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Asignatura

Política Publica Territorial

Relatorías del Seminario Alemán

Integrantes

Aikel Ibarra

Maira Pérez

Sammy Campo

Javier Camacho

Luis Triviño

Julieth Paola Bravo

Docente

Maryoli Mejía

Cetap Santa Marta

23/05/2022
Capítulo1
.
Según el texto, el análisis de política pública tiene diversos conceptos, es por ello
por lo que a partir de lo expresado por los diferentes autores lo defino como la
interpretación de la política y el Estado desde la perspectiva de los resultados de
sus políticas públicas, teniendo en cuenta la estructura y los procesos
institucionales en los que se sustenta la legitimidad. El análisis nos permite
reconstruir el proceso de una política pública viéndola como un conjunto de
decisiones tomadas y acciones emprendidas por actores públicos y privados y
que van orientadas a la solución de un problema público claramente definido,
además el campo en el que se aplica el análisis es desde la naturaleza del
problema planteado y no desde los límites de las disciplinas científicas.

Las políticas públicas abordan unas escuelas del análisis la misma, y están
enmarcadas por 3 grandes corrientes que son:

La primera corriente de pensamiento relaciona de políticas públicas y la Teoría


del Estado.
Para un primer grupo de autores, el análisis de políticas públicas es un medio
para explicar lo esencial de la acción pública. Esta corriente, dominada y
reivindicada por la Ciencia Política pretende asociar el análisis de las políticas
públicas a la filosofía política y a los grandes temas de la Teoría del Estado. Entre
estos autores encontramos a: Mény Thoenig (1989) definen su enfoque en el
«surgimiento y naturaleza del Estado» o a la «esencia de lo político». (Jobert y
Muller, 1987 :67) su obra «L’Etat en Action» se refiere a llenar el vacíohoy
existente entre las investigaciones sobre políticas y las reflexiones más generales
sobre el Estado en la sociedad contemporánea».
Estos autores anteriormente descritos enmarcan sus análisis en tres modelos:

Modelo se sitúa en una perspectiva pluralista y concibe al Estado como una


especie de «ventanilla» en la que se atenderían toda suerte de demandas
sociales.
Modelo de interpretación gira en torno a la idea del Estado como instrumento al
servicio de una clase social (enfoque neomarxista), o de grupos específicos
(enfoque neomanagerial).modelo pone el acento en la distribución de parcelas
de poder entre los actores y en las interacciones entre los mismos, analizando la
representación y la organización de los diferentes intereses sectoriales o de las
distintas categorías de actores (enfoque neo corporativista), o analizando las
organizaciones y reglas institucionales que enmarcan tales interacciones
(enfoque neoinstitucionalista).

Segunda corriente se centra en el funcionamiento de la acción de los poderes


públicos se busca explicar el funcionamiento de la acción pública sin por ello
utilizar el análisis de políticas públicas como una nueva expresión del
funcionamiento general del sistema político, sino como un medio para
comprender la operatividad o la lógica de la acción pública. Las bases de esta
corriente se remontan a 1951 con la publicación de «The policysciences in the
United States» de Lerner y Lasswell. Sin embargo, esta «ciencia cercana a los
problemas reales» se dividió muy pronto en dos grandes escuelas (W.Parsons,
1995:20).

Una primera buscó desarrollar un conocimiento más amplio de los procesos de


formulación y ejecución de las políticas públicas (análisis de la política) mientras
que la otra se dedicó a desarrollar un sistema cognitivo utilizable para y en los
procesos de formulación y ejecución de las políticas públicas (análisis para la
política). Es importante, sin embargo, señalar que los análisis de una alimentan
a la otra y viceversa.

La primera es el politólogo americano Lasswell (1951), fue el principal inspirador


de esta corriente. Sus trabajos buscaban de manera deliberada el establecer un
diálogo entre los investigadores en ciencias sociales, los grupos económicos y
los decisores públicos a fin de mejorar la eficacia de la acción pública.
En segundo lugar, destacaríamos a Simón (1957) cuyos trabajos sobre los
procesos de decisión humana han orientado este ámbito de estudio hacia el
análisis de los procesos de decisión pública. Lindblom (1959) marcó también el
desarrollo del análisis de políticas públicas al concentrarlo en el estudio de los
márgenes de maniobra de los decisores públicos. Finalmente, los trabajos de
Easton (1965), fueron pioneros en la aplicación de la teoría de sistemas al mundo
político.

La tercera corriente, por su parte, se centra en la evaluación de los resultados y


efectos de las políticas públicas. intenta explicar los resultados de la acción
pública y sus efectos en la sociedad basándose en los objetivos que persigue y/o
a sus efectos indirectos o no previstos. Si la comparamos con la precedente, esta
perspectiva se sitúa más claramente en la perspectiva de la evaluación que en la
que sería propia del conocimiento o la explicación.

En el ámbito de la evaluación, pueden distinguirse dos preocupaciones


fundamentales:

La primera es la concerniente al desarrollo de una metodología y de una «caja


de herramientas» propia para la labor de evaluación. En tal sentido, muchos
trabajos se concentran en la creación de métodos de evaluación aplicables a las
actividades del sector público.
La segunda preocupación se centra en el proceso de evaluación y en su
ejecución en términos de mejora de la gestión pública y de influencia sobre el
proceso de toma de decisiones. Muchos autores americanos y, más
recientemente, europeos, se han dedicado a esta cuestión; entre los trabajos
realizados en Estados Unidos podemos citar el ya clásico de Rossi y Freeman
(1993), en Francia el de Monnier (1992), en Suiza el de Bussmann et al. (1998),
y en España los de Ballart, Zapico o Alvira.
En el análisis de políticas públicas hay que tener presente que existen una serie
de elementos fundamentales para el correcto análisis de la conducta, tanto
individual como colectiva, de todos los actores implicados en las diferentes
etapas de una política pública de manera que el contenido y las características
institucionales de las acciones públicas se encuentran fuertemente relacionada
con las interacciones producidas entre las autoridades político-administrativas y
los grupos de la sociedad, estos pueden ser los actores que causan un problema
colectivo o bien pueden ser los afectados por dicho problema.
En esta situación ya se conoce que el problema que se trata de resolver mediante
la política pública es una variable explicativa o dependiente. No obstante, esta
relación también se encuentra fuertemente influenciada por la disponibilidad de
los recursos que puedan llegar a emplearse para conseguir los objetivos.
Los actores deben tener en cuenta los obstáculos y las oportunidades que
representan las reglas institucionales vigentes, reglas establecidas a nivel
constitucional y en consecuencia aplicable a todas las políticas públicas, que
están predeterminadas por unas reglas específicas ligadas a una política
determinada. Estas reglas específicas han de tener una influencia directa sobre
el acceso que un actor tendrá al espacio de la política pública de que se trate y
también el tipo de recursos que se podrá utilizar.
Las reglas reestructuran el juego de los actores, pues son el resultado de una
negociación sobre la propia formulación de la política en la que intervienen, o han
intervenido, los actores involucrados en los resultados sustantivos que se
pretenden conseguir con esa política, susceptibles de cambios o adaptación.

Las claves para el análisis

El análisis de políticas públicas es importante porque nos ayuda a comprender


cómo cambian las condiciones sociales, económicas y políticas y cómo deben
evolucionar las políticas públicas para satisfacer las necesidades cambiantes de
una sociedad cambiante, Es decir, el punto de partida de elaborar y de analizar
una política pública es mejorar racionalmente la solución de los problemas
públicos, y así intentar hacer realidad el mito del Estado eficiente, además nos
permite incrementar la eficiencia y la efectividad de la acción pública y la
exigencia de una mayor claridad en esta acción. El análisis nos permite ir más
allá, hasta el punto de aprender cómo se justifica la actividad gubernamental, de
qué manera y en qué medida, para así poder avanzar en nuestro conocimiento
acerca de la forma de responder a las necesidades ciudadanas y aproximarnos
al ideal de un Estado.
Capítulo 2.

El autor Jhon Subirats y otros, propone la siguiente definición, en la cual existe un


cierto consenso de los elementos constitutivos que ésta debe contener; así:
una política pública se definiría como una serie de decisiones o de acciones,
intencionalmente coherentes, tomadas por diferentes actores, públicos y a veces no
públicos - cuyos recursos, nexos institucionales e intereses varían- a fin de resolver
de manera puntual un problema políticamente definido como colectivo. Este
conjunto de decisiones y acciones da lugar a actos formales, con un grado de
obligatoriedad variable, tendentes a modificar la conducta de grupos sociales que,
se supone, originaron el problema colectivo a resolver (grupos-objetivo), en el
interés de grupos sociales que padecen los efectos negativos del problema en
cuestión (beneficiarios finales).

Esta definición propuesta por los autores es muy completa ya que contempla los
elementos necesarios para realizar un buen análisis de una política pública; los
elementos serian:
Conjunto o serie de acciones o decisiones tomadas de manera coherente, por una
autoridad gubernamental, mediante actos formales y de obligatorio cumplimiento,
descrito en el acto administrativo.

Un problema público o situación insatisfactoria, definido en la agenda


gubernamental (políticamente definido), el cual se pretender resolver total o
parcialmente con la acción gubernamental.
Los actores son variados (públicos o privados), que de una u otra manera están
inmersos en la problemática pública, entre los que encontramos grupos objetivos,
los que se supone son el origen del problema; y los beneficiarios finales que serían
los directamente afectados por el problema en cuestión. Situación o conductas que
se pretende modificar con la puesta en ejecución de las políticas públicas.
La tabla de secuencias de una política pública es una herramienta que establece
una secuencia lógica y coherente para el análisis y gestión de una política pública.
En ella se determinan 5 fases y en cada una de estas el analista debe hacerse una
serie de cuestionamientos, tendientes a razonar acerca de los contenidos de cada
una de estas fases.
Fase 1
Denominada surgimiento de los problemas: Es cuando surge o se visibiliza el
problema, identificando las posibles causas; demandando la acción pública o
gubernamental. El origen de toda política pública es la existencia de una problema
social o situación insatisfactoria en la sociedad, que por el grado de afectación
colectiva adquiere el estatus de problemática pública.

Fase 2
La inclusión en la agenda: Toda política pública tiene su origen en un problema
público, pero no todo problema público conlleva a una política pública. En esta fase
se hace una especie de filtro de los problemas emergentes y se reconoce aquellos
que requieren ser objeto de una política por parte de las agencias gubernamentales.

Fase 3
Formulación y decisión del programa de la política: una vez reconocidas las causas
del problema, se definen las soluciones adaptadas al problema y aceptables por
parte de los afectados, seleccionando los instrumentos a aplicar en la política.

Fase 4
Implementación de la política: consiste en la aplicación de las acciones o decisiones
de tipo formal implementadas para darle solución a la problemática pública; a través
de políticas, programas, planes o estrategias.
5ta fase, evaluación de la política: se hace un estudio o evaluación de impacto de
las medidas tomadas, midiendo la eficacia, eficiencia y pertinencia de éstas
respecto al problema inicial.

Capítulo 3

En esta breve relatoría, es muy importante que las autoridades político-


administrativas conozcan y entiendan los factores y los efectos del cambio social y
de los problemas colectivos que surgen del mismo, si desean modificarlos en esta
relatoría doy inicio a este análisis definiendo brevemente lo que significa ACTOR y
en este mismo orden doy respuesta a la primera pregunta del capítulo 3: en política
pública toda individúo, persona jurídica o grupo social se considera un ACTOR,
desde el momento en que por el solo hecho de existir pertenece a un campo social
considerado pertinente para un análisis. En este sentido, todo individuo o grupo
social implicado en el problema colectivo que origina una política pública se
considera un actor potencial que entra a formar parte del espacio de la mencionada
política pública, una política pública se concibe y se gestiona por actores públicos y
privados y esto en conjunto llegan a constituir una red de interacciones, en este
capítulo 3 se analizó los diferentes tipos de actores implicados en una política
pública.
ACTORES EMPIRICOS:
Se entiende como actor empírico a un individuo dentro de un país sin importar el rol
que este realice, puede ser un ministro, diputado, periodista, una persona jurídica o
moral. Pueden ser grupos sociales, taxistas, cristianos etc. Para que sean
considerados actores empíricos cada uno de estos que acabe de mencionar, ellos
deben actuar con igualdad, homogeneidad interna en lo que se refiere a sus propios
intereses, es decir, en el caso de que se tratara de una sola persona o individualidad
no habría problema, pero ya en grupos de individuos puede ser que existan multitud
de objetivos personales que hagan que el grupo no actué con igualdad, para
analizar bien los actores empíricos, es necesario que se analice la unidad más
pequeña de ellos, interpretando esto de otra manera si se tratara de analizar un
grupo de empresarios de una zona geográfica, es necesario que de este grupo de
empresarios se haga también un análisis de manera individual y de esta manera se
pueden determinar sus intereses individuales.
Con que objetivo se hace esto, debido que este actor debe ser representativo de
todo el colectivo de individuos. Obviamente hay que considerar aquí que no siempre
van a coincidir en su totalidad los objetivos de un solo individuo con los del colectivo.
ACTORES PÚBLICOS
Aquí asumimos un denominador común a las políticas públicas y es que al estar
constituidas por un conjunto de actividades que, habitualmente, llevan a cabo los
actores públicos, a través de esto resulta indispensable definir, de manera lo más
preciso posible, las características que permitan diferenciar a los actores públicos
de los actores privados, durante mucho tiempo los actos administrativos se han
considerado como el elemento básico que definirían formalmente la actividad
pública, la convocatoria para acudir a un juicio, la declaración de impuestos, o el
permiso de construcción para iniciar unas obras, son ejemplo de ellos, los actores
públicos pueden proponer tanto la introducción de una nueva política pública (más
o menos costosa a nivel político) o también la puesta en práctica de una política
corporativa o privada. Pero esta debe estar acordada con otros actores también
implicados en el tema.
Ahorita cuando hablaba de los actos administrativos, siempre que se fundamentan
en la ley estos actos administrativos, deben ser conforme a la misma y pueden ser
objeto de control judicial por parte de un tribunal administrativo. Pero puede ocurrir
también que de manera completamente legal estos actores públicos escapen al
control de la jurisdicción contencioso-administrativa, si llegara a presentar esta
huida del derecho público ejercido por los actores de esta categoría, esto lleva al
estado y las instituciones públicas a adquirir acciones sociedades anónimas o
también a crear fundaciones regidas por el derecho privado. Esto se trata por
ejemplo de organizaciones que generan bienes o servicios para la población.
Bueno entonces concluyendo con esta definición de actores públicos una vez más,
el termino clásico de sistema político-administrativo propuesto inicialmente por
Easton: «El sistema político administrativo comprende el conjunto de instituciones
gubernamentales (parlamento, gobierno), administrativas y judiciales de un país,
que disponen de la capacidad, aparentemente legitimada por el orden jurídico, de
estructurar cualquier sector de la sociedad a través de decisiones dotadas de
autoridad. Estas
ACTORES PRIVADOS:
Los actores privados participan también en la constitución y estructuración del
espacio de una política pública, sin que ello implique control gubernamental directo
sobre su proceder, aquí se detectan dos grandes posiciones, está el pro-control
versus anti-control; el primer grupo que vendría siendo pro control ellos defienden
la necesidad de reforzar las intervenciones estatales en beneficio de los actores que
padecen los efectos negativos del problema colectivo que la política pública intenta
resolver, y el segundo grupo anti control, estos por el contrario se sitúan en la
defensa de aquellos cuya libertad de acción y sus intereses pueden verse limitados
por la aplicación de las medidas que prevé la política pública en cuestión Los actores
privados pueden dividirse en grupos-objetivo (comportamiento “causa” del
problema), beneficiarios finales (sufren los efectos del comportamiento de los
grupos-objetivo, y cuya situación se pretende solucionar), y grupos terceros
(afectados de manera indirecta por cualquiera de los anteriores).
Los grupos-objetivo están compuestos por personas (físicas o jurídicas) y
organizaciones que agrupan a tales personas, y la conducta de ellos se
Considera políticamente como la causa directa (o indirecta) del problema colectivo
que la política pública intenta resolver. En consecuencia, las decisiones y acciones
de los grupos-objetivo son, o pueden ser, el destino final de una intervención
concreta por parte de los poderes públicos.
Al actuar en la esfera del derecho privado, el Estado se sustrae a los límites que
impone el respeto a los principios de la actuación administrativa (por ejemplo, la
necesidad de una base legal, la igualdad de trato, la proporcionalidad) y del derecho
público que la rigen.
Al servirse del derecho privado, el Estado y las diferentes instituciones públicas
pueden apartarse con éxito a los controles administrativos y judiciales. Sin embargo,
no por esto dejan de intervenir en calidad de poder público. Por lo tanto, las políticas
«paraestatales» que se efectúan en este marco seguirán siendo políticas públicas.
Para ilustrar nuestra aproximación al tema, voy mencionar solo un ejemplo de este
tipo de actores de políticas públicas y hace referencia a la definición que di, cuando
decía que pueden dividirse en causa- problema y beneficiarios finales que son los
grupos-objetivo:
Tenemos los grupos-objetivo de la política ambiental acostumbran a ser los
causantes de contaminación o solucionadores (industriales, artesanos,
agricultores...) cuyas emisiones contaminantes se busca reducir; los beneficiarios
finales son todos aquellos que su medioambiente es afectado por las diferentes
fuentes de contaminación de un lugar (seres humanos y entornos naturales); los
beneficiados son los industriales que desarrollan nuevas tecnologías menos
contaminantes (eco-industrias), y los afectados son quienes ya no pueden
comercializar sus tecnologías contaminantes o los consumidores quienes en
algunos casos deberán pagar algo más por determinados productos
No nos resultó muy fácil que digamos definir las distintas categorías de actores.
Esta definición depende de la perspectiva en la que estemos ubicados. Porque es
que en el marco de una misma política pública pueden aparecer conflictos (entre los
propios actores) y en cuanto a la definición precisa de los grupos-objetivo y de los
beneficiarios de la política pública.
TRIANGULO DE ACTORES
Todo lo que acabe de mencionar, los diferentes tipos de actores, ellos constituyen
lo que llamamos triangulo de base de una política pública.
los grupos-objetivo y los beneficiarios finales (actores privados) constituyen los tres
polos de este triángulo. Los actores privados a quienes la política pública impacta
indirectamente (terceros afectados o beneficiados) se ubican en la periferia de esos
3 polos.
Este triángulo se trata más que todo de una hipótesis que aporta una respuesta
política para saber quién o qué es culpable u objetivamente responsable, (es decir,
dejando al margen posibles «culpabilidades» subjetivas) del problema colectivo a
resolver.
Al establecer una hipótesis como esta, se designan de hecho los grupos-objetivo y
los beneficiarios finales. Este método como de tratar de delegar responsabilidades
se da en función de juicios de valores políticos, parte por tanto de una cierta
definición de problema y pone de relieve la manera específica como se percibe el
problema en un momento y lugar determinado.
Pero para lograrlo, el Estado depende a menudo de informaciones que controlan o
producen parcialmente los actores privados, y muy particularmente los grupos-
objetivo del problema social a resolver. Esta dependencia funcional de los poderes
públicos frente a ciertos grupos-objetivo, puede permitir que en ocasiones estos
últimos presenten informaciones tergiversadas o sesgadas, atribuyendo a las
conductas de otros grupos la causa del problema público (lo cual puede provocar la
formulación de una hipótesis o distinta alternativa).
Por ejemplo, los agricultores que contaminan las aguas subterráneas con residuos
de los fertilizantes que usan, lograron durante mucho tiempo, mantenerse al margen
de toda reglamentación estatal argumentando que el detrimento en la calidad del
agua potable era resultado, sobre todo, de la contaminación doméstica e industrial.
Bueno hasta aquí hemos argumentado que las políticas públicas pretenden resolver
un problema colectivo y en consecuencia modificar el curso del cambio social al que
este responde. Para hacerlo, el actor público debe designar los grupos-objetivo.
Una vez que esa hipótesis causal se ha formulado, los actores públicos deben,
seguido de esto aplicar, de conformidad con la hipótesis de intervención concebida
políticamente, determinados instrumentos y procedimientos que generen de manera
efectiva cambios en la conducta de los grupos-objetivo. De hecho, el modelo causal
de una política pública constituye siempre una representación normativa del
funcionamiento de la sociedad y de las conductas de los actores privados. Su
validación se sitúa en el nivel de la implementación y de la evaluación de los efectos
de las políticas públicas, Doy inicio a este análisis definiendo brevemente lo que
significa ACTOR y en este mismo orden doy respuesta a la primera pregunta del
capítulo 3: en política pública todo individúo, persona jurídica o grupo social se
considera un ACTOR, desde el momento en que por el solo hecho de existir
pertenece a un campo social considerado pertinente para un análisis.
En este sentido, todo individuo o grupo social implicado en el problema colectivo
que origina una política pública se considera un actor potencial que entra a formar
parte del espacio de la mencionada política pública. Una política pública se concibe
y se gestiona por actores públicos y privados y esto en conjunto llegan a constituir
una red de interacciones, en este capítulo 3 se analizó los diferentes tipos de actores
implicados en una política pública.
ACTORES EMPIRICOS:
Se entiende como actor empírico a un individuo dentro de un país sin importar el rol
que este realice, puede ser un ministro, diputado, periodista, una persona jurídica o
moral. Pueden ser grupos sociales, taxistas, cristianos etc. Para que sean
considerados actores empíricos cada uno de estos que acabe de mencionar, ellos
deben actuar con igualdad, homogeneidad interna en lo que se refiere a sus propios
intereses.
Es decir, en el caso de que se tratara de una sola persona o individualidad no habría
problema, pero ya en grupos de individuos puede ser que existan multitud de
objetivos personales que hagan que el grupo no actué con igualdad.
Para analizar bien los actores empíricos, es necesario que se analice la unidad más
pequeña de ellos, interpretando esto de otra manera si se tratara de analizar un
grupo de empresarios de una zona geográfica, es necesario que de este grupo de
empresarios se haga también un análisis de manera individual y de esta manera se
pueden determinar sus intereses individuales.
ACTORES EMPIRICOS:
Bueno todos los individuos de un país son actores potenciales en los problemas
colectivos que origina la política pública y además de esto puede influir en dicho
problema en función del comportamiento que este sostenga.
Los actores empíricos no tienen la misma participación en las etapas de la política
pública, en algunas ocasiones su actuación puede ser directa y activa, y en otros
casos indirectos y pasivos.
Esto se debe principalmente a la noción que tenga el actor sobre sus propios
intereses, la capacidad para movilizar recursos y hacer comparaciones o
confrontaciones que le permitan defender sus intereses.
Un actor empírico activo realiza numerosas oposiciones a una determinada política
pública. Y con qué fin lo hace, lo hace para prever si va a tener a futuro una perdida
en los intereses del colectivo, mientras que el actor pasivo lo hace también pero ya
más tarde cuando ya el proceso va avanzado y considere que sea un proceso que
pueda perjudicarlo.
ACTORES INTENCIONALES
Al hablar de actores intencionales nos referimos a aquellos que, aunque tengan
unos objetivos definidos claros, explícitos y coherentes y que al iniciar su actuar en
cualquier momento pueden cambiar sus intenciones o sus acciones individuales,
esto significa que puede explotar en una zona de incertidumbre en la que se
anteponen intereses colectivos, políticos y sociales para maniobrar sus propios
intereses personales.

Capítulo 4

En este breve resumen vemos que los analistas identificaban como recursos
únicamente el derecho (las bases legales y reglamentarias), y los recursos
económicos y personales, sin embargo, en recientes investigaciones de diversos
académicos y analistas en ciencia de la administración (en temas como teoría
organizacional, recursos humanos y sistemas de información) en la primera
pregunta del capítulo 4 Que son las Políticas Públicas la respuesta se ha puesto de
relieve en que la información, la organización, las infraestructuras públicas, el
tiempo y el consenso pueden considerarse también como recursos de políticas
públicas.
Por su parte, los politólogos insisten en la capacidad de movilización política como
recurso específico de algunos actores, la dotación en recursos de los diferentes
actores de una política pública, así como su producción, su gestión, su explotación
(más o menos continuada), su combinación, e, incluso su intercambio, pueden tener
una gran influencia sobre el proceso, los resultados y los efectos de una política
pública. Por ello, la distribución y la gestión de los recursos de una política pública
deben considerarse como decisiones políticas que no pueden depender
exclusivamente de la voluntad de los poderes públicos (lo que haría dudar de su
carácter democrático), sin embargo en algunas ocasiones, hemos visto como ciertas
propuestas procedentes del campo de la Nueva Gestión Pública, sugieren o
aconsejan dejar en manos de órganos ejecutivos el monopolio de la explotación de
recursos tan importantes como la organización, el tiempo, el consenso, etc. a fin de
limitar la influencia de Parlamento o de otros órganos representativos, entendiendo
tales mecanismos de garantía o control como trabas para una buena gestión.
En realidad, la calidad de ejecución de las políticas es un tema, además de
argumentable, depende de muchos factores y no puede asegurarse desde lógicas
estrictamente eficientistas. Los diferentes tipos de recursos el tipo relativo de los
diferentes recursos puede variar de una política a otra. Los actores intercambian
algunos de los recursos de los que disponen o que puedan movilizar a fin de
alcanzar sus objetivos. Este intercambio de recursos constituye la parte esencial de
las interacciones a analizar.
En efecto, durante tales intercambios el propio estatuto de los recursos puede
modificarse sensiblemente. Una información de carácter privado se convierte en
pública en el momento en el que se pone a disposición de todos los actores; el
derecho que se otorga a determinados actores para interponer un recurso, privando
de ello a otros, limita la utilización que estos últimos pueden hacer del derecho, Se
trata pues de analizar de manera detallada cuáles son los recursos de los que
dispone cada actor y qué modificaciones relativas al acceso y a la utilización del
mismo (exclusividad versus no-exclusividad), así como su cantidad (rivalidad versus
no-rivalidad en su consumo) se establecen en las reglas institucionales específicas
de una política pública. En este punto, el analista debe cuestionarse acerca del
carácter público o privado de un recurso específico y de la evolución de tal carácter
a lo largo del tiempo.
La literatura acerca de los recursos de los que disponen los diferentes actores es
abundante. Para los politólogos y los sociólogos de la organización, dichos recursos
son esencialmente la obligatoriedad y la legitimidad (Bernooux 1985:161); para los
economistas estos recursos se presentan en términos de trabajo capital (natural y
artificial) y organización; para los juristas, los recursos se articulan en términos de
derecho de intervención, de participación en la toma de decisiones, etc.
RECURSO JURÍDICO
Al compararlos con los otros recursos, los recursos de carácter jurídico, surgidos
desde el derecho, se distinguen por estar principalmente, aunque no
exclusivamente a disposición de los actores públicos. Como sabemos, el derecho
constituye la fuente de legitimación por excelencia de toda acción pública y en este
sentido, proporciona bajo la forma de «bases legales y reglamentarias», un recurso
importante a los actores públicos sin el cual los actos administrativos pueden ser
cuestionados, e incluso anulados por las decisiones de los tribunales
administrativos. El derecho ocupa un lugar preponderante en el conjunto de los
recursos que se ponen en juego en el desarrollo de una política pública.
RECURSOS HUMANOS
Este recurso, presente tanto en términos cuantitativos o cualitativos, está en su
función de las capacidades de reclutamiento y de formación que poseen los diversos
actores. Crozier y Friedberg (1997) lo incluyen entre los cuatro recursos de los que
disponen las organizaciones para asentar su poder. En este sentido, este recurso
es frecuentemente objeto de una gestión específica de recursos humanos.
Los actores de las políticas públicas desarrollan un lenguaje específico del sector
en que se desarrollan, apoyándose en nociones técnicas propias de ese ámbito, las
personas involucradas en una política pública deben por tanto poseer calificaciones
profesionales (cada vez más) especializadas. La gestión de recursos humanos del
sector público toma cada vez más en cuenta esa necesidad poniendo en marcha
programas de formación introductoria y continua en lo que concierne a los
conocimientos técnicos.
Los recursos humanos juegan un rol cada vez más importante, también en el caso
de los actores privados, dado que muchas veces pueden verse en la necesidad de
pronunciarse acerca de proyectos normativos o reglamentarios, planes, de informes
evaluativos, etc., con plazos sumamente cortos. Esta situación explica por qué,
incluso las organizaciones de tamaño medio, mantienen en su seno grupos de
especialistas encargados de seguir de manera continua determinadas políticas
públicas, en términos de intercambio de recursos, el déficit de personal o de
calificación específica del mismo, puede atenuarse a través de la «compra» de
competencias específicas en el exterior de la administración. Así tanto la
administración como otros actores pueden encargar informes o estudios a
consultoras o centros de investigación tanto privados como públicos.
RECURSOS ECONÓMICOS
Este recurso es sin lugar a dudas uno de los más evidentes para cualquier
observador de las decisiones públicas. Su movilización y asignación no se restringe
al caso de las políticas distributivas o redistributivas, sino que también se utiliza
cuando se trata de políticas regulativas o constitucionales. De hecho, es impensable
en una política pública pueda llevarse a cabo adecuadamente sin los medios
financieros que permitan pagar los salarios del personal, los locales o el equipo de
oficina o informático. Y ello vale tanto para los actores públicos como los privados.
RECURSOS COGNITIVOS
El conocimiento es una de elementos básicos en la capacidad de intervención de
los actores públicos y privados. Se trata de un recurso escaso y muy desigualmente
repartido entre los actores de una política pública. Los recursos cognitivos, están
constituidos por conocimientos que se puedan tener en relación a los elementos
técnicos, sociales, económicos y políticos del problema colectivo a resolver. Se trata
por tanto de una especie de materia prima de una política pública, que comprende
los elementos indispensables para la conducción adecuada de la misma a todos los
niveles de definición política del problema público, programa de actuación político-
administrativo, implementación y evaluación de los efectos.
Capítulo 5

El institucionalismo considera que son las instituciones las que coordinan el


funcionamiento de la sociedad. El institucionalismo argumenta que las decisiones
individuales y colectivas son determinadas por las reglas institucionales
democráticas. En el institucionalismo existe un alejamiento entre lo administrativo y
lo político, y entre las esferas pública y privada. El neoinstitucionalismo reconoce
que la racionalidad de los actores es limitada por las limitaciones cognitivas para
conocer todos los cursos de acción posibles. El neoinstitucionalismo postula que los
actores y las instituciones se influyen recíprocamente.

Las reglas que rigen el conjunto de actores públicos (administraciones, agencias)


que disponen de recursos administrativos que les permiten aportar una contribución
indispensable y autónoma a la formación y/o a la ejecución de las políticas públicas,
son las reglas institucionales que regulan las organizaciones administrativas.

Se proponen tres categorías para clasificar las reglas institucionales propias a las
políticas públicas específicas:

1. Las reglas que fijan el acceso a los recursos de las políticas públicas

2. Las reglas que fijan las competencias y la naturaleza de las interacciones entre
los actores públicos y privados.

3. Las reglas que fijan las conductas individuales.

Capítulo 6

La grafica está diseñada para explicar el ciclo de una política pública donde se
identifican las diferentes etapas de esta como son la inclusión en la agenda, decisión
y programación, implementación y evaluación, que se definen de la siguiente
manera:

• Inclusión en la agenda: en esta primera etapa o paso se evidencia los


problemas que se convierten como objetivo de prioritaria solución a la
problemática o necesidad que tenga la ciudadanía en el aspecto que se
presente.
• Programación: Como segunda etapa en la formulación de la política pública
entramos a la programación en la cual se genera como se dará solución a lo
incluido en la agenda mediante las distintas estrategias ejecutoras que darán
solución a las distintas problemáticas y necesidades.
• Implementación: En la implementación de las políticas públicas que se
generan debido a lo mencionado anteriormente (problemáticas de carácter
público y urgente intervención) logramos evidenciar como se llevan a cabo
las distintas estrategias establecidas en la etapa de programación de dicha
política pública.
• Evaluación: Proceso en el que se evalúa que tan efectiva ha sido la parte
estratégica de la implementación de lo establecido en la política pública.
El analista profiere que los fenómenos se desarrollan a varios niveles – individual,
grupal, organizacional, de las clases sociales: de maneras que no son
necesariamente idénticas. El analista considera prioritariamente las dimensiones
del campo en el cual ocurre la acción, antes que recurrir a las dimensiones fuera del
alcance del campo social y político que él toma en cuenta, su posición es entonces
estratégica.

El análisis del modelo teórico de una política pública encontramos diferentes


facetas divididas en agenda, programación, ejecución y evaluación de una política
pública, es entonces que, los objetivos que se establecen durante la fase de
programación, por ejemplo, deberían definirse en los términos de las dimensiones
de análisis del problema a resolver según la percepción política que del mismo se
tiene cuando se incorpora a la agenda gubernamental. Asimismo, la evaluación de
los efectos de las medidas de implementación debería basarse en la contribución
de la política a la solución del problema público que en un principio se identificó. el
analista debería poder constatar empíricamente, a lo largo de las etapas, una
gradual concreción y especificación del contenido de la acción pública.

Capitulo 7

En la realización de esta relatoría como grupo identificamos información pertinente


para que de manera clara y general podamos hablar de todo lo que concierne a las
políticas públicas y la inclusión de las mismas en la agenda política. Para esto,
primero se parte de lo qué es un problema público, y partimos de conocer todo lo
relacionado con el tema. Y, en este caso se aclara y se da la explicación que no es
lo mismo un problema social a un problema público.
Para esto, cuándo se habla de problema público no estamos refiriendo
estrictamente a ese problema o situación colectiva de problemática social, pero sí
de aquella que requiere una solución por medio de la intervención del estado o
gobierno. En ese orden de ideas, existe una construcción social de problemas, estas
se basan básicamente en la clasificación social y posteriormente en políticas de los
problemas, y a la vez estas se basan o dependen de la colectividad de personas
afectadas por el problema o de aquellas cuyo comportamiento se identifica, con
razón o erróneamente, como origen del mismo, es decir, hay problemas sociales
que pueden ser de muchos y otros de unos cuántos, y ahí es dónde va a radicar el
hecho de que las situaciones presentadas se perciban y definan como
problemáticas y merecedoras de una intervención pública.
Sabiendo esto, para ello hay que tener en cuenta tres implicaciones para considerar
que puede llegar a ser un problema público que requiera una intervención pública.
Los cuales son: Los límites de la perspectiva racionalista, la cual nos dice que las
políticas públicas no deben verse como programas de acción precisos; Los límites
de la perspectiva secuencial que dice, que el análisis de una política pública con
base a un modelo secuencial rígido y estrictamente lineal presenta la definición del
problema como una etapa aislada y única; y Los límites de la perspectiva sectorial
dice, que los programas y sus estructuras político-administrativas tienden a
interpretar las políticas públicas a un esquema analítico denominado sectorial.
Además de ello, para complementar todo el tema de problema público y lo que se
requiere para que este tenga una intervención pública, se conocen unas
dimensiones las cuáles son: la intensidad del problema, donde se refiere al grado
de importancia que se da a las consecuencias del problema, tanto a nivel individual
como colectivo, El perímetro del problema la cual se entiende como la extensión (o
el alcance) de sus efectos negativos sobre los diferentes grupos sociales que se
ven implicados en el mismo. La localización geográfica de tales efectos negativos y
el desarrollo del problema en el tiempo, La novedad del problema, frecuentemente,
el grado de novedad de un problema se considera como determinante para su
acceso a la agenda gubernamental, es decir, un nuevo problema moviliza con más
facilidad a la opinión pública y, en consecuencia, lleva a los actores públicos y
privados a intervenir. y, por último, La urgencia del problema, un problema social
puede percibirse como más o menos urgente. En los casos extremos, debidos a
impactos súbitos externos al sistema político-administrativo, es decir, se habla de
una crisis social y por ende los actores públicos presentan una respuesta casi
inmediata a dicho problema.
Ahora bien, entendemos que estos cuatros dimensiones no se consideran como
primordial al momento de comparar o definir a un problema como público o social,
pueden influir otros parámetros, situaciones, etc. Hay que tener en cuenta, que todo
lo relacionado con lo público siempre tiene conflicto entre los actores públicos y lo
que la solución de dichos problemas implica, es por ello, que se hace importante
hacer mención de las modalidades de inclusión de un problema público en la
agenda política. y mencionaos que la mediatización es un rol determinante en este
tipo de proceso, es todo aquello lo relacionado con la comunicación, debido a que
estos influyen directamente en la opinión pública, y a la vez como esto se percibe
hablando directamente de los actores públicos y como presentan sus ideas ante los
ciudadanos. En segundo lugar, tenemos la Movilización o Iniciativa externa, y
básicamente este proceso se basa en todo lo que pueda ocasionar la “presión de
grupo”, logrando así llamar la atención de los sectores públicos, y en cuánto al
sector privado recurren en primer lugar a los recursos «apoyo político» y
«organización», mientras que los medios financieros y humanos sirven
naturalmente como soporte indispensable a la estructura organizativa.
Por otra parte, como tercera modalidad esta la Oferta política o Competencia
electoral, y este modelo supone que los partidos políticos y otras organizaciones no
pretenden responder de manera reactiva a las demandas sociales ya articuladas,
sino que, por el contrario, son los propios partidos políticos quienes toman la
iniciativa. Su acción concreta consiste en definir problemas públicos y formular
políticas públicas, lo que lleva al aumento de su base electoral al ir sumando
beneficiarios potenciales de las mismas. Seguidamente se encuentra la Anticipación
interna, y en este modelo se expone, que otorgar un peso decisivo en la constitución
de la agenda política a los actores administrativos y a las autoridades públicas, en
otras palabras, estos actores serian quienes estarían en mejor posición para
identificar los desajustes entre las acciones estatales que se van llevando a cabo y
los problemas sociales aun no resueltos.
Seguidamente, contamos con una quinta modalidad y es la Acción corporativista
silenciosa, este modelo básicamente trata de destacar el rol más discreto que
algunos grupos de interés tienen en la agenda política, es decir, en este modelo
cada uno trata de defender sus propios intereses. Evitan que las políticas públicas
que ellos desean mantener, introducir o evitar a cualquier precio, se presenten en
los medios masivos de comunicación o sean objeto de debate o controversia
política.
Ahora bien, en la estructura de nuestra relatoría una de los planteamientos hechos
como grupo es que tanto se idéntica todos estos temas con nuestra carrera a fin, y
entendemos que la Constitución define los problemas públicos como procesos que
forman parte de la política y que influyen de forma determinante, grupos de
objetivos, actores involucrados y beneficiarios finales, resaltando las acciones
públicas concretas emprendidas. Esta anomalías y problemáticas sociales cuentan
con elementos que ayudan a su definición como un problema público como tal. Y
que, cuenta con tres condiciones, donde la demandas que surjan de los grupos
sociales dan un proceso de desarrollo a un debate público donde habrá conflicto
entre los grupos quienes la organicen y las autoridades políticas ahí presentes. En
este sentido, entendemos que el paso de un problema social a un problema público
no tiene por qué ser. Muchos pensadores y tratadistas consideraban que la
especificidad de un problema publico consiste en la responsabilidad sobre el mismo
y la forma en que recae en él los poderes públicos, afirmando que un problema
social se vuelve público tras inclusión en la agenda política, por tanto, pasa a ser ya
responsabilidad de los poderes públicos.
Por consiguiente, esta apreciación no depende exclusivamente de las condiciones
objetivas de la situación considerada como problemática, sino también de la
evaluación y de la ponderación que hace de ella sus actores implicados. Toda
problemática cuenta con dimensiones operaciones y la intensidad del problema, el
perímetro, la novedad y la urgencia no tienen que considerarse como exhaustivas
para operacionalizar y comparar los diversos problemas sociales y públicos, porque
ya pueden existir otros parámetros que contribuyan a su análisis.
Del mismo modo, entendemos que el proceso de inclusión a la agenda pública se
constituye como un lucha de poder, pero esta lucha tiene conflictos y recaen en el
control del proceso de definición de los problemas publica constituidos como reto
político para algunos e instrumentó de poder para otros, así que, esta causal se
considera una problemática de forma paralela cuando de responsabilidades y de
definición e identificación se habla para entrar a un punto de vista analítico causal
que contraste las dimensiones empíricas y científicas, la moral y la normativa.
Ahora, todo estudio cuenta con actores y todo estudio de una política pública que
se acerca a la inclusión de la agenda política estudia múltiples factores los cuales
influyen y determinan la problemática social. hablamos de roles, procesos, teorías,
modelos que determinan los procesos decisivos según el grado de influencia de
pueda ejercer en la opinión pública. Vemos la mediatización, movilización, oferta
política y anticipación interna, que son pesos de factor decisorio en la constitución
de una agenda política.
Entendiendo así, que una agenda política siempre presentara una dinámica donde
la realidad social y diversos problemas compiten entre sí de forma simultánea para
pretender entrar en una agenda política. los recursos siempre se mantendrán
limitados para el aparato Estatal y los actores intermediarios no permiten que todos
los temas puedan entrar en la agenda política al mismo tiempo, con llevando a esto
a que haya una competencia entre problemáticas sociales donde gana la más
fuerte. Con esto a forma de conclusión podemos decir que los factores que
determinan si un problema es público o no, son de suma importancia, para lograr
identificar en que ciclo se encuentra, y si logra incluirse en la agenda pública como
un problema público.
Con esto, el análisis de las problemáticas sociales que se presentan en el territorio
y en Colombia con relación al ejercicio de una buena función pública, se establecen
nuevos paradigmas que ayudan en el proceso de gestión en el territorio. Las
políticas públicas con bases metodológicas retoman buenos criterios y factores para
circunscribir el desarrollo de la necesidad que se va a satisfacer a través de una
buena administración pública. Como grupo en la elaboración de esta relatoría
evidenciamos aspectos importantes correspondiente al tema y gracias a ello,
organizando los elementos a tener en cuenta para el desarrollo de la problemática
publica, hallamos argumentos para construir y defender nuestra postura. Y cabe
presentar explícitamente como de manera concreta se desarrolló la estructura de
estas conclusiones a las que llegamos. Y creemos de forma conjunta que la
implementación de las políticas públicas es una nueva área del análisis, y el proceso
posterior a la toma de decisiones y gracias a esto, las políticas públicas
implementaron la atención que ameritaba involucrar de manera significativa las
mejores acciones para la resolución de problemas sociales.

Capítulo 8
La fase de programación y decisión de las PPA es el momento en que
figuradamente o teóricamente se cierra el debate entre las distintas alternativas de
los distintos actores presentes en el escenario objeto del debate, es decir, cuando
el decisor tiene que decidir por algunas de esas alternativas, tomando en cuenta o
ponderando ciertas cuestiones, como lo hace, pues en primer lugar tomando a
consideración un conjunto de ideas, de valores o de argumentos que sostienen
determinadas opciones de políticas, también debemos resaltar, que ese momento
decisorio es producto de una negociación política, es decir, el decisor no decide solo
sino que lo hace dentro de un entorno relacional donde se ponen en juego un
conjunto de cuestiones.
Que se ponen en juego en ese momento decisorio, los valores, las ideas, los
objetivos y esos objetivos dentro de las políticas públicas ya sean generales o
particulares, necesitan de información, necesitan de un conjunto de datos que nos
pueden ayudar a decidir cuáles pueden ser las alternativas más viables, más
factibles para la resolución de un problema de políticas públicas.
Hay una segunda instancia en este proceso decisorio que va más allá de la
formulación y es la instancia de la legitimación, es decir, revestir jurídicamente esa
decisión. Entonces una vez que se ha seleccionado la alternativa de política, se
debe legitimar la decisión, como hacerlo, bueno anteriormente mencione que se
debe traer a consideración un conjunto de ideas o de valores o de argumentos que
hagas que esa decisión sea aceptable o legitima para la mayoría de actores
involucrados, pero a su vez se necesita formalizarlo mediante un acto determinado,
de qué manera, puede ser mediante un acto administrativo en el cual se dote o
revista de legitimad externa esa decisión que se tomó, por ejemplo puede ser
mediante una circular formalmente firmada por el decisor o una norma sancionada
por el congreso, es decir, a que quiero llegar, que siempre tiene que haber un acto
que revista de legitimidad la decisión estatal, o la decisión de los actores que han
seleccionado determinada alternativa.
En esta fase también se inicia luego de la decisión tomada y del revestimiento de
legitimidad de esa decisión, el debate sobre cómo poner en práctica esa política,
desde que parámetros se debe implementar y que acuerdos deben empezar para
asegurar su efectiva ejecución.
Entonces El primer producto dentro de la etapa de programación de una política
pública es el programa de actuación político-administrativo (PPA). Este primer
producto trata del momento específico de decisión en el que se fijan las bases
jurídicas que sustentan los objetivos y los instrumentos de intervención de la acción
pública. aquí también se contienen las decisiones respecto al proceso y la
organización administrativa que deberán permitir la implementación de la política
pública.
La fase o producto «programa de actuación político-administrativo (PPA) es el que
incorpora el conjunto de normas y actos reglamentarios que los gobiernos o los
organismos o autoridades a cargo de la implementación, consideran necesarias
para la aplicación de una política pública. Todas Las políticas públicas disponen de
PPA que sean detalladas, centralizadas y coherentes. Además, las política publica
deben respetar el principio de legalidad, porque Toda intervención del Estado en la
sociedad civil y en la esfera privada, debe contar con una base legal legitimada.

Los PPA son los que definen los términos jurídicos formulados por los legisladores
para solventar un problema público. Aquí en esta fase se contemplan los objetivos
a alcanzar, así como los derechos y las obligaciones de los grupos afectados por la
política pública.
Este programa de actuación político administrativo contiene 5 elementos que
enmarcan un proceso para explicar minuciosamente una política pública , las cuales
son las siguientes:

1. Los objetivos
Los objetivos definen ese estado que se considera satisfactorio y que se pretende
alcanzar a través de la solución adoptada en una pp. Cuanto más se formulan los
objetivos, más fácil se establecen si estos se realizaron efectivamente o no.
Además, Los objetivos, requieren la utilización de unidades de medición o de
indicadores que muestren los posibles efectos en la realidad social.

2. Los elementos evaluativos


Estos elementos evaluativos son las referencias acerca del tipo de datos o el tipo
de información que se debe tener en cuenta para lograr la realización de los
objetivos. Es decir, dependiendo de la naturaleza de la política pública que se desea
implementar, así mismo se debe recolectar información que tenga coherencia con
ésta, esto con el fin de crear exactitud en la recolección de información para emplear
buenas técnicas,

3. Los elementos operativos (instrumentos de intervención, medidas)


Los elementos operativos definen la modalidad de intervención para alcanzar los
objetivos de una política pública. Aquí también se concretan y se precisan la
hipótesis de intervención, para tratar de definir los grupos u objetivos a los que tales
medidas se aplican. Se dice que Estos elementos son los que mejor caracterizan
una política pública porque define el grupo objetivo, determinan los derechos y
obligaciones, y el grado, tipo, amplitud y calidad de las intervenciones públicas.

4. Acuerdo de actuación político-administrativo y recursos


El acuerdo de actuación político-administrativo (APA) representa al conjunto
estructurado de actores públicos y paraestatales que están a cargo de la
implantación de la pp. Aquí también se integran los recursos tanto físicos como
financieros, porque sabemos que implementar una política pública casi siempre es
costosa, por un lado, solventar esa problemática requiere de recursos humanos que
serían los actores involucrados y por otro lado los recursos financieros para lograr
proveer las necesidades a la cual esta estipulada la realización de la pp

5. Elementos procedimentales
Este elemento hace referencia a las herramientas o las disposiciones que deben
intervenir en el marco de las pp. Es decir, los servicios administrativos, las formas
de interacción, con el fin de garantizar la transparencia en el intercambio de
información y los instrumentos administrativos que se recurren para llevar a cabo la
acción pública.
COHERENCIA Y LEGALIDAD EN LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE
LAS DECISIONES DE POLÍTICAS PÚBLICAS

Una política pública no busca resolver problemas generales, sino concretos y


contextualizados. En ese sentido, cada política pública puede ser armónico y
complementario, es decir, podemos contar con políticas bien diseñadas e
implementadas que, por separado, tengan lógica y sentido, pero que, como
conjunto de políticas públicas presenten vacíos.

Los gobiernos diseñan políticas, planifican, establecen mecanismos de


coordinación y evalúan bajo el supuesto de que existe coherencia entre las
políticas, pero ese supuesto no siempre se da, y una herramienta importante
para lograrlo es la evaluación, ya que puede ser un insumo para ir logrando
políticas públicas bien diseñadas y con coherencia.

Entonces tratar de querer que haya una coherencia total entre las políticas no
es una cuestión fácil, pero si debe haber coherencia entre un numero acotado o
demarcado, de políticas, y que debe ser una condición indispensable para
resolver problemas amplios y que no se genera de manera automática, sino a
partir de intervenciones deliberadas. La solución de los problemas públicos a
nivel general, no puede ser la suma de una serie de políticas inconexas y
desarticuladas, allí radica la importancia de la coherencia en las pp.

Entonces se identifican tres niveles de análisis para evaluar la coherencia en las


políticas públicas: la coherencia en las políticas (la coherencia interna), la
coherencia entre políticas y la coherencia entre espacios de política.

La coherencia en las políticas


La coherencia en las políticas públicas se refiere a la teoría causal que estructura
una política, la coherencia interna de las políticas.
Toda política asume una relación de causa y efecto. Cuando la consistencia en
la teoría causal falla, la intervención pierde eficacia porque su implementación
está basada en falsos supuestos, que no coinciden con la realidad. Más aún,
cuando la teoría causal de una política no es coherente (cuando los actores que
se busca beneficiar resultan afectados), las políticas públicas enfrentan
problemas para lograr sus objetivos, más allá de la eficacia de la
implementación.

La coherencia entre políticas y entre espacios de políticas


Toda política pública ocurre en un espacio de políticas que abarca distintas
intervenciones del Estado para resolver problemas públicos concretos. Los
espacios de política pública (policy domains) son “áreas de política más o menos
establecidas que dan significado a problemas comunes y que tienen
propiedades integradoras” Cada una de las políticas de un mismo espacio no
sólo coexiste con las otras, sino que interactúa con ellas: o las potencia o las
obstaculiza.
Para que una política contribuya, se refuerce o mejore el desempeño de otra, se
requiere que ambas políticas sean coherentes. Cuando las políticas no son
coherentes, su coexistencia puede provocar algo más que la falta de articulación:
y es que sean políticas que se estorban, o dejan objetivos o personas sin
atender. La coherencia entre políticas entonces se refiere a las políticas que
dentro de un mismo espacio se relacionan armónicamente para lograr los
grandes objetivos de ese espacio.

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