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DERECHO A LA SALUD DE LOS NIÑOS

Derecho fundamental a la seguridad social a la salud de los niños:


ARTICULO 44. Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física,
la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad,
tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la
cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda
forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual,
explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás
derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales
ratificados por Colombia.

La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para


garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos.
Cualquier persona puede exigir de la autoridad competente su cumplimiento y la
sanción de los infractores.

En el mencionado artículo se dispone que la familia, la sociedad y el Estado tienen la


obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e
integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Igualmente señala que “Los derechos de
los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”.
El código de la infancia y adolescencia en su artículo 8, señala también, lo que se
entiende por interés superior del niño, niña y adolecente y en el articulo 9 la
prevalencia de los derechos del niño, niña y adolescente. A su vez el articulo 27
desarrolla el derecho a la salud, haciendo un análisis especial sobre la salud integral;
en el 36 se habla sobre los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes con
discapacidad y finalmente en el 46 se precisan las obligaciones especiales del sistema
de seguridad social en salud para los niños, niñas y adolescentes.

Así las cosas y como ha sido reiterada en jurisprudencia de la alta corporación, se


puede apreciar que los derechos a la salud y a la seguridad social de los niños son de
naturaleza fundamental y autónoma y tienen un carácter prevalente por expresa
disposición del artículo 44 superior, lo que quiere decir que tratándose de menores no
es necesario demostrar su conexidad con otro derecho fundamental. Igualmente
requieren de protección inmediata y prioritaria por parte del juez constitucional cuando
se encuentren amenazados o vulnerados. Ha sostenido la Corte:

El derecho a la salud ha sido catalogado como derecho fundamental autónomo frente a


menores de edad. La Constitución Política establece cláusulas de especial protección
constitucional. Frente a ellos, la protección del derecho a la salud es reforzada debido
al grado de vulnerabilidad e indefensión que, en ocasiones, deben afrontar”

La Corte Constitucional ha reiterado que los derechos de los niños a la vida, a la


integridad física, a la salud y a la seguridad, social entre otros, son fundamentales, en
virtud de lo dispuesto en el artículo 44 de la Constitución Política. En efecto, la
condición de fundamentales de esos derechos es independiente y autónoma, y , en
consecuencia no es necesario establecerles conexidad con otros derechos de esa
categoría para su reconocimiento, como sucede cuando se trata de otro tipo de
personas, por los mismo, se entienden prevalentes sobre los derechos de los demás y
cuando se encuentran amenazados o vulnerados, su protección debe ser inmediata por
parte del juez constitucional.1
1
Sentencia T- 170 DE 2010
Esta corporación ha sido enfática y lo reitera de la siguiente manera:
“Tan clara es la voluntad del Constituyente de proteger de manera especial al niño,
que sus derechos a su salud y a la seguridad social fueron reconocidos como
fundamentales, tratamiento que no recibieron estos mismos, derechos frente a las
demás personas, pues con respecto a éstas su protección por la vía de la tutela sólo es
posible en la medida en que su desconocimiento pueda afectar por conexidad un
derecho fundamental o un principio o valor constitucional”

La jurisprudencia también ha señalado que los servicios de salud que requieran los
niños, son justiciables, incluso en asuntos en los que se trate de servicios que se
encuentren por fuera de los planes obligatorios de salud (POS y POS-S)
El carácter fundamental que revisten los derechos a la salud y a la seguridad social de
los menores e íntimamente ligados al derecho a la vida en condiciones dignas, que es
connatural a todo ser humano. Que resultan prevalentes constitucionalmente en
tratándose de niños, niñas y adolescentes, de manera que es posible su protección
mediante este mecanismo procesal.

Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás.

El decreto 806 de 1998 se refiere a los periodos mínimos de cotización para atención
en salud y a las excepciones a dichos periodos de la siguiente manera:

Artículo 62. Excepciones a los períodos mínimos de cotización.

Serán de atención inmediata sin someterse a períodos de espera las actividades,


intervenciones y procedimientos de promoción y fomento de la salud y prevención de
la enfermedad, que se hagan en el primer nivel de atención, incluido el tratamiento
integral del embarazo, parto, puerperio, como también la atención inicial de urgencia.

En ningún caso podrá aplicarse períodos mínimos de cotización al niño que nazca
estando su madre afiliada a una EPS. El bebé quedará automáticamente afiliado y
tendrá derecho a recibir de manera inmediata todos los beneficios incluidos en el POS-
S, sin perjuicio de la necesidad de registrar los datos del recién nacido en el formulario
correspondiente.

Sentencia C 273-2003, Interés superior del menor


 
Los derechos de los niños no dependen de ninguna condición especial y se aplican a
todos por igual; constituyen un conjunto de derechos-garantía frente a la acción del
Estado y representan un deber de los poderes públicos de concurrir a la satisfacción de
los derechos –prestación que contemplan.

La protección integral de los derechos del niño se hace efectiva a través del principio
del interés superior del niño, consagrado en el mismo artículo 44  Superior al disponer
que “los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”, y en el
numeral 1° del artículo tercero de la Convención de los Derechos del Niño, en virtud
del cual “En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones
públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas
o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el
interés superior del niño”.
Además de limitar y orientar todas las decisiones según los derechos de los niños, el
principio del interés superior cumple también una importante función hermenéutica en
la medida en que permite interpretar sistemáticamente las disposiciones de orden
internacional, constitucional o legal que reconocen el carácter integral de los derechos
del niño facilitando del mismo modo resolver eventuales incompatibilidades en el
ejercicio conjunto de dos o más derechos  respecto de un mismo infante, así como
llenar vacíos legales en la toma de decisiones para las cuales no existe norma expresa.

En lo que respecta a las relaciones parentales el interés superior del niño desarrolla un
papel de suma trascendencia, puesto que está llamado a orientar los derechos y
responsabilidades de los padres en la crianza  y educación del hijo y el deber del
Estado de garantizarlos y apoyarlos. Los derechos de los padres no son absolutos sino
que encuentran un límite en los derechos de los niños, es decir por su interés superior,
y por ello las facultades de orientación y dirección de los hijos se limitan por el objetivo
de la protección y desarrollo de la autonomía del niño en el ejercicio de sus derechos.

En consecuencia, es  de vital importancia el interés superior del niño en el  plano de las
políticas públicas y en la práctica administrativa y judicial, por cuanto se aconseja que
siempre se haga una adecuada ponderación de los derechos afectados y de los que se
puedan afectar por la resolución  judicial o la decisión administrativa. En estos casos
ha de tomarse aquella medida que asegure la máxima satisfacción de los derechos de
los niños que sea posible y la menor restricción de los mismos, no sólo considerando el
número de derechos afectados sino también su importancia relativa.

Es claro que la negación de la cobertura y tratamientos requeridos en materia de salud


en tratándose de un recién nacido, con derechos fundamentales prevalentes, repele o
repugna de cara al Estado Social de Derecho como se predica de la Republica de
Colombia, pues se desconocerían preceptos que nutren la prestación del servicio
público de salud, fracturándose de tajo derechos tan preciados como son los derechos
prevalentes de los menores de edad; para este caso, se evidencia tal situación, pues,
la EPS no ha actuado conforme a derecho, dentro de los marcos normativos
preexistentes para dicho evento, por cuanto se tiene que el recién nacido afectado
requiere de las atenciones y cobertura requeridas por ella en la unidad de neonatos,
desde el mismo momento de su nacimiento, máxime cuando se afilió como beneficiario
cotizante a la entidad accionada en forma inmediata y no se puede concebir que una
entidad obligada para con el menor afectado, apoyado en situaciones de índole
administrativo, desatienda la obligación que le asiste, desconociendo, con ello
derechos fundamentales de quien ostenta una protección prevalente de sus derechos
en la constitución.

La Corte constitucional en sentencia T - 731 de 2004, se refirió a la responsabilidad de


las EPS y empresas de medicina prepagada frente a la atención en salud a recién
nacidos y recordó a las EPS’s que “la protección de los derechos fundamentales de los
niños está en cabeza no sólo de la familia, sino también del estado y la sociedad, de
manera que todas las instituciones públicas, más cuando están a cargo de la
prestación de un servicio público esencial como el servicio de salud, están
comprometidas en la garantía de tales derechos, por lo que todas sus actuaciones
deben estar guiadas por el interés superior del menor”.

La corte constitucional en su jurisprudencia ha tenido oportunidad de fijar algunas


directrices en lo que toca con el derecho fundamental a la atención médico asistencial
de la población recién nacida y menor de un año, las cuales resulta pertinente reiterar
a fin de resolver el supuesto concreto que ahora se plantea. Estas conclusiones se han
dejado expresas, entre otras, en las sentencias T – 953 DE 2003 y T – 950 DE 2005.

Así, pues se ha señalado de manera enfática que la atención integral en salud del
recién nacido por cuenta de las instituciones que hacen parte del sistema general de
seguridad social en salud (EPS, ARS e IPS) no puede considerarse al cumplimiento de
los requisitos relacionados con la vinculación directa o indirecta de éste a determinado
grupo familiar. Al respecto, se afirmó que “el sistema de seguridad social ampara la
salud integral de todos los niños, durante el primer año de vida, desde su concepción y
no únicamente la de aquellos que pertenecen a un determinado grupo familiar o o
cuentan con el apoyo de alguno”. Esta afirmación no comporta sin embargo la
posibilidad de desconocer las condiciones de acceso a cada uno de los regímenes en
particular.

Resulta necesario indicar que tratándose de recién nacidos y de las patologías a las
que están propensos dada la fragilidad de su salud, las EPS que tienen a cargo la
atención de las madres beneficiarias del régimen, están en la obligación de garantizar
también la del menor con posterioridad al alumbramiento, cuando se verifique que a
falta de la misma se genera un riesgo o amenaza inminente de los derechos de
salvaguardar el derecho a la continuidad en la prestación del servicio y de hacer
efectiva la protección constitucional prevalente de los niños.

La cobertura del recién nacido hijo de un cotizante, no puede quedar inmersa en


trámites legales que lleguen al punto de poner en peligro su vida, protegida tanto a
nivel constitucional como internacional.

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