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la defunción materna como «la muerte de una mujer mientras está embarazada o dentro de
los 42 días siguientes a la terminación del embarazo, independiente de la duración y el sitio del
embarazo, debida a cualquier causa relacionada con o agravada por el embarazo mismo o su
atención, pero no por causas accidentales o incidentales».3 Por lo general se hace una distinción
entre «muerte materna directa» que es resultado de una complicación del propio embarazo, parto
o su atención, y una «causa de muerte indirecta» que es una muerte asociada al embarazo en una
paciente con un problema de salud preexistente o de reciente aparición. Otras defunciones
ocurridas durante el embarazo y no relacionadas con el mismo se
denominan accidentales, incidentales o no obstétricas.
La mortalidad materna es un evento centinela que vigila la calidad de los sistemas de salud en los
estados y países del mundo. Hay factores asociados a la muerte materna que no implican un buen
o mal estado de salud general, como son el aborto clandestino y las muertes relacionadas con la
IVAN SAID NOGUEZ RESENDIZ
violencia contra la mujer. El índice de muerte materna vinculado al aborto clandestino es 2,95
veces más elevado que el de embarazos que llegan al parto. Se ha reportado además que cerca del
10% de las muertes maternas ocurren más allá que los 42 días del puerperio, por lo que algunas
definiciones se extienden más allá del puerperio tardío e incluyen hasta un año tras el parto. Se
reconoce que los datos recibidos de mortalidad materna son incompletos, ya que menos del 40%
de los países miembros de la OMS reportan de manera correcta, sistemática y en forma verificable
sus niveles de mortalidad materna
La mortalidad infantil La consideración del primer año de vida para establecer el indicador
de mortalidad infantil se debe a que el primer año de vida es el más crítico en la supervivencia del
ser humano: cuando se sobrepasa el primer cumpleaños, las probabilidades de supervivencia
aumentan drásticamente. Se trata de un indicador relacionado directamente con los niveles
de pobreza y de calidad de la sanidad gratuita (a mayor pobreza o menor calidad sanitaria, mayor
índice de mortalidad infantil) y constituye el objeto de uno de los 8 Objetivos del Milenio de
las Naciones Unidas.56
La necesidad de enfocarse en la infancia y la niñez es indispensable, dada la creciente evidencia
científica en Salud del Desarrollo que sugiere que los primeros años de desarrollo juegan un papel
fundamental para generar y mantener las inequidades socioeconómicas en salud en la vida
adulta.57
La mortalidad en la infancia ha estado disminuyendo de manera sistemática en todos los países
del mundo, y muy marcadamente durante los últimos cincuenta años. Claro que este descenso no
ha sido parejo ni tuvo por qué serlo. Si se toma un punto de partida y una tecnología médica
dados, a los países o regiones que comienzan con un nivel más elevado de mortalidad les será
menos complicado y costoso reducirlo. Opera para este fenómeno la ley de los rendimientos
marginales decrecientes.
Cid, J. C. y Paz, J. A., Diferencias sociales de riesgo de muerte en la infancia., 20078
En los últimos decenios, las innovaciones de la medicina, los progresos en la atención básica de
salud y las políticas sociales favorables han producido grandes aumentos de la esperanza de vida y
marcados descensos de la mortalidad infantil.
Kofi A. Annan, Nosotros los pueblos, 20009
Sin embrazo las desigualdades son tan amplias en las distintas regiones del planeta, que ello ha
llevado a las Naciones Unidas a incluir como uno de los ocho Objetivos del Milenio la reducción de
la mortalidad infantil (en niños de 5 años o menos) en dos terceras partes entre 1990 y 2015.
En 2003, los países con menor mortalidad infantil del mundo eran Noruega e Islandia, con 3 por
cada 1000 para los niños menores de 1 año, y 4 por cada 1000 para los niños menores de 5 años,
respectivamente. En América Latina, Cuba posee la tasa más baja del orden con 4.0 muertes en
niños menores de 1 año y 4.7 en niños menores de 5 años por cada 1000 nacidos vivos (2017),10
siguiéndole Chile, con una tasa de 6,9 por cada 1000 (2017).11
Cada año, dos millones de recién nacidos fallecen en su primer día de vida.12 Los 20 países con
peores tasas de mortalidad infantil pertenecen todos al África, siendo Níger el que registra la peor
del mundo con 154 y 262 ‰ respectivamente. En América Latina es Haití el país con los peores
índices (76 y 118), y en Asia es Yemen (82 y 113).