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70 Alfredo Nateras Domínguez

© Federico Gama.

DESDE... Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa

Jóvenes entre fronteras y al borde:


la Mara Salvatrucha y la pandilla del Barrio 18
DESDE...

Alfredo Nateras Domínguez*

los puntos de partida algún momento utilizaré fragmentos y notas de


ste artículo tiene la finalidad de reflexio- mi diario de campo. Al mismo tiempo, haré uso
nar acerca del dispositivo teórico/meto- de ciertos testimonios de integrantes de estos
dológico utilizado con respecto a uno de los agrupamientos y daré voz a otros actores de esta
sujetos juveniles trasnacionales1 más complejos trama sociocultural. A fin de proteger a los infor-
y cambiantes en el tiempo histórico y el espacio mantes, se omitirá cualquier información que
social: me refiero a la Mara Salvatrucha (MS-13) pueda identificarlos y ponerlos en riesgo, por lo
y la pandilla 2 del Barrio 18 (B-18), cuyos inte- que se inventarán nombres, apodos y lugares.
grantes son oriundos de los países que integran El planteamiento va a ser muy abierto, des-
el triángulo del norte de Centroamérica (Guate- criptivo y, a ratos, esquemático, en tanto sólo
mala, Honduras, El Salvador), si bien muchos de interesa problematizar, construir interrogantes y
ellos emigran a los Estados Unidos de América. preguntas, más que desarrollar un análisis pro-
Dichas reflexiones se sustentan en mi reciente fundo, interpretativo/comprensivo; en todo caso
experiencia de investigación antropológica reali- bosquejaremos únicamente algunas respuestas
zada de octubre a diciembre de 2008 en el Sal- provisorias o hipótesis a manera de acercamien-
vador, Honduras y Guatemala, por lo que en tos y aproximaciones.

*
Profesor-investigador. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. E-mail: tamara2@prodigy.net.mx
1
En relación con el concepto de lo trasnacional compartimos la postura de Michael Kearney (1995), en tanto refiere a los
vínculos que se establecen entre varias naciones desde el imaginario de los Estados-nación y cuyas dimensiones más signi-
ficativas están en los ámbitos de lo cultural y lo político.
2
En inglés, gang significa pandilla/pandillero y connota la idea de violencia, delincuencia/delincuente. Dicha terminología se
desprende de los estudios de la escuela de Chicago durante la década de 1930. Lo interesante es que una parte importante de
la academia/la investigación y de los propios integrantes de estos agrupamientos lo tienen tan incorporado que han repro-
ducido dicho término en los estudios contemporáneos y en las definiciones o identificaciones de sí.
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los intersticios
Estos trozos de narrativa de investigación
van encaminados a reposicionar la impor-
tancia de los contextos (políticos, sociales,
económicos y culturales) a partir de los cua-
les se construyen estos sujetos juveniles y
formas diversas de agrupamientos trasna-
cionales, por lo que centraremos nuestra
mirada etnográfica en algunos miembros
de la Mara Salvatrucha y de la pandilla del
Barrio 18. 3
Si la investigación e intervención etno-
gráfica es un proceso social que construye
determinados conocimientos/saberes, éstos
necesariamente tienen que estar anclados,
y de igual manera nos preocupa enfatizar
las particulares vicisitudes socioculturales
a partir de las cuales se producen y repro-
ducen esos conocimientos que adquieren el © Federico Gama.
rostro de discursos en su vertiente o veta de
lo académico, particularmente en los circui-
tos mediáticos. las irreconciliables contraposiciones identitarias
En dicho proceso social de la investigación entre ambos grupos que conllevan a situaciones
también vamos a fijar la reflexión en el sujeto extremas en el ejercicio de las violencias, es decir,
que investiga (la tesitura subjetiva), en su queha- en su vertiente de eliminar (asesinar) al otro y,
cer de reconstruir las subjetividades sociales de por consiguiente, activar al infinito los mecanis-
los otros (las alteridades). Situación que conlleva mos de las venganzas.
reflexionar no sólo acerca del lugar académico, En términos generales, en Centroamérica el
sino sobre todo el posicionamiento político del significado de la palabra mara alude a grupo o
sujeto de la enunciación –llamémosle como le agrupamiento, por lo que podemos afirmar que
llamemos–: el investigador, el etnógrafo, el ges- hay distintas configuraciones de maras; la mara
tor, el interventor. deportiva, la mara de amigos, la mara estudiantil
Ya que la investigación, y el sujeto que inves- y la mara Salvatrucha, de cuya descomposición
tiga, construye conocimientos y saberes, inevi- tenemos: Salva de El Salvador y, trucha, ponerse
tablemente se circunscriben a una ética social listo, avispado. Por el contrario, la pandilla se
encaminada a probar su legitimidad a partir de constituye y alimenta de una parte de los cho-
su rigurosidad científica y utilidad social; es de- los mexicanos, y en realidad son éstos quienes
cir, deben estar encaminados a desmontar los aportan los tonos y matices identitarios a los
discursos hegemónicos (orales/visuales) cuando integrantes del Barrio-18 a partir de su clásico
se dice y representa a esos sujetos juveniles tras- anclaje territorial: el diseño de su estética cor-
nacionales y sus formas de agregamientos, como poral (los atuendos, las fachas, los tatuajes –con
es el caso de las configuraciones de la MS-13 y la todo e imágenes–), las gestualidades del cuerpo,
pandilla del B-18. los códigos de honor, las reglas y los rituales de
iniciación, por mencionar tan sólo estos.
los sujetos trasnacionales La rivalidad entre ambos es a “muerte”, es
Es muy importante marcar y aclarar una diferen- decir, se trata de aniquilar al contrario, por lo que
cia simbólica (de representación identitaria) muy se da una abierta contraposición a partir de reafir-
importante entre la pandilla del Barrio 18 y la marse ante “el otro” y qué mejor que matarlo o
mara Salvatrucha. Situación no menor, en tanto causarle algún daño (herirlo o dejarlo lisiado, por
que aquí encontramos algunas claves interpre- ejemplo). Estas formas de reafirmación pasan
tativas y comprensivas para tratar de entender por la eliminación física del “otro como distinto”

3
Estas formas de agrupamientos o de adscripciones identitarias (infantil/juvenil) se configuraron en escenarios de guerra civil
en Centroamérica (El Salvador, Guatemala, Honduras) y en los procesos migratorios como formas de estrategia familiar para
proteger la integridad física y afectiva de los niños (as), adolescentes y jóvenes de esa época, por lo que el surgimiento de la
MS-13 y la pandilla del B-18 se da en la década de 1980 en el país de llegada, que por excelencia fue/es Estados Unidos de
América.
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(la alteridad), aunque creo que lo que subyace es me entiendes va, los chavalas contra nosotros va,
borrarlo en su carácter identitario; es decir, en la hasta la muerte, me entiendes, a esos culeros los
batalla urbana que protagonizan no sólo se tra- matamos y no nos dicen nada, me entiendes va,
taría de asesinar al otro, sino que a través de su tenemos un armamento recio porque somos el
muerte se intenta (en el imaginario) borrar su barrio 18 que controla El Salvador va, que controla
adscripción grupal o su adscripción identitaria, El Salvador y a nivel mundial me entiendes va,
según sea el caso como elemento de la MS-13 o Argentina, todo va, Canadá, Belice, Guatemala,
de la pandilla del Barrio 18. va, Honduras, Nicaragua, El Salvador, El Salvador
La siguiente entrevista, realizada el 24 de en grande, me entiendes va, la 18, El Salvador te
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noviembre de 2008, a un joven de 14 años, saluda va, todos los hombres de la 18 en grande va,
miembro de la pandilla del Barrio 18 en El Sal- los chavalas a la verga, la Mierda Seca a la verga, la
vador, es muy elocuente al respecto y fuerte en Mierda Seca me entiendes va….4
el discurso:
Quizá lo más llamativo de esta narración sea
Simón, la raza, hasta la muerte, va, órale ahí va, cierto “fanatismo identitario” por el Barrio 18,
copiado ahí va, la raza 18 va, hasta la muerte me la rivalidad a muerte contra los miembros de la
entiendes, va, nuestro barrio 18 va, aquí en El Sal- Mara Salvatrucha y las redes trasnacionales de
vador, me entiendes va, nos protegemos hasta la la pandilla.
muerte va, barrio 18, la Uno-Ocho, me entien-
des va, lo que nosotros llevamos de corazón va, a De los contextos a los textos etnográficos
huevo, me entiendes va, desde que nacemos hasta Uno de los asuntos centrales para la comprensión
la muerte, el día que te guste brincar, llevas el de la emergencia de la Mara Salvatrucha y la pan-
barrio de cora, me entiendes va, y si vos te lo plan- dilla del Barrio 18 es situar y ubicar los contextos
chas en el cuerpo, así como yo lo ando, “la eighteen sociales, políticos, económicos y culturales de la
street” va, a huevo, me entiendes va, no tenéis que localidad, la región y el país, tanto en la que se
andar cruzando palabras con los chavalas, me produce y reproduce su conocimiento como su
entiendes va, si te topas un chavala, lo reventáis, condición contemporánea, ya sea en Centroamé-
me entiendes va, son los contrarios me entiendes, rica (la patria de origen), o en Estados Unidos (la
no la llevan con nosotros, a huevo va, esos cule- patria de llegada).
ritos tratan de imitarnos, pero no pueden contra Esta ubicación de los contextos de ninguna
nosotros va, porque a huevo, me entiendes, somos manera implica una vuelta a las posturas estruc-
más y llevamos el barrio de cora, me entiendes va, turalistas/deterministas, sino una recuperación
hasta la muerte va, a esos culeros los explotamos en tanto su valor como claves interpretativas/

4
En este relato, cuando se habla de brincar tiene que ver con el ritual de ingreso al grupo; de cora, se refiere de corazón; los
chavalas, como la mierda seca, alude a los integrantes de la Mara Salvatrucha.
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comprensivas de esas situaciones juveniles, por kaibiles (entrenados por militares estadouniden-
lo que la trayectoria de análisis estaría estable- ses en la Escuela de Las Américas), los parami-
cida de la antropología interpretativa (Geertz), litares utilizados como fuerzas de choque, los
pasando por la antropología reflexiva (Bourdieu) temibles escuadrones de la muerte —ahora en
y la antropología multisituada (Marcus). su versión de La sombra negra, dedicados a las
Por tanto, una pregunta fundamental es la ejecuciones extrajudiciales y la limpieza social,
siguiente: ¿cuáles serían las cualidades más sig- y los sicarios —una suerte de modernos mer-
nificativas de esos nuevos contextos que están cenarios—. Situación que, en palabras de Tilly
configurando lo contemporáneo, o que le están (2003), configura una gran diversidad de profe-
dando nuevos rostros a las adscripciones identi- sionales en el mercado de la muerte. Lo paradó-
tarias de la MS-13 y la pandilla del B-18, en par- jico es que actualmente los índices de violencia
ticular en El Salvador y Honduras? en El Salvador son bastante más altos que los
Considero que hay varios sucesos o aconteci- registrados en tiempos de la guerra civil a fina-
mientos paradigmáticos que van definiendo esas les de la década de 1980 y principios de la de
nuevas modalidades en las dinámicas actuales 1990.
de estos agrupamientos o adscripciones identi- En este sentido, a mediados de los años
tarias. Uno de ellos es la gran debilidad de los noventa las fuerzas más conservadoras son las
Estados-nación, en el entendido de que definiti- que llegan al poder en El Salvador a través del
vamente ya no están cumpliendo sus funciones partido Arena de ultra derecha, 5 muy vinculados
sociales en proveer los mínimos en educación, a la Iglesia católica, a los empresarios locales y al
salud, empleo, vivienda y seguridad respecto a la capital trasnacional, quienes construyen un ene-
población en general, y en particular respecto a migo público en el cual depositar todos los males
los sectores juveniles más desprotegidos (mate- sociales y adjudicarle las causas de la inseguridad
rial y simbólicamente hablando); es decir, los y la violencia: la MS-13 y la pandilla del Barrio
niveles de empobrecimiento crecen cada vez y 18. En sí, se tiene un Estado muy debilitado, aco-
ello muestras el fracaso del proyecto neolibe- tado, y cada vez más desafiado en la administra-
ral aplicado en la mayoría de países de América ción del poder por la acción de nuevos y diversos
Latina. actores sociales.
El otro asunto es el hecho de que desde Otro suceso de suma importancia es la apli-
hace rato los estados-nación dejaron de mediar cación de los programas de mano dura y súper
los conflictos y las tensiones sociales, por lo mano dura instrumentados particularmente en
que su legalidad se ve cuestionada
por la emergencia de ciertos agru-
pamientos que le disputan su pre-
sencia, como son, por ejemplo, el
avance y el fortalecimiento del cri-
men organizado a escala trasna-
cional, cuyas manifestaciones más
duras se encuentran en el narcotrá-
fico, la venta clandestina de armas,
el tráfico de personas, el robo de
identidades, el secuestro, el robo de
autos de lujo y el tráfico de órganos,
entre las más emblemáticas y que
dan cuenta de esta situación.
Esto conlleva a sostener que, par-
ticularmente en El Salvador y Hon-
duras, el Estado no logró desmontar
ni desarticular determinadas estruc-
turas o maquinarias de la represión y
la contrainsurgencia, por lo que éstos
siguen funcionando y operando; por
ejemplo, los cuerpos de élite del ejér-
cito salvadoreño en su formato de © Federico Gama.

5
Después de más de veinte años en el poder, Arena, acaba de perder las elecciones presidenciales ante el candidato Mauricio
Funes, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional ( fmln ).
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El Salvador y Honduras, a partir del 2004, lo cual amparo: […] yo hice como dos estudios al
implicó el encarcelamiento de todo joven sospe- mismo tiempo, hice uno que era sobre migra-
choso, ya sea por su estética corporal, o su estilo ciones pero que era como mucho más largo
de agrupamiento, de pertenecer a la MS-13, o a y otro sobre pandillas sobre cómo la prensa
la pandilla del B-18. Acontecimientos en los cua- estaba tratando a las pandillas, yo lo que me
les se violaron sistemáticamente los derechos encontré fueron […] cuatro grandes narrati-
humanos de estos jóvenes y, en casos extremos, vas, […] y, esto es ya justamente 2004/2005
se llegó al aniquilamiento y asesinato de miles […] primero una narrativa donde se construye
de ellos, tanto al interior de las cárceles como en el sujeto, los medios de comunicación cons-
el espacio público de la calle, los barrios y en los truyen al pandillero y, el pandillero, según
lugares del entretenimiento: como en las can- los medios de comunicación: es hombre, es
chas de futbol. joven, está tatuado, rapado, ropa floja..
Estos son algunos de los contextos más sig- alfredo. —acholado.
nificativos a partir de los cuales se fueron cons- amparo: Si, totalmente […] una segunda
truyendo determinadas narrativas académicas narrativa para mí tiene que ver con el sujeto
y mediáticas dominantes en relación con la verbo, el verbo que se designa al sujeto, siem-
manera en que se representaba en el imagina- pre son verbos relacionados con la violencia,
rio colectivo a los agrupamientos de la Mara asesinan, matan, violan, roban, todos los ver-
Salvatrucha y a los pertenecientes a la pandilla bos tienen que ver con esto y yo hice el trabajo
del Barrio 18, que implicaba considerarlos como en los periódicos de Honduras, de Guatemala
los únicos causantes de las violencias sociales. y del Salvador. Los medios de comunica-
Situación que construyó un miedo y pánico ción que trabajaban de una manera menos
social en una parte importante de la población estigmatizadora […] son los de Guatemala,
con respecto a los integrantes de estos agrupa- la explicación tenía que ver, en el momento
mientos, o adscripciones identitarias juveniles, en el que yo hago el estudio, tenía que ver
plagado de prejuicios, estereotipos, estigmas y con dos cosas, por una lado Guatemala, de
mitos. los tres países, son los únicos que tienen
Estas circunstancias sociales y culturales medios amarillistas y medios serios, noso-
–entre otras– fueron alimentando la construc- tros no tenemos esta división entre tabloides
ción de categorías o dimensiones de análisis de y no tabloides, entonces claro, acá todo va al
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tal condición juvenil o, dicho de otra manera, mismo recipiente y entonces te salen este tipo
se fueron edificando desde una parte de la aca- de notas a veces muy amarillistas, en cambio
demia, especialmente por parte de los medios en Guatemala, los periódicos serios, respe-
masivos de información, ciertas narrativas y ar- tan, trabajan como con más cuidado el tipo
ticuladores culturales en los que se fue circuns- de la asignación […]. Pero por otro lado, de
cribiendo a l@s jóvenes pertenecientes tanto ser una primera explicación, la segunda expli-
a la Mara Salvatrucha como a la pandilla del cación tiene que ver con que cuando yo hice
Barrio 18. el trabajo, tanto Honduras como El Salvador,
En este sentido, creemos que las categorías estaban en campañas políticas y Guatemala
y los articuladores culturales más significativos no, entonces cuando hay campaña política,
que empezaron a nombrarse –y que por ende fue- de alguna manera aparecen con mucha más
ron construyendo toda una narrativa– se juga- fuerza y, después, el otro está ahí pero tam-
ron en los siguientes ejes o planos: las violencias poco, entonces, me encontré […] con esta
sociales, los tatuajes, los procesos migratorios- asignación digamos de la violencia como el
sujetos juveniles trasnacionales, las deportacio- ejercicio y me he encontrado que los medios
nes de pandilleros, el uso social de sustancias de comunicación dan tres explicaciones de
ilegales, el crimen organizado y la cultura de la esta violencia; una explicación tenía que ver
muerte. con que los jóvenes de pandillas ejercen vio-
Leamos la siguiente secuencia de entrevista lencia porque están en una guerra contra la
realizada a la doctora Amparo Marroquín, inves- pandilla contraria, entonces ellos van a asesi-
tigadora de la Universidad Centroamericana José nar a alguien de la pandilla contraria etcétera.
Simeón Cañas en El Salvador, el 12 de noviembre Segunda explicación, los pandilleros ejercen
de 2008: violencia hacia la sociedad porque la sociedad
no los obedece, porque no pagan la renta, un
alfredo. —Vayamos entonces con el otro muchacho no se quería meter a la pandilla,
paradigma, las leyes de mano dura y súper entonces lo fueron a matar, crean toda esta
mano dura, ¿cómo fue la construcción sensación de que hay que obedecer a las pan-
mediática? dillas, o sea ya el orden para legal digamos.
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Y una tercera explicación que de hecho me A partir de lo anterior queda clara la manera
la encontré en algunos periódicos de Guate- en que los discursos dominantes, como el mediá-
mala, tenía que ver con todo este tema de rea- tico, construyen a un enemigo público llamado
lizar ritos satánicos, se les mete el diablo que la Mara Salvatrucha y los pandilleros del Barrio
para mí era la explicación como más peligrosa 18, descontextualizándolos y saturando su repre-
en el sentido de que ahí tienes dos temas, por sentación social, en el sentido de que tornan visi-
un lado, no les adjudicas a ellos la responsa- ble la parte en que estos agrupamientos ejercen
bilidad de la violencia que están ejerciendo la violencia y, por consiguiente, hacen invisible el
[…] porque si se les metió el diablo que culpa contexto cuando son ellos objetos de violencia,
tienen ellos y por otro lado […] incrementas es decir, cuando son aniquilados, eliminados o
la espiral del miedo que se está produciendo simplemente asesinados justamente por los pro-
porque entonces en realidad no hay manera fesionales de la muerte.
de controlarlo, o sea, en cualquier momento
voy pasando se les mete el diablo y me van El sujeto de la enunciación
a matar […]. Entonces tenemos primero la en la construcción de conocimientos
narrativa de la estética del sujeto, segundo la situados: la utilidad social
manera como ejercen la violencia, tercera la Uno de los debates contemporáneos más agudos
narrativa que yo me encontré es el adjetivo en ciencias sociales —en especial, en una parte
que se les pone a ese sujeto que es el adje- de la psicología social, la sociología de la cultura
tivo deportado. Entonces, esas notas sobre y la antropología simbólica— está relacionado
deportados y maras siguen saliendo, siguen con la cualidad de los conocimientos construi-
saliendo y siguen como haciendo denso el dos, es decir, con el estatuto epistémico percep-
tema y si la periodista fulana de tal se fue en tible como parte del rigor científico, tanto en el
un avión donde venían deportados de las peo- uso de la “caja de herramientas teóricas” (Ibáñez,
res cárceles criminales y, ese avión ya llegó al 1988, 1992) en consonancia con el diseño de las
Salvador, entonces, hacen mucho ese tipo de estrategias metodológicas (el dispositivo en sí
cobertura, entonces, el tema de deportados, de la investigación e intervención social), como
sigue siendo un discurso muy fuerte. de la utilidad social de esos conocimientos; en
otras palabras, su valor en lo político.
Tal debate tiene varios pliegues, o se
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manifiesta a través de diferentes ros-


tros y tesituras: marcaremos tan sólo
algunos de éstos.
Uno de ellos, poco explicitado, es
el lugar del sujeto de la enunciación
—llámese gestor, etnógrafo, inves-
tigador— en relación con el objeto
de estudio y los sujetos de la inves-
tigación y/o la intervención, en este
caso la MS-13 y la pandilla del Barrio
18. Esto conlleva a la necesidad de
situar y reflexionar la propia subje-
tividad del gestor en la reconstruc-
ción de sentidos y significados de los
sujetos de la investigación y/o la in-
tervención.
En este tenor es importante em-
prender o activar el proceso y el ca-
mino de lo que Bourdieu (2003;
Bourdieu y Wacquant, 1995) ha de-
nominado “objetivar el sujeto de la
objetivación”. Situación que lleva a
sostener que la “mirada” que “mira”,
o va a “mirar”, a los sujetos trasna-
cionales agrupados es una “mirada”
construida, por lo cual es imprescin-
dible que el etnógrafo, investigador
© Federico Gama. o gestor reflexione —antropología
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reflexiva— los contenidos subjetivos/objetivos Me comenta Roxana que los turistas difícil-
de su particular “mirada”, su lugar de la enuncia- mente van al centro, ni mucho menos la clase
ción, y, por consiguiente, de su posicionamiento media alta y rica de El Salvador, que se la pasan
político. en los centros comerciales y en la playa. A su vez,
En este sentido, comparto al lector las si- esa área es conocida porque se pueden conseguir
guientes notas de mi diario de campo respecto toda clase de cosas y objetos ilegales (robados),
a mis miedos, las sensibilidades y preocupacio- drogas, armas, prostitutas y demás.
nes como investigador en el momento en que Escena urbana: dos policías revisando a dos
emprendo el viaje y llego a El Salvador, así como chicos contra la pared (abiertos de piernas) y
mis primeras observaciones e impresiones reco- tomándoles sus datos en una mini libreta. Metra-
rriendo la ciudad: lletas a un costado. Situación común, ya que
la policía tiene esa facultad de detener a quien
Sábado 18 de octubre de 2008 desee (no tomé fotografías por precaución).
Finalmente llegó el día y el tiempo: viajo a El Sal- Cuando reflexiono en relato de lo que estaba
vador como profesor huésped de la Universidad sintiendo, es claro que la construcción de mi
Centroamericana (uca) José Simeón Cañas (tres miedo tenía que ver con varios motivos, uno:
meses), a partir de la beca otorgada por mi antro las lecturas previas que había hecho y daban
del saber: Universidad Autónoma Metropoli- cuenta de la violencia en el país centroameri-
tana/Iztapalapa [en la ciudad de México], bajo la cano; dos: las constantes recomendaciones
denominación: “Beca de investigación bibliográ- de los colegas respecto a cuidarme, o incluso
fica en el extranjero”. andar con camisa de manga larga por los tatua-
Estoy un poco inquieto, ya que sé que El Sal- jes que tengo en mis brazos; tres: la saturación
vador es el país más violento de América Latina de noticias de la violencia y muertes que llevan
y además la situación de las maras y las pandillas a cabo los medios, tanto en la prensa escrita
está muy difícil, a decir de los colegas Salvadore- como en los espacios de la televisión; cuatro:
ños: “muy caliente”. las constantes imágenes urbanas que obser-
La idea con respecto a la investigación que vaba al circular la ciudad: policías fuertemente
estoy corriendo es recopilar información lo más armados vigilando casas, edificios, negocios,
actualizada posible en relación a la situación de gasolineras, y los propios sistemas de vigilan-
las maras, la pandilla, la violencia, la muerte y cia en las colonias: cámaras de video y alam-
las cárceles. Levantar imágenes fijas (fotografía), bres de púas, incluso en los sectores de la clase
quizás algunas entrevistas con maras y pandillas media y baja.
(Barrio 18), y más que nada con los equipos de Debo decir que el miedo social me invadió
investigación e intervención; ya sean universita- y fue una de las constantes que me acompaña-
rios o de las asociaciones civiles. ron en todo momento en mi trabajo de campo
no sólo en El Salvador, también en Honduras y
Domingo 19 de octubre de 2008 Guatemala. Creo que esto repercutió en el levan-
Caminé alrededor de la uca con Juan, amigo tamiento visual, es decir, me inhibió en la toma
colombiano, filósofo del ser. Los custodios de de fotografías y en la manera en que transitaba
la universidad nos recomiendan andar con cui- la ciudad o los barrios; no tomaba los camiones
dado, no ir solos al centro (recordar que El Salva- del sistema urbano, sino que me transportaba
dor es la ciudad más violenta de América Latina), en taxi por seguridad. Diría que mi objeto y mis
ponernos listos (salvatruchos) y si nos piden sujetos de la investigación me atraparon y, más
algunos colones (moneda salvadoreña que ya no aún, el miedo se instaló y atravesó mi cuerpo;
existe, ahora son dólares), dárselos. ya que me dolía por la tensión y empecé a tener
Roxana Martel me lleva por la tarde al centro trastornos en el sueño.
de El Salvador (lleno de vendedores ambulantes y A partir de estas vivencias, me parece de suma
comercio ilegal). Tengo varias sensaciones: es un importancia para el quehacer etnográfico edificar
centro deteriorado y abandonado, aunque muy un dispositivo metodológico a partir del cual se
de Latinoamérica (parecido al de Caracas). Se cuente con un equipo de acompañamiento que
desborda el desorden urbano y se respira cierta no sólo marque las directrices, sino que funcione
tensión (así lo sentí: me entró algo de miedo), como contención de esas realidades extremas en
quizás reforzado por las constantes menciones que se sitúa el investigador, ya que se está inter-
de los amigos salvadoreños del cuidado que hay viniendo en situaciones de violencias, muerte y
que tener circulando la ciudad en esa zona peli- de exterminio de determinadas adscripciones
grosa (eso hizo que no tomara fotografías del identitarias (juveniles).
centro por discreción, a fin de no hacerme visible Si las “miradas” que “miran” las diversas rea-
como extranjero o forastero). lidades de la Mara Salvatrucha y la pandilla del
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Barrio 18 son construidas, entonces esto nos modificaciones corporales que llevan a cabo una
lleva a afirmar que la “verdad”, en todo caso, sería gran parte de los integrantes de estas adscripcio-
una “verdad” relativa, en tanto distintos recortes nes identitarias (juveniles). Estas narrativas van
de la realidad social; es decir, no hay verdades alimentando el imaginario colectivo a partir de
absolutas, ni tampoco neutras o puras, lo cual los cuales se edifican una serie de estigmas —la
nos alejaría de cualquier dogma, fanatismo o identidad deteriorada diría Goffman—, prejui-
fetichización teórica de una parte de la inves- cios y estereotipos que en las relaciones sociales
tigación y del pragmatismo en que a veces cae con miembros de estos sujetos, operan y aplican
la intervención social: un hacer por hacer, sin permanentemente.
reflexionar en lo que se hace cuando se investiga
o interviene, y que carece de cualquier sentido y Dispositivos metodológicos
utilidad social. En el diseño de los dispositivos metodológicos
Otros de los aspectos del debate en ciencias descriptivos y comprensivos, cuantitativos y
sociales es lo relacionado con la utilidad social cualitativos, que en su combinación conllevan
y política de los conocimientos y saberes cons- la imposición de lo que se conoce como metodo-
truidos vía la investigación y la intervención logías triangulares, nos conducen en la trayecto-
social. En tanto las ciencias son un discurso oral ria de interrelacionar o conectar la parte objetiva
y visual, entran en la disputa en la edificación e de las realidades sociales —lo macro— de esos
imposición de sentido y significado respecto a los sujetos trasnacionales: la MS-13 y la pandilla del
otros discursos hegemónicos e institucionales: la Barrio 18 –datos, cifras, porcentajes–, con el sus-
academia, la familia, la educación, la religión, los trato de las subjetividades colectivas —lo micro
medios masivos de comunicación; en el caso que de las grupalidades, el lenguaje, lo simbólico–;
nos ocupa, ello sucede cuando se dice y repre- en palabras de Martin Hopenhay (2005), esta-
senta visualmente a este tipo de agrupamientos ríamos situados en estudios de investigación et-
o de adscripciones identitarias, que suelen ser nográfica a nivel “meso”.
muy espectaculares dada su estética, puesta en Esta dimensión analítica meso sería un espacio
escena y las características de la creación de su teórico de desmontaje de las narrativas hegemó-
presencia. nicas en la medida en que utilicemos los datos
Desde la academia, de entrada esta disputa “duros” que generan las propias instituciones del
debe darse en su interior, es decir, confrontando Estado, los centros de investigación, las organi-
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los discursos académicos “conservadores” y que zaciones de la sociedad civil y la academia res-
abonan a favor del status quo, por lo que urge pecto a las situaciones de la violencia, la muerte
recuperar el carácter crítico en relación con esos y el miedo social; y las contrapongamos a una
discursos hegemónicos, de ahí que la función etnografía densa y contextualizada, a partir de
estaría encaminada a desmontar esos decires e la cual demos voz a los sin voz y se tornen visi-
imágenes del poder cuando se nombra y repre- bles los sujetos divergentes y alternos. La metá-
senta a la mara y a la pandilla, en particular desde fora sería la de un péndulo, que va oscilando o
los discursos mediáticos. Una vía sería contextua- articulando de lo macro a lo micro y de lo micro
lizar justamente esas imágenes o narrativas en a lo macro.
función de marcar las condiciones sociales y cul- Dentro de lo denominado descriptivo/cuan-
turales en las cuales se han construido, señalar titativo destacamos los análisis de las bases de
la trama de vínculos en que se producen/repro- datos —encuestas nacionales/locales, reportes—
ducen y anteponer a la saturación o híper visibi- y en lo comprensivo/cualitativo destacamos las
lización de los sujetos de las maras y las pandillas narrativas como método de investigación, el
cuando algunos de ellos ejercen la violencia; a las análisis oral: grupos focales, historias de vida,
iconografías o narrativas de cuando ellos padecen entrevistas a profundidad, y el visual: fotografía,
la violencia, es decir, mostrar lo que no muestran documental y video.
las narrativas hegemónicas: los relatos e imáge-
nes en que son ajusticiados extrajudicialmente, o Palabras finales
las constantes detenciones y desapariciones que Estas son las primeras aproximaciones de re-
sufren por parte de los cuerpos de seguridad del flexión etnográfica que realizo después de mi
Estado. trabajo de campo con sujetos sociales y actores
Tales discursos devienen o decantan en culturales adscritos identitariamente a la Mara
determinadas narrativas orales y visuales, por Salvatrucha y a la pandilla del Barrio 18. Suje-
ejemplo: las narrativas de la violencia de las tos trasnacionales situados en nuevos contextos
maras y las pandillas, o las narrativas del miedo que conllevan al mismo tiempo cambios verti-
y el temor social respecto a este tipo de agrupa- ginosos en las actuales dinámicas y estructu-
mientos, o las narrativas en tanto rechazo a las ras de configuración de estos agrupamientos,
Jóvenes entre fronteras y al borde: la Mara Salvatrucha y la pandilla del Barrio 18 79

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lo cual nos coloca en serias dificultades como vuelto invisibles en el espacio público, es decir,
etnógrafos en tanto algunas categorías de aná- han dejado de tener un anclaje territorial —ahora
lisis teórico ya no alcanzan para tratar de cap- difícilmente se les encuentra en las esquinas, las
tar o comprender; además, deben repensarse calles y los barrios—, por lo que se han conver-
ciertos dispositivos metodológicos tradiciona- tido en una especie de nómadas como estrategia
les tipo observación participante, por lo que para no ser detectados o identificados.
reditúa más, por ejemplo, la etnografía multisi- A su vez, como sujeto de la enunciación, la
tuada, sobre todo por la movilidad en el tiempo información que he construido a través de las
y el espacio social en que se ubican estas ads- narrativas orales e iconografías (600 fotografías),
cripciones identitarias. no alcanzo todavía a elaborarla o asimilarla, en
Aunado a lo anterior, la complejidad aumenta tanto que el material, real y simbólicamente
en la medida en que trabajamos con sujetos hablando, es muy fuerte, me impacta y sigue
socialmente muy marcados, a quienes se les ha movilizando mis afectividades. Aunque lo que
recargado el estigma, los estereotipos y los pre- sí puedo decir es que me estoy acercando a la
juicios; dada la actual represión contra ellos, construcción de ciertas dimensiones que me per-
que se traduce en detenciones arbitrarias, des- mitirán el análisis “meso”, de lo micro a lo macro
apariciones y ejecuciones extrajudiciales, se han y viceversa.

Bibliografía
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