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Los trastornos del movimiento son un grupo de enfermedades neurológicas (del sistema nervioso) que
provocan movimientos anormales, que pueden desencadenarse voluntaria o involuntariamente. Estos
trastornos también pueden reducir o enlentecer los movimientos.
Ataxia. Enfermedad del cerebelo que puede causar desequilibrio, movimientos descoordinados de la
extremidades y otros síntomas.
Corea. El corea se caracteriza por movimientos involuntarios repetitivos, breves, irregulares, rápidos
que típicamente involucran al cara, la boca el tronco y las extremidades.
Trastornos funcionales del movimiento. Puede asemejarse a cualquier otro trastorno del movimiento
pero no tienen una base neurológica.
Síndrome de Shy-Drager o atrofia sistémica múltiple. Es una enfermedad neurológica poco común,
progresiva, que afecta varios zonas cerebrales que al atrofiarse van provocando trastornos del
movimiento tales como ataxia o parkinsonismo. También puede afectar la presión arterial y la función
de la vejiga.
Parkinsonismo. Este término se refiere a un grupo de enfermedades o condiciones que dan lugar a
síntomas similares a la Enfermedad de Parkinson.
Parálisis supranuclear progresiva. Es una enfermedad neurológica rara que causa dificultades para
caminar, el equilibrio y en los movimientos oculares. Puede confundirse con la enfermedad de
Parkinson.
Temblor esencial. Esta enfermedad se caracteriza por sacudidas rítmicas involuntarias de distintas
partes del cuerpo como las manos o la cabeza.
Enfermedad de Wilson. Es una enfermedad hereditaria rara en la cual se producen depósitos excesivos
de cobre en el cuerpo produciendo síntomas neurológicos.
¿Cómo se diagnostican y evalúan los trastornos del
movimiento?
Su médico evaluará su historia médica y realizará un examen físico con una evaluación
neurológica. Este incluirá una evaluación de sus habilidades motoras y sus reflejos. Le podrían
pedir que camine una distancia corta para que su médico pueda identificar cualquier problema
con respecto a la forma en que camina.
análisis de sangre.
punción lumbar para analizar el líquido cefalorraquídeo.
electromiografía, una prueba para medir los impulsos eléctricos a lo largo de los
nervios, la raíz de los nervios y el tejido muscular.
electroencefalograma (EEG), para evaluar la actividad eléctrica del cerebro.
electrocardiograma (ECG or EKG) para evaluar la actividad eléctrica del corazón y
determinar si los problemas del corazón están causando su trastorno.
biopsia de músculo para distinguir entre trastornos de los nervios y de los músculos.
Los médicos a menudo utilizan pruebas por imágenes para ayudar a diagnosticar trastornos
del movimiento. Las imágenes por sí mismas no son suficientes para brindar un diagnóstico
definitivo, pero generalmente son útiles para clarificar las observaciones clínicas. Estas pruebas
podrían incluir: