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Independencia de Centroamérica

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Independencia de Centroamérica
Proclama de libertad (indep. Centroamérica).jpg
Cuadro del chileno Luis Vergara Ahumada de 1957, que interpreta la celebración del
Primer Grito de Independencia de Centroamérica en San Salvador.
Contexto del acontecimiento
Fecha 5 de noviembre de 1811 - 15 de septiembre de 1821
Sitio Bandera de Centroamérica Centroamérica: Bandera de Guatemala Guatemala,
Bandera de El Salvador El Salvador, Bandera de Honduras Honduras, Bandera de
Nicaragua Nicaragua, Bandera de Costa Rica Costa Rica
Impulsores Gente de América Central
Diputación provincial y Ayuntamiento de Guatemala
Próceres centroamericanos como El Salvador
Motivos Abolición de las leyes establecidas por el Imperio español, y la
Declaración de Independencia.
Influencias ideológicas de los impulsores Republicanismo
Liberalismo
Presidencialismo
Gobierno previo
Gobernante Rey Fernando VII
Forma de gobierno Provincia de Guatemala, Monarquía de España
Gobierno resultante
Gobernante Gabino Gaínza
Forma de gobierno Provincias Unidas del Centro de América, República federal y
Democracia representativa
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Se denomina Independencia de Centroamérica al proceso emancipador por parte de los
actuales países de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, los
cuales, a través de la firma del Acta de Independencia de América Central el 15 de
septiembre de 1821 rompen lazos con el Imperio Español.1 La entonces capitanía
estaba conformada, por las entonces provincias de Guatemala, Chiapas, Comayagua,
San Salvador, Nicaragua y Costa Rica. La suscripción del documento trajo como
consecuencia la independencia del Gobierno Español. La independencia de Panamá se
desarrollaría unos meses después, entre el 10 y el 28 de noviembre de 1821.

A diferencia de los demás países americanos, ambos fueron procesos relativamente


pacíficos. El movimiento independentista centroamericano tomó como ejemplo la
independencia de los Estados Unidos y la revolución francesa, que terminó con
desigualdades y privilegios, y fue influenciado por las ideas del reformismo
ilustrado español y de la ilustración racionalista europea.

La independencia centroamericana tomó impulso después de la ocupación francesa de


1808 en España, que creó un caos político en la península ibérica que terminó con
la formación de diferentes grupos de resistencia popular mejor conocidas como
Juntas. Estas crearon un gobierno español clandestino y promulgaron la Constitución
de 1812, que tuvo un efecto directo en toda América. El primer movimiento
independentista en Centroamérica se dio en el 5 de noviembre de 1811, cuando una
conspiración encabezada por los curas José Matías Delgado y Nicolás Aguilar intentó
apoderarse de unas armas que existían en la casamata de San Salvador. A este
movimiento le siguieron revueltas en Nicaragua, la conjuración de Belén y otros
movimientos de 1814 a 1821. Una reunión entre las mismas autoridades coloniales y
una junta de notables compuesta por líderes religiosos y criollos ilustrados,
terminó el 15 de septiembre de 1821 con el dominio español en la antigua capitanía
general de Guatemala, que comprendía el actual territorio del estado de Chiapas y
las repúblicas de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.

Índice
1 Acontecimientos
1.1 Primer grito
1.2 Conjuración de Belén
1.3 1814
2 La Proclamación de la independencia
3 Contexto y desigualdades sociales
4 Mujeres en la Independencia
5 Véase también
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Lectura recomendada
9 Notas
Acontecimientos

La promulgación de la Constitución de 1812, obra de Salvador Viniegra (Museo de las


Cortes de Cádiz).
La obtención de la independencia de Centroamérica fue pacífica, a diferencia de los
otros países americanos, los cuales libraron fieras batallas para lograr
convertirse en Estados independientes. Muchos fueron los factores que culminaron en
la independencia de la antigua Capitanía General de Guatemala, pero los
predominantes fueron: la influencia de ideas revolucionarias de la Ilustración
europea, la independencia de los Estados Unidos de América y el descuido de
Centroamérica por parte de España debido a los cambios socio-políticos en la misma
península ibérica.

En 1808 los franceses, gobernados en ese entonces por Napoleón Bonaparte,


invadieron España, destronaron al rey Fernando VII y coronaron en su lugar a José
Bonaparte como José I.

El 2 de mayo de 1808, mismo día en el que se produjo el levantamiento en Madrid


contra la ocupación francesa, en Guatemala, el cartaginés costarricense Pablo
Alvarado, quien era pasante de estudios de medicina en la Universidad de San
Carlos, hizo circular un panfleto denominado El Hispano – Americano. En él hablaba
de libertad e independencia y se constituyó como el primer acto de independencia de
toda la América hispana. Fue encarcelado en Guatemala y recobró su libertad en
marzo de 1809. 2

Los españoles se rebelaron en contra del invasor y se negaron a reconocer al nuevo


monarca. Esto produjo un caos político en la península ibérica que terminó con la
formación de diferentes grupos de resistencia popular, más conocidas como Juntas.
Estas estaban compuestas por militares, representantes del alto clero, funcionarios
y profesores, todos ellos conservadores, quienes terminaron creando un gobierno
español clandestino. Durante esta crisis, la Junta Central Suprema, que se creó
tras la derrota francesa en la Batalla de Bailén, ordenó mediante decreto del 22 de
mayo de 1809 la celebración de Cortes extraordinarias y constituyentes. Las Cortes,
previstas para 1810, por el avance napoleónico, tuvieron que reunirse primero en
San Fernando, entonces Isla de León, y después en Cádiz.

El Rey, Fernando VII.


El 24 de septiembre de 1810 se celebró la primera sesión de las Cortes
Extraordinarias y Constituyentes en la ciudad de San Fernando. Fue en esta
localidad donde se promulgaron los decretos relativos a la Soberanía Nacional, la
división de poderes, la igualdad, la legalidad y la libertad de imprenta. Todo ello
sentó las bases del Estado democrático y de derecho, así como el fin del Antiguo
Régimen y el inicio de un nuevo tiempo para los españoles de los ambos hemisferios,
la Península y las colonias en América.

La tarea de las Cortes de Cádiz fue crear un cuerpo legislativo (leyes) de carácter
liberal sobre el que establecer un nuevo orden social que acabara con la sociedad
estamental que había caracterizado a España hasta entonces. El producto de esta
labor fue la Constitución de 1812. Todos estos movimientos socio-políticos en la
península fueron bien recibidos por los criollos y resistidos por la oligarquía
centroamericana.

Antes ya había tenido su repercusión en el istmo centroamericano la independencia


de los Estados Unidos de América a través de La carta de Filadelfia, del 4 de julio
de 1776.3 En ella se estipula que los gobiernos tenían la obligación de garantizar
la libertad, la vida y la felicidad de los habitantes; si los gobiernos no cumplían
esta obligación, las personas podían cambiarlas. Estas ideas resonaron en las
mentes de los criollos, quienes experimentaban el menosprecio por parte de los
peninsulares. Estos se reservaban los mejores empleos, los altos cargos públicos,
militares y religiosos.

Las ideas del reformismo ilustrado español y de la ilustración racionalista


europea, principalmente la francesa, que desembocó en la revolución que terminó con
desigualdades y privilegios, también repercutió en Centroamérica:3 a finales del
siglo xviii las obras francesas de autores como Montesquieu, Rousseau, de otros
enciclopedistas y de otros autores franceses e ingleses llegaron a las bibliotecas
de algunos ilustrados españoles; así, ideas como el contrato social ejercieron una
atracción notable en los criollos centroamericanos que se educaban en las escuelas
reformadas que había abierto el arzobispo Cayetano Francos y Monroy, quien llegó a
Guatemala como arzobispo en sustitución de Pedro Cortés y Larraz cuando este
renunció a principios de la década de 1780.4

Francos y Monroy estaba muy involucrado con las corrientes liberales de los
filósofos ingleses y de Jean-Jacques Rousseau que proporcionaron nuevos
lineamientos en la pedagogía y la formación intelectual de las nuevas
generaciones.4 Francos y Monroy inició en la Nueva Guatemala de la Asunción una
reforma educativa, pues a su llegada solamente estaba la escuela de Belén, la que
era incapaz de atender a todos los escolares, pues la población ascendía a veinte
mil habitantes.4 Las escuelas no funcionaban porque los jesuitas habían sido
expulsados en 1767 y el resto de entidades civiles y religiosas estaban trabajando
arduamente en construir sus nuevos edificios tras el traslado desde la ciudad de
Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1776.4 Francos y Monroy fundó dos
escuelas de primeras letras, la de San José de Calasanz y la de San Casiano, fundó
un nuevo colegio que llamó «San José de los Infantes» y contribuyó económicamente
para finalizar la construcción del Colegio Tridentino de la Nueva Guatemala de la
Asunción, entre otros establecimientos.4

El heroísmo, la determinación de libertad y el espíritu de pertenencia identitaria,


fueron los valores que inspiraron el proceso de Independencia de Panamá de España
en 1821.

José de Fábrega, militar, Comandante General del Istmo, oriundo de Panamá que apoyó
la causa de la independencia.

La nueva orientación pedagógica de Francos y Monroy tenías tres objetivos:


ciencias, costumbres y religión. De esta forma, se dio conocimiento a los niños
adecuado a su edad y se les proporcionaron principios que poco a poco fueron
desarrollando ciudadanos con mentalidad distinta a la acostumbrada y quienes en
años posteriores serían protagonistas de los movimientos independentistas.4 Las
familias criollas enviaban a sus hijos a estudiar a la capital en Guatemala, razón
por la que las nuevas ideas de Francos y Monroy se diseminaron entre los futuros
próceres de la Independencia.

Las narrativas e interpretaciones acerca de las manifestaciones de resistencia que


produjo la ruptura del modelo colonial como fenómeno político, social y cultural
del Istmo de Panamá, vista desde los diversos actores sociales doscientos años
después, continúa generando distintas posturas.5

El heroísmo, la determinación de libertad y el espíritu de pertenencia identitaria,


fueron los valores que inspiraron el proceso de Independencia de Panamá de España
en 1821.

José de Fábrega, militar, Comandante General del Istmo, oriundo de Panamá que apoyó
la causa de la independencia.

Primer grito
Artículo principal: Movimiento Independentista de 1811

José Matias Delgado este prócer se convierte en figura clave del levantamiento del
5 de noviembre de 1811 contra la corna española. Participó decididamente en los
eventos que dieron lugar a la proclamación de independencia, tras la que fue
nombrado intendente de San Salvador. En julio de 1823 preside el Congreso Nacional.
Fallece en el año de 1832 y un año más tarde es designado, por decreto, Benemérito
del Estado de El Salvador.
El 5 de noviembre de 1811 estalló en la provincia de San Salvador (la cual cubría
la mayor parte de lo que ahora es El Salvador) una conspiración encabezada por los
curas José Matias Delgado y Nicolás Aguilar, dos hermanos de este último y los
señores Juan Manuel Rodríguez y Manuel José Arce. Su plan consistía en apoderarse
de unas armas que existían en la casamata de San Salvador y de doscientos mil pesos
depositados en las arcas reales, con lo que creyeron era suficiente para lanzar el
grito de la libertad.6

Según el plan, los fusiles serían puestos en manos de rebeldes de esta ciudad
especialmente en los del barrio de El Calvario. Una vez consumado esto,
desconocerían la autoridad del intendente de la provincia, Antonio Gutiérrez de
Ulloa, fundarían una Junta Popular de gobierno y procurarían hacer extensivo el
movimiento a los demás puntos de la Provincia. Los revolucionarios contaban con la
participación de las poblaciones de Metapan, Zacatecoluca, Usulután, y
Chalatenango.

Parte del plan fue llevado a cabo por Los revolucionarios, porque lograron deponer
al intendente, pero no lograron convencer a los ayuntamientos de los pueblos de San
Miguel, Santa Ana, Sonsonate, y San Vicente; estos resistieron la idea
independentista. Los cabecillas de aquel movimiento comenzaron a desalentarse y la
insurrección de grupos que corrían en las calles sin objeto alguno, aunque sin
causar el menor desorden a particulares.

Al saberse de este movimiento en Guatemala, se comenzó a reclutar tropas para


aumentar el orden a la Provincia insurrecta pero habiendo aceptado el Capitán
General la mediación del ayuntamiento de Guatemala, llegaron a San Salvador los
regidores Juan José de Aycinena y Piñol y José María Peinado facultados para
recibir el gobierno de la Provincia. A estos sujetos se agregó el arzobispo de
Guatemala fray Mariano Vidaurre y otros misioneros destinados a predicar contra los
insurgentes.

El 3 de diciembre llegaron a San Salvador Aycinena y Peinado; el pueblo que una vez
favoreció a los insurrectos recibió con júbilo la llegada de los pacificadores y el
orden fue restablecido. El padre Delgado fue llamado a Guatemala, los misioneros
predicaron con buen resultado y se les concedió una amnistía a los implicados en el
movimiento revolucionario, quedando Peinado en el ejercicio del mando político y
militar de la Provincia de San Salvador.7

En el caso de Panamá, Rufina Alfaro es el referente feminista de la mujer en la


Independencia de Panamá del Imperio Español. En los movimientos de subversión
independentistas en el Istmo, es incuestionable seguir negando la participación de
las mujeres en todos los hechos ocurridos hace doscientos años, a pesar de que,
tanto la historicidad escrita por hombres como la interpretación o hermenéutica de
los textos, aún sigue estando marcada por las formas ideológicas hegemónicas
patriarcales que caracterizan cultural y sociológicamente la interpretación de la
historia de toda la región Centroamericana, Suramericana y Caribeña. Rufina Alfaro,
mito, leyenda o realidad, es un símbolo del anhelo de libertad de los istmeños a
doscientos años de la independencia. 8

Conjuración de Belén
Artículo principal: Conjuración de Belén

El capitán general de Guatemala, José de Bustamante y Guerra.


En 1810 José de Bustamante y Guerra fue nombrado Capitán General de Guatemala, en
una época de gran actividad independentista; desarrolla una política reformista de
corte ilustrado, pero ante la revolución de Miguel Hidalgo y Costilla y José María
Morelos en México preparó tropas en Guatemala y creó el «cuerpo de voluntarios de
Fernando VII» y desde su puesto se enfrentó a los constitucionalistas locales,
reprimiendo duramente a los insurgentes y se opuso firmemente a la constitución
liberal de 1812.

Desde el 28 de octubre de 1813, y después de la elección del rector de la Real y


Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo,9 se habían celebrado en la celda
prioral del Convento de Belén varias juntas organizadas por fray Juan Nepomuceno de
la Concepción. Los que allí se reunían juraban mantener en secreto lo tratado, sin
embargo, es probable que leyeran una proclama de José María Morelos y discutieran
la posibilidad de destituir al Capitán General Bustamante y Guerra.9 En noviembre
hubo otra reunión en casa de Cayetano y Mariano Bedoya, hermanos menores de doña
Dolores Bedoya de Molina, y cuñados de Pedro Molina Mazariegos.10

Arzobispo de Guatemala Ramón Casaus y Torres, colaboró con el Capitán General José
de Bustamante y Guerra y se opuso a los movimientos liberales independentistas.

la representación de la firma del acta del 15.sept.1821 en el Parque Xetulul, en


Guatemala. Resalta el presbítero salvadoreño Dr. José Matías Delgado y de León,
último comisario del Santo Oficio en la Intendencia de San Salvador.
El 21 de diciembre de 1813, Bustamante y Guerra, se enteró de que en el Convento de
Belén se reunían sediciosos para intentar una sublevación, dictó un auto para que
el capitán Antonio Villar y su ayudante, Francisco Cáscara, apresaran a los
religiosos de ese monasterio. En la acometida resultarían presos el doctor y
presbítero Tomás Ruiz Romero, y su hermano José; los hermanos Bedoya, Cayetano y
Manuel; el teniente Joaquín Yúdice; el sargento primero León Díaz; Andrés Dardón; y
los frailes Manuel de San José y Juan Nepomuceno de la Concepción.9 Esta resolución
fue comunicada por el alcalde del ayuntamiento el día 24. De ahí en adelante, hasta
el siguiente mes, otros resultarían apresados:

Víctor Carrillo y Benito Miquelena, frailes mercedarios


Felipe Castro y Rafael Aranzamendi, sargentos primeros del Batallón de Milicias
Manuel Ibarra y Juan José Alvarado, empleados
Mariano Cárdenas, agricultor latifundista
José Ruiz, pasante de derecho
Manuel Tot, líder indígena de Verapaz; y
Venancio López, abogado y síndico del Ayuntamiento criollo.
También se libró orden de captura contra el regidor José Francisco Barrundia, quien
logró escapar.11

El Capitán General se percató de la conjura por medio del teniente Yúdice, a quien
se habrían sumado José de la Llana y Mariano Sánchez.10 Asimismo, Bustamante
comisionó a su sobrino el carmelita fray Manuel de la Madre de Dios en la casa de
correos, para que abriese toda correspondencia que cayera en sus manos.Nota 1

José Cecilio del Valle, redactor del acta de independencia.


Bustamante y Guerra después denunció a su sucesor nombrado Juan Antonio de Tornos,
Intendente de Honduras, por supuestas tendencias liberales y así logró su
confirmación en su puesto por Fernando VII en 1814.

El comunicado de las penas se dio el 18 de septiembre de 1814, el fiscal asignado


Don Antonio Villar, emitió su veredicto, en el que daba por probados los hechos, y
sentenciaba con las siguientes penas a los implicados. José Francisco Barrundia -
alférez de Dragones y regidor del ayuntamiento-, Joaquín Yúdice, el presbítero
Tomás Ruiz y fray Víctor Castrillo fueron sentenciados a pena de muerte por medio
de garrote, mientras que todos los demás fueron sentenciados a la pena de horca.
Solamente fray Benito Miquelena, Francisco Montiel y José Ruiz se salvaron de ser
sentenciados a muerte, pero fueron condenados a diez años de cárcel en África, y
destierro perpetuo de los dominios de América.12

De los arriba mencionados Barrundia e Ibarra huyeron; los demás fueron reducidos a
estrecha prisión y encausados. Cinco años después fueron puestos en libertad por
orden del Rey Fernando VII. En cuanto a Bustamante y Guerra, este fue destituido en
agosto de 1817 y volvió a España en 1819. Ese mismo año entró nuevamente a formar
parte de la Junta de Indias.Nota 2

1814

Juan Manuel Rodríguez, alcalde primero de San Salvador en 1814 y uno de los líderes
del Segundo movimiento independentista en San Salvador de 1814.
El 24 de enero de 1814, se llevó a cabo en San Salvador un segundo movimiento
independentista, con amplia participación popular, pero al igual que los anteriores
terminó siendo desastroso. Santiago José Celís, uno de los líderes fue asesinado, y
los demás cabecillas fueron arrestados.

En mayo de 1814, Fernando VII regresó a España como rey, e inmediatamente


restableció el absolutismo, derogando la Constitución de Cádiz. Los efectos de las
medidas reales se hicieron sentir en Centroamérica, donde el Capitán General de
Guatemala, José de Bustamante y Guerra, desató una persecución en contra de los
independentistas y los defensores de las ideas liberales, que se prolongaría hasta
la destitución de Bustamante en 1817.1314

La Proclamación de la independencia
En 1818 el implacable Bustamante dejó el poder y le sustituyó Carlos Urrutia, un
hombre de carácter débil en cuyo gobierno los independentistas ganaron terreno. En
1820 el rey de España Fernando VII se vio forzado a restablecer la constitución de
1812, con lo que nuevamente se implementó en Centroamérica la libertad de prensa.
En ese mismo año el doctor Pedro Molina Mazariegos comenzó a publicar El Editor
Constitucional, periódico en cual criticó al gobierno de la colonia, defendió los
derechos de los criollos centroamericanos y se promovió la independencia.

En México, la revolución obtuvo un completo triunfo y a través del Plan de Iguala


declaró su independencia total de España el 24 de febrero de 1821. Esta noticia
desconcertó a las autoridades españolas de Guatemala y la vez sirvió de estímulo a
la causa independentista. El 9 de marzo, presionado por los liberales
independentistas, el Capitán General dejó el puesto para que fuese ocupado por el
sub-inspector del ejército Gabino Gaínza. Gaínza era del agrado de los
independentistas, porque además de ser un hombre de una edad muy avanzada, también
era de carácter débil y voluble. Bajo su mando, Centroamérica experimentó una
agitación social de niveles intolerables. Esta situación obligó a la diputación
provincial a solicitar a Gainza una reunión para discutir el difícil tema de la
independencia.

Gainza entonces, atendiendo este llamado, reunió una junta de notables compuesta
por el señor arzobispo, diputados, jefes militares, los prelados de las órdenes
religiosas, y empleados de hacienda. En aquella memorable reunión presidida por el
mismo Gainza, los presentes externaron con libertad su opinión. El señor José
Cecilio del Valle tomó la palabra y en un largo discurso demostró la necesidad y la
justicia de la independencia, pero manifestando que, para proclamarla primero debía
oírse el voto de la Provincias.

Sin embargo, el pueblo que asistía a tan importante acto pidió a voces la
independencia, y esta fue proclamada el 15 de septiembre de 1821. Valle redactó
aquel memorable documento, así mismo también redactó el Manifiesto que publicó el
Capitán General Gainza sobre el gran suceso de la independencia.

Firma de la Independencia, pintura de Luis Vergara Ahumada. Que representa el


momento en que el padre José Matías Delgado firma el acta.
1. º Que siendo la independencia del gobierno español la voluntad general del
pueblo de Guatemala, y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que
debe formarse, el señor jefe político la mande publicar, para prevenir las
consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo
pueblo.
— Art. 1 del Acta de Independencia.
En el Acta de la Independencia se fijaron las bases de un nuevo régimen: se
determinó que se eligiesen por las Provincias, Representantes para formar el
Congreso de la nación, al que debía corresponder la fijación de la forma de
gobierno,"15 y la formación de la constitución. También se determinó "que la
elección de Representantes se hiciese por las mismas juntas electorales que había
elegido diputados a las cortes de España, observándose las leyes anteriores para el
procedimiento de la elección: que las provincias eligiesen Representantes sobre la
base de un Diputado por cada quince mil habitantes.15

Que el congreso Constituyente se reuniese el 1 de marzo de 1822 y que hasta su


reunión no se hiciese alteración alguna en la observación de las leyes españolas,
ni con respecto a los tribunales y funcionarios existentes. Además se estableció
que se conservase la religión católica en toda su integridad y pureza; y que
mientras el país se constituía, el jefe Gabino Gainza continuase con el gobierno
superior, político y militar, obrando de acuerdo con una Junta Provisional
Consultiva."15

Contexto y desigualdades sociales


La historia oficial destaca el rol que asumieron las élites de origen español y
criollo en las diferentes provincias de Centroamérica. Los estudios de Samuel Stone
muestran que las élites de poder en Centroamérica provienen de pocas familias que
generaron por más de 500 años alianzas estratégicas familiares y comerciales en la
región, que les permitieron permanecer en el poder político y económico.16

Según Edelberto Torres-Rivas, la estratificación social del Reino de Guatemala en


los albores de la Independencia (1820), incluía a 40.000 criollos y españoles,
300.000 castas y mestizos y 600.000 indios, de los cuales casi la mitad de esa
población vivía en Guatemala.17 En el caso de Costa Rica, la provincia más lejana,
habitaban alrededor de 60.000 personas; de acuerdo con el Censo de 1823-24 se
contabilizó un total de 57.146 habitantes, sin incluir el Partido de Nicoya.18 Al
momento de la independencia de España, la élite económica y política asume el poder
de los principales estamentos de los gobiernos en las provincias. Los más eruditos
asumieron la tarea de redactar las Actas de Independencia, así como los pactos
sociales y acuerdos durante el proceso de transición que culminaron con su adhesión
temporal al Imperio de Iturbide en México (1822-1823), que luego pasaron a
conformar la República Federal de Centroamérica (1824-1839) y posteriormente las
Constituciones políticas de las repúblicas independientes.

Los estudios de Marta Elena Casaús Arzú explican la configuración de éstas élites
como redes familiares que fueron tejiendo alianzas estratégicas para sostener una
privilegiada posición social mediante estrategias de dominación en las estructuras
de poder político y económico, estrechamente articuladas con la Iglesia Católica.
Estas redes familiares estaban ligadas por cuatro factores fundamentales: las
alianzas comerciales, los matrimonios, la proximidad geográfica y su procedencia
étnica y como socios dentro de las organizaciones gremiales, políticas, educativas,
religiosas, culturales y sociales. Las estrategias utilizadas fueron mediante los
pactos matrimoniales, las relaciones socio-económicas, la participación política,
la institucionalidad religiosa, los patrones de inversión, tierra-capital,
infraestructura y otras formas de organización propia, que les permitieron
sobrevivir desde la invasión española hasta hoy en día.19

En 1539 llegan las primeras mujeres españolas a Centroamérica. Unos 15 años después
de que se inició la conquista en 1524. Esto explica el acelerado proceso de
mestizaje, producto de actos de violencia o enamoramiento, que dieron lugar a las
primeras generaciones de criollos. Al respecto, Casaus Arzú destaca que solo los
mestizos de la primera generación fueron considerados españoles de pleno derecho.
Un ejemplo de ello fue Leonor, hija del conquistador Pedro y Luiza de Alvarado de
Xicotencatl, Guatemala, de donde se origina una de las 20 familias que pudieron
reproducir su linaje y lograr que su estirpe sobreviviera.19 Para el sociólogo
político Samuel Stone, la configuración de estas élites se extendió a toda
Centroamérica, donde las alianzas y parentescos tienen antepasados comunes, pero a
su vez cada república se fue diferenciando una de la otra conforme adoptaron
sistemas políticos y culturales diferentes.20

Desde las primeras medidas tomadas por los primeros gobernantes de Centroamérica,
se definieron lineamientos internos en cada provincia que excluyó a amplios
sectores de la población, entre ellos a las mujeres, que no tenían derechos al voto
y un limitado acceso a la educación, a las personas menores de edad, quienes no
tenían acceso a la tierra o a recursos de capital, o las poblaciones indígenas y
afrodescendientes. La abolición de la esclavitud en Centroamérica fue declarada por
decreto de la Asamblea Nacional Constituyente el 11 de marzo de 1824, a iniciativa
del presbítero José Simeón Cañas, a cambio de una compensación a sus dueños o
patronos.21

En el caso del Istmo Panamá, la condición histórica, política e ideológica


transitista que le impuso la Corona Española, es decir: El Determinismo Transitista
de Panamá, el cual se fundamentó en el espíritu Ansiatista de comercio, sustentado
en los cinco pilares fundamentales que lo caracterizaron: el comercio, las ferias
(Portobello), el contrabando, la trata de esclavos y el situado (apoyo económico
del comando del Virreinato); que al enfrentarse al declive de la monarquía y la
crisis estructural del Orden Colonial, en lo político, lo económico, lo ideológico
y lo social, impulsaron el deseo independentista de los Istmeños, al igual que el
resto de movimientos independentistas en la región económica debido a la caída de
los precios del añil, producto que tuvo enorme importancia comercial a lo largo del
siglo dieciocho. 22

.23

Mujeres en la Independencia
Francisca Carrasco Jiménez, Costa Rica
Francisca Carrasco Jiménez, Costa Rica
En los años anteriores a la Independencia ya habían llegado las noticias de la
Revolución francesa y empezaban a debatirse, en círculos muy cerrados de mujeres,
ideas de libertad, igualdad, fraternidad. Sin embargo, son escasas las referencias
de mujeres, en Guatemala destaca el aporte de María Josefa Granados, escritora que
debatía cuestiones políticas.24 Según los estudios de la historiadora hondureña
Anarella Vélez Osejo, el papel de las mujeres en el proceso de independencia de la
región centroamericana (1810-1842) fue relevante y destaca los nombres de algunas
de las más reconocidas. 25 En Guatemala es relevante el rol de Dolores Bedoya de
Molina (1783- 1853) quien salió a las calles de la Ciudad de Guatemala animando a
la población para que apoyara la firma del Acta Independencia.26 En El Salvador,
María Feliciana y su hermana Manuela Miranda, jugaron el papel de divulgar entre
los criollos que se estaban organizando el primer movimiento independentista en San
Salvador, convirtiéndose en voceras de la campaña de Sensuntepeque. También tomaron
las armas en la insurrección del 19 de diciembre de 1811. Manuela Antonia Arce y
María Felipa Aranzamendi fueron defensoras de sus esposos encarcelados en Guatemala
y San Salvador por rebelarse en contra del imperio colonial. Fueron activistas,
conspiradoras, espías y mensajeras. Mercedes Castro fue fusilada en San Miguel por
su lucha libertaria. Josefina Barahona, Micaela y Feliciana Jerez también aportaron
al proceso libertario. 27 En Nicaragua, Josefa Chamorro fue una figura clave de su
tiempo en Granada. Su casa funcionó como espacio seguro para los grupos que
lucharon contra la autoridad española. En 1812 fue detenida y acusada de haber
proveído alimentos a caudillos revolucionarios, ocultar armas y efectuar reuniones
políticas. Francisca Carrasco Jiménez, o Pancha Carrasco, es conocida por haber
tomado las armas, también apoyó como cocinera, lavandera y enfermera. 28 Por su
parte, Rufina Alfaro es el referente feminista de la mujer en la Independencia de
Panamá del Reino Español, por ser la persona a la cual la narrativa histórica le
atribuye el Primer Grito de Independencia del territorio Istmeño en la Villa de Los
Santos.2930

Pese a estos casos puntuales, la estructura ejercía un control de las mujeres,


mediante la explotación del trabajo gratuito y forzado a través de preceptos
religiosos y patriarcales que normalizaban la condición de subordinación y
exclusión de las mujeres. Desde una perspectiva de clase, la situación era
diferente para las mujeres criollas, de las élites, que para las mujeres indígenas
y mestizas. Mientras las primeras tenían acceso a los privilegios de su clase, las
segundas estaban en condición de servidumbre, realizaban el trabajo doméstico y de
crianza, incluso se acostumbraba que ellas fueran "amas de leche" (aunque esta
última se daba de manera minoritaria).31 32

La estructura socio racial reforzaba esa exclusión. En el período previo a la


Independencia las mujeres en la Capitanía General, actual Centroamérica, vivían
excluidas del espacio público. Se sabe que en La Nueva España, la actual
Centroamérica, solo el 20% de la población sabía leer y el porcentaje de las
mujeres era mucho menor. Las mujeres indígenas debían tributar a las autoridades
españolas, igual que sus pares masculinos, y cumplir el rol de esposas y madres,
sometidas a tratos denigrantes en el marco de jerarquías de género. Las ladinas y
mestizas, tanto en el área rural como en la ciudad, se dedicaban a diversos
oficios.33

Véase también
Anexión de Centroamérica al Primer Imperio Mexicano
Declaración de Independencia absoluta de Centroamérica
Historia de Centroamérica
Movimientos independentistas en Nicaragua de 1811 y 1812
Referencias
«Los centros urbanos y la independencia centroamericana de 1821». Centro de
estudios urbanos y regionales de la Universidad de Guatemala. 14 de junio de 2021.
«El primer grito de independencia lo dio un costarricense • Semanario
Universidad». semanariouniversidad.com. 2020-04-14GMT-060022:03:03-06:00.
Consultado el 3 de septiembre de 2021.
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Lectura recomendada
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Montufar, Lorenzo (1878). Reseña Histórica de Centroamérica. Guatemala: Tipografía
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