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José Gabriel Condorcanqui Noguera, más conocido como Túpac Amaru II, nació el 19
de marzo de 1742 en la provincia de Canas (sur del Perú). Es descendiente de Juana
Pilcowaco. A los 20 años se casó con Micaela Bastidas, que solo tenía 15. Micaela
Bastidas, oriunda de Pampamarca (provincia de Arequipa), tuvo tres hijos con él,
Hipólito, Mariano y Fernando.
En 1780, una campaña militar liderada por el guerrero indígena Túpac Amaru II
comenzó a defender las condiciones laborales de los
Muchos de los presentes creían que la rebelión tenía un origen divino, otros
pensaban en la restauración del Tahuantinsuyo. Túpac Amaru, cristiano, lector del
Inca Garcilaso de la Vega y amigo de los sacerdotes, intentó restaurar la justicia y la
hermandad entre españoles e indígenas. Durante más de cinco meses, los rebeldes
controlaron a la poderosa corona española. Movilizaron a miles de personas,
capturaron ciudades, incendiaron granjas y granjas, sitiaron Cusco y lanzaron una
lucha eficaz contra los Montoneras. La participación de Micaela Bastidas sería
fundamental: se ocupó de la logística, las armas y la comida; la recolección de leña,
la distribución de coca y alcohol, elementos vitales para las huestes de 30.000
pueblos indígenas y mestizos y no pocos criollos –entre ellos Felipe Bermúdez y
Antonio Castelo– en campamentos precarios a más de tres mil metros sobre el nivel
del mar y en condiciones de lluvia. temporada.
Uno de los grandes enigmas históricos sobre la rebelión fue la decisión de Túpac
Amaru de no atacar Cusco hasta la Navidad de 1780 cuando tenía una ventaja sobre
las diezmadas fuerzas realistas, lo que habría significado una victoria para sus
anfitriones. A principios de 1781, sin embargo, llegaron los batallones de mulatos de
Lima, y la movilización de las tropas indígenas de los caciques leales a la corona, que
nunca se doblegaron a los llamados de Túpac Amaru, puso la balanza a favor de los
españoles.
A pesar del infructuoso intento de capturar a los antiguos incas y su posterior
captura en las alturas de Langui – Micaela y sus hijos Hipólito y Fernando quedaron
atrapados en Livitaca cuando intentaron escapar a La Paz – lo que sucedió entre
fines de 1780 y mediados de 1781 no pasó desapercibido ni en Lima ni fuera del
virreinato peruano.