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HISTORIA DE HONDURAS

SEGUNDA UNIDAD
PERÍODO COLONIAL
MATERIAL PARA LA SEGUNDA UNIDAD DE HISTORIA DE HONDURAS
EL PERÍODO COLONIAL

SITUACIÓN DE EUROPA DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XV

Los antiguos, hasta la Edad Media, solo tenían conocimientos vagos e incompletos acerca de tres de las
seis partes de nuestro planeta. Las dificultades que ofrecía la navegación solo les permitió conocer
parcialmente Europa, Asia y África, de modo que las mismas naciones del Mediterráneo poco o nada
sabían de las del norte europeo.

A inicios de la Edad Media, los marinos no se aventuraban navegar lejos en alta mar. Los mercaderes y
marinos europeos conocían solamente los mares que bañaban Europa. Poco a poco, sin embargo, la
técnica de la navegación marítima comenzó a perfeccionarse, fue inventada la brújula y con ella se podía
dejar de lado los temores de perder la dirección en alta mar. Comenzaron a construirse embarcaciones a
vela, livianas y fácilmente manejables: las carabelas. En cuanto al desarrollo económico, el comercio y las
industrias prosperaron a pesar del feudalismo y de las continuas guerras medievales, especialmente en las
naciones del Mediterráneo.

Con el lejano Oriente se sostenía un valioso intercambio comercial, que se efectuaba por tres distintas vías,
dos marítimas y una terrestre; desde China, Japón, India, Arabia y Persia partían largas caravanas que
conducían artículos manufacturados, sedas, especias, tapices, piedras preciosas, perfumes, etc., a cambio
de lanas y metales que entregaba Europa.

El monopolio de este importante comercio, único vínculo entre europeos y asiáticos, estaba acaparado por
Venecia y Génova, desde cuyos puertos se reexpedían los productos orientales a España y Portugal, y por
vía terrestre a los demás países de Europa. El Mediterráneo se vio así surcado por las numerosas flotas
comerciales de aquellas dos ciudades, que llegaron a poseer unos cuatro mil barcos de variado tonelaje.

En el siglo XIV, los marinos italianos ya sabían dibujar mapas bastante exactos, aunque sobre ellos era
representado principalmente el mar Mediterráneo, por ser el más conocido. Pero ya en el siglo XIII
empezaron a difundirse por Europa antigua las ideas de los griegos, particularmente la teoría de
Eratóstenes (284 – 192 a.C.) matemático, astrónomo, geógrafo, filósofo y poeta, quién alrededor del año
240 a.C. midió la circunferencia de la tierra con una precisión extraordinaria; y la doctrina del geógrafo
Claudio Tolomeo (100 – 170 d.C.) astrónomo y matemático, quién planteó un modelo del Universo con la
Tierra en el centro. En el modelo, la Tierra permanece estacionaria mientras los planetas, la Luna y el Sol
describen complicadas órbitas alrededor de ella. Sus teorías y explicaciones astronómicas dominaron el
pensamiento científico hasta el siglo XVI.

El comercio europeo con oriente se hacía por intermedio de las caravanas árabes, a través de las grandes
rutas que unían el litoral oriental de los mares Mediterráneo y negro con la India y otros lejanos países del
continente asiático. Los árabes por su mediación obtenían grandes utilidades, y vendían las mercaderías
ocho y hasta diez veces más caro de lo que habían pagado por ellas.

Pero las conquistas de los turcos, que se habían apoderado del litoral oriental del mar Mediterráneo,
interrumpían continuamente esta actividad comercial. El perjuicio que ello les ocasionaba, obligó a los
europeos buscar la manera de no tener que depender de la mediación de los árabes y hallar un nuevo
camino a la India.

La toma de Constantinopla por los turcos en 1453 y la ocupación del Asia Menor, planteó a Europa un
problema de difícil solución. El dominio de los turcos cerró todas las vías comerciales y Europa, que
necesitaba de los productos orientales, comprendió que la solución del problema era encontrar nuevas
rutas de comunicación entre sus puertos y los mercados asiáticos.

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Tres inventos de trascendental importancia para la humanidad facilitaron en parte la solución de este
angustioso problema:

 El perfeccionamiento de la brújula a finales del siglo XIII;


 La invención de la imprenta con caracteres móviles y,
 La invención de la pólvora.

Con el perfeccionamiento de la brújula se solucionaban los problemas de navegación durante la noche o en


días nublados, pues hasta ese momento los marineros se habían guiado exclusivamente por el sol y las
estrellas. La difusión de libros que contenían relatos de viajes, y entre ellos la descripción de los
maravillosos países visitados por Marco Polo (1254 – 1324), así como la publicación de algunas cartas de
navegación, impulsaron eficazmente las exploraciones marítimas ya emprendidas.

El desarrollo de la navegación, la construcción de barcos y con ello, la ampliación de las rutas comerciales,
contribuía a ensanchar el horizonte de los hombres y despertaba en ellos el interés por la geografía, la
astronomía, la mecánica y las matemáticas.

Referente a la pólvora, conocida en china antes de la era cristiana, fue adaptada por los europeos a las
necesidades de la guerra, dando origen a las armas de fuego. Estas constituyeron durante la conquista de
América un elemento de gran importancia, más por el efecto moral que destructor, ya que los aborígenes
aterrorizados huían ante la detonación producida por la combustión de la pólvora.

Los cambios provocados en la navegación estuvieron acompañados por mejores instrumentos, cartas de
navegación más exactas y líneas de autoridad más claras para los capitanes de las naves. La mejora en la
navegación unió el mundo del comercio con vínculos más estrechos, agilizó el traslado de cargas que de
otra manera podían echarse a perder, creó una comunidad de fabricantes de instrumentos, e hizo posible
transportar cargas rodeando África.

La navegación en aguas tropicales trajo cambios en el diseño de los barcos, nuevas cargas, conocimiento
de enfermedades y nuevas formas de finanzas. Por ejemplo, la madera de las embarcaciones se podría
con mayor rapidez en los trópicos; por eso, las naves que surcaban esas aguas tenían que reemplazarse
con mayor frecuencia. Esto junto con el incremento de las distancias de navegación y la necesidad de
llevar más cargas a mayores velocidades, dio pie a pactos comerciales cada vez más complejos. Los
europeos izaron las velas antes de ensillar los caballos, y las artes de navegación se convirtieron en las
primeras herramientas de la conquista europea del mundo.

La expansión del comercio estimuló a la industria. A pesar del crecimiento del capitalismo, Europa no había
experimentado todavía la plena revolución industrial, y casi toda la “manufactura” seguía siendo lo que las
raíces latinas de la palabra sugieren: “hecho a mano”. La expansión del comercio y la industria contribuyó
al auge de la banca, los riesgos de prestar dinero eran considerables, pero también lo eran las posibles
utilidades.

Una minoría de la población europea vivía en los centros urbanos hacia finales del siglo XV, pero estas
ciudades estaban propiciando importantes cambios en la vida de la mayoría rural. Los mercaderes a
menudo invertían sus riquezas en propiedades agrícolas; los nobles que adquirían intereses en las
ciudades por lo regular conservaban sus fincas en el campo; y los campesinos a menudo se mudaban a la
ciudad como obreros o se convertían en artesanos en la granja.

Fueron las dificultades existentes en el Mediterráneo a partir de la segunda mitad del siglo XV las que
propiciaron los viajes portugueses hacia el sur, a lo largo de las costas africanas, atravesando el océano
Indico hasta llegar a las costas de la India en 1498. A partir de ese entonces, los portugueses comenzaron
el saqueo de la India, exportando desde allí las preciadas mercaderías orientales: especias, pepitas de oro,
marfil, piedras preciosas y tejidos de seda. Los portugueses desalojaron a los mercaderes árabes de la

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India y fundaron en ella sus colonias. Con algunos años de anticipación, fue llevado a cabo otro
descubrimiento importante. En 1492, el genovés Cristóbal Colón descubrió América.

Colón consiguió convencer a la reina Isabel que era posible llegar al continente Asiático, navegando
continuamente, no hacia el este, sino hacia el oeste, a través del océano Atlántico. El 3 de agosto de 1492,
salió del puerto español de Palos con tres pequeñas carabelas y el 12 de octubre llegó a una pequeña isla
del grupo de las Bahamas, la Guanahani, a la que llamó San Salvador. Colón descubrió posteriormente las
islas de Cuba y de Haití, y en los tres viajes consecutivos visitó Jamaica, las Antillas, Centroamérica y la
costa septentrional de América del sur, en la desembocadura del Orinoco.

Todas estas tierras fueron declaradas posesiones del rey de España. Hasta el fin de sus días, Colón estuvo
convencido de que las tierras por él descubiertas se hallaban inmediatamente al lado de la costa oriental de
Asia y por eso a los habitantes de esos países se les llamó indios. Otro viajero, el Florentino Américo
Vespucio aclaró que Colón había dado con una parte desconocida del mundo. Vespucio exploró y describió
la parte septentrional de América del sur y llegó a la conclusión de que esas tierras formaban un continente
nuevo. Por su nombre precisamente fue llamada América.

Las primeras disputas entre los europeos por el reparto del nuevo mundo se dieron entre España y
Portugal; para mediar el asunto se escogió al Papa. El 4 de mayo de 1493 el Papa Alejandro VI máxima
autoridad del catolicismo emitió una bula estableciendo la línea alejandrina, basada en puntos geográficos
parta delimitar las anexiones que se hiciesen los dos reinos en sus conquistas.

El reparto se estableció por una línea meridiana imaginaria, mediante ésta a España le correspondía las
posesiones al occidente y a Portugal al oriente. Con el reparto divino se le adjudicó Brasil a Portugal, y todo
aquello que estuviese dentro de las 370 leguas al oeste de las Islas Azores y del Cabo Verde.

Este acuerdo fue formalizado mediante el Tratado de Tordesillas el 7 de julio de 1494. Quedó excluida
Francia sujeta al papado de Roma, Inglaterra no respetó este acuerdo, posteriormente inició su propio
movimiento expansionista hacia América, al igual que Francia y Holanda.

ACCESO AL CONTINENTE AMERICANO POR PARTE DE LOS EUROPEOS

Durante la antigüedad y la Edad Media, el mar Mediterráneo fue el más importante centro comercial de la
Europa occidental. En realidad, el espacio geográfico conocido por los europeos era muy reducido; del mar
mediterráneo al mar del norte y de las costa de Portugal a Mesopotamia. Se sabía, desde los viajes de
Marco Polo (siglo XIII), de la existencia de un lejano oriente desde el cual llegaban la seda y las especies a
los Estados musulmanes del próximo oriente.

La existencia del océano Atlántico era evidente, pero parecía muy arriesgado adentrarse en tan
inmensurable mar. La ampliación del mundo conocido fue el resultado de los grandes descubrimientos
geográficos llevados a cabo por portugueses y castellanos a finales del siglo XV.

Las motivaciones de tipo económico, el desarrollo del capitalismo comercial había incentivado el espíritu de
lucro. Se hacía necesario llegar directamente a los remotos lugares de los que procedían las especies, la
seda y las piedras preciosas sin tener que bordear el contingente africano. Junto al estímulo económico, el
ambiente intelectual en que se desenvolvieron los hombres renacentistas (sed de aventuras, afán de gloria)
contribuyo igualmente a preparar el camino de los grandes descubrimientos.

Aunado al estímulo humano, el desarrollo científico y los descubrimientos técnicos fortalecieron el interés
de conocer. La brújula ya conocida desde el siglo XIII fue mejorada, el astrolabio instrumento para medir las
alturas de los astros y de ese modo establecer la latitud fue perfeccionado por los marinos del siglo XV. Se
desarrolló también la cartografía, con la realización de cartas marinas y los mapas que describían las
costas.

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La concepción sobre la esfericidad de la tierra se divulgó entonces. Sin embargo, pese a lo revolucionario
de dicha teoría, para el hombre del renacimiento, el océano Pacifico no existía. El litoral de Cipango
(Japón) y el de Catay (China) debían hallarse tras muchas jornadas de navegación por el gran mar (océano
Atlántico). Nada se sospechaba sobre la existencia intermedia del continente americano.

Los avances de la navegación y de la cartografía abrieron nuevos horizontes a la audacia de los marinos
europeos. Se planteaba un nuevo reto; conocer lo que había más allá de los límites impuestos al mundo
por la superstición y la ignorancia. Cristóbal Colón, Fernando Magallanes y Vasco de Gama, entre otros se
lanzaron en busca de la exploración de nuevas tierras y rutas marítimas desconocidas.

En efecto, los siglos XIV, XV y XVI de nuestra era, se caracterizaron en Europa por la inquietud de los
comerciantes italianos, portugueses y españoles, de encontrar nuevas vías comerciales con el lejano
oriente, ya que el tráfico por el mar mediterráneo oriental se encontraba cerrado a los cristianos debido al
dominio de la zona por los turcos otomanos. Las múltiples exploraciones realizadas por portugueses y
españoles en busca de otras rutas comerciales hacia el oriente dieron su fruto, la existencia de un nuevo
continente: América.

Los navegantes portugueses, que con la idea de llegar a la India para abrir rutas comerciales y puertos de
abasto y defensa para sus barcos, navegaron hacia el sur por toda la costa de África. Los reinos españoles
que luchaban en el siglo XV por expulsar a los moros de su territorio, habían proyectado también la
conquista del mar y la búsqueda de rutas nuevas a la India. La llegada de los primeros europeos a tierras
americanas no se realizó como parte de un proyecto orientado a la búsqueda de un nuevo continente. La
expedición por ejemplo de Cristóbal Colón auspiciado por la monarquía católica de España estaba
orientada, en un principio, como una misión comercial.

Como la expedición de Colón, hubieron otras en América que, con menor o mayor suerte, culminaron con
la expansión del dominio español y portugués en el nuevo continente; es decir, con la fundación de
gobernaciones, virreinatos y provincias que sentaron las bases de ricos y enormes imperios coloniales, que
han de contarse entre los más grandes que Europa haya conocido jamás. A mediados del siglo XVI,
España estaba ampliando su dominio sobre grandes porciones territoriales del nuevo continente. La
diversidad de pueblos nativos así como las regiones geográficas, permitió que se establecieran distintos
tipos de gobierno y de administración territorial.

“DESCUBRIMIENTO”

El 12 de octubre de 1492, navegantes españoles, bajo el mando de Cristóbal Colón divisaron por primera
vez tierras americanas. Medio siglo más tarde, casi todo el hemisferio americano, en parte ocupado por
extraordinarias civilizaciones, se hallaba bajo el dominio español y portugués. La gran mayoría de las
poblaciones asentadas en Centroamérica, pasaron a formar parte del Imperio Colonial español.

La conquista de América le permitió a España convertirse en la mayor potencia europea. Para la población
indígena represento una catástrofe en tanto elimino de golpe sus formas de organización política,
sustituyendo sus religiones ancestrales y causando un fuerte descenso de la población. Casi a finales del
siglo XV llegaron los europeos a estas tierras que llamaron América. Su presencia causo desconcierto
entre los indígenas que habitaban desde hace siglos esta parte del mundo. La llegada de los europeos fue
producto de diversos acontecimientos que se vivían en el continente europeo.

La necesidad de expansión del naciente capitalismo condujo a intentar la aventura transoceánica. Ella fue
posible debido a los avance científicos en la náutica (brújula, cartas marina, astrolabio para medir la
longitud, etc.), por los nuevos conceptos sobre esfericidad de la tierra, por los progresos de la técnica naval
en la construcción de barcos y por la capacidad de la floreciente burguesía, para financiar riesgosos viajes
de una envergadura desconocida hasta entonces. La burguesía comercial ibérica buscaba en la segunda
mitad del siglo XV una nueva ruta a las indias con el fin de quebrar el monopolio que los árabes y los turcos
ejercían sobre el Mediterráneo después de la toma de Bizancio en 1453.

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El descubrimiento de América fue un triunfo no solo de la burguesía comercial española sino también de los
banqueros genoveses, flamencos y alemanes. Este suceso permitió a la burguesía europea en su conjunto
dar un salto progresivo en las empresas bancarias y manufactureras. El descubrimiento del muevo mundo
posibilitó el avance industrial, socavó las bases estructurales del feudalismo y contribuyó, en una medida
no debidamente apreciada todavía por los historiadores europeos, al desarrollo del capitalismo moderno.

Un hecho de singular importancia en la historia de la llegada de los españoles al nuevo continente fue el
matrimonio de los herederos a las coronas de Castilla y Aragón, Isabel y Fernando, en 1469. Esta unión
favoreció la guerra de reconquista de los territorios de España que se encontraba en poder de los
musulmanes o moros, como les llamaban los españoles, desde el año 711 d.C.

En torno a Castilla y Aragón se unificaron los diferentes reinos que dividían la Península Ibérica, para
derrotar y expulsar a los musulmanes. En enero de 1492, la ciudad de granada, último bastión de los
musulmanes en España, se rindió a las tropas comandadas por los reyes católicos, finalizando así casi
siete siglos de ocupación musulmana de la península. Al término de la guerra de reconquista los reinos
españoles que habían participado en ella se repartieron los territorios despojados a los musulmanes. Entre
las metas de los reyes católicos, al impulsar los viajes de exploración y descubrimiento de nuevas tierras se
afirma:

 La misión de convertir al cristianismo a los infieles que en esas tierras habitaran.

 El interés económico y político que dicha corona española perseguía.

 Que la expansión de Europa en América buscó utilizar argumentos religiosos para justificar propósitos
de sometimiento, explotación y dominio.

La sed de poder y riqueza despertó el interés, además de la corona española, del reino de Portugal que
desde años antes había establecido su dominio político y comercial sobre rutas marítimas que conducían a
algunas islas del océano pacifico y al lejano oriente bordeando las costas de África.

La rivalidad entre ambas coronas conllevo al reconocido genovés Cristóbal Colon a presentar un proyecto
ante el rey de Portugal. En este proyecto Colón afirmaba que navegando al oeste se podía llegar a las
tierras de Cipango y Catay, actualmente Japón y China. Dicho proyecto no fue aceptado por los
portugueses, por lo que Colón lo presento a los Reyes Católicos de España quienes mostraron interés ante
la expectativa de establecer una nueva ruta marítima que beneficiara al comercio español.

Las Capitulaciones de Santa Fe

Las cosas suplicadas y que Vuestras Altezas dan y otorgan a don Cristóbal de Colón en alguna satisfacción de lo que ha
descubierto en las mares océanas y del viaje que ahora con la ayuda de Dios ha de hacer por ellas en servicio de Vuestras
Altezas son las que se siguen:

Primeramente, que Vuestras Altezas, como Señores que son de las dichas mares océanas, hacen desde ahora al dicho don
Cristóbal Colon su almirante en todas aquellas islas y tierras firmes que por su mano o industria se descubrirán o ganarán en
las dichas mares océanas para durante su vida y, después de él muerto, a sus herederos y sucesores de uno en otro
perpetuamente, con todas aquellas preeminencias y prerrogativas pertenecientes a tal oficio y según que don Alfonso
Enríquez, quondam, almirante mayor de Castilla, y los otros sus predecesores en el dicho oficio lo tenían en sus distritos.

Place a Sus Altezas. Juan de Coloma.

Otrosí, que Vuestras Altezas hacen al dicho don Cristóbal su virrey y gobernador general en todas las dichas tierras firmes e
islas que, como dicho es, él descubriere o ganare en las dichas mares; y que, para el regimiento de cada una y cualquiera de
ellas, haga él elección de tres personas para cada oficio y que Vuestras Altezas tomen y escojan uno, el que más fuere su
servicio; y así serán mejor regidas las tierras que Nuestro Señor le dejará hallar y ganar a servicio de Vuestras Altezas.

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Las Capitulaciones de Santa Fe

Place a Sus Altezas. Juan de Coloma.

Ítem, que de todas y cualesquiera mercaderías, siquiera sean perlas, piedras preciosas, oro, plata, especiería y otras
cualesquiera cosas y mercaderías de cualquier especie, nombre y manera que sean que se compraren, trocaren, hallaren,
ganaren y hubieren dentro en los límites del dicho almirantazgo, que desde ahora Vuestras Altezas hacen merced al dicho
don Cristóbal y quieren que haya y lleve para sí la décima parte de todo ello, quitadas las costas todas que se hicieren en
ello, por manera que de lo que quedare limpio y libre haya y tome la dicha décima parte para sí mismo y haga de ella a su
voluntad, quedando las otras nueve partes para Vuestras Altezas.

Place a Sus Altezas. Juan de Coloma.

Otrosí, que si, a causa de las mercaderías que él trajera de las islas y tierras que así como dicho es se ganaren o descubrieren
o de las que en trueque de aquellas se tomaren acá de otros mercaderes, naciere pleito alguno en el lugar donde el dicho
comercio y trato se tendrá y hará que, si por la preeminencia de su oficio de almirante le perteneciera conocer del tal pleito,
pliega a Vuestras Altezas que él o su teniente y no otro Juez conozcan del tal pleito, y así lo provean desde ahora.

Place a Sus Altezas si pertenece al dicho oficio de almirante según que lo tenía el dicho almirante don Alonso Enríquez,
quondam, y los otros sus antecesores en sus distritos, y siendo justo. Juan de Coloma.

Ítem, que en todos los navíos que se armaren para el dicho trato y negociación, cada y cuando y cuantas veces se armaren,
que pueda el dicho don Cristóbal Colón, si quisiere, contribuir y pagar la octava parte de todo lo que se gastare en el
armazón y que también haya y lleve del provecho la octava parte de lo que resultare de la tal armada.

Place a Sus Altezas. Juan de Coloma.

Son otorgadas y despachadas, con las respuestas de Vuestras Altezas en fin de cada capítulo, en la villa de Santa Fe de la
vega de Granada, a XVII de abril del año del nacimiento de Nuestro Señor Mil CCCCLXXXXII [1492].

Yo el Rey Yo la Reina

Por mandado del Rey y de la Reina: Juan de Coloma

La expedición del primer viaje de Colón fue realizada mediante capitulaciones que se definen como
contratos privados para realizar las empresas de descubrimiento y conquista. Debido a la escasa fuerza
militar y económica de los soberanos españoles, se llegó a favorecer las capitulaciones en las cuales
invirtieron tres partes:
a) El Rey que otorga el permiso y le corresponde el Quinto Real.
b) Los capitalistas armadores, comerciantes o banqueros, que proporcionaban los barcos, la pacotilla, etc.
c) El jefe de la expedición, encargado de reclutar el personal de la misma.

En estas Capitulaciones de Santa Fe, firmadas por los Reyes Católicos el 17 de abril de 1492, le fueron
otorgadas a Colón una serie de prerrogativas, honores y títulos nunca antes o después otorgados a nadie:

 El primer título le permitió a Colón contribuir con 1/8 de los costos de la empresa del primer viaje y el
derecho a recibir la décima parte de todo los beneficios (productos de las nuevas tierras incluyendo oro,
plata y piedras preciosas.
 El segundo título de Almirante de todas las islas o tierras que lograra descubrir, garantizando este
título para sus descendientes.
 El tercer título es de Virrey y gobernador por medio del cual representaba a los Reyes de España
“sobre todas las tierras firmes y de las islas que pudiera descubrir y adquirir en esos mares”.

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 El tercer título Capitán General de las naves de la flota real, por medio del cual impartía justicia, daba
empleo y ponía multas.

En resumen Colón gozaba de poderes absolutos entre 1492 y 1509, sin embargo, conscientes del poderío
que se había acumulado en sus manos, los mismos Reyes irrespetaron las capitulaciones.

Lectura:

El descubrimiento de que la Tierra es un mundo pequeño se llevó a cabo como tantos otros importantes
descubrimientos humanos en el antiguo Oriente próximo, en una época que algunos humanos llaman siglo
tercero a.C., en la mayor metrópolis de aquel tiempo, la ciudad egipcia de Alejandría, vivía allí un hombre
llamado Eratóstenes (276 – 194 aC.). Uno de sus envidiosos contemporáneos le apodó “Beta”, la segunda
letra del alfabeto griego, porqué según decía Eratóstenes era en todo el segundo mejor del mundo. Pero
parece claro que Eratóstenes era “Alfa” en casi todo. Fue astrónomo, historiador, geógrafo, filósofo, poeta,
crítico teatral y matemático. Los títulos de las obras que escribió van desde Astronomía hasta sobre la
libertad ante el dolor.

Fue también director de la gran Biblioteca de Alejandría, donde un día leyó un libro de Papiro que un
puesto avanzado en la frontera meridional, en Siena, cerca de la primera catarata del Nilo, en el mediodía
del 21 de junio un palo vertical no proyectaba sombra. En el solsticio de verano, el día más largo del año, a
medida que avanzaban las horas y se cercaba en mediodía las sombras de las columnas del templo iban
acortándose, en el mediodía habían desaparecido. En aquel momento podía verse el Sol reflejado en el
agua en el fondo de un pozo hondo. El Sol estaba directamente encima de las cabezas.

Era una observación que otros podrían haber ignorado con facilidad. Palos, sombras, reflejos en pozos, la
posición del Sol: ¿qué importancia podían tener cosas tan sencillas y cotidianas? Pero Eratóstenes era un
científico, y sus reflexiones sobre estos tópicos cambiaron el mundo; en cierto sentido hicieron el mundo.
Eratóstenes tuvo la presencia de ánimo de hacer un experimento; de observar realmente si en Alejandría
los palos verticales proyectaban sombras hacia el mediodía del 21 de junio. Y descubrió que sí lo hacían.

Eratóstenes se preguntó entonces a qué se debía que el mismo instante que un bastón no proyectara en
Siena ninguna sombra mientras que en Alejandría, a gran distancia hacia el norte, proyectaba una sombra
pronunciada. Veamos un mapa del antiguo Egipto en dos palos verticales de igual longitud. Uno clavado en
Alejandría y el otro en Siena. Supongamos que en momento dado cada palo no proyectara sombra alguna.
El hecho se explica de modo muy fácil: basta suponer que la Tierra es plana. El Sol se encontrará entonces
encima mismo de nuestras cabezas. Si los dos palos proyectan sombras de longitud igual. La cosa también
se explica en una Tierra plana: los rayos del Sol tienen la misma inclinación y forman el mismo ángulo con
los dos palos. Pero ¿cómo explicarse que en Siena no había sombra y al mismo tiempo en Alejandría la
sombra era considerable?

Eratóstenes comprendió que la única respuesta posible es que la superficie de la Tierra está curvada. Y no
sólo esto: cuanto mayor sea la curvatura, mayor será la diferencia entre las longitudes de las sombras. El
Sol está tan lejos que sus rayos son paralelos cuando llegan a la Tierra. Los palos situados formando
ángulos diferentes con respecto a los rayos del Sol proyectan sombras de longitudes diferentes. La
diferencia observada en las longitudes de las sombras hacía necesario que la distancia entre Alejandría y
Siena fuera de unos siete grados lo largo de la superficie de la Tierra; es decir que si imaginamos los palos
prolongados hasta llegar al centro de la tierra formarían allí un ángulo de siete grados. Siete grados es
aproximadamente un cincuentava parte de los trescientos sesenta grados que contiene la circunferencia
entera de la Tierra.

Eratóstenes sabía que la distancia entre Alejandría y Siena era de uno 800 kilómetros, porque contrató a un
hombre para que lo midiera a pasos. Ochocientos kilómetros por 50 dan 40,000 kilómetros: ésta debía ser
pues la circunferencia de la Tierra.

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Ésta es la repuesta correcta. Las únicas herramientas de Eratóstenes fueron palos, ojos, pies y cerebros, y
además el gusto por la experimentación. Con estos elementos dedujo la circunferencia de la Tierra con un
error de sólo unas partes por ciento, lo que constituye un logro notable hace 2200 años. Fue la primera
persona que midió con precisión el tamaño del planeta. (Cosmos, Carl Sagan, Editorial Planeta, 1980, pp.
14 y 15)

Los Primeros Encuentros

América Central fue el escenario del contacto de los primeros europeos con las grandes culturas de las
Américas. Parece ser que Cristóbal Colón, durante su cuarto viaje, fue el primer europeo que vio las playas
de esta área. Habiendo alcanzado sus barcos el Golfo de Honduras en 1502, él y su tripulación avistaron
Guanaja, una de las Islas de la Bahía, y capturaron una gran canoa llena de gente y productos que iba
rumbo a Honduras. Colón y sus hombres estaban encantados de observar señales evidentes de una
civilización avanzada y de un comercio desarrollado de algodón, cacao y otros productos. Parecía que por
fin había encontrado las ricas civilizaciones continentales que eran el objetivo de los cuatro viajes.

Si Colón hubiera doblado al oeste o al noroeste habría, sin duda, encontrado mucho más evidencia de
poblaciones densas y culturas desarrolladas en el Yucatán maya, pero inexplicablemente dobló al oriente,
hacia el cabo de Gracias a Dios y después hacia abajo, a la costa Caribe de Nicaragua. Los pocos
indígenas que vio durante su trayecto eran tan primitivos como cualquiera de los de las islas y con la
excepción de una breve estadía en Costa Rica, donde las gentes más avanzadas que él vio pudieron haber
sido un grupo de comerciantes Nahual, Colón pasó por alto Mesoamérica, y posiblemente nunca supo de
su existencia.

Después de la partida del gran explorador, América Central fue ignorada durante dos décadas. Existe
alguna evidencia de incursiones hechas en las Islas de la Bahía para capturar esclavos y posiblemente aún
en la costa continental de la Bahía de Honduras entre 1510 y 1520, pues los españoles de Cuba y otras
islas buscaban formas de llenar el vacío demográfico que había sido creado por la muerte de la mayor
parte de la población aborigen.

Las invasiones españolas en América Central, cuando finalmente se efectuaron, comenzaron desde dos
áreas, México y el Darién, los orígenes de tantas conquistas. Es significativo que los dos oleajes entraran
en América Central de un modo muy similar a como los invasores y mercaderes de Sur América y México
central lo habían hecho por centurias utilizando las mismas rutas de penetración, acompañándose
convenientemente de indígenas auxiliares y mozos que conocían bien estas rutas.

Los centroamericanos de los años veinte del siglo XVI, se encontraban singularmente desprevenidos para
hacer frente a los recién llegados y el resultado fue una extensa devastación, degradación y mortalidad. Al
igual que en todas partes los españoles fueron precedidos por sus temibles aliados, las epidemias
europeas: viruela, peste neumónica y tifus.

El descubrimiento y posteriormente el proceso de conquista y colonización representará una desintegración


de las identidades culturales y disolución de la concepción del mundo que poseía la población indígena.
Sus territorios serán drásticamente arrebatados y posteriormente sometidos a condiciones adversas.

La conquista suele verse como un choque de armas, como un evento bélico, y a aquello se debe que
tengamos de aquel dramático suceso una visión tan estrecha y tan falsa. Es necesario comprender que los
indios no quedaron conquistados por el mero hecho de haber sido derrotados… los indios no estuvieron
sujetos y dominados mientras no se les despojó de sus fuentes de riqueza – apropiación de tierras - y se
les sometió a la esclavitud, más tarde a servidumbre.

Vale decir que la lucha armada fue solamente un medio, un recurso para llegar al sometimiento económico
y, que este último fue el momento decisivo de la conquista. Y aún puede demostrarse que la evangelización
fue una tercera fase: sometimiento ideológico, necesario, al igual que la fase militar, para la consolidación
de la conquista económica.
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Al llegar los europeos a América las sociedades indígenas se verán obligadas a cambiar sus esquemas
tradicionales de vida por otros estilos y estructuras sociales totalmente diferentes a los cuales no estaban
acostumbrados, todo ello originará grandes transformaciones; descenso demográfico, cambios en sus
patrones de asentamiento y destrucción de antiguas formas de vida. Las consecuencias de la presencia
europea en América estuvieron dirigidas a conseguir tres grandes objetivos;
 someter a la población indígena;
 civilizar a los indígenas, esto es, hacer que vivieran de acuerdo a los patrones culturales de los
conquistadores, y
 aprovechar todas las posibilidades económicas de las tierras conquistadas, incluyendo desde luego
las ganancias que pudiera proporcionar la explotación del trabajo de sus habitantes.

Así se inició una organización política, social, económica y cultural de todas las poblaciones aborígenes. El
dominio político de los gobernantes prehispánicos fue sustituido y desarticulado por las estructuras políticas
europeas. La fundación de ciudades y pueblos se realizaron como entes de posesión territorial y como
centros desde donde eran administradas y colonizadas.

Los estados prehispánicos pasaron a formar parte de un sistema de control cuya máxima autoridad era la
“majestad” y quien decía recibir su poder directamente de Dios. En consecuencia entre los indígenas ya no
había reyes ni nobles pasando a ser vasallos y súbditos directos de la corona.

Templos, plazas y demás construcciones serán destruidas; prácticas ceremoniales y cultos erradicados,
siendo estos últimos tipificados como hechicerías y cultos idolátricos. La conversión al cristianismo de los
indígenas fue indispensable para lograr su incorporación plena a la sociedad colonial. Aun así muchas
comunidades indígenas conservarán prácticas heredadas de sus antepasados que los eclesiásticos no
pudieron erradicar. Asimismo se obligaron a los indígenas a realizar trabajos forzosos bajo diversas formas
de organización de la mano de obra, desde la esclavitud hasta el trabajo asalariado obligatorio.

Los naturales fueron puestos en una situación económica malísima, obligados a trabajar en las condiciones
más duras para único provecho de sus amos, se vieron en adelante privados de toda posibilidad de
superación, en posición de inferioridad económica y por ende también social y política, todo esto puede
reducirse al siguiente esquema causal:

a) Inferioridad tecnológica, y por ende de cultura general, en el momento de los primeros contactos y
de las luchas armadas.

b) Sometimiento económico y conversión del indio en fuente de riqueza para el nuevo grupo
dominante: esclavitud y servidumbre.

c) De allí inferioridad general permanente, derivada de las condiciones a que quedaron reducidos los
nativos.

Las formas de posesión de la tierra cambiaron. Después de la conquista, la corona quedó como la única y
legítima dueña de todas tierras de los indígenas. Se produjo la transmisión de todos los derechos que
poseían los estados prehispánicos al nuevo poder político que encarnaba el rey.

A partir de entonces la corona era la encargada de repartir las tierras, a los nuevos dueños, a los
conquistadores. Los indígenas fueron obligados a cultivar nuevas plantas y a criar animales hasta entonces
desconocidas para ellos. Para controlarlos de una mejor manera los organizaron en pueblos construidos al
modelo europeo, destruyendo sus antiguas formas de organización social e imponiendo instituciones
políticas semejantes a las de Europa.

9
Lo que trajo Cristóbal Colón y no se enseña en los colegios.

El Reino de terror de Colón es uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia.
Sorprendentemente, Colón supervisó la venta de niñas nativas a la esclavitud sexual.

Las niñas de 9 a 10 años eran las más deseadas por sus hombres. En 1500, Colón escribió casualmente sobre ello en su
diario. Dijo:

"Cien castillos son tan fáciles de conseguir para una mujer como para una granja, y esto es muy general y hay muchos
traficantes que buscan niñas; las de nueve a diez años están ahora en demanda."

Obligó a estos pacíficos nativos a trabajar en sus minas de oro hasta que murieron de agotamiento. Si un trabajador "indio"
no entregaba toda su cuota de polvo de oro antes de la fecha límite de Colón, los soldados le cortaban las manos y se las
ataban al cuello para enviar un mensaje. La esclavitud era tan intolerable para esta dulce y gentil gente de la isla que en un
momento cien de ellos se suicidaron en masa. La ley católica prohibía la esclavitud de los cristianos, pero Colón resolvió
este problema. Simplemente se negó a bautizar a los nativos de La Española.

En su segundo viaje al Nuevo Mundo, Colón trajo cañones y perros de ataque. Si un nativo se resistiera a la esclavitud, le
cortaría una nariz o una oreja. Si los esclavos trataban de escapar, Colón los quemaba vivos.

Otras veces, enviaba perros de ataque para cazarlos, y los perros arrancaban los brazos y las piernas de los nativos que
gritaban mientras aún estaban vivos. Si los españoles se quedaron sin carne para alimentar a los perros, los bebés
arahuacos fueron matados para comer.

Los actos de crueldad de Colón fueron tan indecibles y tan legendarios - incluso en su época - que el gobernador Francisco
De Bobadilla arrestó a Colón y a sus dos hermanos, los ató con cadenas y los envió a España para que respondieran por
sus crímenes contra los arahuacos. Pero el rey y la reina de España, con su tesoro lleno de oro, perdonaron a Colón y lo
liberaron.

Uno de los hombres de Colón, Bartolomé De Las Casas, estaba tan mortificado por las brutales atrocidades de Colón
contra los nativos que dejó de trabajar para Colón y se convirtió en un sacerdote católico. Describió cómo los españoles
bajo el mando de Colón cortaban las piernas de los niños que huían de ellos para probar el filo de sus cuchillas. Según De
Las Casas, los hombres hacían apuestas sobre quién, con un solo golpe de su espada, podía cortar a una persona por la
mitad.

Dice que los hombres de Colón derramaron gente llena de jabón hirviendo. En un solo día, De Las Casas fue testigo ocular
cuando los soldados españoles desmembraron, decapitaron o violaron a 3000 nativos. "Se cometieron tales inhumanidades
y barbaridades a mis ojos como ninguna edad puede ser paralela", escribió De Las Casas. "Mis ojos han visto estos actos
tan extraños a la naturaleza humana que ahora tiemblo mientras escribo."

De Las Casas pasó el resto de su vida tratando de proteger a los indefensos nativos. Pero después de un tiempo, no
quedaban nativos que proteger. Los expertos coinciden en general en que antes de 1492, la población de la isla de La
Española probablemente superaba los 3 millones de habitantes. A los 20 años de la llegada de España, se redujo a sólo
60.000. En 50 años, no se pudo encontrar ni un solo habitante nativo original.

En 1516, el historiador español Pedro Mártir escribió:

"Un barco sin brújula, gráfico o guía, pero sólo siguiendo el rastro de los indios muertos que habían sido arrojados de los
barcos donde podían encontrar su camino desde las Bahamas hasta La Española."

Cristóbal Colón obtuvo la mayor parte de sus ingresos de la esclavitud, observó De Las Casas. De hecho, Colón fue el
primer traficante de esclavos de las Américas. Cuando los esclavos nativos murieron, fueron reemplazados por esclavos
negros. El hijo de Colón se convirtió en el primer comerciante de esclavos africano en 1505.

Fuentes: Trata de esclavos -asesinos en masa- colón central irlandés- Libro de Todorov la conquista de America. Estractos
de Bartolome de las Casas.

10
PROPÓSITOS DE LA COLONIZACIÓN DE AMÉRICA

En la Europa de finales del siglo XV se gestaba una concepción del estado orientada hacia la organización
de un sistema económico que condujera al enriquecimiento y fortalecimiento de las estructuras sociales.
Los recursos económicos necesarios para la realización de estos propósitos se obtenían por medio de:
 la tributación o impuesto;
 de una política comercial destinada a lograr en balance favorable en el intercambio y,
 mediante una política de expansión territorial.

Esta última tendía a facilitar la apropiación de recursos naturales adicionales y a crear una situación
caracterizada por la disponibilidad de mano de obra abundante, buscando fomentar la extracción de
metales preciosos y el cultivo de productos de gran demanda en el comercio internacional.

Cuando el imperio español y portugués se apoderaron del oro y la plata existente en América se planteó la
tarea de organizar la producción minera y lo hicieron a través de un sistema productivo basado en la
explotación de recursos humanos necesarios, fue así como se organizaron las actividades agropecuarias
para asegurar la alimentación que requerían los trabajadores de las minas, plantaciones y los propios
conquistadores. Esencialmente es una estrategia política tendiente a institucionalizar nuevas formas de
producción que les posibilite apropiarse de los recursos naturales y del trabajo producido de las colonias sin
ninguna retribución, es decir, consiste en la institucionalización de nuevos y novedosos regímenes del
trabajo, de tributación y de comercio.

Son estas condiciones las que explican por qué la organización colonial española en América se centra en
torno a dos formas de sociedad preexistente: (la de los Aztecas y los Incas) ya que en sus territorios
existía abundancia de materiales preciosos, de mano de obra para ser explotada y de una agricultura que
posibilitaba la subsistencia de la población y de la reproducción de las condiciones en que operaban los
colonizadores.

Hasta cuando se agotan estos recursos o están por agotarse, el imperio español representado por los
conquistadores, en el nombre de Dios y del Rey empiezan a explotar nuevas áreas. En otras palabras, los
determinantes que subyacen en los viajes realizados por los conquistadores y que contribuyeron a la
expansión territorial del imperio español no son sino determinantes económicos que aparecen cubiertos
con otros rostros (expansión de la fe cristiana y para llevar la civilización a los naturales de América).

La conquista de Centroamérica es un episodio confuso y complicado debido a la cantidad de invasiones por


diversos puntos, donde destaca principalmente el caso de Honduras. En este territorio confluyeron y
lucharon entre sí conquistadores procedentes de Nicaragua, México, Guatemala y Santo Domingo.

En su último y cuarto viaje Cristóbal Colón exploró en 1502, las Islas de la Bahía y la costa atlántica desde
el cabo de Honduras (llamado punta Caxinas o punta Castilla), hasta Panamá. Pasaron dos décadas para
que fueran organizadas otras expediciones de exploración en el territorio Hondureño. Durante el período
comprendido entre los primeros viajes de Colón y el inicio de la conquista de la región continental, los
españoles afianzaron su dominio sobre las islas del mar Caribe que más tarde sirvieron como plataforma
para la conquista del continente.

La caída del imperio mexicano de los aztecas, entre 1519 y 1521, inauguró el período de conquista de
Centro América la que, tanto geográfica como culturalmente, aparecía como una prolongación de México.
El mismo Hernán Cortés (1485 – 1547), principal protagonista de la conquista del imperio azteca, participó
activamente en la conquista de Honduras entre 1524 y 1525. Las primeras expediciones hispanas de
conquista se dirigieron hacia Honduras desde diferentes asentamientos españoles: Panamá, la isla
Hispaniola (República Dominicana) y México. Este hecho será motivo una larga disputa jurisdiccional entre
los conquistadores, que en algunas ocasiones intentó resolverse militarmente, prolongándose así la
duración de la conquista de Honduras.

11
LA LEYENDA DE QUETZALCÓATL
La leyenda Mejicana de Quetzalcóatl se refería a un
hombre bien dispuesto que llagó hace mucho de oriente,
fue descrito como de tez blanca, con barba y que vestía
una túnica larga. Estuvo un tiempo entre ellos
enseñándoles habilidades y ciencia, les dio reglas morales
y leyes. Cómo no tuvo mucho éxito en sus enseñanzas
(especialmente en las morales) y conspiraron contra él,
decidió marcharse por oriente, no sin antes prometer que
volvería pero que entonces traería a sus hijos que les
dominarían como señores haciéndoles pagar por sus
males.

Esta leyenda favoreció hasta tal punto a Cortés que le


permitió conquistar todo el imperio Azteca con un mínimo
de hombres, ya que él y sus soldados eran tenidos por los
hijos de Quetzalcóatl, no sólo por su apariencia, sino por
los signos que precedieron a su venida que indicaban sin
lugar a dudas sus intenciones legítimas (para los indios).
Hernán Cortés

Fueron muchos los presagios que pusieron sobre aviso al emperador


mejicano Moctezuma y a su pueblo, siendo cada uno más terrible y
sembrando el miedo y la incertidumbre en todo el imperio Azteca, todos
ellos fueron descritos por los cronistas mejicanos.

El primero fue un "cometa" que fue descrito como una llama de fuego de
forma piramidal, apareció en medio del oriente antes de media noche y
allí estuvo hasta que salió el sol y su luz lo ocultó. Hay que tener en
cuenta que los aztecas eran expertos astrónomos (su calendario era el
más exacto de los conocidos) y entendían a la perfección los fenómenos
astrales como para asustarse por algo común.

El segundo fue que un gran incendio destruyó el templo, y según nos


cuentan, el fuego salía desde dentro de los maderos y el agua avivaba el
fuego. Otro día cayó un rayo sin trueno sobre el dios del fuego e
incendió su templete.

Días después otro cometa que apareció brillando en pleno día surcó
Moctezuma
todo el cielo de occidente a oriente. Ya empezaba a cundir el pánico
entre todos los súbditos de Moctezuma, y este llamaba a todos sus consejeros, brujos y adivinos para que le
explicaran los fenómenos, pero estos no hallaban respuestas. Otro portento tuvo lugar en la capital Azteca (que
se hallaba en medio de un lago), sin hacer viento se levantó una gran tempestad y el agua se encabritó hasta tal
punto que destruyó algunas casas de la costa y muchos barcos.
El pánico y la preocupación fueron en aumento, más cuando se empezaron a oír voces en el cielo de una mujer
que lloraba diciendo:"¡oh hijos míos, ya estamos a punto de perdernos!", y también "¡oh hijos!, ¿a dónde os
llevaré?"

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No todos los presagios ocurrían en la capital, la gente informaba que en muchos lugares del imperio aparecían
hombres con dos cabezas, cuando los llevaban ante Moctezuma, viéndoles, desaparecían sin decir nada. Otro día
un ave del tamaño y color de una grulla fue recogido hacia media noche por los pescadores y llevado ante el
emperador, ya que tenía en la cabeza un espejo redondo y muy pulido. Moctezuma al mirar el espejo vio las
estrellas del cielo y, espantado, apartó la vista. Al volver a mirar de nuevo vio gente a caballo que se dirigían
todos juntos armados hacia su imperio.

Otro día vieron a medianoche hacia oriente un humo blanco que se espesaba hasta relumbrar y hacer que
pareciera medio día. Al informar al emperador éste no les creyó y esperó a la noche siguiente para verlo con sus
propios ojos, y entonces apareció de nuevo y creyó todo lo que le habían contado.

Cómo los hechiceros y adivinos no supieron darle una explicación murieron emparedados unos y otros
estrangulados y echados a la laguna mejicana. Cómo hacía poco que Moctezuma había sido proclamado
emperador no había hecho todavía ninguna obra para conmemorar su reinado decidió tallar una piedra en su
honor.

Se labró una enorme piedra en lo alto de una colina, pero resultaba imposible bajarla (y tenían práctica puesto
que sus templos eran todos de piedra). Después de varios intentos, esta piedra les habló: "decidle a Moctezuma
que para que me quiere... que ya no es tiempo de hacer
lo que ahora acuerda, que antes lo había de haber hecho,
porque ya ha llegado su término para él." Pero
Moctezuma no se rinde y manda que le hagan sacrificios,
le canten y le bailen para que le den ganas de ir a la
ciudad.

Y parece funcionar, ya que la consiguen llevar hasta un


cruce con un puente, entonces la piedra dice "hasta aquí
ha de ser y no más", entonces el sólido puente de cedro
nueve palmos de espesor se quebró y la piedra cayó al
agua. No pudieron encontrarla ni aun cuando el propio
Moctezuma fue a buscarla. La hallaron poco después en
lo alto del cerro desde donde la bajaron contra su
voluntad. Quetzalcóatl

Tras otros muchos sucesos extraños se informó a Moctezuma de que se había visto en la costa una isla que se
movía (un barco) lleno de gente de tez pálida y barbas (era Cortes y sus tropas), entonces Moctezuma quedó
cabizbajo y sin palabras porque había comprendido que los hijos de Quetzalcóatl habían llegado por fin a reclamar
lo suyo como indicaban los signos.

LA CONQUISTA MILITAR

La conquista militar de los españoles sobre los principales pueblos indígenas en el siglo XVI fue el inicio de
un largo periodo de dominación política, económica y religiosa que duró trescientos años. América se
convirtió en una posesión más de la Corona de Castilla, que la ocupo y exploto, es decir, la convirtió en una
colonia bajo el nombre de las Indias Occidentales.

En el caso de Honduras, el sometimiento armado se dio en dos etapas: en la primera sobresalieron


Pedrarias Dávila, Gil Gonzáles Dávila y Cristóbal de Olid, imponiéndose a éstos Hernán Cortés. En la
segunda cobraron figura Francisco de Montejo, Andrés Cereceda y Pedro de Alvarado. La conquista se
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caracterizó por pleitos intransigentes entre los conquistadores rivales en que los indígenas a menudo eran
involucrados como víctimas inocentes. Fue así que conquistadores, viniendo hacia el sur desde México y al
norte desde Panamá, se encontraron en Honduras y rivalizaron entre ellos por el control del área. Así los
esfuerzos por pacificar a los indígenas iban acompañados por batallas entre los mismos españoles, y aún
entre facciones rivales de un mismo bando, quienes a menudo utilizaban a los indígenas como fuerzas
militares.

La conquista del área fue aún más difícil por la presencia de numerosos grupos indígenas independientes
quienes, en el mejor de los casos, formaban débiles confederaciones. Esto significo que los españoles no
pudieron lograr un control efectivo a través de las alianzas políticas con unos cuantos principales indígenas.
Más bien tuvieron que conquistar a cada grupo por separado; además apenas pacificaban un grupo, estos
volvían a alzarse contra ellos. Durante el periodo de 1530, la resistencia indígena estaba generalizada por
el occidente de Honduras, donde era coordinada por Çicumba, cuya fortaleza estaba ubicada en el valle de
Ulúa. Un llamado de Pedro de Alvarado en Guatemala, resulto en la derrota de Çicumba y en la
tranquilidad momentánea de la resistencia. Sin embargo la pacificación de Alvarado, con el auxilio de
indígenas guatemaltecos, fue particularmente brutal y aumentó el odio de los indígenas del occidente de
Honduras.

Otro alzamiento al que tuvieron que hacerle frente los españoles fue el legendario Lempira cuya fortaleza
era el Peñol de Cerquín. Se estima que más de 2,000 guerreros indígenas estaban al mando de él. El
alzamiento de Cerquín también inspiro la resistencia en el Valle de Comayagua y en los contornos
montañosos de San Pedro. Las guerras en contra de los indígenas eran duras y no fue sino hasta 1539 que
Francisco de Montejo logro finalmente conquistar el occidente y centro de Honduras, antes de dirigirse al
oriente a pacificar el valle de Olancho. Aunque la resistencia indígena del centro y occidente de Honduras
fue la mejor organizada y más difícil de suprimir, la de los indígenas del oriente del país fue prolongada y
de hecho persistió a lo largo del periodo colonial. Los malos tratos y la esclavización hicieron en los
indígenas exacerbar su odio hacia los españoles, quienes al poder de las armas muchos perdieron sus
vidas.

Poco tiempo después bajo la dominación armada los indígenas fueron convertidos en esclavos, los cuales
eran repartidos en encomiendas lucrativas según los méritos de cada conquistador. La encomienda
(permiso que otorgo la Corona para explotar, tanto una determinada extensión de tierra como el trabajo de
sus habitantes), se estableció como una forma de aliviar las tensiones sobre los soldados y para premiar a
los conquistadores por su participación en la guerra; recibiendo tierras e indios de acuerdo con el papel que
desempeñaron y con la cantidad que aportaron para la empresa.

De esta manera, los conquistadores se convirtieron en encomenderos y ocuparon el sitio más alto de la
nueva organización social, sustituyendo a las máximas autoridades tradicionales indígenas, caciques y
nobles. Con este acto legitimaban la propiedad exclusiva de la corona sobre las tierras y el sometimiento de
la población como súbditos o vasallos, a la manera en que había sucedido en Europa. Por su parte,
muchos pueblos indígenas se opusieron al dominio español y fueron vencidos por las armas y la
evangelización.

LOS PRIMEROS ESPAÑOLES EN AMÉRICA

El principal problema que enfrentaron los conquistadores en América fue la comunicación con los naturales.
Según avanzaron los descubrimientos y las primeras conquistas, algunos españoles aprendieron las
lenguas de los naturales, pero se hizo costumbre el capturar indios para que aprendieran el castellano y
sirvieran de intérpretes.

En 1512 se publican las Leyes de Burgos mediante las cuales se crea el requerimiento, el sistema de
encomiendas, la reducción de los naturales a pueblos, y la responsabilidad de los encomenderos de
cristianizar y castellanizar a los indios.

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 El requerimiento era un documento leído a los naturales, generalmente por un intérprete, en el que los
españoles les exigían aceptar la Iglesia y la Corona de Castilla sometiéndose a las enseñanzas de la fe;
si los indios lo rechazaban, comenzaban las hostilidades.

De parte del Emperador y Rey don Carlos, y doña Juana, su madre, Reyes de Castilla, de León, de Aragón… Domadores de
gentes bárbaras.

…Dios nuestro Señor dio cargo a uno, que fue llamado S. Pedro, para que de todos los hombres del mundo fuese señor y
superior a quien todos obedeciesen, y fue cabeza de todo el linaje humano, dondequiera que los hombres viviesen en
cualquier ley, secta o creencia; y dióle todo el mundo por su Reino y jurisdicción y como quiera que él mandó poner su silla
en Roma, como el lugar más aparejado para regir el mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes, cristianos, moros,
judíos, gentiles o de cualquier otra secta o creencia que fueren…

Uno de los Pontífices pasados que en lugar de éste sucedió en aquella dignidad y silla que he dicho, como señor del mundo
hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Océano a los dichos Rey y Reina y sus sucesores en estos Reinos, con
todo lo que en ella hay…

Así que sus Majestades son Reyes y señores de estas islas y tierra firme por virtud de la dicha donación; y como a tales
Reyes y señores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido notificado, han recibido a sus Majestades, y los han
obedecido y servido y sirven como súbditos lo deben hacer, y con buena voluntad y sin ninguna resistencia y luego sin
dilación, como fueron informados de los susodichos, obedecieron y recibieron los varones religiosos que sus Altezas les
enviaban para que les predicasen y enseñasen nuestra Santa Fe y todos ellos de su libre, agradable voluntad, sin premio ni
condición alguna, se tornaron cristianos y lo son, y sus Majestades los recibieron alegre y benignamente, y así los
mandaron tratar como a los otros súbditos y vasallos; y vosotros sois tenidos y obligados a hacer lo mismo.

Por ende, como mejor podemos, os rogamos y requerimos que entendáis bien esto que os hemos dicho, y toméis para
entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo, y reconozcáis a la Iglesia por Señora y superiora del Universo
Mundo, y al Sumo Pontífice, llamado Papa, en su nombre, y al Emperador y Reina doña Juana, nuestros Señores, en su
lugar, como a superiores y Señores y Reyes de esas islas y tierra firme en virtud de la dicha donación.

Si así lo hicieseis, haréis bien, y aquello que sois tenidos y obligados, y sus Altezas y nos en su nombre, os recibiremos con
todo amor y caridad, y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y haciendas libres y sin servidumbre, para que de ellas y de
vosotros hagáis libremente lo que quisieseis y por bien tuvieseis, y no os compelerán a que os tornéis cristianos, salvo si
vosotros informados de la verdad os quisieseis convertir a nuestra santa Fe Católica, como lo han hecho casi todos los
vecinos de las otras islas, y allende de esto sus Majestades os concederán privilegios y exenciones, y os harán muchas
mercedes.

Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios nosotros
entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os
sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia, y al de sus Majestades, y tomaremos vuestras personas, e a vuestras mujeres
e hijos, e los haremos esclavos, e como tales los venderemos, y dispondremos de ellos como sus Majestades mandaren, e os
tomaremos vuestros bienes, e os haremos todos los daños e males que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni
quieren recibir a su Señor y le resisten e contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea
vuestra culpa y no de sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen…

Hasta la entrada en vigencia de las Leyes Nuevas (1542), encomienda, reducciones, cristianización y
enseñanza del castellano estuvieron bajo la responsabilidad de los encomenderos. La dominación colonial
se superpuso a las estructuras económicas y sociales de las poblaciones autóctonas. Al inicio de la
invasión de América las poblaciones nativas poseían y cultivaban de forma legítima sus tierras, antes de la
conquista. De ahora en adelante las tierras y demás recursos se consideraban propiedad de la corona, las
cuales fueron otorgadas a los colonizadores; pero para que estos recursos crearan riqueza era necesario
conseguir mano de obra. De ahí derivaron dos sistemas para la apropiación de la fuerza de trabajo del
indio, la encomienda y el repartimiento.

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 La encomienda era una donación temporal de la corona a los españoles que habían participado
activamente en el descubrimiento, con méritos de conquista y colonización de los pueblos amerindios
en la cual por espacio de una o dos vidas, podrían disponer de los indios para trabajar la tierra asignada
– y/o percibiendo los tributos de un conglomerado indígena -. Como contraparte el encomendero debía
de cuidar y alimentar a los indios asignados y enseñarles en el nombre de la corona los principios de la
fe y la lengua castellana, si el encomendero no podía hacerlo directamente debía de pagar a una
persona o a un doctrinero para que lo hiciera.

De esta manera, los conquistadores se convirtieron en encomenderos y ocuparon el sitio más alto de la
nueva organización social, sustituyendo a las máximas autoridades de la tradición indígenas, los
sacerdotes y ciertos caciques. Con este acto legitimaban la propiedad exclusiva de la corona sobre las
tierras y el sometimiento de la población como súbditos o vasallos, a manera de siervos adscritos a la tierra
con antecedentes en la servidumbre europea durante la época feudal. Por su parte, muchos pueblos
indígenas se opusieron al dominio español y fueron vencidos por las armas (Lempira y Xicumba entre
otros).

Por concepto de vasallaje, el indígena estaba obligado a pagar tributo, en especie o en servicios
personales al rey; sin embargo, este pago no se hacía de forma directa a la corona, sino que se tributaba al
encomendero en recompensa por su participación en la conquista. El tributo en especie consistía en la
entrega de víveres, ropa, leña, productos artesanales, etc., a las nuevas autoridades españolas, en cambio
los servicios personales consistía en la dotación de indígenas para la construcción de edificios, casas,
iglesias y otras obras; a esta prestación de servicios estaban sujetos solamente los hombres en edad
productiva, (de 18 a 50 años), y tenía carácter personal.

En 1535 se emitió una Real Célula la cual encarga a las órdenes religiosas que funden escuelas para la
enseñanza del castellano a la élite indígena. Posteriormente, las Leyes Nuevas de Indias (1542)
pretendieron corregir los golpes demográficos devastadores que los encomenderos habían asestado a la
población indígena. Sin eximir totalmente a los encomenderos de cristianizar a los indios, la corona
transfiere a las órdenes religiosas el peso fundamental de la conversión e hispanización de los naturales.

Los religiosos, en especial los franciscanos, mercedarios, agustinos y dominicos, fueron a partir de ese
momento los encargados de lograr pacíficamente las reducciones y de organizar los pueblos de indios. En
estas reducciones se prohibía la entrada a los españoles, mestizos y pardos. Así las órdenes religiosas
acapararon casi exclusivamente el control de los indígenas en nombre de la corona.

Después de este primer periodo en que los conquistadores dominan el territorio centroamericano, el rey de
España, preocupado ante el afán desmedido de riqueza de sus soldados, creo la audiencia de los confines
en la ciudad de Gracias a Dios (1543), que era una instancia auspiciada por el propio rey, capacitada para
escuchar, de ahí su nombre de audiencia, y atender las quejas y reclamos de los súbditos de la corona,
con el interés de organizar la vida política y judicial de sus nuevas posesiones. Las funciones de la
audiencia eran principalmente judiciales; evaluaba a los funcionarios al término de sus servicios, procuraba
el trato digno a los indios, etc. El objetivo de la creación de la Audiencia de los Confines fue la aplicación de
las Leyes Nuevas. En lo administrativo su distrito audiencial comprende las provincias de Guatemala,
Nicaragua, Chiapas, Yucatán Tabasco, Cozumel, Soconusco, Veragua y Darién.

RESISTENCIA INDÍGENA

La crueldad y violencia aplicada por los españoles en contra de la población indígena exacerbo el espíritu
de resistencia a lo largo de la época colonial. Los abusos cometidos por los españoles en sus múltiples y
cambiantes papeles de conquistadores, encomenderos, mineros, mercaderes, cazadores de esclavos etc.,
aumentó cada vez más el odio y el resentimiento de parte de la población nativa. Desde los años iniciales
de la conquista, la resistencia indígena se manifestó a través de dos formas fundamentales; la resistencia
pasiva y la resistencia militar.

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Las primeras manifestaciones de resistencia a la conquista se expresaron con el abandono masivo de
indígenas de los poblados españoles, hacia escarpadas montañas y montes donde no pudieran ser objeto
de sometimiento y dominio por parte de los conquistadores. La obligada opción entre la obediencia o
castigo convertida muchas veces en crueldad desmedida, forzaba a los indígenas a rendirse por temor,
aceptando el sometimiento para evitar un mayor escarnio. Sin embargo en muchas ocasiones, lo anterior
no fue un obstáculo para huir a toda costa, aunque esto representara fuertes castigos o en el peor de los
casos la muerte.

La lucha de poblaciones nativas a lo largo de la conquista genero fuertes conflictos de control, cuyas
incidencias frecuentemente escapaban de las manos de los conquistadores. Un ejemplo de ello lo
represento el cacique Lempira caracterizado como el símbolo de la resistencia indígena contra los
españoles, en territorios que posteriormente formarían parte de la nación hondureña. Las recientes
investigaciones del historiador Mario Felipe Martínez Castillo señalan que el cacique logro levantar en
armas a unos dos mil indígenas a fines de 1536 o principios de 1537 un número muy inferior al que
reclama la leyenda. Las fuerzas reunidas por Lempira se describen como una poderosa coalición que tenía
su centro político en la ciudad de Entepica y su fortaleza militar en el peñol de Cerquín. Cerquín era la base
intelectual donde se gestaba el movimiento de resistencia armada de mayor importancia en la zona,
también representaba la llave militar del reino de Lempira y de todo el sur de Higueras.

En contradicción con la leyenda, según la Probanza de Méritos de 1558, el vencedor de Lempira


(“Elempira” trascripción original del documento) Capitán Rodrigo Ruiz, sostiene que se introdujo al peñol
(fortaleza) de Cerquín y peleando con Lempira en una lucha cuerpo a cuerpo, lo mato y le corto la
cabeza… acto seguido los grupos de resistencia bajo el mando del cacique se dispersaron y quedaron
derrotados.

Estos hechos refutan la popular leyenda escrita por el cronista español Herrera en una “Historia de
América”, publicada en Sevilla el año de 1626. En este documento se sostiene que el líder indígena habría
sido engañado por dos españoles que le dispararon “a traición” con un arcabuz, hiriéndolo en la frente y
haciéndolo rodar por un peñón.

Coincidiendo con la caída de Lempira ocurrieron otros levantamientos, proliferando simultáneamente en


otras regiones como fueron los casos de Comayagua y Olancho donde las poblaciones indígenas se
encontraban alzadas y bien resguardadas en fortalezas o peñoles altos y fuertes.

En Honduras fueron muchos los casos de resistencia y oposición indígena en contra de la ocupación
española. La rebelión se presentó como una forma de desafiar o evadir la realidad mediante estrategias de
confrontación armada que el indígena alternaba con una fuga real hacia las montañas, en busca de esa
libertad que había sido arrancada de sus vidas sin la menor consulta.

CONFORMACIÓN DE LOS PUEBLOS, REDUCCIONES Y EL PAPEL DEL INDIO

Después del periodo de la conquista sobrevino la gran reorganización de las colonias encaminadas a
ponerlas bajo el dominio efectivo de la corona española. Las formas de explotación implantada por los
conquistadores fueron suprimidas, y los conquistadores mismos fueron desplazados y sustituidos por
funcionarios de carrera venidos de España: de justicia, de hacienda, religiosos y militares. Todo el clan
monárquico se orientó a un fin primordial convertir a los nativos en tributarios del rey y organizarlos para tal
efecto, lo cual se consiguió y se mantuvo así hasta el final del coloniaje.

Aquella reorganización de mediados del siglo XVI exigió el desmantelamiento de los antiguos poblados
extensos, sede de la vida prehispánica, y la creación de los pueblos de indios – también llamados en aquel
periodo “reducciones” – que fueron el molde de la nueva vida colonial que se iniciaba. Los pueblos se
organizaban con indios ya sometidos, normalmente en zonas donde estuvieron ubicados en el periodo
anterior a la conquista. Sin embargo en ocasiones se reunían población de diferentes grupos étnicos o
asentamientos en un nuevo pueblo, ya sean por razones políticas o económicas. Este tipo de poblamiento,

17
denominado Reducciones, está extendido por la zona central y es predominante en el centro y sur de la
provincia.

La reducción fue un procedimiento sumamente hábil, cuidadosamente estudiado por la monarquía, que
tenía por finalidad organizar a los indios de manera que salieran de dominio de los conquistadores,
quedaran sujetos a la autoridad del rey, y se hiciera posible conservarlos, explotarlos en forma racional y
sistemática, y completar su conquista espiritual.

Es evidente que la colonización se desarrolló con más fuerza en las zonas en las que la población
autóctona era más numerosa y más evolucionada. A ese marco poblacional donde se ubica el colonizador
y se reproduce como criollo y donde se ubican las autoridades civiles y religiosas, deben agregarse los
“pueblos de indios”, parte esencial del paisaje rural. Aunque antes de 1542 ya existían poblaciones
indígenas organizadas por el colonizador, es con las Leyes Nuevas que se les reglamenta. El “pueblo de
indios” es donde se concentra la población indígena para tenerla disponible para el cobro del tributo, para
los repartimientos y los “doctrineros”.

Un pueblo era un conjunto de viviendas (chozas de tipo prehispánico en su mayoría) ordenadas


apretadamente en torno a una plaza. Dicha plaza se convertía periódicamente, en días determinados, en
un centro de intercambio regional de productos. La presidían desde dos de sus costados los edificios de las
dos instituciones que representaban el poder y lo hacían efectivo en el seno del pueblo: la iglesia y el
ayuntamiento o cabildos de indios.

Estos poblados están dotados de tierras laborables, tanto ejidales como repartidas en parcelas familiares
para que sus habitantes puedan producir lo suficiente, tanto para sí mismos como para pagar el tributo. La
mayor parte de la población aquí es de indios tributarios y sujetos a repartimiento, sin libertad de circulación
y solo con derecho de posesión sobre su parcela familiar. Por encima de ellos estaban los alcaldes de
indios, que además de la autoridad que ejercían sobre sus iguales, tenían determinados derechos como
era el de poseer tierras de manera privada. Sobre este conjunto están los funcionarios españoles,
administradores de tributo, de los repartimientos y los sacerdotes; ambos no residían en forma permanente
en los pueblos de indios.

El indio aparece en un plano social perfectamente delimitado, y con una función claramente definida, es el
trabajador de la tierra. La trabaja para sí mismo, para los hacendados y los dueños de labores, para las
comunidades religiosas, para los encomenderos y, para el Rey. No es igual a los españoles, ni a los
negros ni a los distintos tipos de mestizos. Está obligado a trabajar y a tributar. Las leyes hacen de él sujeto
especial con derecho y obligaciones diferentes de los otros sectores sociales… El indio está allí para servir.
Esa es su razón de ser desde el momento en que le fue ganada la tierra… por consiguiente el indio es algo
que existe junto a la tierra y existe como complemento de ésta para trabajarla.

La existencia en los pueblos estuvo presidida por la coerción; un pueblo era en cierto sentido una cárcel
con régimen de municipio. Tenía que serlo porque la finalidad de aquellas concentraciones radicaba en el
propósito de obligar a los indios, hombres y mujeres, a realizar una serie de trabajos gratuitos o muy mal
remunerados. Algunos de esos trabajos eran formas legalizadoras de la explotación colonial: producir para
tributar, acudir al repartimiento, prestar servicios no remunerados a la iglesia, abrir y componer sin paga los
caminos, trabajar en la construcción de edificios, en las ciudades…, servicios gratuitos de carga (tamemes)
y transporte para las autoridades, para religiosos y particulares, servicios de molenderas, etc.

CAUSAS DEL DESCENSO DE LA POBLACIÓN INDÍGENA

Desde la llegada de los españoles a territorios de Honduras en el siglo XVI, la tendencia de la población
indígena fue en descenso, hasta casi alcanzar el límite de la extinción. El proceso de conquista trajo
consigo la destrucción y muerte en todo el territorio. Las epidemias aunadas a la explotación excesiva de
la fuerza de trabajo, los malos tratos y vejámenes determinaron la existencia de cada indígena.

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El sometimiento laboral, los innumerables abusos y la esclavitud generaron un fuerte agotamiento,
debilitando la capacidad de resistencia humana. La primera causa de destrucción de la población aborigen
fueron las enfermedades provenientes de Europa, Asia y África, para las cuales los nativos carecían de
defensa natural alguna (inmunidad).

ESTIMADO DE LOS CAMBIOS EN LA POBLACIÓN INDÍGENA DE HONDURAS DURANTE EL


PERÍODO COLONIAL*

Estimados de Población
Área Geográfica Población Finales del Inicios del
1550
Aborigen Siglo XVII Siglo XIX

Occidente y centro de Honduras 600,000 32,000 15,544 32,635

Oriente de Honduras 200,000 100,000 32,000 30,057

TOTAL 800,000 132,000 47,544 62,692

* Cuadro elaborado basándose en: Linda Newson, El Costo de la Conquista. pp. 488

DISMINUCIÓN INDÍGENA EN LA COLONIA

 Despojo de alimentos y bienes de consumo.


 Abstinencia sexual y mestizaje.
CAUSAS
 Fundación de ciudades y repartición de tierras.
 Traslados masivos de población indígena.
 Epidemias.
ELEMENTOS  Mayor intensidad de trabajo.
ECONÓMICOS  Disminución y calidad de alimentos.
 Laboreo en minas y plantaciones.

Libre
SISTEMAS DE
TRABAJO  Encomienda.
 Repartimiento y mita.
Forzado
 Peonaje por deuda.
 Esclavitud.

Mientras la población indígena se vio como una fuente interminable de mano de obra; se dio poca
importancia a su preservación; los indígenas estuvieron sujetos a malos tratos y obligados a trabajar largas
jornadas en malas condiciones, con dietas inadecuadas y bajo amenazas de castigo por incumplimiento.
Muchos de los trabajos encomendados a los indígenas eran arduos y contribuían directamente a su
enfermedad y muerte.

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En Honduras durante el siglo XVI tuvieron particular importancia el transporte de bienes y la minería. Los
indígenas tenían que viajar, portando cargas excesivas, recorriendo largas distancias y atravesando con
frecuencia distintas zonas climáticas por lo que caían enfermos y morían. La grave alteración de sus
economías condujo también, a la carestía de alimentos y hambrunas por lo que muchos indígenas fallecían
de inanición.

PRINCIPALES TRANSFORMACIONES DE LAS SOCIEDADES NATIVAS DE AMÉRICA

Cuando se inicia la acción conquistadora sobre América ya la corona poseía una política de poblamiento
como instrumento de apropiación permanente de las tierras conquistadas. El poblamiento implicara no
solamente instalar pobladores procedentes de la metrópoli en las indias, sino organizarlos en pueblos y
ciudades que han de fundarse, proporcionándoles tierras y fuerza de trabajo humana en ella, además de
organizar administrativamente el gobierno por medio de la legislación y de un cuerpo de funcionarios.

Así generara un aparato burocrático que aplicaran las leyes, desarrollaran un complicado sistema fiscal y
comercial que les permita captar los tributos y la riqueza del nuevo mundo. Aunado a ello se profundizara
en la dominación ideológica por medio de la cristianización que les permita justificar la apropiación y así
mismo obtener la sumisión de la población autóctona.

Es así que durante la primera mitad del siglo XVI, la vida económica, social y religiosa de la Nueva España
(que comprende México colonial y Centroamérica) girara en torno a tres conceptos importantes:

 el establecimiento de la encomienda;

 el proceso de evangelización, y

 la organización de los indígenas.

El surgimiento de la encomienda no será más que una forma de explotación y dominio de la mano de obra
indígena. El derecho del encomendero incluía el cobro de tributo de los aborígenes y sus servicios
personales. Este derecho no contemplaba la posibilidad de gobernar ni la de impartir justicia. Para gozar de
estos derechos, el encomendero se comprometía a garantizar la paz en su encomienda, participar en la
guerra en caso de que la hubiera, procurar la evangelización de los indígenas y mantenerlos en buen
estado de salud.

Mientras la encomienda fue la principal forma de dominación económica que establecieron los españoles,
en el terreno de las ideas y las costumbres fue la evangelización. La evangelización fue la empresa que
promovió la Corona de Castilla para incorporar a los indígenas del nuevo mundo a la religión católica, ya
que los españoles los consideraban infieles.

En el caso de Honduras el adoctrinamiento se realizó de forma paralela a un proceso de integración


territorial. La política colonial con respecto a la organización social de la población nativa se proponía
eliminar la dispersión poblacional, obligando a los grupos indígenas a integrarse en unidades autónomas
denominadas “reducciones” o “pueblos de indios”.

El proyecto de los religiosos consistía en concentrar la población indígena en aldeas de regular tamaño
para facilitar la evangelización y defensa. La aplicación de esta medida, además de permitir la
supervivencia de los indígenas y su evangelización, como lo pretendían los religiosos, también aportaría
beneficios económicos al régimen colonial. Alrededor de los principales centros urbanos donde se ubican
las autoridades civiles y religiosas o aledaños a los núcleos de producción colonial se encontraban las
concentraciones indígenas con el objetivo de tenerla disponible para el cobro del tributo, para los
repartimientos y para adoctrinarlos.

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Los indígenas aglutinados en las reducciones o asentamientos que les permitían subsistir y aseguraban la
disponibilidad de su trabajo, recibían porciones de tierra en los alrededores del sitio, tierras comunales
adjudicadas por la corona a titulo perpetuo, gratuitas e inalienables y con carácter comunitario. Así mismo,
los pueblos de indios recibían una dotación de tierras ejidales y los caciques o indios principales estaban
autorizados a poseer tierras privadas. Esto aseguraba no solo el pago del tributo sino también el
abastecimiento de los mercados locales; convirtiéndose en un punto de apoyo del sistema económico
colonial.

Finalmente la labor de los conquistadores y de las órdenes religiosas dio como resultado la transformación
del aborigen prehispánico en indio. Por lo tanto el indio es un trabajador colonial que vive en pueblos con
iglesias, alcaldías y cofradías (hermandades religiosas organizadas en torno al Santo Patrono), con tierras
comunales administradas por alcaldes; un trabajador colonial que reza a los santos de la Iglesia Católica
por la prosperidad de su maíz cultivado con azadones y machetes de hierro; que vuelca sus magros
ahorros en semanasantas y que tañe sones con instrumentos de origen africano o árabe en escalas tonales
europeas; todo esto vino como consecuencia del proceso colonial.

Los seres humanos a quienes los conquistadores comenzaron a someter – llamados por ellos “los
naturales” en sus cartas, o sea los nativos del lugar, eran una realidad humana totalmente distinta. Las
principales influencias que las actividades españolas tuvieron sobre las comunidades autóctonas emanaron
de las demandas que hacían de tierras, mano de obra y producción indígenas. Los niveles de estas
demandas variaron temporal y espacialmente, no solo con los cambios económicos, sociales y
demográficos de la provincia, sino que también con las modificaciones a la política de la Corona para con
los indígenas.

A lo largo del período colonial los indígenas fueron la fuente principal de mano de obra en Centroamérica,
aunque cambiaran las formas de su empleo. Hasta 1549, los encomenderos podían exigir legalmente
servicios laborales de los indígenas asignados a ellos. Con esto tenían acceso casi exclusivo a las fuentes
de mano de obra. Sin embargo, a partir de entonces la inclusión de servicios personales en la fijación de
tributo y la sustitución de tributo por servicios personales fueron prohibidas, aunque hasta 1812, los
oficiales de gobierno y el clero tenían permitido emplear un reducido número de indígenas para servicio
doméstico.

La corona pretendía que la abolición del servicio personal permitiera el establecimiento de un mercado
laboral libre, al cual tendrían acceso tanto los encomenderos como los no encomenderos. Sin embargo
temía que, al darles a los indígenas libertad de trabajo, rehusaran a hacerlo. Así fue introducido el sistema
de trabajo forzado conocido como el Repartimiento. Bajo este sistema, los indígenas se ofrecerían para
trabajar en labores aprobadas durante períodos estipulados y devengando salarios fijos. El repartimiento se
aplicaría a todas las comunidades indígenas, sin importar si pagaban tributo a un encomendero o a la
Corona.

El repartimiento que surgió a raíz de las Leyes Nuevas emitidas en 1542, era el sistema que obligaba a los
nativos a trabajar por temporadas en las haciendas, retornando con estricta regularidad a sus pueblos para
trabajar en su propio sustento y en la producción de tributos. Consistía en grupos de indios puestos a
disposición de los españoles como mano de obra. El repartimiento fue, después de la esclavitud y para una
larga época, el mecanismo dentro del cual quedó conquistado el indio: es decir el mecanismo que garantizó
su sujeción y explotación, y por ende su posición de inferioridad para el resto de la época colonial.

A finales del siglo XVI, el repartimiento también proveía indígenas para trabajos de “servicio público”,
incluyendo la construcción de edificios, casas y carreteras públicas. Para el siglo XVIII el repartimiento para
la agricultura, minería y otras labores aprobadas estaba regulado a un cuarto de la población masculina
adulta. Los hombres comprendidos entre las edades de 18 a 55 años eran elegibles para repartimiento con
la excepción de líderes, oficiales indígenas y de los inválidos. Algunas mujeres también fueron asignadas a
proveer alimentos para los trabajadores, particularmente aquellos empleados en la construcción de la
Fortaleza de Omoa y en las minas.

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El repartimiento funcionó de tal manera que un cuarto de la población masculina adulta trabajaba en una
tarea específica aproximadamente tres semanas, después de lo cual eran remplazados por un número
similar del mismo pueblo. Esto significó que un individuo podía estar empleado bajo el repartimiento
durante el equivalente de tres o cuatro meses del año, sin contar el tiempo necesario para su traslado entre
su comunidad y el sitio de trabajo. Las demandas sobre las comunidades indígenas eran particularmente
problemáticas cuando coincidían con las temporadas de siembra y cosecha, aunque supuestamente el
repartimiento debía ser suspendido durante los meses de abril y mayo, además de septiembre y octubre,
cuando los indígenas tenían libertad para trabajar en sus parcelas.

Al emplear indígenas bajo el repartimiento, los patrones acordaban pagarles según las tarifas establecidas,
proveerles de alimentación adecuada, asegurarles un buen trato y que su trabajo no sería excesivo.
Durante el siglo XVI los indígenas que trabajaban bajo el repartimiento devengaban dos o tres reales
semanales (25 o 37 centavos), pero a partir de mediados del siglo XVII el promedio aumentó entre uno y un
real y medio diario (12 y 18 centavos).

En la minería los salarios eran regularmente de un real y medio diarios (18 centavos), pero parece que los
indígenas empleados en la agricultura recibían diariamente un real diario (12 centavos). La remuneración
por el tiempo empleado en el traslado entre la comunidad y el trabajo estaba calculada a razón del
equivalente del sueldo de un día por cada 5 leguas caminadas (20 kilómetros), por ser esta la distancia que
se calculaba que un hombre podía cubrir en un día.

La llamada haraganería de los indígenas, tan proclamada por los criollos, es la posibilidad de resistirse a
trabajar en malas condiciones y para provecho único de hacendados, encomenderos, religiosos y reyes tan
distantes como desconocidos. El indio estaba obligado a acudir al trabajo de las haciendas y labores
coloniales bajo la presión del sistema de repartimiento. Los indios buscaban pretextos y subterfugios para
escapar de aquella obligación y, no pudiendo sustraerse de ella, trabajaban a regañadientes obligados por
los capataces.

EL PAPEL DE LA IGLESIA

En 1493, el Papa Alejandro VI encargo a la Corona española la conversión de los indígenas al catolicismo.
En Honduras, esta tarea no comenzó seriamente sino hasta a mediados del siglo XVI, después que se
logró la estabilidad política.

En el territorio el proceso de evangelización comenzó tardíamente. Los primeros pasos se dan en 1524,
más de 20 años después de la llegada de los españoles. Desde el comienzo de la evangelización, la
corona enfrento dos grandes dificultades; la pobreza originaria en todos los sentidos y la dispersión de la
población. La escasez de personal, la falta de recursos, materiales, condiciones geográficas adversas,
dificultad para establecer comunicaciones, las distancias enormes entre los diversos centros de población
impidieron dar una respuesta adecuada a las exigencias evangelizadoras de aquellos tiempos.

La tarea principal de las órdenes religiosas en Honduras fue la de convertir a los indígenas a la religión
católica. Las dos órdenes mendicantes de mayor importancia que trabajaron en Honduras fueron los
mercedarios y los franciscanos. El esfuerzo de los sacerdotes por adoctrinar a los indígenas fue una tarea
difícil de cumplir. Ello se debió tanto a la naturaleza de los mismos grupos indígenas como a las estrategias
utilizadas por los misioneros.

La existencia seminómada de los indígenas y el carácter disperso de sus asentamientos hacían de su


conversión una tarea extremadamente difícil. Donde era posible los misioneros intentaban persuadir a los
indígenas de asentarse en las misiones.

Los indígenas se resistían cada vez más a unirse a las misiones, por lo que por general huían a las
montañas. Ni bien acababan de fundar una misión cuando comenzaban a perder población. La causa
principal eran las fugas, las cuales ocurrían con frecuencia pues generalmente los indígenas no estaban

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familiarizados con un modo sedentario de existencia y, se decía, añoraban retornar a los bosques. Al final
el número de conversos era muy pequeño y en la mayoría de los casos los misioneros recurrían al apoyo
militar.

Los deberes de los sacerdotes eran varios. Además de brindar instrucción en la fe católica a los indígenas,
escuchaban confesiones, arreglaban la celebración de las misas y festividades especiales y efectuaban las
ceremonias de bautismo, matrimonio y entierro documentándolos para el mantenimiento de censos. La
regularidad con que estas actividades se efectuaban variaba según las dimensiones de la visita y la
dispersión de su población. Además de introducir a los indígenas a las nuevas creencias y prácticas
religiosas, los sacerdotes debían suprimir la idolatría, brujería, concubinato, ebriedad y vagancia,
castigando a los culpables con azotes y cárcel.

No solo se requería de los indígenas que adoptaran la fe católica, si no también debían mantener
económicamente a la iglesia. Debían pagar por los servicios efectuados, contribuir a las obras de caridad y
aportar los bienes y servicios necesarios para la manutención de la iglesia y cleros locales. Al final se sumó
otra carga tributaria a los indígenas, de manera obligatoria (el diez por ciento de su producción agrícola).

Las cofradías o fraternidades religiosas se convirtieron en otro tipo de impuesto para los indígenas. Estas
organizaciones comunales dedicadas al santo patrono de cada pueblo, debían cubrir con los gastos propios
de las misas y celebraciones especiales del día de los santos, particularmente del santo a quien estaba
dedicada la cofradía. Con frecuencia las cuotas pagadas eran considerables y en algunos casos, excedían
el monto del tributo pagado por los indígenas. Tiempo después las cofradías se convirtieron en
terratenientes de importancia, gracias a las series de carga que se les imponía a los indígenas, las cuales
fueron aceptadas por las autoridades españolas.

La imposición al cristianismo afecto la vida cotidiana de los indígenas. La simbología exterior de adhesión
religiosa, así como los templos e ídolos fueron destruidos y reemplazados por iglesias o conventos con
imágenes cristianas. Sin embargo los indígenas frecuentemente lograban esconder sus ídolos de las
autoridades para seguir venerándolas en secreto.

Por lo tanto, a lo largo del periodo colonial las autoridades religiosas y seculares recibían instrucciones
sobre la supresión de la idolatría. De la misma manera los servicios cristianos relativos al ciclo vital y el
calendario cristiano fueron introducidos y las ceremonias además de los ritos paganos fueron destruidos o
en todo caso sustituidos.

Los curas párrocos se convirtieron en la figura dominante de la vida religiosa en las comunidades
indígenas, pero nunca reemplazaron totalmente a los shamanes, quienes permanecieron como figuras
respetadas y continuaron siendo buscados para realizar ceremonias ilícitas y para curar enfermos.

Aunque los símbolos cristianos de adherencia religiosa se volvieron dominantes sobre los aborígenes, las
creencias indígenas permanecieron esencialmente autóctonas con algunos aspectos del cristianismo
añadidos a ellas. Los indígenas probablemente llegaron a creer en la Virgen María y en Jesucristo pero
agregados al gran número de otras divinidades que ya adoraban, así la idea de monoteísmo que exigía la
religión cristiana, fue mayormente ignorada.

La evangelización de los naturales se introdujo en primer lugar con la predicación del cristianismo para
luego poder administrar el sacramento del bautismo. Una vez lograda la conversión vino la etapa de
adoctrinamiento en la cual la nueva religión fue expuesta de acuerdo con la mentalidad indígena tratando
siempre de convencerlos de que vivían en el error, que sus creencias eran artimañas del demonio, quien
los tenia engañados para lograr su perdición.

La desconfianza del indígena ante las nuevas creencias, su imposición y el carácter monoteísta de ésta,
trajo consigo como consecuencia a lo largo de la colonia periódicos brotes de idolatría, los cuales más
tarde se asimilaron en un sincretismo religioso que aún sobrevive.

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La iglesia colonial fue abiertamente estatal, monárquica, administrada por el rey. El cura doctrinero cumplía
funciones de gobierno y de vigilancia absolutamente fundamentales en el seno de aquellas
concentraciones. Por motivos de su alta jerarquía local como representante de Dios y del rey, y por motivo
de su indispensable mediación entre indios y españoles como intérprete de las lenguas y de las costumbres
de unos y de otros, por motivo de su profunda penetración en los secretos de la vida del pueblo a través de
la confesión, por estos y algunos otros motivos el doctrinero era el más importante agente de la dominación
española en los pueblos de indios.

Este hecho se revela claramente en el estudio de los motines de indios. La autoridad militar encargada de
reprimir y escarmentar a los alzados recurrió siempre y pronto al cura en busca de información precisa: los
cabecillas, los planes, la división interna, las conexiones con otros pueblos, la ruta de los prófugos, todo lo
necesario para controlar y reprimir al pueblo amotinado.

Quizás habrá que agregar el hecho que el cura doctrinero se halló junto al lecho de los moribundos, que los
bautizó, los casó, reconoció a los esposos desavenidos, reconvino a los borrachos, enseñó a los niños a
rezar y a cantar en el coro de la iglesia bellos cánticos a la Virgen María; que en los primeros tiempos les
enseñó a cultivar nuevas plantas útiles y a criar nuevos animales, que les enseñó nuevas artesanías o
nuevos procedimientos para las antiguas, les sugirió diseños para sus telas y sus trajes, que les enseñó
bailes y representaciones, loas, danzas de moros y cristianos, danzas y parlamentos del baile de la
conquista, que aportó en fin, consolación y esperanza a aquellos pueblos.

Todo lo anterior son aspectos importantes de la colonización, porque todo los mencionado se hizo en
función colonizadora, transformando al nativo en un tipo de trabajador con creencias u costumbres
adecuadas para controlarlo y explotarlo en forma sistemática y segura; un trabajador dócil, con su
capacidad de violencia inhibida bajo el peso de la vigilancia religiosa y de creencias ablandadoras; un
trabajador más productivo, pero no para su bienestar propio, sino para el enriquecimiento de diversos amos
que tenían perfectamente organizada la canalización del plus producto.

La colonización le dio al nativo ciertamente muchas cosas, de orden material y espiritual, pero el análisis
histórico demuestra que todas ellas, respondían al fin primordial del imperio: la explotación.

CARACTERÍSTICAS DE LA ESTRUCTURA DE PODER DE LA IGLESIA


COLONIAL

 Conversión y adoctrinamiento del indígena.


PAPEL  Hegemonía sobre la educación.
IDEOLÓGICO
 Tribunal de la Inquisición.

PAPEL
ECONÓMICO  Concentración de la tierra y la riqueza.

PAPEL POLÍTICO  Apoyo al Estado Colonial

LA COLONIZACIÓN

Todo territorio necesita ser organizado. Para ello la corona empezó a conformar una sociedad dirigida por
aquellos que lograron grandes victorias en la campaña de la conquista. Conforme fueron surgiendo nuevas
necesidades en la naciente sociedad comenzaron a crearse diversas instituciones, como las Audiencias,
Capitanías Generales, Virreinatos, etc., para finales del siglo XVI la estructura administrativa estaba
completamente conformada. Después de un largo tiempo de esfuerzo para el establecimiento del dominio

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real, la corona se dedicó a ejercer plenamente su poder, por medio de una cantidad de servidores públicos,
como fueron los virreyes, presidentes de audiencias, oidores reales, los corregidores, los alcaldes mayores
entre otros. Cada uno de estos desempeñaba una tarea específica en un territorio delimitado y formaba
parte de una jerarquía bien organizada que le permitía al rey ejercer su autoridad.

Después que la corona consolido su poder, surgió la necesidad de darle una organización territorial y
política a sus nuevos dominios. Desde mediados del siglo XVI, la política imperial adopto la línea de ir
retirando de los puestos de mando a los conquistadores y a sus descendientes, sustituyéndolos con
personas que no tenían intereses radicados en América. Fueron creados nuevos órganos de gobierno
estrictamente representativos del poder central en los cuales no tenían entrada los criollos (descendientes
de conquistadores y colonos, nacidos en América). Los herederos de la conquista conservaron posiciones
en los organismos de nivel medio: los ayuntamientos, corregimientos y las alcaldías mayores fueron
bastiones de esta aristocracia durante toda la época colonial.

Una vez que la corona tomo posesión de los territorios en América, dominarlos y regular a la población
indígena, inicio la tarea de organizarlos territorialmente sus nuevas posesiones en las Indias. México (1535)
y Perú (1543) fueron los primeros Virreinatos, creándose posteriormente el de Nueva Granada en 1739
(Colombia) y el de La Plata en 1776 (Argentina).

Por debajo de los Virreinatos dependiendo directamente del Consejo de Indias, estaban las Audiencias; La
de Guatemala (la actual Centroamérica) juntamente con la de Nueva Galicia, México y Santo Domingo,
subordinadas al Virrey de México. Para ejercer el gobierno local las Audiencias se dividían en Alcaldías
Mayores, Corregimientos o Gobernaciones. En Centroamérica, las divisiones territoriales se dieron bajo
formas de gobernaciones; las más importantes eran las de Guatemala y Nicaragua. Entre estas dos
provincias se encontraba la de Honduras, objeto de rivalidades entre varios conquistadores.

En su mayoría, los primeros gobernadores debían sus posiciones a la participación en la conquista o a la


derrota en el campo de batalla de otros españoles. Aunque gozaran de títulos reales, en realidad
mandaban a su antojo, sin que las autoridades de la Corona ejercieran control efectivo sobre ellos. Por lo
general sus títulos eran vitalicios y a veces también hereditarios. Contaban con poderes amplios, entre
ellos los de gobierno y justicia, así como la facultad de distribuir tierras e indígenas en “repartimiento” o
“encomienda”.

La corona recompensó con el otorgamiento de gobernaciones a los descubridores y conquistadores, pero


en la medida de lo posible limitó sus facultades o destituyó a conquistadores demasiado afortunados, no
quería que en las distantes posesiones americanas surgieran autoridades patrimoniales locales y
poderosos señores feudales; en definitiva, se impuso la organización burocrática. En la década de 1540, la
Corona inicio en firme la organización administrativa de los territorios conquistados, en detrimento del
poder sin restricciones del que habían gozado los primeros conquistadores, lo que introdujo cambios
notables en la explotación de la mano de obra indígena, para entones considerablemente diezmada.

Se dieron en Centroamérica tres procesos fundamentales: la creación de la Audiencia de Los Confines, la


reducción de los indígenas a poblados y la aplicación de las Leyes Nuevas con las reformas de Cerrato. A
partir de estas grandes transformaciones se estructura realmente la sociedad colonial centroamericana. En
Centroamérica, la aplicación de las Leyes Nuevas y sus respectivas formas recibieron un nuevo impulso
con la llegada del Licenciado Alonso López de Cerrato, como segundo presidente de la Audiencia de los
Confines. Cerrato, aplico con renovado rigor la legislación existente. Dos son los aspectos más
sobresalientes de esta reforma:

a. La abolición de la esclavitud indígena.

b. La imposición fija de los tributos y servicios que están obligados a dar, en lo sucesivo, las comunidades
indígenas de su amplio distrito.

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Cerrato también considero prudente trasladar la sede de la Audiencia a la ciudad de Santiago de los
Caballeros, la ciudad más importante del Reino de Guatemala, donde residían algunos de los más
poderosos vecinos.

ORGANIZACIÓN ESTATAL (ESPAÑA Y EL REINO DE LAS INDIAS)

Estructura Político Administrativa del Estado Colonial

 Rey: poder de origen divino. Absolutismo político.


Instituciones
 Consejo de Indias: órgano legislativo.
Peninsulares
 Casa de Contratación: órgano comercial.

 Virreinatos
Instituciones  Capitanías Generales
Americanas  Audiencias
Superiores  Adelantazgos
 Gobernaciones

 Corregimientos
Instituciones  Alcaldías Mayores
Americanas  Intendencias
Inferiores  Ayuntamientos
 Cabildos de Indios

Rey: Depositario del poder absoluto por la gracia divina, tanto de España como de sus colonias.

Casa de Contratación: Institución mercantil creada por los Reyes Católicos en 1503, la cual debía
organizar y controlar el servicio de transportes y pasajeros entre el viejo y el nuevo mundo, así como
asegurar los ingresos correspondientes a la corona. Dirigía el comercio, la navegación y las finanzas
relacionadas con las Indias. Tuvo a su cargo el registro de barcos de América, supervisión el oro y la plata,
las licencias a viajeros, los asuntos navieros y la escuela de pilotos. En 1707 la Casa de Contratación
traslado su sede de Sevilla a Cádiz y en 1790 fue disuelta.

El Consejo Real y Supremo de Indias: Autoridad central del reino americano instituida a partir de 1524,
dependía directamente del monarca y subordinaba la Casa de Contratación, además, promulgaba y
redactaba las leyes americanas. El Consejo de Indias no era solo una autoridad administrativa, sino
también el tribunal supremo en todas las causas civiles y penales referentes al reino de América.

Ejercía el poder de nombramiento de religiosos y funcionarios seglares en América. La tarea de supervisar


a los nombrados lo tenía metido en constantes investigaciones oyendo testimonios, revisando informes y
examinando conductas. En 1747 al Consejo de Indias se le vedó expresamente toda injerencia en materias
financieras, militares, comerciales y relativas a la navegación, viéndose cada vez más soslayado y
socavado como autoridad. A finales del periodo colonial en la constitución de Cádiz (1812), desapareció el
Consejo de Indias y otros cuerpos colegiados.

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Virreinatos: los Virreyes en América aseguraban por intermedio de su autoridad la vinculación de aquellos
súbditos con sus distantes señores. Los virreyes debían preservar en el nuevo mundo el carácter
carismático de la autoridad, el cual está basado en la creencia de que los reyes lo eran por gracia de Dios.

Los Virreyes eran los más altos representantes del gobierno real en América, ocuparon posiciones de gran
prestigio e influencia y gobernaron en nombre del Rey como delegados de la corona. A los virreyes se
confiaba la ejecución de las leyes coloniales y el mantenimiento del orden civil y militar dentro de sus
jurisdicciones. Eran los responsables de los ingresos, justicia, bienestar de los indios, nombramientos
subordinados y reglas laborales.

Audiencias: El Consejo de Indias fundamento en 1538 la creación de las Audiencias, con la necesidad de
fallar los pleitos surgidos entre provincias, dirimir las querellas fronterizas entre los diversos gobernadores,
velar por los derechos fiscales de la corona y ocuparse de que se diera un trato correcto a los indígenas.

Estos tribunales se convirtieron en un órgano estatal que controlaba a la burocracia colonial y debía tomar
medidas contra las irregularidades y excesos en el ejercicio de la autoridad. Las Audiencias eran un
organismo judicial, administrativo y hasta cierto punto legislativo donde sus funcionarios ejercían su
autoridad dentro de las zonas respectivas y se encontraban subordinados al virrey. Honduras formó parte
de la Audiencia de Guatemala.

Adelantazgos: Fue la primera autoridad que constituyeron los Reyes en América. Al consolidarse la
conquista el adelantado fue reemplazado por el Gobernador con la diferencia que mientras el adelantado
era un capitán que ganaba tierras con su espada y las regía por su ley, en suma un señor feudal, el
Gobernador fue un funcionario dependiente de los virreyes.

Capitanía General: Su misión era construir núcleos de combate bien para luchar contra indígenas
irreductibles, contra piratas y corsarios o contra enemigos extranjeros de tipo oficial. El Capitán General era
designado por el Rey y su cometido era el de fomentar la agricultura, ganadería, las explotaciones mineras,
las industrias locales y además ejercía ciertas atribuciones en el gobierno eclesiástico.

Gobernaciones: Fueron las estructuras de gobierno, creadas por la Corona española para establecer el
sistema de gobierno en los territorios conquistados y colonizados que pasaron a integrar los virreinatos. La
palabra Gobernador, proviene del latín ‘gubernator’ que significa el que gobierna.
Las Gobernaciones en la antigua América hispánica gozaban de competencias administrativas, legislativas
y judiciales; dependían judicialmente de las Audiencias y administrativamente de los Virreinatos.

La Gobernación fue sobre todo un instrumento de control de la Corona. El primer gobernador de una
provincia era el conquistador que la había sometido, el cargo de gobernador se incluía en las
capitulaciones. Cuando fallecía el primer gobernador (conquistador), el rey recobraba el cargo y nombraba
un funcionario para ejercer la gobernación por un periodo de tres u ochos años.

El gobernador era la máxima autoridad administrativa y judicial de una región, su cargo incluía también el
control militar de la provincia, aunque esta función la desempeñaba a veces la Capitanía general, cargo que
desempeñaban militares profesionales.

Las unidades administrativas inferiores eran los corregimientos o alcaldías mayores. La centralización y
racionalización burocráticas de la administración colonial española alcanzaron un nuevo desarrollo gracias
a la introducción del sistema de intendencias mediante las cuales el gobierno introdujo el nuevo
reordenamiento administrativo de toda América.

FUNDACIÓN DE CIUDADES

El mundo colonial se inició con la implantación de instituciones decisivas que dieron el carácter de colono al
grupo conquistador. Lograda la sumisión de los indígenas se inició a la fundación de pueblos y ciudades

27
con el propósito de legitimar su poder. Varias de las fundaciones de ciudades se harán con ese objeto y no
con fines de verdadero asentamiento, por eso es que muchas de ellas van a desaparecer pronto.

Pero es de hacer notar que la ciudad, aparte de ser un sitio donde el conquistador va a tratar de reproducir
las formas de vida de donde procede y en donde él, junto con los demás pobladores y sus descendientes
van a disfrutar de lo conquistado, es también la sede del poder. Es donde residirá la presencia del
conquistador sobre los aborígenes y el territorio, donde se centralizara el cuerpo de funcionarios que
administra la justicia y la hacienda y el poder religioso. Así la ciudad colonial fundada será el centro del
poder y administración civil y religiosa, además del lugar de residencia y disfrute de los ciudadanos
colonizadores.

Ocasionalmente la ciudad luego de fundada pasara a desempeñar el papel de nudo comercial que
concentra las mercaderías que se exportaran o importaran hacia o de la metrópoli. Esta característica de
nudo comercial no excluye las otras funciones administrativas. Trujillo, por ejemplo, fundada en 1525 y una
de las primeras fundaciones estables de Honduras, será a la vez punto de comunicación con la metrópoli
vía Santo Domingo y la Habana; y asimismo centro de penetración hacia el interior de la provincia hacia
Naco, buscando lugares más favorables para establecerse y por ser ésta una zona de densa y desarrollada
población indígena.

Las fundaciones de ciudades se realizaran entre 1522 a 1543 entre las que sobresalen Trujillo fundada por
Francisco de las Casas, San Gil de la Buena Vista, Puerto Caballos hechas por Gil Gonzáles Dávila,
Triunfo de la Cruz por Cristóbal de Olid, y Natividad por Hernán Cortés. Asimismo surgirá San Pedro Sula,
Gracias a Dios, Comayagua, Choluteca y San Jorge de Olancho. Con San Jorge de Olancho terminan las
fundaciones, los españoles no volverán a organizar ciudades en Honduras.

Cabe destacar que Tegucigalpa no fue fundada, fue una ciudad surgida al azar ya que se encontraron
importantes yacimientos de oro y plata, constituyendo en un importante centro minero. A la par de las
fundaciones de ciudades, se organizaran los pueblos de indios con su propio estilo de gobierno, su propio
ayuntamiento en forma de cacicazgos o en forma de cabildo. En el caso de las ciudades cuando eran
fundadas correspondían a lo que se llamaba la ciudad de planta renacentista o plano en parrilla como
resultado de las ordenanzas de Carlos V, quien dispuso que toda localidad fundada en América, debía
estar en territorio que no perteneciera a los indígenas, para no entrar en problemas con las comunidades
autóctonas.

Estas ciudades debían ser construidas en zonas de buen clima, suficiente agua, madera y toda una serie
de elementos que debían usar los habitantes de la ciudad para la construcción del centro urbano. Estaban
compuestas de una plaza, iglesia y residencias particulares y las avenidas que iban de norte a sur con
calles de oriente a poniente. Comayagua, San Pedro Sula, Gracias a Dios y Choluteca son un ejemplo
claro de ello. En las ciudades de la época colonial no se permitía que ninguna casa, ningún palacio, edificio
fuera más alto que la catedral. Las grandes iglesias, los conventos eran los que dominaban.

Las ciudades eran construidas con técnicas y estilos traídos por los españoles, diseñada y dirigida por
ellos, desarrollada según las necesidades de los españoles que vivían y mandaban en ella a la manera
española… las iglesias, las calles y plazas las casas de habitación y los edificios públicos fueron
levantados por el trabajo de los indios y las capas medias… las piedras labradas, los ladrillos, las tejas, las
vigas, los muros, los artesonados, las puertas, las rejas, y así sucesivamente hasta llegar a los más
valiosos enceres y ornamentos – retablos, lámparas, muebles, balcones, surtidores, etc.- eran casi
integralmente obra de los indios y de las capas medias.

Respecto a los pueblos de indios la estructura urbanística era muy parecida a las ciudades en donde las
iglesias destacaban en el pueblo. Otro tipo de construcción fueron los centros mineros cimentados en las
laderas de una montaña, en ellas no habían plazas, ni calles, las cuales se iban organizando a la condición
del terreno, bordeando ríos y en cuestas, caso del Real de Minas de Tegucigalpa, Santa Lucía, el Corpus,
Yuscarán, Cedros, San Antonio de Oriente y Opatoro, entre otros.

28
ECONOMÍA COLONIAL

A partir del establecimiento de los españoles en América se instauraron nuevas formas de vida económica
en el continente. Sin desmantelar la antigua economía agrícola indígena se alteraron la tecnología, las
relaciones de producción y comercio. Una de las principales preocupaciones de los colonizadores
españoles en el nuevo mundo, fue el de localizar y controlar las grandes poblaciones agrícolas. Otra
tendencia igualmente persistente fue la obsesión de materias primas y productos naturales los que debido
a la gran demanda, podrían producir rápidamente una considerable riqueza al expórtalos a los sitios donde
eran requeridos.

Con el despojo de las tierras a los indígenas vino consigo una serie de cambios tecnológicos, la
introducción de nuevas técnicas y herramientas, como la aparición de otros cultivos con los cuales el
indígena no estaba familiarizado. La producción de trigo, el arroz, la vid y otros siembros así como la
introducción de anímales como el caballo, la vaca, el cerdo, la gallina y el perro generaron en las
poblaciones indígenas cambios bruscos de adaptación.

La economía tradicional indígena sobrevivió, tanto para producir el sustento de los pueblos indígenas como
complemento de la producción que demandaban los colonos españoles. Los cultivos de maíz, fríjol,
calabaza y algodón se siguieron practicando. Pronto sin embargo, diversos cultivos y animales domésticos
europeos se hicieron presentes en la comunidad indígena; entre ellos ovejas, aves de corral, cítricos y
árboles frutales. La ganadería cobro auge extraordinario en Honduras, donde también se desarrolló la
minería de plata. Eventualmente se introdujeron otras plantas de origen asiático y africano como la caña de
azúcar, los plátanos y el mango.

A nivel de técnicas de producción, hubo varias innovaciones importantes en el agro, incluido el uso de
mejoras herramientas agrícolas de hierro como el arado, machete y el hacha. Los medios de transporte,
que en tiempos prehispánicos estaban limitados a los cargadores humanos y a las canoas, se
transformaron radicalmente con la incorporación de la carreta, los bueyes y los caballos en los terrenos
planos y las mulas en las zonas accidentadas. De más está mencionar los navíos, grandes y pequeños,
que los españoles utilizaron para atravesar los mares y remontar los ríos.

En la primera fase de ocupación y colonización los españoles se establecieron sobre los territorios que
habitaban los pueblos indígenas. Poco a poco, con la intensificación de la agricultura, el descubrimiento de
yacimientos mineros, el intercambio comercial, la incorporación de nuevas tierras al usufructo y dominio
efectivo, el territorio adquirió nuevas dimensiones. La conquista de las tierras americanas y la explotación
de recursos naturales impusieron a la Corona de Castilla la necesidad de organizar la economía de sus
territorios. El nuevo mundo surgía como principal proveedor de materias primas que no existían en la
península ibérica y al mismo tiempo, como mercado propicio para los productos europeos a través de
España.

Agricultura

De todas las actividades españolas, la agricultura fue quizá la que tuvo mayor impacto sobre la vida
indígena. Fue desarrollada para suplir las necesidades de los mercados domésticos y como apoyo al
comercio entre provincias, aunque también proveía algunos productos como el añil, tabaco y pieles para la
exportación a España. Los tipos de agricultura practicados se daban según las condiciones físicas locales;
asimismo variaban sus exigencias laborales y de tierras a la población indígena.

Un requisito para la producción agrícola era la adquisición de tierras. Aunque los primeros colonos
recibieron concesiones de tierras, la mayoría estaban ubicados en los alrededores de los pueblos de los
cuales eran vecinos. No fue sino hasta la segunda mitad del siglo XVI que el área colonizada se amplió,
con el otorgamiento de concesiones de tierras en zonas más remotas del país, en especial hacia el oriente
y sur. En muchos casos la adquisición de tierras por los españoles entro en conflicto con los reclamos
territoriales de los indígenas. Durante el siglo XVI las zonas agrícolas estaban en las cercanías de los
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pueblos más importantes de Comayagua, Gracias a Dios, San Pedro y Trujillo. El desarrollo de la
agricultura sufrió considerablemente debido a la falta de mano de obra y capital.

A partir de 1549 los indígenas no estaban obligados a prestar servicios laborales a sus encomenderos y se
introdujo el repartimiento a fin de asegurar la mano de obra para todas las tareas aprobadas. Estas
comprendían la mayoría de las labores agrícolas, aunque estaba prohibido el trabajo en los ingenios de
azúcar y obrajes de añil. Desafortunadamente, nunca habían suficientes indígenas para satisfacer todas las
obligaciones que se les hacían; inicialmente, debido a la despoblación y luego, debido a las exigencias
conflictivas de la minería y la defensa.

Hacia finales del siglo XVIII la Corona tomo medidas específicas para promover el desarrollo agrícola. En
algunos casos, a fin de promover el cultivo de productos para la exportación a España, suprimieron los
impuestos sobreventas y sobre importación – exportación. Además a principios del siglo XIX, promovieron
la producción comercial de ciertos cultivos, aboliendo los diezmos y los impuestos sobreventas de las
siembras nuevas de añil, cacao, azúcar, algodón y café. Esta abolición tenía una vigencia de 10 años a
partir de la primera cosecha.

La zarzaparrilla, importante artículo de exportación, tenía uso medicinal particularmente en el tratamiento


de sífilis. La planta crecía en zonas pantanosas, especialmente en los alrededores de Trujillo, donde se
decía que se producía la “mejor de las Indias”. Las raíces de las plantas eran recolectadas por medio de
trabajo indígena forzado; el momento de mayor producción se dio en la década de 1580, aunque la
producción decayó durante el siglo XVIII, probablemente al quedar exhaustas las fuentes naturales y por la
incertidumbre de los mercados europeos, aún figuraba como uno de los más importantes rubros de
exportación de Honduras.

Respecto al mercado interno, este incluía los cultivos de subsistencia, particularmente el fríjol, el maíz y el
trigo. A lo largo de los siglos XVI y XVII los españoles dependieron de los indígenas para su abastecimiento
de maíz y fríjol, los que obtenían mediante la venta del tributo o del comercio. De esta manera la
disponibilidad del maíz y el fríjol no dependía solamente de factores físicos como el clima, sino también de
la cantidad de tributo recaudo y el nivel general de la producción agrícola indígena; ambos factores
sufrieron mucho con la despoblación indígena.

Ganadería

La ganadería se convirtió en unas de las actividades económicas más importantes de la provincia ya que
exigía menos mano de obra que otras actividades agrícolas y podía establecerse con facilidad en los
pastizales existentes. Criaban principalmente ganado vacuno, siguiendo en importancia el mular y el
caballar; también algunas ovejas. El ganado era criado principalmente por el cuero y el cebo, que eran
exportados, y por carne que era consumida localmente y en las provincias vecinas de Guatemala y El
Salvador. También tenían algún ganado lechero para la manufactura de mantequilla y queso.

La cría de ganado comenzó en el valle de Comayagua y Choluteca. La zona de Comayagua producía


animales de buena calidad debido a su buen clima agua abundante para el mantenimiento de pastos, y la
presencia de salientes salinas que aseguraban que las heridas del ganado sanaran prontamente,
previniendo infecciones. Aunque se continuó la crianza de ganado en el valle de Comayagua y Choluteca,
en el siglo XVIII Olancho y el Oriente de Tegucigalpa emergieron como zonas de producción importantes.
La cría de mulas y, en menor medida la de caballos también contribuyó al desarrollo de una prospera
industria ganadera.

Además de utilizarlos en los trapiches azucareros y en la cosecha del añil, también los empleaban en las
minas aunque quizá su función principal era el transporte. La industria de la cría de mulas se desarrolló a
partir de a finales del siglo XVI y fue de gran importancia para la economía de Gracias a Dios y Choluteca.
Ambas regiones proveían de mulas a caravanas que hacían la ruta desde el San Salvador hacia el sur, por
San Miguel, Choluteca cruzando Nicaragua y Costa Rica hasta Panamá.

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Minería

La producción de oro y plata en Honduras nunca llego a más del 5 por ciento de lo producido en la América
Hispánica en cualquier momento de la época colonial. No obstante fue de considerable importancia para la
economía local y empleo una parte significativa de la fuerza laboral. A principios del siglo XVI las
actividades mineras se concentraron en la explotación de depósitos auríferos de aluvión en el valle de
Olancho y en los valles aledaños a Trujillo y San Pedro. Sin embrago para mediados del siglo la producción
había disminuido.

Con el descubrimiento de nuevos yacimientos de plata en Guazucarán, jurisdicción de Tegucigalpa, en


1569, y en Santa Lucia en 1578 se produjo un cambio considerable en la producción mineral. A partir de
ese entonces la extracción de plata dominio la producción mineral. En el siglo XVII la industria minera
hondureña comenzó a estar dominada cada vez más por el fraude. La evasión a las leyes de la Corona fue
casi completa y, de hecho, el fraude era el mecanismo por medio el cual la industria minera hondureña
escapo del sistema español imperial de exportación para convertirse en una industria y cultura localmente
orientada y semiautónoma.

Este fraude de naturaleza local – a pesar de que no afectaba mucho a la monarquía – era la base para
establecer esquemas más elaborados en los que los indígenas, merced a su posición social subyugada y a
su ingenuidad comercial, resultaban como era ya usual las presas más fáciles para extorsionar y engañar.
Otras clases de fraude eran el no registrar las nuevas minas; el empleo clandestino de indígenas, lo que
estuvo prohibido durante gran parte del siglo XVII; el soborno de los funcionarios reales y un descuido
general en cuanto a las medidas legales de seguridad en las minas. Usualmente en el proceso de
depuración el mercurio junto con la sal eran utilizados para separar de la broza triturada los metales
preciosos especialmente, el oro y la plata, para luego ser fundido en barra. La evasión del uso del mercurio
continuó a lo largo del siglo XVII.

El mercurio era un monopolio real por lo que el monto de sus ventas constituía un medio para que los
funcionarios estimaran la producción de plata. En diversas ocasiones, a lo largo de este siglo, el
abastecimiento disponible de mercurio fue escasamente utilizados por los mineros hondureños por lo que
la Corona ordeno se enviara a México. No todo el oro y plata que los mineros dejaban de reportar para
evadir impuesto era debido al fraude. A mediados del siglo XVII, América Central sufría de una escasez
crítica de moneda, mucha de ella iba a España, Nueva España y Perú. El área de Tegucigalpa se
encontraba tan afectada como otras partes, por lo que mucho de los mineros más pobres se vieron
forzados a utilizar sus barras de plata cruda como moneda para compra alimentos y el equipo básico de
minería.

La minería había sido identificada rápidamente como una de las formas de trabajo más perjudiciales para
los indígenas y, consecuentemente, la Corona busco prontamente evitar el empleo de indígenas en este
trabajo. La primera concesión de la Corona fue el permitir a los indígenas de los repartimientos a trabajar
en la agricultura y trabajo suplementario necesarios a las minas. A pesar de ello, el uso de mano de obra
indígena continúo siendo explotada tanta veces como estuviera a la disposición.

El Comercio

Los españoles se tomaron entre sesenta y ochenta años para ocupar lo que habría de ser su imperio en
América. Se pasaron alrededor de doscientos años de ensayo y error para establecer los elementos
esenciales de una economía colonial vinculada con España y con Europa occidental a través de aquella.

Hacia 1700 estos elementos eran:

1. Una serie de centros mineros en México, Honduras y Perú.

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2. regiones agrícolas y ganaderas periféricas a los centros mineros, desarrollados para el
aprovisionamiento de víveres y materia prima.
3. Un sistema comercial hecho para encausar la plata y el oro en forma de numerario o lingotes a
España con el fin de pagar los bienes producidos por Europa occidental y encausado a través de un
puerto español para la distribución a las colonias americanas.

Pero para la mayoría de los españoles y sus descendientes en América, en 1700 los días gloriosos estaban
muy atrás en el pasado, remontándose al tiempo de la conquista, a la organización de los pueblos súbditos,
a la creación de un vasto aparato burocrático y, sobre todo, al descubrimiento y explotación de las más
ricas minas de plata que el mundo hubiera conocido jamás. La edad de oro de España fue tiempo de
conquista, no de paz; de plata, no de oro.

El principal problema colonial de España era cómo ampliar al máximo su control de la plata y el oro
exportados a la metrópoli. El subdesarrollo económico español llevó a la formulación y aplicación de
nuevos mecanismos de control, mediante el establecimiento de estructuras de supervisión formalizadas:

1. La Casa de Contratación.

2. El Consulado de Sevilla.

3. Las flotas de galeones escoltados. España a partir de 1550 debía defender sus buques mercantes
en las rutas marítimas del Atlántico contra ataques de los piratas ingleses y franceses.

El único puerto autorizado, Sevilla, el Consulado y la Casa de Contratación constituían los principales
mecanismos de control. El Consulado supervisaba el ingreso de los comerciantes españoles y extranjeros
que participaban en el comercio colonial como abastecedores. Por su lado la Casa de Contratación era una
junta comercial nombrada por el gobierno cuyos burócratas aplicaban mecanismos de control mediante el
registro de bienes, emigrantes, inmigrantes y buques que iban y venían de las colonias en flotas regulares.

El comercio era la principal fuerza motriz económica en las colonizaciones ultramarinas cuyos negocios
representaban el valor económico más alto de la dominación colonial. La prosperidad de la actividad
comercial condicionaba el aumento de las riquezas y las rentas reales de España y de Europa en general.
Desde el punto de vista del Imperio español, la subdesarrollada economía española tenía como de
suprema importancia el control sobre las salidas de monedas y metales preciosos, dichas salidas desde
sus colonias americanas proporcionaban liquides financiera.

Al llegar la plata hasta la economía española a través del puerto de Sevilla, era transportada para ajustar la
balanza de pagos con los comerciantes franceses, holandeses, ingleses e italianos quienes proporcionaban
hasta el 90 por ciento de las importaciones coloniales y una gran cantidad de bienes para el consumo
peninsular. Este fue el precio pagado por España por su fracaso en crear una burguesía comercial local y
en desarrollar la producción nacional de artículos de hierro, acero, clavos, telas y papel.

El monopolio (aprovechamiento exclusivo del comercio) se estableció en Sevilla con el propósito de que
ese puerto controlara la totalidad del tráfico marítimo. El sistema de abastecimiento desde España era lento
y limitado para aprovisionar a una considerable demanda que se originaba en Hispanoamérica. La pequeña
oferta y la gran demanda tenían por objeto mantener siempre altos los precios, por los cuales los
comerciantes de Sevilla mantenían altas tasas de ganancia y eran ellos, en consecuencia, los grandes
beneficiarios del sistema monopólico.

Hacia finales del siglo XVII la explotación del mundo colonial se hizo más y más difícil. Mientras la demanda
colonial permanecía dentro de límites predecibles, mientras no se desarrollaran nuevas regiones de
exportación colonial, mientras los abastecedores europeos de España se contentaran de explotar las
colonias a través de ese país o las actividades de contrabando directo desde las Antillas no se hicieran
excesivas, el sistema colonial español que intercambiaba una producción minera máxima por importaciones

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suntuarias mínimas y que desalentaba las exportaciones agrícolas y ganaderas, tenía razonables
posibilidades de sobrevivir. Pero la revolución comercial e industrial del siglo XVIII y la creciente
agresividad de los intereses comerciales ingleses y franceses pronto pusieron en claro que el sistema
colonial español tendría que ser modificado o que sería despedazado.

SECTORES PRODUCTIVOS COLONIALES

• Desarrollo tardío.
AGRICULTURA • Relaciones con la minería.
• Fusión de elementos agrícolas de origen:

❖ Maíz
❖ Papa ❖ Trigo
❖ Tubérculos ❖ Oliva
Indígena ❖ Cacao Europeo
❖ Vid
❖ Tabaco ❖ Caña de azúcar
❖ Añil

• Desarrollo rápido inicial.


• Áreas mayores: Comayagua, Olancho Tegucigalpa y Choluteca.
• Avocada a satisfacer las necesidades de la minería.
GANADERÍA • Competencia entre el mercado interno y el de exportación.
• Cuando decae la minería se orienta específicamente a la exportación.
• Rivalidad de intereses entre productores y grandes comerciantes de
Guatemala.

• Limitaciones técnicas.
• Predominio inicial del oro, y posterior de la plata.
• Áreas mayores en la zona central.
• Técnicas: fundición y amalgama de mercurio.
MINERÍA
• Mano de obra: libre y forzada.
• Falta de liquidez para la compra de la producción mineral.
• Fomento del contrabando comercial.
• Busca de créditos y bancarrota de productores a manos de
comerciantes.

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EL COMERCIO COLONIAL

• Ausencia de libertad comercial.


• Instituciones: Casa de Contratación y Consulados.
SISTEMA • Sistema de puerto único en España.
MONOPÓLICO
• Organización de flotas y convoyes.
• Limitaciones al aprovisionamiento y política de precios altos.

• Acceso a una mayor variedad de artículos a precios más bajos.


SISTEMAS DE • Áreas principales: Buenos Aires y el Caribe.
CONTRABANDO
• Bases europeas: Inglaterra, Francia y Holanda.

EL MESTIZAJE

Los niños que nacían en el momento de la conquista fueron engendrados en el período de las
sublevaciones indígenas; el período en que la tropa española, puesta en apuros por la rebelión, anduvo
errática, atacando y seguramente replegándose por temporadas, sin un lugar definitivo. Fueron hijos de la
violencia, engendrados en el odio y en el miedo. El rapto y la violación de mujeres indígenas durante la
conquista fue un fenómeno tan frecuente como el robo de alimentos, de joyas y de otros bienes.

Posteriormente, al instaurarse el régimen de servidumbre, fue muy frecuente el concubinato de españoles o


criollos con mujeres indias, ya no como consecuencia del dominio directo sobre sus personas, sino como el
resultado de la presión ejercida desde el plano de los señores sobre las mujeres de la clase servil. Se
desarrolló lo que con toda propiedad puede llamarse un “mestizaje feudal”, trayendo con ese concepto a la
memoria los abusos que en el feudalismo podía permitirse el señor sobre las mujeres de los siervos – sin
olvidar el “derecho de pernada”.

Bajo el feudalismo colonial se dieron las condiciones generales de presión económica y social para que,
como fenómeno reiterado, los varones del grupo terrateniente pudieran servirse sexualmente de las
mujeres indígenas. El concúbito de español o criollo con india (mestizaje inicial) aunque se produjo durante
todo el coloniaje, se desarrolló al margen del matrimonio y fue una peculiar faceta de la opresión colonial.
El incremento numérico de los mestizos se debió, más que al mestizaje inicial, a la multiplicación de
mestizos entre sí y relacionándose con otros grupos.

En la sociedad que comenzó a perfilarse después de la conquista surgieron tres grupos principales. Por un
lado la minoría de los españoles conquistadores y sus descendientes, cuyas filas se engruesaron con el
arribo de funcionarios y comerciantes. Eran ellos los que controlaban el poder bajo todas sus formas;
política, económica y social. Ser español fue, en la colonia, sinónimo de superioridad social.

Por otro lado el indígena quedó sometido a la voluntad de las autoridades coloniales. A nivel de la
comunidad, el indio conservó alguna forma de autonomía política y religiosa, pero éste siempre estuvo
supeditado al poder español. La calidad del noble indígena se mantuvo en la legislación, pero fuera del
pueblo indio ese estatus tenía un significado social muy relativo. Ser indio pasó a ser sinónimo de baja
condición social. Esta sociedad surgida de la conquista, compuesta por solo dos elementos, no duró mucho
tiempo. Desde la primera mitad del siglo XVI comenzó a producirse una mezcla entre indios, españoles y
negros traídos de África.
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En el siglo XVII se incrementó la mezcla de los diferentes grupos étnicos que poblaban el área
centroamericana. La mezcla del indio, español y negro dio origen a un fenómeno que las leyes españolas
habían tratado de impedir; el mestizaje.

Desde finales del siglo XVI, los mestizos se desempeñaban en diferentes tipos de actividades. A diferencia
de los indios, quienes se dedicaban a la agricultura y las artesanías, los mestizos eran pastores, capataces,
carpinteros, entre otros. Como no tenían un lugar fijo de residencia, escapaban a los privilegios y
obligaciones tanto de los españoles como de los indios; no tenían que pagar tributo, ni estaban sujetos a
los trabajos de repartimiento, ni tenían que permanecer en un determinado pueblo o ciudad.

Con el paso del tiempo, la presencia de los mestizos no escapó a los ojos de las autoridades coloniales. En
repetidas ocasiones, las leyes trataron de hacerlos abandonar los pueblos donde se suponía que
solamente vivían los indios. En algunos casos se recurrió a la fundación de poblados que no fuesen indios,
pero fue en vano. A la vez que se crearon esos poblados, los habitantes mestizos aumentaban en los
pueblos, villas y ciudades.

NOMENCLATURA DE LAS CASTAS

Componente Étnico Apelativo Sangre Blanca Sangre India Sangre Negra


Español India Mestizo 50 50 0
Mestizo Española Castizo 75 25 0
Castizo Español Español 87.5 0 12.5
Español Negra Mulato 50 0 50
Mulata Español Morisco 75 0 25
Morisco Español Albino 87.5 0 12.5
Albino Español Torna Atrás 93.75 0 6.25
Torna Atrás Indio Lobo 46.87 50 3.13
Lobo India Zambaigo 23.45 75 1.55
Zambaigo India Cambujo 11.7 87.5 0.8
Cambujo Mulata Albarazado 30.85 43.75 25.4
Albarazado Mulata Barcino 40.43 21.87 37.7
Barcino Mulata Coyote 45.21 10.94 43.85
Coyote Indio Chamizo 22.6 55.5 21.9
Chamizo Mestizo Coyote-Mestizo 36.30 52.7 11
Coyote-Mestizo Mulata Ahí te estas 43.15 51.35 5.5
Negro India Zambo 0 50 50

Los Misquitos

Los cambios culturales experimentados por los indígenas que vivían en la Costa de los mosquitos (actual
departamento de Gracias a Dios) se debieron al asentamiento de ingleses y negros en la costa del Caribe,
que posteriormente se conoció como la costa de los Mosquitos. En la costa de los Misquitos, región
nordeste hondureña fuera del control español, los primeros negros arribaron en 1641, náufragos de barcos
que transportaban esclavos de África. Gradualmente fueron mezclándose con los indígenas dando origen
al grupo étnico de los Zambos – Misquitos.

La aportación negra a este grupo racialmente mixto fue mantenida por los ingleses, quienes introdujeron
esclavos negros de sus posiciones Caribeñas, especialmente de Jamaica, para trabajar en los
asentamientos británicos de la zona. Además arribaron esclavos prófugos del interior de Honduras
particularmente de las zonas mineras de Tegucigalpa y Comayagua así como las plantaciones de la costa
e islas del Caribe. De estos grupos indígenas pobladores de la costa caribeña hondureño - nicaragüense,
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los Misquitos, “Moscos o Zambos”, fueron los que de manera exitosa desafiaron la autoridad española.
Aprendieron a usar las técnicas de guerra de los piratas y se expandieron durante el siglo XVIII realizando
incursiones contra poblados indígenas (libres o sometidos al poder de la corona). La presencia británica en
la Mosquitia, así como la destreza en el manejo de armas de fuego, neutralizó la capacidad del régimen
colonial para someterlos.

El propósito fundamental de los europeos asentados en la Costa de los Mosquitos era el comercio; no
tenían intención alguna de alterar directamente la economía indígena. En 1633 se establecieron los
primeros puertos comerciales ingleses iniciándose una relación comercial que abastecía a los misquitos de
hachas, cuchillos, machetes, telas, utensilios de cocina, etc. Ellos se convirtieron en guías y aliados en los
ataques británicos a las ciudades y fortificaciones españolas durante la guerra hispano – inglesa del siglo
XVIII. Como resultado de la firma de paz en 1788, los asentamientos ingleses en la costa Misquita fueron
evacuados al cabo de cuatro años. Para principios del siglo XIX, los Zambos – Misquitos se hallan
dispersos en más de veinte asentamientos o rancherías desde el río Tinto hacia el sur hasta Punta Gorda.

Los Negros Caribes o Garífunas

Los primeros individuos de origen africano que llegaron a Honduras lo hicieron acompañados de sus
dueños, los conquistadores. Para 1545, la afluencia de negros a Honduras era ya importante, siendo
utilizados como mano de obra en lavado de arenas auríferas en Olancho. Los negros caribes como grupo
étnico, tuvieron su origen en San Vicente, isla de las Antillas Menores, perteneciente en la actualidad a las
Indias Occidentales Británicas. Son descendientes de esclavos africanos sobrevivientes de naufragios o
fugitivos de plantaciones en las islas vecinas a quienes los indios caribes dieron refugio.

A la mezcla de negro africano con indio Caribe insular los europeos los llamaron negros caribes, para
distinguirlos de los otros, caribes rojos o caribes amarillos. Hoy en día se les conoce en Honduras como
negros caribes, garífunas o morenos. En la última década del siglo XVII, la comunidad negra que había ido
en constante aumento, engrosada por fugitivos de Barbados, se convirtió en el grupo dominante de San
Vicente. Los negros obligaron a los indios a retirarse hacia el lado de sotavento de la isla, ocupando ellos la
parte más agradable y fértil hacia barlovento.

Durante el transcurso del siglo XVIII, en muchas ocasiones los negros caribes tuvieron que defender su
recién adquirida independencia. Todos los colonizadores, sin distingo de nacionalidades, consideraban que
la mera existencia en las islas de un cuerpo guerrero organizado de negros libres constituía una amenaza
contra el sistema de esclavitud y la seguridad de los plantadores blancos. La década de 1780 fue la edad
de oro en la historia de los negros caribes. La parte de la isla que les había sido asignada, aunque
pequeña, contenía tierras fértiles y se encontraba situada estratégicamente, sobre costas peligrosas que en
el pasado habían resultado fatales para muchos barcos europeos. Lo anterior, les permitió a los negros
caribes tener un comercio activo con los barcos anclados a una prudente distancia fuera de la costa.

Es obvio que los negros caribes en conjunto, tuvieron participación en el éxito comercial del que disfrutaron
las regiones tropicales a finales del siglo XVIII. Para abril 1797 los negros caribes fueron expulsados de la
isla de San Vicente y transportados por las fuerzas navales de Inglaterra a la isla de Roatán. Debido a la
rivalidad entre España e Inglaterra, las autoridades coloniales radicadas en Honduras suponían el inicio de
una invasión en el área, por lo cual en mayo de 1797 hubo una movilización naval hacia Roatán, la cual no
encontró resistencia y las relaciones que se entablaron entre negros y españoles fueron amistosas.

Finalmente, los españoles les permitieron ir a tierra firme y ayudar a reconstruir Trujillo, que había sido
incendiada por tercera vez por los piratas. El pacífico recibimiento que los garífunas de Roatán dieron a los
españoles, les permitió la reconquista de las Islas. Ante la amistad mostrada, la necesidad de soldados y
bastimentos para defender las fortificaciones de Omoa y Trujillo, en plena guerra contra los ingleses en el
Caribe, se propició el traslado de garífunas a la plataforma continental. Años después, los negros caribes
continuaron circulando por la Bahía de Honduras y estableciendo poblados hasta alrededor de 1836;
eventualmente llegaron a Belice y Nicaragua. Actualmente Trujillo, cabecera departamental de Colón, es

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considerado el primer hogar de los caribes negros en Honduras, la que es hoy, y probablemente será
siempre la capital garífuna.

REFORMAS BORBÓNICAS

Desde el siglo XVI, la casa reinante en España era de la familia Habsburgo, de origen austriaco, pero en
1700 falleció el último rey de la dinastía, Carlos II, sin dejar descendencia directa. Después de no pocos
conflictos, la sucesión recayó en el príncipe francés Felipe de Anjou, sobrino nieto del difunto rey, quien
asumió el trono de España con el nombre de Felipe V e inició una nueva dinastía, la de los Borbón, por el
apellido de la familia a la que pertenecía, y que era la misma que reinaba en Francia. Los reyes de la casa
de Borbón comenzaron una profunda reforma en España porque consideraban que el país estaba muy
atrasado en comparación con los demás países europeos.

Efectivamente, los cambios modernizadores que transformaban a Europa no habían tenido cabida en
España, y en el siglo XVIII estaba en desventaja económica y tecnológica respecto del mundo occidental.
Cuando las reformas borbónicas quedaron consolidadas en la península ibérica, los monarcas decidieron
extenderlas también a las posesiones ultramarinas del imperio, lo que ocurrió en la segunda mitad del siglo
XVIII por iniciativa del rey Carlos III quien gobernó el imperio español de 1759 a 1788. Las reformas fueron
iniciadas por Felipe V (1700-1746), continuadas por Fernando VI (1746-1759) y desarrolladas
principalmente por Carlos III (1759-1788). Los objetivos fueron, básicamente, recuperar la hegemonía
comercial y militar de España, y explotar y defender mejor los ingentes recursos coloniales.

El absolutismo como forma de gobierno existió en Europa entre el siglo XVI y XVIII su característica más
importante fue el reconocimiento del poder divino del monarca y la concentración absoluta de ese poder en
su persona. El máximo representante del despotismo ilustrado en España fue el emperador Carlos III
miembro de la dinastía de los borbones. Siguiendo las políticas emprendidas en Francia, la dinastía
borbónica inicio cambios en toda la organización del imperio y por lo tanto de sus colonias en América. De
ese modo comienza la aplicación de un programa de reformas político – administrativas promovidas por el
rey Carlos III (1759-1788) quien pretendía entre otras cosas, recuperar el poder que estaba en manos de
instituciones ajenas a él, con el fin de lograr un gobierno absoluto y centralizado capaz de controlar todos
sus dominios mediante la creación de intendencias.

Las intendencias era una institución francesa que fue aplicada en todas las regiones de España y luego en
América para reducir las jurisdicciones y aumentar la posibilidad de controlar la recaudación tributaria. La
implantación de este sistema exigió la división del territorio en jurisdicciones político administrativas
denominadas intendencias, las cuales habrían de estar bajo la dirección de un funcionario que fungía como
gobernador general o intendente, quien ejercía todos los atributos del poder: justicia, policía de provincia,
guerra (dirigir los ejércitos), hacienda (recaudación de impuestos), fomento de las actividades económicas y
obras públicas.

Gracias al sistema de intendencias, se implantó precisamente una nueva organización territorial y


administrativa, sustituyendo a los gobernadores provinciales. Los efectos del accionar de los intendentes
fueron positivos en el plano económico pero entraron a competir y a interceder en el ámbito de otras
autoridades locales y regionales con las cuales no lograban ponerse de acuerdo. En Centroamérica la
estrategia borbónica tuvo seis fines:

1. estimular las comunicaciones y el comercio en un esfuerzo por fomentar mayor tráfico entre todas
las ciudades españolas y las colonias;

2. limitar el poder eclesiástico por medio de un ataque a la propiedad y los privilegios de la iglesia;

3. apoyar parcialmente a los productores del interior en sus quejas contra el poderío de la clase
comerciante de Cádiz – Guatemala;

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4. reformar al gobierno con la institución de intendencias que reemplazaran a los funcionarios
“corruptos” en el interior;

5. reformar la estructura tributaria para que ofrecieran mayores rentas con el objeto de financiar un
mayor poder del gobierno;

6. mayor actividad militar dirigida contra la presencia económica y física de los británicos en
Centroamérica.

Los Borbones formaron su estructura lenta y conscientemente, reemplazando poco a poco el localismo y
las viejas tradiciones con nuevas leyes e ideas. El primer paso fue la creación de una fuerza militar
adecuada, como defensa contra ataques extranjeros y levantamientos internos. En 1752, la Audiencia
dispuso la creación del castillo de San Fernando de Omoa. Estas medidas permitieron a España recuperar
la costa de Mosquitos, que se hallaba bajo el control de comerciantes ingleses desde finales del siglo XVII.

En un esfuerzo por rescatar el poder disperso, la corona comenzó al mismo tiempo por recuperar el control
de la Iglesia en América. Entre la conquista y finales del siglo XVII, la iglesia había acumulado riqueza,
poder y prestigio. Sólidamente organizada y hábilmente dirigida por gran número de obispos, aliada del
Estado español bajo los Habsburgos (1519 – 1700) la iglesia llegó a poseer más autoridad que los
representantes del rey. En 1713 la corona rompió relaciones con la Santa Sede; no se restablecieron hasta
1753.

Las medidas contra el poder eclesiástico, durante el primer medio siglo del gobierno borbónico estuvieron
encaminadas a restringir el número de miembros en los conventos, reducir la cantidad de organizaciones,
hermandades o comunidades religiosas (cofradías), y prohibir la creación de nuevos conventos. Asimismo,
en 1751 una cédula real prohibía a los eclesiásticos recaudar tributos, y ordenaba a las autoridades civiles
administrar los fondos de las comunidades. Cuando se hizo cumplir, se le quitó a la iglesia el poder de
controlar trabajadores y de proteger la riqueza india local contra las incursiones de foráneos.

La principal reforma administrativa en el ámbito local fue la sustitución del alcalde mayor o gobernador por
un intendente. Las intendencias reemplazaron en su mayoría a las gobernaciones. El intendente tenia
funciones de gobernador provincial y encargado de justicia, guerra, hacienda y policía. El intendente era la
autoridad principal dentro de su jurisdicción y el responsable de cumplir las disposiciones de la corona en
su localidad, construir obras públicas, desarrollo económico pero sobre todo de la recaudación de
impuestos. Se crearon intendencias en San Salvador, Ciudad Real (Chiapas), Comayagua y León.

Finalmente las reformas borbónicas inspiradas en el absolutismo francés y sustentadas en las ideas
filosóficas del despotismo ilustrado pretendieron ordenar el imperio, apuntando a mejorar el control de la
corona sobre las colonias americanas, con el objetivo principal de mejorar las finanzas reales.

• Tendencias liberalizadoras de la economía y el comercio.


• Abolición del puerto único y apertura de puertos en España y América.
• Revitalización de la agricultura y la minería.
• Reactivación del comercio.
REFORMAS • Disminución del poder del Consejo de Indias y la Casa de Contratación.
BORBÓNICAS • Creación de nuevos Virreinatos y Capitanías Generales.
(Siglo XVIII)
• Creación de intendencias para eficientar la captación de impuestos y
estimular la producción agrícola, industrial y comercial, además de la
defensa.

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CRISIS DEL DOMINIO COLONIAL

Existe un consenso en que casi todas las colonias españolas crecieron a lo largo del último siglo del
imperio; ello se reflejó en un aumento notable de la población, el crecimiento económico se aceleró a partir
de 1765 y desembocó en la crisis de la dominación española a principios del siglo XIX. Para comprender la
historia de las reformas y la crisis, es necesario recordar el cambio dinástico en España hacia 1715 y el
ambiente europeo de la segunda mitad del siglo XVIII. El fin del linaje reinante (Austrias), las guerras de la
sucesión y el advenimiento al trono español de una dinastía extranjera plantearon a los súbditos del imperio
inquietudes básicas sobre su legitimidad.

Luego la rivalidad de las potencias provocó continuos sobresaltos que cada vez más se desplazaron al
ámbito colonial. El primer Borbón emprendió costosas aventuras bélicas que vaciaron su hacienda y los
subsecuentes déficit fiscales estuvieron ligados a las dificultades económicas generales. La guerra de los
Siete Años fue el más severo de los enfrentamientos colonialistas en el Caribe. La toma de la Habana,
puerto clave para el tráfico marítimo, además de humillante dificultó la comunicación entre la metrópolis y
las colonias, y las dificultades del trasporte estuvieron ligadas a la aguda crisis de la empresa mercantil
colonial de 1755 a 1763.

Quedó al descubierto la vulnerabilidad del imperio español obligado en la paz subsiguiente a tolerar el
comercio y la presencia de los ingleses en la cuenca. El tratado de paz firmado en París en 1764 dio a los
ingleses derechos amplios para la explotación de maderas preciosas en las costas de Honduras, es decir,
legitimó su presencia en el golfo, aunque Inglaterra reconocía la soberanía formal de España sobre el
litoral. Hacia finales del siglo XVIII España había perdido el dominio de los mares y con él, la posibilidad de
controlar la economía colonial. El colapso del dominio económico era a corto plazo, la pérdida del control
político: una crisis de la dominación colonial que no fue necesariamente una crisis de la economía colonial,
ni una búsqueda local de independencia política. El desprestigio de la familia real española condensaría
ese proceso.

El crecimiento demográfico, el desarrollo de regiones largamente olvidadas para la producción de azúcar,


cacao, tabaco y cueros, el extraordinario incremento de la producción anual de las minas de plata
mexicanas, todo atrajo la atención de Inglaterra y Francia y obligó a los españoles a revisar sus políticas
coloniales o ver caer primero el comercio colonial totalmente en manos de los competidores europeos y
después las mismas colonias. La estructura del comercio colonial fue remendada con cautela a partir de
1765.

El objetivo de estos cambios era mejorar el contacto entre la metrópolis y las colonias, reducir el
contrabando aumentando la oferta y elevar el porcentaje de las manufacturas españolas en el comercio de
España con sus colonias. En 1789, Carlos IV asciende al trono de España. En ese momento la monarquía
española había alcanzado el pináculo de su dominio imperial. Las comunicaciones entre la Península y sus
colonias americanas se habían regularizado, aumentaron los ingresos fiscales lo que permitió invertir
grandes sumas en la defensa con el fin de detener la amenaza británica. No obstante, diez años después,
la estructura de dominación colonial se encontraba en franca decadencia y los ingresos fiscales habían
descendido enormemente.

Con el fin de hacer frente a la urgente necesidad de recursos, la corona estableció en 1803 la
“consolidación de los vales reales”, confiscando a favor del tesoro real, los bienes de la iglesia en toda
Hispanoamérica, exigiendo además que todos aquellos que tenían propiedades grabadas con obligaciones
económicas con la iglesia debían pagar al Estado la totalidad de lo debido, o en caso contrario se
procedería a la venta de las propiedades. Esta medida tuvo para los hispanoamericanos un efecto
desastroso, al drenar el capital de Hispanoamérica hacia la península. Esta importante medida fue
implantada en Centroamérica a pesar de una fuerte oposición.

Entre 1804 y 1808, en plena depresión de exportación de añil, más de un millón de pesos fue enviado de
Centroamérica a España, por concepto de venta de bienes y pago de vales reales. Nunca antes se había
producido una salida de capital de tal magnitud en Centroamérica. Otra serie de “donativos patrióticos y
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voluntarios” obligó a los centroamericanos a expedir un millón de pesos adicionales para ayudar a la madre
patria, agravando aún más los problemas de falta de circulante. Esto favoreció a que los provincianos se
volcasen a buscar intercambios con los comerciantes ingleses que operan en el Caribe, al tiempo que
perdían su lealtad hacia la Corona.

Aunque para entonces el istmo centroamericano se había caracterizado por su “acrisolada fidelidad” hacia
el gobierno español, la gesta independentista mexicana de 1810 tuvo importantes repercusiones. La
actuación de los próceres de la independencia mexicana que en 1812 amenazaron Chiapas (provincia
colonial adscrita a la Capitanía General de Guatemala) con sus tropas del ejército libertador del sur,
atemorizó a las autoridades coloniales y a la oligarquía guatemalteca, quienes tendieron un verdadero
cinturón de protección alrededor de la capitanía, con el objeto de impedir la propagación del ideal
emancipador.

En Guatemala ocurrió una particular evolución política: el grupo hegemónico de la capital se alió con los
representantes de la autoridad española con el fin de “mantener el orden público”. Era mejor cualquier
gobierno – aducía la élite de guatemalteca – que la anarquía. Sólo al final, cuando la amenaza de las
tropas mexicanas puso en peligro la estabilidad reinante en Centroamérica, esta élite decidió favorecer la
independencia, a fin de evitar la confrontación armada.

PRINCIPALES APORTES DE LA SOCIEDAD COLONIAL A LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA

América vivió a partir de la conquista un proceso de desplazamiento de un sistema de expresión cultural


por otro. En el caso de las civilizaciones prehispánicas que habían logrado un nivel alto de desarrollo, las
formas indígenas de expresión arquitectónica, artística y literaria perderían rápidamente su relevancia,
apareciendo en su lugar otras, las importadas de España. Si bien sobrevivieron muchas tradiciones
antiguas; los bailes prehispánicos y todo un pensamiento religioso, debido a la influencia europea durante
la colonia estas expresiones sufrieron ciertas modificaciones. En gran parte, hasta las prácticas que hoy se
consideran indígenas deben entenderse como producto del proceso de intercambio cultural que tiene sus
orígenes en el contacto inicial entre indígenas y españoles.

Durante los primeros siglos de dominación, la iglesia católica fue la institución más poderosa en la
transmisión de valores culturales. Su influencia se ejercía fuertemente sobre el mundo artístico e
intelectual, ya que dominaba la enseñanza formal y controlaba los principales medios de expresión cultural.
El peso de la religión católica se hizo sentir con especial fuerza en la arquitectura y en las artes plásticas.
Durante los primeros siglos, los proyectos de construcción estuvieron vinculados, sobre todo, a la
edificación de iglesias en los territorios sometidos, ya que la institución debía constituir el símbolo más
importante de la autoridad española. Simbólica era también su ubicación, en el centro de la ciudad, pueblo
o barrio, frente a la plaza donde solía concurrir la gente para hacer mercado o para asistir a los actos
públicos, tanto civiles como religiosos.

Montículos y pirámides indígenas fueron así cediendo el lugar a las edificaciones religiosas, hechas según
modelos españoles. Las primeras iglesias fueron construcciones sencillas de caña y paja; conforme se fue
consolidando el dominio español, fueron siendo sustituidas por edificios de mayor formalidad. Se edificaron
a semejanza de la basílica romana, de acuerdo a la tradición de la iglesia occidental, la gran mayoría de
una sola nave, aunque algunas de las más importantes eran de tres.

Los impresionantes edificios eclesiásticos de la colonia, por lo general, no fueron obra de españoles. La
fuerza de trabajo que se empleaba en su construcción se componía primordialmente de indígenas, a parte
de algunos frailes que de vez en cuando se dedicaban al diseño y dirección de las obras, el cuerpo de
arquitectos empíricos incluía tanto a indígenas como a mestizos y mulatos. La influencia de la iglesia era
igualmente fuerte en la pintura y en la escultura, actividades dedicadas casi exclusivamente a la fabricación
de objetos de arte para ornamentación de templo. Durante las primeras décadas del siglo XVI, la educación
sería un producto de la evangelización, es decir el móvil educativo fue la necesidad de enseñar la doctrina
católica a los grupos indígenas.

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El interés de la corona aparte de adoctrinar era el de enseñar la lengua castellana a los aborígenes; debido
a esto se fundan las primeras escuelas, cuya dirección recayó en las organizaciones sacerdotales (en 1535
se emitió una Real Célula la cual encarga a las órdenes religiosas que funden escuelas para la enseñanza
del castellano a la élite indígena). Para el siglo XVII se organiza en Honduras el seminario San Agustín que
aparte de ser un centro de interés religioso poseía un colegio donde se impartían las materias de
gramática, teología moral, cánones, filosofía y leyes.

Después de la escuela de primeras letras los siguientes niveles educativos estaban representados por los
colegios mayores y las universidades. En el caso de Honduras destacó el Colegio Tridentino de
Comayagua fundado en el siglo XVII. Poco a poco estas escuelas fueron ampliando su enseñanza, hasta
llegar a estudios superiores de latín, filosofía, retórica y otros. En 1676 se fundó la primera universidad de
Centroamérica en la ciudad de Guatemala. Tenía cátedras de teología, filosofía, Instituta, cánones, leyes,
medicina y lengua cakchiquel. Posteriormente se introdujo la filosofía cartesiana, la física experimental y las
matemáticas. En la última década del siglo XVIII se hicieron progresos de anatomía y cirugía.

La introducción de la imprenta en Guatemala fue realizada por el obispo Fray Payo de Rivera en la
segunda mitad del siglo XVII; las publicaciones eran de carácter netamente religioso. El primer libro
impreso en Centroamérica fue Explicatio Apologética, cuyo autor era el mismo obispo Rivera. El alto
índice de analfabetismo explica la poca difusión de obras impresas en latín o manuscritos. En forma
general la influencia de Europa se hizo sentir en todos los aspectos de la vida en América. La literatura, el
teatro, la música, y la pintura tuvieron por maestros o autores a españoles. El arte colonial fue
genuinamente español. La construcción de templos, conventos, cabildos, casas, con la fabricación de tejas
y el uso de la cal cambio por completo la fisonomía de las ciudades.

La introducción de la guitarra, el teatro, la música se difundió por ciudades y pueblos. Un ejemplo de ello
son las ciudades de Comayagua y Tegucigalpa; en una y otra la construcción de iglesias, conventos y
edificios expresan la consolidación de su importancia, como tales centros de poder imperial y de la clase
dominante. El mestizaje racial, así como la difusión de la lengua castellana durante el siglo XVIII y las
primeras décadas del siglo XIX contribuyeron a darle a la provincia de Honduras sus perfiles socioculturales
más significativos. Si a estos factores agregamos la difusión alcanzada por el cristianismo y sus formas de
integrar los elementos religiosos de la cultura prehispánica, tendremos un cuadro mucho más real y vivo de
la síntesis histórica – cultural sobre la cual se fundó la identidad cultural y más tarde nacional de Honduras.

Es una idea ampliamente aceptada que desde el punto de vista económico para América Latina la principal
herencia de la colonia fue la hacienda. La herencia más significativa del colonialismo ibérico fue la tradición
de la gran propiedad agrícola, que producía alimentos y materias primas para el consumo local o para
exportar a Europa Occidental. Representaba un tipo de organización social, una fuente de prestigio social y
poder político, así como de riqueza e ingresos. Hasta el siglo XX la base de la oligarquía de América Latina
ha sido el monopolio y acceso a la propiedad de la tierra. Las principales actividades económicas
heredadas de la colonia eran la agricultura y la ganadería, para satisfacer las necesidades de la mayor
parte de la población. Estas actividades se desarrollaron en tierras cuyo acceso se regulaba de acuerdo a
tres principales modalidades:

1. las haciendas;
2. los ejidos o tierras que se daban a los pueblos para sus cultivos, y
3. las tierras comunales que se daban a los pueblos de indios.

Además habían grandes extensiones sin dueño que se conocían como “tierras realengas” y que después
de la independencia se llamaron “terrenos baldíos”. La iglesia por otro lado poseía bastas cantidades de
tierra, sin embargo, antes de la expansión de las exportaciones durante la segunda mitad del siglo XIX,
dada la poca densidad demográfica la competencia por la tierra se limitaba a terrenos cerca de las
ciudades o particularmente aptos para la agricultura comercial (fértiles y de acceso fácil).

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Centroamérica empezó su vida independiente con un cierto bagaje colonial que iba a pesar fuertemente en
su futuro. Los dos recursos más escasos eran la mano de obra y el crédito, mientras que la tierra
abundaba. La mano de obra se organizaba frecuentemente de acuerdo con los sistemas coercitivos; estos
habrían de tener mayor relevancia donde predominaba la población indígena organizada alrededor de los
pueblos y donde las actividades de exportación incrementaban las demandas de sus servicios. Las
actividades económicas más importantes eran las de subsistencia, las pequeñas artesanías y el comercio.
El comercio exterior a pesar de ser una parte relativamente pequeña del total de la economía, indicaba el
camino a seguir.

LA SOCIEDAD COLONIAL

 Origen histórico: en los privilegios de los conquistadores.


CLASE Concesión de tierras y encomiendas.
HEGEMÓNICA  Burocracia estatal y eclesiástica excesiva.
 Grandes hacendados, mineros y comerciantes.

 Rurales Pequeños y medianos propietarios.

CAPAS
MEDIAS • Pequeños comerciantes.
 Urbanas • Burocracia intermedia.
• Artesanos y gremios.

Plebe urbana: delincuencia, prostitución y


 Urbanas alcoholismo.

CLASES SUBALTERNAS • Masas de indígenas, negros y mestizos.


 Rurales • Sistemas de trabajo forzado.
• Población mayoritaria.

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