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Carrera MEDICINA
Asignatura BIOESTADISTICA Y DEMOGRAFIA
Grupo L
Docente FABIAN VICTOR TORREZ CONDARCO
Periodo Académico I-2022
Subsede COCHABAMBA
Copyright © (AGREGAR AÑO) por (NOMBRES). Todos los derechos reservados.
.
RESUMEN:
El objetivo del presente estudio, fue describir el conocimiento epidemiológico, los factores de
riesgo, el tratamiento y la evolución clínica de la Mucormicosis y su asociación con el COVID-
19 (MAC) en los estudiantes de primer año de medicina en la subsede- cochabamba de la
universidad de aquino Bolivia.
El tratamiento con corticoides podría reducir la mortalidad en pacientes con enfermedad por
coronavirus 2019 (COVID-19), causada por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave
(Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2). Sin embargo, esta forma de tratamiento,
en combinación con otros factores clínicos e inmunológicos, podría aumentar el riesgo de
aparición de infección fúngica secundaria; las sobreinfecciones por otros hongos, como distintas
especies de Candida y hongos infrecuentes (fusariosis) y mucormicosis, comienzan a ser
reconocidas. Los factores clásicos de riesgo para la MAC son: la diabetes no controlada, la
neutropenia, las enfermedades malignas hematológicas, y la utilización de inmunosupresores,
entre ellos corticoides. La diabetes asume un papel decisivo ya que complica considerablemente
el abordaje de pacientes con COVID-19. El tratamiento con dexametasona aumenta el riesgo de
infecciones micóticas invasivas; la hiperglucemia puede observarse en pacientes con diabetes no
diagnosticada o no controlada, pero también puede aparecer en asociación con el uso de
corticoides. Los pacientes con diabetes e hiperglucemia a menudo presentan un estado
inflamatorio, involucrado en el reclutamiento y la activación de células inflamatorias, como
macrófagos y neutrófilos, que liberan cantidades importantes de citoquinas proinflamatorias y
que contribuyen en la persistencia del estado inflamatorio. En pacientes con COVID-19, la
activación del sistema inmunitario antiviral contra SARS-CoV-2 acentúa, de manera paradójica,
el fenotipo inflamatorio y predispone a infecciones secundarias. El diagnóstico de la MAC es
difícil, ya que los signos radiológicos de la mucormicosis pulmonar y diseminada son
inespecíficos y pueden superponerse con los de COVID-19. La MAC también puede
diagnosticarse erróneamente como invasiones fúngicas angio invasivas, sobre todo aspergilosis
pulmonar.
ABSTRACT:
The objective of this descriptive study was to describe the epidemiological characteristics,
risk factors, treatment and clinical evolution of Mucormycosis Associated with COVID-19
(MAC).
Corticosteroid treatment could reduce mortality in patients with coronavirus disease 2019
(COVID-19), caused by severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS] -CoV-2).
However, this form of treatment, in combination with other clinical and immunological factors,
could increase the risk of secondary fungal infection; superinfections by other fungi, such as
different species of Candida and rare fungi (fusariosis) and mucormycosis, are beginning to be
recognized. The classic risk factors for MAC are: uncontrolled diabetes, neutropenia,
hematological malignancies, and the use of immunosuppressants, including corticosteroids.
Diabetes plays a decisive role as it considerably complicates the management of patients with
COVID-19. Treatment with dexamethasone increases the risk of invasive fungal infections;
hyperglycemia can be observed in patients with undiagnosed or uncontrolled diabetes, but it can
also appear in association with the use of corticosteroids. Patients with diabetes and
hyperglycemia often present an inflammatory state, involved in the recruitment and activation of
inflammatory cells, such as macrophages and neutrophils, which release significant amounts of
pro-inflammatory cytokines and contribute to the persistence of the inflammatory state. In
patients with COVID-19, activation of the antiviral immune system against SARS-CoV-2
paradoxically accentuates the inflammatory phenotype and predisposes to secondary infections.
The diagnosis of MAC is difficult, since the radiological signs of pulmonary and disseminated
mucormycosis are nonspecific and may overlap with those of COVID-19. MAC can also be
misdiagnosed as angioinvasive fungal invasions, especially pulmonary aspergillosis.
Tabla De Contenidos
Lista De Tablas 4
Lista De Figuras 5
Introducción 6
Capítulo 1. Planteamiento del Problema 7
1.1. Formulación del Problema 7
1.2. Objetivos 7
1.3. Justificación 7
1.4. Planteamiento de hipótesis 7
Capítulo 2. Marco Teórico 8
2.1 Área de estudio/campo de investigación 8
2.2 Desarrollo del marco teórico 8
Capítulo 3. Método 9
3.1 Tipo de Investigación 9
3.2 Operacionalización de variables 9
3.3 Técnicas de Investigación 9
3.4 Cronograma de actividades por realizar 9
Capítulo 4. Resultados y Discusión 10
Capítulo 5. Conclusiones 11
Referencias 12
Apéndice 13
Lista De Tablas
Lista De Figuras
Aquí debe listar los tipos de figuras que haya empleado, por ejemplo: Gráficos, diagramas,
mapas, dibujos y fotografías.
Introducción
La mucormicosis es una micosis producida por hongos oportunistas del orden Mucorales,
ampliamente distribuida, poco frecuente y que ha venido en aumento en los últimos años debido
al incremento de pacientes con algún tipo de inmunosupresión (HIV, trasplantes, terapias
inmunosupresoras, diabetes mellitus). Las variedades clínicas más frecuentes son: la
rinocerebral, la pulmonar, la digestiva y la cutánea primaria. Es una infección con una evolución
aguda y mortal, que requiere un diagnóstico y un tratamiento tempranos por parte del médico
tratante para evitar posibles complicaciones y la muerte.
¿Pero qué tiene que ver esta enfermedad con la covid-19? Se trata de una infección micótica
oportunista causada por diversas especies de hongos pertenecientes al orden Mucorales y que, en
el caso de la India, puede estar asociada a los altos índices de infección por COVID-19 que sufre
el país. ¿Por qué? Porque los mucorales se consideran patógenos oportunistas, lo que significa
que requieren de un sistema inmunológico suprimido u otra afección subyacente. Tan frecuentes
son que podríamos estar hablando de la tercera causa más común de infección fúngica invasiva
en pacientes inmunodeprimidos.
pacientes con mucormicosis, 187 (65,2%) tenían CAM; con una prevalencia de 0,27% entre los
pacientes hospitalizados con COVID-19. Al comparar el periodo en estudio con igual periodo de
2019, se observó un aumento de 2,1 veces en la mucormicosis. Con relación a las características
de los 187 pacientes con CAM, 80,2% eran hombres, 32,6% presentaban COVID-19 como única
enfermedad subyacente, 78,7% fueron tratados con glucocorticoides por la COVID-19, 60,4%
tenían diabetes mellitus, 62,6% tuvieron mucormicosis rino-orbital y 23,5% rino-orbito-cerebral.
Adicionalmente, se han descrito casos en Brasil, Chile, los Estados Unidos de América,
Honduras, México, Paraguay, Uruguay, Italia y Reino Unido.
1.2. Objetivos
Objetivo general
Determinar cuál es la asociación de la mucormicosis con el Covid-19 y el conocimiento
de estudiantes de primer año en la universidad de aquino bolivia (UDABOL-subsede
cochabamba).
Objetivos específicos
1.3. Justificación
Este nuevo virus, con un diámetro de 60 a 140 nm, de forma esférica, picos de aproximadamente
9 a 12 nm en la membrana del virus que le confieren la característica más destacada de los
coronavirus y que han generado el nombre de este grupo, de apariencia de corona solar y
viriones esféricos de 125 nm de diámetro. Como el resto de los coronavirus, SARS-CoV-2
contiene cuatro proteínas estructurales principales, las cuales son: las proteínas espiga (S),
membrana (M), envoltura (E) y nucleocápside (N).2 La proteína S es una glucoproteína que
media la unión al receptor del huésped.2 La proteína M es la proteína estructural más abundante,
tiene tres dominios transmembranales y se cree que le da forma al virión. Estudios recientes
refieren que las proteínas M pueden adoptar dos conformaciones diferentes, lo que les permite
unirse a la nucleocápside. La proteína E, de igual manera, una proteína transmembrana, se
encuentra en pequeñas cantidades dentro del virión. Tiene actividad de canal iónico que facilita
el ensamblaje y la liberación del virus, lo cual es importante para la patogénesis de la
enfermedad. Por último, la proteína N es la única proteína presente en la nucleocápside, se
compone de dos dominios separados, ambos capaces de unirse al ARN in vitro; sin embargo,
cada dominio utiliza diferentes mecanismos para unirse al ARN. Se cree que para la adecuada
unión se requiere la contribución de ambos dominios y se ha sugerido que la fosforilación de la
proteína N desencadena un cambio estructural que mejora la afinidad por el ARN viral en vez
del ARN no viral. A su vez, se piensa que la proteína N, en conjunto con la proteína M,
interacciona para empaquetar el genoma encapsulado en partículas virales. Una quinta proteína
estructural, la hemaglutinina-esterasa, presente en un subconjunto de β-coronavirus, permite la
unión de las glucoproteínas de superficie. Se piensa que mejora la entrada hacia las células
mediadas por la proteína S, y la propagación del virus a través de la mucosa.
Fisiopatología
Al inicio de la infección, el SARS-Cov-2 se une a las células del epitelio nasal ,del epitelio
nasal , del epitelio bronquial y de los neumocitos, por medio de su proteína spike (S) misma que
se une al receptor de la enzima convertidor de angiotensina-2 (ECA II) como su receptor,
mientras que MERS-CoV se une al dipeptidil-peptidasa 4 (DPP 4) para ingresar a las células
humanas. Después de la unión al receptor, el virus tiene acceso al citosol de la célula huésped,
una proteasa que permite la fusión de la membrana viral y celular. Una serie de divisiones en la
proteína S permite la formación y liberación del genoma viral al citoplasma.
Las proteínas ECAII y TMPRSS2 se expresa en las células del hospedero, principalmente en las
células epiteliales alveolares tipo 2, células del parénquima pulmonar, endotelio vascular, tejido
renal, células pequeñas del intestino, neuronas, y glía, entre otras. Al igual que en otras
infecciones como la influenza, la infección por SARS CoV 2 causa linfopenia, debido a que
infecta a los linfocitos T. Esto se ha observado hasta en un 35% de los pacientes.
Proteínas de replicación
El siguiente paso después de infectar las células del huésped es la replicación de las proteínas
virales, el cual comienza con la traducción del ARN genómico del virión. Este gen codifica dos
poliproteínas utilizando una secuencia ya descrita, que permite el desplazamiento del ribosoma
en el marco de lectura. Se desconoce por qué los coronavirus utilizan el desplazamiento de
marcos para controlar la expresión de proteínas, pero se cree que puede controlar la producción
de poliproteínas o retrasar este proceso hasta que haya un entorno adecuado para la replicación
del ARN.2 Los coronavirus codifican dos o tres proteasas tipo papaína (PLpro), las cuales se
ensamblan en el complejo replicasa-transcriptasa (RTC) para crear un entorno adecuado para la
síntesis de ARN. Además de las funciones de replicación, se ha identificado que bloquean la
respuesta inmunitaria innata. La mayoría de los coronavirus codifican dos PLpros, excepto los γ-
coronavirus, SARS-CoV y MERS CoV, que sólo expresan un solo PLpro.
Replicación y transcripción
Respuesta del huésped a la infección Diversos artículos han reportado el aumento de citocinas
proinflamatorias y respuesta reducida de células T en la gravedad de la enfermedad, tanto en
modelos roedores infectados con cepas de SARS-CoV como en pacientes positivos a COVID-19.
Fher y colaboradores mencionan que los títulos virales parecen disminuir cuando se desarrolla
una enfermedad grave tanto en humanos como en varios modelos animales de la enfermedad.
Los primeros estudios reportaron aumento en suero de las siguientes citocinas proinflamatorias:
IL1B, IL6, IL12, IFNγ, IP10 y MCP1, las cuales se asocian con la inflamación y daño pulmonar
extenso en pacientes infectados por SARS-CoV, MERS CoV y actualmente SARS-CoV-2. Por
lo que, se piensa que las altas cantidades de citocinas proinflamatorias producidas por la
respuesta celular producen la activación de linfocitos Th1. Sin embargo, ahora es de nuestro
conocimiento que la infección por SARS-CoV-2 también estimula la secreción de linfocitos Th2,
principalmente IL4 e IL10, que suprimen la inflamación, a diferencia de la infección por SARS-
CoV. Aunque se necesitan más estudios para confirmar esto.
Transmisión
Con los primeros reportes de infección por SARS-CoV-2 fue posible identificar que la infección
es transmitida de una persona a otra a través del contacto cercano y tanto la población
inmunocompetente como inmunocomprometida son susceptibles. Las tres principales rutas de
transmisión descritas fueron:
1. Transmisión por gotas: ocurre cuando una persona infectada tose o estornuda y las gotas
liberadas son ingeridas o inhaladas por personas cercanas.
2. Transmisión por contacto: cuando un sujeto tiene contacto con superficies u objetos
contaminados con el virus y posteriormente se toca la boca, la nariz o los ojos. 3.
Transmisión por aerosoles: sucede cuando las gotas respiratorias se mezclan en el aire del
ambiente de un lugar relativamente cerrado, formando aerosoles que se inhalan en altas
dosis causando infección.
Después de varias hipótesis, ahora se sabe que la principal vía de transmisión de SARS-CoV-2
es de una persona a otra entre miembros de la familia, incluidos familiares y amigos que han
estado en contacto íntimo con pacientes o portadores de incubación, a diferencia del SARS-CoV
y MERS-CoV, cuya vía principal de transmisión es la nosocomial. Además, las personas que se
encuentran en período de incubación se consideran posibles transmisores. Gracias a estudios
recientes en pacientes positivos a COVID-19 que presentaban molestias abdominales y síntomas
Las características más destacadas que se han reportado entre los pacientes infectados por SARS-
CoV-2: son pacientes entre 25 y 59 años de edad, con una mediana de edad de 49 años. La
mayoría de los infectados son hombres en 59%, con enfermedades subyacentes; de éstas, las más
comunes son: diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial sistémica y enfermedades
De los pacientes asintomáticos se conoce, según lo que reporta Bao, que la mayoría son jóvenes
entre 27 y 56 años y en su mayoría hombres. De 11 pacientes estudiados, ninguno presentaba
síntomas de la enfermedad COVID-19; sin embargo, el resultado de la prueba fue positivo. En
todos ellos se realizaron estudios de imagen, donde se encontró que seis pacientes presentaban
hallazgos anormales en la TAC de tórax, principalmente opacidades en vidrio esmerilado. Las
células sanguíneas de todos, función hepática, función renal, función de la coagulación y
proteína C reactiva de alta sensibilidad estaban en rango normal. Además, ninguno desarrolló
neumonía severa, únicamente síntomas leves en comparación con los reportados en Wuhan.
Período de incubación Se ha reportado que los síntomas de infección por SARS CoV-2 aparecen
después de un período de incubación de uno a 14 días, con mayor frecuencia de tres a siete días,
con una media de 5.2 días. Se conoce que este período depende de la edad y del estado del
sistema inmunitario del paciente. Se han reportado períodos más cortos en pacientes mayores de
70 años. Ahora es de nuestro conocimiento que el período desde el inicio de los síntomas hasta la
muerte oscila entre seis y 41 días con una mediana de 14 días.
Los test con control de calidad deben contar con documentación de certificación técnica y datos
de evaluación externa. Desde el inicio del brote de COVID-19 en Wuhan, con la propagación del
virus a nivel mundial, hay y siguen desarrollándose con gran rapidez numerosos test rápidos que
no siempre cuentan con una validación externa, estando disponible solamente la información
proporcionada por los fabricantes. Incluso en algunos test marcados con CE (marcado CE o
Conformidad Europea es el proceso mediante el cual el fabricante/importador informa a los
usuarios y autoridades competentes de que el equipo comercializado cumple con la legislación
obligatoria en materia de requisitos esenciales) el rendimiento en laboratorios externos puede ser
diferente del ofrecido por el fabricante. Este documento está basado en los conocimientos
actuales, limitados y que evolucionan con gran rapidez. Será necesario actualizar la información
a medida haya más test disponibles y evidencias sobre su utilidad.
PRUEBAS DE DETECCIÓN DE ÁCIDOS NUCLEICOS: REACCIÓN EN CADENA DE
LA POLIMERASA (PCR)
pocas muestras nasofaríngeas ) y son las que recomienda el CDC4 aunque las orofaríngeas
también son válidas y son las que más se usaron en China. La OMS recomienda muestras
nasofaríngea y orofaríngea en el mismo tubo para aumentar la carga viral. En infecciones graves
se pueden recoger muestras de vías respiratorias bajas, esputo (si hay expectoración) o de
aspirado endotraqueal o bronquial y lavado broncoalveolar, en las que se puede encontrar
positividad hasta al cabo de 3 semanas tras el inicio de la enfermedad. Si bien se ha detectado
ARN viral en orina y heces, aún no se ha podido determinar si implica la presencia de virus
viables y por lo tanto cuál es su papel en la transmisión de la infección, aunque se cree que es
menor que por vía respiratoria. Para no perder precisión en el diagnóstico es necesario que todos
los pasos del proceso de las muestras (recogida, transporte, almacenamiento y procesamiento)
sean correctos y que el personal sanitario encargado de realizar cada uno reciba un entrenamiento
y formación continuados.
Los hisopos nasofaríngeos son más estrechos y flexibles que los orofaríngeos. Las torundas
deben ser de dacrón o poliéster. El hisopo se introduce en una de las fosas nasales y se desplaza
por el suelo de la cavidad nasal siguiendo el tabique hasta la nasofaringe, hasta la muesca de
seguridad, sin forzar si se encuentra resistencia. Se gira la torunda con suavidad durante 5-10
segundos. A continuación, se debe introducir el hisopo en un medio de transporte adecuado, para
virus o universal, romper el mango del hisopo por la muesca y cerrar el tapón, a no ser que se
vaya a usar de forma inmediata en un test rápido. Las muestras se envasan en contenedores
homologados con un equipo de protección individual (EPI) para la prevención de infección por
microorganismos transmitidos por gotas y por contacto que incluya bata impermeable a fluidos,
mascarilla FFP2, guantes y protección ocular (gafas o pantalla facial). La recogida de muestras
de vías bajas genera aerosoles por lo que es elevado el riesgo de contagio y debe realizarse con la
protección y medidas adecuadas (además de la misma protección que para la recogida de
muestras respiratorias de vías altas, se deben realizar en una habitación adecuadamente
ventilada: como mínimo, ventilación natural con un flujo de aire de al menos 160 litros/segundo
por paciente, o habitaciones de presión negativa con al menos 12 cambios de aire por hora).
● Inmunofluorescencia.
● Enzimoinmunoanálisis.
● Contrainmunoelectroforesis.
● Métodos luminométricos.
● Inmunocromatografía.
De éstas las más comúnmente usadas para el diagnóstico rápido de SARS-CoV-2 son los
enzimoinmunoanálisis (ELISA) y sobre todo la inmunocromatografía (flujo lateral).
La partícula viral de los coronavirus consiste en una nucleocápside formada por el genoma viral
de ARN asociada a proteínas de nucleocápside (N) rodeada de una envoltura compuesta por las
proteínas virales espiga (S), de envoltura (E) y de membrana (M). Las pruebas de detección de
antígenos (Ag) se basan en la detección de proteínas virales específicas de SARS-CoV-2 en la
muestra, como la proteína N y las subunidades S1 o S2 de la proteína espiga.
Hasta la fecha no existen terapias antivirales que se dirijan específicamente a COVID-19, por lo
que los tratamientos son únicamente de apoyo. Se recomienda aplicar un tratamiento sintomático
apropiado y atención de apoyo, además de prevenir infecciones nosocomiales y atender
Asimismo, se ha documentado que esta combinación de fármacos presenta alto riesgo de lesión
hepática, pancreatitis, erupciones cutáneas graves, prolongación del intervalo QT y múltiples
interacciones farmacológicas debido a la inhibición del CYP3A.21 Actualmente se está
realizando un estudio controlado, adaptativo y aleatorizado en diferentes países a través de la
OMS, el cual se encuentra en fase 2 de investigación, con el objetivo de comparar el uso de
lopinavir durante 14 días, hidroxicloroquina por 10 días, remdesivir por nueve días y la atención
de apoyo durante la estancia hospitalaria en pacientes con COVID-19.22 Otro estudio que se
lleva a cabo en el Hospital Universitario de Oslo, el cual se encuentra en fase 3 de investigación,
evalúa la seguridad y eficacia de la hidroxicloroquina, remdesivir y la atención estándar en
pacientes adultos hospitalizados por COVID-19.23 Por otro lado, se ha discutido en diversos
artículos el uso de corticosteroides en pacientes hospitalizados por COVID-19 y en la actualidad
los reportes continúan siendo variados. Los primeros artículos generados en China mencionan
que el uso de este grupo de fármacos se utilizó para evitar el SDRA en pacientes con neumonía
por COVID-19; sin embargo, reportes actuales han demostrado que los corticosteroides tienen un
efecto variable o nulo en pacientes críticos con insuficiencia pulmonar secundaria a la infección
por SARS-CoV-2. Además, se ha mencionado que los corticosteroides pueden provocar un
retraso en la eliminación viral. Por el contrario, otros artículos mencionan que el uso de
corticoesteroides de dosis bajas a moderadas en pacientes críticos por COVID-19 reduce la
mortalidad, acorta la duración de la estancia hospitalaria y evita infecciones secundarias. Se
necesita investigación e información más amplias, principalmente porque estos fármacos se han
utilizado únicamente en pacientes críticos; y también para poder estandarizar una dosis, el
momento indicado durante la historia natural de la enfermedad, la duración adecuada en la
prevención del deterioro clínico y la verdadera eficacia de estos fármacos. Actualmente en
Francia se realiza un estudio en fase 2 de investigación con 304 participantes, el cual evalúa el
uso de corticosteroides, específicamente prednisona, para el control temprano de la respuesta
inflamatoria exacerbada y así reducir el riesgo de desarrollar SDRA y la tasa de pacientes
hospitalizados con neumonía viral por COVID-19 que necesitan suplemento de oxígeno de alto
flujo o transferencia a la UCI para soporte respiratorio durante la fase aguda de la enfermedad,
además de evaluar el beneficio, la seguridad y la tolerancia del tratamiento con corticosteroides.
Otros estudios realizados en Michigan, Estados Unidos y Hubei, China, con el mismo objetivo,
reportan utilizar metilprednisolona, en lugar de prednisona, a una dosis de 0.5 a 1 mg/kg al día
dividido en dos dosis por tres días y 1 mg/kg al día por siete días, respectivamente. Cabe
mencionar que ambos estudios han completado la fase de investigación; sin embargo, aún no se
han publicado los resultados.26,27 Otro fármaco utilizado en pacientes críticos por COVID-19
es el tocilizumab, un inhibidor de IL-6, una de las citocinas proinflamatorias liberadas en
respuesta a la infección por SARS-CoV-2, el cual ha demostrado reducir la mortalidad de este
grupo de pacientes en un estudio sin grupo control, por lo que estos datos pueden ser inciertos.21
Por otro lado, se ha reportado mayor riesgo de infecciones graves (bacterianas, virales,
infecciones fúngicas invasivas y tuberculosis), reactivación de la hepatitis B, anafilaxia,
reacciones alérgicas graves, daño e insuficiencia hepática grave y perforación intestinal. El
estudio e investigación de este fármaco aún es insuficiente para determinar la efectividad en
pacientes críticos por COVID-19. Un estudio reciente que se encuentra en fase 3 de
investigación con 500 participantes, el cual utiliza ruxolitinib, otro fármaco inhibidor de IL-6,
tiene el objetivo de evaluar la eficacia y seguridad de este medicamento en el tratamiento de
pacientes con ventilación mecánica debido a COVID-19. Otro estudio, que también se encuentra
en fase 3 de investigación, evalúa este medicamento en pacientes mayores de 12 años de edad
con neumonía secundaria a la infección por SARS-CoV-2 durante 29 días en comparación con
un placebo, de igual manera, con el objetivo de valorar la seguridad y eficacia del fármaco. A su
vez, en México se está desarrollando un estudio que se encuentra en fase 2 de investigación, el
cual pretende evaluar la capacidad del ruxolitinib para detener la respuesta inmunológica
desregulada causada por COVID-19 y de esta manera, evitar la evolución a neumonía y SARS-
CoV.30 Además, en Madrid, España se realiza un estudio utilizando ruxolitinib en combinación
con simvastatina con la finalidad de lograr un efecto sinérgico en la inhibición de la entrada,
efecto antiinflamatorio y potenciar la respuesta inmunológica adaptativa de los pacientes en
etapas tempranas de la infección por SARS-CoV-2. Actualmente es de nuestro conocimiento que
los pacientes positivos a COVID-19 deben recibir anticoagulación profiláctica estándar con
heparina de bajo peso molecular (HBPM), enoxaparina 100 UI/kg vía subcutánea cada 24 horas
hasta la recuperación del paciente, ya que aumenta la actividad de la antitrombina III bloqueando
la activación patológica de la trombina, evitando los fenómenos trombóticos que pueden agravar
el cuadro del paciente. Previo al inicio de este tratamiento se debe verificar la ausencia de
contraindicaciones como puede ser sangrado activo o recuento de plaquetas menor de 25,000. Si
la anticoagulación está contraindicada, los pacientes deben recibir profilaxis mecánica.
La infección se adquiere por la implantación de las esporas del hongo en la mucosa oral, nasal y
conjuntival, por inhalación, o por la ingestión de alimentos contaminados; ya que colonizan
rápidamente los alimentos ricos en carbohidratos simples. La mucormicosis se caracteriza por el
infarto y necrosis de los tejidos del huésped, que resulta de la invasión de los vasos por las hifas.
Las presentaciones clínicas de la mucormicosis pueden ser: rino-orbito cerebral, pulmonar,
cutánea, gastrointestinal y diseminada. Se la puede describir como “hongo negro, porque hace
que los tejidos infectados se tornen negros. La tasa de letalidad se estima en 40-80%.
Micología
identificación presuntiva en los especímenes, ya que son hifas gruesas (5-15 µ de diámetro),
ramificadas irregularmente y, generalmente, sin tabiques.
Epidemiología
La mucormicosis tiene distribución mundial y se ha visto un aumento de los casos en los últimos
años, asociado al incremento de pacientes con algún tipo de inmunosupresión. No es posible
calcular las tasas exactas de incidencia porque la mayoría de los datos son de reportes de casos o
series de casos. En Colombia, no es una enfermedad de notificación obligatoria y, por lo tanto,
no se tienen datos exactos (6). Se presenta en ambos sexos, predominantemente en adultos
jóvenes. En una revisión de 929 pacientes con mucormicosis desde 1940 hasta 2003, se encontró
que solo el 9,6 % de los pacientes afectados no tenía otra enfermedad de base asociada, en el 36
% se asociaba con diabetes mellitus de tipo 2; en el 17 %, a neoplasias hematológicas, y en el 12
%, a trasplantes. La mucormicosis es una infección de rápida progresión, asociada a elevada
mortalidad con cifras que van desde el 40 % hasta el 70 %, dependiendo del sitio afectado,
siendo mayor cuando el compromiso es centrofacial y los sobrevivientes tienen una morbilidad
residual muy alta.
Patogenia
Los Mucorales son hongos de amplia distribución en el entorno al cual los seres humanos están
expuestos de manera constante; originan infección principalmente en diabéticos o personas con
anomalías de la función fagocítica ( ej, sujetos con neutropenia o bajo corticoterapia). De forma
similar, los individuos con mayores concentraciones de hierro libre, que induce la proliferación
de hongos en suero y tejidos, están expuestos a un mayor peligro de mucormicosis
Las diferentes formas clínicas de mucormicosis reflejan, en parte, la puerta de entrada del hongo
al cuerpo. Las esporas pueden entrar al cuerpo por la vía respiratoria, por piel afectada, por vía
percutánea (agujas o catéteres) o por ingestión de comida contaminada. Una vez que las esporas
penetran en el organismo, se desarrollan en tejidos profundos, invaden los vasos por medio de la
adhesión a las proteínas de matriz subendotelial (laminina o colágeno IV), perforan las paredes y
causan trombosis con necrosis consecutiva y, dada la afección vascular grave, es fácil la
diseminación hematógena a otra ubicación. Las hifas son muy gruesas, lo que dificulta la
fagocitosis, además de que las esporangiosporas son capaces de secretar proteasas y toxinas que
lesionan las células endoteliales y, por último, secretan metabolitos antifúngicos que disminuyen
la reacción inmunitaria frente a ellos.
• La captación de hierro: el hierro es un elemento esencial para el crecimiento y desarrollo
fúngico. La sobrecarga de hierro per se es un factor de riesgo mayor para el desarrollo de
mucormicosis.
Factores de riesgo
• La sobrecarga de hierro;
• El HIV-sida;
• La desnutrición;
• Los traumas durante los desastres naturales: tornados, huracanes, tsunamis, erupciones
volcánicas, y
• El uso de voriconazol en pacientes de alto riesgo, tanto para profilaxis como para
tratamiento de otras infecciones fúngicas. El voriconazol ha demostrado in vitro no ser
efectivo contra mucorales.
Formas clínicas :
Bajo el concepto de primario se excluyen las infecciones metastásicas de la piel. Se han descrito
dos formas de presentación: superficial y gangrenosa o subcutánea.
Mucormicosis gastrointestinal
Rhino-orbito-cerebral.
Es la forma clínica más común, se define como la enfermedad que se origina en los senos
paranasales después de la inhalación de esporas en un huésped vulnerable, con extensión al
sistema nervioso central.
Se observa el compromiso secuencial de nariz, senos paranasales, ojos y cerebro. Los síntomas
iniciales son similares a los de una sinusitis aguda, e incluyen dolor facial, congestión nasal,
fiebre, edema de tejidos blandos y cefalea.
Pulmonar.
Es una infección rápidamente progresiva que ocurre después de la inhalación de esporas a los
bronquiolos y alvéolos. La fiebre y la tos son los síntomas más comunes, asociados a dolor
pleurítico y disnea. La hemoptisis se presenta cuando hay invasión de los vasos sanguíneos.
Puede haber diseminación por contigüidad (mediastino, corazón) o por vía hematógena a otros
órganos.
Diagnóstico
Examen directo.
Se puede realizar a partir de muestras de esputo, mucosa nasal, tejido necrótico, lavado
broncoalveolar o aspirado de senos paranasales el cual se debe conservar en solución salina
normal o infusión cerebro-corazón. Se realiza en lugol, hidróxido de potasio (KOH) o negro de
clorazol, en este se observan filamentos hialinos poco tabicados, largos y anchos, con contornos
irregulares y paredes gruesas.
Cultivo.
Es positivo solo en 30% de las muestras, crecen a 37 °C, se utiliza agar papa o extracto de malta.
Crecen rápidamente y las colonias son visibles a partir de las 12 a las 18 horas (excepto Mucor
circinelloides). Se observan filamentos muy gruesos, sin tabiques (cenocíticos), con estructuras
asexuadas de reproducción (esporangióforo, esporangio y esporangiosporas).
Histopatología.
Aunque no se hace de forma rutinaria debido a lo agudo del cuadro clínico y a la necesidad de
una confirmación diagnóstica temprana, se observa trombosis capilar e hifas en la luz de los
vasos, y necrosis supurativa con infiltrado de neutrófilos y eosinófilos. Los filamentos son largos
y gruesos (10-25 µm) con pocos tabiques y en forma de listón. Las tinciones de PAS y Gomori-
Grocott permiten una mejor observación de las estructuras del hongo. El hallazgo más relevante
es la presencia de hifas. Otros estudios complementarios, dependiendo de la forma clínica,
incluyen:
● La radiografía de tórax
● TC o la ecografía renal.
Tratamiento
El tratamiento se debe iniciar con prontitud después del diagnóstico; se enfoca principalmente en
tratar la enfermedad subyacente; asimismo, combina el tratamiento quirúrgico y los
medicamentos antifúngicos.
● Cirugía. Se requiere manejo quirúrgico temprano, desbridamiento agresivo con remoción
del tejido necrótico, que a menudo es mutilante. Hay reportes de pacientes con
infección pulmonar temprana con cura después de las lobectomías.
● Terapia antifúngica. El inicio temprano de la terapia antifúngica mejora el pronóstico; se
ha observado que el inicio tardío (6 días después del diagnóstico) aumenta al doble la
mortalidad a las 12 semanas de diagnóstico (83 Vs. 49 %) (66). La anfotericina B
intravenosa es el medicamento inicial de elección; generalmente, se usa en forma de
liposomas para mejorar su absorción y disminuir la toxicidad renal. La dosis diaria usual va
de 5 mg/kg a 10 mg/kg. No hay reportes sobre el tiempo de uso necesario; se ha reportado
que se usa hasta que el paciente muestre signos de mejoría (resolución de signos y
síntomas, mejoría radiológica), lo cual se logra generalmente después de varias semanas.
Una opción para el tratamiento de mantenimiento es el posaconazol en tabletas de
liberación prolongada, a dosis de 300 mg cada 12 horas por un día y, luego, 300 mg cada
24 horas (67). El posaconazol intravenoso es una opción en los pacientes que no toleran o
no mejoran con la anfotericina B.
Pronóstico
El pronóstico de esta infección es muy pobre, la mayoría de los pacientes fallece. Las cifras de
mortalidad de las formas pulmonares y rino-cerebrales van del 50 al 70 % y se incrementan hasta
el 95 % si la infección es diseminada. Los pacientes diagnosticados y tratados oportunamente se
curan pero, en la mayoría de los casos, quedan con defectos serios que requieren
reconstrucciones quirúrgicas.
Hasta el 9 de junio de 2021, 7 países de la Región de las Américas han notificado a la OPS/OMS
o han publicado la detección de casos de CAM.
Capítulo 3. Método
3.1 Tipo de Investigación
Analítica: se analiza los determinantes que existen en común entre la mucormicosis y el Covid-
19.
diagnóstico se realizó a una mediana de 14.5 días; el 30% de los pacientes debieron ser
internados en UCI, al menos, durante 1 día antes del inicio de la mucormicosis, y en estos
pacientes, la micosis se diagnosticó a una mediana de 8.5 días después de la internación en UCI.
El diagnóstico de mucormicosis se confirmó por histología o cultivo; en el 65.1% de los casos se
observaron anormalidades radiológicas, como sinusitis y necrosis en los pacientes con MAC
rino-órbito cerebral, y nódulos y cavidades en los pacientes con mucormicosis pulmonar. Las
especies de Rhizopus fueron las que se identificaron con mayor frecuencia; se aisló R. arrhizus
más frecuentemente en los pacientes con MAC rino-órbito cerebral, y R. microsporus,
especialmente en los pacientes con MAC pulmonar. En cambio, sólo se encontraron especies de
Mucor en los pacientes con MAC rino-órbito cerebral. Nueve pacientes tuvieron infección mixta
por especies de Aspergillus. En la mayoría de los pacientes se indicó tratamiento con anfotericina
B; en 6 pacientes con enfermedad cerebral también se indicó posaconazol. Seis pacientes
recibieron isavuconazol en combinación con anfotericina B. Un total de 46 pacientes fueron
sometidos a resección quirúrgica. El índice de mortalidad fue de 48.8%, de 37.3% en los casos
de mucormicosis rino-órbito cerebral, y de 81% en los pacientes con enfermedad pulmonar,
diseminada o gastrointestinal. Un porcentaje considerable de pacientes que sobrevivieron
presentaron secuelas muy graves, por ejemplo ceguera en el 46% de los pacientes.
Capítulo 5. Conclusiones
• La mucormicosis, a pesar de ser poco reportada, es una infección que se relaciona con alta
morbimortalidad por lo cual se requiere el conocimiento del especialista sobre esta enfermedad
para hacer un diagnóstico adecuado e iniciar el manejo oportuno.
• Siempre se debe sospechar esta infección en pacientes con compromiso del sistema
inmunitario.
• Las manifestaciones en piel pueden ser similares a la celulitis, pero con posterior formación de
lesiones necróticas.
• El examen directo y el cultivo son vitales para hacer el diagnóstico.
• El tratamiento involucra: eliminación de los factores predisponentes, inicio temprano del
tratamiento antifúngico y desbridamiento quirúrgico.
• La MAC puede ser una complicación grave de COVID-19, especialmente entre los enfermos
con diabetes no controlada.
Referencias
Arenas R. (2011) Micología médica ilustrada. Cuarta edición. México, D.F.: Editorial
Calvo C, García López-Hortelano M, de Carlos Vicente JC, Vázquez Martínez JL; Grupo de
Informe del Centro Nacional de Enlace (CNE) para Reglamento Sanitario Internacional
Informe del Centro Nacional de Enlace (CNE) para Reglamento Sanitario Internacional
Informe del Centro Nacional de Enlace (CNE) para Reglamento Sanitario Internacional
Apéndice
Fuente: Datos compartidos por el Centro Nacional de Enlace para el Reglamento Sanitario
Internacional (RSI) de: Brasil, Chile, Honduras, México, Paraguay y Uruguay. Información
publicada por México y los Estados Unidos de América y reproducida por la OPS/OMS.
Figura 4. Examen directo con hidróxido de potasio (KOH) en el que se visualizan filamentos
hialinos de bordes | irregulares, largos y anchos, y con escasos tabiques.
Figura 5. Examen directo del cultivo con azul de lactofenol en el que se observan filamentos
muy gruesos, sin tabiques (cenocíticos), con estructuras asexuadas de reproducción
(esporangióforo, esporangio y esporangiosporas).