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TEMA N°

REVOLUCIONES ANTICOLONIALES DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

REBELIONES INDÍGENAS EN EL SIGLO XVI


La resistencia inca en Vilcabamba. La rebelión de Manco Inca (1536 - 1545).- Posterior a la muerte
de Atahuallpa, Pizarro corona como inca a uno de los hermanos menores del inca muerto, se trata de
Manco Inca. Entre ambos existió una alianza en cuestión de gobernabilidad, aunque Manco sólo era
considerado como un inca títere.
De 1533 a 1536 Manco Inca intentó respetar escrupulosamente la alianza convenida con Francisco
Pizarro. Sin embargo, su situación era paradójica; por una parte, recibía teóricamente los honores
reservados al Inca; pero, por otra, los españoles, siempre ávidos de oro, le infligieron las peores
humillaciones.
En el año de 1536 se realizó la rebelión inca sobre los españoles, sitiando la ciudad del Cusco.
Lamentablemente este movimiento fue reprimido por los españoles y tras la derrota de Manco Inca se
resguardó en el denominado sitio de Vilcabamba.
“Victos” o Vilcabamba fue, de 1537 a 1572, el centro de la resistencia inca. La elección de esta zona
respondía a consideraciones estratégicas, pero también políticas y religiosas; no es un azar que
comprendiese el lugar más sagrado del antiguo Imperio, el valle de Urubamba, más allá de
Ollantaytambo y la ciudad sagrada de Machhu Pichhu.
Ya en el año de 1545 muere asesinado Manco Inca, pero la resistencia en Vilcabamba continuó a
cargo de sus descendientes, primero con Sayri Tupac y luego por Tito Cusi.

El movimiento milenarista del Taki Onkoy. (1560 - 1571).- El movimiento milenarista conocida como
Taqui Ongo o Taki Onkoy, se constituyó en una forma estratégica de resistencia ideológica y religiosa,
que tenía como principal objetivo el rechazo a la impuesta religión católica, recuperando las tradiciones
y espiritualidad inca.
El Taki Onkoy significa un retorno a la tradición, ésta no renace con la forma que tenía en tiempos del
Inca, los predicadores anuncian un nuevo ciclo temporal: la nueva edad se concibe como una
resurrección del Imperio Inca.
La represión española no se haría esperar, capturaron y ejecutaron a los principales cabecillas de este
movimiento, mediante el cual, el miedo que provocó en los pobladores, permitió la decadencia y
desaparición de esta estrategia de resistencia.
En la década de 1570 desaparecen los rastros del movimiento. Sin duda, sufre, además de la represión
eclesiástica, el contragolpe de la captura y muerte del último Inca de Vilcabamba “Tupac Amaru”.

La rebelión de Túpac Amaru, muerte del último inca de Vilcabamba (1571 – 1572).- El último
intento de resistencia inca ante los españoles, estuvo protagonizado por Tupac Amaru, hijo legítimo
de Manco Inca, asumió la jefatura del Estado Neoinca en el sitio de Vilcabamba en 1571, al morir su
hermanastro Tito Cusi.
Francisco de Toledo, Virrey del Perú, decidió terminar con estas rebeliones en contra del poder
español, organizando una expedición definitiva que permitiera destruir todo aquel intento de
sublevación, de esta manera un grupo de soldados españoles captura a Tupac Amaru. Cargado de
cadenas, el último Inca fue llevado al Cusco, donde entró a pie, seguido de los prisioneros y del botín
apresado por los españoles. Entre sus trofeos, los vencedores traían de “Vitcos” el cuerpo
embalsamado de Manco Inca y la imagen de oro del Sol. Después de recibir el bautismo, Tupac Amaru
fue públicamente decapitado en medio de una muchedumbre aterrada.
Este hecho, fue el que cerró todo intentó de resistencia de los incas, los cuales a partir de 1572, dejaron
de lado toda acción en contra del régimen español y se sometieron a éste. Desde 1572, el Virreinato
del Perú, puede considerarse pacificado; el gobierno del Virrey Toledo instaura un período nuevo en
la historia de aquel territorio.

REBELIONES INDÍGENAS EN EL SIGLO XVIII


Una de las principales causas de las rebeliones indígenas fue el de restituir el gobierno a los antiguos
dueños de la tierra: los indígenas. Se buscaba recuperar el poder de la tierra usurpada por los
españoles, para edificar una nueva estructura administrativa y gubernamental, que tendría como base
los principios que constituyeron al Imperio Inca.
Entre otras causas, se encuentran el aumento de los impuestos, la creciente ilegitimidad de los
caciques indígenas que fueron suplantados por mestizos, la explotación de los indígenas en la mita y
el sostenido incremento del repartimiento forzoso de mercancías, un sistema que obligaba a los
miembros de las comunidades a comprar a los corregidores provinciales una canasta de bienes a altos
precios.

La rebelión de Tomás Katari y sus hermanos.- Tomás Katari fue el impulsor de una sublevación en
la región de Chayanta (Potosí), en el año 1777, motivado por el cobro excesivo de impuestos que
realizaban los españoles. El inicio del conflicto se debe a que el corregidor Alós, en vez de aceptar a
Tomás Katari como kuraca, había nombrado a un mestizo llamado Bernal, Alós para proseguir mejor
sus negociados de impuestos y repartos quería tener como kuraca a un amigo suyo y había buscado
a un mestizo.
En primera instancia Tomás Katari decidió ir hasta Buenos Aires a pie, a presentar su queja
personalmente ante el Virrey del Río de la Plata, Juan José Vértiz, quien prometió cumplir sus pedidos.
El corregidor Alós se negó a la determinación y los españoles detienen a Tomás Katari en tres
oportunidades: el 18 de mayo de 1779 lo detiene junto con otros cuatro de sus colaboradores, pero
camino de la cárcel de Aullagas él se escapa. El 12 de junio vuelve a ser detenido en Potosí y el 19
de junio, desde su prisión en La Plata sigue animando la rebelión.
A esta situación los indígenas se rebelaron y el 23 de agosto de 1780 cercan al corregidor Alós en
Guancarani y exigen la libertad de Tomás Katari. Le ofrecieron dejarlo libre si se dejaba en libertad a
Katari. Lograron la libertad de Katari, quien fue “canjeado” por el corregidor en el límite del ayllu de
Macha del que él era kuraca. Una vez suelto, el líder indígena siguió con su tenaz lucha en contra del
régimen español.
La persecución en contra del líder indígena no se hizo esperar ya que nuevamente, Tomás Katari fue
tomado preso y fue trasladado a la ciudad de La Plata. Sus hermanos Nicolás y Dámaso decidieron ir
en su rescate. Sin embargo, los españoles en el trayecto a La Plata, precisamente en la región de
Chataquilla (provincia Yamparáez), habían lanzado a Tomás Katari a un precipicio, y fue ahí donde
sus hermanos lo encontraron. Este hecho sucedió el 15 de enero de 1781.
En consecuencia, Nicolás y Dámaso Katari continuaron con el levantamiento en contra del dominio
español. Pero ese intento fue en vano, debido a que fueron traicionados y entregados a los españoles
por sus propios seguidores. Unos indígenas de Pocoata, por una suma de dinero, entregaron a los
hermanos Nicolás y Dámaso Katari, quienes fueron ajusticiados en la ciudad de La Plata en abril y
mayo del mismo año 1781.
La Gran Rebelión de José Gabriel Condorcanqui “Túpac Amaru II”.- Fue uno de los principales
caudillos indígenas, su nombre verdadero era José Gabriel Condorcanqui, descendiente directo de
una hija del inca Túpac Amaru. El objetivo que perseguía con su rebelión era terminar con la mita y
devolver la tierra a los indígenas.
El día de San Carlos, cumpleaños del Rey de España, el 4 de noviembre de 1780, invitó a su casa a
las personas más importantes de la nobleza local, y en el momento en que despedía al corregidor, le
hizo una emboscada con los indios de su hacienda. Una vez preso el corregidor, lo condenaron a
muerte y lo ejecutaron.
Entonces la rebelión de Túpac Amaru II se inició con el apresamiento del corregidor Arriaga del pueblo
de Tinta, en la región de Cusco a quien ejecutó en Tungasuca el 10 de noviembre de 1780. Este
significativo suceso simbolizó el inicio de un movimiento de masas sin precedentes, identificado como
la Rebelión de Túpac Amaru.
Primeramente Túpac Amaru II se levantó con los de su región. Después avanzaron y alzaron a buena
parte de los departamentos de Cusco, Puno e incluso Arequipa, Moquegua y Tacna. Tenían casi
rodeado el Cusco. Mientras tanto, el Virrey del Perú, financiado con dineros de los grandes
comerciantes, empezó a alistar a un ejército nuevo, cuyo jefe era un tal Del Valle. Luego, al mando de
6.000 hombres, Amaru intentó apoderarse del Cusco, sin embargo, los españoles con un numeroso
ejército proveniente de Lima, lograron anular este intento. El 17 de noviembre de 1780, ambos ejércitos
se enfrentaron en la batalla de Sangarara, en la cual salieron vencedoras las tropas de Túpac Amaru
II.
En enero de 1781, Amaru intentó nuevamente apoderarse del Cusco, pero un ejército de 17.000
hombres conformado por españoles, criollos, mestizos e indígenas, no le permitieron, por lo que Amaru
se replegó a la localidad de Tinta.
En marzo de 1781 se produjeron los últimos enfrentamientos. Amaru fue derrotado. Al tratar de huir,
fue capturado y llevado al Cusco, luego de la captura del cacique, las riendas del movimiento fueron
tomadas por otros miembros de la familia Túpac Amaru, para articularse más tarde con los rebeldes
del Alto Perú, encabezados por el jefe aymara Julián Apaza Túpac Katari.
Posteriormente fue obligado a presenciar la muerte de su esposa Micaela Bastidas y la de sus dos
hijos. Después de varios interrogatorios y torturas, es martirizado y muerto el 18 de mayo de 1781. No
pudiendo descuartizarlo vivo (a pesar de que se intentó hacerlo con cuatro caballos), lo ahorcaron y
descuartizaron su cadáver.
A partir de este hecho la denominada Gran Rebelión fue decayendo, el ejército español dio con los
principales líderes indígenas tomándolos como prisioneros y asesinándolos para amedrentar a toda la
población indígena que intentase continuar con su lucha, es así que el 27 de enero de 1782, los
rebeldes restantes tupamaristas firmaron un acuerdo de paz en Sicuani, poniendo fin a las hostilidades
de la Gran Rebelión.

La rebelión de Andrés Túpac Amaru - Cerco a Sorata.- Otra de las figuras notables dentro de los
líderes indígenas, es sin lugar a dudas, Andrés Túpac Amaru, sobrino de José Gabriel Condorcanqui,
quien organizó a un grupo de indígenas en la región de la provincia Larecaja con el fin de tomar la
población de Sorata, en la que habitaban varias familias españolas.
Tras lograr su objetivo, construyó un dique con el que posteriormente provocó una inundación que
destruyó a Sorata. Tras un cerco de 3 meses, el 4 de agosto de 1781, valiéndose de una represa que
inunda el valle, conquista la ciudad, de donde marcha a La Paz para auxiliar a Túpac Katari que estaba
cercando esa ciudad. De esta manera Andrés Túpac Amaru, junto a su esposa Gregoria Apaza y sus
seguidores, se dirigieron a La Paz para colaborar a Túpac Katari.
La rebelión de Julián Apaza “Túpac Katari” - Cerco a La Paz.- Julián Apaza, cacique de Ayo-Ayo,
que tomó el nombre en homenaje a la labor de dos grandes caudillos Túpac Amaru y Tomás Katari;
encabezó una rebelión en marzo de 1781. El levantamiento que dirige tiene como núcleo central la
ciudad de La Paz, pero irradia rápidamente a las actuales provincias de Sica-Sica, Pacajes, Yungas,
Omasuyos y Larecaja. Así conquistó en primera instancia las provincias anteriormente mencionadas,
para luego sitiar o cercar a la ciudad de La Paz durante 109 días, período en el cual cayeron prisioneros
10.000 españoles.
Ante esta situación, el entonces presidente de la Audiencia de Charcas, Ignacio Flores, marchó con
2.000 hombres hacia La Paz, para romper el cerco indígena el 30 de junio de 1781. Luego de cumplir
con su objetivo, Flores decide abandonar la ciudad de La Paz para dirigirse a Oruro, con el fin de
acopiar fuerzas y volver a la ciudad de La Paz, de esta manera dejó a cargo de la ciudad de La Paz a
Sebastián Segurola, situación que fue aprovechada por Túpac Katari para cercar nuevamente la
ciudad el 5 de agosto de 1781.
Ya para este momento, se contó con la participación de Andrés Túpac Amaru, Túpac Katari,
aconsejado por éste, mandó construir un dique o represa en la zona de Achachicala para detener las
aguas del río Choqueyapu y luego intentar inundar a la ciudad de La Paz, tal como se había hecho
anteriormente en Sorata. Sin embargo, el dique se rompió antes de tiempo, por lo que su intento falló.
Semanas después llegó un ejército de 7.000 hombres provenientes del Virreinato del Río de La Plata
al mando de José Reseguín, que derrotó a las tropas de Túpac Katari en las tierras del Alto de La Paz,
además tomaron presa a su esposa Bartolina Sisa. Luego Katari se replegó al santuario de Peñas.
Poco tiempo después Túpac Katari fue traicionado y entregado a los españoles quienes decidieron
matar a Katari con la pena del descuartizamiento, ya que “se pronunció sentencia definitiva contra el
referido Julián Apaza condenándole a pena de muerte y que fuese sacado de la prisión arrastrado de
la cola de un caballo, con soga de esparto al cuello y conducido a la plaza pública donde se le había
de despedazar por cuatro caballos y que después de muerto se condujese la cabeza a la ciudad de
La Paz y se tuviese en la horca por tres días y luego se colocase en el alto que llaman de Quilliquilli,
para público escarmiento. Que el brazo derecho se remitiese al pueblo de Chacachi, el izquierdo al de
Sica Sica, la pierna derecha al de Caquiaviri y la izquierda al de Chulumani, para que se fijasen en los
parajes más públicos. El tronco del cuerpo, que se mantuviese en la horca y después se redujese en
cenizas y se aventase”.
Todo lo que se había sentenciado fue cumplido a cabalidad, esto ocurrió el 13 de noviembre de 1781
en la plaza principal del pueblo de Peñas, acabando con la vida de un notable líder indígena que
encendió las llamas de la libertad en contra del régimen español.

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