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Filosofía II

II PARCIAL - I PERIODO

Periodo clásico (siglos V y IV a. C)


La filosofía occidental colocó sus cimientos sobre tres grandes figuras de la Grecia clásica:
Sócrates, Platón y Aristóteles. Tres intelectuales que mantuvieron una estrecha relación académica
a lo largo de las décadas. Aristóteles fue el encargado de culminar los esfuerzos de sus maestros y
ejercer así una potente influencia que todavía permanece activa.
En el presente material se resumen las ideas y contenidos principales correspondientes al ll parcial
del periodo. En el primer parcial se estudiaron los temas correspondientes a la definición del
concepto de la filosofía, su origen, y los primeros filósofos antes de Sócrates y finalizando con la
persona de Sócrates, que fue uno de los 3 principales filósofos del periodo clásico de la filosofía
griega.
En continuidad con el contenido del primer parcial aquí se resumen las algunas ideas de Platón,
Aristóteles y las principales escuelas filosóficas que difundieron las enseñanzas de estos dos
grandes filósofos. Estas doctrinas o corrientes de filosofía son los escépticos, estoicos, epicúreos
y neoplatónicos. Finalizaremos el contenido del material con el estudio de San Agustín y Santo
Tomás de Aquino, estos dos últimos pertenecientes al periodo de la Edad Media.

Platón
Platón vivió en la ciudad de Atenas, entre los años 427 y 347 a.C. Fue uno de los principales
discípulos de Sócrates. Junto con su maestro Sócrates y su discípulo Aristóteles, Platón es la figura
central de los tres grandes pensadores en que se asienta toda la tradición filosófica europea.
Al ser miembro de la aristocracia, Platón estaba destinado a integrarse a la política ateniense, pero
tras la injusticia cometida en la condena a muerte de Sócrates (399 a. C), dejó de ver a la política
como una vocación deseable; huyó de Atenas y se apartó completamente de la vida pública,
abandonó su inicial vocación política y sus aficiones literarias y se inclinó por la filosofía, atraído
por Sócrates. No obstante, los temas políticos ocuparon siempre un lugar central en su
pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de Estado.
Platón, enseñaba que la razón de ser de todas las cosas está por encima del mundo sensible,
mientras que Aristóteles enseñó que el objeto de estudio es este mundo.
✓ Los platónicos, siguiendo las enseñanzas de su maestro, tendrán como base de sus diversas
doctrinas la tesis que afirma la realidad del mundo inteligible y la explicación de cualquier
otro orden de la existencia a partir de él.
✓ Los seguidores y comentaristas de Aristóteles matizarán la postura del idealismo extremo,
sosteniendo que si bien existe una sustancia en virtud de la cual cada cosa es como es, tal
sustancia no está separada de las cosas mismas. No es preciso apartarse de lo material y
sensible para tener conocimientos verdaderos, más bien, hay que considerar otro aspecto
de tales objetos, no sus características peculiares, que los distinguen y hacen únicos, sino
su razón de ser, que permanece independiente de las cualidades. Tal es, en términos muy
generales, la tesis que Aristóteles opone a la teoría de las ideas de Platón.
Fue un discípulo de Sócrates durante veinte años y se enfrento abiertamente a los sofistas
(Protágoras, Gorgias).
En Atenas fundó en el año 387 a.C. una escuela de filosofía que llamó la Academia, situada en las
afueras de la ciudad, junto al jardín dedicado al héroe Academo , de donde procede el nombre de
su escuela. La Academia de Platón era una especie de secta de sabios organizada con sus
reglamentos, contaba con una residencia de estudiantes, biblioteca, aulas y seminarios
especializados, y fue el precedente y modelo de las modernas instituciones universitarias de
Europa.
En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que la filosofía englobaba la
totalidad del saber, hasta que paulatinamente fueron apareciendo (en la propia Academia) las
disciplinas especializadas que darían lugar a ramas diferenciadas del saber, como la lógica, la ética
o la física. Esta escuela perduró más de novecientos años (hasta que Justiniano la mandó cerrar en
el 529 d. C.), y en ella se educaron personajes de importancia tan fundamental como su discípulo
Aristóteles.

Obras de Platón
La mayor parte están escritos en forma de diálogos; de hecho, Platón fue el primer autor que utilizó
el diálogo para exponer un pensamiento filosófico, y tal forma constituía ya por sí misma un
elemento cultural nuevo: la contraposición de distintos puntos de vista y el debate para establecer
un conocimiento cuya legitimación residía en el libre intercambio de puntos de vista y no en la
simple enunciación.
Para llegar a la verdad en torno a cada cuestión, Platón comienza formulando una hipótesis que
luego somete a prueba, mostrando tanto sus elementos acertados como sus conclusiones
incorrectas. El motor de la demostración es el diálogo, a través del cual los interlocutores
descubren los puntos débiles y perfectibles de sus posturas, las corrigen, las mejoran y así
establecen mejores conclusiones.
Diálogos Platónicos
Áreas de la filosofía
Época Tema
relacionada
1. Apología, defensas de Sócrates
2. Critón, segunda defensa de la 1. Ética, filosofía política
opinión socrática 2. Ética
3. Ión, sobre la poesía 3. Estética
(posiblemente apócrifo) 4. Ética
Diálogos de 5. Ética
4. Laques, sobre la valentía
juventud 6. Ética
5. Cármides, sobre la discreción
6. Eutifrón, sobre la piedad 7. Ética, Epistemología
7. Protágoras, sobre la virtud 8. Epistemología, lógica
8. Hiplas menor, contra los 9. Estética
sofistas
9. Hiplas mayor, sobre la belleza

1. Lisis, sobre la Amistad


1. Ética
2. Cratilo, sobre el lenguaje
3. Eutidemo, critica a los 2. Lógica, Epistemología
sofistas 3. Epistemología
4. Menéxemo, sobre la
Diálogos de transmigración de las almas 4. Ética, metafísica
transición 5. Menón, sobre la enseñanza 5. Ética, epistemología
de la virtud
6. Epistemología, ética
6. Gorgias, contra el método y
cosmovisión de los sofistas

1. Fedón, sobre la inmortalidad


del alma
2. Banquete, sobre el amor
3. Fedro, sobre la retórica 1. Ética, metafísica
4. Parménides, sobre el ser, crítica 2. Ética, metafísica, estética
Diálogo de a la teoría de las ideas 3. Estética
madureza 5. Teeteto, sobre el conocimiento 4. Metafísica, ontología
6. República, sobre la forma justa 5. Epistemología
de gobernar 6. Filosofía, política, Ética
1. Sofista, sobre las falacias
2. Político, perfil del gobernante 1. Lógica
ideal 2. Filosofía política, Ética
3. Timeo, cosmología platónica 3. Metafísica, ontología
Diálogos de 4. Las leyes, sobre la ley y la 4. Filosofía política, Ética
vejez justicia 5. Ética
5. Filebo, sobre el valor 6. Filosofía política
6. Criticas, sobre la guerra entre
Atenas y Atlántida

Dos son los temas permanentes que prevalecen sobre los demás:
✓ Por un lado, el conocimiento, esto es, el estudio de la naturaleza del conocimiento y de las
condiciones que lo posibilitan.
✓ Y por otro, la moral, de fundamental importancia en la vida práctica y en la realización de
la aspiración humana a la felicidad en una doble vertiente individual y colectiva, ética y
política.

Todo ello se resuelve en un verdadero sistema filosófico de gran alcance ético basado en la teoría
de las ideas.

1. ¿De dónde viene el conocimiento auténtico?


Los tres principales postulados básicos son:
✓ "Desconfianza en los sentidos", porque éstos sólo nos ponen en contacto con lo que es
momentáneo, ya que constantemente deja de ser.
✓ "confianza en la razón", puesto que ella sí nos permite acercarnos a objetos inmutables.
✓ "Necesidad de un mundo ideal", ya que en él estaría todo lo que da sentido a esta parte
sensible de la realidad.

En el Teeteto, uno de los diálogos platónicos dedicados a la epistemología, se hace un examen


cuidadoso de las tres principales vías de aproximación a la verdad:
1. La percepción o conocimiento a partir de las impresiones sensibles
2. la opinión, es decir, lo que descubrimos a partir del testimonio de otros,
3. la opinión verdadera y justificada, correspondiente a los saberes que descubrimos a
través de la guía o las enseñanzas de otros, pero que también podemos comprobar con base
en nuestro propio pensamiento.
La pregunta es, ¿con qué se confrontan estas opiniones y la explicación que las acompaña, para
dar cuenta de su verdad? Es aquí donde comienza a formularse uno de los elementos fundamentales
de la teoría de las ideas, la noción de reminiscencia.

2. La teoría de las Ideas


¿Cuándo aprendimos eso que presuntamente ya sabemos?
La respuesta de Platón es que tal aprendizaje no pudo haberse dado en vida, -durante la vida terrena
y corpórea que llevamos - pues ya desde que aprendemos las primeras letras o sumas cuando somos
niños, lo que estamos haciendo es aprender a recordar.
Platón no considera que las opciones se acaben con la vida temporal. Si al menos una parte de
nosotros no estuviera sometida al cambio, la corrupción y la muerte, y pudiera vivir
independientemente del cuerpo y los sentidos, entonces esa parte podría ser la encargada de
aprender y conservar los conocimientos que luego sólo recordamos.
Pero ¿cuál es esa parte del hombre que no cambia, no muere y puede subsistir independientemente
de las sensaciones? ¿Y cuál es esa fuente primaria de todos los conocimientos, que se encuentra
más allá del mundo sensible y la opinión común?
Lo que hay en el hombre de inmutable, independiente de la sensibilidad, lo que hay en él de eterno,
e incluso divino, es el alma.
La doctrina de las Ideas se fundamenta en la asunción de que más allá del mundo de los objetos
físicos existe lo que Platón llama el mundo inteligible Tal mundo es un reino espiritual constituido
por una pluralidad de ideas, como la idea de Belleza o la de Justicia
El mundo de las Ideas posee un orden jerárquico; la idea que se encuentra en el nivel más alto es
la del Bien, que ilumina a todas las demás, comunicándoles su perfección y realidad. Le siguen en
esta jerarquía las ideas de Justicia, de Belleza, de Ser y de Uno; luego las ideas de los Números o
matemáticas, y finalmente las de los seres que integran el mundo material.
En el mundo inteligible residen las ideas de Piedra, Árbol, Color, Belleza o Justicia; y las cosas
del mundo sensible son sólo imitación o participación de tales ideas, es decir, copias imperfectas
de estas ideas perfectas.
En su obra La República, Platón ilustró esta concepción con el célebre mito de la caverna.
Imaginemos, dice Platón, una serie de hombres que desde su nacimiento hallan encadenados en
una cueva, y que desde pequeños nunca han visto nada más que las sombras, proyectadas por un
fuego en una pared, de las estatuas y de los distintos objetos que llevan personas que pasan a sus
espaldas. Para esos hombres encadenados, las sombras (los seres del mundo sensible) son la única
realidad; pero, si los liberásemos, se darían cuenta de que lo que creían real eran meras sombras
de las cosas verdaderas (las Ideas del mundo inteligible).

Es necesario distinguir dos clases de seres: los cambiantes y los inmutables.


✓ Al conjunto de los primeros se le llama "el mundo sensible", porque sus objetos son
perceptibles por los sentidos.
✓ Al conjunto de los segundos, Platón lo llamó "el mundo inteligible" porque tales objetos
se pueden captar únicamente por la inteligencia, es decir, no son sensibles si no inteligibles.
Respecto de las características de los objetos anteriores, Platón nos dijo que:
✓ Los seres del mundo sensible son mutables, perecederos, temporales, imperfectos, mientras
que...
✓ Los objetos inteligibles son inmutables, subsistentes, eternos, inmateriales, trascendentes
al mundo sensible, perfectos.
Teniendo los seres sensibles un ser que es temporal, necesariamente ha de ser causado. Los
principios o las causas que contribuyen a su existencia son cuatro:
✓ La causa material es el ser imperfecto del que ya hemos hablado, con sus características de
inconsistencia y temporalidad.
✓ La causa eficiente, que pone en la existencia a estos seres, es el demiurgo. Este ser,
inteligente y bondadoso, es el artífice que, después de producir, pone orden en lo
producido.
✓ La causa ejemplar son las ideas. Los objetos sensibles están hechos siguiendo el modelo
de los inteligibles.
✓ La causa final, o sea, lo que el demiurgo pretende al relacionar ordenadamente a todos los
objetos de la realidad, es la belleza global del cosmos.
Sólo el mundo inteligible es el verdadero ser, la verdadera realidad; el mundo sensible es mera
apariencia de ser. Dado que el mundo físico, que se percibe mediante los sentidos, está sometido
a continuo cambio y degeneración, el conocimiento derivado. de él es restringido e inconstante; es
un mundo de apariencias que solamente puede engendrar opinión (doxa) mejor o peor
fundamentada, pero siempre carente de valor. El verdadero conocimiento (epistéme) es el
conocimiento de las Ideas. En este punto es patente la influencia de su admirado Parménides.
Platón explicó el origen del mundo sensible a través de la figura de un poderoso hacedor, el
Demiurgo, una divinidad superior que, feliz en la permanente contemplación de las Ideas, quiso,
por su misma bondad, difundir en lo posible el bien en la materia.
3. La inmortalidad del alma
Plantón enseñaba que contamos con algo más aparte de los cinco sentidos, algo que incluso nos
permite corregir los errores de estos últimos y comprender que se equivocan. Para Platón, ese algo
es el alma.
El hombre es un compuesto de dos realidades distintas unidas accidentalmente: el cuerpo mortal
(relacionado con el mundo sensible) y el alma inmortal (perteneciente al mundo de las Ideas, que
contempló antes de unirse al cuerpo).
El alma comenzó a existir junto con el mundo y los dioses, existió mucho antes que el cuerpo
material que habita y existirá después de que éste muera.

Platón considera que el alma tiene tres partes y funciones:


✓ La sensitiva o concupiscible que se encarga de todas las funciones que tienen que ver con
el cuerpo material; ubicada en el vientre, proceden los bajos instintos y los deseos
puramente animales.
✓ La volitiva, pasional o irascible que regula los efectos del querer, el deseo y la voluntad;
ubicada en el pecho, dependen las pasiones y sentimientos.
✓ La intelectual o racional, que se encarga de la comprensión de lo inteligible. se sitúa en el
cerebro y dota al hombre de sus facultades intelectuales;

Enseñaba que el alma se halla encarnada en el cuerpo por una falta cometida; de ahí que el cuerpo
sea como la cárcel del alma. Sin embargo, su aspiración es liberarse del cuerpo, y para ello deberá
aplicar sus esfuerzos a purificarse. Las almas que logren tal purificación regresarán al mundo de
las Ideas tras la muerte del cuerpo; las que no, irán a la región infernal del Hades, donde, tras un
período de tormentos (específicos para cada alma según las faltas cometidas), se les permitirá
elegir un nuevo cuerpo en el que reencarnarse.
Llega a la conclusión de que, dadas sus características, esta parte del hombre necesariamente es
inmortal y es la única que mantiene contacto directo con la verdad. Es inmortal porque no
comparte ninguna de las características del cuerpo: no tiene materia, no sufre corrupción ni
desgaste, no está sujeta al paso del tiempo, no se enferma, no cambia, no disminuye, por lo
tanto, no puede morir.

4. Ética y política
El hombre sólo puede conseguir la felicidad mediante un ejercicio continuado de la virtud para
perfeccionar y purificar el alma. "Purificarse -escribió en el Fedón- es separar al máximo el alma
del cuerpo." Dominando las pasiones que la atan al cuerpo y al mundo sensible, el alma va
desligándose de lo terrenal y acercándose al conocimiento racional, hasta que, inflamada en el
amor a las Ideas, logra su completa purificación. Este amor a las Ideas es el sentido original del
amor platónico, muy distinto del que le daría la tradición literaria posterior y del que tiene la
expresión en nuestros días.

Practicar la virtud significa, ante todo, practicar la virtud de la Justicia porque la Justicia
comprende las tres virtudes particulares que corresponden a los tres componentes del alma:
✓ La templanza ha de imponerse sobre los apetitos del alma concupiscible;
✓ La fortaleza de la voluntad ha de modular el alma pasional o irascible hacia los afectos
nobles;
✓ La sabiduría es la virtud propia de la razón.

El hombre sabio será, para Platón, aquel que consiga vincularse a las ideas a través del
conocimiento, acto intelectual (y no de los sentidos) por el cual el alma recuerda el mundo de las
Ideas del cual procede.
Sin embargo, la completa realización de este ideal humano sólo puede darse en la vida social de la
comunidad política, donde el Estado da armonía y consistencia a las virtudes individuales.

5. El Estado ideal de Platón sería una República.


Si se considera que la república es algo así como el alma de la organización social, entonces cabe
concluir que también tiene estas tres partes, formada por tres clases de ciudadanos: el pueblo, los
guerreros y los filósofos, cada una con su misión específica y sus virtudes características:
✓ La sensitiva, compuesta por las clases sociales cuyos trabajos satisfacen las necesidades
del pueblo; por ejemplo, los agricultores, los artesanos, los constructores, etc.; trabajaría
en actividades productivas, cultivando la templanza
✓ La volitiva, que representa a la fuerza que defiende al Estado y está constituida por la clase
guerrera; velarían por el orden y la defensa, apoyándose en la virtud de la fortaleza
✓ La inteligible, a la cual, como ya bien supones, pertenecen los guardianes filósofos,
quienes a su vez formarán a los filósofos encargados del gobierno. Serían los llamados a
gobernar la comunidad, por poseer la virtud de la sabiduría.

Teorizó también sobre las distintas formas de gobierno, que según Platón se suceden en un orden
cíclico en el que cada sistema es peor que el anterior: monarquía, timocracia y oligarquía.
✓ La monarquía o la aristocracia (gobierno de un solo hombre excepcionalmente dotado o de
una minoría sabia y virtuosa, que aspira solamente al bien común) es para el filósofo la
mejor forma de gobierno.
✓ De la monarquía se pasa a la timocracia cuando el estamento militar, en lugar de proteger
a la sociedad, usa la fuerza para obtener el poder.
✓ En la oligarquía, una minoría de ricos gobierna a un pueblo empobrecido.
✓ El descontento lleva a la democracia o gobierno del pueblo, de la que tiene Platón un
pésimo concepto: se elige gobernantes a los más ineptos y reina la anarquía.
✓ Finalmente, la tiranía, encabezada por un demagogo que suprime toda libertad, restaura el
orden; es la peor de las formas de gobierno.
Sus temas pueden ser tan atractivos y vitales como lo fueron para la Grecia del siglo IV a.C., y su
forma de escribir alcanza las cualidades artísticas y estéticas de la poesía y la narrativa.
Por ello, estudiar a Platón no sólo implica entrar en contacto con uno de los sistemas de
pensamiento mejor estructurados y más influyentes en la historia de la filosofía; significa también
leer a un gran escritor, dialogar con un interlocutor brillante y explorar las ideas de alguien que
encontró en la reflexión filosófica el mejor camino para resolver las inquietudes fundamentales del
ser humano.
Al final de la Antigüedad, el platonismo se enriqueció con la obra de Plotino y la escuela
neoplatónica (siglo III d. C.). El cristianismo, empezando por Agustín de Hipona (siglo IV),
encontró en Platón muchos puntos afines (el desprecio del mundo terrenal, la primacía del alma)
en que sustentar sus concepciones religiosas, y la teología cristiana fue básicamente agustiniana
hasta que una profunda reelaboración de Santo Tomás de Aquino (siglo XIII) incorporó el
pensamiento aristotélico

Aristóteles
Aristóteles nació en el 384 a.C. en Estagira, una pequeña localidad macedonia situada cerca del
monte Athos. Desde muy pequeño, fue instruido por su padre en los secretos de la medicina,
avivando años después su pasión por la investigación experimental. Una disciplina en la que
Aristóteles se mantiene a la cabeza, pues es considerado por muchos como el primer investigador
científico de la historia.
Con apenas 17 años, se trasladó hasta Atenas para ingresar en la Academia de Platón, cuyo
pensamiento rechazó por completo. Aristóteles se vio obligado a perfilar términos de gran
significado en su filosofía como "sustancia", "forma" o "materia". En contraposición al
mundo de las Ideas impuesto por su maestro.
En 343 a. C., el rey Filipo II de Macedonia convocó a Aristóteles para que fuera tutor de su hijo
de 13 años, que más tarde sería conocido como Alejandro Magno.
Aristóteles viajó entonces a Pella, por entonces la capital del imperio macedonio, y enseñó a
Alejandro durante, al menos, dos años, hasta que inició su carrera militar. En 335 a. C., Aristóteles
regresó a Atenas y fundó su propia escuela, el Liceo de Atenas (llamado así por estar situado dentro
de un recinto dedicado al dios Apolo Licio). Desarrolló su propio pensamiento a través de la
revisión de obras ya publicadas dando como resultado el fundamento de todas las ciencias. Entre
ellas, la física, las matemáticas o la teología. A diferencia de la Academia, el Liceo no era una
escuela privada y muchas de las clases eran públicas y gratuitas.
A lo largo de su vida Aristóteles reunió una vasta biblioteca y una cantidad de seguidores e
investigadores, conocidos como los peripatéticos (de TEPITOTNIKÓÇ, 'itinerantes', llamados así
por la costumbre que tenían de discutir caminando). La mayoría de los trabajos de Aristóteles que
se conservan son de este período.
Décadas después, tras el fallecimiento de Platón y la adquisición de experiencia en ámbitos como
la escritura o la enseñanza, diversas leyendas sitúan a Aristóteles como tutor de un jovencísimo
Alejandro Magno. Una relación que no ha podido ser corroborada todavía a día de hoy.

Tras una prolífica carrera, Aristóteles falleció en el exilio en la isla de Chalcis, en el año 322 a.C.
a la edad de 62 años.

La metafísica
Todos los objetos de una misma clase, como las estrellas, los lápices, los teléfonos, etc., tienen dos
tipos de cualidades:
✓ unas son las cualidades particulares, o accidentales como las llama Aristóteles, que
distinguen a un objeto y lo individualizan, entre las cuales están el tamaño, el color o el
peso;
✓ otras son las que aquí designamos como cualidades generales, y que Aristóteles
denominará sustanciales o formales, son las que hacen a un objeto ser lo que es,
independientemente de que tenga rasgos propios y únicos; por ejemplo, el ser cuerpos
celestes en el caso de las estrellas.
La segunda cuestión es que los seres humanos poseemos las facultades aptas para captar estos dos
tipos de cualidades y para llegar a saber lo que la cosa es con base en ellas.
Pues bien, tenemos aquí las dos tesis fundamentales de la metafísica y la epistemología de
Aristóteles.
Literalmente, esta palabra de origen griego significa "más allá de la física", es decir, lo que está
más allá tanto de las cualidades materiales como de lo que es evidente a los sentidos. No obstante,
hay algo con lo que debes tener cuidado; en ocasiones se utiliza el término metafísica para referirse
a cosas que no sólo son distintas de lo sensible, sino también de lo natural, lo real y lo racional;
así, puedes encontrar textos que bajo el título de metafísica hablan de ángeles, dioses o espíritus.
Sin embargo, la idea que Aristóteles y la filosofía en general tienen de la metafísica no es ésta. Lo
que está más allá de lo físico, según Aristóteles, son las cualidades que acabamos de llamar
sustanciales o formales, es decir, las que definen y explican el ser de cada cosa. Entendida de este
modo, la metafísica no tiene nada que ver con lo sobrenatural o irreal, por el contrario, tiene que
ver con lo que existe, y que podemos empezar a conocer mediante la experiencia.
En palabras de Aristóteles, "la metafísica es la ciencia que estudia al ente en cuanto ente"; es decir,
que estudia las cosas que existen (los entes) y también las razones o causas por las cuales existen
de cierta manera.

Las cuatro causas


Las dos primeras son causas intrínsecas, es decir, que son propias del ente:
✓ Causa material. Es la que individualiza al ente, con las cualidades particulares que ya
estudiamos; tamaño, color, peso, apariencia, etcétera.
✓ Causa formal. Es la que especifica al ente, es decir, la que lo ubica dentro de un grupo
determinado de entes, como la especie humana, el reino vegetal, los objetos inertes, las
máquinas, etcétera.
Las otras dos causas son extrínsecas, es decir, que provienen de otros entes:
✓ Causa eficiente. Es la que produce al ente. La flor se origina de la semilla, por lo tanto, esta
última sería causa eficiente de la primera.
✓ Causa final. Es aquello para lo que un ente vino a la existencia. En el caso del hombre,
Aristóteles dirá que su causa final es la felicidad; ésta se concibe como la realización plena
de todas las potencias humanas, pero especialmente de las intelectuales, que lo llevarán a
ser sabio, virtuoso y, por lo tanto, dueño de una vida buena y bella.

El primer motor inmóvil


La existencia puede concebirse como una larga cadena de movimientos de la potencia al acto. La
semilla se convierte en flor y así actualiza su potencia; la flor muere y se vuelve parte de la tierra,
y así actualiza la potencia que tiene ésta de ser fértil. Todas estas actualizaciones son posibles
gracias a que el cosmos entero realiza sus propios tránsitos del acto a la potencia. La noche
actualiza su potencia de ser día; el invierno, la de ser primavera, y la muerte, la de ser vida. ¿Pero
qué mueve a su vez al cielo, a las esferas celestes y a todo lo que exista por encima de ellas?
Aristóteles concluye que la cadena de movimientos que dan lugar a la existencia no sería posible
si no existiera un motor primero. Éste debe tener ciertas cualidades. La principal es que debe
mover sin a su vez moverse o ser movido, pues si lo hiciera, significaría que tiene a su vez otro
motor y entonces no sería el motor primero. Además, si es el origen de todas las potencias, él
mismo debe ser un acto puro, es decir, no debe faltarle nada por realizar o actualizar.
La epistemología
La filosofía de Aristóteles representa una forma de acercarse al conocimiento de la verdad que no
descarta el valor de las sensaciones y representaciones, sino que las toma como elementos del
conocimiento que sólo necesitan ser analizados e interpretados correctamente. Platón hablaba de
partes del alma, pero Aristóteles será el primero en referirse a facultades o potencias, es decir,
actividades que el alma tiene la capacidad de realizar. En su tratado Sobre el alma, Aristóteles
enumera estas facultades y define cada una de sus funciones.

Crítica a la teoría de las ideas


La primera es que la teoría de las ideas conduce a una concepción inadecuada del hombre. Al
descalificar los sentidos, Platón no sólo cancela una fuente primordial de conocimiento, también
anula una parte del hombre y lo convierte en un ser dividido, extranjero en su propio cuerpo, ya
que éste no lo conduce a donde le correspondería ir.
La segunda conclusión es que, aun concediendo la existencia de ideas inmutables, eternas y
completamente inteligibles, resulta difícil comprender cómo éstas pueden influir en un mundo que
es opuesto por completo: cambiante, perecedero y sensible.

La virtud y la vida bienaventurada


Según Aristóteles, la causa final del hombre es la felicidad. La felicidad para este filósofo no es
una emoción ni un sentimiento que se experimenta frente a determinados acontecimientos. La
felicidad es un modo de vida, que se alcanza sólo a través de la investigación, el conocimiento y
el ejercicio de la virtud.
Al conocer los principios y causas de todo lo que existe, llegarías finalmente a conocerte a ti
mismo. Actúas y vives de la mejor manera posible.
Para Aristóteles la virtud es un modo de ser que nos permite hallar el justo término. medio entre
dos vicios opuestos. Veamos un ejemplo. Ser capaz de tomar decisiones correctas y actuar en una
situación de peligro es un modo de ser virtuoso, concretamente, es la virtud de la valentía.
Sin embargo, la manera de comportarse frente al peligro podría caer en dos extremos viciosos; uno
es la incapacidad de actuar porque el miedo nos paraliza, y el otro el actuar sin cuidado,
despreciando la propia seguridad y aun la vida; en otras palabras, son los extremos de la valentía
y la temeridad. La virtud de la valentía mantiene un equilibrio en estos dos extremos. El valiente
no es quien se ríe del peligro y mucho menos quien huye ante cualquier reto, sino aquel que siendo
consciente de los riesgos que afronta, encuentra el modo de superarlos, incluso a pesar del miedo.
Lo mismo sucede con virtudes como la generosidad, la templanza o la magnanimidad; son el punto
medio entre la avaricia y el derroche, la lujuria y la abstinencia, la debilidad de carácter y la
arrogancia, respectivamente. Además de estas virtudes, que regulan las pasiones y los actos,
Aristóteles distingue las virtudes intelectuales, que ordenan y perfeccionan la parte racional del ser
humano. Las virtudes intelectuales son la ciencia (epistéme), la inteligencia (noús), la sabiduría
(sophía), el arte (téchne) y la prudencia o sabiduría práctica (phrónesis).

Las tres primeras corresponden a la razón especulativa, que se encarga de comprender y discernir
los principios y causas de las cosas. Las dos últimas corresponden a lo que podríamos llamar razón
práctica, los pensamientos que dirigen el actuar.
La virtud más importante del sistema moral aristotélico es la phrónesis, pues por ella los seres
humanos podemos aplicar nuestros razonamientos a la solución de problemas de la vida práctica.

Ética
Según el filósofo, toda actividad humana tiende hacia algún bien. La ética de Aristóteles es una
ética de bienes porque él supone que cada vez que el hombre actúa lo hace en búsqueda de un
determinado bien. El bien supremo es la felicidad, y la felicidad es la sabiduría (el desarrollo de
las virtudes, en particular la razón).
✓ Fin: la finalidad o motivo de una acción.
✓ Fin medio o imperfecto: es aquello que se quiere por otra cosa y no por sí mismo.
✓ Fin final o perfecto: es aquello que se quiere por sí mismo y no por otra cosa.
✓ Felicidad: es el Bien Supremo del ser humano.

La naturaleza humana implica, para todos, una capacidad para formar hábitos, pero los hábitos
formados por un individuo en concreto dependen de la cultura y de las opciones personales
repetidas de ese individuo. Todos los seres humanos anhelan la felicidad», es decir, una realización
activa y comprometida de sus capacidades innatas, aunque este objetivo puede ser alcanzado por
muchos caminos.
Aristóteles distinguía dos tipos de virtud» o excelencia humana: moral e intelectual.
✓ La virtud moral es una expresión del carácter, producto de los hábitos que reflejan
opciones repetidas. Una virtud moral siempre es el punto medio entre dos extremos menos
deseables. El valor, por ejemplo, es el punto intermedio entre la cobardía y la impetuosidad
irreflexiva; la generosidad, por su parte, constituiría el punto intermedio entre el derroche
y la tacañería.
✓ Las virtudes intelectuales, sin embargo, no están sujetas a estas doctrinas de punto
intermedio. La ética aristotélica es una ética elitista: para él, la plena excelencia sólo puede
ser alcanzada por el varón adulto y maduro perteneciente a la clase alta y no por las mujeres,
los niños, los «bárbaros» (literalmente, 'balbuceantes': significando los no-griegos) o
«mecánicos» asalariados (trabajadores manuales, a los cuales negaba el derecho al voto).
Aristóteles sostuvo lo que hoy se llama una ética de las virtudes.
Según Aristóteles, las virtudes más importantes son las virtudes del alma, principalmente las que
se refieren a la parte racional del hombre.

Existen dos clases de virtudes: virtudes éticas y virtudes dianéticos. Ambas expresan la excelencia
del hombre y su consecución produce la felicidad, ya que esta última es "la actividad del hombre
conforme a la virtud".
Las virtudes éticas son adquiridas a través de la costumbre o el hábito y consisten,
fundamentalmente, en el dominio de la parte irracional del alma (sensitiva) y regular las relaciones
entre los hombres. Las virtudes éticas más importantes son: la fortaleza, la templanza, la justicia.
Las virtudes dianéticas se corresponden con la parte racional del hombre, siendo, por ello, propias
del intelecto (nous) o del pensamiento (nóesis). Su origen no es innato, sino que deben ser
aprendidas a través de la educación o la enseñanza. Las principales virtudes dianéticos son la
inteligencia (sabiduría) y la prudencia.
✓ La templanza es el Punto medio entre el libertinaje y la insensibilidad. Consiste en la virtud
de la moderación frente a los placeres y las penalidades.
✓ La valentía es el punto medio entre el miedo y la temeridad.
✓ La generosidad es el punto medio entre el uso y posesión de los bienes. La prodigalidad es
su exceso y la avaricia su defecto.
Prudencia: el hombre prudente es aquel que puede reconocer el punto medio en cada situación.
Cuando uno hace algo virtuoso, la acción es buena de por sí. La prudencia no es ni ciencia ni
praxis, es una virtud.
La definición tradicional de justicia consiste en dar a cada uno lo que es debido. Según Aristóteles,
existen dos clases de justicia:
✓ La justicia distributiva, que consiste en distribuir las ventajas y desventajas que
corresponden a cada miembro de una sociedad, según su mérito.
✓ La justicia conmutativa, que restaura la igualdad perdida, dañada o violada, a través de una
retribución o reparación regulada por un contrato.

Belleza y bondad
Al igual que Platón, Aristóteles relaciona el bien con la belleza. Se refiere a una belleza concreta,
la que posee la imagen del hombre bueno, poseedor de las virtudes y actor de buenas acciones.
La bondad no es sólo una cualidad intelectual en la ética aristotélica; es, ante todo, un modo de ser
y vivir que se manifiesta en los actos, las relaciones con los demás y hasta en la propia imagen.
Cuando una persona cultiva la virtud dentro de sí, necesariamente la transmite al exterior; es un
proceso de adentro hacia fuera, mediante el cual se realiza el bien que ya se conoce.
Filosofía política
Aristóteles considera que el fin que busca el hombre es la felicidad, que consiste en la vida
contemplativa. La ética desemboca en la política. Aristóteles concibe al Estado como una
comunidad de iguales que aspira a la mejor vida posible; una especie de ser natural que no surge
como fruto de un pacto o acuerdo, sino que tiene sus raíces en la naturaleza de las cosas. El hombre
es un animal social («zoon politikom) que desarrolla sus fines en el seno de una comunidad.

La célebre teoría de las seis formas de gobierno se basa en el fin del régimen político (bien común
o particular). Los regímenes políticos que buscan el bien común (puros) son:
✓ Si gobiernan muchas personas: democracia
✓ Si gobierna una sola persona: monarquía
✓ Si gobiernan pocas personas: aristocracia

Y las degradaciones de estos regímenes políticos se traducen en:


✓ La degradación de la monarquía es la tiranía
✓ La degradación de la aristocracia es la oligarquía
✓ La corrupción de la democracia es la demagogia

Física
Aristóteles desarrolló una teoría física que se mantuvo vigente hasta la revolución científica. Según
su teoría, todo está compuesto de cinco elementos: agua, tierra, aire, fuego y éter. Cada elemento
tiene un movimiento natural. El agua y la tierra se mueven naturalmente hacia el centro del
universo, el aire y el fuego se alejan del centro, y el éter gira en torno al centro. Estos principios
servían para explicar fenómenos como que las rocas caigan y el humo suba. Además, explicaban
la redondez del planeta, y las órbitas de los cuerpos celestes, que están compuestos de éter.

Astronomía
Aristóteles sostuvo un sistema geocéntrico, en el cual la Tierra se encontraba inmóvil en el centro
mientras a su alrededor giraba el Sol con otros planetas.
Biología
Aristóteles fue un gran observador, estudioso y considerado padre de la biología, describió más de
500 «vivientes>>

Generación espontánea
La generación espontánea es una teoría sobre el origen de la vida. Aristóteles escribió acerca del
origen espontáneo de peces e insectos a partir del rocío, la humedad y el sudor. Explicó que se
originaban gracias a una interacción de fuerzas capaces de dar vida a lo que no la tenía con la
materia no viva.

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