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5.

La rapiña (Vi bona rapta)


La rapina era el hurto causado por el agravante uso de la violencia. Era la
sustracción violenta de una cosa mueble, realizada dolosamente con ánimo de
obtener un lucro. Por esto quien rapiñaba era calificado de “improbus fur” o ladrón
malvado. El pretor Mucilo en el año 76 a.C. fijó una acción especial “Actio bi
bonorum”, acción infamante que condenaba el pago del cuádruplo durante el año
del hecho delictivo o el pago de una cantidad de dinero “in simplum” o de igual valor
de lo robado, si la acción se ejercitaba después del año.

6. la injuria
En un principio, la Ley de las XII Tablas castigaba como injuria sólo algunos hechos
que constituían atentados contra la integridad corporal:
b) la mutilación de un miembro (membrum ruptum)
c) La fractura de huesos “Os fractum”.
Más adelante, por obra del Pretor, se amplía el ámbito de este delito, concibiéndose
como injuria todo tipo de ofensa, ya fuese física o moral.

Ya en el derecho antiquísimo la pena por mutilación era la del talión, o el pago de


una cantidad convenida entre las partes. Cómo este sistema no podía continuar con
el progreso de la cultura y la civilización, fue necesario ampliar el concepto tan
restringido de la Ley de las 12 tablas. El pretor intervino con el “Edictum generale” o
edicto perpetuo y concedió una nueva acción “Actio iniuria aestimatoria”, por la cual
el magistrado tenía facultades más amplias de evaluación del acto ilícito.

Los casos de delito de injuria a la persona tutelada por el derecho pretoriano eran:
e) las palabras o actos que desprecian a la persona y crean mala fama
f) las ofensas al buen nombre y al honor de una matrona
g) los golpes y lesiones causadas a una persona (iniuria grave)

7. la ley de cornelia de iniuria del año 81 a. C.


Con la promulgación de la lex Cornelia de iniuriis que precisamente sancionó las lesiones ya
no por el resultado dañoso sino por la conducta causal: "pulsare, verberare, vi introire in
domum"
Estableció en el caso de iniuria grave, una acción pública y afirmó el principio que el
ofendido podía proceder, tanto por la vía penal cuanto por la vía civil.

8. Sanciones del robo de la época clásica


Están las sanciones penales privadas, las acciones penales de derecho público y, la
indemnización o reipersecutorias.
Acciones privadas (Actio furti)
Fue la acción penal, donde el propietario disponía de la actio furti, con la cual podía
reclamar la pena que consistía en un múltiplo del valor de la cosa robada; lo que
representaba un enriquecimiento para la víctima y empobrecimiento para el
culpable.
Acciones Públicas (extraordinem)
Aparecieron posteriormente. Consistía en penas corporales, fueron frecuentes en el
período de Justiniano. Sin embargo, cuando el ladrón era solvente se prefirió la
acción privada del doble o cuádruple.
Acciones Reipersecutorias.
Eran acciones reipersecutorias aquellas por las cuales se reclama una res, cosa,
(actiones quibus rem persequimur); y acciones penales aquellas por las cuales se
reclama una poena, suma de dinero, (actiones quipus poenam persequimur).
En materia de robo se daba el concurso acumulativo de la acción penal y de las
acciones reipersecutorias de simple indemnización, tendientes únicamente a
recuperar la cosa robada o pagar su valor. Las acciones reipersecutorias podían
darse contra el ladrón o su heredero y son: la acción ad exhibendum, Se daba para
presentar un objeto y a quien lo hubiese ocultado, desaparecido o destruido de mala
fe. Acción encaminada a las diligencias preliminares del juicio.; la interdit utrubi,
medio extraordinario para protección de la posesión de bienes y así volver a poseer
del objeto robado; y otras más, como la reinvindicatio, concesión al propietario
quiritario para recuperar su cosa, mueble o in mueble de quien la poseyera, y la
condictio furti, consistía en lograr el valor de la cosa, sus accesorios y sus frutos.

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