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FACULTAD DE ECONOMÍA
MACROECONOMIA CERRADA
PARALELO 101
INTRODUCCIÓN.
Una de las características notables de las economías emergentes es que no son robustas
financieramente, son incapaces de amortiguar grandes impactos externos ya que las salidas
repentinas de capital implican oscilaciones abruptas en el tipo de cambio real.
Usando un pequeño modelo de economía abierta, este documento analiza las reglas
alternativas de política monetaria para economías con diferentes grados de dolarización. Este
resumen del documento trata de responder la pregunta que tan eficiente es usar metas de
inflación (IT) bajo una alta dolarización de pasivo, en la cual se sugiere que podría ser optimo
seguir una regla de política no lineal que defiende el tipo de cambio real en una economía
financieramente vulnerable.
Una sucesión del reciente y concurrente debate sobre el régimen cambiario óptimo para las
economías de mercados emergentes es la llamada hipótesis del vaciamiento. De acuerdo con
esto, las opciones son una economía totalmente dolarizada o un tipo de cambio flexible
dentro de un marco de metas de inflación.
Aquellos países de mercados emergentes que no favorecen la opción de dolarización se
enfrentan a un menú acortado. La opción de la convertibilidad ha sido descartada y países
como Argentina aún están encontrando la salida, el régimen de tipo de cambio fijo ha sido
prohibido tras el episodio de la crisis de tequila en México y el colapso de los tigres asiáticos,
lo que queda son regímenes cambiarios flexibles.
En Latinoamérica, Brasil, Chile, Colombia y recientemente México tienen adoptados
regímenes flexibles, pero con un sabor diferente. Todos ellos tienen esquemas de tipos de
cambio flexibles con un fuerte compromiso de que la tasa de inflación no exceda un
determinado objetivo planteado. La diferencia crucial entre estos grupos de países de
Latinoamérica mencionados anteriormente no están fuertemente dolarizados. En este
documento nos centraremos en evaluar las reglas alternativas de política monetaria que
podrían implementarse dentro de este marco en lugar de comparar la opción de TI con otras
posibilidades.
Masson et al. (1997) sugiere que las economías deben satisfacer al menos dos requisitos
previos si desean considerar la opción de adoptar la dolarización, primero la capacidad de
llevar a cabo una política monetaria independiente y en segundo lugar la capacidad de
desarrollar un marco cuantitativo para vincular el instrumento de política a inflación.
DESARROLLO.
En un equilibrio general bajo rigideces de precios, la prima de riesgo proviene de la
correlación entre el consumo de los hogares y el tipo de cambio, en lugar de asumir la prima
de riesgo como proceso exógeno, como en muchos estudios, vinculando su comportamiento
con el patrimonio neto de los empresarios que están dolarizados. Un intento de endogenizar
la prima de riesgo dentro de una economía cerrada con información asimétrica es presentada
por Bernanke et al (2000). Se basa en la premisa de que el deterioro de las condiciones del
mercado interno de crédito no sólo refleja problemas en el lado real de la economía, pero
también hay fricciones que podrían constituir el principal factor depresivo de la actividad
económica.
Cespedes et al. (2000) y Gertler et al. (2001) extienden el análisis anterior a un marco de
economía abierta en el que las empresas demandan prestamos extranjeros denominados en
dólares y la prima de financiamiento externo puede considerarse como una prima de riesgo
cambiaría. Modelan los vínculos entre el tipo de cambio real, el patrimonio neto de las
empresas y la prima de riesgo, centrándose en los efectos del balance y tomando como punto
de partida la restricción presupuestaria de las empresas que se dedican a la inversión.
Teniendo en cuenta que la prima de riesgo es una función inversa del valor del patrimonio
neto de las empresas y como el coste de la financiación externa viene dado por la tasa de
interés extranjero más la prima de riesgo, Cespedes et al. (2000) determina que la evolución
de la prima de riesgo es la siguiente:
Donde todos los coeficientes son constantes positivas, el cambio en la prima de riesgo
depende de tres factores. El primer término está relacionado con los cambios en la demanda
de exportaciones, denotado como Xi dado un nivel de salida, un aumento de las
exportaciones se compensa con una menor inversión que requiere menos financiación externa
y por lo tanto una menor prima de riesgo, el segundo término capta los efectos de los cambios
de la producción y el tipo de cambio real o en producción real valorados en dólares, una
disminución en yt-qt implica menores niveles de inversión y de nuevo menores necesidades
de financiación y menor prima de riesgo, finalmente, el tercer término representa los cambios
inesperados en la producción medida en dólares, estrechamente vinculados al patrimonio neto
de las empresas. Una depreciación real imprevista aumenta la carga de la deuda que reduce el
patrimonio neto de las empresas.
Un tipo de cambio real más alto aumenta el costo de la inversión en relación con el
patrimonio neto de las empresas, adicional los niveles de producción más bajos, reducirán el
rendimiento de las inversiones realizadas anteriormente. En ese sentido una depreciación real
o una disminución de la producción podrían generar efectos positivos sobre la prima de
riesgo.
Asumiendo que las exportaciones son una función lineal de la demanda extranjera, entonces
la ecuación anterior podría ser escrita como.
Cómo en Cespedes et al. (2000) identificamos dos tipos de economías con respecto al
impacto que los efectos del balance podrían tener. Una economía financieramente robusta es
aquella en la que el canal de transmisión de una depreciación del tipo de cambio real de la
producción está dominado por el efecto precio previsto en el caso de las economías abiertas.
Una depreciación real aumenta la competitividad de la economía, pero al mismo tiempo
reduce el patrimonio neto de las empresas, ya que son pasivos dolarizados.
Con respecto a la ecuación anterior, la elasticidad de la prima de riesgo con respecto al tipo
de cambio real viene dada por:
BIBLIOGRAFÍA.
• Cespedes, L., Chang, R., Velasco, A., 2000. Balance Sheets and Exchange Rate
Policy, NBER Working Paper 7840.
• Gertler, M., Gilchrist S., Natalucci, F., 2001. External Constraints on Monetary Policy
and the Financial Accelerator, mimeo, New York University.
• Masson, P., 2000. Exchange Rate Regime Transitions, IMF Working Paper 00/134.