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UNIVERSIDAD CASTRO CARAZO

 
FACULTAD DE EDUCACIÓN

PROGRAMA DE MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA

  

CURSO

Administración del curriculum y supervisión educativa

DOCENTE

César Rodríguez Barrantes

Ensayo

¿Cuál es la asignatura pendiente del currículum nacional?

  

ELABORADO POR

Brenes Flores Ivannia

CAMPUS CENTRAL, COSTA RICA

II CUATRIMESTRE, 2021
¿Cuál es la asignatura pendiente del currículum nacional?

Cada época ha demandado cambios profundos en la forma de instruir a las


generaciones jóvenes, de manera que las habilidades que desarrollen sean acordes
con las necesidades de su tiempo. La coyuntura que nos ocupa en la segunda década
del siglo XXI exige individuos competentes en muchos escenarios pues, no solo es el
cambio en la industria y el empleo, sino las formas de entendernos como seres
humanos. Las revoluciones de nuestro tiempo -tecnológica, industrial, de información-
ya ocurrieron. Vivimos sus efectos, sus pruebas, sus adaptaciones, sus implicaciones,
su interactividad autónoma, su aprendizaje del error para reconfigurarse. Así, la
pertinencia de los contenidos curriculares actuales no solo han de armonizarse con el
tiempo presente sino en sus posibilidades de autoadaptación prospectiva, en armonía
con los propósitos elevados de la educación.

Ahora bien, ¿qué influye en las expectativas de los estudiantes y su formación


ante este reto? ¿Las expectativas de los mercados de trabajo futuros? Es evidente que
se espera que los futuros trabajadores no sólo sean conocedores de sus industrias,
sino que también estén capacitados en tecnologías emergentes. Este puede ser el
momento adecuado para que los profesores dejen de asignar proyectos textuales y se
centren en tareas prácticas acordes con los recursos de su contexto y en colaboración
con otros entornos. Cuando se trata de tareas textuales, los estudiantes no se
benefician demasiado de ellas. La mayoría de ellos pueden copiar ensayos fácilmente,
a pesar de que es por todos sabido, que la construcción de los documentos de
investigación sigue siendo un aspecto importante de la educación. Aun así, el sistema
educativo debe reinventarse en otra dirección.

Los estudiantes necesitan desarrollar habilidades prácticas en términos de uso


de la tecnología que encontrarán en sus futuros trabajos. Es la oportunidad de entender
las fortalezas y debilidades del rendimiento de un individuo. Se ha estado hablando de
educación personalizada durante años. Es por eso por lo que los cursos en línea
ganaron tanta atención; cualquier persona puede estudiar lo que quiere, a su propio
ritmo. Los estudiantes tienen la oportunidad de aprender donde y cuando quieran.
Gracias a las nuevas herramientas de aprendizaje interactivo, la educación es ahora
independiente del espacio y del tiempo. Mientras que la dimensión teórica se aprende
fuera del aula, el aprendizaje práctico presencial se lleva a cabo en el aula. La
necesidad de los estudiantes y la dependencia de los edificios rodeados de muros de
piedra, que llamamos una "clase" o "escuela", están disminuyendo. Del mismo modo,
con la ventaja de la independencia del tiempo, un niño puede llevar a cabo su
educación a través de herramientas de e-learning desde su habitación. Las personas
que aprenden la parte teórica de su educación por su cuenta y en un entorno digital
pueden transformar sus conocimientos en experiencias de la vida real a través de
actividades prácticas basadas en proyectos en el aula.

Igualmente, el aprendizaje se hace más personalizado pues los estudiantes


recibirán una instrucción individualizada, a través de herramientas especiales ajustadas
a sus capacidades. De esta manera, un estudiante que tiene dificultades para entender
lo que muchos niños pueden absorber fácilmente, finalmente tendrá el derecho de
construir su aprendizaje poco a poco, a su velocidad y hecho a su medida.

Sin embargo, lo anterior responde a condiciones óptimas de un entorno con


recursos y modificado para un cambio enriquecedor en las generaciones que se
eduquen preparándose para este modelo socioeconómico. En la otra cara de la
moneda, pocos argumentarían que el estado de nuestro sistema educativo tiene mucho
margen de mejora. Sin embargo, desarrollar un plan para llevar a las escuelas en la
dirección correcta, resulta más fácil decirlo que hacerlo. El primer desafío radica en
identificar los problemas asociados que impiden que los estudiantes aprendan hoy en
día. Este desafío, en parte, se debe al hecho de que los problemas pueden cambiar
considerablemente dependiendo de quién los etiquete, ya sean estudiantes, padres,
educadores o legisladores. Son muchos y muy importantes los desafíos que
actualmente enfrentan las escuelas públicas y privadas, basadas en la perspectiva de
muchos involucrados en el mundo de la Educación.

Muchas áreas del país se enfrentan a las aulas que literalmente están en
condiciones deplorables y las comunidades esperan que el Estado paternalista
encuentre soluciones para albergar grupos masivos de niños y jóvenes matriculados.
Cuando el dinero es limitado, los números de las aulas, a menudo, se ven afectados.
Sin embargo, la mayoría de los maestros están de acuerdo en que no pueden enseñar
eficazmente a cada estudiante en un salón de clases, si el tamaño de la clase supera
los treinta alumnos. Varios estudios serios que los estudiantes de grupos de riesgo
social, quienes viven en la pobreza y los estudiantes varones, parecen beneficiarse
más de las aulas más pequeñas.

Los estudiantes que viven en o por debajo del nivel de pobreza tienden a tener
las tasas más altas de deserción escolar. Los estudios muestran que los alumnos que
no reciben suficiente comida o duermen son menos propensos a rendir a su máximo
potencial académico. Las escuelas conocen estas verdades de primera mano, y a
pesar de los esfuerzos por proporcionar a los estudiantes lo básico, los maestros,
administradores y legisladores saben que simplemente no hay suficiente para cambiar
estas realidades. El divorcio, los padres solteros, la pobreza, la violencia y muchos
otros temas son todos los desafíos que un estudiante trae a la escuela todos los días.
Mientras que algunos maestros y administradores tratan de trabajar con niños en
entornos familiares menos que ideales, sólo pueden tratar de retener a los dicentes,
especialmente cuando los padres a menudo no están dispuestos a asociarse con las
escuelas para apoyar a sus hijos.

Nuestro trabajo como facilitadores del aprendizaje debe ofrecer una opción para
ofrecer las habilidades que requiere este dicente del siglo XXI.

El modelo propuesto debe dar respuesta a las necesidades educativas que


exige esta coyuntura histórica y promover el cambio en la forma de educar a las
generaciones que están naciendo en esta segunda década del siglo veintiuno. La
currícula, evaluación y mediación pedagógica tendrán que estar pensadas para ofrecer
un corpus fuerte, demandante y retador que brinde las herramientas para enfrentar
situaciones que incluso, aún no existen. La generación postpandémica tendrá como
norte prepararse para lo inesperado y educarse para vislumbrar diversos escenarios
dentro de la incertidumbre.
Ahora más que nunca se hace imprescindible contar con un grupo de
colaboradores proactivos que quieran trabajar en pro de un sistema de avanzada y los
rete a indagar más y mejor. Aunque complicada, por la aceptación del modelo en
vigencia, la innovación urge como una alternativa para que el conocimiento sea
percibido como una constante en lo cotidiano. Asimismo, las familias deben interactuar
con los docentes y extender la escuela a las casas, de la misma forma que los
espacios de aprendizaje deben convertirse en lugares de puertas abiertas. Los
estudiantes encontrarán en la educación formal, una experiencia enriquecedora que
dispara su creatividad y curiosidad, en lugar de convertirse en un proceso tortuoso que
juzga y etiqueta.

El modelo educativo propuesto enfrenta varias amenazas y retos que deben ser
previstos, evaluados en la ejecución y enfrentados a lo largo de la gestión de la
implementación. Basta decir que la resistencia al cambio y el enfrentamiento con los
modelos anquilosados que son parte del status quo de la educación actual. Incluso, se
podría aseverar que las autoridades del aparato estatal que rigen los lineamientos y
construcción de la currícula necesitan comprender que urgen cambios que surjan de
las discusiones en forma ágil y reactiva más que paliativa.

Es imperativo que se trabaje desde la cooperación y la inclusión de todos los


actores, Una verdadera campaña informativa y atención constante que vincule a las
familias con el modelo y las convierta en socios, comprometidos e involucrados a largo
plazo. La experiencia en las coordinaciones y el trabajo áulico me ha enseñado que las
familias que muestran resistencia, lo hacen en muchos casos porque no comprenden el
accionar de las instituciones y se rebelan ante el mismo. Si se sienten partícipes y
comprenden las decisiones porque fueron parte de las mismas, su contribución será
continua en el tiempo y se convertirán en aliados del cambio. Y criarán estudiantes
motivados y decididos a romper con el determinismo social y la educación tradicional,
por lo que podrán desarrollar un programa que los oriente a convertirse en seres
humanos conscientes, respetuosos y solidarios.
Es menester abrir más espacios de discusión para implementar los cambios que
requiere la Educación pues es la única manera de enfrentar las vicisitudes de los
entornos globales y las necesidades de las generaciones que tendrán que tomar las
decisiones en los próximos años.

La gran materia pendiente de nuestro curriculum es, por tanto, la


reestructuración de un plan que desde la cooperación, la inclusividad y la equidad,
permita al sistema educativo, formar dicentes que respondan a la incertidumbre con
habilidades blandas y de conocimiento formal para romper así, las barreras del
determinismo social y la desmotivación.

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