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PSICOLÓGICOS
III MODULO
I FORMACIÓN INTERNACIONAL PSICOTERAPIA
SEXUAL Y DE PAREJA 2017
Sexualidad es cómo una persona por el hecho de tener un pene o una vulva,
por el hecho de ser hombre o mujer se ha ido desarrollando en la sociedad y ha
ido interactuando con otras personas de su mismo sexo o del otro sexo.
Además, la sexualidad implica emociones, sentimientos, afectos; como por
ejemplo cuando nos enamoramos, cuando nos sentimos excitados, cuando nos
sentimos avergonzados por estar semidesnudos, etc. Así, un informe de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2001 en Guatemala señala
que la sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos,
psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos, religiosos y espirituales.
Donde si bien puede abarcar todos estos aspectos, no es necesario que sean
experimentados ni expresados simultáneamente, pero podemos observar que
tal diversidad de condiciones confiere a la sexualidad de cada individuo una
etiqueta de carácter personal y único, donde la persona es libre de
manifestarse cómo es, cómo se siente, cómo piensa.
Por otro lado, tenemos las dimensiones psicológicas y sociales; las cuales
cada persona va perfilando a lo largo del tiempo y con ello se va generando
Christian Martínez Monge
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una actitud hacia la sexualidad que hará que una persona se muestre más
abierta a descubrir, experimentar o por el contrario que se inhiba y se sienta
cohibida de vivir su sexualidad. Siempre ello dependerá de experiencias
personales, de aquello que es referido o condicionado por otras personas de su
entorno, influye el ambiente sociocultural donde la persona está creciendo y
viviendo, así como de los valores, la información que recibe desde casa o las
escuelas, de las creencias religiosas, etc.
La forma cómo vamos interiorizando en nuestra mente estos mensajes que día
a día vemos u oímos influyen en nuestra personalidad, en nuestro actuar y son
las dimensiones de nuestra psicología. Todo aquello que nuestra sociedad “nos
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enseña” sobre “el ser hombre” y “ser mujer” se llama relaciones de género. El
problema es cuando a un niño le obligan a que tiene que ser violento con las
mujeres para demostrar su hombría o cuando una niña crece creyendo que “es
normal” que las mujeres sean “el sexo débil” y tengan que ser sumisas a los
hombres. A eso se llama “romper los estereotipos de género tradicionales”. Ello
se logra con educación.
1. Disfunción eréctil
Hay que tener en cuenta que existen dos tipos de disfunción eréctil: la primaria,
cuando la persona nunca ha podido alcanzar una erección (según las
estadísticas son menos del 10% de hombres); o las secundarias, cuando la
persona ha tenido erecciones en otro momento de su visa pero en la actualidad
no las puede tener. Ésta última se subdivide en: 1) situacional: en ciertas
situaciones (en la cama, auto, etc.) o con ciertas personas (novia, amante,
etc.). 2) Generalizada: comienza a darse siempre en cualquier situación. 3)
Grados: total, donde no se produce ninguna erección; o parcial, cuando no es
suficiente para un coito.
Pare ello, debemos señalar que el hombre tiene hasta cuatro tipos de
erecciones y cada una ocasionada por un estímulo distinto. Es necesario que la
persona sepa cuál es el motivo de su erección para conocer la reacción
corporal que tiene en determinadas situaciones: a)Por excitación: es la que
más se asocia al placer sexual y es cuando el cerebro capta un estímulo por
cualquiera de los cinco sentidos o por la fantasía (imaginación) y se produce la
respuesta sexual humana del varón, donde el corazón produce más sangre, la
cual va al pene para erectarse. Esta erección es duradera mientras la
A la gran mayoría de los hombres les ha pasado que alguna vez en su vida no
ha podido tener una erección cuando más lo deseaban. Generar la erección
puede ser algo difícil y el cuerpo no siempre funciona como es debido, más aún
si nos estresamos por obtener la erección y ésta no llega. Producto de la
ansiedad misma quizás no se dé. Tenemos que ser conscientes que la
erección es producto de un estímulo sensorial placentero que el cerebro capta
y así los conductos se llenan de sangre, la cual se sigue fabricando y así se
logra endurecer el pene. Entonces, son varios los factores que podrían hacer
que la erección no se logre. Pero, si esto le ha ocurrido varias veces, lo mejor
es que se acuda a un urólogo o un sexólogo para que pueda descartar el
origen del problema. Pues, un problema de erección puede ser la llamada de
atención que el cuerpo está haciendo ante otro problema de salud que estaría
ocurriendo, donde puede ser de origen médico o psicológico.
2. La eyaculación precoz
La eyaculación es la expulsión del semen por el pene del hombre. Este hecho
no siempre suele ser placentero, sobre todo cuando la persona siente que no
tiene el control del mismo, en ese caso hablamos de eyaculación precoz.
Según diversas investigaciones 8 de cada 10 hombres eyaculan al minuto o
dos de haber penetrado dentro de la cavidad vaginal. Es decir, no tiene un
control voluntario del momento de su eyaculación y la situación se repite
durante un mínimo de seis meses.
Los tratamientos
En la gran mayoría de los casos, este dolor se produce debido a que ocurre un
problema físico como la rotura del himen, una mala costura vaginal, mala
lubricación vaginal o producto de alguna infección urinaria o infección de
transmisión sexual. En muchas ocasiones, es el mismo condón que puede
causar la irritación que genera dolor durante el coito, o también hay mujeres
que son alérgicas al látex causando irritación. En otros casos, la dispareunia se
genera a que en un principio no hubo una buena lubricación vaginal al no
esperar el tiempo suficiente a que la mujer esté excitada y empiece a lubricar,
esta situación hace que la mujer comience a tener cierto rechazo a la
penetración y se condiciona inconscientemente una sensación muy dolora
incluso previo al coito. Hay Es así, que en algunas mujeres, el miedo a la
relación sexual hace que se contraigan los músculos de la vagina de manera
automática e inconsciente, lo cual produce una mayor resistencia a que entre el
pene y, consecuentemente, produce dolor. Hay que tener en cuenta que el
origen es distinto al vaginismo y por ello el descarte debe hacerse por un
especialista.
Por otro lado, en el caso de los hombres el dolor puede focalizarse en los
testículos o en la uretra. Esto sucede con frecuencia cuando retiene demasiado
tiempo la eyaculación; si ésta no se produce, el dolor aún es mayor; es decir,
hay una eyaculación retardada o aneyaculación. También si se tiene un
4. La anorgasmia
La anorgasmia la padecen más las mujeres porque el orgasmo del hombre está
muy relacionado a la eyaculación, que si bien son dos fenómenos distintos,
muchas veces el eyacular genera placer orgásmico. Aunque se puede lograr
orgasmos sin eyacular, pero para nuestra sociedad tan “coitocentrista” se hace
complicado del vivir esta experiencia.
Siempre debemos tener en cuenta que en las relaciones sexuales hay muchos
aspectos que pueden fallar. Si bien el proceso natural es comenzar por la
atracción y el deseo, luego la excitación y respuesta sexual, el goce o disfrute
placentero y finalmente el clímax u orgasmo (del cual no todas las personas
conocen pero dicen conocer o hacen creer a su pareja que lo han
experimentado); todo ello es mucho más complejo de lo que pensamos.
Nuestro cuerpo, nuestro cerebro establece siempre prioridades, y el principal
es nuestro instinto de supervivencia. Siempre buscamos estar a salvo y para
ello estar sanos, por eso, nos alimentamos, bebemos líquidos, dormimos,
expulsamos lo que no sirve del cuerpo, respiramos, nos abrigamos, etc. Luego
de sentir que tenemos satisfechas todas estas necesidades primarias, surge el
instinto sexual y el deseo de reproducción (deseos distintos en su naturaleza
para el ser humano, puesto que no todos desean reproducirse por ejemplo),
En otras ocasiones, los fármacos que tomamos para tratar enfermedades, por
ejemplo la hipertensión, pueden tener efectos secundarios en nuestra
sexualidad como disminuir el deseo sexual, retardar la eyaculación o causar
disfunción eréctil. Lo que debes tener en cuenta es que no todos causan ese
efecto secundario. Si a partir de que empezaste a tomar un fármaco
comenzaste a padecer un problema sexual, no te resignes a no tener una
sexualidad plena. Coméntaselo al médico, el simple hecho de cambiar el
fármaco puede hacer la diferencia.
Es por ello, que siempre que nos sintamos mal emocionalmente busquemos
ayuda profesional. Siempre que sexualmente fallemos con regularidad, no
busquemos la solución en pastillas. Hay una enfermedad de trasfondo por
tratar. Un médico, un psicólogo, un sexólogo siempre podrán ayudarte.
Sedantes
Antidepresivos
Medicamentos para tratar la hipertensión
Medicamentos para tratar el colesterol
Medicamentos para tratar los problemas de hiperplasia benigna de
próstata
Algunas quimioterapias
Físico:
Psicológicos:
Estrés
Trastorno alimentación
Depresión
Ansiedad crónica o generalizada
El hombre es uno de los machos para quienes el coito sexual es más complejo.
Para empezar, en vez de tener un hueso en el pene (llamado báculo o hueso
peneano, como muchas otras especies) que le ayudaría a mantenerlo erecto, el
hombre debe conseguir una erección sin este tipo de ayuda y la obtiene a
mediante el proceso de excitación, donde el principal responsable son los
sentidos y el cerebro. Esta excitación produce la erección, la cual es un
mecanismo de acumulación de sangre, un sistema hidráulico perfecto que
implica que si el macho tiene algún problema de salud (como cardiovascular,
diabetes, nervioso), no consigue una erección. Esto ayudaba a descartar a los
machos no saludables y a los hombres mayores, hecho fundamental para el
proceso de reproducción y población hace millones de años. Parece entonces
que el pene es como un termómetro que avisa oportunamente cuando existe
un problema de salud como diabetes, arterosclerosis, enfermedades renales,
vasculares, neurológicas o mentales, impidiendo la erección y sacándolo del
juego de la reproducción.
Entonces, vamos viendo que la erección tiene una real importancia y muchas
veces más que el tamaño del pene, siendo esto último una gran preocupación
para los hombres. Debemos tener en cuenta que en el 9 de cada 10 hombres
desea tener el pene más grande a su tamaño actual (incluso teniendo penes no
necesariamente pequeños o medianos). Aunque hay veces en que un pene
excesivamente pequeño puede generar algún problema.
Finalmente, podemos concluir que el tamaño puede importar como parte de las
fantasías sexuales de algunas mujeres pero pese a ello esa importancia sigue
siendo menos que la que el hombre cree. Lo importante es poder tener
erecciones duraderas y sostenibles de forma natural, ya que hay mujeres que
pueden identificar claramente cuándo un hombre utilizó algún medicamento
para la erección porque es sabido por muchos que las erecciones naturales no
pueden ser tan prolongadas sin tener periodos de flacidez incluso durante
momentos de
De todas las relaciones enfermizas, la más usual pero a la vez la que pasa más
desapercibida es “El chantaje emocional”, el cual es un tipo de abuso
psicológico que suele darse en la pareja y con otras personas como familiares,
amistades o compañeros de trabajo. Es lamentable decirlo, pero este recurso
emocional es tan utilizado que lo encontraremos en muchos momentos de
nuestras vidas, donde estas personas chantajistas nos manipulan para imponer
su voluntad, haciéndonos sentir muchas veces culpables si no les hacemos
caso. Ser un chantajista emocional es de perversos que solamente buscan su
propio bienestar sin importar la pareja.
Te hace sentir culpable por hacer lo que quieres: “Tú me haces sentir
celoso”. “Si me hicieras caso, nada de esto hubiese sucedido”.
Te hace sentir malo: “Me has decepcionado”. “No pensaba que fueras
tan egoísta”.
8. Machismo y masculinidades
Imaginemos entonces una mesa de cuatro patas (como la que utilizamos para
tomar los alimentos). Esa mesa se mantiene en pie porque su tablón (la tabla
donde colocamos los platos de comida) es sostenido por cuatro patas que son
sus columnas. Si una de estas patas se rompe, la mesa no se caería, aun se
mantendría de pie pero tambaleando; pero si dos o más patas se salen pues la
mesa ya no estaría más de pie, caería y dejaría de servir..
Entonces, todos estos mandatos sociales, los cuales como se habrán dado
cuenta son falsos y no tienen ningún argumento válido que los justifique; pero
sin embargo, día a día muchos hombres tratan de demostrarlo por el temor a
que su “hombría”, su “virilidad” sea cuestionada por otros hombres o mujeres.
El deseo sexual es un parte de todo ser humano. ¿Se controla? Pues para
algunas personas es más fácil controlar ese impulso sexual y para otras es
más complicada. Hombres y mujeres tienen este impulso sexual, sin embargo,
en muchas sociedades (como la nuestra) se cuestiona cuando las mujeres
tienden a manifestar o se deja llevar por este impulso sexual tan natural,
nuestra sociedad prejuiciosa y machista las tiende a etiquetar como “mujeres
fáciles” (o un sinfín de adjetivos similares). Sin embargo, cuando un hombre “se
dejar llevar por su impulso sexual”, podemos escuchar falsas argumentaciones
que señalan: “uno actúa como varón”. Hecho que no hace más que justificar en
muchos casos la violencia sexual, y es totalmente falso que el hombre por el
solo hecho de ser hombre tenga más impulso sexual que hace que siempre
esté presto a tener encuentros sexuales cuando éstos se le presenten. Ello es
falso, es un mito que lo único que hace es alimentar el machismo en hombres y
coloca a la mujer en una situación de represión sexual o de no dejar disfrutar
de su sexualidad. Hombres y mujeres tienen impulsos sexuales, no todos los
impulsos sexuales son iguales pues dependerá de diversos factores de cada
individuo y no del ser hombre o ser mujer; y ambos tienen la capacidad de
decidir si desean tener sexo casual con alguien o no tenerlo. El consentimiento
siempre debe ser de ambas partes.
Es por ello, que si bien todas las personas son libres de decidir sobre su vida
sexual, se debe tener en cuenta que en las relaciones sexuales casuales,
donde se dejan llevar solamente por su impulso sexual, deben tener la
capacidad de medir los peligros ante lo cuales se pueden exponer como
embarazos no deseados, contagio de enfermedades o infecciones; así como
los riesgos de estar con una persona totalmente desconocida de quienes no
conocen sus costumbres o comportamientos. Muchas personas luego de
relaciones sexuales casuales descubrieron que fueron fotografiadas o filmadas
sin su consentimiento. Por eso, siempre es bueno pensar con cabeza fría,
conversar con la persona sobre “las reglas de juego” (donde pondrán los límites
de lo permitido y no permitido) y usar condón.
¿Qué es la violencia?
Es el ejercicio del poder mediante el uso de la fuerza (ya sea esta física,
sexual, verbal, emocional, económica o política) que afecta de manera negativa
la integridad física o psicológica de la otra persona o de un grupo de personas.
Hay quienes afirman que la violencia es algo normal y forma parte del ser
humano. Esta idea es falsa y es porque se confunde violencia con agresividad.
¿Qué es la agresividad?
Desde niños vamos aprendiendo ya sea en casa, barrio, escuela, etc. que hay
un rol dominante, de autoridad y protector del hombre hacia la mujer. Ello
porque estamos en una sociedad lamentablemente machista y patriarcal.
Así, nos someten a la idea que los hombres no deben mostrar debilidad, ni
sentimientos, ni manifestar: dolor, temor, ternura, afecto, compasión, deseo de
ser protegido.
El hombre, para no sentirse inferior porque teme “no ser un verdadero hombre”
trata de imponer respeto y poder constantemente, y lo manifiestan antes tres
sectores:
Los niños, las niñas y adolescentes están expuestos a una serie de riesgos y
peligros cuando se junta el uso indebido del internet (donde incluyen redes
sociales) y la curiosidad por la desinformación en temas de sexualidad. Esta
combinación es muy peligrosa, pues los menores podrían ser víctimas de
personas adultas perversas o con algún tipo de patología mental, o también por
parte de sus pares y otros menores de edad que no tienen control sobre sus
límites.
La realidad nos muestra que en el Perú el inicio sexual es hacia los 13 años y
el embarazo adolescente sigue aumentando en nuestro país, pues cada día 15
niñas entre 11 y 15 años se convierten en madres, lo coloca a la mujer en
situación de vulnerabilidad total con riesgos hacia su salud, exposición a
diversos tipos de violencia y deserción escolar. Ahora, hay que considerar la
tasa de adolescentes con diversas infecciones de transmisión sexual, el
papiloma humano y VIH; teniendo en cuenta que según el MINSA (2014) más
del 50% de las personas que viven con VIH en el país se encuentran entre los
20 y 34 años de edad. Pensemos ahora en la cantidad de adolescentes que
estuvieron embarazadas y decidieron interrumpir el embarazo o fueron o
obligadas a abortar por sus padres, parejas u otros familiares; reflexionemos
bajo qué condiciones sanitarias lo hicieron y cómo fue el impacto psicológico de
la situación.
Por ello, es importante que los y las adolescentes sepan de sexualidad integral
y puedan comprender realmente la importancia del postergar el inicio sexual lo
Por más que la mayoría de los padres quisiéramos proteger los ojos y oídos de
nuestros hijos e hijas, simplemente no es posible. Lo que sí es posible es
educarlos anticipadamente con una visión positiva de la sexualidad, de manera
que enfoquen las representaciones negativas, burdas y peligrosas de la
sexualidad, y para ello, nosotros como padres debemos sentirnos en la
capacidad de educar a nuestros hijos e hijas en sexualidad. Así mismo, exigir a
las escuelas de nuestros hijos que los eduquen adecuadamente en una
sexualidad integral, y así los menores de edad tendrán la capacidad de poder
actuar de forma adecuada (sobre la base de valores que se dieron en casa y
explicaciones adecuadas) cuando se encuentren expuestos a éstas imágenes.
Brune, Élisa & Ferroul, Yves (2011) El secreto de las mujeres. Claves
científicas de la sexualidad femenina. Barcelona: RBA
Stern, Claudio & Figueroa, Juan Guillermo. Coord. (2001) Sexualidad y salud
reproductiva: avances y retos para la investigación. México: El Colegio de
México.
Widlocher, Daniel. Editor (2004) Sexualidad infantil y apego. México D.F.: Siglo
XXI editores.