett, 1972.
Jones Y Nisbett· (1972), para que un espectador pueda enten-
der m~s adecuadamente las causas verdaderas de los compor-
tamientos de una persona, deber~ esforzarse por comprender Esta diferencia sistemática en la atribuci6n postulada por Jones
los aspectos hist6ricos que han conducido a d~term1nada a' - y Nisbett fUe la que trataron de examinar un grupo de psic6logos socia-
ci6n así como la experiencia Y la intenci6n del actor, les (ver West. Qmn y Olernicky, 1976) en el caso de Watergate, De
acuerdo con la hipótesis. cabra esperar que mientras los observadores
atribuirran el c~rtamiento ilegal de Nixon y sus colaboradores a
factores predominantemente personales (disposicionales), como las ca-
racterrsticas paranoides de su personalidad o su gran anbici6n de poder,
los propios actores alu:lirian a causas situacionales, caoo la amenaza
de la izquierda radical, las expectativas despertadas por su gobierno o
la necesidad perentoria de ganar las elecciones, West, Qmn y Cherni-
cky realizaron dos estu:lios experiJllentales. sÍllLl1ando en uno de ellos
1m plan para robar a una c~ publicitaria y en el otro presentando
la descripci6n de alguien que aceptaba o rechazaba participar en el
control, veremos que a un campesino salvadoreño no se le se hace. Pero en la determinaci6n de la actividad humana
. abren las más de las veces las posibilidades de ser "inter- no sólo cuenta el que una acción se atribuya.a unos u otros
no", es decir, de captar los refuerzas como dependientes de factore~ o que se relacione de una u otra manera con deter-
su propio comportamiento o voluntad, ya que 11 la realidad minados refuerzos; cuenta y muy primordialmente'cu_!" sea
los frutos d, su acción estln sujetos las mIs de las veces esa acción concreta y cuál su significado social, En ca~a
al arbitrio de una estructura explotadora Y opresiv~. Que situaci6n y circunstancia hist6ricas, la 'estructu,ra social
el campesino salvadoreño piense que el mundo es injusto, determina lo que es bueno y lo que es maio, lo aceptable e
complejo, impredecible e inmanejahle es la consecuenci" ló- inaceptable, 10 exigido y lo prohibido. Prescindir de esa
gica y realista de unos mecanismos sociales ~ue operan en valoraci6n social, del papel determinante que el significa-
un mundo, con independencia Y anterioridad a que 61 los per- do de los contenidos concretos de una acci6n tienen sobre
la realización de la misma acci6n, es abstraer el quehacer
ciba o no.
-" ~....:.""
Decir que la acción es determinada por la percepción
humano de su enraizamiento hist6rico.
tiene su parte de verd;d, pero resulta una expresión amhi- Aqui valdria de nuevo la critica ecológica, con su én-
gua si no se toma conciencia del carácter ideológico de la fasis en la veracidad o falsedad de la percepci6n frente al
percepción misma. Que la acción sea determinada por la énfasis en la forma de los procesos. Más allá de c6~0 se
percepción no quiere decir que la acción dependa sólo de la llegue a tener una determinada percepción, su adecuaci6n o
percepción, ni que cualquier acción sea posible en cada si- inadecuaci6n frente a la realidad. objetiva, su veracidad o
tuaci6n simplemente con cambiar la percepción que .e tie- falsedad eS un elemento crucial en el influjo que pueda te-
ne de ella. Ante una determinada percepción cabe pregun- ner para determinar el compor,tamiento de la persona ,y la
tarse: ¿podria esta persona en esta situación tener una retroalimentaci6n que el acto mismo ofrecerá al individuo.
percepción distinta de los hechos? Como hemos indicado en Que Nixon percibiera sus actos como forzados por las .ci r-
-
el caso del campes1no, en muc h
os casos i t a e s "no.
a respues " cunstancias no quitó para que las circunstancias mismas le
fueran mostrando su engafto y la falsedad de su percepci6n.
La segunda gran objeción que debe presentar el análisis
de atribuci6n y al modelo del lugar del control es una obje- Tanto el análisis de atribuci6n como el ~delo sobre el
ci6n que puede ponerse a ~odo el enfo~ue de psicologia cog- lugar del control de· los refuerzos pueden 'ayudarnos a com-
noscitiva contemporáneo: 'su vaciamiento formalista de los prender ciertos flujos de los procesos perceptivos; pero,to-
procesos psico16gicos (ver Sampson,198l). Pareceria que es- mados en forma acritica, conducen a una subjetivizaci6n de
tos análisis llevan a la conclusi6n de que 10 6nico que im- los procesos psico16gicos y a ignorar el sentido dltimo de
porta es el c6mo de los procesos psicológicos Y no el qué: los determinismos sociales. Hay que examinar el car'c~er
c6mo se piensa y no en que se piensa, c6mo se percibe y ~o ideológico de estos mismoa análisis, que inducen a una com-
que se percibe, c6mo se hace algo y no tanto qué es lo que prensi6n de los procesos psicosociales donde lo que, importa
Según David A. Wilder (1981), la conducta de una perso- entre "nosotros" y ltel1o~tI .. Esta diferenciaci6n puede te-
na en cuan ...o nd.embro de :la grupo es considerélita menus in·· ner tal fuerza psicosocial que absorba y asimile al resto
formati~!a sob-re 1u que 13. persona realme tp e:: 'lue 1~ r;Oll- de divisiones grupales.
ducta de una persona pe'l"cioid& como ind.ividliQ. Así mis.,,;.;,
.
La importancia psicosocial de la distinción entre "no-
mientras se tiende a atr~buir a factor~s pprsona\es (dispo- sotros" y "ellos" fue sel\alada ya en 1906 por William G.
SICIones de in persona) la causa de la conducta del indivi- Sumner (ver Recuadro 17). Según Sumner, la diferenciación
Guo,la causa de la couducta oel miembro de tll' grupo .,n entre el propio grupo y el grupo de los de.ls, entre el en-
cuanto tal se atribuye con mis frecuencia a factores pro- dogrupo y el exogrupo, se origina en la lucha por la exis-
pies de la situaci6n. En general, al miembre de un gr.:]Jo tencia_ Como consecuencia de esta división, las ideas,sen-
se le percibe como si fuera y actuara en forma similar.a timientos y conductas se corresponden, y lo que es paz,co~
los otros miembros de ese'grupo, se le atribuyen sus mismas peración y aprecio hacia el propio grupo, se convierte en
creencias y se recueraB' con más facilidad ia infor~aci6n guerra, agresi6n y desprecio hacia el grupo de los demás.
sobre aquellos comportamientos en que coincide con los ras- Sumner (1906) llam6 etnocentrismo a este slndrome y supuso
gos de los estereotipos existentes. "Puesto que estas di- que se producirla con más fuerza entre aquellos pueblos o
ferencias de grupos se presentan con claridad a varios ni- grupos que tuvieran que competir por los mismos recursos
veles del conocimiento (desde la organizaci6n de la condllc- (ver tambiEn LeYine y Caapbell, 1972).
ta hasta las atribuciones o el cambio de actitudes), cabe
Antoine Oldenforff (1968) hace un anllisis fenomenoJó-
pensar que las diferencias surgen muy temprano en la per-
gico de esa divisi6n entre "nosotros" y "ellos", y ai\ade
cepción personal y ejercen importantes efectos en las res-
un espacio psicosocial intermedio que seria el "se". El
puestas de nivel superior" (Wi:lder, 1981, plg. 224).
"nosotros" se encuentra en la parte central de nuestro mun-
Son muchas las categorizaciones grupales que ~e pueden do,y en El sabemos que podemos mostrarnos abiertamente, nos
establecer, como son muchos y de muy diversa naturaleza .los conocemos unos a otros y captamos a los demls "no s6lo en
grupos a los que pertenece cada persona en nuestras socIe- su individualidad pura, sino sobre la base de'cierto aprio-
dades contemporáneas, sobre todo en el Imbito de las ciuda- ri, dado por la pertenencia a esta esfera" (Oldendorff,
des. La clase social, el sexo, la raza, la nacionalidad, 1968,plg. 101). El "nosotros" surge precisamente frente al
la religión y la ocupación son algunas de las variables mIs no-nosotros, al mundo extral\o del "ellos". El lIundo de
importantes en la diferenciación de los grupos sociales. "ellos" supone todo 10 inhabitual, 10 no comprendido, lo
Pero a 10 largo de todas estas divisiones suele correr un incalculable y, por tanto, tambiEn 10 peligroso, caract~
tema constante que condiciona en forma radical el comporta- rlsticas que revisten los pertenecientes a ese "ellos", es
miento de las personas: la distinción entre los grupos a decir, los "extral\os". Pero entre el "nosotros" y el "e-
los que se pertenece Y aquellos a los que no se. pertenece , llos" esta el "se": no es e1'aundo que tene.os quienes for-
" "
Di italizado en Universidad Centroameri
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bueno o malo. honesto o deshonesto; el sentido de 10 que
pos socialmente dominados Y que optan por los grupos domi- sucede y de lo que se hace se empieza a entender pri~or
nantes es índice de 4ue los mecanismos de poder social y el dial y casi exclusivamente a la luz de su asignación a uno
interés personal juega un papel crucial en la determina- de los grupos contendientes ("nosotros" o "ellos"Y"(t1artln-
ción del prejuicio a favor del endogrupo. Baró, 1980. p~g. 278).
Podrla relacionarse e egoc~ntrismo infantil,tal como Relacionado con la dicotomización etnocéntrica de la
10 plantea la teorla de Piaget,'con el ctnoccntrismo en la realidad, se puede producir un curioso fenómeno perceptivo
percepción del adulto. Asi como el nifio en la etapa etn~ intergrullal que Urie llronfenbrenner (1961) llamó "el efecto
céntrica percibe el mundo desde una perspectiva fija, SUJe- del espejo" y que pone de manifiesto la correlación de sen-
ta a la inmediatez del dato sensorial que él capta, asi el timientos ya sellalada por Sumner. Consiste el "efecto d~l
individuo etnocéntrico capta y valora las realid~des socia- espejo" en que dos grupos contrapuestos tienden a percibir-
les con Y desde las c~~gorias propias de su grupo, desde se con las mismas características, sólo que invertidas,
su "nosotros", constit4.ido en criterio Y medida de todo. Y de modo que ambos grupos descubren en sI las mismas carac-
así como el egocentrismo supone la incapacidad de' descen- terhticas buenas, y descubren en el grupo rival las. misnas
tramiento perceptivo, el etnocentrismo sólo acepta una
• Bronfenbrenner aplicaba este efecto
caracterlsticas malas.
perspectiva, que es la del propio grupo. De ahi la tenden- a la percepción que tenlan entre si norteamericanos y so'
cia etnocéntrica a considerar como natural 10 que es pro- viéticos. P~lph White (1966; ver, también, White.1961)
ducto de una historia, Y a tildar de antinatural, anormal y analizó la percepción que los norteamericanos tenian de los
malo todo lo que, en una u otra forma, se aparta de los ri- nortvietnamitas en el momento álgido de la guerra del Viet-
gidos c~nones de su perspectiva. nam y encontró las siguientes caracterlsticas: (1) los
no~teameTicanos se veían a 51 ~ismos como un grupo valeroso
Al extre~arse la dicotornización en base a las catego-
rías del "nosotros" y "ellos", desaparece el ~rea del "se", e indomable, (2) defensor de los valores de la civilización
el ~mbito del sentidO común donde pueden encontrarse los occidental -la verdad, el bien, la libertado, (3) mientras
diversos grupos de una sociedad sin entrar a formar parte que los miembros del Vietcong eran unos pobres diahlos, in-
de un~ misma comunidad. En otras palabras, al acentuarse morales; adicionalmente, (4) los norteamericanos tendían a
la discriminación entre "nosotros" y "ellos", el resto de ignorar cualquier error propio o cualquier acierto de los
nortvietna~itas, y (5) rechazaban en forma apriórica cual-
las categorizaciones sociales se someten al dictamen pri-
mordial de su identificación u oposición con el propio gru- quier intento por captar la perspectiva del enemigo o por
po. Este fenómeno suele ocurrir en los momentos de agudi- eapatizar con sus anhelos y sufrimientos. José )!iguel Sa-
zación de' los conflictos sociales. Como consecuencia, ~'en lazar y Gerardo ~~rln (1981) examinaron el fenó~eno de la
la captación y definición de la realidad cotidiana ya no iaagen del espejo en las percepciones autuas de e5tudian-
se mira si algo es interesante o aburrido, bello o feo,
tes universitarios de Colombia y Venezuela, dos paises cuya grupo y en favor de su grupo es coherente con la naturale-
proximidad desellcadena una continua rivalidad, y encontra- za de su identidad personal, construida al interior de $11
ron una confirmación clara sólo con respecto a las imlgenes grupo social. Sobre la base de este enraizamiento·social
evaluativas de ambos grupos. se entiende mejor el carácter de la alienación, cu~ndo el
Como puede "ersc, :",l r'~~C«O el es~C'jo ... on<:.titllv~ ¡!na
individuo conoce, siente y actGa en contra de los intere-
ses objetivos de su clase, en contra de aquellos mismos
exac:e!·haci6i. práctica de a rltcotomlznc~6n "nosotl-O"" ,.
"~llOSl que :lTraSC ~ o as ns d0más (. ... rC(·_\)ria.~ ,C'pnns
elementos que le permitirian crecer y desarrollarse como
t.i.\'as. E~ PP.1Uu 1;;; q" ..iJ "';¡J~tc hulJiela ~;ntJjz do j-, pcr
persona humana.
( pCIJr 1
\.€ ~V "'.OT Vi . '1" .. C", ,,·,l.·lel·,·' '_'0 out . .j.) un.1 .I ... ,~ -
J n •.' "
3.2. Los estereotipos.
:.:cpc.ii)!. e\,.: ¡ .. v'\l :1t~, 1'J'\
,. • 5 '. r-}lo no {'.• ?;-. dec:r 111" Una forma comGn de percepción interpersonal utiliza ca-
jo~ Inlr. ',':J1-::'; y .... 1::::=1 1,J .:J.
1'- ·cep'.16r: de... );0, 01.C' .... ttlVIL,' :--\.I!" ,'.dl ~. 11': ~
tegorias simplificadas, por 10 general cargadas con una bue-
grí:1dc ~ di~~ to r"si Ji J i~ .... ,llás .d l' <lC':' ~~cc.:]p l -md .. t' ..
na dosis emotiva de carácter peyorativo. Entramos a un al-
"e :ti f., ter J. -.f' ~ -n ¡J·..·l·L '¡...tiV:1 l:S .. I~ .... a;~gor!fJ;. <';(J • (.
macén e inmediatamente catalogamos a la persona que nos
atiende como "un turco" u observamos el comportamiento de
siempre t.~~ t o ¡h.;.e LonL.':l'·.""l ... 1 rada 1-;;" :l.dC'ClJH·~1) .... ;1 "(.~ un militar en una fiesta y lo encuadramos en la categorfa
1'\ conocido '/ 1'lo 1..: tllu;'~' ''';Il :'5te cnso !?l1tre ~l Cvl1\, ' (.a- de "chafarote". En uno y otro caso estarnos utilizando rer-
fr,iento d~ n01 tCi11,n.l le' n~;S y ¡iort.vlctnamita:i ,. ';U re~:L ·tiv~ ceptivamente los llamados estereotipos sociales.
percepci6r ~e hecno y pe s0nE •. 3.2.1. El carácter de los estereotipos.
El hecho de 1;:: I'ercp.;)dón d;'c.1t(\micn de gruV y del Etimo16gicamente, el término estereotipo proviene del
prejuicio, peíCe~)tl'JO y c('·r,:'hH·tal:lCnta.i n r3vo'" J prcpj('l griego "stereos", que significa algo SÓlido, duro, y "ti-
grupo $on u.na pruebo más dt'l eJ::-aizami:ln sot:l.·.l'. '1 ;~:5 pos", que significa carácter. Un estereotipo es, por tan-
~er30nas d~
q'Je no ~e ~luede rnrellder nn r~rw. -d[_~ ·ja
y to, un "carácter s61ido". El término fue usado por el
su SeT y su q:whacer 51n 1'-eferirlo U las fuer. -' sC('~Hlí:S pintor francés Didot en 1798 para referirse a los moldes
sob)-e las que surgen )¡' .:-t.6ri('arncnte. La ref.: fenci" socJal. fijos del material que iba a ser reproducido en un proceso
con sus divisiones y sus int I'~seSt est~ imb"¡cad:1 ~asta de impresi6n. La psiquiatría se ha servido del término
en les procesos psico16gicos pi. b~.icos co~o es 1~ percep- "estereotipia" para designar aquella condici6n patolÓgica
ci6n. No cabe, pues, pensar que los intereses J~l grupo de una persona que persiste en repetir el misJ!lO comporta-
social sean ajenos o extríBsecos a la persona: entran a miento o movimiento una y otra vez o que rei tera en for'na
formar parte de ella, condicionando r orientando su conocer. machaco~a las mismas palabras y expresiones.
su sentir y su proceder. Que la per~ona perciha desde su
En 1922, Walter l..ippmann public6 un famoso libro sobre
'er~ónc' J . r~alJ~ \j u~
quier otro. Evidentemente, si los estereotipos se to~an
bientc, en buena Til{:d.1.ua sl.t;):,etlva \1, • '. . . . ~ •.. '.:,:,
.. .. .. 'f1!o·t"'· apo·l'... JOH
como una fotografía resultan con frecuencia falsos, ya q'Je
.
orIgen °ló·
l ~pCOJ
q"¡'
u· ueu(! . t';c;l'V~'
~
pdl0 lo.. .'
.
. . '19'1' nl{f! 53' Lj,úpJi'~u\n pu-
prácticamente ningún individuo constituye la imagen perfec-
del indi.\'itluo en la socl.e.l~,j ~- --o ~. 'l" . ' .
ta de un estereotipo. Pero tampoco los individuos reflejan
RO
. . 'l°~l!\n'n" de est.::l·potipos: el .lel ag:"-:-)I\or l 01
Q1VCrsOS C ..... l" .... , ... • ".' .
fotográficamente otros esquemas cognoscitivos con que se
, ..!. o S l-ntel o....' c.u'll,;>
tle lo " _ ... ~
r.·~
•• '
(1B; 10:; 1)1~.i.t6cré;.:as :-' el Le
•
lJS A
les percibe. Por ello, si los estereotipos se toman como
t'i'anjero~. una generalizaci6n cognoscitiva que abstrae ciertos rasg~s,
~. r f.',: ~ !"~a1 '. :~ád{'
El estudio ~lisicc ~obr~ los Csc~Teo~lp~.. la falsedad que se les atribuye quizá ya no resulte ser
en 1932 pcr Da.n'iel Kd.t¡: ~. Xenn':.tht'~·:.l\I, r JiCj·1:. 8 .._. ''l. tal. Otro tanto catrb decir sobre la rigidez del' estereu-
fA"' estudiante~ dc la Ufti"'ersidad de P(::~cai.."',·." qU0 (.al1Tl- tipo; de hecho, la utilización de los estereotipos suele
_le.. . os
caran a diez grupos étnic~~ (ifpTcntes ~O:l 1·" Clnc~ rasg . llevar aparejada la aceptaci6n de excepciones, que a veces
ue les parecieran más representativos sacándolos de una pueden llegar a constituir más de la mitad de los casos de
q 'l ., y-" n ue el
lista de 84 adjetivos. Katz Y oyaly ~onSl,e¡~ "' ~ un determinado grupo. Asr, por ejemplo, podeaos creer en
estereotipo de cada g'rupo estarla compuesto (ley ~quel:os la validez del estereotipo sobre el "turco", y sin embargo
adjetivos que se le asignaran más frecue~temente. AS1, ,por aceptar que haya muchos "turcos" que no respondan a los
ejemplo, a partir de las respuestas de los cien universlta- rasgos incluidos en el estereotipo.
rios concluyeron que el ~stereotipo sobre los negros los
»
Digitalizado en Universidad Centroamenc
. n "T
·330 ---------..:._-"-.---. '.
. REOJAIJID 18
Buena parte de los problemas acerca de la concepción de UNA TAXctDiIA lE lL'6 SIQilIFlCAOOS PSICDlOGIroi DE ''l:.SlIiRBJIIIU'
los estereotipos parece provenir del instrllmento empleado
1. Estereotipo definido no cam mIo, sino CXlIIO: •
por Katz y Braly para su estudio. Siguiendo su modelo ope-
rativo se puede llegar u formular estereotipos sobre diver- 1.1. Una generalizaci6n: .
"Se puede deflnir el estereotipamiento· COIIlO la tendencia R
sos grupos sociales que, en la vida real, nadie utiliza. atribuir características generalizadas y s~lificadas a
Por otro lado, al vincularse los estereotipos ü )os prejui- los grupos de personas en foma de calificativos verbales.
y a actuar hacia los misros de esos grI4lOs en. base a esos
cios grupales y, por lo general, raciales, se eslaria ex- calificativos" (Vinacke, ,1949, plg. 265).
cluyendo del análisis todos lo~ e~tcTevtip05 de car~ ter 1.2. Una categor!a/un concepto:
positivo o se suponcilía i"l:!s (~ ~enos im;) 1 fcit~J¡lC .te Que 1.)~ Se suele pensar que un estereotipo va vinculado a Wla res-
puesta categorial, es decir, que la pertenencia basta para
,-asgo' positiv s q ..lcdéJ ~¡l.n :l1'SOi~]ci s pr.1 - un? (:es t .¡l· d(· evocar el juicio de que la persona corre5¡lOlldi.ente posee too
carácter peyC'ra~ivo. c"Dn. estf" 111 di), por ejC"f11plo el carál~ dos los atributos que pertenecen a esa categoría" (Secord,
1959, pAgo 309).
ter inteligente Y t rat'''l.1 01" atrjbni¿'J ¡i l!'t.; .,i';.:ml11C'i (:1l~
2. Estereotipo definido como una mla generaUzaei6n/categoría/con-
d;;.rIa impregn:tdo po~' el r~s~TO d{" p(?~;}(lfz. falta de !"lex;- cepto, ya que es:
hilidad. 2.1. Incorrectamente aprendido:
"A diferencia de otras generalizaciones .•• los estereotipos
S~gún Asl.more, y :~I BCt •. (191:1), la con"pclór- ")\>, no se basan en una inducci6n a partir de un cmjunto de da·
los estereotipos originalr.::c.J\te pLopue~'!a j1('1~ ~lppi!ian)J :..1.. tos, sino en dichos, T\IIIDres y anécdotas -en pocas palahl-~s,
en una evidencia insuficiente CClll) para justificar la gene-
a5emejaria al woderno concepto d~ ~squ(:3a. ~~ J~cirt) de ralizaci6n" (nineberg, 1951, plg. SOS). .
una estr~Ctura cug ~3~itiva 4uc slrte cu~c .. L~iJrorn en el 2.2. Ima generalizaci6n excesiva:
prucesam' ento de il~.formaci6n sobre un uetermi.naoo t ".1) de " ... un estereotipo es una creencia exagerada asociada con
una categoría"· (Allport, 1958, plg. 187).
objetos. De hecho, tr35 e}.aminar la~ (iv!::'r~-.:15 c1~(i' i..ciont:."
2.3. FactualJEnte incorrecto:
empleodas en psicologfa soci~l SO~Te los e~teTeor:l:'s, "Un estereotipo es una iqlresi6n fija, que corresponde IIUY
Ash;¡10rC y Del BOCd 11e}~3n a in c")n'-lu~i6~ .Jt~ "liJt -1 .a:c:eo poco al hecho que pretende representar, y surge de que los
individuos priJllero definen y luego observan" (Katz 11 Braly,
~e este concepto f'$to.ría ccnstituido por U'i CC l.1 unto .,e
II 1935, p4g. 181).
· UJ· rlT\I};'.,
creencias sobre J')s atri..a.tos p~Ts9na l es ve f"! '~
..... 2.4. Rígido: . .
personas" (Ashmore y Del Bo~a. 1981, pág. 16), indepc~ ''Estereotipia... es la disposici6n a pensar en categodas d·
gidas" (Adamo et al., 1950, plg. 228).. '.'
dientemente de que esos' a~ributos sean hueoc_ o malos,
verdaderos o ialsos (ver Recuadro 18).
rc-do de AsIan'e Y Del Boca (1981, p4gs. 14-15) • partir de un 81.4-
lisis de BriIllJaa n971).
3. Z. Z. llodelos teóricos sobre ~ es tereotipos. persona dirige ~.cia el grupo estereotipado aquellas ten-
Los principales modelos sobre los estereotipos son dencias agresivas, más o menos inconscientes, que la.moral
tres: el psicodinámico, el sociocultural Y el cognoscitivo grupal (el superyó) no le permite aplicar a otras personas
(para lo que sigue, ver Ash~ore Y Del ~oca, 1981). A fin o a sí misma. Luego, mediante la proyección, el i~dividuo
de ponderar el valor de estos tres modelos explicativos, atribuye al grupo estereotipado aquellos motivos o inten-
utilizaremos el ejemplo de un estereotipo concreto: el ciones que justifican el que se convierta en blanco del
estereotipo del "pobre". En nuestros paises centroamer"í- estereotipo, es decir, de la'agresi6n vertida en el este-
canos, el pobre es considerado por las personas de los reotipo.
sectores oedio y burgu~s como alguien irresponsable, tanto Una modalidad quizás menos individualista' del 1I!0c\elo
en su vida prsonal ("la paternidad irresponsable") CO;.IO en psicodinámico la ofrece el famoso estudio sobre la'perso-
su trabajo, alguien muy. voluble, que tiende a realizar el nalidad autoritaria (Adorno y otros, 1965). Una de las
menor esfuerzo posi~le y que con frecuencia incurre en vi- características principales de este tipo de personalidad
cios, sobre todo en la bebida. En algunas partes este es- sería un estilo rígido de percibir y pensar, que utiliza
tereotipo de pobre v~ vinculade con el estereotipo de "in- categorías simplistas e inflexibles, y que se expresa prin-
dio", al que se tilda de vago, receloso y traicionero. cipalmente en forma de etnocentrismo: el autoritario esta-
(a) El 'modelo psicodinámico. blece una diferenciaci6n rígida entre endogrupo y exogr"po,
El modelo psicodinámico se apoya en la visión freudia- utiliza imágenes negativas estereotipadas sobre el exogrupo
na del ser humano y concibe al estereotipo con respecto a e imágenes positivas estereotipadas sobre el endogrupo, y
la personalidad de quien lo usa, bien sea con relación a está convencido de que el exogrupo debe someterse a la
sus problemas individuales bien sea con relación a las autoridad y criterio del endogrupo (Adorno y otros, 1965,
exigencias que le impone su medio ambiente. Los estereo- pág. 159).
tipos constituyen el producto de los mecani;;mos de. defensa Aplicando el modelo psicodinámico al estereotipo del
mediante los cuales la persona protege su yo, controla el pobre, podríamos afirmar que la 'mera existencia del pobre
exceso de angustia en su conciencia y asi consigue un equi- desencadena una mala conciencia en los sectores más privi-
librio adaptativo. Por consiguiente, los estereotipos legiados de la sociedad: el pobre representa un cuestiona-
tienen que ser explicad~s en funci6n de las necesidades miento viviente de sus privilegios, de su consumo suntua-
particulares de las personas que los utilizan. rio, así como una potencial amenaza a esa situación. De
Para el modelo psicodinámico, el estereotipo represen- ahí el estereotipo, que defiende y tranquiliza: el pobr"
ta una visión negativa de un determinado grupo, en la cual es. pobre porque se 10 merece. Es un vago, ya que siemp:e
la persona aplica dos mecanismos de defensa: el desplaza- que puede no trabaja. Es un irresponsable, que va dejando
miento y la proyección. t~diante el desplazamiento, la hijos por todas partes, y un vicioso, que se gasta todo lo
" "
Digitalizado en Universidad Cenlr .
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que se le da en trago o en comprar cosas innecesarias co- El modelo sociocultural explica el estereotipo del p~_
mo un televisor, en 'lugar de arreglar su vivienda. De bre como parte de lo que se ha llamado "la cultura de la
modo que ya sea por su degeneración moral o por su n~tu pobreza" (ver Lewis, 1966; Valentine, 1972). Las condicio-
raleza inferior (Rainwater, 1970), el pobre est~ donde él nes materiales de vida llevan a las personas pobres'a desa-
personalmente merece estar. rrollar determinadas características que forman un esquema
(b) El modelo SOCiOClll tura lo cultural especifico, una subcultura o sistema de valores y
comportamientos tlpicos. Estas características sirven de
Segan este enfoque, los estereotipos constituyen ideas base al estereotipó que al mismo tiempo define y m~ntiene
propias de un determinado grupo o medio cultural y, por al pobre en su pobreza (ver Ryan, 1976). Desde el punto de
consiguiente, son reflejo y expresión de ese ámbito social vista del enfoque sociocultural, el estereotipo tiene su
en el que surgen y progresan. En otras palabr3s, los es- base de verdad en la situación del grupo estereotipado y
tereotipos son parte 00 una cultura o de UJla sl1bcultura. cumple una función social en el grupo que utiliza el este-
Los individuos adquier~n y utilizan los estereotipos de la
reotipo: y aunque se reconozca que las características del
misma manera que adquieren y utilizan otras ideas y valo-
pobre han surgido como efecto de las condiciones sociales y
res, y con ello logran su i~entidad con el grupo y expre-
materiales, el hec~o es que esas características son ya
san su identificaci6n grupal.
parte de los pobres, de su cultura, su estilo de vida, su
El modelo sociocultural asume que todos los ele~entos comportamiento. Una de estas características, la "impoten-
de una cultura cumplen una funci6n. En concreto, los es- cia aprendida" (Seligman, 1975), constituye un mecanismo
tereotipos cumplen en algunos casos una funci6n expresiva que perpetaa precisamente aquellas condiciones que la de-
(la manifestaci6n de las propias características si~ve ce- sencadenan (ver Ardila, 1979). De este modo, el estereoti-
rno una forma de afirmar la propia identidad) y en otros po del pobre refleja' su condición psicosocial pero, al lIi~,
una función de fortalecimiento de las normas grupales (co- mo tiempo, la justifica, por lo menos desde la perspectiva
mo rechazo a las normas de otros grupos). Segan algunos de aquellos sectores sociales que no sufren la situación
psicólogos sociales, los estereotipos son producto y parte de pobreza.
de la rivalidad entre grupos que compiten por 01enes esca- (c) El modelo cognoscitivo.
sos, como empleos y beneficios (situaciones de ",suma ce-
ro"), al justificar las relaciones de hostilidad', de lu- Para los psicólogos sociales de orientación cognosciti-
cha o de opresión. Eso llevarla, por ejenplo, a que los va, los estereotipos son generalizaciones como c~alqUie~
estereotipos tuvieran m4s fuerza precisamente en las per- otra acerca de un grupo de personas, generalizaciones quo
sonas .4s cercanas y parecidas a las del grupo estereoti- permiten identificar al grupo y distingui~lo de cualquier
pado. otro. El eStereotipo no constituye una reproducci6n foto-
gr'fica'de un individuo, sino una atribuci6n diferencial de
-336
estereotipos son ilusorias y se deben a la fo~a parcial y
sesgada como se ha adquirido información acerca· del grupo
deterninados rasgos aplicables a tu d o un gru P•~. Esta atri-
buci6n no representa una ~redicci6n del toJo o n~da (o se estereotipado. Por ejemplo, cuando .la info~maci6n disponi-
tien2n todas cstu~ rasgo~ Y ;c es ~3rta dp ~;e g~upo) o no ble se limita a algunos 'individuos aislados o ha s'ido fil-
se íeT,e a1"u :05 de f; lCS )' ya 110 se c:; m:cmbro), si:lv i'lás trada negativamente por el propio grupo.
. - o ," _::C, .~ i)[c!:.n Drob~bilístír:o ;,"1 ~ster("nt.ipo Aplicado al estereotipo del pobre, el modelo cognosci-
t:neh pL'euJ.c ... _v.l (\l;;
IH~a .~ •
. !)1 ;:)l-ub3bil':.J"'~d de ":'lUC un .JetO'!.'¡:'l); ;). Ta~:~"'t se tivo indicaria que hay en ese estereotipo una base de in-
supo:.~· una h • • • • v ~
dé en los e.ie¡lt"ol'OS d~ hn. u~te·1f!1in~<J.(' grJpo) bll1'G ~', c. •.w:o ,1- formaci6n verdadera que ha sido generalizada y en esa afir-
:c p zn3o;; .S)· , I·¡ J ... ?
en E.... t ..;:r:":1.(I~t.... ..... maci6n no se diferenciarla mucho del enfoque sociocultural.
~ •..I d ~lrJ ,,:, ~·:: ... !'c:JtJ.;·o 'l..'" Sin embargo, el enfoque cognoscitivo no mirarla tanto la
funci6n que este estereotipo podrla cumplir al interior de
:.:": t .. ~,' • j ~c:. '
(\ lj',' _...
la sowiedad cuanto la forma como se adquiri6 y procesó la
información en ~l contenida. Así, por ejemplo, podria lle-
gar a la conclusión de que buena parte de los rasgos inclui-
citj~os nOTPI~.~t· )~t~r'ln
dos en el estereotipo del pobre es debida al conocimiento
" ~rrOTes q~c :,. f05 1 0 -e
parcial y limitado que los sectores medios y burgueses tie-
nen de las personas pobres por la falta de contacto Y.por
la filtración interesada de la formaci6n pertinente.
3.2.3. Consecuencias de los estereotipos.
Cualquiera sea la concepción teórica que se tenga sobre
el estereotipo, es innegable que los estereotipos ejercen
un importante influjo en los procesos psi~ológicos. ~qui
nos fijaremos brevemente en tres. efectos de los este~eoti
pos: su influjo sobre la percepción, sobre la acción y ~o
1':'5" (A~hll\)r() Y l~C.l tioC~1i 19GI) pdg. 2~). bre la .elloria.
~ o 1'~ "("'Q'n"~:'\s SObl-E.'
David L. (1981) a:l1ma qu. -_.
H~mll'on w ~
general, se puede afirmar que los estereotipos orien-
. d . t
105 g·tUpO~ 'H:pen ell en pa! e de la '::0"'." C(.'jTO ade,., rimos
. . .... ." . tan la percepción de la persona de modo que se capta, se
información sobre e.:;oS ft'upos} Y esto t'vider~ter;:.ej:te se apll- memoriza y se recuerda con _4s facilidad aquel tipo de in-
ca en for~a particular a los estereotipo~. Un estereotipo fo~aci6n que concuerda con el estereotipo que el que no
puedE ser ~ntendido como una corr~leci6n entle l~ ,ertenen- concuerda con 61 (ver Cantor y Mischel, 1977; Hamilton,
cia a un grupo t un d~terminado atributo ~sicc~6gico. Se- 1979; 1981; Snyder, 1981). Una de las consecuencias per-
.t!ún ilamil ton, iítuchas de ltiS correlacione..: C)'I}y'esadas en los
-338
la manera como se va,a proceder en la interacci6n con los
stereotipo consiste en que la persona tiende miembros del grupo estereotipado, Y' precisamente esta mane-
ceptivas del e ' t que
a atribuir a disposiciones estables 10~,co~r.0rt~ml:~:::e a
ra de comportarse pueda desencadenar de parte de la, otras
onden a la imagen estereotIpada, mlen.l.S 9UB , _ personas la conducta correspondiente, es decir, la conducta
resp iTcunst~'lciDles aquellOS predicha por el estereotipo, Al orientar la acci6n de
'b l'r 3 factores temporales o c '
atTl u '
~n ole 'a exnec~at1va ~
.e es'c-
• quienes tienen el estereotipo, éste determina su propia
. tos n~e se ar3T t ~
comportamlon , ~ . I
"
Digitalizado en Universidad Cenlr
-340
-341
tipada, 10 que puede confirmar la expectativa del estereo-
En los DOmentos de aguda polarización social, cuando
tipo. Estudios semejantes han sido desarrollados por Zanna una sociedad se encuentra prlcticamente escindida entre
respecto a la forma como las personas se presentan en las "nosotros" y "ellos", es presumible que la imagen negativa
relaciones entre sexos diferentes e influyen así en la con- y este.reotipada sobre "ellos" haga que s6lo se capte lo lIa-
firmaci6n comportamental de los rasgos predichos por los lo sobre el grupo rival y lo bueno sobre el propio grupo, y
estereotipos sexuales (ver Zanna y rack, 1975; vonBaeyer, que esta dicotomizaci6n perceptiva contribuya a alimentar
Sherk y Zanna, 1978). el conflicto, confirMando y precipitando l,s peores dispo-
Un tercer influje importante es el qlle ejercen lDS es· siciones y comportamientos en 'la relación de ambos grupos.
tereotipos sobre la memoria. Camo se~al. Ilark Snyd~r 3.2.4. Reflexiones finales.
(1981), este influjo hace que se recuerde sobre todo _que-
lla informaci6n que concu~rda con las características del En la actualidad, los psicólogos sociales están reexa-
estereotipo e incluso "que se reinterpreten los hechos del minando el problema de los estereotipos (ver Rrigham,197l;
pasado dándoles una significaci6n consistente con el este- Ashmore y Del Boca, 1981). Como se puede ver en el Recua-
reotipo actual. El mismo Snyder ha realizado v¡,rios eX,lO- dro 19, la revisión está fuertemente dominada po~ el mode-
rimentos donde se pone de manifiesto este influjo retros- lo cognoscitivo que tiende a despojar al ·estereotipo·de su
pectivo de los estereotipos (ver Snyder y Uranowitz, 1978). connotación peyorativa y a analizarlo coao un esqueaa .~s
Los experimentadores daban a leer a un grupo de individuos en la percepción intergrupal.
la historia detallada de una mujer, Betty K; todos l~ran Ciertamente, es importante que la concepción de este-
la misma historia. Después se informaba a una parte del reotipo pueda incol'porar tanto lo que de distorsionante hay
grupo que Betty vivía como una lesbiana; a otra parte se le en el estereotipo como su base de verdad, y que pueda,in-
decía que llevaba una vida heterosexual y, finalmente, a cluir tanto a los estereotipos negativos corno a los positi-
otra no se le decía nada sobre su estilo de vidp actual. vos. Por ello, el enfoque cognoscitivo aporta una nece;~
Tras recibir esta informaci6n, los individuos ~cspondían a ria clarificación al mostrar que los estereotipos· "tunc.io-
una serie de preguntas sobre los sucesos que recordaban de nan con los mismos aecanismos que otros esquemas utilizaios
la historia de Betty K o la interpretaci6n que daban a al- en la percepción interpersonal y, por consiguiente, que al-
gunos de esos sucesos. Snyder y Uranowitz comprobaron que gunas de las características que se consideraban exclusivas
las personas recordaban sobre todo aquellos sucesos que me- de los estereotipos (por ejemplo su carácter genérico) son
jor se compaginaban con la imagen que habían recibido como caracterlsticas formales de cualquier otro esq~el!la'. Hasta
información ulterior (el estilo de vida sexual de ijetty K), aqul la verdad y el aporte positivo del aodelo.coanosci.ti-
y que interpretaban diversos sucesos de su vida a la luz vo.
de esa imagen estereotipada.
Sin e.bargo,·hay algo insatisfactorio en esta concep-
ci6n sobre el estereotipo, algo que, en 6ltima instancia,
II
!
6. l.es estereotino5 cOJlst,.itu)'~·n correla("l.:mc~ pt.rc.::i... Q.a~ Es indudable que existen imágenes estereotipadas de
elltTe atribut~~ y gl'UpOS ~0L~ ACS. ciertos grupos que tienen carácter positivo y que, por
\
Los estereotipos son'ese~ci~~~entc e~4ueffias.
7.
1 e~ Los esteren .ipos de atur~¡e!a glo~al n ~enu~., se
i tanto, no se puede atribuir sistemáticamente una natur~
\
I
I
gTUpO ext.ano.
La existencia de i_lgenes estereotipadas positivas no
13. Los estereotip05 son muy persisten'.es ~~J.lt" por c,,"sa i debe ocultar el hecho de que la gran _ayorla de los este-
de los mismos pTocesos cognoscitivo$ baslros come por
la amplia confirmaci6n social que reclb~n. reotipos grupales tiene un carlcter predominantemente
Pettigrew, 19U1, págs.' 313-316.
~----------- .
peyorativo: negros. o judIos, mujeres o indios, tUTCOS O no pueden entenderse.con su an~lisis simplemente fo~al,
pobres, el ester~otipamiento de un gru.o TBS\llt3 en su aséptico, sino que es necesario vincular sus contenidos
definición social a la luz ,,~ 511$ !'a<go< flás negati-vos, tanto a la realidad que muestran, como a la realidad que
por reale~ que seaH, y ~n 1a jlJstlfiC¡Jci6.-, 1e ~u situa- distorsionan y a la realidad que ocultan, en bendficio
ción hist6r~ca de desvBntaJo mnrrinaci n. ~ersecuci6n de los intereses que dominan una sociedad en cada situa-
si!Ttpie opresi6n .. NI) se ~'led", '10, ~:jl"'tl') .. '1~ .• 1.T (~ ::"'5 .ción histórica concreta.
e~ cTcotipo:; re3.t~S ~i" ~iTl:~'ir~.) ¡ 1" s~t~.a ... i5"" ~oc .~:
~~':l 1 a qu~ snrgen v dO .... ·;.J . e •• : T ,
~ - ...... .
, I
"'''JH,.to oue '1'2 t e"·ín 1i.!:11' UT}l'$ in<f.;c'·es ....... '·"c·:,· 'S ~lrc:nc":;·:i1
. "
do.i,)!" f jU3~ Ifi.('".á!l"~"~ .:l "Ii:.r \l,~' i -: ~ .r:I.·:J~cl
~ lo I1 pti bres ') es \.o' .~ ~r· fl.lto je itn ¡.:TC"f"''"'O ~is _0.:
co, en cU:lnto qu~ t::~os rnsg"~ que sn.elcl'! curri r con .~.
yor frccl\enci~. en los grupos ~ljl·j adqulr.;r\.-'n DO srnt: .) l.\
18 luz de l~ hIs orja c~ncT~ l.
de opcsici6n a la lA
parte. éstos reforzaron su actiLI~ Sería ingenuo pensar que fue el debate pGblico el que
cr~ im:l medida comunis- llev6 a los empresarios y terraten1entes salvadoreños a
insistiendo en el argumento dE: <¡'le
1.1 ÜVl:.JCl~,C~<1 \P •• a '.'ol.ltlt":d pOph 1 aro ne-::,- "doblarle el brazo" al.gobierno e impedir la ejecución
a, op~cs "'D
~ .,~o¡, '1c]\:I;\Oc:'ac ia" y
de ese momento ru.i J prevet·s~ 'lUC L1 del proyecto de TA (A sus órdenes, 1976). De hecho, ya a
• 1 0"'- ,.'\ .-(ue \.;c h::.sarín 1D. partir de la segunda fase del debate, junto a las razones
su rc.la::ióll l. Tf\. se- '1[t"'; plV \..\:" .,;.
CC"l
re oiuci6n ~cl tlrbate. tin la 6¡tl~a IJS~, ~lllbo~ c0n ell- ideológicas los empresarios aplicaron una amplia gama d~
_ .Jl .- .. r ) (¡-:e SU <CC"L1J (;1'.1 lh
(ic":t.s se :::; .. O"'"¿;,l·on 1- 11 ·0\· presiones al gobierno, desde el boicot económi~o hasta nI
que r.. cjor e Ji., • l'{ l~ cns~ d la ¡ clnGcrJcia~ per
T'~e:-.J~, Qo
chantaje y la violencia. Los·partidarios de la TA fueron
jn ji'-~Le:'}q:,t o ....
f L"
m:.tl:.l··: c1 ~ohi~rn0 v l\ió 3 ~Jl a ]Z.~ insultados, hostigados, apaleados o simplemente asesina-
. . 1 1. o S l' l." r ..'.;:1 ( in) i • r 1 ~ t e dos, y junto a una costosa campaña de agresión verbal por
el" ml1HH" id 1 jU~C1Clu S ~,ú •
"h t"". ) i los medios de comunicación, empezaron a aparecer en el
Jif,bcs país los famosos "escuadrones de la muerte" imponiendo la
I'Tiy,da. . r, :';\pld
... 11 1 s t r." tns .. ,. l.o.i
~n1'cptes iunJ_Ton 5~ ;~,·ti\..'..• ~ violencia y el terror. Ya fuera por los argulne·ntos ideo-
d~~ (\s emI':'?::iar \.n.;, f I
lógicos, ya fuera por las presiones materiales, el hecho
te~ ~\..~
cul.,in6 e n 1""
l~eS~:i r:'eslJu :) ~I:... prv;\ll" lP, es ~ue el gobierno tuvo que dar marcha atrás y suprimir
abrog~ci6n de la 'r~ apen:. .i t r?S
do c}. Proy . . c ... '. el proyecto de TA. Ahora bien, ¿cambió realmente la acti-
tud de quienes desde el gobierno habían propiciado la TA?
,,..'"
! 1\.1)' ..... '
o(
La pregunta es importante. ya que muchos psic6logos suelen
argumentar que, para que se produzcan cambios sociales
significativos, deben cambiar antes las actitudes de las
PROfl: l· 1"',\\1 ros personas.
GnuPO 1a.
GOl!lER""
2a. :';:1.ro', la. ~ Tf
LISE Es difícil responder a esta pregunta. De hecho, los
---- ---- -_.----_._.
.20 .71
Corr.un i. ':'ii-o N:lc]onalisn("
l)-·iOO~Tac;'t1 (ConstitlXi6n) .24
.,1 . 29 2\
{l.., .i)3 ,0.\
.19 3 ...., ..
.... ·1
principales involucrados en el proyecto de TA abandonaron
el gobierno tan pronto como se detuvo su ejecución. Po-
.15 .el . 09 .(J . .0;: .23 ., ,17 siblemente, tampoco lo hicieron por convicción, sino co.a
V". untad JOp,úar .15
. 12 . 19 .04 . 14 • ','J .12 .20 resultado de su derrota. Sin embargo, no faltaron quienes
Prcpl ed.,d privada
.IL~ .15 ."13 .18
Prodocti vidad .14 .19 .22 .18 permanecieron en el g9bierno, empezando por el propio pre-
.26 .23 .27 .7.5 .~; .(J- , .02
sidente, Coronel Malina. y aostraron un notorio camb10 ~e
Justicia social
Dis tribuci6n de riqueza .09 .12 .06 . 10 actitud pr4ctica respecto al valor e importancia de la
1.0e 1.00 1.00 1.00 TA. asumiendo el discurso ideológico de los propietario~.
1UI'AL ---'-- Si realmente se produjo o no un cambio de actitud en ellos,
Fuente: Martín-Baró,
f'!S iinposinle afirmal"i.u desde tuera. ~tan imposible como ve- "hsi nao", Las tl!cnias del "lavado cerebial" se·hicieron.
Tiíica'r hasta qu~ punt·' 1:1 ae itl.\d origLHü r-Jl favC'l' de la famosas durante la Guerr~ de Corea, cuando los chin~s tra-
'\ '6 ~"'''''~.,.)-''ent&'' 7"~'ll'-·)·al,.} C"n L.~ 'T)rcnur:c:~U:'1 'r ..os taron de cambiar·la mentalidad de los prisioneros (ver Re-
1 1" quen. .. t"l ............ < _ J . " ' . ~.Io::.... "
I~l" l' HJfl ;;:~:. ' l . j OUI¡qo"lC' ).~• • . jl;]'.:J'a 11d')1l,.h) ... 1,.. l.! . cuadro 20) •. A pesar de lo extremo de la'situaci6n.en que
p(¡bl ico,;,
se aplicaron las tl!cnicas y de los esfuerzos realizados ,
ut. oi'iói;'¿' J n ~ ,~=>T . '
ú(i~ Pi1:::t. 1 e /' los resultados obtenidos fueron m4s que magros: .uy pocos
..:oncflpto
I• .1~t~
, Y SU ~AS
C'I ~~. .'\;1 ':~,<:,;?e
__ u ',:.~ '·.-·.tl.',:.c
v.
i ...~!'~lb¿::.~~.
~
:: .. !'\ prisioneros se plegaron a los cambios ind~cidos y .enos
,"'Oí ... '.t: i',:.'_:'yir PI).
aOn han mantenido la nueva actitud (ver Lifton, 1963:
Schein, Schneier y Barker, 1971).
t ~.
,. •.".G.~\,:ric¿¡:.; rr,1; .•Q'1e .):: r.r~\'· ',r que ha vuelto a poner sobre el tapete la cuesti6n del '111-
jll (.... ~
RECUADRO -20
----_. (Rr.CIJADRO 20. 2.)
I~ETODOS COERCITI'illS fARA LlT"..r·.R l· ~'~lTqO\! PERSil'"!.'!.
----- -0---
Hétodo Val'inbll..:s r.f~~r.tO$ -
t-létouo
- - - __ o. o
Vari.3h~es
-
Efectos _
~-~--------
1. Mantener t~ir.~ Tp~las y ho- D"S"1'.01la el h,\hl to Con t 1'0 ~ ...ic. O.:C'I ridi: .• o luz bri- Fija la atenci6n r~
exigencias r.lriós niIlllcio50S d, J a sumisi6n la pel;:~p 11."1"' te la situaci6n de
triv:iales Oblj~;'lr :' .;s~:-)t>ir ·;i6n ~Jll ,i1'fCJ., ~i ~ntrc sagradabJe
l. D"0'05t,,,1' fn ¡'r('l' t :i.f<ll ,p t ..)~: ~u::ie re la ; !"qi' J;- t'~:l~mj ent.o!;) Propicia introspE'c-
"r, ,,'; f'ntc 1\:" • :"'t,pt"l'n( (n '1'" i ~e TI' ... ~i k.blcnte mon.:ítono ci6n
cia'" y n,_ 010 t' V . ":'H l.h: 1 Re;tr,rci61\ t!r! movi FTllOlra cualquier
nisciencio:: '. D.:i:!u.~S;· ... 'Qntro1 miento acelón que no sea
- ~G;ht'_¿ t·
ot..:s""n:l le 1el v!c·
ti.J~a
sobre el
I
Ausenci'l de E'stlmu-
h,s normales
la sumisiÓn
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fa,J"'S
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Completo
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ais~amiento Desarrolla intE'nsn
preocupdci6n con
3', Generostdau
ocasio~al
ra~'
Premios
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1\.J.!'Cl
Promes~s
tr;:to
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Camhios ~n ~~ aclitud
del gl:ar<!~an
sUQisi6n
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mlc;i6n
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posit;va para :u-
va,- J.
I l
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, Encierr~ en s~1edad
Semi-aislamiento
AisLamientú en gru·
!'OS peque:\os
uno -;n;s-mo
Eliminn apoyo so·
cial
Vuelve D la vl-t'm~
dependiente del
Interrogador
8. Debilita- Dieta de hambre mor- Debilita la ~apacI
Cortesía inesperado miento y tal dad flsica y men-
unSled~J.i agotamien- Abandono frente a tal de resistir
.4.I Amen)lzas De ~uerte o tortura
D~ aislamiento e in-
terrogat·,rlos sin
Cultiva la
el miedo y la
sesperaclón
(~- I to induci-
dos
elementos natura-
les
fin Utilización de heri-
Contra la familia y I das
companeros Inducción de nfeTme
Cambios rnistl!'l"Íosos I dades
Encierro prolongado
en el trato
Amenazas vagas y te- I Permanecer de pie
rribl.~s· I
• l·,
largo tiempo
No dejar dormir
. S. De¡radaci6n Impedir higiene per- Hace aparecer que se
sonal guir resistiendo e II Interrogatorios pro-
longados
Ambiente sucio, in- mAs perjudicial par Esfuerzos excesivos
festado la propia estima •. I Tensión prolongada
Castigos deshonrosos que la sumisión
Diversa humilladones Reduce t¡.l prisionero Fuente: Wntson, 1978, págs. 292-293.
Ofensas e insultos .. a preocuparse J~
Palta de PTivacidad valores "animales"
c..b~o voluntario y profundo en las opciones de la perso- dad ~~'l ~n r0~tdTdS co~o la de Duran. Si no fuera por
na; la duda est4 sobre si el cambio aparente de su acti- :"1'3 1-a,Ó;., 10:" }J-r· ..., hlci.\HS de Cuba, donde a veinte a 1'1 s
tud se debe explicar en virtud
, ,
de alguna forma de l~vado
'
,~ rC: ..... ·u(.~ó¡'1 '" ...~11St3 tt.;l¡"wl:, mu he;. mIles de p rson3~
cerebral o basta para explicarlo el control total que la t1l.-:;CE":1 ,o. i.~"-,,,~~
.. 1 .. _.'~Ol·J:"':,l1hl:.:.::."'a
... de los 'E.5ta(~os Unidos, n",,,;
policla sigue ejerciendo, sobre su vida. Su manera mecá- _, ~ r r .. ' : 'l'~, ro,no "f'r;'laba \-lilh 1"1 <{eich (1933/
nica y co~~lsiva de hablar abona la tesis del lavado ce- • ~ I j J
:', '" . . " .e e'". ~ .r:i~
....
:; no se estab~l~zan JT\ientras
.~ ,\l'\J~aci6.
rebral; el que los cuerpos de seguridad guatemaltecos si- ~J C". _l~' rJnten~·
.. , 1 ....., J ..:.\ ".
.le ., ,
gan"J18nteniendo aislado, oculto y bajo su, control al P.
Pellecer apoya la tesis del t~.or y la amenaza. Pero,
L ~, ¡e
cualquiera sea la raz6n -y quizás los dos factores entren
en juego- el caso del P. Pellecer muestra 10 dificil que
térreino d~ U~G casi
resulta "producir un caabio profundo de actitudes.
" " • •
(·CL¡:·l.RTl:": ,.. .>\."
1• ... > •• ,\<' q"l"'re
... ~ ~
O'Clr
...
'1 1 \0 sir.,·;!,re
.
e e 'todas
Estos dos casos, el de un cambio de política y el de ¡'.. rt:.:· se ...I\;....·.)e -:on _ flJ'Sma
i.i.i.l. . -j,.,nifi .... ·.\cifin, e que el
un cambio personal, auestran la importancia que tienen las ~":,,,. ~ido qlJi: 1" da ' \. '1$(' { 1~~::J¡.n!. ..:1 tt;tr.ll~ • .J eq li l~
'actitudes en los proce.os hist6ricos o, al menos, el va- .' ':: .. j~t~.J
."
..~~n::i~J.
t:
·~n k.... J'·~. ..- · ,1 I
.:'
-~
_ i. ".',In..: icado
...
(¡,He ~f
lor que puede tener el ,concepto de actitud para analizar . le:: l' r;.-: ~1 t , ". ~n(; e:" e l OB_" cl'r ·1 dicc~ nari r
p (""
opini6n de que para que se puedan producir cambios socia- e lR ,~5 o que h"m0s adoptado 'ma Jctit\lcJ :le severidsd r.a·
"
les s~gnificativos, priaero tienen que darse cambios en I..'la Lno dí. i,·!(".·tl·OS hiJO';, qU? enc~os una actitud agre.L
la actitud de las personas. Un ejemplo concreto de esta
, :;~''¡~.J~ hac~;'l ':n::- .,.egoc~G:; . que nem;-;s tomado Ui\a actitud
postura io consti~uye el librito de Fernando Dur4n~ "Cam· critica frente q ID ql,e dicen 10~ p2r~6dicos.
bio de ~entalidad, requisito del desarrollo integral de
Etimol jC'Jlmente, I'actitud" es un término que surge
Aa'rica ~atina" (1978). El autor, un psic6logo vinculado
en castB.lan0 • comienzos del siglo·XVII Y que proviene
al centro para 'el De.arrollo Econ6mico y Social de la Am'·
del ita:iara "attitudine", Con rste término los criticas
"rica Latina "(DESAL) , aantiene que es necesario .transfor-
de mrte it~liaGDs nludlan a las posiciones que el artista
mar ,el "car4cter latinouericano", ya Que sus raSllos ac-
daba al cuerpo de su ~statua o d~ su representaci6n grá-
¡ tuale. reDresentan ;'un ob~ticulo al desarrollo intellral"
l.ca y con, as ~uales pretcndia evocar cierta disposicio-
(D41, 13) de la. sociedades de Aa6rica Latina. Bl traba-
n~s anlmicas de la persona representada. ~ctitud, por
10 de Dur4n hace aaua Dor varios lados, y no es el menor
tanto, es una postura corporal en la que se m~teTializa Y
d~ ~us fallos UD Dsico~olisao Que no llella,ni siquiera a
_
. .... '-- Digitalizado en Universidad Centroamericana "José $imeó
añas"
- 357
-356
GOTdCJI~W. ,.llporl (l ~ pago 8 1i », :luna :.ctiruJ es un
expresa. la postura del esplritu. De hecho, los psicofi- lSlultl ~"'. (is t . , ' .i....... 10 menl;¡l y nCf\o"iosO-, organiz3do me-
siólogos mantienen que una actitud no puede ser separada T\ia t·~ 1,1 ~....:: ':"ri'~11L:jd, que' ¿.]€>fce un influjo diTr-ctivo o
de la postura que constituye su materia. Desde un' punto oin51 A jco ~n ]a rp~puest~ eJ individuo H toda cla~e de
•
de vista motor, actitud es. una manera de mantener el . .
("bjet0~ y $) tU.ILIones
" . La idea central es qCJe 1" acti-
cuerpo, ya que' mientras una posición se da, una postura tud S\I"0nC ~!nn nrpp~~Dc-6n de In persona rora act~ar de
es adoptada- o aantenida. De ahl la expresión de "adop- .1)"1 l' "'r- ·:¡.:ll"~l"l nntf" cada o jeto y, PO! tanto, la tran-
tar una actitud". El sustrato postural 'de la actitud ~it)ri' d3 dn ca 3 compOrlaTI1Jen o queda anclada en la es-
radica en una actividad particular de la musculatura lla- ~L ", j n d ,.c o que 5{"~' disp s ic iones de 1a perSoona. OC'
mada tónica. El tono (del griego "tonos", que significa <..c t 1.0 d ti, (' l"¡... 1 rOllcel'to
- d- actitud s retende ofre-
<:;
tensión) es un estado de contracción ligera y permanente • '"1 rc~-:l. ":-:.~' :1 ~ ",:ccl ~~~ como iCllcia
de los m6sculos estriados que asegura el equilibrio del hq~("'l Illi pl 11 (' :rlo u:li fj~:1do" d~ la dive~sidad ce conduc
cu~r.po en reposo y e~-mantenimiento de las actitudes, y r:Jo) ..iSJ ro;¡!o Ii.O p.,..~.1Cli'i" qlle v 'lculc lo i'ldividuaJ C'I
estA controlado por centros cerebrales y del cerebelo. 10 so in;, lo nersonal ::01. () grlJpDi.
Cuando una persona se encuentra con la tensión y la fuer-
LJ ~ . . LUci '"Uffi0 tal no es v¡siL'~ ni dircctclmel\te
za adecuadas para la actividad, se dice que "estA ento- \.... ..;. ~~___ 7·.·I~a '1" est:.~
d-....... ~~3 llipot¿tica, un
ot.:.: 0 1"'/al ... -
nada".
C~t.IJO (Jns ... Jcrado ~ j¡'!O )fut'io d(" L pei <;ona, pe.',)
La actitud es, -pues, desde una perspectiva corporal, C.YJ cx:stcnL:~;l :;6tc ~c tJl1ede v"l'~ficaT' lTa(res G~ SU:~
una estructura preparatoria, una orientación determinada .
1•• 3n)tc~10CIOI1~S.
" Es dificil, [jor consiguiente, afirm3r
del cuerpo que prepara al individuo para percibir _yac· ~i 31g ien tiC'I:~ realmf:ntE- una actitud mientras no se
tuar de determinada .anera. Por ello, la actitud corpo- ob,crve su proced~r. Por otro lado, paTa definir el ca-
ral expresa y canaliza la actitud psicosocial, a la que ~jcter ) r'lturolbza da las actitudes es necesario 3ctua,·
sirve de sustento, pero sobre la cual también pu~de.ejer sohre 1 "S, lo que significa que 5610 cuando se logra
... o-e actitud ~n 21guien puede deducirse
cer un influjo.' I!s bien sabido que cuando, por exigen- ..•. r":,:,.,·,,;o
p'r~du(".i;... -
cias de su trabajo o de su rol social, una persona tiene en !Orn'3 lógica Jo que constituye la esencia de una ac-
que_adoptar una actitud, asl sea de fachaca, el manteni- ~'tu~. La diversidad de teorías y modelos que se han for-
aiento de ese esqueaa 'postural termina por influir su mulado acer~a de las actitudes proviene de los intentos
esplritu y la persona acaba sintiendo aquello que sólo prácticos que se han hecho por lograr cambiar las actitu-
finglB •. des de grupos o personas en diferente situaciones. Puede
El carActer preparatorio de la actitud corporal ~ons afirmarse que la conceptualización de le que son las a~:
tituye el correlato del caracter preparatorio que define titudes depende de la forma' concreta como se ha consegul-
a la actitud psicosocial. Segdn la defi~ición clasica de
do o se ha creldo conseguir el cambio de actitud de las desarrollado en la Universidad de Yale bajo la dirección
personas. de Carl J. Hovland. Así, por ejemplo, Hovland y Weiss
Tomando como punto de orientación este esquema· que (1951) probaron que una comunicación que proviene de una
va del cambio de las actitudes a la definición de su na- fuente con mucha credibilidad para el auditorio es más
turaleza, .podemos distinguir tres enfoques predominantes persuasiva que la misma comunicación transmitida por una
en la psicologla social: el enfoque de la comunicación- fuente con poca credibilidad. Los investigadores utiliza-
aprendizaje, el enfoque funcional y el enfoque de la con- ron cuatro infor~aciones, y cada una de ellas la tr~nsmi
tiCl n a dos grupos, en un caso como procedente de una
sistencia.
ruc.ae muy creible, en el otro como procedente de una
2.1. El enfoque de la comunicación-aprendizaje. fuente poco creible. Las infoTmaciones se referlan a la
Si tenemos la paciencia para sentarnos ante la tele- uecesidad de vender los anti-histamínicos sin receta ml!di-
•
visión y contemplar alguno de los "enlatados" norteame-
ca, a la rc,ponsahilidad de la industria del acero en la
escasez de este producto, al futuro del cine ante la ap2-
ricanos con que diar1amente se nos obsequia, podremos ver
rici6n de la televisi6n y a la conveniencia de construir
a la hora de los anuncios alguna bella artista de cine .
submarinos atómicos. Los resultados indicaron que lo in-
recomendándonos usar un determinado jabón que a ella le
ha ayudado a conservar "su cutis terso" o emplear Uf> de- formaci6n transmitida por la fuente creible produjo un
terminado "champlí" que le permite mantener su pelo "1 ilr- cambio de opini6n en 16.4 \ mlis de personas que la trans-
~;tida por la fuente poco creible. Con todo, la diferen-
pio y sedoso". En tiempos electorales, no faltarl al-
glín conocido deportista o profesional que nos recomiendo cia del efecto entre unos y otros desapareció cuatro sema-
votar por tal o cual partido, por tal o cual candidato nas m~s tarde, disminuyendo el influjo sobre unos y aumen-
El mecanismo es bien conocido: se trata de aprovechar ~i tando sobre otros, lo que fue llamado "el efec to del dur-
prestigio que la persona tiene en alglín área d~termin~da miente" -el influjo a mediano y largo plazo.
(la belleza, el flítbol, la medicina) para influir en Hovland consideraba que si una fuente creible producla
nuestro ánimo y convencernos de que compremos tal produc- más cambio de opini6n que una no creible era debido a su
to O votemos por tal partido, es decir, para despprtar asociación con refuerzos positivos, 10 que incrementaba la
en nosotros una actitud positiva hacia ese n~oduoto co- probabilidad del aprendizaje (ver Hovland, Janis y Kelley,
~ercial o ese partido polltico. 1953). De hecho, Hovl~nd estaba aplicando al ca.po de las
actitudes la teorla sobre el aprendizaje enunciada por
La importancia que tiene la fuente in("rm"uva para
lograr influir en las personas que recihen una informa- Clark L. Hull: una actitud se cambiaba mediante un proces~
de aprendizaje utilizando los debidos refuerzos.
ción fue investigada sistemáticamente pOT Uf' 8"upo de
psicólogos sociales como parte de un progrr.¡" : mis aml'lí o
Hull (1943; 1952) consideraba que había diversas va- te: "asumimos que la aceptación depende de los inc..ntivos
riables que intervenían entre el estímulo y la respuesta. y que, para ca~lbl"r lIna opini6n, es necesario crear un
La .As importante de ellas es el potencial de reacci6n, incentivo .~s grande para rpalizar la nueva respuest~ im-
que se puede definir coao la capacidad que posee un orga- ¡,UcHú que para realizar 1 \ anti.gua" (p~g- 11).
nismo en un .omento determinado para responder de un modo Aunque el grupo de Y'II" concebía la acti tud d-esde la
u otro a un estímulo. El potencial de reacci6n es una r~r5pectiva d~i ~~Tendiz~je erD ta~bién consciente del
fUnción multiplicativa de una pulsi6n y otros factores n~)iz(lmlCn'(' ~l'ci'jl de 135 "Irtitude; y J~ qu_ el apr n-
co.o la intensidad del estímulo Q la magnitud del incen- ~i¡3ic .¡~ las '~ti·tt~es t~cne lugar en el grllpo al que
tivo. SegGn Hull, una pulsi6n es todo estímulo interno ). ~. J'l" •
del organismo que dinamiza su conducta. Habría dos ti- ¡.' .:.:idf!. d~ "'.3 i'·l'l1'1'}{), que. 1; transmite ciertas crt'!enci35,
pos de pulsiones: una pulsi6n general, que produce un in- (' ':1). ~=S I ~~~cos de Vi3L~l,
asl como le premia unas creen-
creaento general de l~-actividad, y estimulaciones espe~ \. 1S ',· .. ~'f• .,..:1S !.~ ~a5t.iza 0 . . 11. Huvl:tnrl y :Jus colobor' Q-
clficas, que conducen ~ respuestas particulares, innatas Tes UL iZ3)Cn ls concepción de Kurt L~win ~oLre la rlerte-
o aprendidas. -La fuente bAsica de las pulsiones son, se- ~~:l"~ ~ 1ns ~TUpOS y la 1¡lte~~aron 3 su esqueMa sobr!, la:
gOn Hull, las necesidades priaarias. 3Ct ¡t· es. De ~hí su énfa;;;is en los procesos de COII::JT1i-
ct;t~i611 50( u\i ":0;1\ ámbito peculiar pa~a .a formacl,':n' y .~I
Hovland aplicó _los conceptos de potencial de reacci6n
·· ... ·.., bi0 de :J,·.·t.;t~ljes.
o pulsión a las actitudes, que defini6 como "aquellas
respuestas illplícitas" por las que el individuo tiende a A la J z de mod~lo Hovl~nd
sobre 1&5 actitudes, ~e
de
acercarse o-a alejarse de "un determinado objeto, perso- ~!¿n re:=t:''izuáo ,,'Jl!1el'OSas i v':itigaciones orientadas (\ tle--
na, grupo o 51.bolo" (Hovland, Janis y Kelley, 1953, pág. ~ ~ rmini,r 1 "'$ condicione'" en 4,ue una ccmunicaci6n puede
1). Las actitudes poseen un "valor pulsional" que les S p.'" más ~vnv:!icej'tc r lograr un influjo mayor en la au·
permite poner en marcha el comportamiento de las perso- <liencia. En el Recuadro 21, se muestran algunas conclu-
nas. Ahora bien, puesto que el ser humano es un organis- .i~nEf sacadas de eRtos experimentos acerca de las cara:-
mo racional, las actitudes estAn íntimamente ligadas con terfstica; de q~ien transmite la informaci6n y la forma
las opiniones, que Hovland define como "una allplia serie C0mo la tr~nsmite. En sfntesis se puede afirmar que para
de anticipaciones y expectativas". Tanto las opiniones que una pPTsona cambie su opinión y, por consiguiente, su
co.o las actitudes son aprendidas: "las opiniones, COIIO . - actitud acerca de un objeto es necesario que atienda a la
otros habitos, tenderan a conservarse a menos -que el in-\ información qu_ se le transmite, que comprenda el argu-
diYiduo tenga nuevas experiencias de aprendizaje" ••nto y ~us conclusiones, y que, al experimentar o anti-
(Hovland, -Janis 1 lelle1, 1953, pago lO). Un cUlbio de ci.par los beneficios que van aparejados con el nuevo PUl-
opinión producir. UD c••bio en la actitud correspondien- to de vista, acepte cambiar su opini6n y su actitud. Pa-
ra que me incline a comprar el jab6n anunciado, primero
tambi6n una realidad, tiene una vida social con sus reglas tra casi en forma automática el cambio de actitud. Más
y sus exigencias y, 'por tanto, una ideologia que canaliza alín, tampoco está claro en el modelo de la comunicación-
unos intereses sociales y no pocas veces los distorsiona aprendizaje la conexión entre comprensión de un argumento
y hasta oculta. El paradigaa del laboratorio presupone r convencimiento: yo puedo comprender las raZones que se
que el "control" de variable's permite captar los fenómenos me exponen acerca de la bondad de un jabón, de un candida-
en su pureza, callO si los fenómenos fueran realidades pu- to polltico o de una medida legal y, sin embargo, discrr-
ras, abstractas de sus concomitantes históricos, particu- par con respecto a esas razones o simplemente no aceptar-
larmente de 105 sentidos que expresan y de las fuerzas que la~. Es frecuente incluso el caso en que una persona no
materializan. Por eso, los fenómenos estudiados en el la- tellga argumentos en contra de un determinado punto de vis-
boratorio o son in transcendentes o tienden a trivializar- ta )" mucho menos pueda rebatir las razones que se le expo·
se, sin que las. mlis de la"S veces pueda concluirse de ellos nen y, sin embargo, no se decida a aceptar esos argumen~os
que, cuando sus resultados se apliquen a las áreas sensi- o a hacer suya esa opini6n. En el fondo, el problema e,
bles de la vida humana. -como era el caso para los soldados que este modelo sobre las actitudes parte de una concep-
alemanes luchando por su patria y su familia-, van a tener ci6n racionalista del ser humano y se presupone que la 16-
vigencia las condiciones hipot6ticas verificadas. El la- gica formal arrastra la 16gica psicol6gica, '10 'que no es
boratorio asume de hecho que el aqui y ahora de 105 fenó- necesariamente cierto. La psicología humana tiene ~u psi-
menos proporciona sus verdaderas dimensiones, olvidando co-lógica (Rosenberg), entre otras razones porque adem8~
que s610 en su totalizaci6n, en sus ramificaciones totales, de raz6n el hombre es afecto, y además de inteligencia
adquieren su pleno carácter, 10 que es particularmente . tiene intereses, personales y sociales.
verdad de los fen6menos psiquicos y sociales. El inmedia-
2.2. El enfoque funcional.
tismo no es una simple exigencia de limitaciones presupues-
tarias, sino un requisito de la anturaleza misma del íabo- Si se tOlllara en serio el enfoque de la comunicaci6n-
ratorio. aprendizaje sobre el cambio de actitudes, antes de poner
en marcha una importante medida politica o social h~brla
Uno de 105 puntos d6biles'del modelo de la comunica-
que desarrollar una amplia campaña de información que t~n
ci6n-aprendizaje consiste en su imprecisión conceptual
diera a cambiar las actitudes opuestas a esa medida'poli-
acerca de 10 que es un re'fuerzo, imprecisión car.acter1sti-
tica o social. Asl, por ejemplo, antes de iniciar la
ca a todas las teorias del aprendizaje. Por otro lado,
Transformaci6n Agraria, el entonces Coronel ~olina deberia
concede una gran importancia al aspecto cognoscitivo al
haber iniciado una campaña sistemática dirigida a los te-
considerar la opini6n callO el punto clave para la determi-
rratenientes y capitalistas salvadoreños a fin de cambiar
naci6n de una actitud; sin embargo, la conexi6n entre opi-
su actitud de oposici6n a ese tipo de reformas. Lo curio-
ni6n y actitud no es suficientemente clarificada y no se
so es que el principio enunciado nos parece 16gico y hasta
ve de qua foraa o por qua raz6n el cambio de opinión arras-
expone una raz6n muy poderosa: las actitudes son 6tiles y '.I-'=' .':e 0"ien & (Jccrcu \.l(~l ignific¡..uu de un ~"jt:'tQ
cumplen funciones importantes para las personas. La uti- e" l~ realj¿~d;
lidad de las actitudes reside sobre todo en que dan rE'S- tlfilC.lOn
siTven par~ fa-
&du,:t~ti.va: la!'> actitudes
(b)
puesta a necesidadp.s individuales o de grupo. En est~ cilitar > mantener las relaciones sociales;
protegen a la
sentido, las actitudes serían la estructura psicol6 61ca le) funci6n expresiva: las actitudes
que materializa los intereses sociales ante los objetos rl~ parsona de t nsiones y c0nflictos internos.
la realidad. Por tanto, mientras la persona siga ~xperi' No todas la~ ac{itud~s siTven las tres funciones, pero
mentando las mismas necesidades y s6lo disponga r~ra ca~a szg0ü la función predominante as\: ser' el carlíctl¡!r de la
lizarlas de determinadas actitudes, esas a(tit"¿~3 00 mos- actil'ud. "En la medida en que predomina la evaluaci6n del
trar'n reacias a todo intento por cambiarlas. ~ó ac'L- úbjeto, la persona tiende a actuar r~cionalmente... ~n la
tud de los norteamericanos blancos ante sus c~'patri,tas ~edida en que las actitudes de una persona estlín enra1za-
negros s6lo empez6 a cambiar cuando fueron de.;:- ¡H!.rE.'lendo .
das primariamente en una a d'ap t ac1'6 n socia'"' estar' menos
las necesidades que la ·fundamentaban (por e5'úplo, la com- oTientada hacia los hechos que hacia lo que piensan los
petencia por puestos escasos de trabajo) o cuando el man- damás ... En In medida en que las actitudes de una persJna
tenimiento de la actitud racial producía m~s dafto~ que be- .
SH'van para extarnar probl em as l'nterno~
- .Y, por tanto, es-
neficios (por ejemplo, la persecuci6n legal). En el con- tán imbricadas en sus defensas contra tensiones oscuras y
flicto de la Transforaaci6n Agraria antes desc~ito, la ac- sin resolver, se puede esperar que sean rtgidas Y poco
- s"
Digitalizado en Universidad Centroamericana "José Simeó
-368
Daniel Katz (1960) ha desarrollado este mismo modelo d1:.1 rar~._lo üd'des. ,eees· d~d.
funcional. Como se· muestra en el Cuadro 12, para Katz ';c,I V ..,f" .-. :,,:)o ..l ... Vi~ik;:idacJ
2. Crea_téfl
.
las actitudes pueden c~llplir
.
cuatro funciones: una fun-
ción utilitaria de ad~ptación, una de defensa del yo con-
j
dé:' • e: .
1:; :-!e~·'~.~_.
4, ~1' f ~{ .., ~ s . .
160). Las actitudes son definidas por Katz como un con- fC\'~11as ·.tl\;
junto de creencias acerca de 10 que es un determinado ob- tras y il!~'j~.
res -pn T:
jeto y de senti.ientos positivos o negativos sobre ese satisf:.H.t:l
objeto. las nccesi
dadcs.
No hay muchos estudios emplricos acerca del mode~o : . .>f'!f)S¿l P.pa7" j ci6n d~ Desapa i
funcional de las actitudes quiz4 porque, como en casi to- le 1 VO t)"[. ('(lcfl ~·..:t:os amena zas. ción de
das·las teorizaciones influidas por el psicoan4lisis, es inte:uos l pe- 2. L amadoc al amenazas.
l ~.¿(~' .s externos- odio v a irn- 2. Catars i5.
dlflcil operativizar las hipótesis planteadas. En un ex- pul sos repri 3. Desarro]Io
midos. - del conocí
periaento de Iatz, McClintock y Sarnoff (1957), se trató 3. At:ii1entc dz miento ue
de caabiar la actitud de prejuicio hacia los negros, que fj'ustracio- sI mismo.
nes.
seg6n estos psic6logos cuaplla una función de defensa del 4. Uso de s~ge
yo. Lo primero que hicieron fue aedir el car4cter als o rencia auto-
rita,· 2.
aenos defensivo de las personas (131 muchachas universita-
Expr~si6n ~lan tenimiento 1. Visibilida<l 1. ,U¡:Úr. gra-
rias) as~ coao sus actitudes de prejuicio hacia los ne- t.~e valores de la VTopi3 de sefiales do de iTlsn
gros. Posteriormente, se les di6 a leer un folleto acer- identidad; me- asociadas tisfucei6ñ
joda de la con los lJa- con uno
,
"J . Simeón Cañas"
,; i¡,¡j~.ie.niJU~n~i~v¡,:e¡,¡r;¡s~i d~a::.d~C;i.i.e n~tr~o~a~m~e;.ri~c~a~n~'a~~o:.::s~e~~::..::-::..::- _
Iiiii• • • •_iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.~izadO
-374
-.375
bertad de pensamiento y de prensa mientras aprobaba la ," ..,'ilmaciór: ce la otra (son compatibles).
censura impuesta por el estado de sitio a toda oposición D(\:,j f0?,,11. .... iQnes l/u vienen al caso cuando ningun<J de
y defendía la necesidad,'de suprimir aquellas voces "que ~)lu~ J~~~'crL 'laJa ,cerca de la otra.
atentan contra los sagra~os principios de la democracia".
1 ~,~ disn~~~cia
ognoscitiva es un estado nocivo.
Es tambi~n conocido el caso de quienes defienden a capa
Z En cns ~le disonancia ccgnoscitiva, c; in~ivi¿uo in-
y espada su derecho a reunirse y asociarse como un prin-
tcntn r0duc~r11 o eliminarl~ y trata de evitar aq'·e·
cipio fundamental del sistema democrático, pero sostienen
las ros~s que la ~unlcnten.
también la razonabilidad del mandato constitucional sal-
3. En a50 d..: con~onancia, ci ·¡r.dividuo trata de flvit;.t
vadorefto que prohibe la sindicalización de los canpesinQs.
13~ COS3S que puedan producir disonancia.
Es necesario un gran malabarismo mental para mantener,
~. La luerl.a ~ it~tens.idad de ln dison<~ncia cogn(\s~:·i.tj·Je:::
como afirma con sorna el dicho popular, que ante la ley
var~a ('on (a) 1& importancia oe las cogniciones del
todos SOliOS iguales, "pero unos más iguales que otros".
c.~so , lb) el número relativo de cop,¡,iciones que se
Festinger mantiene con razÓn que es muy difícil cam- encue~'r2fi f':l re]3~i6n disonante.
biar las convicoiones de las personas, es decir, aquellas 5. La fuerza de las tendencias enunciadas en (2) y (3)
creencias m4s importantes para su vida. Su modelo, cono- es función directa de la intensidad de la disonancia.
cido COIIO la disonancia cognoscitiva (Festinger, 1957), 6. La disonancia cognoscitiva puede reducirse o elimi-
sostiene que las actitudes de las personas se basan en nar,e solamente (a) añadiendo nuevas cognir.iones o
sus creencias acerca de los diversos objetos, y que entre (o) cambiando las existentes.
esas creencias tiene que darse un acuerdo o 'equilibrio 7. El añadir nuevas cogniciones reduce la disonancia si
(ver el Cuadro 13). El cambio de actitud no ser4 produci- (a) las nuevas cogniciones añaden peso a un lado y
do tanto por los refuerzos cuanto por la disonancia entre as! disminuye la proporci6n de los elementos cognos-
las creencias que tenga una aisaa persona. La disonancia citivos disonantes, o (b) las nuevas cogniciones cam-
teorlas de la "consistencia cognoscitiva" (ver Abelson y sea el formulado por Milton J. Rosenberg. SegGn Rosenber~
otros, 1968; Brovn, 1972, p4gs. 567-628). Como dice (1965; 1966; 1968), las actitudes son estructuras radia-
. Theo\lore M. Newcomb (1968, pig. XV), estos modelos.. apa- les de conocimientos y afectos hacia un objeto o clase de
recieron "con diversos nombres, como balance, congruen- objetos, donde los diversos conocimientos se encuentran
cia, simetrla, disonancia, pero todos tenlan en comOn la ligados por vinculas instrumentales positivos o negativos.
noci6n de que'la persona trata de lograr la mayor consis- Las actitudes estables se caracterizan por la consistencia
tencia interna posible en su sistema cognoscitivo y, por interna, es decir, huy "una relaci6n de consistencia' entre
extensi6n, que los grup09 tratan de lograr la mayor con- Ulla orientaci6n afectiva o evaluativa, relativamente esta-
sistencia interna posible en' sus relaciones interpersona- ble, hacia algGn objeto y las creencias personales acerca
les". de c6mo se relaciona ese objeto a otros objetos de signi-
Como otros varios enfoques en la psicologla social ficaci6n afectiva" (Rosenberg, 1968a, p4g. 74).
contemporinea (por ejemplo, la teorla de la atribuci6n), El cambio de actitud es una especie de proceso homeos-
los modelos sobre la con~istencia se originan en el tra- tatico que restablece la consistencia interna al producir-
bajo de Fritz Heider (1944; 1946; 1958; ver Jordan,1968). se alguna i3consistencia importante afectivo-cognoscitiva.
El supuesto fundamental de Heider es que las personas Por consiguiente, el"cambio de actitud puede venir tanto
tienen la tendencia psico16gica a organizar sus conoci- por la modificaci6n de los componentes cognoscitivos comr
mientos sobre las cosas u otras personas en una forma ar- por la modificaci6n de los componentes afectivos de la ac-
moniosa llamada estado balanceado. "El estado balanceado titud. Ahora bien, el cambio s6lo tiene lugar cuando la
indica una situaci6n en.la cual las unidades percibidas y inconsistencia desborda un umbral de intolerancia personal
105 sentimientos experi~entados coexisten sin tensi6n; respecto a la inconsistencia, aspecto particularmente sig-
por tanto no hay presi6n hacia el cambio ni en la organi- nificativo cuando la inconsistencia 'existente redunda en
zaci6n cognoscitiva ni en el sentimiento" (Heider, 1958, beneficio del individuo o, como dice Rosenberg, la actitud
pig. 176). El estado de balance entre los conocimientos inconsistente tiene una instrumentalidad hed6nica para 1,.
es, por consiguiente, un estado estable, mientras que un persona.
estado desbalanceado entre los conocimientos de una per-
El modelo de la consistencia cognoscitivo-afectiva dp
sona es un estado inestable que empuja a la persona ha-
Rosenberg fue utilizado para analizar el conflicto sobre
cia el cambio.
la Transformaci6n Agraria que se mencion6 al comienzo de
A partir de esta concepci6n, varios psicólogos han este capitulo (ver Martln-Baró, 1977). Desde esa perspec-
ido foraulando distintos modelos, poniendo el Enfasis en tiva, la actitud de los terratenientes y propietarios mOl·-
unos aspectos u otra.. Fuera del modelo de ~a disonancia traba una mayor consistencia interna que la actitud del
cognoscitiva de Festin¡er, quiz' el modelo afs valioso gobierno hacia la TA, pero, sobre todo, el margen de tole-
rancia para la inconsistencia en los propietarios era muy casos hay un involucramiento persollu] del sujeto con TC~
grande supuesto el beneficio que les ha reportado históri- t,ecto R l~ creencia, lJn comnromiso equiv~lente al que el
camente su actitud de intransigencia hacia cualquie~ tipo ~rupo de creyent05 en la profecía de la sefiora Kcech tenia
de cambio social. con respecto a la inmir~cilte destrucci6n de Chicago, y que
Los modelos sobre la consistencia han caido en desuso, ~~:s l1c"v6 i.ncluso a abandon:1!" sus empleos para esperar el
no tanto por las abundantes criticas sobre su valor cuanto platillo vOlador que les salvarla de la tragedia. Por eso
por una cierta saturaciÓn de los psicólogos sociales con Rosenberg cree 'lue la disonancia cognoscitiva no es cual-
el modelo de las· actitudes o un simple vaivén de la moda llllie- jnconsistencia entre dos creencias, sino s610 aquel
que ha dejado el estudio de las actitudes a un ladn. Con dile 3 cognoscitivo que se produce cuando alguien ha rea-
todo, los mismos temas y casi los mismos términos que lizado algún acto contra su creencia sin suficiente raz6n
alimentaron los modelos 'actitudinales de la consistencia (Rosenberg, 1968b, pág. 831). Rosenberg considera que la
hoy se reencuentran en ~l estudio del an!lisis de atrihu- disonancia cognoscitiva es un dilema moral, el dilema del
ciÓn, lo que es coherente si se tiene en cuenta su raíz desacuerdo entre lo que se dice y lo que se hace, el.dile-
com6n en Heider. ma de la inautenticidad (Rosenberg, 1970). Si esto es
Hay algo de gran valor en el modelo de la disonancia asl, la disonancia no es más que un. nombre aséptico para
cognoscitiva de Festinger y que aparece particularmente en un concepto antiguo y una realidad todavia más antigua: el
sus estudios sobre las acciones ·en contra de la propia ac- sentimiento de culpa (ver Kelman y Baron, 1968; Nel,
ti tud. El punto central ,es que las ideas siguen a las ac- Helmreich y Aronson, 1969). No se trata de que cualquler
ciones, la razÓn a la praxis. El individuo cambia su ac- inconsistencia intelectual suponga un conflicto ético; se
titud para justificar aquellas acciones ya realizadas y trata de que actuar contra las propias convicciones, por
para las que no cuenta con suficiente justificaciÓn. En insignificantes que sean, supo~e una cierta deshonestidad,
otras palabras, las actitudes surgen como producto ideoló- tanto mayor cuanto lRenor sea la JustificaciÓn para actU3r
gico de los intereses generados por la praxis humana. En de esa manera (para una critica frontal de la disonanci.
este sentido~ es importante subrayar que una de las dos cognoscitiva, ver Elms, 1972).
cogniciones 4ue Festinger sit6a en el n6cleo de su modelo Los modelos de la consistencia tienen el serio proble-
siempre involbcra a la propia persona. ma de su supuesto fundamental: la tendencia al equilibrio.
Est~ principio homeostático presupone la necesidad humana
Ejemplos tlpicos de disonancia cognoscitiva son el
creer que fumar produce c4ncer y ser uno un fumador, o el de un estado de balance (Heider) representado en este caso
de considerar que la libertad de expresiÓn es un principio por una coherencia entre los contenidos de las creencias
b4sico de la democracia pero mantener que hay que impedir o·conocimientos personales. En esto, no sólo se está so-
• la oposiciÓn que se exprese p6blicallente. En todos, los brevalorando el carácter gratificador y final del equili-
brio, sino también el car~cter racional del ser humano. tímulo Y la respuesta visible, para el modelo funcional
Ahora bien, la experiencia cotidiana nos muestra la gran se trata de una disposici6n instrumental de la persona y,
dosis de irracionalidad prevaleciente en la vida de los para el modelo de la consistencia, es una estructura de
seres humanos, irracionalidad bien captada por Freud y carácter cognoscitivo y afectivo. El modelo del aprendi-
que, cuando menos, nos lleva a la consecuencia de que las zaje se preocupa por la conexi6n entre la fuer~a pulsio-
personas no nos guiamos tanto por la l6gica cuanto por la nal de la actitud y la activación de una determi~ada re~
"psico16gica", como el mismo Rosenberg ha señalado puesta, mientras que el modelo funcional se fija más ·en
(Abelson y Rosenberg, 1958). Daryl J. Bem (1970, p~g.34) la relaci6n entre la actitud'y la necesidad a ia que res-
afirma que, en su opini6n, la mayorfa de las personas vive ponde, Y el .cdelo de la consistencia atiende primordial-
la mayor parte de su vida con alguna inconsistencia. Se- mente a la relación entre los elementos propios de la ac-
gan Bem, esto se explica ~orque a menudo las creencias y titud mislla.
actitudes de los individuos se componen de lo que Abelson Las unidades básicas en el modelo del ·aprendizaje son,
llam6 "moll!culas de opini6n", es decir, ideas invulnera- por supuesto, el estímulo Y la respuesta·(E-R); en tanto
bles a argumentos o raiones en contra ya que est~n aisla- que el modelo funcional ocupa esquemas teleo16gicos, es
das unas de otras. M~s a fondo, la psico-16gica echa raf- decir, unidades que apuntan a objetivos . o . fines. El 1I0de-
ees en los beneficios que de la inconsistencia pueden re- lo de la consistencia utiliza en unos casos las co¡nicio-
cibir las personas, o los intereses sociales que la incon- nes (Festinger), en otros casos las creencias y afectos
gruencia 16gica o la inautenticidad moral pueden pr<'lnover. (Rosenberg); pero su Enfasis se centra siempre en las re-
2_4. Una compraci6n entre los modelos sobre las actitudes. laciones entre los elementos, ya sean creencias, afectos
- -==-=-== o unos y otros.
En el Cuadro 14 se presenta una compaBci6n entre los
tres modelos analizados sobre las actitudes y el cambio de La naturaleza de las actitudes para el aodelo del apren~
actitudes. El modelo que se tiene en cuenta en el apaTta- dizaje así coao las unidades básicas utilizadas hacen de
do de la consistencia es el de Rosenberg YA que, aunq',e el El un modelo orientado hacia el proceso, eS decir, hacia
modelo de la disonancia cognoscitiva de Festiger es w.~s el origen o cambio de las actitudes, aientTas que el 110-
conocido, el modelo de Rosenberg resulta más representati- delo·funcional enfoca el objetivo o finalidad de las acti-
vo del enfoque general de los diversos autores. tudes y el aodelo de la consistencia atiende sobre todo al
. contenido, es decir, ·a aquello que ·se cree y se·.siente so-
Los tres modelos conciben las actitudes como ~isposi.
bre el objeto de.la actitud. Los tres modelos ..ntien~n
ciones internas hacia los objetos, pero definen de manera
que las actitudes se aprenden, pero mientras el acdelo del
4i&rente su naturaleza: para el modelo del aprendizaj e se
aprendizaje se fija en las condiciones y factores que in-
trata de una respuesta implícita, interm~dia er,tre el es- tervienen en ese proceso, el aodelo funcional enfatiza el
... Di 9 ila Iizad o e n Uni vers ¡dad Centroawsri capa "In é imó p sIíWñ.iii§."
§ 2 2 _
-389
- 388
3. ESTRUCTURA Y 1·IEDICrON DE LAS ACTITUDES.
El modelo del aprendizaje se orienta a los procesos
formales de la adquisición Y cambio de actitudes, el modelo Como se acaba de ver, cada uno de los modelos concibe
funcional se fija en las motivaciones y el modelo d~ la de diversa form .. la naturaleza de las actitudes. Para
consis'tencia en los contenidos de las actlt~des. Estos _ unos, la actitud es una respuesta implícita, para otros se
tres aspectos ·proceso, motivación Y conten1do- probable trata de una estructura de conocimientos, para otros es un
mente deban ser integrados para lograr una mejo~ com~ren- _ conjunto de afectos. Es importante reflexionar en los
sión de' las actitudes, si es que se quie~e segu1r ut~11zan elementos que cada modelo considera comd esenciales a una
g actitud, no s610 para profundizar en la comprensi6n de lo
do este instrumento de anilisis psicosoc 1al : Pero n1n uno_
de los tres modelos examinados permite rea11zar esta sinte que son las actitudes, sino también para examinar la forma
--a fundamental sus presupuestos. como pueden ser medidas.
sis sin alterar en fo .-
3.1. Los componentes de ~ actitud .
• No hay un acuerdo entre los psicólogos sociales acerca
de cu5les son los elementos esenciales de una 3ctitu~, es
decir, aquellos factores necesarios y suficientes para que
se pueda afirmar que una persona posee una 1eterminada ac-
titud. La diferencia fundamental está entre aquellos que
conciben la actitud como una estructura unidimensional)
aquellos que la conciben como una estructura multidimen.io-
nal/entre quienes postulan dos y quienes posturan tres di-
mensiones. En relación con estas concepciones, iremos pre-
sentando algunas formas como se ha operativizado la medi-
ci6n de las actitudes.
3.1.1. LA concepción unidimensional ~ ~ actitudes.
Aquellos psicólogos sociales que mantienen que las ac-
titudes se componen de un solo elemento, por 10 general lo
identifican con el factor afectivo. Esta visión cuenta
con una larga tradición que se remonta a uno de los pione-
ros en la medición de acH tudes, Louis L. Thurstone.
En 1928, Thurstone definh la acH tud como "la suma
total de inclinaciones y sentimientos, prejuicios o dis-
______....:... !D~i~g~i~t~a~l~iz;;a~d,;o~e;!:n~U;L2nl.iv~e:;,rs~i~d~a~dWCi.i.e¡¡n~tr:;:o¡:,a¡:,m¡¡¡¡e¡¡r~iic,¡:a,¡¡n¡¡a~"J.T,¡¡o~s¡,¡·¡.¡j¡j.¡ii.iII~~li'~' _
-390 -391
----.:-._-
(RECUADRO 23, 2.) (RECUADRO 23, 3.)
Segdn el aodelo unidiaensional, la actitud hacia la afectivo estA formado por los sentimientos que tiene la
refoTaR alraria en El Salvador estaría configurada por 105 persona acerca del objeto de la actitud. Estos sentimien-
senti.ientos o pdr las cogniciones de las personas.sobre tos expresan la significación positiva o negativa, el
la realizaci6n de una refoTaR agraria. Los terratenientes agrado o desagrado que el objeto despierta en el tndivi-
que se opusieron al proyecto de Transforaaci6n Agraria en duo, e impregnan sus creencias dAndoles un carácter diná-
1976 habrían aostrado una actitud de total rechazo, al mico.
sentirla coao UD atentado contra las bases del sisteaa de- El modelo de Rosenberg antes mencionado es un modelo
aocr4tico, principal.ente contra el derecho de propiedad bidimensional: las actitudes son estructuras radiales de
privada; por su parte, sus propugnadores en el gobierno conocimientos y afectos acerca de un determinado objeto
habrían tenido una actitud favorable hacia ella al sen- (Rosenberg, 1956; 1960; 1968a). Sin embargo, se podria
tirla coao un principio de ~0luci6n a la injusticia social hacer al modelo de Rosenberg una observación semejante
.1 y co.o una garantía par~.la estabilidad del siste.. deao- . a la hecha al modelo de Festinger: si las relaciones de
critico en el paIs. Para Thurstone, la actitud hubiera es- consistencia entre los elementos afectivos y cognosciti-
tado. en los correspondientes
. afectos de rechazo o acepta- vos son parte esencial del modelo, se tratarla de un es-
ci6n. Para Festinler, en c8abio, la actitud hubiera esta- quema tridimensional. Ahora bien, más parece que la con-
do en la consonancia de dos cogniciones: por un lado, "la sistencia o la consonancia es un presupuesto de las acti·
TA atenta contra la deaocracia al violar la propiedad pri- tudes y que la relaci6n s6lo empieza a ser importante d~
vada" (terratenientes y propietarios) o "la TA garantiza cara al cambio, es decir, al surgir la inconsi~tencia o
la supervivencia de la deaocracia al proaover la justicia disonancia.
social" (sectores guberna.entales) y, por otro, el consi-
Para medir una actitud segOn un modelo bidimensional
guiente "yo .e opongo a la TA" (terratenientes y propieta-
como el de Rosenberg podria utilizarse la técnica pro-
rios) o "yo favorezco la TA" (sectores guberna_ntales).
puesta por Rennis A. Likert (Recuadro 24). La escala
3.1.2. La concepci6n bidi.ensional de las actitudes. de Likert (1932/1976) surgi6 como un intento por simpli-
ficar las complejas exigencias para la construcci6n de la
Algunos psic610gos sociales consideran que las actitu~
escala de Thurstone. Un cuestionario elaborado segOn la
des se coaponen de dos ele_ntos esenciales: el cognosci-
escala de Likert presenta una serie de opiniones acerca
tivo y el afectivo. El ele_nto cognoscitivo lo cODstitu-
de un objeto, y las personas indican en qué grado est'n o
yen las ideas que la persona tiene acerca de Un obje-
no están de acuerdo con esas opiniones. Por supuesto, la
to. Las ideas pueden ser .4s o aenos objetivas y por
escala de Likert presupone que todos los iteas pertenecen
eso se suele preferir hablar de creencias: lo·que iapor-
a una misma dimensi6n. Sin embargo, es posible incluir
ta para entender una actitud es 10 que la pertona cree
en un mismo cuestionario opiniones correspondientes a
acerca de UD objeto, tanto si esas creencias reflejan
la realidad coao si son puraaente subjetivas. El eleaento
]
/ Respuestas ele I sistema
ejemplo, su actitud religiosa) tendrá un fuerte componen- ,-------
AFECTO' nervioso
. simpático
~------~ AfirmaCiones verbales
te cognoscitivo, aientras que una actitud de tipo defen- ESTlIIULOS lindivi
/ del afecto
duos, situaei6n,
sivo (la actitud racista, por ejemplo) estará dominada
por el componente afectivo, 'y una actitud expresiva (la
asuntos sociales, ----------,
\'.r
ACTI TUDES
grupos sociales y t!~---------
Respuestas perceptl-
~o!'¡I'!¡;¡':' .,''''.,'.,........
vas
otros objetos de
actitud machista, por ej~aplo) tendrá un predominio del 1as ac t i tudesJ ' " I~s sobre las cr-e(n-
eleaento tendencial. Clas
AcCiones manifiestas
Rosenberg y Hovland (1960, pág. 3) presentaron un es-
[fº~ºº~!e Afirmaciones verbales
queaa sobre las actitudes que remiten a McDougall (1908) sobre 1a conducta
y en el que asuaen que las actitudes son predisposiciones
a responder ante determinados estimulas con tres tipos de
Tomado de Rosenberg y Hovland. 1960, pág. 3.
respuestas: la afectiva, la cognoscitiva y la comporta-
.ental (ver Figura 5). conceptos (la dimensi6n evaluativa), su conocImIento no se-
Una interesante técnica para medir actitudes fue di- rá suficiente para predecir el comportamiento de las perso-
seftada por Charles E. Osgood, George J. Suco y Percy n. nas. En un reciente trabajo, Osgood. May y Miran (1975,
Tannenbaua (1957), quienes propusieron un modelo de acti- págs. 237-239) presentan las actitudes de j6venes de vein-
tudes en la linea de" la consistencia, al que llamaron el tid6s países hacia los siguientes objetos: delito, doctor,
modelo de la congruencia. SegGn Osgood y sus colaborado- libertad, futuro, muchacha, vida, suerte, matrimonio, mOsi-
res, las actitudes son parte de la estructura semántica ca, paz, policía, castigo, riqueza y trabajo. Osgood y sus
del individuo en cuanto que "todo cOncepto contiene un colegas hallan que todos los grupos coinciden en evaluar
componente actitudinal como parte de su significado total" como buenos la libertad, el matrimonio y la mGsica, y como
(Osgood, Suci y Tannenbaum, 1957, pág. 191). Por tanto, malos el delito y el castigo. Sin embargo, no todos coin-
la actitud puede ser aedida mediante un "diferencial se- ciden en su actitud hacia la vida, la suerte, la paz, la
"ntico~ (ver Recuadro 25);" pero, puesto que las actitudes riqueza y el trabajo, que algunos j6venes evalGan negativa-
no serian sino una de 1.5 dimensiones del sentido d~ los mente.
RECUADRO 25
Osgood ha estudiado las actitudes centrándose en el vo (por ejemplo, bueno-malo), factor de poder (por ejem-
significado que las personas atribuyen a una palabra o plo, fuerte-débil) y factor de actividad (por ejemplo,
concepto. El presupuesto de esta técnica es la hip6tesis activo-pasivo) .
de un espacio sem'ntico con un nGmero desconocido de di-
. Tomado de Zimbardo y Ebbesen,
mensiones, en el que el significado de cada palabra o
1970, págs. 127-128.
concepto puede representarse en un punto determinado. El
procedimiento de Osgood cORsiste en que las personas juz-
guen un concepto detenainado sobre una serie de escalas
Para la concepci6n tridimensional de las actitudes, la
semánticas. Estas escalas se definen por opuestos verba-
actitud de las personas hacia la reforma agraria en El Sal-
les con un punto medio de neutralidad, y se suelen compo-
vador no sólo estaria formada por sus creencias y senti-
ner de siete pasos discriminables. Por ejemplo, se mide
mientos acerca de ellos, sino también por sus inclinacio-
el significado del concepto integraci6n para determinada
nes a actuar de una u otra manera. Parte de la actitud de
persona mediante sus calificaciones en una serie de esca-
los terratenientes salvadoreños hac ia el proyecto de Tr¡;.lS-
las sem'nticas:
formación Agraria habria sido su tendencia a amenazar ver-
buena mala balmente al gobierno, su movilizaci6n en mitines de protes-
fuerte ! 1 - débil ta e incluso el involucramiento de algunos de ellos en ac-
rápida I 1 lenta ciones m's violentas. La actitud de rechazo hacia la TA
activa I I pasi.va . incluia ya la tendencia a realizar todas aquellas acciones
que hubieran sido necesarias para impedir su ejecuci6n
Un an4lisis de las calificaciones recogidas mediante efectiva.
este método puede revelar las dimensiones concretas que
las personas emplean para calificar sus experiencias, los 3.2. El carácter de !!! actitudes.
tipos de conceptos a los que se atribuye un significado Cualquiera sea el nGmero de elementos esenciales de
semejante o diferente, y la intensidad de un significado una actitud, resulta primordial definir su sentido en cuan-
concreto respecto a un determinado concepto. La investi- to totalidad; no tanto lo que son las partes o componentes
gación del propio Osgood indica que hay tres dimensiones de una actitud, sino lo que es la actitud en cuanto tal, su
dominantes, independientes, que las personas emplean para ca~'cter y su significaci6n como realidad psico16gica y so-
juzgar los conceptos, a las que él llama fact~r evaluati- cial. No hay un acuerdo total al respecto, pero la opini6n
prevaleciente desde el comienzo es que la actitud consti- maban en su ac ti tud y más agl'esi vo se vol vía su compon a-
tuye una predisposición a actuar, es decir, un estado de miento contra las personas e instituciones in""I'Jcradas ('n
la persona que determina el tipo de comportamiento ~ue ese proyecto. Cada acci6n fortalecía con nuevas ideas y
observarA respecto a un objeto. afectos más profundos su actitud de oposici6n, cuyo es-
El concepto de actitud constituye un esfuerzo cientí- quema les hacía captar en una 6ptica negativa todo lo
fico por encontrar en la persona la razón suficiente de concerniente a la TA y les predisponía a luchar contra
sus comportamientos y remitir a un mismo principio la di- ella. Claramente, los comportamientos de oposición que
versidad de sus actos en el tiempo y en el espacio. Los se podían observar (opiniones, pronunciamientos, manifes-
comportamientos de la persona no son casuales, sino que taciones, amenazas de boicot o de violencia) remitían y
encuentran ·su explicación adecuada en las ideas, en los expresaban una estructura o esquema que disponía a los
afectos o en las ideas y.aftctos que cada cual tiene res- terratenientes y propietarios a actuar de ese aodo ante
pecto a los objetos sig~ificativos de su vida. No hay cualquier situación vinculada con la TA.
una conexión directa entre estímulos y respuestas, sino Las actitudes suponen un vínculo entre el comporta-
que el valor estimulante de los objetos es mediado por miento visible y los esquemas ideo-afectivos no visibles.
las estructuras de significación de las personas, por sus No todo comportamiento surge a partir de una actitud,
esquemas ideo-afectivos. Una actitud será 3sí aquella pues no tenemos esquemas ideoafectivos que nos predis-
estructura cognoscitivo-emocional que canalice la signi- pongan a actuar de determinada manera ante cualquier ob-
ficación de los objetos y oriente al correspondiente jeto. S6lo cuando el esquema adquiere precisión y fuerza
comportamiento de la persona hacia ellos. Como se ha se puede hablar de actitud; y la precisi6n y fuerza con-
subrayado desde el comienzo, la actitud es una variable siste en eso que algunos han llamado el "compromiso" de
intermedia, una estructura hipotética, no observable sino la persona cen el objeto, es decir, aquellas ideas con-
en sus consecuencias. cretas y aquel tipo de afecto marcado que involucra a uno
.Cuando en la vida cotidiana un cambio importante de mismo con el objeto. De ahí la insistencia de los psicó-
las circunstancias no altera el comportamiento de una logos en el aspecto afectivo o evaluativo de las actitu-
persona respecto a un determinado objeto puede deducirse des: sólo cuando el objeto nos afecta, nos hace sentir
que esa persona mantiene una actitud firme que le predis- eH su favor o en su contra, nos despierta sentimientos
pone a actuar de un modo consistente. No cabe duda, por positivos o negativos, puede hablarse propiamente de una
ejemplo, que los terratenientes salvadoreftos mantuvíeron actitud. Por ello ya desde Thurstone (1928/1976) se con-
una actitud firme de intransigencia frente al proyecto de sideró que las opiniones son una expresi6n característica
Transforaaci6n Agraria; cuantos mAs argumento~ les pro- de las actitudes. La opinión constituye un juicio eva-
porcionaban sobre la conveniencia de la TA, mAs se afir- luativo sobre un objeto; si alguien manifiesta· con clari-
,' "
Di italizado en Universidad "
--
-412 -113
menudo de no presentarse con eJlos. de llega. m~s tarde, conductas correspondientes. Un primer presupuesto de <s-
o de dejar que ellos hicIeran los al"rf:,;l\J~;. Lo curiosi- te análisis es que la existencia de una misma actitud de-
dad cienttfica de L~Pier~ c~ d~~p~rtó cuando al pasar \ln be manifestarse en un comportamiento consistente,' es de-
par de meses mis tarde !)o\ UI~ pen1:efl3 ~~bl ~iÓI: conoci cir, en una alta probabilidad de que se produzcan· las
da por su actitlld prejll'~iada a las olienly]es, t~¡cfo mismas formas de conducta ante el objeto en cuesti6n. Un
ne6 al mismo hotel donde le hal,ían lccibi<l" 01: g Dn segundo presupuesto que involucra la medida de las act~-
amabilidad y pregunt6 si podrf3 r9serV2T Ilnb,tación para . tudes, es que tanto las respuestas verbales como las r~s
"un importante caballero chiilo 1t
::.? respuesta fue ~n "no"
:
puestas compotamentales son mediadas por la misaa varia-
frontal. A.sí, unoS meses m&3 tarde; LaPJ.t:re en\rié un ble latente o actitud y, por tanto, que la expresi6n ver-
cuestionario a los propietarios de todos los est~~leci bal corresponde adecuadamente a la conducta esperada.
mientos p6blicos donde hab~a sido atendida la pareja chi- Tras su análisis, Wicker (1971, pág. 161) llega a la si-
na con la siguiente pr",¡;'nta: "¿Aceptará usted como hués- guiente conclusi6n: "Estos estudios sugieren que es mu-
pedes en su establecimie.nto a núembros de la raza china?" cho más probable que no haya relaci6n entre la'5 actitudes
De las 128 respuestas obtenidas, un 92 \ áe los propie ~ y las conductas manifiestas o que esa relaci6n sea mínima
rios de restaurantes y un 91 \ de los propietarios de :.:)- a que exista una estrecha relaci6n entre actitudes yac·
teles y moteles respondieron negativamente, es decir, in· ciones. Los coeficientes de correlaci6n producto momen-
dicaron que nc recibirlan a los chinos. to entre los dos tipos de respuesta rara vez son sup~rio
En la medida en que e: cuestionario reflejaba la res a 0.30 y a menudo son cercanos a cero". Ante este
actitud real de esos propietarios, habia una discrcpan~im panorama, el mismo Wicker (1971b, pág. 29) llega a suge-
drástica entre les que sus actitudes parecían predecir y rir que "quizá conviniera abandonar el concepto de acti-
el comportamiento real observado. La conclusi6n era tud" (ver, también, Deutscher, 1966; 1973a; 1973b) . .
16gica: las actitudes, por lo m~nos en cuanto m~di¿as Es importante subrayar que el problema planteado por
por cuestiollarios verbales, no predicen adecuadamente el LaPiere y Wicker presupone una relaci~n simple entre ac'
comportamiento, ya que no captan más que "une rcspuce-ta titud y conducta, es decir, una relaci6n del tipo A-B,
verbal a una situaci6n simb6lica" (LaPiere, 1934/1967, donde A es una actitud precisa (por ejemplo,actitud ante
pág. 26). Otros fueron a6n mas lejos y concluyeron que la Transformaci6n Agraria) y B es también una conducta
el concepto de actitud era operativamente in6til. definida (por ejemplo, participaci6n en una manifestaci6n
En un devastador análisis, Alan W, Wicker (1971a) re- de protesta). La idea es que si la actitud constituye
vis6 más de treinta estudios empíricos sobre la conexi6n una predisposici6n a una determinada conducta ante cier-
entre diversas actitudes (laborales, hacia las minorías, te objeto y, una vez detectada la actitud, no se produce
hacia los derechos civiles y hacia otros objetos) y las esa conducta con la probabilidad esperada (como parece-
(3) la motivación para aceptar esas normas. realizarla. Por ello, el puntu clave en el modelo de
En primer lugar, para predecir una conducta Fishbein y Fishbe.n y Ajzen consiste en definir la intención de una
Ajzen consideran que hay que medir la actitud hacia esa ¡JPTSO!la respecto a una det<'flninzda conducta. "La inten-
conducta en particular, y no la actitud genérica hac,a el' ción comportamental oe una persona es entendida asi como
objeto de esa y otras conductas. Una persona puede actuar una función de dos factores: su actitud hacia la conducta
de muchas maneras hacia un determinado objeto, y cada una y su norr.la subjetiva" (Fishbein y Ajzen. 1975. plig. 16).
de esas maneras de actuar es lo que constituye mis propia- La figura 6 mues ra un diagrama C!ln el modelo de Fishbein
mente el objeto de la actitud que debe medirse si es que y Ajzen para predecir una conducta concreta.
se quiere lograr una predicción acertada. En e~te senti- .. 1 modele de Fhishbein sobre las actitudes y su solu-
do, Fishbein (1967), quien modifica un modelo sobre condi- ción ~lproblemü metodológico de la relación entre actitud
cionamiento verbal de Don E. Dulany, subraya la importan- )' c-onr:"cta han recib'de un h... ~agiieño respaldo empirico 'y
cia que tiene la ''hip6tesis'' que se formula el individuo la ~~eptaci6n de b~stantes psicólogos (ver Hill, 19~1;
sobre el refuerzo que le va a producir realizar determina- Cialdini. Petty y Cacioppo, 1981). Sin embargo, el mode-
da acci6n, es decir, qué tipo de consecuencias' le va a lo de Fishbein llevado al extremo constituye la expresión
conducta X conducta X o
o
en cada situaci6n. Llevada al extremo, la actitud serIa
+L ___________________________________________
I
~---------..o
1
1
tan especIfica e individual como la conducta concreta. En
(¡ltima instancia, se elimina en este modelo la exigencia
científica de explicar mediante un principio general lo~
Influencia casos o procesos singulares, y se reduce el an~lisis a de-
- .. -_ .. _------ retroallmentacl6n notar actos concretos. Más aan, al vincular en forma tan
estrecha la actitud con la acci6n individual, el concepto
de actitud pierde el car~cter explicativo pretendido desde
Tomado de Fishbein y Ajzen, 1975. su origen y se convierte en un esquema indicador o descrip-
tivo.
retorcida de una obviedad: cuanto con m~s inmediatez poda- 4.2.4. La persona r ~ mundo.
mos determinar si una persona va a realizar o no una ac- Las soluciones propuestas, tanto las te6ricas como
ci6n, mejor podremos predecir esa acciOno ¡as metodo16gicas, no cuestionan el principio de que la re-
Es claro que si yo veo a alguien haciendo cola para laci6n sntre actitud y conducta sea una relaci6n siaple,
obtener la entrada a un cine y le pregunto si quiere ir al del tipo A-B. De ahl la necesidad en algunos casos de pos-
cine y me responde que sI, podré predecir con m~s preclsiOn tular diversas actitudes (a las que corresponden diversas
que esa persona va a ir efectivamente al cine que si le ha- conductas), de postular una diversidad de objetos (general
y especifico) o de convertir cada conducta concreta en el sas conductas pueden expresar en la relaci6n de la persona
objeto mismo de la actitud. hacia el objeto de la actitud.
Es claro, COIlO lo lndica entre otros el modelo'de Si descubrimos en una mujer una actitud maternal ha-
Fishbein y Ajzen, que la ejecución de una conducta no de- cia su hijo, no podemos decir que esa. actitud se vaya a
pende sólo de la actitud. Sin embargo, conviene revisar traducir sin más en una determinada conducta, por ejemplo,
si el problema de la relación entre la actitud y la con- de premio o de alabanza, en un beso o en una nalgada.
ducta está bien planteado y, por consiguiente, si se debe Precisamente porque la actitud maternal constituye una re-
esperar una alta correlación entre una actitud y una de- lación de sentido entre dos personas, su mantenimiento
terminada conducta como supone el esquema A-B. pll~de requerir distintos actos segGn las circunstancias;
Al examinar el concepto de actitud, veiamos que la para expresar su amor maternal,- la mujer tendrá que prote-
naturaleza de las actitudes no se cifra tanto en sus ele- ger y atacar, premiar y castigar, alabar y reprender, dar
mentos cuanto en la relac"ión de sentido, la relación "com- y quitar. A través de actos tan distintos puede estarse
prometida" que se establece entre la persona y un determi- expresando una misma significación, que mantiene la valo-
nado objeto, basada en una evaluación personal sobre el ración del objeto (el hijo) por parte de la persona, es
objeto, en un sentimiento de aceptación o rechazo sobre decir, su actitud maternal.
lo que es o la persona cree que es un determinado objeto. Podria objetarse que esta solución resta precisión al
Esta relación de sentido entre la persona y el objeto es concepto de actitud y le quita poder predictivo respecto
la que se materializa en una postura, que se afinca en el al comportamiento manifiesto. En lo conceptual, sin embar-
esquema fisiológico y se articula en procesos psicológicos. gP, no parece que esta concepción sobre las actitudes sea
De ahl que la predisposición con que se ha definido tradi- más imprecisa que otras definiciones. De hecho puede en-
cionalmente la actitud no puede consistir tanto en la ten- tenderse la actitud como constituida en lo esencial por un
dencia a ejercer una y sólo una forma concreta de conduc- sentimiento evaluativo sobre un objeto, vinculado o no a
ta manifiesta, cuanto en la tendencia de la persona a man- ciertas creencias de la persona sobre ese mismo objeto, y
tener el sentido de su relación con un objeto y a canali- en ello no difiere este modelo de los demás. Lo que cam-
zar mediante la conducta la evaluación de ese objeto. Si bia es la comprensi6n que se tiene de lo que, es una, evalua-
de lo que se trata es de mantener una relación de sentido, ción significativa. Es cierto, si, que resulta mucho mis
entonces cabe admitir la posibilidad de expresarlo a tra- dificil predecir una determinada conducta con este modelo;
v6s de una diversidad de acciones, distintas en su esquema, pero también se evita precisamente la pobreza en la com-
pero consistentes en su significaci6n estructural. La co- prensión de las actitudes que proviene de limitar el al-
rrelaci6n no habria que medirla en lo que respecta a un cance teórico de los conceptos a las operativizaciones em-
tipo concreto de conducta cuanto al significado que diver- piricas. Si lo que es una actitud se reduce a la forma
como las actitudes se operativizan en el lahoratorio, se zar de tal modo su'relaci6n frente a un determinado objeto
está produciendo un reduccionismo empiristJ. que arrastra o tipo de personas, que la actitud se convierta en un há-
una ceguera hist6rica y un positivismo ramp16n. bito. Harry C. Triandis (197'/) formu16 un modelo.para la
predicci6n de la conducta en el que, junto a la in~enci6n
üuijker (1967) propugna l!st~ comprensIón estructural
personal, entendida en el mismo sentido del modelo de
de la actitud.y mantiene que la actitud unifica las rela-
Fishbein, incluye los hábitos. rara Triandis, si la per-
ciones de la persona con su mundo al impregnar con un mis-
sona ha realizado frecuentemente una cond~cta, ya no será
mo sentido actos diversos. Según Duijl;er> la :dentidaLl
tan necesario conocer con precisi6n su intenci6n de reali-
de significación de los acto, se basa en una unificac.6n
zar una vez más esa conducta a la hora de la predicci6n.
óe los objetos a través de la percepci6r\ y de 1"1 vivcncJ~
En otras palabras, la conducta habitual es ya de por si
de la persona. "La manifestación de una ",titud cnnsis-
indicativa de la disposici6n de la persona o, en todo ca-
tirl en el florecimiento .d~ a~tivtdades de Ide6tica 5Ig&1:
so, aumenta la probabilidad de que se ejecute la conducta.
ficación hacia cierto nd~ero de personas ~ifer~, tes . .
Con todo, es importan~e distinguir cuándo una actitud se
sentidas como iguales (c'>mo propietarios, obreros, judíos,
ha convertido en hábitos y rutinas, y cuándo el háb1to no
franceses, soldados, turistas, studiantes, reaccionarios)
supone una actitud. La diferencia resulta esencial si lo
etc.)" (Duijker, 1967, pág. 95),
que se pretende es el cambio de la persona y su forma de
Esta comprensi6n estructural de la actitud permite actuar. Es posible que la fuerza del hábito sea tan diit-
distinguir este concepto del concepto de hábito. CO;¡IO se- cil de romper como la fuerza del "compromiso" actitudin'!l;
fiala Richard Meili (1!l67), no es neces.rio que la persona pero en uno y otro caso se trata de fuerzas diferentes que
repita una misma acción para que se pueda afirmar q~e tie-
involucran de distinta manera a la persona.
ne una actitud. Tampoco el hec l,o de que la persona rept-
ta la misma acci6n varias y aun muchas veces es sin "',á5
indicador de que tenga una actitud; podrla tratarse de un 5. LA REALIDAD DE LAS ACTITUDES.
comportami ento determinado por factores e 1 rCllIl~ t ~J~C ia ·~~S,
En el concepto de actitud muchos psic6logos sociale5
por alguna forma de coacción o podrla stl!ll'!.emcnt" tr'-tarse
creyeron encontrar la adecuada integraci6n de lo indivi-
de un hábito. "Lo que distingue la repdici6n en el caso
dual y lo grupal, de lo personal y lo social (ver Thomas
de una actitud y las repeticiones que llamamo~ hábitos es y Znaniecki, 1918) algunos soci610gos consideraron que esa , /
el hecho de que, en el primer caso, las reacciones en ~
sfntesis se obtenfa mejor con el concepto de rol. En uno
lidad ~ ~ repiten, sino que presentan a menudo formas en
y otro caso lo que se buscaba es dar raz6n suficiente de
todo sentido diferente" (Meili, 1967. pág. nc, enfasis en
la acci6n de las personas, que es el acto de un individuo
el original).
pero que es de carActer social. Hay, por supuesto, imp~r
Esto no quita para que una persona pueda identificar- tan tes diferencias entre aabos conceptos: la actitud ex-
se de tal manera con una actitud, introyectar y personali-
les, el rol lo liga a las normas sociales, Es cl:no, 1 • tR un orden y jerarqula entre las actitudes de un indivi-
tanto, que m'¡entras el concepto de artltud m.ntlcllC ul duo. Esto no significa que todas las actitudes de cadi
énfasis analltieo en e. lqdividuo, el conc~pto de rol po- persona sean coherentes entre si; y" hemos indicado la ca·
ne el acento en la dinJiinica del grupo social. Más adelal" pacidad humana de incoherencia e inconsistencia. Precisa-
"s detenimiento e! concepto do rel'
te examinaremos con m.. mente porque las .ctitudes traducen en las personas la
sin embargo, su parentesco con el concepto de actitud noS ideologfa de los grupos sociales, pueden darse contradic-
ayuda desde ahora a vislumbrar la nnturaleza real d0 ~os ciones entre ellas que canalizan y justifican los intere·
procesos actitudinales. ses propios de esos grupos. Una de las caracterlstlcas
~on las personas las que tlenen, asumen o adoptan ac- más expresivas de la naturaleza ideológica de las actitu-
titudes; sin embargo, las ralces 01' tlmas (le las actitudes
, des es la existencia de contradicciones interesadas, tanto
no están en los individuos, sino en las estructura; SOClr' a nivel de la incoherencia 16gica formal entre las creell-
les y de grupo de las que los individuos forman I'arte. cias, como a nivel de la fuerza y persistencia que roseen
Por ello, el conjunto de actitudes fundamentales de la:. evaluaciones nada objetivas.
personas puede concebirse como la estructura qu~, ~n,'Jda Milton Rokeach (19b8) mantiene que las creencias de
l'nd' "'duo articula psíquicamente la ldf' log5c socle:.
.... Jo. , .. •
las personas est5n organizadas como la estructura de una
Dicho de otra manera, las personas inc.orporan ",SH¡U'camen- molécula: hay creencias centrales y hay creencias perifé-
te la ideología social en forma de actitudes, como un con- ricas. Cuanto más central sea una creencia, más importan-
junto "psico-lógico" de creenciasy evaluaciones so'~re el te ser5 el papel que desempeñe en la vida del individuo,
mundo. Desde esta perspectiva, el conjunto de actltudes más resistencia presentará a su modificaci6n y más influjo
corresponde adecuadamente a la definición de ideologia da- ejercerá sobre el resto de sus creencias. Para Rokeach,
da por Althusser (1968, p" "g193'
. , ver pág'". 26-27 de este las actitudes se componen de diversas creencias sobre un
texto). La ideologla en su vertiente personal serla,"esa objeto y, por consiguiente, segOn la importanciR de las
estructura relacional que determina la modalidad de lnter- creencias, así serA la centralidad e importancia de la co-
cambios entre el individuo Y su mundo en una circunstan: rrespondiente actitud.
cia hist6rica concreta, modalidad VIvida antes que expll-
A fin de analizar el papel de la ideología en la acti- cida la lucha propagandística que realizan a todo nivel
--
vidad política, Nathan Leites (19~1) primero, y Alexander las grandes potencias. En El Salvador, se ha hecho ya ru-
L. George (19b9) despu~', elaboraron un modelo sobre el tinaria la queja sobre la "campaila de desinforlllac.l6n"
c6digo operativo del sistema de creellcias para la toma de cuando las brutalidades cometidas por el régimen ,logran
decisiones (\( r, tamb~éll, IValker, 1977; Hosti, 1!I77). L'i filtrar los controles establecidos sobre los medios infor-
idea es que las creencias de lIS personas constituyen un mativos. Seg(in Armand ~lattelart (1\176), "el 65 \ de todos
sistema a través del cual se percibe y se dingnostlca las lOS mensaJes que circulan en el mundo son producto de los
situaciones políticas y se orientan las de.isiones que hay Estados Unidos". No está muy claro c6mo puede llegarse a
que tomar en cada situación. El c6digo op~rativo cumple, una cuantificaci6n de este tipo; pero sí está claro que
por tanto, dos funciones: orientar hacia un determinado Estados Unidos dedica grandes esfuerzos a transmitir su
tipo de diagn6stico de la situaci6n e inclinar hacia cier- ideología por todos los medios posibles de comunicaci6n.'
tas opciones o decisio~~s concretas. El sistema de c~een 'Por eso, afirma el mismo Mattelart, "en el transcurso de
cias articula así un cóaigo interpretativo y unos esqtlemas los Gltimos quince ailos, el garrotazo cultural se ha ejer-
para la acci6n que materializan los int~reses sociales pro- cido esenclalmente a través de los canales de televisi6n y
movidos por las personas. radiodifusi5n, de las agencias de publicidad, de las edi-
El car~cter ideol6gico del sistema de actltudes apunta ciones de paquines, revistas y textos escolares, de los
de nuevo al problema de la' correlaciÓn entre los regímenes trusts cinematogr~fic03 y de las agencias de prensa inter-
imperantes en cada sociedad y las actltudes de las perso- nacional tl •
nas. También desde esta perspectiva se puede afirmar que No son las actitudes los 6nicos determinantes del com-
hay actitudes convenientes y actitudes inconvenientes para portamiento humano; existen factores objetivos de todo or-
cada tipo de régimen político. Esa es en parte la intui- den que condicionan lo que las personas pueden hacer en
ci6n que desencaden6 el conocido estudio sobre la "perso- cada situaci6n. Lo que la persona cree y siente respecto
nalidad autoritaria" (Adorno y otros, 19~Oil95,): 'en qué a algo es con frecuencia secundario frente a deter_inantes
medida un sistema de creencias y una estructure de actitu- más poderosos de su comportamiento como son las normas so-
des personales (etnocéntrica) posibilitaban y hasta poten- ciales pero, sobre todo, los factores estructurales de or-
ciaban la instauración de un régimen fascista, como había ganizaci6n y poder, generadores y descodificadores de las
ocurrido en la, Alemania de los afios treinta. mismas normas. Sin embargo, las actitudes aportan a la
Una forma de verificar la importancia que para los re- acción social el influjo nada despreciable del factor sub-
glmenes pollticos tiene el sistema de creencias y actitu- jetivo, estableciendo una consistencia o inconsistencia
des de las personas, consiste en examinar el e6fuerzo pues- ,entre lo exigido por los factores objetivos y lo querido
to en controlar la difusión de i~formaci6n. Es bien cono- y propiciado por el siste.a de actitudes de las personas.
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