Maestría en Logística y Cadena de Suministro

Administración del Abastecimiento

Caso 3: La decisión de Sandra

Sandra se graduó con mención honorifica de LIN en una reconocida universidad privada.
Por sus buenas calificaciones y la recomendación de uno de sus profesores, logro
rápidamente conseguir su primer empleo como asistente en el Departamento de Compras
de una empresa que elabora productos químicos para limpieza ubicada en Santa Catarina,
N.L.
Su trabajo consistía en mantener en orden los archivos con la documentación de cada
proveedor, solicitar cotizaciones para artículos rutinarios, atender a los clientes internos,
llenar requisiciones de compras a los proveedores de acuerdo con las indicaciones que le
daba el Gerente del Departamento, su jefe, el Lic. Eduardo, y enviarlas a los proveedores
por correo electrónico, y dar seguimiento a la entrega de las órdenes de compra emitidas.
Ocasionalmente el Lic. Eduardo le asignaba tareas específicas de búsqueda de información
sobre materias primas o artículos nuevos que eran requeridos por el Departamento de
Producción, siempre cumplió muy satisfactoriamente con lo que se le encomendaba, al
grado de ser felicitada por el Lic. Eduardo y por el Ing. Marco, Gerente General y principal
accionista de la empresa.
Aun y cuando su sueldo era bajo a Sandra le gustaba su trabajo, especialmente porque le
permitía estar en contacto con prácticamente todo el personal de la empresa, sus clientes
internos, y con los proveedores. Así conoció a Diana, una vendedora que visitó la empresa
un día para ofrecer sus productos, y a quien el Lic. Eduardo no pudo atender. Diana era
mayor que Sandra, pero se identificó rápidamente con ella, escuchó su presentación y le
recibió las especificaciones de los productos que ofrecía.
Sandra le entrego la información al Lic. Eduardo y le comentó la buena impresión que tuvo
de la reunión con Diana, pero el Lic. Eduardo le respondió que ese tipo de productos eran
surtidos por un proveedor muy confiable, que tenían desde que inicio la compañía, que
sería difícil cambiarlo, y que además era su amigo. Sandra percibió cierta firmeza del Lic.
Eduardo en esta última parte de su comentario, como si no quisiera que se volviera a
hablar de ese tema.
Diana le llamaba todas las semanas a Sandra, la saludaba, conversaban un poco y le
preguntaba sobre sus necesidades, Sandra le decía que por el momento no había nada,
pero que en la primera oportunidad que necesitara algo que Diana pudiera surtirle le
pediría una cotización. A Sandra le agradaba conversar con Diana, sentía que se estaban
haciendo amigas. Pensaba que en cuanto hubiera oportunidad intentaría ayudarla
colocándole un pedido.
Un día se convocó a una reunión general, el Ing. Marco le comunicó a todo el personal
reunido que el Lic. Eduardo, su amigo, por motivos de salud tendría que dejar la empresa,
y que la persona que ocuparía su lugar sería Sandra, por su capacidad ya comprobada y
por la confianza que se le tenía. A Sandra la tomó por sorpresa el anuncio, se preocupó
mucho por el Lic. Eduardo, pero se animó por la posibilidad de avanzar en su trabajo. Al

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concluir la reunión el Ing. Marco le pidió a Sandra que pasara a su oficina, le informó que
aunque sus responsabilidades habían aumentado no le podría aumentar
proporcionalmente su sueldo porque él quería seguir apoyando al Lic. Eduardo, quien
debería someterse a un largo tratamiento. Por las condiciones económicas el incremento
de sueldo sería de solo un 10%, y lo revisarían dentro de un año.
Sandra entendió la situación y aceptó, animada por la posibilidad de aprender más y
avanzar en jerarquía dentro de la empresa.
Paso a ocupar la oficina del Lic. Eduardo, quien había retirado todos sus objetos
personales de ella el día siguiente a la reunión, cuando felicitó y se despidió de Sandra,
animándola para realizar un buen trabajo.
Recibió felicitaciones y muestras de apoyo de parte de todo el personal de la empresa y de
algunos proveedores, Diana la llamó un día la felicito animadamente y la invitó a
celebrarlo, Sandra le agradeció y aceptó la invitación sin fijar una fecha, porque no sabía
cómo iba a traer su agenda, quedaron de hablar en la siguiente semana.
A Sandra no le costó trabajo tomar control del Departamento, el Lic. Eduardo había hecho
un buen trabajo capacitándola para hacerlo, incluso se decidió a hacer algunos cambios
que mejoraron la productividad del Departamento y la velocidad de respuesta a los
requerimientos de los clientes internos. Su carga de trabajo aumentó considerablemente,
pero esto la motivaba aún más porque estaba aprendiendo mucho.
Diana le había estado llamando, pero no había podido atender sus llamadas porque
coincidían con reuniones importantes con personal de la planta, o porque cuando tenía
oportunidad de reportarse con ella ya era muy tarde.
El tiempo había transcurrido rápidamente, Sandra llevaba ya tres meses en el puesto; en
una reunión con el Ing. Marco y el Gerente de Producción acerca de un nuevo producto
que lanzarían muy pronto, y sobre el que se tenían muy buenas expectativas de venta, el
Ing. Marco les comento que el Lic. Eduardo ya no regresaría a la empresa, su enfermedad
era terminal y le daban 6 meses a un año de vida. Felicitó a Sandra, reconociendo que
había hecho un excelente trabajo y la animó a continuar haciéndolo ahora que la situación
económica había empeorado, y que él tendría que dedicarse más a las ventas de la
empresa que se estaban contrayendo fuertemente. Al finalizar la reunión se recalcó la
importancia del nuevo producto, el Gerente de Producción le entregó a Sandra la lista de
materias primas que requeriría y sus especificaciones.
En la lista estaba un material nuevo que podía surtir el proveedor tradicional, pero que
también la empresa de Diana podía surtir. Les envió por correo electrónico un RFQ a los
dos, el proveedor tradicional le respondió en menos de 30 minutos, Diana le llamo por
teléfono por la tarde y le pidió una cita a primera hora del día siguiente para entregarle la
cotización personalmente.
Diana llegó puntualmente, pasaron a la oficina y después de saludarse le entregó la
cotización, Sandra la revisó y encontró que el precio era más alto que el proveedor
tradicional, y se lo comentó a Diana. Diana le pidió la cotización la guardo en su portafolio

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y sacó una nueva cotización que le entregó a Sandra quien la revisó y encontró el precio
aproximadamente un 5% más bajo que el del proveedor tradicional, titubeo un poco, pero
ante la pregunta insistente de Diana le dijo que el precio era aceptable, Diana exclamó
“¡Por fin vamos a hacer negocio!”.
Lo demás fue rutina, se elaboró el pedido, como era una compra importante la orden
debía firmarla el Ing. Marco, quien al hacerlo cuestión a Sandra sobre si se había evaluado
completamente al nuevo proveedor, Sandra le respondió afirmativamente, se le envió la
orden al proveedor quien la surtió a tiempo, entregó su factura, el material lo utilizó la
planta y no hubo ningún contratiempo.
Sandra se había olvidado un poco del asunto porque surgieron otras urgencias, hasta que
un jueves recibió una llamada de Diana, le solicitaba como un favor especial, y por una
urgencia, adelantar unos días el pago de su factura. Sandra se comunicó con Ángeles la
encargada de pagos, y aunque el pago era de un monto importante, se pudieron hacer
algunos ajustes para efectuar el pago el viernes.
El siguiente lunes por la tarde llego sin cita Diana, no la pudo atender hasta casi las 7:00
PM, Diana entró a la oficina cerró la puerta y después de saludarla le dijo: “Amiga, no te
quito mucho tiempo, sé que estas ocupada, te agradezco muchísimo toda tu ayuda y
quiero entregarte esto, no lo abras hasta que llegues a tu casa”, mientras hablaba Diana
abrió su portafolios y sacó una pequeña cajita envuelta para regalo y se la entregó a
Sandra, quien un poco confundida le aclaró que no era necesario que eran amigas, pero
ante la insistencia la tomó y la guardo en su bolsa. Diana se despidió y quedo en
comunicarse en los próximos días para ver lo del siguiente pedido.
Sandra se quedó trabajando hasta las 9:00 PM, se había olvidado de la cajita hasta que
llegó a su casa y abrió su bolsa para sacar su cartera. Con curiosidad abrió la cajita y
encontró una nota y un sobrecito, leyó la nota que decía: “Amiga: Por el pedido que me
diste yo gané una muy buena comisión que quiero compartir contigo, quise ser práctica y
como sé que a todos siempre nos cae bien un dinerito extra te lo puse en el sobrecito.
TQM Diana”, Sandra abrió el sobre y encontró $20,000.00 en billetes nuevos de $1,000.00,
tuvo pensamientos encontrados, había hecho bien su trabajo como compradora, no
pensaba que estuviera haciendo algo indebido, y la realidad era que sí necesitaba el
dinero para abonar a la deuda de su tarjeta de crédito, cuyo saldo había venido
aumentando en los últimos meses porque su sueldo no le alcanzaba para cubrir todos sus
gastos, por otra parte nunca había recibido un regalo así y eso la halagaba.

Si Usted estuviera en el lugar de Sandra ¿qué haría?