Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
7151050001943
Editorial Índice
P
or maravillosa o terrible que sea, la realidad
se puede transformar en monotonía. Aunque 6 Premio Mauricio Achar 2021 Directora General y editora
parezca increíble, los seres humanos somos ca-
paces de acostumbrarnos a los hechos cotidianos y, entrevista con Ximena Santaolalla Yara Sánchez
en muchas ocasiones, hacemos todo lo posible para
repetirlos: vamos de antro en antro, de relación en
8 Entrevista con Yann Tiersen De La Barquera
yara@revistaleemas.mx
relación, escuchamos casi la misma música, incluso Juan Cárdenas
repetimos dinámicas generacionales. Creamos vidas Coeditor
monótonas: hay personas que pueden ver una y otra 11 Frase napalm
vez la misma historia, la viven y prolongan, justo José Luis Trueba Lara
Rodrigo Rojas
como los niños cuando les gusta una película o quie- jtrueba@revistaleemas.mx
ren que se les relea el mismo libro mil veces. Tal vez 12 Ulises y yo
lo que nos atrae es que lo verdaderamente extraordi- Director de arte y
nario parece imposible en el día a día. Debido a esta Jordi Soler
editor audiovisual
extraña peculiaridad, los seres humanos somos los
únicos que nos contamos y contamos historias. Éstas
14 El ojo que distorsiona realidades
Edwin Reyes Maya
nos permiten experimentar las vidas que tal vez ja- Gilberto Díaz
más viviremos; afrontar las aventuras que nunca nos edwin@revistaleemas.mx
tocarán, y, por supuesto, nos dan la oportunidad de 16 Póster: Creadores de múltiples realidades
Difusión Cultural
adentrarnos en mundos lejanos a los nuestros. Los re- Juan José Huitrón
latos —da igual si tienen la forma de un libro o si los Beatriz Vidal De Alba
miramos en una pantalla— nos enamoran; volvemos 18 Elena Poniatowska, beatriz@revistaleemas.mx
de ellos inspirados para cambiar lo que no nos gusta
la inmortal inmortalizadora
de la vida real, aunque a veces los seres humanos son Marketing
más humanos en la literatura, y lo mismo sucede con Irma Gallo
el resto de los habitantes del planeta: la rosa de Rilke Fabián Vásquez Escalante
siempre derrotará a las rosas reales. 20 La realidad estorba fabian@revistaleemas.mx
Debemos cambiar nuestra realidad a través de
José Luis Trueba Lara
la inspiración. A 21 años del estreno de la película Correctora de estilo
de Amélie Poulain, platicamos con Yann Tiersen, 22 Cincuenta: autobibliografía precoz Mariana Aguilar Mejía
quien la musicaliza; tomamos la mágica energía de
esta heroína encantadora, vivaz e imaginativa, con el Bernardo Fernández, Bef Consejo editorial
superpoder de ser feliz al ayudar a los demás, cuyo
peculiar corazón de naturaleza libre y caprichosa es
24 Entrevista con Don Winslow Alberto Achar
capaz de generar risas amables. Amélie nos obliga a Irma Gallo
una reflexión acerca de qué están hechos los sueños
y cómo hacerlos realidad, superando la tristeza o la En portada :
melancolía de la vida a través de los ojos de una gene- Amélie Poulain
rosa inocencia que aún podemos crear.+ (Audrey Tautou)
Director
Jean-Pierre Jeunet
Año: 2001
Yara Sánchez De La Barquera
Directora General Diseño:
Edwin Maya
Revista Lee+ de Librerías Gandhi
Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De La Barquera Vidal, Información y Ventas Publicidad: (55) 5335 1327. Editado por www.taraediciones.mx contacto@revistaleemas.mx, Distribución: Librerías Gandhi, S.A. de C.V.,
Dirección: Calle Comunal No.7, Col. Agricola Chimalistac, C.P. 01050, Alcaldía Álvaro Obregón CDMX. Número de Reserva al Título ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2009-051820092500-102. Certificado de
Licitud de Título No. 14505 y Certificado de Licitud de Contenido No. 12078 expedidos en la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro Postal EN TRÁMITE. Preprensa
e impresión: Multigráfica Publicitaria S.A. de C.V. en Democracias no. 116, col. San Miguel Amantla, Azcapotzalco, C.P. 02700, Ciudad de México. Título incorporado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de
Gobernación. Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa e indirecta, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, expresa y por escrito del editor, en
términos de la legislación autoral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones correspondientes. El contenido de los artículos es responsabilidad
de los autores. Librerías Gandhi y la casa editorial se deslindan de los mensajes expresados en los espacios publicitarios cuya responsabilidad pertenece al anunciante. Hecho en México.
Esta revista utiliza tipografías Gandhi Sans y Gandhi Serif, diseñadas para una mejor lectura. Puedes descargar ambas fuentes en: www.tipografiagandhi.com
Premio Mauricio Achar
X
imena Santaolalla ganó el Premio Mauricio Achar 2021 con A veces
Ve la entrevista
despierto temblando (Literatura Random House, 2022). El acta del en mascultura.mx
“
o un artículo, pero después pensé que una buena parte de la documentación
que había revisado se difundía de manera pública y yo apenas podría aportar
unas cuantas novedades. Ante este hecho, nació la idea de escribir un cuento:
estaba segura de
Una de sus amigas le recomendó participar en un que muchas más
concurso literario. Así fue como A veces despierto personas leerían
un texto literario
temblando llegó al Premio Mauricio Achar”. antes que un ar-
tículo o un ensayo publicado en una revista especializada. Así comenzó
todo; el cuento comenzó a transformarse en un libro de cuentos, y el libro
de cuentos desembocó en una novela.
Lee+: ¿Duele escribir sobre Guatemala?
Ximena: Duele muchísimo. Me sentí muy deprimida a lo largo de los úl-
timos seis años: el enojo, la indignación y la tristeza eran mis compañeros.
Lee+: Ganaste un premio. ¿Esto a qué te compromete?, ¿te cortarás la
coleta de abogada para dejarte crecer la de narradora?
Ximena: Cuando inicié este proyecto, no tenía más planes que terminar-
lo; es más, me ayudó muchísimo que el concurso tuviera una fecha precisa
para entregar los manuscritos. Resultó doloroso dejar de trabajar en algo que
corregía y corregía. Tenía miedo de sentir que me quedaba sin nada. No es lo
mismo escribir contratos que literatura. Pero, ahora que lo gané, tengo una
nueva motivación, una nueva pregunta: ¿y si sigo escribiendo? Ahora quiero
escribir otra cosa sobre Centroamérica, y ya veremos qué pasa. +
6
8
Música
Ve la entrevista
en mascultura.mx
y en YouTube
revistaleemasdegandhi
11 5 18 2 5 18
La realidad siempre abierta
de Yann Tiersen
Juan Cárdenas
S
i definimos realidad como aquello que es verdadero, lo que de verdad ocurre o
lo que tiene valor práctico, entenderemos inmediatamente que existen infini-
dad de realidades en el mundo que habitamos. La subjetividad así lo produce
y lo permite. El célebre compositor e intérprete francés Yann Tiersen es un alumno
más de esa multirrealidad. El músico viene de estrenar el disco Kerber (2021), y en
junio de 2022 arrancará gira con un álbum más, llamado 11 5 18 2 5 18. Dentro del
itinerario, México está presente con varias fechas y ciudades. Aprovechamos para
hablar con él sobre el Yann Tiersen que podemos esperar.
Ha sido muy difícil en cierto modo, porque me encanta hacer giras. Inclu-
so viviendo en este lugar hermoso, en una isla pequeña, me resulta difícil
no ir de gira, pero, como sabes, se trata de una buena oportunidad para
profundizar en las cosas y tomar decisiones. Por ejemplo, ahora la gira es
un espectáculo electrónico completo; era lo que quería hacer. Tener tanto
tiempo para trabajar en la versión en vivo me hizo darme cuenta de eso.
Música
Juan Cárdenas. Escritor y fotógrafo mexicano radicado en Las Vegas. Ha expuesto su trabajo desde hace más de 20 años y bajo el seudónimo Desautómatas busca
en su arte la reinterpretación y replanteamiento de todo discurso e idea. Síguelo en @Desautomatas.
10
11
Frase napalm
li-
Centenario de Ulises
li-
ses
li-
ses
ses
y
y
y yo
Jordi Soler
L
eí Ulises por primera vez a los dieciséis años, en la edición de dos tomos de Bru-
guera, que tradujo José María Valverde. Aquella versión —como descubriría años
más tarde— no es tan buena como la que hizo José Salas Subirat para la editorial
Planeta. En todo caso, mi primera lectura de Ulises resultó arruinada por el escritor
Salvador Elizondo, que al verme sentado en un café decodificando la prosa de Joyce
me dijo: “Ese libro hay que leerlo en inglés, leerlo en español es perder el tiempo”. Yo
entonces no leía en inglés, y el despiadado comentario me pareció una pedantería.
Nunca se pierde el tiempo leyendo Ulises, en cualquier lengua.
Leí la obra en inglés cuando llegué a Dublín a ocupar mi oficina de agregado
cultural en la Embajada de México. Aquella circunstancia me permitía vivir
dentro del mapa de la novela; por otra parte, acababa de ser padre, y esto me
orilló a reparar —cosa que no me había pasado en la primera lectura— en los
sabios y conmovedores exabruptos sobre la paternidad que aparecen en el
yo
yo
capítulo 9 y que se disparan por toda la obra, gravitando alrededor de esta
línea malintencionada y cargada de escepticismo: “La paternidad quizá sea
una ficción legal”.
Lo primero que hice al llegar a la ciudad, en 2001, fue irme a plantar a ***
la Martello Tower (primer capítulo de Ulises) y caminar por Sandymount
Strand (segundo capítulo) mientras iba leyendo la obra en su lengua origi- En Dun Laoghaire está el puerto de donde zarparon
nal. Quedé deslumbrado. Cuando empecé a leerla en inglés, percibí inme- Jonathan Swift y Gulliver hacia la isla de Lilliput. Se
diatamente otra música, un swing florido y sonoro que me recordó la prosa cuenta que, algunos días de borrasca, llegan hasta los
potente y tropical de Guillermo Cabrera Infante, escritor cubano que, por muelles del puerto, arrastrados por la corriente, caba-
cierto, tradujo al español el libro Dubliners, también de Joyce. Entonces pen- llos y vacas del tamaño de un pulgar. Junto al puerto
sé que algo de razón tenía Elizondo, y que le hubiera quedado muy agradeci- hay una bahía hermosísima, pequeña, casi oculta; su
do si, en lugar de soltar su pedantería, me hubiera explicado brevemente su nombre gaélico, Rinn na Mara, es un misterio. La
punto de vista. traducción oficial dice que se llama Sea Point (pun-
La experiencia de leer a Joyce en su ciudad me dejó tan entusiasmado ta marina), pero rinn en gaélico quiere decir “parte
que me mudé con mi familia a un piso alto del barrio de Dun Laoghaire, elevada” o, la acepción que prefiero, “cuerpo celeste”.
desde donde podía verse la Martello Tower. Dos o tres tardes por semana, mi hijo y yo recolectá-
bamos nuestra cena en esta bahía. Más de una vez, en
el momento de estar arrancando un mejillón de una
piedra lamosa, con las botas metidas en el mar y el
mundo contagiado por el último sol de la tarde, tuve la
sensación de estar en otro planeta.
12
cuyo vector era, precisamente, el examen de esa sociedad.
Harriet Shaw Weaver, célebre feminista y activista política in-
*** glesa, editaba la revista The Egoist, y también era la mecenas
del escritor. En aquella revista, por cierto, se publicaron algu-
En la playa de Sandymount Strand, que frecuentaba el joven Ste- nos capítulos de Ulises años antes de que la novela se editara.
phen Dedalus, hay un juego de mareas magnífico. El mar se retira El autor irlandés más emblemático vivía y escribía contra Ir-
cientos de metros, quizá mil. Si se camina por el malecón a la hora landa desde Trieste, Zúrich y París. Escribir contra un país —ya
de la marea baja, puede surgir una visión fugaz y desasosegante: la de se sabe— es inventarlo de otra forma y, en el caso de Ulises y de
media docena de barcos navegando sobre la arena. Dubliners, contagiarlo al grado de que cuando se camina por las
Cuando el agua se ha apartado, hay que caminar por la arena hú- calles de Dublín se confunde lo que vemos con lo que Joyce, a
meda, sorteando los charcos y bebiendo sorbos de vino, de acuer- través de sus páginas, nos ha hecho ver.
do con la receta de Joyce: “El vino blanco es electricidad”. Hay que “El rumor general en Dublín —relata Joyce a su amiga y me-
meter el cuerpo completo en esa extensión enorme de arena que el cenas— es que no puedo escribir más, que estoy acabado y que
mar ha dejado descubierta, exactamente como Dedalus al principio me estoy muriendo en Nueva York”. Un rumor absurdo, pues
de Ulises: pisando conchas y navajas; haciendo ¡crush, crash!, ¡crick, acababa de escribir Ulises, la novela que cambiaría el rumbo
crick!, dejando su rastro en una huella o en una ostra fracturada. Una de la literatura, y estaba a punto de acometer Finnegans Wake,
incursión ahí no es un paseo por la playa, sino una esa historia imposible, claustrofóbica y genial
caminata por el fondo del mar, que ha quedado que hay que ir leyendo a trozos, a diferencia
expuesto mientras la marea regresa. A cada paso de la primera, que hay que leer sin parar a lo
pueden verse criaturas vivas —algas, percebes, can- largo de un solo día.
grejos, peces— donde el mar no ha querido irse, en
una hondonada donde quedó agua con todo y vida. ***
Las mareas son como los amaneceres: se puede
prever el momento de su llegada, pero no su forma; James Joyce, además de revolucionar el arte
siempre llegan con un desplante distinto. Por eso el de la novela, era un notable cantante. Su
joven Dedalus y Joyce, su escritor, caminaban por voz de tenor, durante muchos años, significó
este fondo del mar Céltico, asombrados por el des- tanto para él como su voz narrativa. Antes
plante de la nueva marea, descifrando la vida que de ser escritor, Joyce quería ser cantante de
había quedado descubierta, masticando la fórmula: ópera. Ya se ha dicho que tenía muy mala
“Para leer los signos de todas las cosas estoy aquí”. vista: escuchaba más de lo que veía, tenía
un oído absoluto que le permitía reproducir
*** perfectamente cualquier pieza después de
escucharla una sola vez. La contundente so-
—¿Qué representa Ulises para usted?— me pregun- noridad de Ulises se debe al sofisticado oído
tó un periodista. musical de su autor.
—Es una novela que me ha dado horas apasio- John Joyce, su padre, era el mejor tenor de
nantes de lectura; la he leído varias veces y en Irlanda, según el famoso cantante Barton Mc-
varias lenguas: en inglés, que es lo suyo, y también Guckin. También Giorgio, el hijo del nove-
en sus traducciones al español, al francés y al cata- lista, era cantante. El propio James ganó, en
lán. Debo decir que es una obra de la que aprendo 1904, el premio más prestigioso que enton-
algo nuevo cada vez; tiene una hondura imposible ces podía obtener un tenor irlandés, pero fue
de calibrar; es literatura que hunde sus raíces en la descalificado por negarse a hacer una impro-
mitología —la griega y la celta— y ahí lo único que visación final. Gracias a aquel arrebato tene-
nos queda es seguirla, asombrarnos. mos Ulises, porque su amigo John McCormack —galardonado
—¿Qué es lo que más admira de Joyce? —indagó más tarde. un año antes con ese mismo premio— fue un cantante muy
—Me conmueven mucho su inmenso talento, su genio, su locura famoso y rico, estrella del Carnegie Hall, que hacía rabiar con
y su valor para interpretarla, sobre todo en Finnegans Wake; pero su fama y su dinero a James Joyce. Éste subsistía precariamen-
también me apasionan sus obras más comedidas, como Dubliners, te dando clases de inglés mientras escribía su obra fabulosa.
que termina con “The dead”, el cuento más hermoso del mundo. Y En 1907 Giuseppe Sinico comenzó a prepararlo en Trieste
de Ulises me emociona su dimensión poética. Si el escritor hubiera para que se convirtiera, en dos años, en cantante profesional de
ido un poquito más allá, la novela se le habría desmadejado y se ópera. Tiempo después, por consejo de Romeo Bartoli, Joyce
habría convertido en poema. estuvo a punto de mudarse a Milán para probar suerte en La
Scala. En esa época, publicó un poemario cuyo título resul-
*** ta significativo: Chamber Music. Faltaban todavía unos años
para que se imprimiera Dubliners (1914), ese libro extraordinario
James Joyce tenía severos problemas de visión. Además de las que quince editores rechazaron, hasta que al final se publicó el
gruesas gafas que usaba, escribía con tinta de diversos colores para día que estalló la Primera Guerra Mundial.
poder distinguir después lo que había redactado en su cuaderno; En 1918 Joyce cantó, en un teatro de Zúrich, la pieza “Aman-
las hojas recibían la luz de un par de lámparas y, para aumentar el te tradito”. El éxito de aquella interpretación le abrió la posibi-
reflejo, Joyce usaba, siempre que escribía, una camisa blanca. lidad de hacer una temporada y de convertirse, por fin, en el
En una carta que escribió el 24 de junio de 1921, James Joyce tenor que quería ser. Para fortuna nuestra, rechazó la oferta: ya
cuenta a Harriet Shaw Weaver una serie de leyendas sobre su per- estaba escribiendo Ulises y veía, con toda claridad, cuál era su
sona que circulaban en esa época, sobre todo en Dublín, la ciudad verdadera voz.+
en la que nació y que pronto abandonó, convencido de que la moji-
gatería, el catolicismo hermético y el provincianismo rampante de
sus familiares y vecinos acabarían hundiendo su proyecto literario,
Jordi Soler. Novelista y Caballero de la irlandesa orden del Finnegans <www. jordisolerescritor.com>. 13
Cine distorsiona
El ojo que distorsiona
H
realidades
realidades
realidades
realidades
realidades
ace uno o dos años, en este mismo espacio,
Gilberto Díaz se abordó el tema de la realidad en el cine
(realidad real y realidad cinematográfica)
Esto sucedió desde el comienzo del desde una perspectiva teórica y el análisis más
arte de las imágenes en movimiento. sobrio posible. Si bien en esa ocasión se mencio-
Cuando la novedad del cinematógra-
fo comenzaba a menguar, no faltaron
naron las aportaciones visuales, narrativas y ex-
los magos que decidieron darle nueva perimentales de personajes como Michelangelo
vida a aquella atracción carnavalesca, Antonioni o Francis Ford Coppola, entre otros,
y trasmutaron la exhibición de tomas existen muchos más directores que se atrevieron
de la vida cotidiana en verdaderos es- a jugar con la experimentación cinematográfica a
pectáculos capaces de llevarnos a otros
mundos. Tal como lo vimos en Hugo
niveles de delirio estético.
(2011), de Martin Scorsese, el cine cambió su rostro para volverse
más extravagante, capaz de contener en sí mismo las fantasías y
los mundos que hasta ese momento sólo podían alojarse entre las
páginas de los libros o los pigmentos del óleo.
He ahí la clave, porque nadie pensó que de verdad las pinturas
podían tener movimiento o, mejor aún, cobrar vida y contarnos
una historia con mayor detalle. Pero el mérito no pertenece sólo a
los impresionistas franceses; los alemanes encontraron en la dis-
torsión de las imágenes una oportunidad para desdoblar las emo-
ciones y expresarlas con mayor contundencia, con el objetivo de
mostrarnos el terror humano más profundo (y, al mismo tiempo,
provocar que nos enamoráramos de un frío e inexpresivo androide
llamado María).
Pero ¿qué hay de los sueños? Éstos también encontraron su
cauce. Los culpables de liberarlos y llevarlos de paseo en bicicleta
fueron dos españoles excéntricos: uno, pintor, de fino bigote engo-
mado; el otro, un bonachón sarcástico de mirada extraviada. Este
último fue el artífice principal de tan loable proeza: Luis hizo posi-
ble en el cine lo que Breton predicaba desde su tintero. Sin embar-
go, aquel movimiento no fue inmediato, como a muchos les gusta
creer. Si bien construir secuencias oníricas puede considerarse
surrealista, no catalogaríamos Los olvidados como una película su-
rrealista, como sí son Belle de Jour o Cet Obscur Objet du Désir. El
paso de Buñuel por México consistió, sobre todo, en una escuela
vivencial de surrealismo para estos fines.
Ya que mencionamos a Antonioni al inicio de este escrito, no
olvidemos que contar con recursos limitados en el cine se convier-
te en la oportunidad perfecta para jugar una partida de tenis sin
raquetas ni pelota con la realidad, o para esperar la conclusión de
la historia de amor entre Monica Vitti y Alain Delon, mientras el
vacío del exterior cotidiano nos absorbe, en la tarde de un domingo
10 de septiembre de 1961, en el lugar acostumbrado.
Fellini lo haría distinto. Obsesionado por la simbología de Carl
Jung, el director decide hurgar en lo más profundo de la psique,
no sólo para contar sueños, sino para verse a sí mismo reflejado
en su avatar Mastroianni durante un bloqueo creativo. A Fellini
poco le importa ya retratar la realidad: su cine busca ser una
cartografía de las emociones, los deseos y los recuerdos que se
congelan con la distorsión de la nostalgia, hasta ser más memora-
bles, estrafalarios y auténticos que el pasado mismo… y eso que
la psicodelia aún no tomaba fuerza para hacernos notar que el
cine bajo la Era de Acuario nos regalaría imágenes que cuestio-
nan la realidad misma.
Pero no fue desde Hollywood que el cine lisérgico nos mostraría
una realidad alucinante. Por un lado, los países del Pacto de Varso-
via asumieron la experimentación cinematográfica como un desafío
para desmarcarse del dictado cultural de Moscú. Hacían arte y confi-
guraban su propio lenguaje identitario. Las margaritas, de Vera Chyti-
lová, convertía la sinrazón en un manifiesto cargado de feminismo,
mientras se burlaba de los estereotipos y la decadencia del establis-
hment. Al mismo tiempo, Milos Forman convertía un documental
sobre el baile anual de una estación de bomberos en una burla sobre
los absurdos del poder.
14
una quijotesca carrera cinematográfica buscando escapar de tan
inevitable destino, primero con Time Bandits, luego con Brazil,
hasta desprenderse del campo material en The Imaginarium of
Doctor Parnassus.
Para un estudiante de artes visuales, el mundo del cine parece
cosa fácil, y crear mundos irreales, cuestión de estudiar la esté-
tica de Dalí y plantear cosas “bien locas”. Pero preguntémosle a
David Lynch, quien buscando plasmar la métrica de los sueños
terminó por hacer palpables las estructuras de aquellos que sólo
rara vez recordamos: los viajes interminables y recortados por
la incongruencia de un cambio de escena, desde la pesadilla de
Eraserhead hasta la ambivalencia y la angustia del sueño que se
siente real de Mulholland Drive.
Las emociones, los anhelos y las aspiraciones yacen en noso-
tros y podemos darles la forma que queramos. Podemos viajar
y desdoblarnos como aquello que imaginamos; continuar una
historia que pareciera concluida y transformarla en otra cosa.
Antes de morir, Satoshi Kon nos regaló ese planteamiento en
Paprika: ¿qué tal si pudiéramos sanar nuestros traumas y emo-
ciones con tan sólo una inmersión en nuestros sueños? ¿Qué tal
si la solución es igual de complicada que aquello que lo desenca-
denó en primer lugar y, como en Donnie Darko, la realidad que
percibíamos ya no resulta igual?
Si tan sólo fuéramos como Amélie Poulain, afianzados a
nuestra inocencia primigenia, dejándonos sorprender por
maravillas imperceptibles de la vida, de la misma forma que
la primera vez que estuvimos en una butaca ante una panta-
lla, con esa luz transmutadora de vidas, de sueños, sólo para
darnos cuenta de que el ojo del cineasta es capaz de distor-
sionar realidades. +
Irma Gallo
Elena Poniatowska,
Y
es que a Elena siempre le ha interesado contar
“
la inmortal inmortalizadora
Cuando llegó a México, la tierra
las historias de las mujeres, y parte importante de Paula Amor, su madre, Hélène
de su trabajo ha sido visibilizar a las olvidadas, Elizabeth Louise Amélie Paula Do-
lores Poniatowska Amor era una
a las repudiadas, a esas rebeldes que, como ella misma, niña de nueve —casi diez— años, y
han poblado con su talento las letras, la danza y las artes quizá no imaginó que éste se con-
vertiría en su país para siempre;
plásticas mexicanas” que sus héroes —como la soldadera
oaxaqueña Josefina Bórquez; el líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo; Paulina Ramírez, la niña de 13 años
víctima de violación a quien le impidieron abortar, o el astrónomo Guillermo Haro, quien se convertiría
en compañero de la escritora por el resto de su vida y padre de sus hijos— inspirarían algunas de sus obras
más importantes; que el habla de los habitantes más pobres, los de las periferias, los marginales, la lengua
que no enseñan en las escuelas ni está en los diccionarios, le daría una musicalidad única a los personajes de
sus narraciones. Respecto de este uso de la oralidad, Octavio Paz dijo al periodista cultural Braulio Peralta:
Tampoco imaginaba la princesa Hélène que los hechos más atroces, como la matanza del 2 de octubre
en Tlatelolco o el terremoto de 1985, se volverían libros indispensables para entender la historia de este/su
país. Porque México pertenece a Elena Poniatowska como Elena Poniatowska a México.
Sobrina de la atormentada y talentosa poeta Pita Amor (1918-2000), después de una breve estancia de
formación en Estados Unidos durante la adolescencia, Elena Poniatowska regresó a México y se convirtió
en una joven e inquieta reportera cuando las mujeres periodistas de este país sólo escribían en la sección de
sociales, como lo haría también en sus inicios Clarice Lispector, en Brasil. A Poniatowska le quedaba chico
escribir sólo acerca de bodas y eventos de la socialité, así que empezó a hacer entrevistas a personajes de la
cultura, como María Izquierdo, Manuelita Reyes, Dolores del Río, Octavio Paz y Juan Rulfo. Décadas des-
pués, la autora disfruta contar esa anécdota: “Cuando tú no habías nacido y había muy pocas mujeres en el
periodismo, yo empecé a entrevistar a otras mujeres”, dijo en 2014 a quien esto escribe, en Mérida, cuando
la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) le entregó la Medalla José Emilio Pacheco.
Aunque su célebre tía se burlaba de ella por haber elegido este oficio, ahí se encontraban los cimientos
de la Elena escritora de ficción que ha merecido importantes galardones a lo largo de su vida, entre éstos,
el más relevante de la literatura en lengua española, el Premio Miguel de Cervantes (2013), que recibió en
la Universidad de Alcalá de Henares y al que ella consideró un reconocimiento al ejercicio del periodismo.
Durante una entrevista que concedió a Carlos Pérez Salazar para BBC en octubre de 2015, admitió que el
periodismo suele ser ninguneado, y que ella es periodista y va a morir siéndolo. Además, gracias a este
oficio, Elena Poniatowska comenzó a formar parte del círculo de escritores como Carlos Fuentes, José
Emilio Pacheco y Álvaro Mutis, y lo dio a conocer. En la obra de Elena, la ficción y el ejercicio periodístico
testimonial van siempre de la mano.
En 1954, Poniatowska publicó su primer trabajo de narrativa, Lilus Kikus, un libro de cuentos acerca de
una niña curiosa como protagonista, que ilustró la pintora surrealista Leonora Carrington. La propia Carrington
sería, años después, su inspiración para escribir la biografía novelada Leonora (2012), aunque incluso Elena
asegura que la pintora y escultora odiaba las entrevistas y que por ello su libro es, antes que nada, una obra
de ficción.
Después siguió Hasta no verte Jesús mío (1969), la historia de Jesusa Palancares, soldadera, obrera y tra-
bajadora del hogar, quien hablaba con los muertos y se convirtió en un personaje fundamental en la historia
de la narrativa mexicana. En el origen de esta novela se encuentran las múltiples entrevistas que le hizo a
Josefina Bórquez, la mujer de carne y hueso que inspiró a Jesusa. Esta obra le valió el Premio Mazatlán de
Literatura (1971), uno de los más prestigiosos galardones literarios nacionales. Elena Poniatowska no cumplía
todavía 40 años de edad y ya contaba con un amplio reconocimiento como escritora en el medio cultural e
intelectual mexicano, tradicionalmente dominado por hombres. “En México, las mujeres que se salían del
camino establecido eran satanizadas”, dijo la escritora a Carlos Pérez Salazar en la entrevista citada ante-
riormente, refiriéndose a las mujeres de la generación de Frida Kahlo y Tina Modotti, de quien también
escribió una novela biográfica, Tinísima (1992).
Y es que a Elena siempre le ha interesado contar las historias de las mujeres, y parte importante de su tra-
bajo ha sido visibilizar a las olvidadas, a las repudiadas, a esas rebeldes que, como ella misma, han poblado
con su talento las letras, la danza y las artes plásticas mexicanas. En Las siete cabritas (2000), traza singu-
lares retratos literarios de Nellie Campobello, María Izquierdo, Rosario Castellanos, Frida Kahlo (antes de
18
que se convirtiera en el ícono mundial que
representa hoy), Nahui Olin, Elena Garro y
su tía Pita Amor.
Elena Poniatowska dedicó una novela,
Querido Diego, te abraza Quiela (1978), a
otra mujer igualmente talentosa y olvidada,
Angelina Beloff: pintora y titiritera rusa, ma-
dre de un hijo de Diego Rivera que murió
a los pocos meses de nacido y abandonada
después por el que se convertiría en uno de
los tres grandes muralistas mexicanos (los
tres varones, por cierto).
Con la publicación de La noche de Tlate-
lolco, 1971 se convirtió en un año clave en la
trayectoria de Poniatowska, pues además de
haber ganado el Premio Mazatlán, su crónica
de la matanza de estudiantes por órdenes de
Gustavo Díaz Ordaz en 1968 se volvió un
hito. Este documento narrativo literario uti-
liza los testimonios de sobrevivientes como Elena, la reportera, no ha dejado de lado la
un conjunto de voces aparentemente sin un escritura documental. En Fuerte es el silencio
entramado cronológico y dramático, pero (1980) se ocupa de los cuidacoches, los abo-
que lo convierten en lo que Julio Rodríguez- neros, las trabajadoras del hogar y las prostitu-
Luis llama narrativas documentales, pero que tas en la crónica “Ángeles de la ciudad”; del 68
yo llamaría, inspirada en Cristina Rivera (una vez más) en “El movimiento estudiantil
Garza, escritura documental: de 1968”; del movimiento de madres de desa-
parecidos encabezado por Rosario Ibarra de
A los libros que he escrito con base en Piedra en “Diario de una huelga de hambre”;
noriginales, incluido y sobre todo El in- de las luchas de Florencio, el Güero, Medrano
vencible verano de Liliana, los denomino y su gente en “La colonia Rubén Jaramillo”.
escritura documental, y no literatura testi- En 1988, publicó Nada, nadie: las voces del
monial: artefactos que quieren cuestionar temblor, y en 2007, Amanecer en el zócalo:
y producir (producir porque cuestionan) los 50 días que confrontaron a México, cróni-
el presente contra el cerco individualista ca del plantón que el entonces candidato a la
de la imaginación neoliberal. presidencia, Andrés Manuel López Obrador,
montó en Paseo de la Reforma.
Elena tampoco ha abandonado la bio-
grafía novelada y los reconocimientos a su
calidad literaria no han parado de llegar. En
2001, El universo o nada. Biografía del estre-
llero Guillermo Haro, inspirada en la historia
de su compañero de vida, obtuvo el Premio
Alfaguara de Novela. Basada en la vida del lí-
der ferrocarrilero Demetrio Vallejo, su obra
El tren pasa primero ganó el Premio Rómulo
Gallegos (2007).
En su más reciente novela en dos tomos,
El amante polaco, rastrea la historia de su
antepasado Stanislaw II August Poniatowski,
rey de Polonia, así como su propia trayec-
toria como escritora, pero sobre todo como
periodista y, por lo tanto, testigo de primera
mano de un México que anhelaba formar par-
te de la modernidad.
Este 2022 celebramos el 90 aniversario de
Elena Poniatowska, la inmortal, cuyas letras,
desde el periodismo, la escritura documental
y la narrativa de ficción, han inmortalizado a
tantos otros. +
Irma Gallo. Escribe, hace pódcast y videos. Último libro: Cuando el cielo se pinta de anaranjado. Twitter: @irmagallo
19
Tema del mes
E
se día, Óscar de la Borbolla y yo tenía-
La realidad estorba
mos que batirnos en un duelo a muerte.
Nos habían invitado a un programa de
tele para discutir si la realidad existía y, tan-
tito antes de que comenzaran a grabar, nos di-
mos cuenta de que el debate jamás ocurriría: los
dos estábamos convencidos de que la realidad
sí existe, y que si la entendíamos o no era otro
asunto. Ante tamaño problema, decidimos lo ob-
vio con tal de no decepcionar a la audiencia:
a como diera lugar, debíamos enfrentarnos. A
mí me tocaría la peor parte: defender la idea de
que la realidad no existe.
Como el tiempo para preparar un argumento
medianamente razonable sobre la inexistencia
de la realidad parecía mínimo,
opté por lo primero que me
vino a la cabeza: un cuento
taoísta que tal vez pondría
en jaque a Óscar y con-
vencería al público de que
yo tenía razón. “Sueño de
la mariposa” —así lo bauti-
zaron Borges, Bioy y Silvina
Ocampo en su Antología de
la literatura fantástica— es
una pequeña maravilla: “Chuang
Tzu soñó que era una mariposa.
Al despertar ignoraba si era Tzu que
había soñado que era una mariposa o si
era una mariposa que estaba soñando que era
Tzu”. Gracias a estas líneas, podría argumentar
que nosotros mismos y todo lo que nos rodea-
ba sólo éramos el sueño de una mariposa. Tan
buena resultaba la falacia que, en el momento
en que Óscar me preguntó sobre la inmateria-
lidad de los camiones que atropellan a la gente, le
pude responder con un desparpajo olímpico:
—Por supuesto, ¿a poco no has soñado que
te mueres?
Al terminar la grabación, nos aplaudieron
tantito. El conductor del programa nos agrade-
ció todo sonrisas y, antes de que nos fuéramos
a tomar un café absolutamente real, me pregun-
tó si de verdad creía que todo era un sueño.
—Por supuesto, cuando la mariposa despierte
todo esto habrá desaparecido —le contesté y
nos fuimos casi cubiertos de gloria.
2
No podría decir con precisión cuántos años
han pasado desde ese debate; sin embargo, hoy
creo que algo de lo que dije podría ser cierto:
hay veces que la realidad nos estorba y la ig-
noramos al grado de apagarla por completo
20
durante algunos ratos. Es más, supongo que a todas las per-
sonas en su sano juicio les pasa esto, aun bajo circunstancias
de vida distintas. Sé bien que esto que acabo de escribir se
lee rarísimo, por eso vale la pena ejemplificarlo con un he-
cho común y corriente: cuando éramos niños y veíamos una
película de terror, nos enfrentábamos al miedo y, al llegar a
la casa, intentábamos dormirnos tapados por completo con
una sábana invisibilizadora. Si lo pensamos un poco, no nos
queda más remedio que reconocer que nuestra estrategia de
avestruz era bastante tonta: si un monstruo entraba a la re-
cámara nada se tardaría en descubrirnos y, para colmo de
nuestra estulticia, todo indica que esos seres no existen, da lo
mismo si son vampiros, hombres lobos, zombis o cualquier
otra criatura de este tipo.
¿Qué quiere decir esto? Algo muy simple: en algunos
momentos, apagamos nuestro sentido de la realidad y nos
sumergimos en la irrealidad al grado de que nos persigue
hasta provocarnos un insomnio o hacernos pasar la vergüen-
za de la enuresis. Aún más, gracias a la posibilidad de que
nuestro sentido de la realidad se apague a ratos, podemos
vivir la maravilla de las historias: mientras leemos o cuando va-
mos al cine, le cortamos la corriente y nos dejamos llevar por
la mariposa que soñaba que era Tzu. Entre el lector —o el
espectador— y el autor —o el director— existe un romance
que tiene acuerdos precisos: sólo funcionará si suspendemos
la incredulidad, si apagamos el sentido de la realidad y si nos
dejamos llevar por la historia sin oponer resistencia. Desgra-
ciadamente, cuando el romance se acaba, no nos queda más
quedamos malditos y comenzamos a juzgar la realidad con
remedio que volver a la realidad, aunque haya perdido su
las leyes de la fantasía. Como resultado, asumimos que de-
brillo. En sus memorias, Sartre confesaba que los monos del
bemos transformarla para que se ajuste a nuestros sueños
zoológico eran menos monos que los que aparecían en las
y, justo por eso, la búsqueda de la utopía comienza a guiar
enciclopedias, y que las personas reales lo eran menos que
nuestros pasos.
los personajes de las novelas. Algo parecido a lo que sostenía
Ir en pos de la utopía tiene sus riesgos y, si alguien lo
Emilio García Riera cuando afirmaba que el cine era mejor
duda, basta recordar la tragedia de don Quijote cuando deci-
que la vida.
dió que sus lecturas eran mucho más reales que la chata co-
En este caso, nos queda una certeza: hay veces que la
tidianidad en la que vivía. Sin embargo, las lanzas en ristre
realidad estorba y, si en verdad queremos disfrutar las
y el Caballero de los Espejos no representan los únicos pro-
historias, no nos queda más remedio que mandarla a
blemas: ir en pos de la utopía nos permite desafiar al poder
pasear hasta que nos alcance el final. Y, cuando volve-
y apostarlo todo a maneras de vivir que van a contracorrien-
mos a ella, debemos aceptar nuestra condena: admi-
te; aún más, la certeza de que la realidad es profundamente
tir que el Quijote sólo es un conjunto de letras, que el
insoportable nos obliga a volver a los libros y las películas, a
actor que fue acribillado sobrevivió sin rasguños o, con
soñar con los ojos abiertos y a apostarlo todo en favor de un
tal de no salir tan lastimados, nos convencemos de que
sueño que tal vez jamás se cumplirá.
resulta más seguro ser un aventurero de sillón. No por ca-
No importa si en este camino terminamos derrotados: la
sualidad Pierre Mac Orlan sostenía que “instalado en una casa
necesidad de transformar la realidad nos mantiene mucho
cómoda cual hueso dentro del fruto, el aventurero pasivo de-
más vivos de lo que estamos cotidianamente. Si esto es o
jará que vengan a él las gestas anónimas de quienes, guiados
no una locura, no me importa: desde que tomé mi primer
por una mala estrella, se entregan a las fatigas de la aventura”.
libro de a de veras y desde que vi la primera película que me
Ciertamente, la lectura de un libro de guerra se vuelve mu-
conmovió, descubrí que la realidad me estorbaba y, aunque no
chísimo menos fatigosa y peligrosa que las batallas que ahí
me crean, desde ese día hago todo lo posible por no acercarme
se cuentan.
a ella más allá de lo indispensable. Prefiero el universo de
mi recámara con Paty a mi lado; sé que mi estudio con to-
3
dos sus libros es mucho mejor que las calles, y las pelis que
La pérdida de la realidad es muy peligrosa y Sartre tiene ra-
me acompañan para refrendar mi pésimo gusto, mucho más
zón: cuando salimos del ensueño, los monos parecen menos
reales que lo que sucede afuera de mi casa. +
monos y las personas, menos personas. En ese preciso instante
José Luis Trueba Lara. Escritor, editor y profe. Colabora en la radio y de pilón sale en la tele. Duerme la siesta con su esposa
y ha publicado varios libros. Es un lector que ha llegado al extremo de trabajar para pagarse el vicio. Twitter: @TruebaLara 21
precoz
precoz
precoz
Cincuenta: precoz
precoz
autobibliografía precoz
Bernardo Fernández, Bef
1. Antes de la pandemia (ahora medimos nuestra vida antes
y después de ella), el escritor canadiense David Morrell, autor
de First Blood, novela protagonizada por el inefable John James
Rambo, publicó en Twitter que su personaje estaba por cumplir
cincuenta años. Cuando vi que el libro es de 1972 me cayó el veinte
—expresión de anciano— de que yo también. 2. Incidentalmente, Morrell bautizó así
a su protagonista en honor a Arthur Rimbaud, que junto con Charles Baudelaire fue-
ron mis poetas favoritos de la adolescencia. 3. Rimbaud escribió las Iluminaciones en
1872 (y publicó —chin— Una temporada en el Infierno un año después; por poquito
coincidimos). 4. Fue mi profe de biología de la prepa el que me presentó a los poetas
malditos a los quince años. Es lo único bueno que me llevé de las escuelas de los maris-
tas. Gracias, Oswalth. 5. La leyenda urbana cuenta que Baudelaire se tiñó el cabello
de azul en el París decimonónico, nomás por fastidiar. 6. Baudelaire fue traductor y
gran popularizador de Edgar Allan Poe en Francia. 7. En 1984, mi papá me regaló los
cuentos completos de Poe en una edición de Rafael Llopis que me enamoró del gran
Loco de Baltimore. 8. También leí 1984 en 1984. 9. En mis años punk me pinté el
cabello de azul en honor a Baudelaire. 10. En 1987, The Cure, que debió ser mi banda
favorita de la adolescencia, grabó “How Beautiful You Are”, cuya letra está basada en
un poema de Baudelaire. 11. Robert Smith no refirió su fuente. 12. Mi banda favorita
de la adolescencia fue Mecano. 13. Sigo enamorado de Ana Torroja. 14. Radio Futura,
contemporáneos de Mecano, grabaron “Annabel Lee”, de Poe, en una versión hermosa
con traducción impecable. 15. Santiago Auserón sí dio crédito a Poe. 16. Nunca he
leído las traducciones de Poe que hizo Julio Cortázar. 17. A cambio, las de Raquel
Castro y Alberto Chimal me parecen espléndidas. 18. Llegué a Cortázar buscando sus
cuentos fantásticos. 19. Me acabé enamorando más de Historias de cronopios y de
famas. 20. El propio Chimal dice que no hay quien lea ese libro que no se declare cro-
nopio. 21. Entre más envejezco, más fama me siento y menos cronopio. 22. Cortázar
nació el mismo año que William Burroughs. 23. Y que mi abuelo. 24. Alguna vez leí que
sólo hay tres escritores punk: Burroughs, J. G. Ballard y Jean Genet. 25. Nunca he podido
acabar un libro de Jean Genet. 26. Leí profusamente a Burroughs y Ballard en la uni-
versidad. 27. Pero mi escritor favorito de aquellos años y de todos los tiempos es Kurt
Vonnegut. 28. Y mujer, Mary W. Shelley. 29. Mi hija mayor se llama María en honor a
la mamá de Frankenstein. 30. Yo quería bautizarla Alana en honor a Alan Moore. Su
mamá no lo permitió. 31. Cuando leí Watchmen, a los 15 años, decidí que quería ser
escritor. 32. “Si esto se puede hacer con las palabras, yo quiero hacerlo”, pensé. 33.
Alan Moore quedó tan decepcionado de sus adaptaciones al cine que renegó de ellas y
renunció a cualquier regalía producida por versiones audiovisuales de sus cómics. 34.
David Cronenberg adaptó tanto a Burroughs como a Ballard al cine. 35. Los dos que-
daron encantados, ¿cómo le hubiera ido a Moore en manos del cineasta canadiense?
36. Crash es una de mis novelas favoritas. 37. El almuerzo desnudo no lo es tanto.
38. Dibujé una novela gráfica sobre William Burroughs en México, Uncle Bill. 39. En
Shanghái quise visitar la casa natal de Ballard, pero no la encontré. 40. En cambio, di
con la calle Qibao, que aparece en la aventura de Tintín El Loto Azul, de Hergé. 41. Y
me tomé una foto. 42. Lo que me llevó a China fue escribir Ojos de lagarto, una novela
sobre un anciano chino que tiene escondido un dragón que escupe fuego en un sótano
de Mexicali, y que se tradujo al mandarín. 43. Lo anterior representa uno de muchos
ejemplos de lo afortunado que he sido en estos cincuenta años. 44. Me dedico a lo que
quería hacer cuando tenía ocho años: dibujar cómics. 45. Y, además, escribo novelas.
46. Varias de ellas, de ciencia ficción. 47. A mi hija menor la quise bautizar como
Harlana, en honor a Harlan Ellison, decano de la ciencia ficción, pero su mamá no me
dejó y se llama Sofía en honor de Sofya Kovalevskaya, una matemática polaca. 48. La
protagonista de mi próxima novela gráfica será una niña llamada Harlana, basada en
mi hija menor, a la que un hada punk le concede tres deseos; por supuesto, todo sale
mal. 49. Tengo cincuenta años, igual que El Padrino, de Coppola, pero apenas la vi
hace dos meses. 50. ¿Pintarse el cabello de azul como Baudelaire a los cincuenta años
será señal de una crisis de la edad? +
22
Bef. Novelista gráfico y no gráfico. Instagram: @beforama
novelista
Entrevista
novelista
Irma Gallo
Un novelista puede ir
más allá de los encabezados,
ése es el poder de la ficción: Don Winslow
Winslow
D
espués de terminar su trilogía El poder del perro (que in-
cluye la novela homónima, El cártel y La frontera), centra- Winslow
da en los cárteles mexicanos, el escritor estadounidense Winslow
Don Winslow regresa a sus orígenes con Ciudad en llamas (Har-
Winslow
perCollins, 2022). Inspirada en la Ilíada, la Odisea y las tragedias
Winslow
griegas, esta novela inaugura una nueva trilogía, que comienza
en 1986, en el barrio natal del autor, en Rhode Island. La obra Winslow
retrata un ambiente marcado por el declive de la mafia estadou- Winslow
nidense y las disputas entre las mafias italiana e irlandesa. En en- sobre esos libros, no sólo releerlos, sino con-
sultar muchos artículos académicos acerca de
trevista con Lee+, Winslow habla de su nueva novela, así como de ellos, asistir a conferencias… ese tipo de cosas.
la responsabilidad de Estados Unidos en la llamada guerra contra
el narco y del poder de la literatura para ir más allá de los enca- Los hechos criminales que narras en Ciudad
bezados de los diarios. en llamas tuvieron lugar en un momento pre-
ciso, pero ¿en qué medida nos muestran un
A diferencia de algunas de tus novelas anteriores, en las que pasado que se repite: una mafia que dio lu-
los latinos son los protagonistas, gracias a Ciudad en llamas gar a otro tipo de organizaciones criminales? ¿Cómo ves las
vuelves a tus orígenes, a una especie de autobiografía o de me- organizaciones criminales de hoy en día en comparación con
morias. Tus antepasados son irlandeses, ¿cuánto de lo que cuen- aquellas sobre las que escribiste?
tas en la novela pertenece a tus recuerdos? ¿En el barrio en
donde creciste también había italianos y mafias? La novela y sus dos secuelas ocurren en una época en la que la
mafia estadounidense comenzó su declive. Hay muchas razones
Sí. El libro se basa un poco en recuerdos, porque sí crecí en esas para ello, y quizá esta entrevista resulte breve como para profun-
áreas. Soy inglés e irlandés, técnicamente. Por parte de mi padre, dizar en esto, pero una persecución federal muy dura de la ma-
todos pertenecen a la alta burguesía de Nueva Inglaterra; por el fia y todo tipo de factores contribuyeron. Así que es interesante
lado materno, soy irlandés. Pero cuando era un niño pequeño vi- para mí escribir un libro acerca de la sociedad en decadencia.
víamos en barrios mayoritariamente italianos, así que conozco am- Había menos por qué luchar; la gente estaba peleando por cosas
bos lados de la historia. Y fíjate que no se percibía que hubiera una más y más pequeñas y, de alguna manera, esto hizo que la dis-
gran separación: los irlandeses y los italianos se llevaban como puta se volviera aún más cruel, porque la gente estaba desespe-
amigos. Este libro trata un poco eso: se convirtieron en amigos y rada. El crimen organizado en Estados Unidos tradicionalmen-
en aliados, pero entonces algo sucede… En efecto, en gran parte es te se ha basado en cuestiones étnicas. Sin embargo, hay cabos
un libro de memorias. sueltos alrededor de este estigma, porque encontramos que los
grupos de inmigrantes persiguen, en su mayoría, un tipo de vida
Las indagaciones que realizaste para tus novelas de cárte- legal: trabajar duro e intentar tener éxito de manera legítima.
les fueron duras, agotadoras. En el caso de Ciudad en llamas, Una minoría elige el camino criminal, y eso sucedió con la mafia
¿cómo hiciste esta investigación? irlandesa, con la mafia italiana y más tarde con los rusos. Pero
quiero señalar que hay criminalidad entre el establishment inicial
Salí por la puerta. El libro sucede en la ciudad donde nací, en también: si observamos la estructura del poder en Estados Uni-
donde mi esposa y yo vivimos la mitad del año (la otra mitad dos, podemos argumentar que algo de ésta resulta criminal, en
estamos en California). Nos encontrábamos, de alguna manera, el sentido en que las cosas son manipuladas, las inversiones son
varados ahí, en el estado de Rhode Island, por la pandemia, así manipuladas. El gobierno manipula por su propio bien. Así que,
que para mí investigar las locaciones de esta novela fue un asunto aunque históricamente se base en cuestiones étnicas, creo que se
de salir a caminar o dar un paseo en el carro durante cinco o diez trata de un problema más grande.
minutos. La playa en la que empieza el libro es una en la que es-
toy todas las tardes; te puedo mostrar exactamente en dónde se Y la violencia ha escalado con estos nuevos grupos criminales,
situó la fiesta con la que comienza la narración, en dónde sale del ¿no es así?
agua la mujer. Se trata de lugares reales, aunque les di nombres de
ficción. Me resultan muy muy familiares. Por otra parte, la investi- Sí, y creo que resulta un fenómeno mundial. Creo que en todos
gación fue académica, especialmente sobre los clásicos, porque el los ámbitos nos hemos acostumbrado a la violencia. El tipo de
libro consiste, en muchos sentidos, en una reinterpretación de la reglas que solían aplicarse parecen estar fuera de control. Consi-
Ilíada, de Homero. Lo escribí como el primero de una trilogía, dero que Estados Unidos tiene un problema muy específico con la
así que algunas partes de esta historia están tomadas de la Enei- violencia en términos de armas, pero la escalada denota, desafor-
da, de la Odisea y de las tragedias griegas. Tuve que aprender tunadamente, un fenómeno global.
24
Ve la entrevista
en mascultura.mx
y en YouTube
revistaleemasdegandhi
Durante varios años has mantenido una postura guerra contra las drogas,
profundamente crítica respecto de la lucha contra
los cárteles y, por supuesto, también lo has refleja-
do en algunas de tus novelas. ¿Sigues pensando que
ya perdiste”.
la posición del gobierno de Estados Unidos acerca
de la lucha contra los cárteles mexicanos es muy si-
milar a la que tuvo con Vietnam? ¿Ha cambiado tu
percepción sobre este asunto?
CUANDO NO QUEDEN
TRILOGÍA FUEGO 1 MÁS ESTRELLAS
ANTES DE DICIEMBRE CIUDADES DE HUMO FLEUR ALMENDRA QUE CONTAR
Joana Marcús Joana Marcús Ariana Godoy Won-pyung Sohn María Martínez
MONTENA CROSSBOOKS MÉXICO MONTENA OCÉANO GRAN TRAVESÍA CROSSBOOKS MEXICO
JÓVENES
ELECTRÓNICOS ARTE Y RECREACIÓN
MI LIBRO DE MANDALAS
HEARTSTOPPER #1: A GRAPHIC NOVEL Magdalena Servín
Alice Oseman ÉPOCA
GRAPHIX Dibujar o pintar mándalas es algo más que un pasatiempo: mien-
Un chico conoce a otro chico. Los chicos se hacen amigos. Los chi- tras nuestros colores los iluminan tenemos la posibilidad de hacer
cos se enamoran. Una dulce y encantadora historia sobre la mayoría un alto, de asomarnos a nuestro interior, de concentrarnos en
de edad que explora la amistad, el amor y la valentía que se necesita aquello que nos importa y, por supuesto, de crear maravillas que
para salir del clóset. La crítica la ha calificado como “absolutamente nos reconcilian con la naturaleza, con nosotros mismos y con el
delicioso”; “dulce, romántico, amable y bellamente rítmica”. cosmos, ésta es la apuesta de esta obra.