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Clase 3
Viernes
LA DINÁMICA DEL PROCESO SUCESORIO:
El doctor Vladimir Aguilar, con relación a la dinámica del proceso sucesorio indica “que el fenómeno sucesorio
se desenvuelve como un proceso: como un conjunto de fases que acaecen de manera sucesiva, pudiendo o
no coincidir en el tiempo; siendo esas fases: la apertura de la sucesión, la vocación, la delación y la
adquisición de la herencia.
En el diccionario enciclopédico de derecho Usual, encontramos que la apertura de la sucesión es: el momento
a partir del cual se inicia el proceso de la transmisión del patrimonio de un difunto, que jurídicamente coincide
con el instante de la muerte o de la declaración del fallecimiento presunto del causante.
Vladimir Aguilar, en su libro Derecho de Sucesiones, define la apertura de la sucesión como “La sucesión de
una persona se abre siempre y necesariamente en el momento de su muerte; no antes, significa que mientras
el cuerpo se ha convertido en cadáver, la suma de las relaciones jurídicas transmisibles que se imputaban a
una persona se ha convertido en herencia, en espera de sucesor.
Código Civil en su artículo 918 establece que los derechos a la sucesión de una persona se transmiten desde
el momento de su muerte; y la sucesión puede ser a título universal y a título particular.
La apertura de la sucesión, es la fase que da nacimiento a la dinámica del proceso sucesorio, hecho jurídico
que se inicia con la muerte del causante, requisito indispensable para dar inicio al proceso sucesorio, ya que
sin la muerte de una persona no se puede iniciar la sucesión hereditaria. El proceso sucesorio puede ser
testamentario o intestado, a título universal o a título particular, con la finalidad de la transmisión de los
derechos y obligaciones del causante que no se extinguen con la muerte, a sus herederos civilmente capaces
para aceptarla o repudiarla.
MOMENTO Y LUGAR:
Quedó establecido que el requisito esencial para la apertura de la sucesión es la muerte de la persona, es de
suma importancia determinar el momento y lugar de la muerte del causante, con la finalidad de establecer
quiénes pueden ser llamados a la sucesión hereditaria, si en ese momento tienen la capacidad de actuar
como herederos o legatarios de los bienes y derechos del causante, complementado con precisar el lugar de
la muerte, que determinará la ley que se aplicará de acuerdo a los bienes del causante.
Vimos que en el Código Civil, en su artículo 918, los derechos a la sucesión de una persona se transmiten
desde el momento de su muerte; y la sucesión puede ser a título universal y a título particular.
El artículo 21 del Código Procesal Civil y Mercantil estipula “La competencia en los procesos sucesorios,
corresponde a los jueces de Primera Instancia del último domicilio del causante; a falta de domicilio, al juez de
Primera Instancia del lugar en que exista la mayor parte de los bienes inmuebles que formen la herencia; y a
falta de domicilio y de bienes inmuebles, al juez de Primera Instancia del lugar en donde el causante hubiere
fallecido. Ante el mismo juez deben ejercitarse todos los derechos que de cualquier manera hayan de
deducirse contra los bienes del mortual, mientras no esté firme la partición hereditaria.
HERENCIA YACENTE:
¿Qué pasa durante ese tiempo en el cual el patrimonio del causante no tiene dueño?
a) El heredero es desconocido
b) Fue instituido bajo condición suspensiva y ésta no se ha dado
c) Es una persona jurídica aún no constituida
d) Es un heredero concebido, pero no nacido (nasciturus) o incluso ni siquiera concebido. En casos en
que el llamado a heredar sea un concebido, pero no nacido, mientras no se verifique la realidad del
nacimiento, la herencia estará yacente, porque el meramente concebido no sería un heredero mientras
no viviera completamente fuera del claustro materno. Por ello la herencia se pone en administración,
labor que desempeñara preferiblemente el cónyuge supérstite.
e) El llamado a heredar se acogió al beneficio de inventario o al derecho a deliberar sobre si acepta el
llamamiento o si lo repudia.
LA HERENCIA EN ADMINISTRACION.
La comunidad hereditaria es una situación esencialmente transitoria, en el cual hay un período entre la
muerte de una persona y la adquisición del patrimonio relicto de los futuros sucesores, período en el cual
ocurre bastante actividad económica en torno a los bienes del caudal hereditario, los cuales, como es de
esperarse, pueden aumentar o disminuir su valor con el transcurso del tiempo, aumentando el interés de
los futuros sucesores por los bienes de la masa hereditaria, con ello la necesidad de la administración y
conservación del patrimonio.
Nuestro Código Civil regula, en su artículo 1041el albaceazgo: Albacea o ejecutor testamentario, es la
persona a quien el testador encarga el cumplimiento de su voluntad. Los albaceas tendrán todas las
facultades que expresamente les haya conferido el testador, y no sean contrarias a las leyes.
Cuando el testador no hubiere nombrado albacea, les corresponde a los herederos el cumplimiento de la
voluntad del testador, además deben velar porque se ejecuten las disposiciones siempre que no se hayan
cumplido, sea por no estar comprendidas en la comisión del albaceazgo, o por falta de posibilidad o de
voluntad del albacea nombrado, esto lo encontramos regulado en los artículos 1045 y 1046 del Código
Civil.
El Código Procesal Civil y Mercantil en su artículo 503 indica que “Si no hubiere albacea, podrá pedirse
por cualquiera de los herederos o por el cónyuge supérstite la administración de la herencia, cuando el
estado de la misma lo exija, con el objeto de asegurar, conservar y mejorar el patrimonio del causante,
atender la inversión normal a que los frutos están destinados, vender las cosechas, arrendar los
inmuebles, hacer las inversiones corrientes para incrementar la producción de los bienes relictos, pagar
las obligaciones y cobrar las rentas o créditos pendientes”
La dinámica del proceso sucesorio es una serie de fases que inicia con la apertura de la sucesión y para
que se inicie se debe dar la muerte de la persona.
La siguiente fase es la fase de la vocación, que consiste en el llamamiento a todos los posibles herederos
del patrimonio de una persona después de su muerte ya sea por disposición legal o bien por última
voluntad del causante por testamento, y que conlleva a la delación de la herencia (facultad de aceptar o
repudiar la herencia) que finaliza con la adquisición de la sucesión.
La vocación no otorga el derecho de aceptar o repudiar la herencia a los llamados, pero concede a los
interesados, entre otros, el derecho a requerir al heredero para que manifieste si acepta o repudia la
herencia.
Vocación Directa:
Consiste en el llamamiento a todos los posibles herederos del patrimonio de una persona después de su
muerte, sea por disposición legal o por última voluntad del causante.
Vocación Indirecta:
Sustituciones testamentarias:
Es una de las vocaciones indirectas que supone el llamamiento virtual, en la cual los sucesores en primer
grado, no han podido o no quisieron heredar, de tal manera que al llamado en primer grado lo sustituyen
otros. Esta tiene su origen en el Derecho Romano, pues si el heredero nombrado no llegaba por cualquier
motivo a serlo en realidad, caducaba o se anulaba el testamento; y a fin de evitar este inconveniente solían
nombrar otro u otros que en aquel caso sucediesen en la herencia. Para algunos autores la sustitución
hereditaria es una subrogación del nombrado en primer lugar.
La sustitución testamentaria es entonces una vocación indirecta, en la cual los llamados en primer grado, no
quieran o no puedan aceptar la herencia, los sustituirán otros. En nuestro CC no encontramos ninguna
definición de la sustitución hereditaria.
Derecho de representación:
El derecho de representación es otra de las vocaciones indirectas, el llamamiento indirecto efectuado por
disposición legal a la estirpe de uno de los primeros llamados, porque éste no ha podido sucederle o bien
porque no ha sobrevivido al causante. Un aspecto importante de este derecho, es la representación de los
descendientes (los hijos) al grado que ocupaba su padre o madre del causante en la familia del causante a fin
de sucederles, en su lugar, en la parte alícuota que les correspondía.
Alguna de las causas que pueden dar lugar a la representación por disposición legal y no del representado,
son: si el descendiente de una persona para heredar en lugar de ella, hubiere muerto antes que su causante,
cuando el heredero ha renunciado la herencia o la ha perdido por indignidad.
Tanto el Código Civil guatemalteco como el español establecen, acerca de la procedencia del derecho de
representación:
Estos los encontramos en el artículo 932 del Código Civil que establece: “Siempre que se herede por
representación en la línea recta descendente, la división de la herencia será por estirpes de modo que el
representante o representantes no hereden más de lo que heredaría su representado si viviese”. Conforme
esta norma únicamente la división de la herencia será por estirpes y no por cabezas. La excepción a ello es
que aquellos que hereden por representación en la línea colateral en el cual, si los sobrinos concurren solos,
heredarán por partes iguales.
¿Quiénes gozan del derecho de representación? De conformidad con lo establecido en el artículo 931 del CC
“…No hay representación en la línea ascendente ni de ningún otro pariente fuera de los mencionados…”.
Únicamente gozan del derecho de representación los descendientes en línea recta y en línea colateral. La
línea colateral sólo tendrá lugar en favor de los hijos de los hermanos, limitándose la representación hasta el
cuarto grado, por ende, el pariente en quinto grado, quedaría impedido de ejercer el derecho de
representación.
La vocación es solidaria cuando se hace un llamamiento conjunto a una pluralidad de sucesores del mismo
grado, en forma que todos resulten potencialmente al todo. El efecto de este tipo de vocación es que la falta
de alguno o algunos de los designados provoca la expansión de la participación de los restantes en el haber
hereditario o en la parte de este que había sido objeto del llamamiento conjunto. Dicho efecto es conocido con
el nombre de acrecimiento o derecho de acrecer.
El derecho de acrecer se origina de la voluntad expresa o presunta del testador, por lo que no es extensivo a
otros casos en que no haya sido declarado expresamente.
Si a la fecha de la muerte del testador existen todos los herederos llamados al mismo objeto y todos ellos
aceptan, no mediando incapacidad o indignidad, es procedente realizar entre ellos la división, siendo
inaplicable el derecho de acrecer.
si uno o varios de los llamados no concurren a recoger su porción, ya sea por haber fallecido antes que el
testador, por no haber aceptado o repudiado la misma; entonces las porciones que les correspondían a los
herederos o asignatarios que faltan aumentan el derecho de los que quedan, en el entendido que, si queda
sólo uno de los llamados, puede llegar el caso de que ese único se lleve, en virtud del derecho de
acrecimiento, toda la herencia u objeto asignado.
Nuestro Código Civil en el artículo 1077 establece que “si hubiere varios parientes de un mismo grado y
alguno o algunos renunciaren o no pudieren heredar, su parte acrecerá a los otros del mismo grado salvo el
derecho de representación”