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“El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños”

Eleanor Roosevelt

  Era 1992 y yo transitaba por mi tercer año como profesional. Trabajaba en mi segunda


empresa, misma a la que había ingresado con mucha ilusión y después de mucho esfuerzo. Como
la mayoría que inicia, me tocó comenzar desde abajo. Yo ocupaba el cargo más bajo dentro de la
estructura organizacional del área para la cual laboraba. Recuerdo muy bien un momento
particular que aún me acompaña. Me encontraba sacando copias; ya sabes, en ese entonces uno
hacía de todo: la talacha de las presentaciones, las copias, encuadernar, etc. Estando allí, me
encontré con un pedazo de papel botado por ahí, que marcó mi vida. Tanto que, desde entonces y
hasta la fecha, ese mismo papelito se convirtió en un compañero inseparable guardado
sigilosamente dentro de los apartados de mi libreta diaria. Hoy quiero compartirte la cita allí
contenida, con la ilusión de que te cautive el mensaje tanto como a mí. Desconozco su autor. Dice
así:

La Verdadera Meta

Señálate metas elevadas y esfuérzate por alcanzarlas.

Empéñate en lograr rápida y correctamente lo que ambicionas.

Sueña con ello, vive para ello, lucha por ello.

Sé constante y fiel a ti mismo…

Y llegaras a tiempo a la Verdadera Meta de la Vida

Comencemos a desmenuzar la cita por frases. La primera: Señálate metas elevadas y esfuérzate


por alcanzarlas, nos indica que todo logro inicia con señalarse un objetivo. Al respecto creo
firmemente que cuando uno se plantea algo, debe aspirar siempre a lograr metas ambiciosas,
cualquiera que esta sea: profesional, personal, de introspección, de cambio, lo que sea. Uno debe
buscar conseguir cosas extraordinarias; sabemos que la vida es suspenso y seguramente nos
sorprenderá más de una vez en el trayecto; con retos, obstáculos o nuevas condiciones. Mi
consejo es que siempre apuntes a la luna, pues aun fallando, aterrizarás en alguna estrella. A la
vez, nos recuerda que debemos comprometernos y esforzarnos. Nada en la vida es gratis; la suerte
es de aquellos que la trabajan. Una meta sin esfuerzo, se convierte en sueño.

La segunda línea dice: Empéñate en lograr rápida y correctamente lo que ambicionas. Acá nos dice
que la velocidad para conseguir una meta, es fundamental. Venimos a esta vida a vivir y no a
tirarnos a la hamaca; las cosas no pasan solas. Recuerdo un cuento que alguna vez contó un jefe
mío. Preguntaba sobre el disparo de un rifle: “¿Qué es lo que hace daño?” ... y la respuesta lógica
de quienes escuchábamos era decir “la bala”. Y entonces sacó con su mano, una bala de su bolsillo
e intentó que lo penetrara en el pecho… y entonces nos dijo “no, la bala no es la que hace daño…
lo que hace daño es la velocidad…” Ahora bien, hacer las cosas correctamente tienen que ver con
el sentido del honor, del orgullo de poder andar con la frente en alto y asumir con dignidad la
consecuencia de nuestras acciones. Sabemos todos lo rico que sabe completar el
maratón. Hacerlo cortando camino y usando atajos, sabe mal.
La tercera dice: Sueña con ello, vive para ello y lucha por ello, la cual nos invita a comprometernos.
Nada va a ocurrir sin nuestra voluntad y tesón para sacar las cosas. Compromiso es la palabra que
habla de la valentía de nuestras intenciones; es lo que transforma una meta en realidad. Es con lo
que se forja el carácter para poder cambiar las cosas; es la esencia de la proactividad. Es el
combustible que nos ayudará a transitar y nos dará la potencia en situaciones adversas.

Por último, está la frase que, para mí, sustenta la cita entera: Sé constante y fiel a ti mismo. La
fidelidad a uno, a nuestros principios y valores, debe ser la columna vertebral en todo lo que
hacemos. Cada una de nuestras metas no puede traicionar nuestro ser, ni su esencia. Por el
contrario, debe engrandecerlo y fortalecerlo. Poder decir con satisfacción que fuimos dignos de
nosotros mismos; responsables y serios; que nos respetamos y valoramos, al igual que a los
demás.

Por estas razones es que ese papelito que encontré en 1992 y que hoy te comparto, me llena de
energía; me da un norte; me ofrece luces de cómo afrontar la vida. Es cierto que en la vida hay un
sinfín de caminos para lograr los objetivos. Sin embargo, lo que pretendo con estos escritos es
compartir cosas que me han marcado, me han servido o funcionado. Esta cita, en tan pocas líneas,
contiene -a mi juicio- lo esencial: habla de buscar una aspiración importante, de esfuerzo y la
velocidad como elementos relevantes; del compromiso y la ilusión que de él emana, y sobre todo,
de la dignidad como parte fundamental del logro.

La vida pasa por vivir experiencias, no por conseguir cosas. Decía R. Louis Stevenson: “Ser lo que
somos y llegar a ser aquella persona que somos capaces de ser, es la verdadera meta de nuestra
vida”. Hablando al chile, la satisfacción está en el trayecto, no en la llegada. Para mí, la verdadera
meta de la vida es conseguir quietud, libertad y amor; son el secreto de la felicidad.

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