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ANÁLISIS DE LA OBRA DE
BOLÍVAR
Profesor: Bachilleres:
Marzo, 2022
Análisis de la obra de Bolívar como: ambientalista, filosofo, escritor,
educador, abogado, militar, cooperativista, político, y estadista:
Nuestro Libertador cual brillante, se nos presenta en múltiples facetas entre ellas:
filósofo, educador, periodista, estadista, estratega, visionario, político, diplomático,
escritor, humanista, conservacionista, legislador, Padre de seis naciones y ciudadano
ejemplar por antonomasia.
Hay una faceta desconocida de la vida del Libertador Simón Bolívar: su amor
por la naturaleza y sus acciones a favor de ella que lo convierten en el primer líder
ambientalista de América.
Esta cualidad la adquirió desde sus primeros años de infancia en la Hacienda
San Mateo ubicada en los Valles de Aragua (Venezuela) abundantes en bosques y
agua. De su maestro Simón Rodríguez con quien realizaba caminatas por parajes
naturales aprendió también sobre temas de flora y fauna. Después lo motivaron las
lecturas de Rousseau gran enamorado de la naturaleza, los escritos de José Celestino
Mutis el de la expedición botánica y los del sabio Francisco José de Caldas.
El toque final lo dio el sabio Alexander Von Humboldt el científico
naturalista. Conoció a Bolívar en Paris en 1804 y le informó sobre lo visto durante
cuatro años viajando por Suramérica, estudiando la exuberante naturaleza del trópico,
remontando el Orinoco o los Andes, las inmensa llanuras o las impenetrables selvas.
Ya en el poder los decretos y normas promulgadas por 'el Libertador',
incluyeron medidas de conservación y buen uso de las aguas, creación de juntas
provinciales para fomentar la agricultura, el comercio y la industria, resolución sobre
exportación de ganados, resolución para la protección de las vicuñas en el Perú,
normas para declarar propiedad del Estado las minas y reglamentación para su
explotación, decretos para defender y preservar los pueblos indígenas y normas sobre
repartición de tierras de la comunidad. Estas últimas disposiciones, se pueden
considerar como los antecedentes de la reforma agraria del siglo XX en varios países
de América Latina. En esencia, buscaban entregar a cada individuo, de cualquier sexo
o edad, una fanegada de tierra en lugares pingües y regados y dos en lugares estériles.
Incluso, el decreto establecía la extinción del dominio, a quienes al cabo de un año de
la adjudicación no hubiesen emprendido el trabajo, es decir, la mantuviesen ociosa.
Los decretos y resoluciones mencionados sintetizan el legado ambientalista de
'el Libertador'. Bolívar no es un conservacionista, ni un ambientalista biocentrista,
tampoco un antiecologista, como han dicho algunos. Su legado ecologista se puede
situar en un ambientalismo antropocentrista débil. No sobrepone la especie humana
sobre las otras especies, pero establece normas que permiten conservar los recursos
naturales y el medio ambiente, con el fin de satisfacer necesidades de los humanos.
Además y, quizá, sea más acertado ubicar su pensamiento y su ideario político, social
y ambiental en una corriente más amplia de la Ecología Política, que cuestiona el
intercambio ecológico desigual, entre las metrópolis y los países del Sur, los ricos y
los pobres, las multinacionales y los productores locales. Un ambientalismo de la
equidad y la justicia, donde impere la armonía entre los seres humanos y de estos con
otros seres de la naturaleza y el planeta: ese es, a mi juicio, el legado ecológico de 'el
Libertador'.
De igual forma, nuestro Libertador fue un pensador para todos los tiempos
diversas ideas filosóficas de Bolívar resultan muy significativas, pues tienen que ver
con problemas de mayor magnitud como la cuestión del determinismo universal. A su
juicio el hombre poseía una libertad de acción "natural", la cual le permitía
emprender obras colosales, evidencia del privilegio que le otorgó a la acción humana.
Por ello, sus formulaciones estaban llenas de pretensiones de generalización
filosófica, y por tanto de proyección universal. Asimismo, insistió en el papel del
factor subjetivo, del lado activo del sujeto en toda relación en la que intervenga el
factor humano.
Su confianza en el hombre y su capacidad auto perfectible fueron revelados a
través de los criterios sobre el papel de los pueblos como gestores de sus propios
destinos, y en la función de la violencia revolucionaria como partera de la historia, así
se evidencia en su idea: "El pueblo que ama su independencia, por fin la logra”. De
sumo baluarte fueron las vías utilizadas y las fundamentaciones formuladas para
lograr que el hombre alcanzara cada vez niveles superiores de libertad en todos los
planos, no sólo en el político, aún cuando haya sido esta la esfera de la vida política
donde básicamente contribuyó a la emancipación del hombre latinoamericano.
Realizó, además análisis con el fin de enjuiciar los factores adversos al
proceso independentista; en los cuales se conjugan las propuestas para resolver
conflictos de carácter circunstancial y las formulaciones que por su nivel de
abstracción penetraron en el terreno filosófico, pues se trataba de un conflicto entre lo
progresivo y lo regresivo, así como entre las fuerzas materiales y las espirituales de la
sociedad.
Bolívar le otorga a la subjetividad una fuerza extraordinaria, pues sitúa en la
exclusiva actividad humana la esperanza potencial de toda liberación. Concibe la
libertad como un producto complejo elaborado a partir de componentes naturales y
sociales pues según él: "La libertad, no se mantiene, ni se logra fácilmente; hay que
intentar alcanzarla siempre" .Él fue ante todo un representante de la vanguardia de los
genuinos hombres de su época. Y una época de ilustración reclamaba hombres
ilustrados e ilustradores, que asimilaran las ideas más avanzadas del momento, él lo
fue.
Simón Bolívar no fue un simple receptor del pensamiento filosófico de la
ilustración, sino activo contribuyente y gestor en gran medida. Simón Bolívar es una
síntesis del pensamiento moderno, pero además una hermenéutica, un interpretador,
un re-interprete de todas estas ideas; como lo decía Montesquieu, según las realidades
del suelo desde donde se están interpretando las ideas políticas. Se ganó, por mérito
propio un merecido lugar en la historia de las ideas filosóficas de Nuestra América.
Asimismo, como escritor, Simón Bolívar nos legó ensayos brillantes como
“La Carta de Jamaica”, “El Manifiesto de Cartagena” o “El Discurso de Angostura”
que son considerados la esencia del pensamiento bolivariano, vigente aún hoy en día.
Además escribió infinidad de cartas y proclamas con un estilo único e inconfundible.
Simón Bolívar sólo, escribió más que todos los otros próceres de Latinoamérica
juntos. Se desconoce, así mismo, la utilidad y la influencia que tuvo la prensa en las
batallas del Libertador y el valor que éste mismo le daba. Simón Bolívar decía que la
imprenta era su “artillería del pensamiento”. Simón Bolívar fundó en 1818 el Correo
del Orinoco, periódico fundamental para la creación de Colombia, cuya publicación
cesó en 1822, a vísperas de la independencia de Suramérica, donde el Libertador
sostuvo resonantes polémicas con la prensa realista bajo diversos seudónimos. Se
considera al Correo del Orinoco como el principal órgano de la guerra intelectual del
Libertador. Además, Simón Bolívar fundó periódicos como El Peruano, decano de la
prensa del Perú hasta nuestros días. Ahí escribió infinidad de cartas, ensayos y
críticas literarias. Creó directamente decenas de periódicos durante su gesta heroica o
sus sugerencias y artículos tuvieron influencia en decenas de periódicos patriotas.
En cuanto a la educación, laque imaginaba Bolívar era para una época y una
realidad, para una situación social, política y económica concreta, era el caso de
Venezuela. No tenía como propósito el mantener una situación existente, sino que
pretendía una transformación en forma radical. Se educaría con el objetivo de
construir la noción de patria americana y no para mantener la idea de España como
patria; no se buscaría el conservar una estructura político administrativa caduca, sino
justamente, para destruirla y construir una adecuada; no para la idea de una ficticia
paz y armonía.
Bolívar sugería una educación revolucionaria; una educación para el futuro
de Venezuela. No debemos olvidar que Simón Rodríguez fue el maestro que más
influencia tuvo sobre Bolívar y que él era un revolucionario en el campo educativo
hizo que su ilustre alumno pusiera en práctica las ideas por él fomentadas. Bolívar fue
un visionario para su época; además de la educación para el trabajo, buscó
innovaciones en Educación Superior, en formar escuelas donde las niñas pudieran
formarse al igual que los varones, buscó la promoción de la educación popular, de la
integración social en las escuelas y hasta llegó a enviar becarios a Europa.
Bolívar siempre le concedió al proceso educativo especial importancia y en el
cifró las esperanzas de poder inculcarle a los ciudadanos las ideas de patria y
prepararlos para el desarrollo integral de la nación. El Libertador tuvo claras las ideas
de lo que debería hacerse con la educación. En su opinión las personas debían
ocuparse de estudios. Las ciencias aplicadas, las técnicas y oficios, y buscaba que los
jóvenes de su época compartieran con él sus ideas. Su idea era que cooperaran con el
desarrollo económico del país. El pionero de la Educación para Simón Bolívar es
considerado el Trabajo. Dio gran importancia al educador como forjador de naciones
y dijo: El objeto más noble concepto que tuvo del oficio de frases en que se refirió a
su que puede ocupar al hombre, es ilustrar a sus semejantes. Para el Libertador el
trabajo docente estaba en el lugar más elevado, de él dependía la formación de la
juventud. La educación tenía que ser popular y complemento de la acción de patria, la
comprensión plena de sus deberes ciudadanos, y una formación intelectual que
impidiera que le quitasen sus derechos. También la educación ayudaría a comprender
la necesidad del cumplimiento del deber; para el libertador de nada valía ser libre si
se continuaba en la ignorancia de ahí que para él: "Un pueblo ignorante es
instrumento ciego de su propia destrucción”.
También, Encontramos en él, una faceta para muchos desconocida y poco
divulgada, como es la de Abogado Honoris Causa en Derecho; encontrándose en
Lima el 3 de junio de 1826, las dignas autoridades de la Universidad Mayor de San
Marcos, la más antigua de América, fundada el 12 de mayo de 1551, presidida por
el Rector Miguel Tafur, representantes del gobierno, de los magistrados de la Corte
Suprema, de las máximas autoridades de la iglesia, miembros del Colegio de
Abogados del Perú, invitados especiales y público asistente, nuestro Libertador
recibe el título de Abogado Efectivo, no honorífico.
En ese acto "el claustro limeño reconocía en Bolívar sus profundos
conocimientos en las ciencias jurídicas, autor de leyes y de constituciones" Es
importante destacar con toda propiedad que Simón Bolívar no recibió un "doctorado
honoris causa" sino un verdadero título académico revestido de todas las
formalidades legales del doctorado ante las autoridades rectorales y jurídicas con
facultadas para conferir el título académico de Doctor en Derecho y con la asistencia
de los Magistrados de la Corte Suprema, de la Corte Superior, de los miembros de los
Colegios de Abogados, el Consejo de Gobierno y el Cabildo Eclesiástico.
En este hecho de la vida gloriosa de Simón Bolívar, como así lo reconoció la
Universidad de San Marcos de Lima, no solo se presentó al acto a recibir el Título de
Doctor en Derecho, sino que previamente exigió ser examinado sobre sus
conocimientos y vocación jurídica. Bolívar, el padre de la Patria, El Libertador, el
estadista, el militar, el civilista, el político, el hacedor de leyes y constituciones, el
defensor de la justicia, fue y es para la humanidad Doctor en Derecho, con título
académico.
Como militar, el Libertador participó en numerosas batallas por la
Independencia de América. Como jefe comandó 37 combates y ganó 27. Desde un
punto de vista geográfico, las campañas de Bolívar han sido las más extensas que
haya realizado cualquier militar en América. Eleazar López Contreras, en su libro
«Bolívar conductor de tropas», sintetizó de este modo las condiciones de estratega
militar del Libertador: “Las campañas bolivarianas constituyen la mayor escuela de
guerra y patriotismo para los hijos de las seis repúblicas formadas por Bolívar, que se
desarrollan al amparo de su nombre, de su gloria y de su doctrinas internacionalistas”.
Con solo 47 años Bolívar peleó en 447 batallas siendo derrotado solo 6 veces.
Liberó seis naciones. Cabalgó 123 000 kilómetros, o sea, que recorrió a caballo 10
veces más territorio que Aníbal, tres veces más que Napoleón y el doble de Alejandro
Magno, y cruzó a pie, al frente de su ejército libertador, sin ropas, calzado y
alimentos adecuados, la casi infranqueable Cordillera de Los Andes, con
temperaturas bajo cero y a más de 6 000 metros de altura.
Sin embargo, ante las consecuencias de los acontecimientos bélicos ocurridos,
es importante destacar que Bolívar no era un militar profesional en el sentido literal
de la palabra, y mucho menos un teórico de la Estrategia. Su formación militar fue
básica y su instrucción teórica no pasó los límites de las nociones de disciplina y
jerarquía, su paso por las formaciones militares coloniales de Venezuela fue breve y
se ha comprobado que nunca estuvo en L'École de Sorèze ni en ningún otro instituto
militar de ninguna clase. La forma en que desarrolló sus diversas campañas militares
y la terminología utilizada en su correspondencia sugieren que sus éxitos no pudieron
deberse a casualidades afortunadas, poseía conocimientos de estrategia militar más
avanzados de los que debía tener por su formación.
Mediante el análisis de sus hazañas bélicas se aprecia que Bolívar utilizaba los
fundamentos de la Planificación y Estrategia para elaborar sus operaciones y, en
determinadas acciones, demostró tener conocimientos de clásicos del arte de la guerra
aplicando tácticas como la del orden oblicuo del rey Federico II de Prusia,
formaciones romanas descritas por Tito Livio; puso también en práctica los principios
militares de Maquiavelo, era consciente de la importancia de la economía de fuerza,
hacía análisis del terreno y del adversario y consideraba fundamental el uso de la
Logística.
Dentro de la literatura militar se sabe que Bolívar leyó la Polibio y la Guerra
de las Galias de Julio César, pero además, existen indicios suficientes para creer que
manejó los textos militares de Mauricio de Sajonia y del Conde de Guibert. Sin
embargo, se sabe casi con seguridad que no conoció las obras de Montecuccoli hasta
1824, ni los estudios sobre Napoleón hasta cuando casi terminó sus campañas
militares.
Todo esto da como resultado un balance militar favorable a Bolívar ya que, a
pesar de una supuesta escasa formación militar puesta en entredicho, ha demostrado
ser un auténtico líder que dio la talla como estratega dotado de audacia e imaginación.
Al mismo tiempo, para el Libertador lo social y lo colectivo primaba sobre lo
individual. La esclavitud estaba en pleno apogeo en su tiempo. Desde luego, pasar de
ella al trabajo asalariado, donde el hombre dejaba de ser un simple objeto que se
compra y se vende, para negociar su fuerza física y mental con un patrono ,constituía
por supuesto un paso trascendental, una superación social, un progreso evidente. Aun
en su tiempo, y siempre que ello fue viable, apoyó el trabajo colectivo de la tierra,
para que se realizase éste en un pie de igualdad y se distribuyeran con justicia los
beneficios económicos de la labor.
Sabiendo, en consecuencia, que Bolívar era poseedor de un espíritu
revolucionario, progresista, avanzado, inclinado a lo social y comunitario,
seguramente que hoy en día apoyaría sin vacilaciones un sistema como el
cooperativista, tan alejado del capitalismo como del burocratismo estatista.
De igual forma, Bolívar dejó plasmada una gran obra política. La importancia
de estudiar la obra política de Simón Bolívar radica en que sus ideas y su proceder
político sintetizan el proyecto de toda una generación de criollos independentistas.
Analizar la obra de Bolívar significa conocer los cimientos de la sociedad
latinoamericana.
La actuación y el proyecto político de Bolívar suscitaron diversas opiniones:
los liberales repudiaban lo que consideraban como centralismo y autoritarismo de
Bolívar; los republicanos detectaban recetas monarquistas tras los esquemas de
organización política propuestos por el libertador. Por su lado, los ideólogos de la
expansión europea intuían en el proyecto bolivariano de unidad latinoamericana una
voluntad de resistencia a aquella penetración. Durante los veinte años de su vida
política, Bolívar fue un revolucionario cabal que luchó contra los realistas españoles y
criollos, y buscó y promovió la unidad latinoamericana en 1825 y 1826, para romper
el tutelaje advenedizo de los expansionistas norteamericanos.
Como afirma Rufino Blanco Fombona, Bolívar ejerció el liderazgo de la
empresa política "más grandiosa que ha conocido la humanidad", pero el empeño de
este hombre no se agotaba en la aventura de destruir colonias y fundar patrias como
quien corona cordilleras. La mayor empresa de Bolívar fue precisamente aquélla en
que nunca triunfaría plenamente: la de construir repúblicas sólidas mediante la
edificación de un Estado fuerte y un sistema democrático liberal.
Es en este intento, cuya versión más acabada fue el establecimiento de la
«Gran Colombia», donde el Libertador muestra los distintos rostros que el olvido ha
pretendido acallar, y donde el rescate de las aspiraciones y desaciertos del hombre por
encima de las virtudes del héroe de la patria es necesario, no sólo para visualizar la
independencia de América como un proceso condicionado por una multiplicidad de
causas, sino fundamentalmente para comprender las circunstancias que llevaron a
Bolívar a convertirse en el fundador de la Patria cuando menos lo esperaba, y en el
dictador de la Gran Colombia cuando menos lo deseaba. Quizá todo ello pueda servir
también para explicar por qué hoy en día, a casi doscientos años de su desaparición,
Simón Bolívar sigue siendo el presente de América.
Los principales escritos políticos de Bolívar son el Manifiesto de Cartagena
(1812), las Cartas de Jamaica (1815), el Discurso de Angostura (1819), y el Discurso
ante el Congreso Constituyente de Bolivia (1825). Cada documento corresponde
también a una distinta etapa de política y de guerra, así que no es precisamente el
mismo pueblo al que Bolívar alude en 1825 y 1812, ni son los mismos problemas
institucionales que se plantean.
En el Manifiesto de Cartagena (1812) señalo abiertamente su crítica al sistema
federal, al considerarlo como una de las causas de la perdida de la primera república.
No se oponía al sistema en sí, pues lo consideraba el "más perfecto y capaz de
proporcionar la felicidad humana", pero al mismo tiempo lo veía como "el más
opuesto a los intereses de los nacientes estados”. La razón de su oposición al sistema
federal radicaba en el hecho de que los ciudadanos no estaban preparados para
funcionar bajo un sistema que él consideraba débil, apto para otras naciones ya
constituidas, pero no acorde con la capacidad que en ese movimiento tenían los
venezolanos para ejercer por sí mismos y ampliamente sus derechos, porque carecían
de las virtudes políticas que se necesitan para que funcionara el sistema republicano.
Igual consideración repite en La Carta De Jamaica al criticar la forma de gobierno
federal que se erigió en Venezuela en 1811 y en la Nueva Granada al constituirse en
república. También hace la misma consideración en el Discurso de Angostura al
criticar la constitución de 1811. En contraposición al federalismo, Bolívar propone, y
así se estableció en la constitución de angostura, en la de Colombia y en la de Bolivia,
un sistema centralista de gobierno. Cuando en la Carta De Jamaica propone la
integración de naciones, y concretamente la República de Colombia, al unir a
Venezuela con la Nueva Granada, el sistema que debía implantarse era el centralista.
En el Discurso de Angostura, al proponer una estructura de gobierno con una
constitución, establece la necesidad de una república popular, representativa, con un
ejecutivo fuerte que representa el centralismo en su visión política. Para Bolivia, al
crear la república, propuso un Ejecutivo vitalicio (que dura desde que se obtiene hasta
el fin de la vida), muestra fehaciente de su concepción política defensora del
centralismo.
Para bolívar ser independiente no era simplemente alcanzar la autonomía era
necesario para estabilizar la obra e ir alcanzando progresivamente que conformaran
una sociedad libre y soberana es decir una sociedad donde los ciudadanos pueden
gozar y disfrutar de las garantías de libertad, igualdad, seguridad y propiedad a través
de la constitución y las leyes y la voluntad colectiva, y donde los ciudadanos cumplan
sus deberes y derechos.
Además de lo antes planteado, Bolívar fue un gran estadista, para comprender
esta faceta de nuestro Libertador Simón Bolívar como estadista, es importante
destacar que éste además de militar se le conoce como hombre preocupado por todos
los asuntos del Estado, de allí, que en su pensamiento y obra destaca la importancia
de que el Estado considerara no solo los problemas de la guerra., sino de la propiedad
privada, las relaciones con otros países, los recursos naturales, la libertad de
expresión, el derecho y la justicia para todos los ciudadanos.
Bolívar como estadista, tuvo proyección más allá de las fronteras en el tiempo
y el espacio, porque su proyecto de independencia no se limito solamente al territorio
venezolano sino que abarco a la mayoría de las naciones a las que soñó unidas o
confederadas en una poderosa alianza americana. Como estadista, actuó como
presidente de Venezuela, Colombia y Perú, apegado a las leyes y a las instituciones
republicanas. Hasta sus últimos días, el libertador o firmemente el desorden y la
anarquía.
El estadista es el ser semilla, el ente fundacional. La gestión de gobierno es de
futuro, subordina los intereses personales dándole prioridad a los nacionales; dirige
con mente lúcida y criterio independiente. El estadista es ajeno al clientelismo
electoral. Los mejores ciudadanos los selecciona por la competencia profesional y
honestidad. El político solo tiene ambiciones, considera el erario como propio, carece
de ética y es un malabarista. La desfachatez es la norma y la inmunidad es la ley. El
juega vivo es la carta de presentación y la impunidad lo caracteriza.