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1. La potestad tributaria
Seg n Octavio: “La potestad tributaria puede definirse como la facultad otorgada a un
determinado ente p blico, por la Constituci n o la ley, de crear, organizar, recaudar,
administrar y controlar tributos”
El Municipio a través de ordenanzas podrá crear, modificar o suprimir los tributos que le
corresponden por disposición constitucional o que les sean asignados por ley nacional o
estadal. Asimismo, los municipios podrán establecer los supuestos de exoneración o
rebajas de esos tributos.
De acuerdo con Moya (2006, p. 269) los caracteres esenciales de la potestad tributaria
son las siguientes:
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2. PERMANENTE: La potestad tributaria perdura con el transcurso del tiempo y no se
extingue. Solo se extinguirá cuando perezca el Estado. Siempre que exista,
ineludiblemente habrá poder de gravar.
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alguna forma al m s antiguo principio pol tico de la autoimposici n o del consentimiento
de los impuestos por los representantes de los contribuyentes.
Seg n P rez Royo, este principio tiene una funci n de garant a y de seguridad jur dica
frente a las intromisiones arbitrarias del Estado en la esfera de la libertad y la propiedad
privada y una funci n pol tica de asegurar la democracia mediante la participaci n de los
ciudadanos en el establecimiento del sistema tributario, mediante el cual se da
cumplimiento al deber de solidaridad de coadyuvar al sostenimiento de los gastos
p blicos.
- Garantía de no confiscación
Siguiendo lo dicho por algunos autores (Montilla, 2000), el impuesto que por excelencia
responde al concepto de capacidad contributiva es el Impuesto sobre la Renta, por su
generalidad y mecanismos de determinaci n. Aunado a ello, debe considerarse que se
trata de un impuesto que tiene como afectaci n las manifestaciones de la riqueza que se
crea, las que aumentan el patrimonio del contribuyente en un per odo fiscal determinado.
Es conveniente recordar entonces que el principio de capacidad contributiva es, como lo
ha dicho el Tribunal Constitucional Espa ol, la exigencia l gica de buscar la riqueza
donde sta se encuentre consultando los ndices que en forma directa o indirecta, pero
que de manera real y no meramente nominal, reflejan dicha riqueza (Fraga, 2006: 55).
“Articulo 316.- El Sistema tributario procurar la justa distribuci n de las cargas publicas
seg n la capacidad econ mica del o la contribuyente, atendiendo al principio de
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progresividad, as como la protecci n de la econom a nacional y la elevaci n del nivel de
vida de la poblaci n y se sustentar para ello en un sistema eficiente para la recaudaci n
de los tributos”.
Si bien conviene precisar en interpretaci n a la norma se alada; que no todo sujeto con
capacidad econ mica tiene capacidad contributiva; lo que conlleva necesariamente a
considerar la noci n de progresividad, se trata de una caracter stica de un sistema
tributario, consistente en que en la medida que aumenta la riqueza de cada sujeto,
aumenta la contribuci n seg n el incremento de la riqueza, es decir, los que tienen m s
contribuyen en proporci n superior a los que tienen menos (P rez Royo, 2007).
La doctrina judicial ha expresado que es de principio que el impuesto debe ser cierto y no
arbitrario para saber a qué atenerse en sus relaciones económicas con la comunidad, no
debe existir incertidumbre en cuanto a su monto y a la fecha a pagarse. Significa que toda
ley debe fijar un tiempo para su entrada en vigencia, el tipo de tributo, las personas
sujetas al tributo y pago del mismo.
- Garantía de la generalidad
En efecto, del mismo modo que el ejercicio del poder tributario no puede limitar ni destruir
el derecho de propiedad, el ejercicio de ese poder tampoco puede limitar ni impedir la
libertad de industria y de comercio.
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Esto supone, concretamente, que los impuestos no pueden establecerse de manera de
impedir por ejemplo, el libre desarrollo del comercio en el territorio de un estado. Los
impuestos tampoco pueden establecerse de forma tal que dificulten excesivamente o
hagan imposible el ejercicio de una actividad económica.
Por consiguiente, la garantía de la libertad económica como limite al ejercicio del poder
tributario del Estado, implica que no pueden existir impuestos cuyo objetivo sea el impedir
una actividad económica. Es decir, se consideran confiscatorios aquellos impuestos que
impiden el ejercicio de actividades económicas.