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1. Introducción
2. Bienes inciertos
2.1. Ejemplos
3. Bienes fungibles y bienes no fungibles
4. Conclusiones
5. Bibliografía.
1. Introducción
De acuerdo con el artículo 1142 del Código Civil (en adelante CC):
Los bienes inciertos deben indicarse, cuando menos, por su especie y cantidad.
Lea también: Derecho civil: Obligaciones de dar (artículo 1132 del Código Civil)
Recordemos que de acuerdo con el artículo 140 del CC, para la validez del acto
jurídico se requiere que el objeto sea física y jurídicamente posible. Y que de
conformidad con el artículo 1403 del mismo cuerpo normativo, la prestación en
que consiste la obligación y el bien que es objeto de ella deben ser posibles. De lo
dicho se desprende que si se celebra un contrato que genera obligaciones de dar
para una de las partes, pero cuyo objeto es un bien que no está señalado tanto en
su especie como en su cantidad. Desde el punto de vista del acto jurídico y del
contrato ese acto resultará inválido por tener un objeto jurídicamente imposible.
2. Bienes inciertos
Tenemos que dejar en claro que, ambos deben indicarse, ya que no tienden a ser
factores de requisitos a elección
Como observa una doctrina nacional, nuestro ordenamiento jurídico exige como
requisitos mínimos para los bienes inciertos o determinables, el que estos estén
especicados —cuando menos— en su especie y cantidad. Estas exigencias se
justican en razón de que cuando se genera una obligación, la prestación debe
ejecutarse, y el deudor debe estar comprometido seriamente a cumplirla. En tal
sentido —como lo arma claramente la doctrina francesa— si no se estableciesen
al menos la especie y la cantidad, podría un deudor estar obligándose y estar en
aptitud de desobligarse, a su mero arbitrio, de lo pactado o prescrito por la ley.
(Osterling Parodi y Castillo Freyre, 2008, p. 173)
Para ilustrar lo mencionado vamos a citar dos ejemplos de una autorizada
doctrina nacional y luego pondremos algunos nuestros.
2.1. Ejemplos
Pongamos un tercer ejemplo, una casa editorial se obliga a entregar “50 libros de
derecho” a la biblioteca de una prestigiosa casa de estudios limeña a cambio de
5000 soles, pero en este caso el objeto de la obligación sería jurídicamente
imposible ya que si bien se ha señalado el número o cantidad de libros no se ha
mencionado la especie. Si es que son libros de derecho civil, administrativo,
penal, procesal, ambiental, tributario, etc.
Los bienes no fungibles son, por el contrario, aquellos que presentan una
individualidad tal que los hace extraños a cualquier sustitución. La Gioconda, obra
maestra de Leonardo Da Vinci es un bien no fungible, desde que no puede ser
reemplazado por otro cuadro, por parecido que fuera. (Arias Schreiber Pezet,
2011, p. 57)
Al igual que con los bienes corporales e incorporales, el Código Civil no clasifica
los bienes en fungibles o no fungibles. Sin embargo, el criterio de la fungibilidad
está recogido en algunas de sus disposiciones como son los artículos 1256[3],
1288[4], 1509[5] y 1923[6]. (Avendaño Arana, 2003, p. 38)
Por tanto, los bienes fungibles son aquellos que siempre tendrán un reemplazo en
el mundo jurídico (comunes) por lo que cuando sean objeto de una obligación
(contrato) siempre serán posibles de encontrar para cumplir la misma, mientras
que los bienes no fungibles son aquellos que nunca tendrán un reemplazo en el
mundo jurídico (únicos) por lo que cuando sean objeto de una obligación y se
deterioren, extingan o pierdan ello dará lugar al incumplimiento de la obligación
(contrato).
4. Conclusiones
Los bienes inciertos son aquellos determinados al menos en su especie y
cantidad (determinables) que pasarán a convertirse en bienes ciertos una
vez que se haya practicado sobre ellos la “elección”. Teniéndose en cuenta
que los requisitos mencionados (especie y cantidad) deberán presentarse
de manera copulativa, de lo contrario el acto jurídico resultará inválido por
tener un objeto jurídicamente imposible.
ARIAS SCHREIBER PEZET, Max (2011). Exégesis del Código Civil Peruano de
1984. Derechos Reales. Tomo III, Lima: Normas Legales.
AVENDAÑO ARANA, Francisco (2003). “Comentarios a los artículos 885 y 886 del
Código Civil”. En: Código Civil Comentado por los 100 mejores especialistas,
Tomo V, Lima: Gaceta Jurídica, pp. 35-46.