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Tacha Orden de Reenganche
Tacha Orden de Reenganche
RESUMEN
En el juicio que por cobro de prestaciones sociales y otros conceptos laborales sigue
el ciudadano CÉSAR DANIEL MONTERO CHACÍN, representado judicialmente por el
abogado Narciso Franco, contra la COOPERATIVA ORGANIZADA DE
DISTRIBUIDORES INDEPENDIENTES DE AGUAS MINERALES (CODIAM XX, RL),
representada judicialmente por el abogado Aristóbulo Velazco Arias; y personalmente
contra el ciudadano CECILIO TORRES, representado judicialmente por el abogado José
Manuel Rodríguez; el Juzgado Superior Primero del Trabajo de la Circunscripción Judicial
del Estado Bolivariano de Miranda, con sede en Los Teques, conociendo en alzada dictó
sentencia en fecha 3 de noviembre del año 2015, mediante la cual declaró: Sin lugar el
recurso de apelación formalizado por la parte demandada y parcialmente con lugar la
demanda; confirmando así, la sentencia dictada en fecha 30 de julio del año 2015, por el
Juzgado Tercero de Primera Instancia de Juicio del Trabajo de la referida Circunscripción
Judicial, que declaró parcialmente con lugar la demanda.
Contra la decisión de alzada, el apoderado judicial del co-demandado Cecilio Torres,
anunció recurso de casación el cual fue admitido el día 13 de noviembre de 2015. Hubo
impugnación.
RECURSO DE CASACIÓN
I
De conformidad con el numeral 1 del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, se delata el quebrantamiento y omisiones de formas sustanciales de los actos
que menoscaban el derecho a la defensa en los siguientes términos:
"A mi entender, esta demanda debió haber sido objeto de un despacho saneador, a
los fines de aclarar determinados conceptos. En primer lugar la parte actora, en su
libe/o habla de un litis consorcio pasivo por unidad económica. En los alegatos que
me acaba de presentar aquí me habla de inherencia y conexidad, solidaridad por
inherencia y conexidad, son conceptos totalmente distintos. La demanda fue
admitida, el tribunal que procedió a admitirla, la admitió invirtiendo el demandado
principal y el demandado, por decir algo, secundario, lo invirtió, el principal lo puso
secundario como solidario y el solidario lo pasó a principal y utilizó la figura de la
solidaridad. Eso no fue corregido durante el proceso de sustanciación, mediación y
ejecución. En esta instancia, que las partes no solicitaron en su momento que eso
fuera corregido, mal puedo entrar yo a corregirlo, sin embargo tengo que hacer
mención de esos vicios que para mí son de orden procesal y de orden
público." (Negrillas mías)
Situación que evidenció inequívocamente el Tribunal de Juicio, reconociendo la
existencia de vicios de carácter procesal que afectan el orden público, el
derecho a la defensa y por ende la garantía al debido proceso de los litigantes,
lo cual también hizo y reconoció el Juez Superior en la sentencia recurrida, al
no cumplir el libelo de demanda con los más elementales requisitos exigidos en
el Artículo 123, ordinales 3o y 4° de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, en
virtud de su ambigüedad y oscuridad en los términos de su relato precisados
por ambos Jueces en el texto arriba trascrito, quedando evidenciado que
ambos operadores de justicias, han dejado a un lado, no aplicaron el mandato
contenido en el Artículo 506 del Código de Procedimiento Civil, el cual
establece: "..LOS jueces procurarán la estabilidad de los juicios, evitando o
corrigiendo las faltas que puedan anular cualquier acto procesal. Esta
nulidad no se declarará sino en los casos determinados por la ley, o cuando haya
dejado de cumplirse en el acto alguna formalidad esencial a su validez..." (Resaltado
Nuestro), norma esta aplicable en los procesos laborales por remisión expresa
del Artículo 11 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, pero sorpresivamente
argumentaron ambos operadores de justicia "no tener la competencia para
subsanar esos errores", dejando el proceso infectado de tales vicios, lo cual
conlleva sin lugar a dudas dejar sin observancia, no aplicar, echar por tierra el
principio constitucional que informa: "el proceso constituyen (sic) un
instrumento fundamental para la realización de la justicia" plasmado en el
Artículo 257 de nuestra Carta Magna, pues respetables Magistrados, de haber
cumplido ambos Jueces que el mandato del Articulo (sic) 506 de Código de
Procedimiento Civil, indefectible hubieren ordenado la corrección de los vicios
por ellos mismos observados, y no se hubiere alterado el iter procesal dejando
en estado de indefensión a ambas partes en el proceso, siendo evidente la
procedencia de la denuncia contenida en este punto. Y así solicitó se
establezca. (…).
Para decidir observa la Sala:
La parte recurrente arguye, que en el caso sub iudice tanto el Juez a quo como el ad
quem¸ a pesar de reconocer que en la fase de sustanciación, mediación y ejecución se
cometieron errores que no fueron subsanados; no obstante, continuaron con la
tramitación de la causa omitiendo de esta manera, formas sustanciales del proceso que
atentaron contra su derecho a la defensa. En tal sentido aduce, que el actor en su libelo
de demanda no cumplió con lo establecido en los numerales 3 y 4 del artículo 123 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, razón por la cual indica, que los jueces de instancia
han debido reponer la causa al estado en que se subsanaran los errores de los que
adolece el escrito libelar.
II
De conformidad con el numeral 1 del artículo 168 de la Ley Orgánica Procesal del
Trabajo, se delata el quebrantamiento y omisiones de formas sustanciales de los actos
que menoscaban el derecho a la defensa en los siguientes términos:
Señala la parte formalizante, que en el caso bajo análisis la sentencia objeto del
presente recurso quebrantó y omitió formas sustanciales del proceso que menoscabaron
su derecho a la defensa, sin cumplir con la técnica necesaria para denunciar, toda vez
que en la oportunidad que tuvo lugar la celebración de la audiencia oral, pública y
contradictoria, el demandado solicitó la tacha de falsedad de la Providencia Administrativa
N° A-412, de fecha 10 de julio de 2012, emanada de la Inspectoría del Trabajo del
Municipio Guaicaipuro del Estado Bolivariano de Miranda (folios 2 al 46 del cuaderno de
recaudos N° 1, en razón de que a su decir, “el inspector del trabajo actuante atribuyó a las
declaraciones del demandado, menciones que éste no hizo”, razón por la cual solicitó la
tacha de dicho documento, lo cual fue declarado inadmisible por el juzgado a quo, en
virtud de que el procedimiento para solicitar la nulidad de una providencia administrativa
no es la tacha de documento, sino la demanda de nulidad como acción propia y
autónoma, lo cual fue ratificado por la sentencia recurrida.
Pues bien, en relación con el vicio delatado esta Sala, en el capítulo anterior dejó
establecido los supuestos de procedencia del mismo, los cuales se dan por reproducidos
en el presente capítulo.
Del extracto de sentencia supra transcrito observa la Sala, que el juzgador ad quem
declaró improcedente la solicitud planteada por el ciudadano Cecilio Torres, referida a la
solicitud de incidencia de tacha de documento público, mediante la cual pretendió se
dejara sin efecto la Providencia Administrativa N° A-412, de fecha 10 de julio de 2012,
emanada de la Inspectoría del Trabajo del Municipio Guaicaipuro del Estado Bolivariano de
Miranda, en virtud de que el medio para impugnar los actos administrativos en sede
judicial, es la demanda de nulidad.
Ahora bien, esta Sala considera necesario traer a colación lo establecido por la Sala
Político Administrativa de este máximo Tribunal, en relación a la tacha del expediente
administrativo dentro del proceso contencioso administrativo de anulación. En tal sentido
en sentencia N° 1257 de fecha 12 de julio del año 2007 (caso: Echo Chemical 2000, C.A.)
estableció lo siguiente:
Ahora bien, tal y como se advirtiera, cada instrumental incorporada al
expediente administrativo tendrá el valor probatorio conforme a la naturaleza
del documento que se trate, pero tal y como lo ha establecido esta Sala, los
documentos administrativos se valorarán igualmente como un instrumento
privado reconocido o tenido legalmente por reconocido, a tenor de lo
dispuesto en el artículo 1.363 del Código Civil.
(Omissis)
Establecido como ha sido que el expediente administrativo constituye una
tercera categoría de prueba instrumental, que se asimila en cuanto a su valor
probatorio a los instrumentos privados reconocidos o tenidos legalmente por
reconocidos, debe esta Sala determinar la forma cómo debe impugnarse
dicho expediente.
Cabe destacar, como lo indicó el falo antes mencionado que, cuando el impugnante
proceda a objetar determinada acta del expediente –no el expediente- el medio de
impugnación dependerá de la naturaleza de la prueba instrumental que se pretenda
desconocer, toda vez que el medio de ataque deberá ser, según el caso, el propicio para
enervar el valor probatorio del instrumento que se discute.
Asimismo, dentro de ese contexto si bien señaló que, (…) si se pretende impugnar un
documento público inserto en el expediente administrativo, la vía de impugnación será,
lógicamente, la tacha de ese instrumento, en el caso de autos evidencia la Sala que lo
pretendido atacar es un acto administrativo contenido en la Providencia Administrativa
alfanumérico A412, de fecha 10 de julio de 2012, mediante la cual la Inspectoría del
Trabajo de Los Teques acordó el reenganche y pago de los salarios caídos de la
accionante, el cual es un acto administrativo conclusivo de la administración y tiene sus
propios mecanismos de impugnación, por lo cual en todo caso, en su oportunidad, debió la
parte recurrente solicitar su nulidad a través de la demanda de nulidad establecida en el
artículo 185 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa.
Es por ello que concluye la Sala, que en el caso analizado no se verificó la violación
delatada por la parte recurrente, toda vez que los jueces de instancia acertadamente
negaron la apertura de la incidencia de tacha, en razón de que el mismo no es el medio
idóneo para atacar las providencias administrativas de efectos particulares. Así se declara.
DECISIÓN
La Presidenta de la Sala,
__________________________________
MARJORIE CALDERÓN GUERRERO
La Vicepresidenta de la Sala, El Magistrado,
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MÓNICA G. MISTICCHIO TORTORELLA EDGAR GAVIDIA RODRÍGUEZ
El Magistrado Ponente, El Magistrado,
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DANILO A. MOJICA MONSALVO JESÚS MANUEL JIMÉNEZ ALFONZO
El Secretario,
___________________________
MARCOS ENRIQUE PAREDES
R.C. N° AA60-S-2015-001360
Nota: Publicada en su fecha a
El Secretario,