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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA

DE EL SALVADOR
EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA
EMPRESA DE EL SALVADOR
Junio de 2016

Proyecto SolucionES
Acuerdo de Cooperación No. AID-519-A-12-00003

Documento preparado por:


Carlos Ponce (Consultor nacional), Margarita Beneke de Sanfeliú, Mario Chávez y Mauricio Shi (Centro de
Investigación y Estadísticas, FUSADES).
www.fusades.org
(503) 2248-5724

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD

Este documento ha sido posible gracias al apoyo del pueblo de los Estados Unidos de América a través
de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Los puntos de vista/
opiniones de este documento son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente los de
USAID o los del Gobierno de los Estados Unidos.
SolucionES es un programa de prevención de violencia ejecutado por una
alianza de cinco organizaciones salvadoreñas sin fines de lucro que se han
unido para prevenir la delincuencia y la violencia. Los miembros de la alianza
son: Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), Fundación Salvadoreña
para la Salud y el Desarrollo Humano (FUSAL), Fundación Crisálida (conocido
localmente como Glasswing), Fundación Salvadoreña para el Desarrollo
Económico y Social (FUSADES), y Fundación Empresarial para el Desarrollo
Educativo (FEPADE) con financiamiento parcial de USAID/El Salvador. En
conjunto, estas cinco organizaciones poseen experiencia ampliamente
reconocida en educación, salud, desarrollo comunitario, desarrollo
económico, investigación y liderazgo juvenil; acumulan una combinación
de sinergias y fortalezas para prevenir la delincuencia y la violencia en El
Salvador.

SolucionES utiliza una estrategia triple para prevenir la delincuencia y la


violencia en El Salvador: 1) fortalecer las capacidades y acciones municipales
para la prevención del crimen y la violencia, 2) incrementar la inversión
social del sector privado para prevenir la delincuencia y la violencia, y 3)
investigación, publicación y difusión de estudios orientados a políticas
públicas para informar a los tomadores de decisiones sobre la delincuencia y
la prevención de la violencia.
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ÍNDICE
SIGLAS UTILIZADAS
AGRADECIMIENTOS
RESUMEN EJECUTIVO....................................................................................................................................................1
1. INTRODUCCIÓN......................................................................................................................................................6
2. OBJETIVOS Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN...........................................................................................9
3. MARCO CONCEPTUAL..........................................................................................................................................9
3.1 Vínculo entre las extorsiones y grupos criminales....................................................................9
3.2 Tipos de extorsión.................................................................................................................................. 11
3.3 Impacto económico de las extorsiones....................................................................................... 13
4. ENCUESTA DE VICTIMIZACIÓN A MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS DE EL SALVADOR 2015..... 13
4.1 Cuestionario.............................................................................................................................................. 14
4.2 Diseño muestral y distribución geográfica de la muestra.................................................. 14
4.3 Características de la muestra............................................................................................................ 16
5. CONTEXTO Y VICTIMIZACIÓN EN GENERAL.............................................................................................. 17
5.1 Entorno del negocio.............................................................................................................................. 17
5.2 Victimización y denuncias.................................................................................................................. 20
5.3 Incidencia en la actividad económica de las empresas........................................................ 22
6. CARACTERIZACIÓN DE LAS EXTORSIONES................................................................................................ 24
6.1 Metodología: escalamiento multidimensional........................................................................ 24
6.2 Bandas de frecuencias......................................................................................................................... 27
6.3 Tipificación: extorsiones sistemáticas y oportunistas......................................................... 32
6.4 Caracterización las extorsiones sistemáticas y oportunistas........................................... 37
6.5 Prevalencia por tipo de extorsiones............................................................................................. 41
7. CONCLUSIONES................................................................................................................................................... 43
8. RECOMENDACIONES......................................................................................................................................... 44
9. REFERENCIAS........................................................................................................................................................ 46
ANEXOS............................................................................................................................................................................ 50
A1. Ficha técnica de la encuesta.............................................................................................................. 50
A2. Contexto y victimización general................................................................................................... 52
A.3 Características de las extorsiones.................................................................................................. 53
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SIGLAS UTILIZADAS

AMSS Área Metropolitana de San Salvador

DIGESTYC Dirección General de Estadística y Censos

EHPM Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples

ESEN Escuela Superior de Economía y Negocios

FGR Fiscalía General de la República

FUSADES Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social

MDS Escalonamiento multidimensional

MYPE Micro y pequeñas empresas

PNC Policía Nacional Civil


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AGRADECIMIENTOS

Agradecemos el apoyo al estudio del Dr. Carlos Carcach (ESEN), quien nos
apoyó en el diseño original del estudio, y en su acompañamiento a lo largo
de todo el proceso; sus comentarios enriquecieron el documento que aquí
presentamos.

También agradecemos al Dr. Ernesto Savona (Transcrime) y la Dra. Mangai


Natarajan (John Jay College of Criminal Justice, The City University of
New York) por las orientaciones que nos brindaron para el análisis de la
información recopilada.
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RESUMEN EJECUTIVO
En El Salvador, el delito de extorsión se ha convertido en uno de los principales problemas que afecta el
funcionar y actividad económica de las empresas durante los últimos años. Resultados de la Encuesta
Dinámica Empresarial realizada por FUSADES desde 1991, muestran consistentemente que las micro y
pequeñas empresas (MYPE) son las más vulnerables a este delito que las medianas y grandes. El sector
reviste una importancia social grande, debido a que cerca del 55% de la población económicamente
activa, está ocupada en empresas con menos de diez empleados (DIGESTYC, 2014); esto representa casi
1.5 millones de personas que aportan a la economía nacional. Por esta razón, es de mucha importancia
entender más acerca de este problema que representa un obstáculo para el desarrollo de estas empresas.

En 2015 la Policía Nacional Civil (PNC) reportó un total de 2,121 denuncias por extorsión, lo que
representa una reducción del 13% en las denuncias respecto a 2014. Esta tendencia a la baja se ha
identificado, al menos, desde el 2013. Sin embargo, no es posible establecer si en efecto la disminución
en denuncias es concurrente con la disminución de extorsiones o con un aumento de la “cifra negra”, la
cual se origina por la falta de denuncias ciudadanas.

El registro de las denuncias de extorsión llevado a cabo por la PNC, si bien es de utilidad para el
esclarecimiento y posterior judicialización de los casos, no incluye todas las variables que se necesitan
para conducir una investigación sistemática, que lleve a caracterizar y entender el fenómeno para fines
de sustentar esfuerzos de prevención y desarrollar estrategias eficaces y efectivas para su combate.

Las encuestas de victimización son un medio idóneo para obtener datos que permiten conocer la
magnitud y alcances de delitos como la extorsión, que afecta de manera particular al sector de las MYPE.
Por lo tanto, el principal aporte del presente estudio exploratorio, es el desarrollo de una encuesta de
victimización específicamente diseñada para captar información relevante para analizar el fenómeno
de la extorsión, en especial la que se comete contra las MYPE, con el fin de realizar una aproximación
inicial de este fenómeno e identificar sus principales características.

Objetivos

El objetivo general del presente estudio es caracterizar el fenómeno de la extorsión cometida en contra
de las micro y pequeñas empresas. Para ello se han establecido dos objetivos específicos: a) identificar
las particularidades más recurrentes en las extorsiones sufridas por las MYPE; y b) determinar los tipos
de extorsión mediante los que se victimiza a las MYPE.

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Encuesta de victimización a las micro y pequeñas empresas

Los datos del estudio provienen de una encuesta a 3,977 MYPE en el ámbito nacional llevada a cabo en
los meses de febrero a abril de 2015. En marzo de 2015 entró en vigencia la Ley Especial Contra el Delito
de Extorsión, cuyo principal propósito es “establecer regulaciones penales y procesales especiales, así
como medidas de índole administrativa para la prevención, investigación, enjuiciamiento y sanción
penal del delito de extorsión”, los resultados de esta investigación pueden ser considerados como
una línea base para dar seguimiento a la efectividad real que esa ley pudiera tener en la prevención y
combate del delito de extorsión.

El diseño del cuestionario se basó en los utilizados en encuestas internacionales de victimización


empresarial: la encuesta “The crime against businesses in Europe: A pilot survey” elaborada por Gallup
y Transcrime; la “Encuesta nacional de victimización de empresas” elaborada por el Instituto Nacional
de Estadística y Geografía de México; y las encuestas de victimización realizadas por FUSADES entre
2006 y 2010. El cuestionario fue diseñado para recoger información acerca de todos los delitos que
las empresas sufrieron durante los 12 meses anteriores a la encuesta, pero se le agregó un módulo
adicional para recoger información específica sobre el delito particular de extorsión.

El análisis de resultados se desarrolló con base en seis zonas geográficas: AMSS, zona norte, paracentral,
occidente y las zonas oriente norte y sur del país. Adicionalmente, también se tomaron en consideración
las diferentes etapas del Plan El Salvador Seguro.

Metodología de análisis: Escalamiento multidimensional (MDS)

La información recolectada por la encuesta de victimización se analizó utilizando un procedimiento


estadístico de escalonamiento multidimensional (MDS, por sus siglas en inglés). Este tipo de técnica
exploratoria permite identificar estructuras subyacentes en conjuntos complejos de datos, mediante
el despliegue de gráficos espaciales que facilita su interpretación mediante la identificación de la
intensidad de las relaciones entre conjuntos de variables (Young, 1987; Jaworska & Chupetlovska-
Anastasova, 2009; Borg et al., 2013; Borg & Groenen, 2005).

El MDS se consideró apropiado, debido a que las investigaciones orientadas a detectar patrones
conductuales en la perpetración de delitos lo utilizan con gran frecuencia (Bennelle et al., 2014).
Este enfoque analítico, además, ha sido empleado en otras investigaciones para caracterizar delitos
específicos e identificar y validar tipologías criminales en diferentes contextos culturales (Salfati, 2014).

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Hallazgos principales

En El Salvador, la mayoría de micro y pequeñas empresas urbanas operan en entornos donde hay
presencia de pandillas; en todas las zonas del país, entre el 64% y el 73% las empresas señalaron que
en los alrededores de sus establecimientos existe presencia de vagos. La presencia de pandillas es más
mencionada en los municipios de las primeras dos fases del Plan El Salvador Seguro1, aunque en el resto
de municipios la presencia es alta.

Los resultados muestran que 42% de las MYPES fueron víctimas de un delito en los doce meses previos
a la encuesta, siendo la extorsión el delito más frecuente (22%). La victimización de las MYPE tiene
una fuerte correlación con la presencia de pandillas en su entorno. El 49% de las MYPE ubicadas en
entornos con presencia de pandillas ha sido víctima de algún tipo de delito, mientras que solo el 28%
han sido víctimas cuando no hay presencia de estos grupos. La diferencia es más notoria para el caso
de las extorsiones: mientras que 30% de las MYPE cuyos entornos tienen presencia de pandillas han sido
víctimas de extorsión, solo lo ha sido el 8% en otras zonas. Aunque hay diferencias en todos los tipos de
delitos, la diferencia no es tan marcada como en el caso de las extorsiones.

La mayoría de las MYPE son afectadas por la delincuencia aun sin ser necesariamente víctimas directas,
aunque, más de la mitad de los entrevistados en empresas que no han sido víctimas de la delincuencia
la calificaron como un problema grave para sus empresas y una de cada cuatro afirmó que había influido
en la actividad de su empresa y en sus decisiones de inversión. Por otro lado, estos porcentajes son
mayores para las empresas que sufrieron alguna acción delincuencial, siendo mucho más significativo
para las que fueron víctimas de extorsión. La importancia social que tiene la MYPE en El Salvador hace
que sea de vital importancia entender adecuadamente el problema de la extorsión.

A partir del análisis de las variables obtenidas en la encuesta, se identifican escenarios parecidos a
los descritos por Smith y Varese (2001): uno en el que las extorsiones son cometidas en el contexto
de la explotación del entorno por parte de estructuras criminales (sistemática) y, otro, en el que las
extorsiones son cometidas por criminales oportunistas que aprovechan el ambiente generado por los
grupos criminales para perpetrar ese tipo de ilícito (oportunista).

a) Extorsión sistemática: Este tipo de extorsión es la más frecuente, representando el 59% de los
casos. Se caracteriza por tener atributos que describen el dominio al que las pandillas someten a su
entorno a través del pago periódico, uso de amenazas y acciones de presión. Otro tipo de extorsión
vinculada con las pandillas, que parece no formar parte de un patrón sistemático pero que apunta
a una explotación máxima del entorno, está relacionada con pagos esporádicos; una mezcla de

1 Los municipios de las primeras dos fases del Plan El Salvador Seguro son: Colón, Santa Ana, Ciudad Delgado, Mejicanos,
Soyapango, San Salvador, Sonsonate, Zacatecoluca, Cojutepeque, Jiquilisco, San Juan Opico, San Perulapán, San Miguel,
Usulután, Ahuachapán, Ilobasco, Conchagua y San Vicente.

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exigencias y variaciones en el monto exigido y pagado. Finalmente, ambos tipos de extorsión se


caracterizan porque involucran contactos personales frecuentes entre la víctima y el victimario en
diferentes momentos de la extorsión. Este tipo de extorsión es la más frecuente, representando el
59% de los casos.

b) Extorsión oportunista: Este tipo de extorsión representa entre el 12% y el 13% de los casos. Se
caracteriza porque el victimario se aprovecha de las condiciones generadas por la extorsión
sistemática de las pandillas, por la falta de contacto personal entre víctima y victimario, por favorecer
medios que faciliten el anonimato (teléfono, anónimos, etc.), por exigencias y entregas que no
involucren un contacto personal (depósito, saldo, etc.), y que limiten la interacción (pago único).

Los resultados de la encuesta confirman la elevada “cifra negra” o “cifra oculta” presente en el delito de
extorsión. La cifra negra sobre la victimización, en general, y del delito de extorsión en particular, viene
dada principalmente por la ausencia o falta de denuncias originadas, en gran parte, por el miedo a
represalias y por la percepción de que no sirve de nada denunciar, y en algunos casos por la misma falta
de confianza en las autoridades. Solamente alrededor de 15% de las víctimas de extorsión y 14% de
las de otros delitos denunciaron el hecho a las autoridades. Las extorsiones oportunistas tienden a ser
levemente más reportadas que las sistemáticas (15% y 12%, respectivamente).

Recomendaciones

a) Ampliar el enfoque actual de la estrategia preventiva oficial para disminuir la incidencia de


extorsiones cometidas en contra de las MYPE.

La principal apuesta del gobierno para prevenir las extorsiones es la Ley Especial contra el Delito de
Extorsión y ésta se enfoca en combatir el uso de teléfonos celulares en el cometimiento de dicho ilícito,
especialmente por llamadas realizadas desde los centros penales, por lo cual contempla la imposición
de sanciones a las empresas telefónicas que no anulen la señal en los centros penitenciarios. Esto, sin
embargo, no afecta la modalidad más común y peligrosa que caracteriza y perpetúa la victimización
de las MYPE: la extorsión sistemática a la que las pandillas someten a las empresas que funcionan en su
entorno. El abordaje preventivo actual se enfoca en un tipo de extorsión que no representa la mayor
amenaza para las MYPE y, además, no considera la dinámica detrás de la extorsión más significativa e
importante.

b) Incluir en la estrategia gubernamental para reducir la extorsión en contra de las MYPE


componentes que ataquen: (1) las particularidades de las comunidades asociadas con el control
e influencia de las pandillas a nivel local; (2) las estructuras de oportunidad para la comisión de
extorsiones, que las hacen un delito atractivo para las pandillas.

El control e influencia de las pandillas sobre las comunidades plantea la necesidad de considerar las
mecánicas y déficits comunitarios, para el desarrollo de estrategias de largo plazo que inhiban el poder
de las agrupaciones criminales en los territorios en los que operan.

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También es necesario diseñar intervenciones de corto plazo para disminuir la incidencia de dicho delito,
mediante la reducción del atractivo práctico de la realización de extorsiones por parte de las pandillas,
haciendo más difícil su comisión y reduciendo la impunidad.

c) Fortalecer las capacidades institucionales de análisis, para diseñar estrategias, políticas y planes
efectivos y eficientes.

Mejorar las particularidades comunitarias implica contar con valoraciones acertadas, para diseñar
estrategias locales a la medida, que consideren las deficiencias que deben de superarse en el largo
plazo. No todas las comunidades poseen la misma dinámica y cada una necesita ser examinada
individualmente. En forma similar, las estructuras de oportunidad para el cometimiento de extorsiones
en contra de las MYPE varía, por lo que es necesario contar con capacidades analíticas que permitan
encontrar puntos críticos que ayuden a hacer más difícil cometer extorsiones y orientar de mejor forma
el trabajo investigativo y la persecución del delito.

d) Realizar encuestas de victimización técnicamente diseñadas para la obtención de datos


adicionales y complementar las cifras oficiales.

Es necesario contar con información que complemente las estadísticas oficiales para tener un panorama
más acertado de la incidencia del delito de extorsión, sobre todo por la elevada “cifra negra” originada
por la falta de denuncia ciudadana. El monitoreo constante a través de investigaciones y espacios de
intercambio de información entre gremiales y las autoridades, se vuelven estrategias claves para superar
los peligros derivados del subregistro de información en las bases de datos gubernamentales. Esto es
fundamental para comprender las tendencias, patrones y comportamiento del delito de extorsión

e) Revisar la lógica de atención a los municipios del Plan El Salvador Seguro (orden de atención a
municipios, medidas, etc.)

Es necesario tomar en consideración que en los municipios donde el problema de pandillas y extorsiones
aún no es tan grande, por ejemplo, en la fase 3 del plan y en los municipios fuera del plan también se
presentan signos del control territorial de las pandillas. Por lo tanto, se debería de agilizar la intervención
para contener el avance territorial de las pandillas, e implementar medidas preventivas para evitar el
ingreso de los jóvenes a estas. En algunos municipios es más difícil detener el avance de las pandillas;
sin embargo, si se empieza a trabajar en aquellos donde la presencia de pandillas aún no es tan grande,
se puede prevenir el problema y obtener mejores resultados.

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DE EL SALVADOR
1. INTRODUCCIÓN
En El Salvador el crimen y la violencia han sido áreas de investigación de políticas públicas a lo
largo de los últimos 20 años, tal como lo demuestran diversos informes elaborados por organismos
gubernamentales nacionales e internacionales, así como organizaciones no gubernamentales. Gran
parte de esta investigación se ha centrado en homicidios y violencia en general, con un enfoque en
las relaciones con las drogas y el crimen organizado y las pandillas. Sin embargo, hay otras formas de
delincuencia, como en el caso de la extorsión, que requieren un estudio más detallado con el objetivo
de mejorar la eficiencia y eficacia de las respuestas del gobierno y la sociedad para su prevención y
control.

La Encuesta Dinámica Empresarial que FUSADES realiza trimestralmente muestra que en los últimos
años, cerca de una de cada cuatro empresas entrevistas reportan haber sido víctimas de algún delito
durante los tres meses anteriores; el porcentaje tendió a aumentar hacia finales de 2015 (ver gráfica 1).
El tipo de delito que más afecta a las empresas ha ido cambiando con el tiempo. Hace 10 años, el robo
de mercadería o vehículos era el delito más común, por mucho; entre 2009 y 2010 se redujo y desde
entonces se ha mantenido estable. A partir de 2005 se comenzó a registrar la mención del delito de
extorsión; en 2006 y luego en 2009 se generaron aumentos importantes; si bien entre 2009 y 2011 se
observó una cierta baja, desde esa fecha se ha experimentado una tendencia al alza, llegando en 2014
a ser el delito más mencionado por las empresas. En El Salvador, la delincuencia afecta la actividad
de las empresas de todos los tamaños. Los resultados de la Encuesta Dinámica Empresarial del cuarto
trimestre de 2014, que era la más reciente disponible antes de la realización de la encuesta que se
reporta en este estudio, señalaban que las micro y pequeñas empresas (MYPE) tienden a ser víctimas de
extorsión con más frecuencia que las más grandes: el 23% de las micro y 22% de las pequeñas empresas
reportaron haber sido víctimas de extorsión, en comparación con un 7% y 6% de las empresas medianas
y grandes, respectivamente.

Según datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), cerca del 55% de la población
económicamente activa, está ocupada en empresas con menos de diez empleados (DIGESTYC, 2014),
esto representa casi 1.5 millones de personas que aportan a la economía nacional; en ese sentido, la
extorsión afecta a la sociedad y economía en general. Por lo tanto, el efecto que el delito de extorsiones
tiene sobre las MYPE hace que atender este problema sea de una gran importancia social.

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Gráfica 1. Evolución reciente de la victimización de empresas


Porcentaje de empresas

Fuente: FUSADES, Encuesta Dinámica Empresarial, varios trimestres.

Por su definición, la extorsión incorpora una serie de incidentes cometidos en contra de individuos o
empresas; estos incluyen obligar o inducir contra su voluntad a alguien “realizar, tolerar u omitir, un acto o
negocio en perjuicio de su patrimonio, actividad profesional o económica o de un tercero, independientemente
del monto o perjuicio ocasionado, con el propósito de obtener provecho, utilidad, beneficio o ventaja para sí
o para un tercero” (Código Penal de la República de El Salvador, 2015).

Cuando la extorsión se comete por más de una persona de forma regular, se considera crimen organizado.
De acuerdo con el artículo 1 de la Ley contra el crimen organizado y delitos de realización compleja
(2015), “se considera crimen organizado aquella forma de delincuencia que se caracteriza por provenir de un
grupo estructurado de dos o más personas, que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente
con el propósito de cometer uno o más delitos”.

En 2015 la Policía Nacional Civil (PNC) reportó un total de 2,121 denuncias de extorsión, lo que representa
una reducción del 13% en las denuncias respecto a 2014 (FUSADES, 2015). Esta tendencia a la baja se
ha identificado, al menos, desde 2013 (ver gráfica 2). Sin embargo, no es posible establecer si en efecto
la disminución en denuncias es concurrente con la disminución de extorsiones o con un aumento de la
“cifra negra” (o “cifra oculta”), la cual se origina por la falta de denuncias ciudadanas.

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Gráfica 2.
Evolución de las denuncias de extorsión, 2011-2015

Fuente: Elaboración propia con información de la Unidad de Acceso a la Información Pública de la Policía Nacional Civil, al 31 de
diciembre de 2015.

Por otra parte, el registro de las denuncias de extorsión llevado a cabo por la PNC si bien es de utilidad
para el esclarecimiento y posterior judicialización de los casos, no incluye todas las variables que se
necesitan para conducir una investigación científica, que lleve a caracterizar y entender el fenómeno
para fines de sustentar esfuerzos de prevención y desarrollar estrategias eficaces y efectivas para su
combate.

Las encuestas de victimización son un medio idóneo para obtener datos que permiten conocer la
magnitud y alcances de delitos como el de la extorsión, que afecta de manera particular al sector de
las MYPE. El principal aporte del presente estudio exploratorio, es el desarrollo de una encuesta de
victimización específicamente diseñada para captar información relevante en el análisis de extorsiones
en general, y de aquellas cometidas en contra de las MYPE en particular, con el fin de realizar una
aproximación inicial de este fenómeno e identificar sus principales características.

En marzo de 2015 entró en vigencia la Ley Especial Contra el Delito de Extorsión, cuyo principal propósito
es “establecer regulaciones penales y procesales especiales, así como medidas de índole administrativa
para la prevención, investigación, enjuiciamiento y sanción penal del delito de extorsión”. Por lo tanto,
los resultados de esta investigación pueden ser considerados como una línea base para dar seguimiento
a la eficacia real que esa ley pudiera tener en la prevención y combate del delito de extorsión.

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2. OBJETIVOS Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN


Objetivos

El objetivo general del presente estudio es caracterizar el fenómeno de la extorsión cometida en contra
de las micro y pequeñas empresas. Para ello se han establecido dos objetivos específicos: a) identificar
las particularidades más recurrentes en las extorsiones sufridas por las MYPE; y b) determinar los tipos
de extorsión mediante los que se victimiza a las MYPE.

Preguntas de investigación

Las preguntas de investigación que guiaron este estudio son:

! ¿Cuál es la magnitud, tipos y alcance de los delitos de extorsión cometidos en contra de micro y
pequeñas empresas en El Salvador?

! ¿Cuál es la dinámica actual en torno a la ocurrencia de los delitos de extorsión?

! ¿Cuáles son las características asociadas al delito de extorsión?

3. MARCO CONCEPTUAL
La literatura académica sobre el delito de extorsión es escasa. En general, este delito es asociado con
las actividades del crimen organizado y narcotráfico. Las investigaciones que abordan la temática, no
obstante, identifican importantes elementos que deben ser considerados en cualquier estudio sobre
extorsiones: a) los vínculos entre las extorsiones y grupos criminales; b) los diferentes tipos de extorsión;
y c) el impacto económico de las extorsiones. Los aspectos más relevantes contenidos en la literatura
académica se exponen en esta sección.

3.1 Vínculo entre las extorsiones y grupos criminales

Estudios previos desarrollados en diferentes contextos culturales, que comúnmente se enfocan en el


estudio de la perpetración crónica y sistemática de extorsiones, invariablemente vinculan dicho ilícito a
los patrones delictuales de estructuras criminales (por ejemplo: Gambetta, 1988, 1993; Jankowski, 1991;
Gambetta & Reuter, 1995; Lombardo, 2002; Chin, 1990; Ohlemacher, 1999; Padilla, 1992).

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En la literatura se reconocen dos tipos de organizaciones criminales: las organizaciones jerárquicas y las
redes criminales (UNODC, 2002, citado en Transcrime, 2012).

La estructura jerárquica estándar se caracteriza por un único líder y una jerarquía relativamente clara,
con asignación de tareas definidas y sistemas de disciplina interna. Por su parte, las redes criminales
se definen por las actividades de individuos clave que se involucran en actividades ilícitas, incluso a
través de alianzas cambiantes, sin necesariamente reconocerse a sí mismos como parte de un grupo
criminal, organizándose alrededor de proyectos criminales; en muchos casos, puede ser que diferentes
componentes de las redes no trabajen de cerca, o quizás ni se conozcan, con otros individuos. Los
modelos de delincuencia organizada progresivamente se han alejado de las conceptualizaciones que
postulan estructuras jerárquicas y favorecen aquellas que contribuyen a modelos más horizontales,
consistentes con redes delincuenciales.

Las pandillas son sistemas complejos que tienen la capacidad de auto organizarse y adaptarse a
cambios internos y externos, lo cual propicia ciclos evolutivos o regresivos (Ayling, 2011). El inicio, auge
y prevalencia de las extorsiones cometidas por grupos delictivos, se identifican dentro del proceso
evolutivo de las organizaciones, como lo evidencian diferentes modelos que mapean su desarrollo.
Lupsha (1987) y Taylor (1990), por ejemplo, señalan que a medida que las estructuras criminales
evolucionan, su enfoque cambia, pasando progresivamente de uno expresivo a uno instrumental2,
concentrándose en ilícitos cada vez más complejos que reportan más beneficios económicos. Los
delitos cometidos por grupos criminales, a medida que estos evolucionan, son menos impulsivos y
aislados de emociones. La actividad criminal de estos grupos poco a poco se convierte en un fin para
obtener un beneficio económico. Este proceso de maduración implica un cambio en cómo el grupo
visualiza su entorno y, en consecuencia, a una sofisticación en las formas de explotarlo para maximizar
las ganancias de sus operaciones criminales.

Aunque grupos delictuales, como las pandillas, utilizan la extorsión para demostrar su control territorial
sobre las áreas en las que operan y, en ocasiones, la supremacía de su agrupación sobre otra (en cuyo
caso una misma víctima puede ser extorsionada por dos grupos rivales), también extorsionan fuera de
su zona de influencia (Chin, 1990). Por lo tanto, en esos casos, la incidencia de las extorsiones no parece
estar asociada tanto a la presencia física de la estructura criminal involucrada, sino sobre su disposición
en relación con castigar a los que no acceden a sus exigencias y a la efectividad del Estado para hacer
cumplir las normas penales (Konrad & Skaperdas, 1998).

2 La tipología expresivo-instrumental propuesta por Fesbach (1964) ha sido ampliamente utilizada en la literatura
criminológica para fines analíticos. Fesbach argumenta que existen dos tipos de violencia: expresiva e instrumental. La
diferencia central entre ambas, según su planteamiento, radica en las motivaciones y beneficios detrás de la agresión. La
violencia expresiva, sostiene, está enmarcada en la reacción del agresor ante una situación frustrante y su objetivo último
es lastimar a la víctima. La violencia instrumental, por otro lado, es el resultado de un cálculo del agresor, en el que decide
utilizar la agresión contra su víctima para obtener un beneficio ulterior. Esta clasificación fue empleada por Block y Block
(1993) para estudiar los homicidios perpetrados por las pandillas y, consecuentemente, diferenciar entre las agresiones
letales resultantes de altercados triviales y las vinculadas con patrones delictuales que generan retornos económicos para
la pandilla.

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3.2 Tipos de extorsión

Dentro de los patrones de extorsión ejecutada por grupos delictuales, la literatura identifica diferentes
tipos y formas de extorsión.

Identificar las formas, métodos y amenazas utilizadas en el contexto de la perpetración de extorsiones,


resulta de gran importancia para determinar la gravedad del problema de raíz (las agrupaciones
criminales), su nivel de sofisticación y su penetración en diferentes sectores de la sociedad. Esto es
crucial para determinar estrategias orientadas a controlar la incidencia de extorsiones. En particular,
es importante describir los métodos empleados por el extorsionista para contactar a su víctima
y la vinculación del hecho con estructuras criminales (Lombardo, 2002; Sacco, 2003; Chin, 1990); las
particularidades de las amenazas, actos de violencia y otras medidas de presión utilizadas durante
la negociación (Smith & Varese, 2001; Cremin, 2001; Ohlemacher, 1999; Marine, 2006; Chin, 1990); el
ofrecimiento de beneficios a cambio de pagar la extorsión (Smith & Varese, 2001; Gambetta 1995, 1988;
Alexeev et al., 2004) y las exigencias, pagos y motivaciones del ilícito (Chin, 1990).

Los victimarios utilizan diferentes formas para iniciar la comisión de las extorsiones y comunicar sus
exigencias a las víctimas. Algunos lo hacen de forma anónima, a través de cartas o mensajes (Lombardo,
2002) y, otros, abierta y directamente mediante miembros de la estructura criminal (Chin, 1990).
Las motivaciones detrás de las extorsiones también permiten distinguir y desagregar los hechos en
diferentes categorías. Según Chin (1990), las estructuras criminales extorsionan para: (1) obtener dinero;
(2) evidenciar su poder y ejercer control sobre su territorio; (3) vengarse de personas que han irrespetado
a la agrupación; (4) intimidar a la víctima con un objeto ulterior.

Los hechos también varían, por ejemplo, según la clase de exigencias planteadas por los extorsionistas,
que pueden ser monetarias y/o implicar la provisión gratuita de bienes o servicios, o la compra forzada
de producto ofrecido por la agrupación criminal (Chin, 1990). Las amenazas hechas por el victimario
también varían. Algunos, por ejemplo, advierten a sus víctimas que, de no ceder ante sus exigencias,
adulterarán el producto que fabrican (Cremin, 2001); otros amenazan con informar a las autoridades
sobre delitos cometidos por la víctima (Ohlemacher, 1999); en ocasiones los extorsionistas advierten
que movilizarán sindicatos para afectar la operación comercial de la compañía victimizada (Marine,
2006). Sin embargo, las amenazas más comunes son siempre las agresiones físicas, robos y hurtos en
contra de la víctima, sus allegados y familiares, o su propiedad (Chin, 1990).

Las extorsiones a empresas pueden ser aleatorias o planificadas. La extorsión aleatoria corresponde
a situaciones en las que el valor de la empresa es imperfectamente conocido por el grupo criminal.
La literatura etiqueta como miopes a las estructuras que se dedican a la extorsión al azar, ya que sus
horizontes temporales son más cercanos y, por lo tanto, no se preocupan por los efectos negativos de
la extorsión sobre la actividad económica de la empresa. El objetivo es obtener la mayor renta posible

11
EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

de una sola vez, incluso salir del territorio. Sin embargo, cuando el control territorial de los grupos
criminales aumenta, los incentivos cambian y su horizonte temporal se hace más amplio (Olson, 2000).

Cuando los grupos criminales toman en consideración los efectos de la extorsión en su decisión a la
hora de seleccionar a las empresas de su territorio y en definir las exigencias, se dice que las extorsiones
son planificadas. Es más probable que un grupo criminal piense a futuro cuando tiene una historia
larga, miembros estables, vínculos con la comunidad y una competencia limitada de parte de otras
pandillas. Pero los grupos con estas características también pueden tener una acción contra crímenes
cometidos por otros actores y, por lo tanto, pueden ofrecer protección a las empresas. Por otro lado, a
medida que las rentas obtenidas por las extorsiones crecen, la competencia entre pandillas puede ser
más intensa (Tullock, 1980; Nitzan, 1994).

Las víctimas y victimarios desarrollan diferentes tipos de relaciones en el contexto de la extorsión.


Transcrime (2012) describe tres tipos: depredadora, parasítica y simbiótica. Las relaciones depredadoras
involucran una sola exigencia de una considerable cantidad de dinero. El extorsionista, en las relaciones
parasíticas, exige varios pagos en un período largo de tiempo. Las relaciones simbióticas implican
beneficios ilegales mutuos para las víctimas y sus victimarios.

Transcrime (2012) explica, además, que este tipo de relación se puede desarrollar en el contexto de
extorsiones ejecutadas en el marco de los patrones delictuales de organizaciones criminales (extorsión
sistemática) o en el contexto de episodios temporales no asociados con las actividades delictuales de
grupos criminales (extorsión casual). Las organizaciones criminales aprovechan los vacíos y condiciones
propiciadas por estados e instituciones públicas débiles y ausentes, para imponer sus propias condiciones
en las comunidades en las que operan (Gambetta, 1993; Schelling, 1984a, 1984b; Alexeev, 2004). Las
extorsiones ejecutadas bajo esta dinámica, no obstante, convierten dicho ilícito en una alternativa
atractiva para otros actores que, aprovechando las condiciones generadas por los grupos criminales y el
miedo producido por su reputación violenta, empiezan a extorsionar (Smith & Varese, 2001).

La dinámica centrada alrededor de extorsiones sistemáticas como fuente de ingresos para la estructura
criminal, impacta sobre la percepción de la ciudadanía en relación a la incidencia de dicho ilícito y conlleva
un impacto criminógeno, es decir, que propicia la criminalidad en general (Ohlemacher, 1999), lo cual
es aprovechado por delincuentes oportunistas quienes toman ventaja de la reputación violenta de los
grupos criminales y extorsionan haciéndose pasar por miembros de la agrupación (Lombardo, 2002).
El problema se agrava, ya que la extorsión es vista como un delito atractivo tanto para organizaciones
criminales como para otro tipo de victimarios, complicando así el control y la resolución de una ola de
extorsiones.

12
EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Consecuentemente, los estudios sobre el tema esbozan dos tipos principales de extorsión: una vinculada
con grupos criminales (con sus dos modalidades de sistemática o casual) y otra con los oportunistas. La
prevalencia, variedad y magnitud de ambos tipos de extorsión, es decir, cometida por grupos criminales
o por oportunistas, conllevan implicaciones propias para el diseño y la implementación de estrategias
preventivas, relevantes para esta parte de la investigación.

3.3 Impacto económico de las extorsiones

Los potenciales beneficios de victimizar a entidades que desarrollan actividades productivas y


comerciales, atraen la atención de organizaciones criminales (Konrad & Skaperdas, 1998; Alexeev et al,
2004; Chin 1990). En general, la presencia de grupos criminales, como las pandillas, y la extorsión reducen
los incentivos de los empresarios para situarse o para permanecer en un área y, en consecuencia, reducen
el bienestar social de los habitantes de las zonas que se ven afectadas. El impacto de la perpetración
sistemática de extorsiones puede ser devastador para la economía, ya que debilita sus principales
motores de crecimiento y desarrollo.

Las zonas en las que operan estructuras delincuenciales que extorsionan sistemáticamente a personas y
negocios, experimentan un deterioro progresivo en la actividad económica registrada en sus territorios,
que, con el tiempo, incluso puede propiciar el deterioro y consecuente destrucción de los recursos
productivos, paralelamente reduciendo el número de comercios y propiciando la prevalencia de
negocios rústicos y endebles (Konrad y Skaperdas, 1998). Comercios y residentes se ven sometidos a un
doble cobro de impuestos, uno de parte del gobierno y el otro donde las organizaciones tratan también
de recolectar tributos por presuntos servicios (Johnson et al, 1997; Grossman, 1995). La efectividad y la
importancia de estos grupos que compiten por recursos con el fisco, pueden, bajo ciertas condiciones,
empujar a los comercios hacia la informalidad (Alexeev et al, 2004).

4. ENCUESTA DE VICTIMIZACIÓN A MICRO Y PEQUEÑAS


EMPRESAS DE EL SALVADOR 2015
Para conocer la magnitud y efectos del fenómeno de la extorsión y sus consecuencias en la actividad de
las empresas, es necesario contar con datos que brinden información suficiente para su estudio. En El
Salvador la información relacionada con el delito de extorsión es escasa; por lo por lo tanto, el principal
aporte del presente estudio, es el desarrollo de una encuesta de victimización específicamente diseñada
para captar información relevante en el análisis de extorsiones en general, y de aquellas cometidas en
contra de las MYPE en particular, con el fin de realizar una aproximación inicial de este fenómeno e
identificar sus principales características.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

4.1 Cuestionario

El diseño del cuestionario se basó en los utilizados en encuestas internacionales de victimización


empresarial: la encuesta “The crime against businesses in Europe: A pilot survey” elaborada por Gallup y
Transcrime; la “Encuesta nacional de victimización de empresas” elaborada por el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía de México; y las encuestas de victimización realizadas por FUSADES entre 2006
y 2010.

El cuestionario fue diseñado para recoger información acerca de todos los delitos que las empresas
sufrieron durante los 12 meses anteriores a la encuesta, pero se le agregó un módulo adicional para
recoger información específica sobre el delito particular de extorsión.

Este módulo de diseñó para obtener detalles sobre cuatro momentos de la extorsión: contacto inicial,
negociación, entrega y post-entrega; específicamente, se incorporaron preguntas para capturar
información, en cada uno, relacionada con los métodos empleados por el extorsionista, medidas de
presión, amenazas, beneficios ofrecidos, exigencias, pagos y participantes (víctimas y victimarios).

4.2 Diseño muestral y distribución geográfica de la muestra

En el anexo 1 se presenta con detalle el diseño muestral así como la estrategia de muestreo aplicada.
En términos generales, la muestra se diseñó para obtener información de suficientes casos de extorsión
para que los resultados tuvieran un error muestral de 3.5% con un nivel de confianza de 95%; con estos
parámetros de definió que se requerían, por lo menos, 800 victimizaciones en la muestra. Considerando
que según los datos de la Encuesta Dinámica Empresarial del cuarto trimestre de 2015 la tasa de
victimización de la MYPE era de aproximadamente 20%, se estimó un tamaño muestral deseado de
4,000 empresas. En el área metropolitana de San Salvador (AMSS) se determinó que se debían realizar
al menos 1,200 entrevistas, en las ciudades más importantes del país (Santa Ana y San Miguel) 800
entrevistas (400 en cada ciudad), mientras que el resto se llevaron a cabo en los restantes municipios de
forma proporcional al número de establecimientos en el marco muestral. Los resultados se ponderaron
para reflejar la verdadera distribución geográfica de las empresas.

Los datos del presente estudio provienen de una muestra efectiva de 3,977 micros y pequeñas empresas
nacionales. Los resultados presentados en el apartado 4.3, abajo, y en la sección 5, en los apartados 6.4 y
6.5, en la sección 7, así como en los anexos, han sido estimados utilizando las ponderaciones estimadas.
Los resultados del análisis presentado en el las secciones 6.1, 6.2 y 6.3 utilizan los datos sin aplicar
ponderaciones.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Para la presentación de resultados, las observaciones se agruparon en dos divisiones regionales según
los municipios a donde se ubican las empresas (cuadro 1). La primera sigue una división geográfica que
busca agrupar los municipios de acuerdo con su cercanía y vías de acceso y comunicación; la figura 1
ilustra las 6 zonas consideradas. La segunda agrupación toma en consideración las diferentes etapas
del Plan El Salvador Seguro (PESS), una estrategia del gobierno que incluye una serie de acciones para
enfrentar la violencia y la criminalidad, garantizar el acceso a la justicia y la atención y protección de
las víctimas. Este plan inició en 2015 con la primera fase que consiste en intervenir los diez municipios
considerados prioritarios3, en 2016 se espera trabajar en 16 municipios adicionales como parte de
la segunda fase, y finalmente, en 2017, la meta es llegar a los 50 municipios catalogados como más
violentos del país. En los 50 municipios se agrupa cerca del 65% de la población y 80% de las MYPE en
el ámbito nacional (ver cuadro 1).

Cuadro 1
Distribución de las MYPE en el marco muestral y en la muestra final

Fuente: Elaboración propia

3 Los primeros 10 municipios prioritarios son: Colón, Santa Ana, Ciudad Delgado, Mejicanos, Soyapango, San Salvador,
Sonsonate, Zacatecoluca, Cojutepeque, Jiquilisco.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Figura 1
Distribución de la muestra según zona geográfica

Fuente: Elaboración propia

4.3 Características de la muestra

Las empresas que se incluyeron en la muestra fueron seleccionadas utilizando el procedimiento que se
detalla en el anexo 1; por lo tanto, la distribución de las empresas encuestadas es un resultado y refleja
las características de las MYPE urbanas en El Salvador.

Alrededor del 90% de las empresas tienen 5 empleados o menos; esto es más evidente entre las tiendas
y abarroterías, donde más de 70% son unipersonales. La mayoría de empresas se encuentran ubicadas
en calles principales o zonas comerciales; nuevamente, la excepción son las tiendas, donde la mitad se
encuentran en zonas no comerciales. Casi 9 de cada 10 MYPE vende sus productos o servicios en su
mismo local. En promedio, aproximadamente la mitad de las empresas son propiedad de mujeres; sin
embargo, esto varía significativamente al revisar por sector: para el caso de las tiendas y restaurantes
y similares, el 70% son propiedad de mujeres; mientras que una proporción similar es propiedad de
hombres en los sectores manufactura y servicios; para el caso de los comercios, la propiedad es similar
entre hombres y mujeres (ver cuadro 2).

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Cuadro 2
Distribución de empresas por sector y características (Porcentaje de empresas)

Fuente: Elaboración propia.

5. CONTEXTO Y VICTIMIZACIÓN EN GENERAL


En este apartado se exploran aspectos relacionados con el entorno de las empresas, con la percepción
de seguridad, y con la victimización.

5.1 Entorno del negocio


En El Salvador, las actividades delincuenciales y grupos criminales son un factor común en los entornos
donde operan las MYPE. De acuerdo con los resultados de la encuesta, 63% de las MYPE se encuentran en
entornos con presencia de pandillerismo o bandas violentas; casi la mitad (46%) reportan la ocurrencia
de extorsiones a empresas en su entorno (cuadro 3). Cerca del 70% de las MYPE entrevistadas en el
AMSS y en la zona paracentral del país señala que existe una fuerte presencia de pandillerismo en su
entorno, mientras que en la zona norte el porcentaje es mucho menor (44%). De igual forma, casi la
mitad de los negocios en las distintas zonas afirmaron que en su entorno existen extorsiones de parte
de delincuentes, siendo un poco menor en el occidente (46%) y sobre todo en la zona norte (31%). Es
interesante observar como en todas las zonas, entre el 64% y el 73% las empresas señalaron que en los
alrededores de su empresa existe presencia de vagos.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Cuadro 3
Entorno de las empresas (porcentaje de empresas)

Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.

A su vez, se observó que las MYPE ubicadas en municipios agrupados en las primeras dos fases del
Plan El Salvador Seguro reportaron, en mayor proporción, la presencia de pandillas en los alrededores
(69% y 65%, respectivamente); estas están presentes en alrededor de 60% y 54% de las empresas en los
municipios de la fase 3 y en los municipios que no forman parte del PESS, respectivamente (cuadro 4).
De la misma manera, mientras cerca de la mitad reporta que se dan extorsiones cerca de sus negocios
en las dos primeras fases, en los otros municipios el porcentaje es menor, aunque alto (41%).

Cuadro 4
Factores presentes en el entorno de las empresas (porcentaje de empresas)

Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Adicionalmente, se observó que un número mayor de propietarios hombres, en comparación con


propietarias mujeres, expresaron que en los alrededores de su negocio se da un mayor número de
delitos (ver cuadro 5).

Cuadro 5
Percepciones de las MYPE sobre su entorno (porcentajes de empresas)

Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa 2015.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

5.2 Victimización y denuncias

Los resultados muestran que 42% de las MYPES fueron víctimas de un delito en los doce meses previos
a la encuesta, siendo la extorsión el delito más frecuente (22%). Le siguen en importancia las estafas
(15%) y los robos y hurtos (13%); los delitos contra la propiedad o contra las personas son menos
frecuentes: 5% y 2%, respectivamente (cuadro 6). Las MYPE de los sectores comercio y servicios tienden
a ser más victimizadas, tanto en general como con el delito de extorsión; si bien el 41% fue víctima de
algún delito, el porcentaje de extorsiones es menor que el promedio (19%). Por otro lado, es notorio
cómo la victimización en general, y de la extorsión en particular, aumenta a medida crece el número
de empleados; mientras 36% de las empresas unipersonales fueron víctimas de algún delito y 17% de
extorsiones, casi el 60% de las empresa de más de 5 empleados fueron víctimas de la delincuencia y más
de 30% fueron extorsionadas.

Cuadro 6
MYPE víctimas de delitos (porcentajes de empresas)

Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Los resultados muestran que las MYPE cuyos propietarios son hombres son más victimizadas que
aquellas dirigidas por mujeres, 44% y 38%, respectivamente. Una de las principales diferencias de esta
victimización se encuentra en el delito de extorsión, donde cerca del 27% de las MYPE con propietarios
hombres ha sido víctima de este crimen, en comparación con un 17% que afecta a las últimas. Esta
diferencia puede deberse a que las tiendas y empresas con uno o dos empleados tienden a ser menos
victimizadas, y, como se vio en la sección 3, este tipo de empresas es más común entre las propietarias
mujeres.

Un hallazgo relevante es el número de casos de engaños o estafas encontrados, lo que lo coloca entre
los principales delitos que sufren los negocios. Este delito, a diferencia de los demás, es más prevalente
entre las MYPE propiedad de mujeres. Para este delito no se observan diferencias importantes ni por
tamaño ni por sector.

En cuanto a las diferencias en las tasas de victimización por región, los resultados muestran que las
zonas más afectadas son el AMSS (47%) y el oriente sur del país (42%); por su parte, la menor tasa se
registró en la zona norte (27%). Los resultados con respecto a las tasas de extorsiones son similares,
aunque en este caso es el oriente sur del país el más afectado (26%), seguido por el AMSS (22%).

Como era de esperarse, los municipios en la fase 1 del PESS son los que presentan mayores tasas
de victimización, general y de los distintos delitos; por ejemplo, la tasa general es del 48% y las de
extorsiones de 25%. Sin embargo, como se observa en el cuadro 6, los municipios de las fases 2 y 3, si
tienen tasas menores, éstas no son muy diferentes. En los municipios que no han sido incluidos en el
Plan, las tasas de victimización son más bajas: 31% en general y 14% las extorsiones.

La victimización de las MYPE tiene una fuerte correlación con la presencia de pandillas en su entorno.
Las empresas ubicadas en áreas donde existe presencia de pandillas tienden a ser más victimizadas que
el resto. El 49% de las MYPE ubicadas en entornos con presencia de pandillas ha sido víctima de algún
tipo de delito, mientras que solo el 28% han sido víctimas cuando no hay presencia de estos grupos. La
diferencia es más notoria para el caso de las extorsiones: mientras que 30% de las MYPE cuyos entornos
no tienen presencia de pandillas han sido víctimas de extorsión, solo lo ha sido el 8% en otras zonas.
Aunque hay diferencias en todos los tipos de delitos, la diferencia no es tan marcada como en el caso
de las extorsiones.

A pesar que el problema de extorsión y otros delitos es bastante grave, el número de empresas que
denuncia los delitos de los cuales han sido víctimas tiende a ser bajo; aproximadamente el 15% de las
empresas denunció alguno de los delitos de los cuales había sido víctima. En promedio, las principales
razones para no denunciar, según lo indicaron los entrevistados, es porque consideran que no sirve para
nada (33%), seguido de miedo a las represalias (28%). Sin embargo, se observan diferencias importantes

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

al considerar el tipo de delito; para las empresas que han sido víctimas de extorsión la principal causa es
el miedo a las represalias, lo que fue señalado por el 54% de ellas; esta razón solo fue mencionada por
11% de las empresas que fueron víctimas de otros tipos de delitos. Esta diferencia también se aprecia al
comparar según la presencia, o no, de pandillas en el entorno de las empresas; la mención del miedo a
las represalias es de 30% y 15%, respectivamente (cuadro 7).

Cuadro 7
Denuncias y razones por las que no denuncian
(Porcentaje de empresas que fueron víctimas por lo menos de un delito)

Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.

En los casos en los que sí denunciaron, la principal razón para hacerlo fue el deseo de evitar que sucediera
nuevamente (49%).

5.3 Efectos en la actividad económica de las empresas

Cerca del 60% de las MYPE entrevistadas considera que la delincuencia e inseguridad es un problema
grave para el desarrollo de su empresa; alrededor de un 40% afirma que la delincuencia afecta las
actividades de sus negocios, y un 35% considera que este problema incide en sus decisiones de inversión
(cuadro 8).

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Cuadro 8
Incidencia de la delincuencia en las actividades de la empresa (porcentaje de empresas)

Nota: El porcentaje reportado para la variable obstáculo de la delincuencia para el desarrollo de la empresa se refiere a la proporción
de empresas que otorgó a la gravedad de ese factor con una nota de 8, 9 o 10, en una escala de 0=nada grave a 10=muy grave.
Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.

En términos generales, la mayoría de las MYPE son afectadas aun sin ser necesariamente víctimas
directas. Más de la mitad de las empresas que no han sido víctimas calificaron la delincuencia como un
problema grave para sus empresas y una de cada cuatro afirmó que había influido en la actividad de su
empresa y en sus decisiones de inversión. Por otro lado, y como era de esperarse, estos porcentajes son
mayores para las empresas que sufrieron alguna acción delincuencial, siendo mucho más significativo
para las que fueron víctimas de extorsión: 79% lo califica como obstáculo muy grave, 70% dice que
afectó su actividad y 61% que afectaron su decisión de inversión (ver cuadro 8 y gráfica 3).

Gráfica 3
Incidencia de la delincuencia en la empresa (porcentaje de empresas)

Nota: El porcentaje reportado para la variable obstáculo de la delincuencia para el desarrollo de la empresa se refiere a la proporción
de empresas que otorgó a la gravedad de ese factor con una nota de 8, 9 o 10, en una escala de 0=nada grave a 10=muy grave.
Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Entre las principales causas señaladas por las empresas, está que se reducen sus ventas pues algunos
clientes no quieren llegar a sus zonas por considerarlas peligrosas; esta misma razón la señalan en
relación con las empresas que les proveen productos o servicios, lo que causa o que se vean en la
necesidad de ir a comprar los productos que ya no reciben en sus negocios, o simplemente tengan que
dejar de venderlos. Otras empresas señalaron que prefieren ya no crecer para “no llamar la atención de
los extorsionistas”; también señalan que han tenido que ser más selectivos con sus clientes, eliminar los
rótulos del negocio, entre otras.

6. CARACTERIZACIÓN DE LAS EXTORSIONES


De las 3,977 empresas entrevistadas, 867 reportaron que fueron víctimas de extorsión durante los 12
meses previos a la encuesta. Las extorsiones exigidas por circular o distribuir productos en ciertas zonas
difieren sustancialmente de las impuestas a negocios por funcionar, por lo que se estimó conveniente
registrar ambas modalidades con el objetivo de contar con un análisis más amplio. Un total de 42
empresas brindaron información sobre ambos tipos de extorsión. Finalmente, aunque se contó con
información de 909 casos de extorsión, se analizaron 869 que proporcionaron información completa
sobre el delito; por lo tanto, en adelante el análisis que se presenta está basado en estos 869 casos.

6.1 Metodología: escalamiento multidimensional

La información recolectada por la encuesta de victimización se analizó utilizando un procedimiento


estadístico de escalonamiento multidimensional (MDS, por sus siglas en inglés). Este tipo de técnica
exploratoria permite identificar estructuras subyacentes en conjuntos complejos de datos, mediante
el despliegue de gráficos espaciales que facilita su interpretación mediante la identificación de la
intensidad de las relaciones entre conjuntos de variables (Young, 1987; Jaworska & Chupetlovska-
Anastasova, 2009; Borg et al., 2013; Borg & Groenen, 2005).

El MDS se consideró apropiado, debido a que las investigaciones orientadas a detectar patrones
conductuales en la perpetración de delitos lo utilizan con gran frecuencia (Bennelle et al., 2014).
Este enfoque analítico, además, ha sido empleado en otras investigaciones para caracterizar delitos
específicos e identificar y validar tipologías criminales en diferentes contextos culturales (Salfati, 2014).

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

El uso de variables que indican la presencia o ausencia de los elementos de interés en el análisis, es
esencial para el procedimiento estadístico empleado. Consecuentemente, la información recolectada
por la encuesta de victimización fue utilizada para construir 66 variables dicotómicas con las que se
estableció la presencia o ausencia de características relacionadas con los métodos empleados por el
extorsionista, medidas de presión, beneficios ofrecidos, exigencias, pagos y las personas involucradas,
considerando el contacto inicial, la negociación, la entrega de pagos y la post-entrega.

La premisa básica de dichos estudios es que el procedimiento estadístico se aplica para analizar la
coocurrencia de variables en la muestra examinada, produciendo así un conjunto de coordenadas
para cada una y, de esa forma, ubicarlas en un plano bidimensional. Las variables más recurrentes en
la muestra analizada se concentran en el centro del plano. Mientras que cuando la frecuencia de las
variables disminuye, sus coordenadas las ubican más alejadas del centro. Las agrupaciones de variables
en la figura revelan esquemas temáticos, vinculados con tipologías específicas del delito analizado.

La figura 2 recoge la representación gráfica de las variables construidas con la información de la encuesta
a micro y pequeñas empresas de El Salvador. La cercanía entre las variables representadas cada una por
un punto, indica la frecuencia con la que coocurren. Las que están más cerca entre ellas, coocurren
frecuentemente, y las que están distantes, no.

La fidelidad con la que la representación gráfica del MDS ilustra la asociación entre las variables de la
muestra analizada, se determina a través de dos indicadores: el estrés bruto normalizado y el coeficiente
de congruencia de Tucker (Kruskal & Wish, 1978; Borg et al., 2013). Ambos se miden entre 0 y 1. El primero
revela qué tan desajustado está el gráfico con respecto a las variables y, el segundo, qué tan ajustado
está. Un coeficiente de congruencia de Tucker de 1 indica un ajuste perfecto entre la representación
gráfica y la muestra. Un estrés bruto normalizado de 1, por otro lado, indica un nivel de desajuste total. La
representación gráfica del presente análisis (figura 2) muestra un estrés bruto normalizado de 0.043 y un
coeficiente de congruencia de Tucker de 0.978, lo que indica que la fidelidad con la que se proyectan las
asociaciones entre variables en el plano bidimensional es buena, incluso superior a la de exploraciones
similares (Ellingwood et al., 2013).

25
Figura 2
Representación gráfica de la coocurrencia de variables en las extorsiones

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Nota: Con base en los eventos de extorsión


Fuente: Elaboración propia con información de FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.
EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

6.2 Bandas de frecuencias

Como se discutió anteriormente, las variables más recurrentes se agrupan en el centro del gráfico
generado con el MDS y estas están rodeadas por bandas concéntricas conformadas por variables que
disminuyen en frecuencia a medida se alejan del centro (ver figura 2). Considerando el abordaje analítico
empleado en otros estudios (Salfati, 2003, 2000), se establecieron límites porcentuales para analizar las
variables dentro de diferentes bandas de frecuencia: alta, moderada, baja y leve.

Las variables de frecuencia alta, codificadas con color azul en la figura 2, están presentes en la mayoría
de casos; específicamente en 50% o más de la muestra. La banda de frecuencia moderada incluye las
variables presentes en proporciones que oscilan entre 30% y 49% de los casos analizados, codificadas
con color rojo. Las variables ubicadas en la banda de frecuencia baja, se detectan en entre el 10% y
29% de los incidentes relatados por los encuestados y, las incluidas en la banda de frecuencia leve,
en menos del 10%. Las variables que reportaron estos niveles de frecuencia se codificaron con color
verde y amarillo, correspondientemente. Analizar qué variables están presentes en qué porcentaje de
los casos resulta útil para caracterizar el problema delictual.

En general, las variables más frecuentes están asociadas con pandillas (en el centro de la figura), y esbozan
el tipo más básico de extorsión, en el que el victimario exige dinero a su víctima; no involucran acciones
de presión o represalia; el victimario no ofrece beneficio a cambio del pago; y el contacto es personal
con el propietario desde el inicio de la negociación. Por otro lado, las variables menos frecuentes (las
más alejadas del centro), colectivamente esbozan incidentes menos asociados a patrones delictuales
prototípicos de pandillas.

La proporción en la muestra correspondiente a la frecuencia específica de cada una de las variables en


las diferentes bandas se detalla en el cuadro 9. A continuación se analizan las variables presentes en
cada banda de frecuencia.

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Cuadro 9. Frecuencia de ocurrencia de las variables utilizadas en el análisis MDS (porcentajes de los casos de
extorsión en los que están presentes)

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Fuente: Ponce, C. (2015). Informe de los resultados obtenidos en la primera fase de la investigación sobre las extorsiones cometidas en contra de las pequeñas
y microempresas. FUSADES. Antiguo Cuscatlán.
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Banda de variables de frecuencia alta (presentes en más del 50% de los casos)

La concentración de variables de frecuencia alta agrupa 11 variables presentes en 50% o más de la muestra.
El 99.5% de los casos analizados reportan por lo menos una de estas variables y aproximadamente 60%
de los incidentes analizados cuenta con por lo menos 7 de ellas (ver gráfica 4). Al estar presentes en la
mayoría de casos, las variables de frecuencia alta son de poca utilidad para diferenciar entre diferentes
tipos de extorsión; sin embargo, por la misma razón, son de gran valor para caracterizar la extorsión en
contra de MYPE.

Gráfica 4
Frecuencia de coocurrencia de variables de frecuencia alta

Fuente: Fuente: Ponce, C. (2015). Informe de los resultados obtenidos en la primera fase de la investigación sobre las extorsiones
cometidas en contra de las pequeñas y microempresas. FUSADES. Antiguo Cuscatlán.

Las variables de alta frecuencia plantean el rol central de la dinámica delictual de las pandillas en la
extorsión de las MYPE y el enfoque dominante en la forma más básica de este tipo de ilícito, que implica
exigir dinero. El extorsionista, en el 54% de los incidentes, vinculó la extorsión a una pandilla y exigió
dinero en 72% de los hechos. Además, en el 76% de los casos, la víctima logró confirmar que una pandilla
participó en la extorsión.

El victimario inició la negociación durante el contacto inicial en el 63% de los casos e interactuó
directamente con el propietario desde el principio en el 72%. Estas cifras también son consistentes
con los patrones delictuales de grupos criminales contextualizados en la explotación sistemática de los
actores de su entorno, ya que indican que los extorsionistas que victimizan a MYPE, en la mayoría de
casos, no buscan anonimidad o crear distancia entre ellos y sus víctimas, utilizando el contacto inicial para
trasladar instrucciones e iniciar así una secuencia de acciones enfocadas en reducir las probabilidades
de ser identificados, contrario a la forma en que otro tipo de delincuentes ejecuta sus ilícitos.

29
EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Los extorsionistas, en el 82% de los hechos, no recurrieron a acciones de presión para amedrentar a
sus víctimas. Sin embargo, en el 51% de los delitos el victimario lanzó amenazas durante el contacto
inicial y, en igual proporción, las amenazas estuvieron dirigidas en contra del propietario o su familia.
Estos hallazgos resultan interesantes, ya que sugieren que las pandillas han alcanzado cierto nivel de
madurez en su forma de operar y logrado asegurar un alto grado de control territorial, elementos que
les permiten dosificar sus acciones violentas e imponer reglas de forma efectiva en su entorno a través
únicamente de amenazas.

Esto es congruente con que, en el 61% de los casos, los victimarios no ofrecieron a sus víctimas un
beneficio a cambio del pago de la extorsión (como protección u otro tipo de servicio). No obstante, esta
cifra también sugiere que la relación entre las pandillas y las MYPE es, en términos generales, parasítica
y, por lo tanto, no se ha logrado generalizar aún una interdependencia fundamentada en intercambio
de beneficios.

Banda de variables de frecuencia moderada (presentes entre 30% y 49% de los


casos)

La banda de frecuencia moderada introduce elementos que permiten discriminar entre diferentes
formas en que las extorsiones son ejecutadas. Esboza, por ejemplo, una forma menos frecuente en que
las víctimas son contactadas por los extorsionistas. Según, los datos recolectados, únicamente el 33%
de los contactos iniciales se realizaron telefónicamente. La anonimidad ofrecida por la telefonía móvil es
un elemento central que ha guiado el discurso oficial en El Salvador y, en consecuencia, ha servido como
base para formular e implementar una de las principales apuestas preventivas: el bloqueo de señal para
equipos celulares al interior de los centros penales. No obstante, las cifras arrojadas por la encuesta
establecen que esta estrategia no ataca la dinámica dominante en la victimización de las MYPE, que
implica un contacto personal, e ignora la anonimidad de la telefonía móvil.

Los contactos iniciales realizados por teléfono tienden a coocurrir utilizar la interacción inicial para girar
instrucciones, enmarcando este método con la intención del victimario de adoptar estrategias para
asegurar su anonimidad y evitar su identificación. Sin embargo, esta forma de proceder solo se identificó
en uno de cada 3 incidentes. La extorsión a las MYPE implica, con más frecuencia, un contacto personal,
como se detalló previamente. Consistente con este tipo de contacto directo, en el 46% de las extorsiones
los victimarios recolectaron pagos personalmente y en el 41% de hechos se realizaron pagos de forma
periódica. Los porcentajes elevados de estas variables y su cercanía en el gráfico del MDS, sugiere que la
extorsión en contra de MYPE está asociada con la explotación sistemática del entorno por parte de las
pandillas, en donde la anonimidad de los extorsionistas no es prioridad.

30
EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Otro hallazgo interesante del análisis es que es más común que las exigencias disminuyan (31%).
Esto puede estar asociado con la dinámica del proceso de negociación y no necesariamente con una
reducción en la cantidad pagada una vez se ha iniciado una cadena de pagos.

Banda de variables de frecuencia baja (presentes entre 10% y 29% de los casos)

La banda de frecuencia baja plantea características poco recurrentes entre los participantes involucrados
en el contacto inicial. Específicamente, revela que solo en 26% y 14% de las extorsiones, la persona
contactada inicialmente no fue el propietario y el extorsionista no se identificó como miembro de un
grupo criminal, respectivamente. También revela que la ocurrencia de amenazas y acciones de presión
se distribuye en una variedad de tipos, objetivos y momentos que presentan una frecuencia baja.

Además, se esbozan dos escenarios en relación con la dinámica detrás de las extorsiones. Por un lado, se
plantea una relación interdependiente entre el extorsionista y su víctima, en donde se ofrece protección
a cambio del pago de la extorsión, consistente con organizaciones criminales con un nivel de desarrollo
relativamente avanzado, en el que han logrado cambiar la forma en como interactúan con su entorno.
Por otro lado, los datos revelan que existen modalidades de pago e incluso el no pago de la extorsión,
que indican que el victimario tiene un bajo nivel de control e influencia en el entorno de la víctima. El
14% y el 16% de los extorsionistas ofrecieron protección contra su propia organización y contra otros
grupos o delincuentes, correspondientemente. El 27% de las víctimas no pagó al victimario, el 14% de
las extorsiones implicó un pago y una proporción igual de pagos esporádicos. Consecuentemente, los
datos sugieren que el primer escenario es menos frecuente.

Las acciones de presión utilizadas por los extorsionistas tienden a estar dirigidas en contra del propietario
o sus familiares. Aunque acciones de presión en contra del propietario o sus familiares se reportaron en
solo el 11% de los casos, representan el 71% de las acciones de presión identificadas por los encuestados.

Esta banda de frecuencia también revela cifras relevantes para evaluar el enfoque oficial del gobierno
salvadoreño en relación con el rol que juegan los teléfonos celulares dentro del sistema penitenciario
en la incidencia de extorsiones. Según la encuesta, solo en el 20% de casos la víctima identificó que la
extorsión provenía de un centro penitenciario. Aunque se podría argumentar que los extorsionistas que
cometen sus delitos desde la cárcel buscan esconderlo para no afectar el nivel amenaza percibido por
sus víctimas, este reducido porcentaje es consistente con el relativamente bajo número de extorsiones
en las que el contacto inicial fue por teléfono.

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Banda de variables de frecuencia leve (presentes menos del 10% de los casos)

Las variables presentes en menos del 10% de los casos incluidos en el análisis, dibujan panoramas
alejados de la explotación sistemática a la que las pandillas someten a su entorno. Los casos en que
los extorsionistas utilizaron métodos que imponen distancia con su víctima durante el contacto inicial,
están incluidos en esta banda de frecuencia, al igual que los tipos de exigencias y pagos en los que se
evita el contacto personal entre el victimario y sus víctimas. También reportan una frecuencia leve los
casos en los que se detectó la participación de la competencia, familiares y amigos de la víctima, así como
de estructuras criminales no pandilleras y personas particulares. La baja recurrencia de estas variables
subraya que la extorsión de MYPE es un problema asociado con las pandillas y su forma particular de
relacionarse con el entorno.

También se identifican las características menos frecuentes de las amenazas y las acciones de presión.
Un hallazgo interesante es que las amenazas y acciones de presión orientadas en contra de los bienes
de la empresa son las menos frecuentes, lo que sugiere que éstas tienden a concentrarse en personas.

6.3 Tipificación: extorsiones sistemáticas y oportunistas

Las agrupaciones espaciales que se presentan en el gráfico bidimensional, son consistentes con los
resultados analizados en las bandas de frecuencia. Es evidente que en la parte superior del gráfico se
ubican variables que colectivamente esbozan extorsiones difícilmente ejecutadas como un componente
del accionar pandillero. En la parte inferior, por otro lado, las variables congruentes con formas de
extorsión prototípicamente asociadas con los patrones delictuales propios de dichas organizaciones.
Ver figura 3.

Al analizar las variables contenidas en las áreas superior e inferior del plano MDS, ilustrado en la figura 3,
se identifican escenarios parecidos a los descritos por Smith y Varese (2001): uno en el que las extorsiones
son cometidas en el contexto de la explotación del entorno por parte de estructuras criminales y, otro,
en el que las extorsiones son cometidas por criminales oportunistas que aprovechan el ambiente
generado por los grupos delictuales para perpetrar ese tipo de ilícito. El gráfico sugiere que la clave
para diferenciar estos tipos de extorsión está en las formas en que se realiza el pago, ya que el resto
de variables se aglomeran alrededor de cuatro opciones de pago (periódico, único, esporádico y no
pago), ubicados en cuadrantes diferentes. Consecuentemente, a través del análisis de las agrupaciones
de variables, se definen dos tipos generales de extorsión asociados con las formas de pago: pandillera
o sistemática y otra oportunista. Ambos se describen a continuación en subsecciones separadas.

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Figura 3
Representación gráfica de la coocurrencia de variables en las extorsiones

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Nota: Con base en los eventos de extorsión


Fuente: Elaboración propia con información de FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.
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Extorsión pandillera o sistemática

Las variables ubicadas en la parte inferior del plano MDS describen extorsiones asociadas con las
actividades pandilleras, caracterizadas, entre otras cosas, por múltiples pagos realizados por la víctima,
variando en periodicidad.

La variable que indica que el extorsionista recibió pagos periódicos se ubica en el cuadrante inferior
derecho de la figura 3. Este tipo de pago constituye una modalidad más organizada, generalmente
asociada con un patrón sistemático de explotación del entorno por parte de una estructura criminal,
que tiende a iniciar y a desarrollarse a través de contactos personales entre la víctima y el victimario.
Consistente con esta premisa, el pago periódico en las extorsiones de las MYPE, según el análisis del
MDS, coocurre frecuentemente con las variables que denotan un contacto personal permanente entre
la víctima y el extorsionista, específicamente en el contacto inicial y la recolección de los pagos. Este tipo
de extorsión es de naturaleza parasítica.

También se ha argumentado que las estructuras criminales dedicadas a la extorsión sistemática recurren
a las amenazas y las acciones de presión cuando la extorsión ha atraído a delincuentes oportunistas
(Smith & Varese, 2001). La concentración de las variables que indican la presencia de amenazas y
acciones de presión en esta área del gráfico, en congruencia con el postulado anterior, sugiere que
frecuentemente coocurren con pagos periódicos. Lógicamente, la identificación de ambas extorsiones,
sistemática y oportunista, en la victimización de las MYPE, bajo la hipótesis antes planteada, implica que
las estructuras delictuales recurran al uso de acciones de presión como consecuencia de la operación
de criminales oportunistas.

También, en esta área del plano bidimensional, se concentran las variables que indican que el
extorsionista ofreció protección a la víctima a cambio del pago de la extorsión. Esto sugiere que los
grupos criminales que extorsionan a las MYPE, involucradas en patrones de explotación sistemática de
su entorno, poseen un nivel de desarrollo avanzado en relación con la forma como se relacionan con su
contexto, pasando de una relación parasítica a una simbiótica.

El otro tipo de extorsión pandillera, sugerido por las variables aglomeradas en la parte inferior izquierda
del gráfico, se desvía del patrón de explotación sistemática típico de estas agrupaciones, revelando
una modalidad menos estructurada, pero siempre asociada con las pandillas, que implica varios pagos
esporádicos. Esta extorsión de múltiples pagos sin frecuencia definida, consistente con lo que Savona
(2008) denomina casual, tiende a coocurrir con una gran variedad de tipos de exigencias y formas pagos.
Similarmente, según el análisis de la información generada por la encuesta, las víctimas que reportan

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

haber descubierto que la extorsión era coordinada desde un centro penitenciario, con más frecuencia
han hecho varios pagos esporádicos. La desorganización es igualmente evidente en el comportamiento
errático de los montos exigidos y pagados, ya que esta parte del gráfico también aglomera a las variables
que indican aumentos y disminuciones en las exigencias y pagos.

Extorsión oportunista

La parte superior del plano MDS, ilustrado en la figura 3, esboza extorsiones oportunistas, en las que el
ilícito no se comete en el contexto de un patrón sistemático de explotación. Específicamente, en esta
área del plano se ubican tres variables que indican que la víctima realizó un solo pago, que la extorsión
no se concretó y que no realizó pago alguno. La extorsión oportunista exitosa de pago único, agrupa
variables en el cuadrante superior izquierdo del plano bidimensional y, la extorsión oportunista fallida,
en la parte superior derecha.

Al examinar el gráfico, se observa que las variables que indican que la extorsión no se concretó y que
la víctima no realizó ni un pago, coocurren con más frecuencia con las variables que indican que el
contacto inicial se realizó por teléfono y que éste se utilizó para dar instrucciones a la víctima. Esto
refuerza los hallazgos planteados anteriormente, en las que se cuestiona la premisa central de los
esfuerzos preventivos oficiales, enfocándolos en la telefonía celular. Los resultados del análisis MDS
demuestran que las extorsiones en las que se emplean teléfonos para contactar a las víctimas, en
realidad no representan un problema para las MYPE, ya que normalmente no conllevan un pago.

Adicionalmente, esta área del plano MDS reúne variables que advierten que la víctima descubrió que
los victimarios no formaban parte de estructuras criminales enfocadas en la extorsión sistemática.
Específicamente, se observan las variables que denotan que la víctima descubrió que la extorsión se
originó en otro país y que la competencia, personas particulares y otros individuos participaron en el
ilícito. Las variables que establecen el uso de anónimos y otros medios electrónicos para entablar el
contacto inicial de la extorsión, también se agrupan en esta parte del gráfico. Lógicamente, este tipo de
victimario, que no cuenta con el respaldo real brindado por la reputación violenta y control territorial de
las pandillas, utiliza tácticas para asegurar su anonimidad y, de esa forma, evitar su detección y, además,
mantener elevado el nivel de amenaza percibido por la víctima; sin embargo, no tiene éxito en lograrlo.
Igual suerte tienen aquellos extorsionistas que se identifican como parte de una estructura criminal no
pandillera o no se identifican como parte de una agrupación criminal, cuya variable también ocurre con
más frecuencia con el no pago de la extorsión.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

La variable que indica que el extorsionista recibió un pago único de sus víctimas se ubica en el cuadrante
superior izquierdo. La cercanía con las variables que establecen que la entrega se hizo en un lugar
pactado y que el victimario no recurrió al uso de amenazas, sugiere que estas características tienden
a coocurrir frecuentemente con los pagos únicos. En la misma área del gráfico también se concentran
variables que indican formas de pago (remesas, depósitos y transferencias electrónicas) y exigencias
(saldo) que evitan el contacto personal entre la víctima y el extorsionista.

Colectivamente, estas variables dibujan un escenario muy diferente al de la metódica explotación del
entorno, asociada con grupos criminales como las pandillas y las acerca más a un escenario oportunista.
Esta lectura es reforzada por la presencia de otras variables que indican que la víctima descubrió que en
la extorsión participaron amigos o familiares, una estructura criminal no pandillera y que los victimarios
son de la zona en la que su ubica el negocio.

Validación de tipología

Los estudios que formulan tipologías delictuales a través de procedimientos MDS4, tradicionalmente
las validan clasificando los casos analizados, considerando como criterio discriminación, la cantidad
de variables de cada tipo identificado presente en cada incidente. Específicamente, se clasifica cada
caso dentro de una categoría de la tipología si las variables asociadas a ella superan en, por lo menos,
el doble a las demás. Utilizando este esquema de clasificación, se logró agrupa el 72% de los casos en
uno de los tipos de extorsión identificados (ver cuadro 10), superando el estándar de 62% utilizado por
la literatura (Ellingwood et al., 2013).

Cuadro 10. Clasificación de casos según tipología

*Se excluyen 40 casos que no pudieron clasificarse debido a la falta de información.


Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.

4 Para mayor información: Ponce, C. (2015). Informe de los resultados obtenidos en la primera fase de la
investigación sobre las extorsiones cometidas en contra de la pequeña y micro empresa. FUSADES.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

6.4 Caracterización las extorsiones sistemáticas y oportunistas

Consistente con la literatura especializada y con las expectativas del estudio, la victimización de las MYPE
se comete a través de dos tipos generales de extorsión: sistemática y oportunista. Ambas modalidades
están relacionadas con las actividades delictuales de las pandillas. Por otro lado, las extorsiones que no
son ejecutadas por dichos grupos están vinculadas con ellos de forma indirecta, ya que los victimarios
aprovechan las condiciones de inseguridad generadas por las pandillas para incursionar en el delito de
extorsión, con diferentes niveles de éxito.

A continuación se presenta un resumen de las principales diferencias en las características de cada uno
de los tipos de extorsión que se identificaron. Los resultados completos se presentan en el anexo A.3;
en los cuadros presentados en ese anexo se incluyen también las características de las extorsiones que
no se pudieron clasificar como sistemáticas o como oportunistas, es decir, las que se han denominado
híbridas en el apartado anterior. Los cuadros presentan los resultados estimados aplicando los factores
de expansión correspondientes.

Contacto inicial

En el contacto inicial, en un 80% de los casos el victimario se identificó como pandillero; esto es más
frecuente en el caso de las extorsiones sistemáticas (90%) que en el caso de las oportunistas (48%);
caso similar es la propia identificación del extorsionista como parte de una pandilla. Estos porcentajes
aumentan a 92% y 55%, al considerar tanto si se identificó como miembro de una pandilla o como
persona vinculada con una de estas agrupaciones (ver cuadro 11).

Las variables relacionadas con el contacto inicial introducen elementos que permiten discriminar entre
diferentes formas a través de las cuales las extorsiones son ejecutadas. Ofrece, por ejemplo, dos tipos de
modalidades, una en la que el victimario contacta a su víctima personalmente a través de una visita al
negocio, y otra en la cual se contacta a la víctima vía telefónica. Por ejemplo, las extorsiones oportunistas
se caracterizan por un contacto más anónimo, haciendo uso de medios telefónicos para contactar a las
víctimas (52%); y por otro lado, la extorsión sistemática se caracteriza por un contacto más directo,
siendo éste a través de contactos personales en el negocio (64%).

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Cuadro 11
Resumen de características de las extorsiones (respuestas seleccionadas)

*El total incluye a las extorsiones híbridas.


Los cuadros completos se presentan en el anexo A.3
Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Estos resultados son consistentes con los patrones delictuales de grupos criminales contextualizados
en la explotación sistemática de los actores de su entorno, ya que indican que los extorsionistas que
victimizan a las MYPE, en la mayoría de casos, no buscan anonimidad o crear distancia entre ellos y
sus víctimas, sino que utilizan el contacto personal inicial para trasladar instrucciones e iniciar así una
secuencia de acciones, contrario a la forma en que otro tipo de delincuentes ejecuta sus ilícitos.

Otro elemento que se observa a partir de las variables del contacto inicial, es la identificación que el
victimario hace durante el primer acercamiento con la víctima. Las extorsiones de tipo sistemática se
caracterizan por una mayor vinculación del victimario como parte de una pandilla (89.6%), respecto de
las extorsiones de tipo oportunista (48.4%).

Exigencias

Los datos revelan que existen modalidades de pago (incluye el no pago de la extorsión), que indican
que el victimario tiene un determinado nivel de control e influencia en el entorno de la víctima. Una
diferencia muy marcada entre ambos tipos de extorsión viene dada por la capacidad que tiene el
extorsionista de lograr o no la exigencia; en el caso de la oportunista, el 70% de los casos no logró hacer
la exigencia, respecto a un 4% de la sistemática.

Las exigencias que realizan los victimarios se caracterizan principalmente por la demanda de dinero
como parte de sus pagos, donde la extorsión sistemática suele estar asociada con un pago más periódico
(53%) que a su vez es recolectado personalmente en el establecimiento, lo cual demuestra un mayor
control y poder de las pandillas en el entorno, mientras la oportunista se caracteriza por el pago único
(49%).

Pagos

Las extorsiones sistemáticas en contra de las MYPE, se cometen dentro del contexto de la explotación
permanente del entorno en el que se encuentra el establecimiento; este patrón delictual se caracteriza
por involucrar múltiples pagos que varían en términos de organización y estructura, teniendo, en un
extremo, extorsiones sistemáticas con pagos periódicos (56%) y, en el otro, extorsiones con pagos
esporádicos (25%).

La extorsión oportunista tiende a implicar tácticas que buscan mantener la anonimidad del victimario,
como el uso de teléfonos celulares o anónimos para contactar a la víctima, y métodos impersonales
para la entrega de pagos, como depósitos electrónicos y remesas. Más de la mitad de las extorsiones
oportunistas son iniciadas a través de un contacto telefónico y tienden a no representar una amenaza
para las MYPE; por lo tanto, generalmente no se producen pagos (81%). Los extorsionistas oportunistas
que logran recibir el pago de la víctima, tienden a recibir solo uno (10%).

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Amenazas y ofrecimiento de beneficios

Las amenazas utilizadas por el victimario ofrecen un escenario que permite establecer otras diferencias
entre las extorsiones de tipo sistemática y la oportunista. La sistemática tiende a estar caracterizada por
hacer un mayor uso de amenazas durante la interacción con la víctima, donde las acciones de presión
utilizadas por los extorsionistas suelen estar dirigidas contra personas (59%), usualmente el propietario
o sus familiares; por su parte, la extorsión oportunista se caracteriza principalmente por la ausencia de
amenazas para amedrentar a su víctima (95%). Esto es un hallazgo, ya que sugiere que las pandillas
han alcanzado cierto nivel de desarrollo en su forma de operar y han logrado asegurar un alto grado
de control territorial, elementos que les permiten dosificar sus acciones violentas e imponer reglas de
forma efectiva en su entorno.

Presiones o represalias

Los resultados muestran que las amenazas son más comunes que las acciones de presión, ya que más del
80% de las extorsiones en contra de las MYPE no conllevan algún tipo de acción de presión o represalia.
Este comportamiento es similar entre las sistemáticas (78%) y las oportunistas (98%).

Confirmación de hechores

Otra característica que diferencia a las extorsiones sistemáticas de las oportunistas, es que en la primera,
en cerca del 90% de los casos, se confirmó que los hechores del delito eran pandillas, respecto de un
45% en el caso de los oportunistas.

Denuncias de las extorsiones

Al comparar el porcentaje de denuncias por tipo de extorsión, se observa que las empresas que son
víctimas de extorsiones de tipo oportunista tienden a denunciar más que aquellas que son víctimas
de extorsiones sistemáticas. En ambos casos, las principales razones para no denunciar son el miedo
a represalias (54%) y la percepción de que no sirve de nada denunciar (24%); sin embargo, el miedo
a represalias es mayor entre las sistemáticas, lo cual puede estar estrechamente vinculado con el tipo
de amenazas que utilizan los victimarios para amedrentar a sus víctimas, puesto que las sistemáticas
recurren a un mayor uso de amenazas que las oportunistas (ver cuadro 12).

Finalmente, del porcentaje de empresas que denunciaron la extorsión, el 90% lo hizo ante la PNC, seguido
de la Fiscalía General de la República (7.6%). El nivel de satisfacción con las autoridades pertinentes es
mayor entre las oportunistas (30.1%) que entre las sistemáticas (18.5%), lo cual es consistente con las
estrategias del gobierno dirigidas principalmente a atacar las extorsiones de tipo oportunista.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Cuadro 12.
Denuncias de extorsión (Porcentaje de extorsiones)

*El total incluye a las extorsiones híbridas.


Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa, 2015.

6.5 Prevalencia por tipo de extorsiones


A partir de la tipificación, se pudo establecer el tipo de extorsión con mayor presencia en cada una de
las zonas geográficas definidas para el estudio. En términos generales, las extorsiones sistemáticas son
más comunes que las oportunistas para todas las áreas definidas; las zonas paracentral, AMSS y oriente
sur del país, registran el mayor número de casos de extorsión sistemática con más del 60%. Por su parte,
las extorsiones oportunistas, a pesar de ser menos recurrentes, tienden a ser más frecuentes en la zona
oriente norte (33%) y norte (39%) del país (ver cuadro 13). Por su parte, la prevalencia de extorsiones
sistemáticas es más alta en los municipios de las dos primeras fases del “Plan El Salvador Seguro” (62%
en ambas), aunque en las otros zonas también es este tipo de delito el más recurrente (55% y 50%,
respectivamente).

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

Las diferencias más claras se aprecian al comparar las zonas con presencia de pandillas en los alrededores
de las empresas con las otras zonas. Como era de esperarse, las extorsiones sistemáticas, al estar
asociadas a mayor control territorial de las pandillas, son mucho más prevalentes en las zonas donde
éstas tienen presencia (63%) que en los lugares que no presentan este problema (39%).
En el cuadro 13 también se presenta la prevalencia por tipo de extorsión considerando las otras
características de las empresas entrevistadas.

Cuadro 13. Clasificación de tipos de extorsión (porcentaje de extorsiones)

Fuente: FUSADES/SOLUCIONES, Encuesta de Victimización a la Micro y Pequeña Empresa 2015.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

7. CONCLUSIONES
En El Salvador, la mayoría de micro y pequeñas empresas urbanas operan en entornos donde hay
presencia de pandillas; en todas las zonas del país, entre el 64% y el 73% las empresas señalaron que
en los alrededores de sus establecimientos existe presencia de vagos. La presencia de pandillas es más
mencionada en los municipios de las primeras dos fases del Plan El Salvador Seguro, aunque en el resto
de municipios la presencia es alta.

Los resultados muestran que 42% de las MYPES fueron víctimas de un delito en los doce meses previos
a la encuesta, siendo la extorsión el delito más frecuente (22%). La victimización de las MYPE tiene
una fuerte correlación con la presencia de pandillas en su entorno. El 49% de las MYPE ubicadas en
entornos con presencia de pandillas ha sido víctima de algún tipo de delito, mientras que solo el 28%
han sido víctimas cuando no hay presencia de estos grupos. La diferencia es más notoria para el caso
de las extorsiones: mientras que 30% de las MYPE cuyos entornos tienen presencia de pandillas han sido
víctimas de extorsión, solo lo ha sido el 8% en otras zonas. Aunque hay diferencias en todos los tipos de
delitos, la diferencia no es tan marcada como en el caso de las extorsiones.

La mayoría de las MYPE son afectadas por la delincuencia aun sin ser necesariamente víctimas directas,
aunque, más de la mitad de los entrevistados en empresas que no han sido víctimas de la delincuencia
la calificaron como un problema grave para sus empresas y una de cada cuatro afirmó que había influido
en la actividad de su empresa y en sus decisiones de inversión. Por otro lado, estos porcentajes son
mayores para las empresas que sufrieron alguna acción delincuencial, siendo mucho más significativo
para las que fueron víctimas de extorsión. La importancia social que tiene la MYPE en El Salvador hace
que sea de vital importancia entender adecuadamente el problema de la extorsión.

A partir del análisis de las variables obtenidas en la encuesta, se identifican escenarios parecidos a
los descritos por Smith y Varese (2001): uno en el que las extorsiones son cometidas en el contexto
de la explotación del entorno por parte de estructuras criminales (sistemática) y, otro, en el que las
extorsiones son cometidas por criminales oportunistas que aprovechan el ambiente generado por los
grupos criminales para perpetrar ese tipo de ilícito (oportunista).

a) Extorsión sistemática: Se caracteriza por tener atributos que describen el dominio al que las
pandillas someten a su entorno a través del pago periódico, uso de amenazas y acciones de
presión. Otro tipo de extorsión vinculada con las pandillas, que parece no formar parte de un patrón
sistemático pero que apunta a una explotación máxima del entorno, está relacionada con pagos
esporádicos; una mezcla de exigencias y variaciones en el monto exigido y pagado. Finalmente,
ambos tipos de extorsión se caracterizan porque involucran contactos personales frecuentes entre
la víctima y el victimario en diferentes momentos de la extorsión.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

b) Extorsión oportunista: Se caracteriza porque el victimario se aprovecha de las condiciones


generadas por la extorsión sistemática de las pandillas, por la falta de contacto personal entre
víctima y victimario, por favorecer medios que faciliten el anonimato (teléfono, anónimos, etc.), por
exigencias y entregas que no involucren un contacto personal (depósito, saldo, etc.), y que limiten
la interacción (pago único).

Los resultados de la encuesta confirman la elevada “cifra negra” o “cifra oculta” presente en el delito de
extorsión. La cifra negra sobre la victimización, en general, y del delito de extorsión en particular, viene
dada principalmente por la ausencia o falta de denuncias originadas, en gran parte, por el miedo a
represalias y por la percepción de que no sirve de nada denunciar, y en algunos casos por la misma falta
de confianza en las autoridades. Las extorsiones oportunistas tienden a ser levemente más reportadas
que las sistemáticas.

8. RECOMENDACIONES
a) Ampliar el enfoque actual de la estrategia preventiva oficial para disminuir la incidencia de
extorsiones cometidas en contra de las MYPE.

La principal apuesta del gobierno para prevenir las extorsiones es la Ley Especial contra el Delito de
Extorsión y ésta se enfoca en combatir el uso de teléfonos celulares en el cometimiento de dicho
ilícito, especialmente por llamadas realizadas desde los centros penales, por lo cual contempla
la imposición de sanciones a las empresas telefónicas que no anulen la señal en los centros
penitenciarios. Esto, sin embargo, no afecta la modalidad más común y peligrosa que caracteriza
y perpetúa la victimización de las MYPE: la extorsión sistemática a la que las pandillas someten a
las empresas que funcionan en su entorno. El abordaje preventivo actual se enfoca en un tipo de
extorsión que no representa la mayor amenaza para las MYPE y, además, no considera la dinámica
detrás de la extorsión más significativa e importante.

b) Incluir en la estrategia gubernamental para reducir la extorsión en contra de las MYPE


componentes que ataquen: (1) las particularidades de las comunidades asociadas con el control
e influencia de las pandillas a nivel local; (2) las estructuras de oportunidad para la comisión de
extorsiones, que las hacen un delito atractivo para las pandillas.

El control e influencia de las pandillas sobre las comunidades plantea la necesidad de considerar
las mecánicas y déficits comunitario, para el desarrollo de estrategias de largo plazo que inhiban

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

el poder de las agrupaciones criminales en los territorios en los que operan. También es necesario
diseñar intervenciones de corto plazo para disminuir la incidencia de dicho delito, mediante la
reducción del atractivo práctico de la realización de extorsiones por parte de las pandillas, haciendo
más difícil su comisión y reduciendo la impunidad.

c) Fortalecer las capacidades institucionales de análisis, para diseñar estrategias, políticas y planes
efectivos y eficientes.

Mejorar las particularidades comunitarias implica contar con valoraciones acertadas, para diseñar
estrategias locales a la medida, que consideren las deficiencias que deben de superarse en el largo
plazo. No todas las comunidades poseen la misma dinámica y cada una necesita ser examinada
individualmente. En forma similar, las estructuras de oportunidad para el cometimiento de
extorsiones en contra de las MYPE varía, por lo que es necesario contar con capacidades analíticas
que permitan encontrar puntos críticos que ayuden a hacer más difícil cometer extorsiones y
orientar de mejor forma el trabajo investigativo y la persecución del delito.

d) Realizar encuestas de victimización técnicamente diseñadas para la obtención de datos


adicionales y complementar las cifras oficiales.

Es necesario contar con información que complemente las estadísticas oficiales para tener un
panorama más acertado de la incidencia del delito de extorsión, sobre todo por la elevada
“cifra negra” originada por la falta de denuncia ciudadana. El monitoreo constante a través de
investigaciones y espacios de intercambio de información entre gremiales y las autoridades, se
vuelven estrategias claves para superar los peligros derivados del subregistro de información en las
bases de datos gubernamentales. Esto es fundamental para comprender las tendencias, patrones y
comportamiento del delito de extorsión.

e) Revisar la lógica de atención a los municipios del Plan El Salvador Seguro (orden de atención a
municipios, medidas, etc.)

Es necesario tomar en consideración que en los municipios donde el problema de pandillas y


extorsiones aún no es tan grande, por ejemplo, en la fase 3 del plan y en los municipios fuera del
plan también se presentan signos del control territorial de las pandillas. Por lo tanto, se debería de
agilizar la intervención para contener el avance territorial de las pandillas, e implementar medidas
preventivas para evitar el ingreso de los jóvenes a estas. En algunos municipios es más difícil detener
el avance de las pandillas; sin embargo, si se empieza a trabajar en aquellos donde la presencia de
pandillas aún no es tan grande, se puede prevenir el problema y obtener mejores resultados.

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EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

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ANEXOS
A1. Ficha técnica de la encuesta

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A2. Contexto y victimización general

A2.1 Victimización general, por sexo y zona geográfica (en porcentajes de empresas)

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N= 869 extorsiones
EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

A.3 Características de las extorsiones

A3.1 Contacto inicial – Víctima y victimario (en porcentajes)

N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario

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A3.2 Características del contacto inicial – Comunicación e indicaciones (en porcentajes)

N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario

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A3.3 Características de la exigencia – tipos de exigencias (en porcentajes)

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N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario
A3.4 Características de la exigencia – Frecuencia de pagos (en porcentajes de empresas)

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N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario
A3.5 Características de la exigencia – Formas y evolución de pagos (en porcentajes de empresas)

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N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario
EXTORSIONES A LA MICRO Y PEQUEÑA EMPRESA DE EL SALVADOR

A3.6 Características de la amenaza – tipos y objetivos (en porcentajes de empresas)

N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario

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A3.7. Características de la amenaza – Presiones y represalias (en porcentajes de empresas)

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N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario
A3.8 Características de los hechores (en porcentajes de empresas)

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N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario
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A3.9 Estrategias de protección (en porcentajes de empresas)

N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario

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A3.10 Características de la denuncia (en porcentajes de empresas)

N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario

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A3.11 Características de la denuncia – Atención de la PNC a la denuncia (en porcentajes de


empresas)

N= 869 extorsiones
* Se excluyen extorsiones en empresas que no proporcionaron el sexo de su propietario

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