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LA REBELIÓN DE TUPAC AMARU II

CAUSAS DE LA REBELÓN DE TUPAC AMARU II

EL INICIO DE LA REVOLUCIÓN

La rebelión de Túpac Amaru II fue la primera gran revolución acontecida dentro del proceso emancipador que tuvo
lugar en el virreinato del Perú y significó un precedente para las guerras de independencia que emergerían en América
a inicios del siglo xix. Originada como reacción a la imposición de las reformas borbónicas en las colonias españolas
en América. Fue iniciada en la región del Cusco por el curaca José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru II, el cual es
reconocido como «rey de América» y por ser quien marcó el inicio de la etapa emancipadora de la historia del Perú

En Yanaoca, a tres leguas de Tinta y algunas más del Cuzco, el cura Carlos Rodríguez, celebraba el día de San Carlos
Borromeo. Entre los invitados figuraban el corregidor Arriaga y José Gabriel Condorcanqui, cacique de Tungasuca,
Surimana y Pampamarca, los mismos que no mantenían entre sí, cordiales relaciones, a causa de que el primero
trataba siempre en forma despectiva e irrespetuosa a Don José Gabriel.
Poco después del convite, Arriaga caía en una celada. Atacado a pedradas mientras regresaba a su domicilio, lo
tumbaron al suelo. Otros dicen que le echaron un lazo al cuello y lo hicieron caer de su mula. Había comenzado así el
gran levantamiento que, para el gobernante español Manuel Godoy (Primer Ministro de Carlos IV), pudo originar la
pérdida de todo el virreinato del Perú y una parte del de la Plata.

Túpac Amaru II primero capturó, enjuició y ejecutó al corregidor de Tinta, Antonio de Arriaga. Asimismo, terminó
con los repartos mercantiles, sistema expropiador de comercio que implicaba la compra obligada de mercadería, buena
o mala, deteriorada o innecesaria.3 También concluyó para la población de Tinta, la penosa obligación de trabajar en
la mita de Potosí, lugar del cual pocos regresaban. Militarmente logró muchas victorias contra las fuerzas reunidas por
los corregidores españoles y los curacas realistas. La mayor de tales victorias fue la lograda en el pueblo de Sangarará,
en la cual derrota a una coalición de milicias reunidas por la junta de guerra del Cusco

II. LA BATALLA DE SANGARARÁ

La expedición compuesta por 1 200 hombres acampó en la plaza. Se colocaron vigías y centinelas, pero como los
exploradores regresaron diciendo que todo estaba tranquilo, todos descansaron con la intención de combatir al día
siguiente. A las cuatro de la mañana del 17 de noviembre de 1780, los centinelas dieron la alarma. Para cuando los
españoles reaccionaron estaban ya rodeados por una fuerza considerable de indios. Landa entonces se refugió con sus
fuerzas en la iglesia. Una lluvia de piedras le impidió salir a combatir.
Mientras los españoles debatían qué hacer, los revolucionarios prendieron fuego a la iglesia. Pelearon valerosamente
los españoles, pero fueron al final derrotados. Murieron 570 realistas. De las fuerzas de Túpac Amaru, sólo quince.

El virrey Agustín de Jáuregui y el visitador español José Antonio de Areche actuaron en respuesta al levantamiento de
Túpac Amaru moviendo tropas desde Lima y desde lugares tan lejanos como Cartagena de Indias, logrando reunir
unos 17 000 hombres, muchos de ellos indios auxiliares más tropas regulares y veteranas.12 Las tropas de Lima
fueron el instrumento de ayuda para repeler los intentos de Túpac Amaru con 10.000 rebeldes13 de capturar el Cusco
entre diciembre y enero. Tras esta derrota, la unidad rebelde comenzó a desintegrarse, empezando por los criollos que
cambiaron de bando pasándose a las fuerzas realistas.

MUERTE DE TUPAC AMARU II

A finales de febrero de 1781 las fuerzas realistas reunidas en el Cuzco lograron la ventaja numérica y armamentística,
por lo que decidieron pasar a la ofensiva atacando la base rebelde en Tinta. Y, tras una larga campaña, en la
noche del 5 al 6 de abril de 1781 el ejército virreinal derrotó al núcleo de las fuerzas patriotas en la batalla de
Checacupe. Túpac Amaru II se retiró a Langui, pero fue traicionado y entregado a los realistas junto con parte de
su familia.

Tras aguantar torturas por parte de Areche para delatar a sus seguidores, el 15 de mayo Túpac Amaru, su familia y
capitanes fueron sentenciados a muerte y, el 18 de mayo, se le intentó descuartizar vivo atando cada una de sus
extremidades a sendos caballos, pero los intentos realistas fracasaron. Finalmente, el visitador español optó por
decapitarlo y posteriormente despedazarlo. Más tarde, el virrey mandó a repartir las partes de Túpac Amaru en
los pueblos que apoyaban la rebelión, para intimidar a la población. El decreto de Areche que siguió a la

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ejecución de Túpac Amaru II incluyó la prohibición de la lengua quechua, el uso de ropas indígenas, y
virtualmente cualquier mención o conmemoración de la cultura incaica y de su historia.

CONSECUENCIAS DE LA MUERTE DE TUPAC AMARU II

Pese a las capturas y ejecuciones de Túpac Amaru y su entorno, los realistas no lograron controlar la región del Cusco
y la revolución se expandió. A finales de abril de 1781, indígenas de las provincias altas, cerca del área central de
Tinta, se levantaron en apoyo a Diego Cristóbal, primo de Túpac Amaru II. También se produjeron disturbios en
las alturas de Paruro, Chumbivilcas, Urubamba, Calca y Lares, Paucartambo y Quispicanchis.15 En Nueva
Granada, criollos y otros tomaron las calles para criticar el incremento de impuestos y demandar una mayor
autonomía política, organizándose en un común y tomando el nombre de comuneros. Los eventos del Cusco
habían encendido su rebelión.16 Incluso las autoridades del distante México, en Izúcar de Matamoros en Puebla,
«temían otro levantamiento como el de Túpac Amaru».17

La prédica de Túpac Amaru se esparció más al sur del Cusco en la región cercana al lago Titicaca en el Alto Perú,
entonces perteneciente al virreinato de Buenos Aires. Allí se produjo otro alzamiento en diciembre de 1780,
liderado por Túpac Katari, que fue ayudado por el primo de Túpac Amaru II, Diego Cristóbal Túpac Amaru. Esta
rebelión se benefició con la incorporación de las fuerzas que, tras la muerte de Túpac Amaru, movieron su base
militar al sur. Katari sitió La Paz durante seis meses en dos ocasiones en 1781 con sus pobremente organizadas
fuerzas que alcanzaban el número de 40 000,57 en su mayoría aymaras,10 falleciendo 15 000 a 20 000 personas.

III. CÓMPLICES
Ante el interrogatorio de Areche, el Inca respondió que él sólo conocía de vista a aquellos señores y que por
ello no sabía sus nombres. Entonces, Areche hizo desfilar ante Túpac Amaru a todas aquellas personas de
las que sospechaba.
Terminado el desfile, el Inca le respondió al cruel visitador:
"Aquí no hay más cómplices que tú y yo. Tú por opresor, y yo por libertador, merecemos la muerte"

IV. ROL DE LA MUJER EN EL EJÉRCITO REBELDE


La mujer peruana, especialmente la andina, se halló presente durante todas las etapas de la sublevación.
Lucharon a veces como jefes militares, también en actividades administrativas. Muchas alcanzaron
jerarquía de heroínas y de mártires.

Micaela Bastidas, la esposa de Túpac Amaru, fue una mujer de notables dotes políticas y de conductora.
Destacó dirigiendo tropas, administrando la retaguardia, aprovisionando en lo posible a las huestes
rebeldes y sobre todo, alentando la guerra a muerte contra el sistema colonial. Poseía don de mando y
un genio decidido.

Otra figura de relieve fue la cacica Tomasa Tito Condemayta. Estuvo entre los ocho ajusticiados al lado
de Túpac Amaru en la plaza de Aucaypata del Cuzco, el 18 de mayo de 1781. fue de las primeras en
actuar, avanzando desde Acomayo para unirse al alzamiento.

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