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Representaciones de la memoria

REPRESENTACIONES DE LA MEMORIA:

Algunos psicólogos cognitivos investigan las características


formales de la información en la memoria. Su interés principal
reside en la estructura simbólica de la información que se
almacena, transforma o recupera en la memoria. ¿Qué tipo de
lenguaje interno utiliza el individuo? ¿Es un código abstracto
inaccesible a nuestra conciencia?

El énfasis no recae en las estructuras de la memoria, ni sobre los


procesos, sino en la estructura de la información que es procesada
por la memoria; el formato de las representaciones mentales.

Tomamos como referencia las teorías multialmacén (Wanghi y


Norman, 1965; Atkinson y Shiffrin, 1968; Hunt, 1971) que
consideran que la memoria está formada por varias estructuras o
mecanismos dispuestos secuencialmente tal como se ilustra en el
cuadro anteriormente representado del modelo estructural de la
memoria.

El flujo de informaciónprocesada por el sistema discurre de


izquierda a derecha y está representado por las flechas del
diagrama. En primer lugar, el input se registra en la memoria
sensorial durante unas fracciones de segundo antes de
desvanecerse totalmente. ATKINSON y SHIFFRIN (1968)
especulan con la posibilidad de que existan registros sensoriales en
cada una de las modalidades pero hasta el momento sólo hay
pruebas empíricas que evidencian una memoria sensorial, visual y
auditiva.

En segundo lugar, la información se codifica y almacena


temporalmente en la memoria a corto plazo, donde sólo se puede
retener un número limitado de unidades de información y durante
periodos de unos cuatro segundos. Inicialmente se creyó que la
información en la memoria a corto plazo se ajustaba a un
formato auditivo- verbal- lingüístico (vg.ATKINSON Y SHIFFRIN,
1968; CONRAD, 1964), aunque recientemente se han aportado
pruebas a favor de la existencia de representaciones visuales en
dicho almacén (vg. COOPER Y SHEPARD, 1973; PONSER, 1978).
En tercer lugar, la información de la memoria a corto plazo puede
trasvasarse (aunque no siempre) a un dispositivo de capacidad y
persistencia ilimitadas: la memoria a largo plazo. La información
que alcanza dicho almacén permanece habitualmente en un estado
“desactivado”, y sólo se “activa” eventualmente en función de las
demandas de una tarea o situación determinadas. Dicha activación
tiene lugar en el espacio de la memoria a corto plazo (de ahí la
fecha hacia atrás en el diagrama). La memoria a corto plazo por
tanto, desempeña el papel de una central operativa que
recibe inputs tanto del exterior como del propio almacén a largo
plazo.

La importancia de la memoria:

El marco de referencia del tratamiento de la información para el


aprendizaje.

Las personas disponen de cierto número de estructuras mentales


internas para el tratamiento de la información. Estas estructuras
realizan procesos tales como percibir, codificar la información y
recordar. Los teóricos del tratamiento de la información suponen
que lo que ya conocemos influye en lo que aprendemos y
recordaremos en una situación nueva. Lo que ya se conoce, se
halla almacenado en la memoria. Sin la memoria, en cada nueva
situación tendríamos que volver a aprender todo paso a paso.

La memoria basada en el tratamiento de la información:

Externo Receptores Registro sensible Memoria a corto


plazoMemoria a largo plazo

Los estímulos del entorno (sonidos, olores, imágenes...)


bombardean constantemente nuestros receptores. Los receptores
son los elementos del sistema sensorial para ver, oír, oler y palpar.
Estos son advertidos por el registro sensorial por varios segundos,
pero se selecciona la información para su posterior tratamiento.
Como el registro sensorial retiene todo muy brevemente, tenemos la
oportunidad de darle un sentido, de organizarlo, a través del
reconocimiento del modelo; es decir, en vez de percibirlo todo,
prestamos atención a ciertos rasgos del contenido total del registro
sensorial.
Los modelos, se hallan basados en su interior conocimiento, en lo
que esperan ver, en los sistemas de codificación de que disponen,
en los conceptos que entienden y en muchos otros factores.

MEMORIA A CORTO PLAZO Y MEMORIA A LARGO PLAZO:

Tipo de memoria

Capacidad

Persistencia

Acceso

Afluencia

A corto plazo

A largo plazo

Limitada

Prácticamente ilimitada

Muy breve

Prácticamente ilimitada

Inmediato

Dependiente de la organización

Muy rápida

Lenta
Memoria a corto plazo

Mientras que uno se concentre y repita la información situada en la


memoria a corto plazo, ésta se hallará disponible para su empleo.
Esta memoria es limitada, no sólo en la longitud sino también en el
número de temas que es capaz de retener simultáneamente (de
cinco a siete temas distintos). Ejemplo: Cualquiera de nosotros sabe
de memoria más de dos teléfonos, pero han sido aprendidos a lo
largo de un determinado periodo de tiempo. Constituyen parte de la
memoria a largo plazo y su recuperación exige un pequeño
esfuerzo. Para el desplazamiento de la memoria a corto plazo a le
memoria a largo plazo, se requiere otra transformación de la
información a la que se denomina codificación semántica.

Memoria a largo plazo

La transformación de la información de forma que pueda entrar en


la memoria a largo plazo constituye uno de los aspectos más
críticos del aprendizaje.

Una vez que la información ha entrado en la memoria a largo plazo,


aparentemente se dispone de ella de manera permanente. Esto
significa que todo lo que se ha recordado más de unos minutos
forma parte y se convierte en memoria a largo plazo. El problema es
encontrarla cuando la necesitamos.

La capacidad de la memoria a largo plazo resulta ilimitada y


deberíamos ser capaces de recordar todo lo que queramos.

DISTINCIÓN ENTRE MCP Y MLP:

La mayoría de las personas pueden repetir un número de 6 o 7


cifras inmediatamente después de haberlo escuchado por primera
vez, e incluso al cabo de unos pocos segundos. Sin embargo,
pasado un minuto, probablemente se produzca un olvido
irreversible. Ejemplos similares pueden elegirse en relación a otros
tipos de información: podemos repetir inmediatamente una lista de 6
o 7 palabras o letras, o la última frase que acaba de pronunciar
nuestro interlocutor. Sin embargo, en todas estas situaciones,
pasados unos cuantos segundos, la información parece haberse
“borrado” por completo. Estos ejemplos ilustran una de las
propiedades básicas de la MCP, que es su persistencia
limitada (aproximadamente entre 15 y 30 segundos, tal como
veremos). Por otra parte, MCP tiene una capacidad limitada, lo cual
también se puede comprobar intuitivamente. Si alguien nos lee 15
dígitos, seguramente no seremos capaces de repetirlos sin errores
ni siquiera inmediatamente. De hacho, las investigaciones empíricas
han establecido los límites de MCP en 7 unidades de información
aproximadamente. Cuando se excede esta cantidad, MCP recibe
una sobrecarga que se manifiesta por su escasa retención.

Resulta sorprendente la escasa capacidad de este mecanismo de


memoria. Sin embargo, este aparente déficit se ve compensado por
la existencia de una memoria permanente. En efecto, nuestra
experiencia intuitiva nos señala que poseemos una capacidad
ingente de información almacenada y disponible por tiempo
indefinido. Nuestros conocimientos léxicos y sobre las reglas del
lenguaje, nuestras habilidades o destrezas (tales como conducir un
automóvil, o escribir a máquina), la multitud de recuerdos
autobiográficos que podemos evocar a voluntad, nuestros
conocimientos teóricos y prácticos sobre psicología, etc.,
evidentemente no son consecuencia de nuestra experiencia
temporalmente inmediata (MCP), sino de un almacenamiento
permanente en la memoria a largo plazo (MLP).

La información almacenada en MLP permanece habitualmente en


un estado inactivo o latente, y sólo se recuperan fragmentos de
información eventualmente, cuando las demandas ambientales o
una determinada tarea así lo exigen. Por ejemplo, ante la pregunta,
“¿Quién descubrió América?”, casi inmediatamente respondemos
sin error. El segmento de información “Colón descubrió América”
permanecía almacenado en un estado no activo en MLP, hasta que
la pregunta anterior desencadenó el proceso de recuperación de
dicha información.

En suma, la memoria a largo plazo es un almacén de capacidad


ilimitada y persistencia ilimitada en el que la información permanece
en un estado inactivo habitualmente.

MCP y MLP son dispositivos estrechamente relacionados, pese a


sus diferencias funcionales. Existe una doble interacción entre
ambas estructuras. Por una parte, la información retenida en MCP,
procedente del input sensorial, ocasionalmente se trasvasa a MLP.
Por ejemplo, si el número de teléfono que acabamos de escuchar
por primera vez nos interesa especialmente, podemos repetirlo
mentalmente varias veces y de este modo transferirlo a MLP con el
fin de recordarlo indefinidamente. Por otra parte, cuando deseamos
recuperar alguna información de MLP para su uso inmediato, dicha
información se activa en MCP. MCP es, por tanto, un dispositivo
que opera a partir de inputs procedentes tanto del exterior como del
propio sistema cognitivo. Esta confluencia de flujos informacionales
sugiere le importancia de MCP como sistema de control, sobre la
que insistiremos más adelante. En MCP se combina la información
del input sensorial con los conocimientos permanentes del sujeto,
ejecutándose complejas operaciones de codificación y elaboración
de la información. Debido a este importante rasgo funcional, a MCP
también se le ha llamado “memoria activa” o “memoria operativa”.
Existen otras diferencias substantivas entre MCP y MLP aparte de
las ya señaladas en capacidad, persistencia y activación. El formato
de la información es diferente en ambas estructuras. Los trasvases
desde MCP a MLP no son una traslación puramente mecánica de
contenidos, sino que van acompañados de profundas
transformaciones relativas a la estructura de la propia información.
Mientras que MCP retiene fundamentalmente las propiedades
físicas de la información (vg: fonéticas), en MLP se retiene una
réplica semántica de ésta. Por ejemplo, podemos repetir
literalmente una frase inmediatamente después de oírla, ya que
MCP preserva el flujo fonético- temporal de la frase. Pero si
intentamos recordar una conversación al cabo de unas horas,
probablemente no seamos capaces de reproducir exactamente las
frases que pronunciamos o escuchamos, sino una paráfrasis de la
conversación en la que utilizaremos un léxico y unas frases distintas
de las originales, preservando, a pesar de ello, el significado
general de los mensajes. En este caso, la información que
recordamos, ha sido almacenada en MLP, y se puede inferir por la
aparente “inexactitud” de nuestro recuerdo que en dicho sistema no
se almacenan los aspectos superficiales de la información
(fonéticos y articulatorios) sino más bien una réplica semántica de la
información. Incluso en el aprendizaje de sílabas sin sentido del tipo
utilizado en las investigaciones pioneras de EBBINGHAUS, el
almacenamiento permanente de este material va unido a
estrategias semánticas. Cuando el sujeto recibe sílabas sin sentido
como CAZ, suele emplear trucos mnemotécnicos que imponen un
significado a los estímulos (vg: CAZ puede codificarse como
CAZAR).

Otra propiedad diferencial radica en los procesos de búsqueda o


recuperación de información en MCP y MLP. Ya hemos señalado
que por definición MCP es una memoria activa en la que la
información almacenada resulta accesible casi instantáneamente
(aunque existen ciertos matices sobre esa accesibilidad tal como
veremos más adelante). Sien embargo, MLP, por el enorme
repertorio de conocimientos que almacena, requiere procesos de
recuperación muy sofisticados. A modo de ejercicio mental, intente
el lector recordar que estaba haciendo el martes por la tarde hace
dos semanas. Probablemente el recuerdo de los sucesos de ese
día no es automático ni instantáneo, y sólo tras un esfuerzo de
concentración considerable, siguiendo procesos sistemáticos de
búsqueda y de inferencia, podrá llegar a responder a este tipo de
requerimientos. En ocasiones los mecanismos de búsqueda y
recuperación de MLP pueden fallar totalmente, pese a tener
constancia de que poseemos la información que buscamos. Tal es
el case del conocido fenómeno de la “punta de la lengua”, en que
intentamos recordar una palabra que conocemos perfectamente y
de la que tenemos una idea próxima de cómo es, pero no podemos
recuperarla inmediatamente.

MEMORIA ICÓNICA /MEMORIA ECOICA:

Memoria icónica: Es la responsable del registro precategorial de la


información visual.

Memoria ecoica: Se retiene sin analizar la información auditiva.

Memoria Icónica/ Estudio Sperling (1959)  : Cuando se presenta a


los sujetos un estímulo visual durante unas fracciones de segundo,
éstos sólo podían recordar aparentemente un pequeño fragmento
del estímulo; pero muchos de ellos, manifestaban haber “visto”
mucho más de lo que podían informar. Parecían captar todo el
estímulo, pero durante un tiempo tan breve que lo olvidaban al
informar.

Memoria Ecoica: Se caracteriza como un registro auditivo,


precategorial, de gran capacidad y persistencia limitada que retiene
literalmente la información del input antes de ser procesada. Es, por
tanto, un almacén análogo a la memoria icónica.

¿POR QUÉ OLVIDAMOS?

Olvido y M.C.P.

La información desaparece de la MCP merced de la inteligencia y el


paso del tiempo. A medida que ingresa en la memoria a corto plazo
una nueva información, el rastro de la antigua se debilita.

La información también desaparece de la memoria a corto plazo en


razón del transcurso del tiempo. Sin el olvido reorganizaríamos
excesivamente la memoria a corto plazo y se interrumpiría el
aprendizaje.

Olvido y M.L.P.
La información perdida de la memoria a corto plazo, realmente se
olvida. Pero parece que la almacenada en la memoria a largo plazo
siempre puede ser recuperada con las condiciones oportunas.

Lindsay y Norman, indican que la recuperación eficaz es realmente


un proceso de resolución de problemas que hace uso de la lógica,
con indicios y otros conocimientos para reconstruir la información, a
veces incorrectamente, utilizando nuestro conocimiento actual para
colmar los huecos de las partes perdidas.

Freud por su parte, señaló que a veces olvidamos


intencionadamente o suprimimos ciertas experiencias que
realmente no queremos recordar.

Otra explicación del olvido es la de que el rastro se esfuma


sencillamente de la memoria cuando la información no es utilizada
frecuentemente. La interferencia es causa de olvido. Cuando
nuevas asociaciones verbales hacen que a una persona le sea
difícil recordar la información antigua, esta interferencia se llama
interferencia retroactiva. Si los recuerdos de antiguas asociaciones
verbales hacen difícil el recuerdo de una información nueva, la
interferencia recibe el nombre de interferencia proactiva.

Sugerencias para concentrar la atención de los alumnos:

 Decir a los alumnos cuál es el objeto de la lección.

 Preguntar a los alumnos por qué creen que es importante el


aprendizaje material.

 Suscitar la curiosidad con preguntas tales a “¿Qué ocurriría


si...?”

 Crear la sorpresa disponiendo un hecho inesperado como unas


manifestaciones en voz alta justo antes de empezar una lección
sobre comunicación.

 Alterar el entorno físico del aula.

 Desplazar los canales sensoriales dando una lección que exija


que los alumnos actúen con sus sentidos.

 Utilizar movimientos, gestos.

 Evitar conductas que revelen distracción.


Estrategias para ayudar a los alumnos a recordar:

o Mnemotécnica:

Su propósito consiste en conectar el nuevo material que ha de ser


aprendido con información que es ya bien conocida.

o Encadenamiento:

Estos son ayudas de la memoria en que cada artículo de una lista


se halla ligado con el siguiente a través de una asociación visual.

o Loci:

Viene del latín “locus” que significa “lugar”. Se escogen


localizaciones de casa, por ejemplo, y se colocan los temas a
recordar en ella (en la mesa, el sofá, la cocina...) Para recordar hay
que dar un paseo imaginario por la casa.

o Palabra clave:

Se aprende una lista de palabras que darán como resultado que la


lista siguiente sea más fácil de aprender, por asociación.

o Indicios auditivos:

Se basa sobre todo en las rimas, y el único problema que puede


presentar es la pérdida de relación al traducirse a otro idioma.

o Agrupamiento:

Se agrupan fragmentos aislados para que la M.C.P. retenga mejor,


es necesario que no sea demasiado extenso, por eso si se quieren
recordar 6 dígitos (2, 6, 5, 9, 3, 4) es más fácil hacerlo de dos en
dos (26, 59, 34).

o Pura memorización:

Ciertas cosas sólo se aprenden de esta forma, pero hay estrategias


para lograrlo con éxito. Fragmentar el tema, repetir párrafos y no
todo completo y técnicas anteriormente citadas.

FUNCIONES DEL CONOCIMIENTO EN LA COGNICION


Cognición Y Ciencia Cognitiva
Qué es la cognición? Significado y definición
¿Qué es la cognición? La palabra cognición viene del latín
"cognoscere", que significa conocer. Por lo tanto, cuando hablamos
de lo cognitivo normalmente nos estamos refiriendo a todo aquello
que pertenece o que está relacionado con el conocimiento, es
decir, el cúmulo de información que hemos adquirido gracias al
aprendizaje o la experiencia.
La definición más aceptada de cognición es la capacidad que
tenemos los seres vivos de procesar la información a partir de
la percepción (estímulos que nos llegan del mundo exterior a
través de los sentidos), el conocimiento adquirido con la experiencia
y nuestras características subjetivas que nos permiten integrar toda
esta información para valorar e interpretar el mundo. Es decir, la
cognición es la habilidad que tenemos para asimilar y procesar los
datos que nos llegan de diferentes vías (percepción, experiencia,
creencias…) para convertirlos en conocimiento. La cognición
engloba diferentes procesos cognitivos como el aprendizaje, la
atención, la memoria, el lenguaje, el razonamiento, la toma de
decisiones, etc… que forman parte del desarrollo intelectual y de la
experiencia.
Distintas disciplinas han abordado el estudio de la cognición, la
neurología, la psicología, la antropología, la filosofía e incluso las
ciencias de la información. Pero fue la psicología cognitiva la que
empezó a estudiar cómo el procesamiento de la información
influía en la conducta y qué relación tenían los diferentes
procesos mentales en la adquisición del conocimiento. La
psicología cognitiva surgió a finales de los años 50 como
contraposición al conductismo imperante de la época. Autores como
Piaget y Vigotsky revolucionaron el panorama científico gracias a
sus teorías sobre el desarrollo y aprendizaje cognitivo, que aún hoy
siguen vigentes. A partir de la década de los 60, el interés por la
cognición y las capacidades cognitivas aumentó exponencialmente,
y el número de investigaciones que se generaron permitió
incrementar el conocimiento que tenemos sobre estos procesos.
Actualmente, los avances en neuroimagen nos permiten añadir un
conocimiento fisiológico y neuroanatómico muy importante para la
comprensión de los procesos mentales y cómo estos influyen en
nuestras conductas y emociones.
Los procesos cognitivos
¿Qué son los procesos cognitivos? Podemos entender los
procesos cognitivos como los procedimientos que utilizamos para
incorporar nuevos conocimientos y tomar decisiones al respecto. En
dichos procesos intervienen varias funciones cognitivas: la
percepción, la atención, la memoria, el razonamiento… Todas estas
funciones cognitivas trabajan conjuntamente para integrar el
conocimiento y crear una interpretación del mundo que nos rodea.
 LA PERCEPCIÓN COMO PROCESO
COGNITIVO: La percepción cognitiva nos permite organizar y
comprender el mundo a través de los estímulos que recibimos
con los sentidos. Podemos recibir información de los cinco los
sentidos clásicos como la vista, el oído, el gusto, el olfato y el
tacto, pero también de otros no tan conocidos como la
propiocepción (es el sentido que informa sobre la posición
corporal, el que nos permite que tengamos un esquema corporal
y sepamos qué posición ocupamos en el espacio) o la
interocepción (que es la percepción de cómo están los órganos
de nuestro cuerpo, y es el que nos permite saber cuándo tenemos
sed o hambre). Una vez recibidos, nuestro cerebro integra toda
esta información, creando un nuevo conocimiento.
 LA ATENCIÓN COMO PROCESO COGNITIVO: La atención es
un proceso cognitivo que nos permite concentrarnos en un
estímulo o una actividad, para luego poderlo procesar más
profundamente en la conciencia. La atención es una función
cognitiva fundamental para el desarrollo de la vida diaria y se
utiliza en la mayoría de tareas que llevamos a cabo. De hecho,
también se la considera como el mecanismo que controla y regula
el resto de procesos cognitivos: desde la percepción
(necesitamos la atención para atender a los estímulos que nos
llegan de los sentidos) hasta el aprendizaje o el razonamiento
complejo.
 LA MEMORIA COMO PROCESO COGNITIVO: La memoria es la
función cognitiva que permite codificar, almacenar y recuperar la
información del pasado. La memoria es un proceso básico para el
aprendizaje y es la que nos permite crearnos un sentido de
identidad. Hay muchos tipos y clasificaciones de memoria,
podemos hablar de la memoria a corto plazo, que es capacidad
de mantener temporalmente la información en la mente (recordar
un número de teléfono en la mente hasta que conseguimos
apuntarlo en un papel), y de memoria a largo plazo que son todos
aquellos recuerdos o conocimientos que guardamos durante
mucho más tiempo. Esta a su vez puede dividirse en memoria
declarativa, que incluye tanto conocimientos adquiridos mediante
el lenguaje y la educación (por ejemplo, saber que la guerra civil
acabó en 1939) como los adquiridos a través de experiencias
personales y vivencias (recordar lo que me cocinaba mi abuela en
el pueblo); o memoria procedimental, que se refiere al aprendizaje
de rutinas (por ejemplo, aprender a conducir o ir en bici), memoria
auditiva, memoria contextual, denominación, reconocimiento.
 EL PENSAMIENTO COMO PROCESO COGNITIVO: El
pensamiento es fundamental en todo proceso cognitivo. Permite
integrar toda la información recibida y establecer relaciones entre
los datos que la componen. Para ello se vale del razonamiento, la
síntesis y la resolución de problemas, es decir, de las funciones
ejecutivas.
 EL LENGUAJE COMO PROCESO COGNITIVO: El lenguaje es
la capacidad que tenemos para expresar pensamientos y
sentimientos a través de la palabra. Es la herramienta que
usamos para comunicarnos y para organizar y transmitir la
información que tenemos sobre nosotros y sobre el mundo. El
lenguaje y el pensamiento se desarrollan de forma paralela y
están íntimamente relacionados, influyéndose recíprocamente.
 EL APRENDIZAJE COMO PROCESO COGNITIVO: Es el
proceso cognitivo a través del cual incorporamos nueva
información a nuestro conocimiento previo. En el aprendizaje
incluimos cosas tan dispares como el aprendizaje de conductas o
hábitos como lavarnos los dientes o aprender a caminar, como
todos los conocimientos que vamos adquiriendo con la
socialización y la escuela. Piaget y otros autores hablaban del
aprendizaje cognitivo como el proceso en el que la información
entra en el sistema cognitivo y lo cambia.

Los procesos cognitivos pueden ser naturales o artificiales,


conscientes o inconscientes, pero generalmente son muy rápidos
y ocurren constantemente y casi sin que nos demos cuenta.
Por ejemplo, cuando vamos por la calle y vemos un semáforo en
rojo iniciamos un proceso cognitivo que nos llevará a tomar una
decisión (cruzar o no cruzar). Lo primero que haremos es centrar
nuestra atención en el semáforo, a través de la vista veremos que
está en rojo. En cuestión de milisegundos recuperamos de nuestra
memoria que cuando está el semáforo en rojo no se debe cruzar;
pero también recordaremos que, a veces, si no pasan coches lo
hacemos. Aquí probablemente tomemos nuestra primera decisión: o
esperamos hasta que el semáforo se ponga en rojo, o mirar hacia
un lado y otro de la calle (dirigir de nuevo nuestra atención) para ver
si pasan coches o si es seguro cruzar.

¿Se puede mejorar nuestra cognición?


¿Se puede mejorar nuestra cognición? ¿Cómo podemos hacerlo? A
continuación detallamos alguna herramienta y estrategia orientada a
mejorar tu cognición y rendimiento cognitivo:
EL PROGRAMA DE ESTIMULACIÓN COGNITIVA DE
COGNIFIT: ha sido diseñado por un completo equipo de neurólogos
y psicólogos cognitivos que estudian los procesos de plasticidad
sináptica y neurogénesis. Únicamente son necesarios 15 minutos
al día (2-3 días por semana) para estimular las capacidades y
procesos cognitivos, este programa es accesible vía online, y
está dirigido a particulares, investigadores y profesionales del sector
salud, y colegios.
Los ejercicios clínicos de estimulación cognitiva de CogniFit
permiten evaluar de forma precisa +20 funciones cognitivas
fundamentales, perfectamente definidas y sometidas a un control
de medida objetivo que proporciona resultados normalizados en
edad y criterios demográficos en base a miles de sujetos.
Los diferentes ejercicios interactivos, se presentan
como entretenidos juegos mentales que puedes practicar a
través del ordenador. Después de cada sesión, CogniFit
presentará un gráfico detallado con la evolución del estado cognitivo
del usuario. Además, permite comparar el rendimiento cognitivo con
el resto de usuarios. Se ha demostrado que la batería de ejercicios
clínicos online de CogniFit fomenta la creación de nuevas sinapsis y
circuitos neuronales capaces de reorganizar y recuperar la función
de las áreas cognitivas más deterioradas.
Sabemos que, con el uso, el cerebro puede cambiar su estructura y
su funcionamiento. Es lo que llamamos plasticidad cerebral o
neuroplasticidad. Gracias a ella, podemos mejorar nuestras
capacidades cognitivas si somos personas sanas, pero también
podemos restaurarlas (o mantenerlas) cuando se ven alteradas por
una lesion cerebral (traumatismo, ictus…) o una enfermedad
neurológica (esclerosis múltiple, Alzheimer, deterioro cognitivo…).
La plasticidad cerebral nos permite crear nuevas conexiones
cerebrales y aumentar los circuitos neuronales, mejorando su
funcionalidad.
Si algo nos ha enseñado la neurociencia y el estudio de la
plasticidad cerebral es que cuanto más usamos un circuito
neuronal, más fuerte se hace. El programa de estimulación
cognitiva de CogniFit está dirigido a explorar nuestros procesos
cognitivos. Una vez que entiende cual es la situación cognitiva
particular de cada individuo, ofrece a cada usuario un régimen de
ejercicios cognitivos personalizados. Centrarnos en aquellas
tareas que más nos cuestan y plantearnos continuamente nuevos
retos cognitivos, hará que vayamos creando y estableciendo nuevas
conexiones neuronales que se irán reforzando y haciendo más
fuertes.

REDUCIR NUESTRO NIVEL DE ESTRÉS: también, puede ayudar


a mejorar nuestra cognición. El estrés aumenta los niveles de
cortisol, el cual ataca la mielina de los axones, lo que impide una
transmisión de la información eficaz. Reducir el estrés, mejora la
conexión sináptica. Mantener una actitud positiva hace que seamos
más creativos a la hora de solucionar problemas y probablemente
nos hace ser cognitivamente más flexibles.
LA MEDITACIÓN: también puede mejorar nuestra cognición. En los
últimos años ha crecido el número de investigaciones que estudian
los efectos de la meditación en los procesos cognitivos. La
meditación requiere concentración y atención consciente, que como
hemos dicho, tienen una gran capacidad para crear nuevos circuitos
funcionales. La investigación parece respaldar esta idea y se ha
relacionado la meditación con mejoras en atención, memoria,
función ejecutiva, velocidad de procesamiento y cognición general.
HACER EJERCICIO FÍSICO: Hacer ejercicio físico también mejora
nuestra cognición. No hace falta que sean actividades muy
intensas, de hecho caminar 45 minutos a la semana tres veces a la
semana parece que mejora la memoria y el razonamiento
(funciones ejecutivas) y la práctica de tai-chí el funcionamiento
ejecutivo principalmente.

REPRESENTACIONES Y SUS FORMATOS

INDICACIÓN Y ESPACIO PARA ENVIAR LA TAREA #4


Lee el texto de Edward Smith y Stephen M. Kosslyn, Procesos
Cognoscitivos, Modelos y bases neurales. Págs. (152-222) o
investiga en otras fuentes y realiza las siguientes actividades: 1.
Elabora un cuadro sinóptico en el que síntesis los puntos que se
presentan a continuación: a. Funciones del conocimiento en la
cognición. b. Representaciones y su formato c. De la representación
al conocimiento de categorías. d. Codificación y la recuperación. 2.
Investigue respecto a la memoria a largo plazo y a corto plazo y
redacte un ejemplo de lo que el ser humano almacena en cada una
de ellas.

INTRODUCCIÓN
Las funciones cognitivas son los procesos mentales que nos
permiten llevar a cabo cualquier tarea. Hacen posible que el sujeto
tenga un papel activo en los procesos de recepción, selección,
transformación, almacenamiento, elaboración y recuperación de la
información, lo que le permite desenvolverse en el mundo que le
rodea. Posiblemente lo más importante para cualquier ser humano
es su capacidad para almacenar experiencias y poder beneficiarse
de dichas experiencias en su actuación futura.

DESARROLLO 1. Elabora un cuadro sinóptico en el que síntesis los


puntos que se presentan a continuación:
A. Funciones del conocimiento en la cognición.
Existe y opera de forma no conciente.Ejemplos de estos
conocimientos: Las estadisticas de béisbol, saber tocar guitarra,
manejar un auto, pedir comida en un restaurante. Sin conocimiento
cualquier proceso mental llegaría a ser ineficaz.Es información
acerca del mundo, que se almacena en la memoria y que va de lo
cotidiano a lo formal.
B.Representaciones y su formato
Una representación
es un estado físico (como las marcas en una página, los campos
magnéticos en un ordenador o las conexiones neurales en un
cerebro). Las representaciones también pueden transmitir
información de aquello que representan. Ejemplo un mapa de un
metro, dando continuidad a sus diferentes paradas.
El formato
se refiere a su tipo de código, no sólo se refiere a los elementos que
conforman una representación sino que se basa en las
características de los procesos que operan en ellos para extraer
información. El conocimiento se puede representar en varios
formatos, incluyendo imágenes Descriptivas, análisis de
características, símbolos amodales y modelos estadísticos.
C. De la representación al conocimiento de categorías.
Son estructuras diferentes y organiadas. ejemplares, reglas,
prototipos, conocimiento de base, esquemas .

Ejemplares:L
as estructuras más simples que contienen conocimiento de
categorías son los recuerdos de
miembros individuales,.
Prototipo:
Especifica simplemente qué propiedades es más probable que se
den en una categoría.
Regla
Es un requerimiento estricto en cuanto a las propiedades que se
requieren para pertenecer a una categoría En cualquier proceso de
aprendizaje, las propiedades se acumulan en condiciones de
relativo aislamiento. Sin embargo, cada vez más investigadores
consideran que las propiedades por lo general activan un
conocimiento de base en la memoria,.
D. Codificación y la recuperación. Codificación:
La codificación alude al proceso por el cual la información se
registra al principio en forma útil en la memoria.
La Recuperación de la Información,
tiene por objeto: identificar, localizar, seleccionar y acceder a los
recursos de información útiles al usuario
.
Cuando la codificación del material es organizada, la recuperación
de un fragmento de información lleva a recordar elementos
relacionados.
--
Codificación visual.-Codificación acústica o auditiva.
-Codificación semántica.
-

La Estructura Del Conocimiento Humano

2515 palabras 11 páginas
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Cuando se habla de la estructura del conocimiento, realmente es un
poco confuso pensar que el conocimiento deba tener estructura, ya
que al hablar de estructura, podemos llegar a imaginar algo rígido, un
proceso que tiene varios pases y no se puede avanzar uno sin haber
completado el anterior; Bernard y Lonergan nos proponen su punto
de vista sobre esta estructura, como una estructura dinámica.

Si se hiciera un análisis desde este punto de vista, el conocimiento


se debe de tomar en cuenta como un “todo”, y éste “todo” debe de
constar de “partes” que se encuentren relacionadas a otras “partes” y
estas formen al todo, pero el “todo” y no todo se vería como una
estructura, ya que cada “parte” puede cumplir como una estructura
separada y …ver más… 
Un paradigma es un modela completo dentro del cual tiene sentido
los conceptos, las leyes, las teorías e incluso las técnicas y métodos
de trabajo que adoptan los científicos dentro de ese paradigma.
Paradigma son por ejemplo la mecánica newtoniana, la teoría de la
relatividad de Einstein, la teoría darwinista de la evolución.

Según Kuhn el avance del conocimiento se produce del siguiente


modo:

Previa a la aparición de un paradigma hay una etapa que Kuhn llama


de preciencia en la cual los científicos se limitan a recopilar hechos
más o menos al azar al no disponer de un criterio de selección. En
un momento dado se propone un paradigma modelo que sirve para
interpretar una gama o una serie de hechos y que hace que
aparezcan menos hechos hasta entonces no considerados. Este
paradigma acabara imponiéndose y será aceptada por la comunidad
científica y así se contribuye lo que Kuhn llama ciencia normal. Una
vez constituido el paradigma, los científicos se dedican a
desarrollarlo al máximo aplicando el paradigma a menos parcelas, es
decir se elaboran teorías, se resuelven problemas, se acortan
nuevos resultados a partir de ese nuevo paradigma.
Los recuerdos de la infancia, el primer amor, las experiencias en el trabajo:
son recuerdos que dan continuidad a nuestras vidas y nos otorgan una
identidad. Para poder recordar es necesario que interactúen muchas áreas
del cerebro.
“Somos quienes somos por obra de lo que aprendemos y lo que
recordamos”, dijo en una ocasión el famoso científico de la memoria y
Premio Nobel Eric Kandel. Y añadió: “La memoria es el pegamento que
une los retazos de nuestra vida mental y da un sentido de continuidad a
nuestras vidas”. El mejor ejemplo es el de las personas que sufren una
pérdida de memoria total. Tienden a sentirse como si estuvieran
constantemente despertándose de un largo período de inconsciencia y no
recordaran lo que ha sucedido antes. Si no pudiéramos recurrir a la
memoria, no tendríamos posibilidad de recordar los numerosos episodios y
experiencias que conforman nuestras vidas. Un psicólogo canadiense y
profesor retirado, el doctor Endel Tulving, acuñó el término “memoria
episódica” para esa parte de nuestro sistema de memoria: “La memoria
episódica es el tipo de memoria que nos permite ‘viajar mentalmente’ en el
tiempo y así recordar nuestras experiencias pasadas y los eventos que
hemos presenciado y en los que hemos participado”, afirma Tulving.
Además, somos conscientes del contenido de la memoria episódica y
podemos expresarlo en palabras.

Si no pudiéramos recordar, nuestra propia biografía consciente se nos


escaparía de las manos. Y no solo eso: no podríamos realizar actividades
triviales y cotidianas como montar en bici y atarnos los cordones de los
zapatos. Este tipo de tareas de la memoria procedimental, que requieren
principalmente del uso del movimiento, son automáticas e inconscientes.
Pero, ¿cómo surgen inicialmente los recuerdos? Lo que recordamos
depende, en gran media y en primer lugar, de cuánta atención prestamos en
ese momento. Estamos sometidos a un incesante bombardeo de estímulos
cada minuto que pasamos despiertos. Puesto que la capacidad del cerebro
para procesar la información sensorial es limitada, el principal centro de
pensamientos del cerebro separa lo importante de lo que no lo es. La parte
de la memoria que se expresa en palabras solo almacena las cosas a las que
prestamos atención. Para que un acontecimiento se conserve en la memoria
a largo plazo es necesario que pase por una serie de fases de procesamiento
que tienen lugar en el cerebro.

“Si, por ejemplo, participo en una degustación de vinos durante un viaje


por Sudáfrica, puede surgir un recuerdo autobiográfico de este
acontecimiento”, afirma el profesor Hans J. Markowitsch, neuropsicólogo
de la Universidad de Bielefeld. “La información sensorial recibida durante
la sesión de degustación entra, en primer lugar, en la memoria a corto
plazo”. Aquí, la información entrante puede conservarse entre unos pocos
segundos y un par de minutos. “La información pasa con relativa velocidad
de aquí a dos circuitos del sistema límbico”, continúa Markowitsch. Desde
ahí, se comprueba si la información nos recuerda a otros acontecimientos y
experiencias anteriores y se establecen unos vínculos. En este proceso, la
amígdala, que es básicamente el centro emocional de nuestro cerebro, se
encarga de la evaluación e interpretación emocional de los
acontecimientos. “Otras áreas del sistema límbico someten la información
entrante a una evaluación social y biológica”, comenta Markowitsch.
Si la información se clasifica como importante, entra en juego el
hipocampo. Uno de los pacientes de psicología más famosos, un americano
llamado Henry Molaison, nos sirve para ilustrar la función que desempeña
esta parte del cerebro: para curarle de epilepsia, uno de los procedimientos
que se utilizaron fue extraerle el hipocampo. Los ataques epilépticos de
Molaison desaparecieron, pero también perdió su memoria autobiográfica.
Molaison ya no pudo seguir alimentando su memoria con acontecimientos
nuevos. “Evidentemente, el hipocampo es una de las estructuras del sistema
límbico que participa en la transferencia de información de la memoria a
corto plazo a la memoria a largo plazo”, explica Markowitsch. Así, los
acontecimientos autobiográficos se almacenan principalmente en la corteza
cerebral derecha.

Si volvemos a pensar en la degustación de vino de Sudáfrica después de


mucho tiempo, se reactivan las áreas del cerebro que participaron de forma
relevante cuando se crearon los recuerdos originalmente. El profesor Itzhak
Fried, doctor en neurociencia del Centro Médico de la Universidad de
California Los Ángeles, observó este fenómeno en un estudio al nivel más
básico, el de las neuronas. El recuerdo surge de la actividad de las mismas
neuronas que estaban activas durante la formación del contenido del
recuerdo. Fried lo explica así: “De algún modo, revivir una experiencia
pasada en la memoria es la resurrección de la actividad neuronal del
pasado”.

El rastro de la memoria
Los recuerdos dejan un rastro duradero en el cerebro. Ya en 1949, el
psicólogo canadiense Donald O. Hebb supuso que esos rastros se
distribuían en grandes grupos de neuronas. Resumió su naturaleza exacta
en una frase concisa: “Las neuronas que se activan al mismo tiempo,
quedan conectadas entre sí”. La historia de la degustación de vino en
Sudáfrica puede servirnos de nuevo para ilustrar el modelo de Hebb. La
degustación de vino crea una serie de impresiones. Además del delicioso
sabor afrutado del vino, también recibimos información sensorial del
entorno en el que tiene lugar la degustación. Las neuronas que se activaron
repetidamente al unísono mientras disfrutábamos del vino y apreciábamos
los alrededores se iban interconectando cada vez más. Durante este proceso
de amplificación, se producen cambios en las sinapsis o unión entre dos
neuronas. En pocas palabras, la primera de estas dos neuronas libera más
transmisores, como el glutamato, que migran por la hendidura sináptica a la
segunda neurona. Los transmisores facilitan la comunicación entre las
neuronas y, en consecuencia, la mejora de la conexión permite a la primera
neurona activar la segunda más fácilmente.
Posteriormente, el sabor del mismo vino sudafricano podría ser suficiente
para revivir la degustación de vino mentalmente. Científicos americanos
publicaron recientemente un trabajo en la revista Nature en el que
aportaban pruebas inmediatas de que es así como se establecen las huellas
de la memoria. Cuando los científicos debilitaban ciertas conexiones entre
neuronas en sus modelos animales, los animales dejaban de recordar
acontecimientos desagradables que habían experimentado.

A pesar de los indiscutibles avances realizados en la investigación de la


memoria en las últimas décadas, aún quedan muchas preguntas sin
responder: “Por ejemplo, todavía no sabemos si realmente podemos
olvidar”, afirma Hans Markowitsch. “Es posible que sencillamente no
podamos recuperar información almacenada porque la hemos apartado en
el subconsciente”.

Y añade que no sabemos si el olvido se debe, fundamentalmente, a la


desintegración de la información o si se debe, de hecho, a una
superposición. Los que abogan por la teoría de la superposición afirman
que el olvido se produce cuando la recuperación del contenido de un
recuerdo se ve interrumpida por otro recuerdo. “En este proceso, entra
constantemente información nueva en la memoria y se mezcla con
recuerdos antiguos, dando lugar a su modificación o interrumpiendo su
recuperación”, explica Markowitsch.

Prácticamente todos los días aparecen estudios con nuevos avances, afirma
Endel Tulving, quien concluye que: “Con todo, el mayor descubrimiento
después de más de cien años de estudio científico de la memoria puede ser
la constatación de que la memoria es mucho más compleja de lo que nadie
puede imaginar”.
o plazo?
La memoria a largo plazo (MLP) se puede definir como
el mecanismo cerebral que nos permite codificar y retener una
cantidad prácticamente ilimitada de información durante un
periodo largo de tiempo. Los recuerdos que almacenamos en la
memoria a largo plazo pueden durar desde unos segundos hasta
varios años.
La memoria a largo plazo resulta un elemento clave para realizar
nuestras tareas cotidianas sin errores y de forma autónoma. Este
tipo de memoria hace referencia a la capacidad del cerebro para
almacenar hechos, conocimientos o destrezas y recuperar más
tarde esos recuerdos. La memoria a largo plazo es una capacidad
muy amplia y compleja que implica una gran cantidad
de estructuras cerebrales. Por esto mismo, es muy sensible al daño
cerebral. Afortunadamente, la práctica y el entrenamiento cognitivo
puede mejorar esta importante función cognitiva.
El programa líder en entrenamiento cerebral de CogniFit
permite activar y fortalecer nuestra memoria y otras
importantes capacidades cognitivas. Sus juegos mentales han
sido diseñados para estimular determinados patrones de activación
neuronal. La activación repetida de estos patrones cognitivos puede
ayudar a fortalecer las conexiones neuronales implicadas en la
memoria y establecer nuevas sinapsis capaces de reorganizar y/o
recuperar funciones cognitivas más débiles o dañadas.
Tipos de memoria a largo plazo
Evaluación de la memoria
Una buena capacidad de memoria resulta imprescindible para
realizar nuestras actividades cotidiana de manera autónoma y sin
errores. Por esto, es importante conocer y evaluar el estado de
nuestra memoria. CogniFit dispone de una serie de tests para medir
la memoria (en concreto, la memoria auditiva a corto plazo,
la memoria contextual, la memoria a corto plazo, la memoria no
verbal, la memoria visual a corto plazo, la memoria de trabajo y
el reconocimiento), basados en los clásicos Continous Performance
Test (CPT, de Conners), en la prueba de dígitos directos e
indirectos de la Wechsler Memory Scale (WMS), en el NEPSY (de
Korkman, Kirk y Kemp), en el Test of Variables of Attention (TOVA),
en el Memory Malingering (TOMM), en el Test de la Torre de
Londres (TOL) y en la Visual Organisation Task (VOT). Estos tests,
además de medir memoria, también evalúan tiempo de respuesta,
velocidad de procesamiento, denominación, percepción visual,
monitorización, planificación, escaneo visual y percepción espacial.
 Test Secuencial WOM-ASM: En la pantalla aparecen una
serie de bolas con diferentes números. Se tendrán que
memorizar la serie de números para poder repetirlos
posteriormente. En primer lugar, la serie estará compuesta por
un solo número, pero irá incrementando progresivamente
hasta que se cometa algún error. Habrá que reproducir cada
serie de números tras cada presentación.
 Test de Indagación REST-COM : Aparecen objetos durante
poco tiempo. Después se debe seleccionar la palabra que
corresponda con las imágenes presentadas, lo más
rápidamente posible.
 Test de Identificación COM-NAM : Se presentarán objetos
mediante imagen o sonido. Tendremos que decir en qué
formato (imagen o sonido) ha aparecido el objeto la última
vez, o si no ha aparecido previamente.
 Test de Concentración VISMEM-PLAN : Aparecerán estímulos
posicionados en la pantalla y distribuidos de manera
alternativa. Siguiendo un orden, los estímulos se irán
iluminando junto con la aparición de un sonido hasta
completar la serie. Durante la presentación, hay que prestar
atención tanto a los sonidos como a las imágenes iluminadas.
En el turno del usuario, habrá que recordar el orden de la
presentación de los estímulos en el momento oportuno para
reproducirlos en el mismo orden que hayan sido presentados.
 Test de Reconocimiento WOM-REST : Aparecen tres objetos
en la pantalla. Primero habrá que recordar el orden de
presentación de los tres objetos tan rápido como sea posible.
Posteriormente, aparecerán cuatro series de tres objetos,
algunos de ellos diferentes a los presentados, y habrá que
detectar la secuencia inicial en el mismo orden.
 Test de Recuperación VISMEM : Aparecerán imágenes en la
pantalla durante aproximadamente cinco o seis segundos.
Durante ese tiempo, hay que intentar recordar la mayor
cantidad de objetos que aparezcan en la imagen. Agotado ese
tiempo, la imagen desaparece y se ofrecen diferentes
opciones, entre las que el usuario debe detectar la correcta.
Ejemplos de memoria a largo plazo
 La gran mayoría de los conocimientos que adquirimos en
ámbitos académicos son almacenados en nuestra memoria
semántica. Por tanto, cuando estudiamos o recordamos la
geografía de nuestro país, anatomía, química, matemáticas o
cualquier otra asignatura, estamos poniendo en marcha
nuestra memoria a largo plazo.
 Si trabajamos en un restaurante y tenemos que recordar qué
plato ha pedido cada comensal de cada una de las mesas,
haremos uso de nuestra memoria episódica. Lo mismo ocurre
cuando recordamos a los clientes habituales, por ejemplo.
 Cuando aprendemos a montar en bicicleta, nos suele costar
mucho desplazarnos unos metros sin caernos. Esto es porque
todavía no sabemos cómo mover los músculos de la manera
apropiada. En cambio, cuando hemos practicado lo suficiente,
nuestra memoria procedimental se encarga de las habilidades
motoras que hemos conseguido automatizar. Esto nos
permitiría montar en bicicleta con normalidad. Algo semejante
ocurre cuando aprendemos a conducir un automóvil.
 Para recordar dónde hemos dejado el coche, el cargador del
teléfono, cuál es la capital de nuestro país o cualquier tipo de
información que tengamos que retener de un día para otro,
utilizaremos nuestra memoria a largo plazo.
Patologías y trastornos asociados a problemas en la memoria a
largo plazo
El olvido por sí solo no es un problema de la memoria. De hecho, la
memoria tiende a deshacerse de la información que menos
utilizamos, especialmente con el avance de la edad, y es algo
completamente normal. No obstante, también existe el olvido
patológico, que sería la incapacidad de incorporar nuevos recuerdos
(amnesia anterógrada) y/o la incapacidad de recuperar recuerdos
del pasado (amnesia retrógrada). En el polo opuesto, estaría la
hipermnesia, es decir, el acceso involuntario a vívidos y detallados
recuerdos, como en el caso del trastorno por estrés postraumático.
Además, también cabe destacar que el contenido de los recuerdos
puede ser alterado en algunos trastornos, como el Síndrome de
Korsakoff, en el que la persona se inventa de manera involuntaria
los recuerdos que no es capaz de rememorar.
El trastorno de memoria por excelencia sería la Enfermedad de
Alzheimer (donde se afecta la memoria episódica, principalmente),
aunque también se pueden dar problemas de memoria en
otras demencias, como en la demencia semántica (donde el
sistema de memoria afectado es la memoria semántica) o
la Enfermedad de Parkinson (en la que se afecta la memoria
procedimental). En estos casos, suelen darse combinadas las
amnesias retrógradas y anterógradas. En los traumatismos
craneoencefálicos y en el daño cerebral por ictus, también es
frecuente que aparezca amnesia anterógrada (siendo ésta más
común que la retrógrada). En todos estos casos no es raro que
aparezcan confabulaciones. Además, el consumo de ciertas drogas
y sustancias también puede provocar pérdida transitoria o
permanente de memoria.

Muchas veces, cuando hablamos acerca de lo que recordamos o


dejamos de recordar estamos haciendo referencia no a conocimiento
general sobre el mundo, sino sobre nosotros mismos y nuestras
vivencias. En este caso nosotros somos los principales expertos, y no se
puede hablar de tener más o menos cultura por conocer más o menos
detalles sobre nuestra vida, ya que nosotros decidimos qué partes son
relevantes y cuáles no.

Este tipo de memora basado en los recuerdos de nuestras vidas es la


memoria episódica, y nuestro cerebro tiene un sistema de células
nerviosas especializado en mantenerla en funcionamiento, l cual
produce fenómenos curiosos. A continuación veremos cuáles son las
características de esta capacidad mental.

 Artículo relacionado: "Tipos de memoria: ¿cómo almacena los


recuerdos el cerebro humano?"

¿Qué es la memoria episódica?

La conocida como memoria episódica es el tipo de memoria encargado


de procesar y almacenar la información autobiográfica de cada uno y,
en concreto, aquella faceta de las propias vivencias que puede ser
expresada en palabras o en imágenes. Dicho de otro modo, es el
conjunto de procesos psicológicos superiores que crea recuerdos
narrativos acerca de la propia vida, aquello por lo que se ha pasado.

Los recuerdos de la infancia son el ejemplo típico de memoria


declarativa, ya que están compuestos por pequeñas historias,
anécdotas que uno mismo ha vivido en primera persona y están
vinculadas a información sobre contextos por los que uno ha pasado.

Así, la memoria episódica está compuesta por datos relativos a un lugar


y a un momento situado en algún punto de nuestro pasado,
independientemente de si estos recuerdos son más precisos o más
desdibujados.

Por otro lado, y al contrario de lo que durante décadas se llegó a


defender desde corrientes psicológicas relacionadas
al psicoanálisis, estos recuerdos son casi siempre conscientes (y, por
consiguiente, limitados), aunque en ocasiones, si la huella que dejaron
es muy débil, pueden llegar a desaparecer durante un tiempo para
reaparecer tímidamente después, aunque en ningún caso vuelven con
todo lujo de detalles ni a través de una fase catártica; el caso de falsos
recuerdos inculcados por otra persona es diferente, ya que no se
corresponden con algo que ocurrió de verdad.

Distinguiéndola de la memoria emocional

Hay que tener en cuenta que la memoria episódica se solapa mucho con
otro tipo de memoria que, a pesar de trabajar junto a la primera, se rige
por lógicas diferentes: la memoria emocional.

Este conjunto de procesos mentales se encarga de dejar una huella


emocional vinculada a experiencias pasadas, es decir, algo que no
puede ser expresado en palabras.

Por ejemplo, cuando olemos algo que nos recuerda a nuestra juventud
en un pequeño pueblo, esa información va más allá de las palabras y
de lo que puede ser narrado y transmitido a los demás; al fin y al cabo,
está compuesto por emociones subjetivas. Podemos explicar historias
acerca de las cosas que vivimos en aquél lugar, pero no podemos
contagiar emociones de un modo tan directo, solo una aproximación.

En definitiva, la memoria emocional no forma parte de la categoría


llamada "memoria declarativa", compuesta por la semántica y la
episódica, y por consiguiente no está compuesta por conceptos.

Partes del cerebro implicadas

Posiblemente, las dos estructuras cerebrales más relevantes en el


funcionamiento de la memoria episódica son el hipocampo y la corteza
cerebral, especialmente la que se encuentra en los lóbulos temporales.

Los hipocampos (pues hay uno en cada hemisferio del cerebro) son
estructuras ubicadas en la cara interior de los lóbulos temporales, y se
cree que actúan como "directorio" de información. Es decir,
que codifican recuerdos pertenecientes a la memoria declarativa, y
luego dejan que estos emigren a otras zonas del cerebro, repartidas por
casi toda la corteza cerebral, que es donde quedan "almacenados"
(especialmente importante es el papel de la corteza prefrontal).

En comparación, por ejemplo, la memoria emocional depende mucho


más de otro par de estructuras conocidas como amígdalas, y no tanto de
los hipocampos. De este modo, personas con los hipocampos dañados
pueden recordar muy poco sobre su vida y, sin embargo, preservar
respuestas emocionales ante ciertos estímulos vinculados a su pasado:
una casa, una canción, etc.

Trastornos que la dañan

Como los recuerdos de la memoria episódica están repartidos por buena


parte del encéfalo, existen muchas patología y tipos de accidentes
capaces de dañarla. A la práctica, son las demencias las que más se
ceban desgastando esta capacidad mental (junto al resto de tipos de
memoria). El caso de la enfermedad del Alzheimer es
conocido justamente porque los recuerdos autobiográficos se van
perdiendo a medida que avanza la patología.

Otras enfermedades capaces de dañarla son los tumores cerebrales, las


isquemias en el encéfalo, la encefalitis en alguna de sus variedades y un
gran número de trastornos neurológicos graves, como el síndrome de
Korsakoff o encefalopatías espongiformes que van agujereando los
tejidos del sistema nervioso.
TÓPICOS
 

 MEMORIA

 COGNICIÓN
 

 TRASTORNO

 CEREBRO

 NEUROCIENCIA

Arturo Torres 

Procesos de recuperación en recuerdo y reconocimiento

Es importante distinguir cómo se recupera la información de la memoria


porque: a) tanto las tareas de recuerdo como las de reconocimiento pueden
realizarse de forma controlada (lo que requiere un esfuerzo consciente de
recuperación) y de forma automática; b) a los procesos automáticos no les
afecta la disponibilidad de recursos cognitivos y por lo tanto las situaciones
de doble tarea, lo cansado que esté el testigo o lo nervioso que se ponga al
prestar declaración; y c) dan lugar a experiencias de recuperación
diferentes, ya que en la recuperación automática el testigo no tiene
conciencia de estar recordando, pero la información previamente
almacenada afecta a su comportamiento, mientras que en la recuperación
controlada el testigo es consciente de la recuperación y solo sobre ésta
puede emitir juicios y ser verbalizada.
Por ejemplo, cuando le pedimos a un testigo que señale al posible autor de
un delito en una rueda de reconocimiento puede hacerlo mediante un
proceso de razonamiento que implica recuperar la imagen del autor de
delito y compararla con cada uno de los componentes de la rueda, o basarse
en la sensación de familiaridad que le genera alguna de esas personas sin la
experiencia de memoria que le permite ser consciente de porqué resulta
familiar.
De igual modo ocurre con los recuerdos. La recuperación sobre qué ocurrió
puede realizarse mediante un proceso de reconstrucción e inferencia más
cercano a la solución de problemas o de forma automática, como ocurre
cuando de pronto se hacen accesibles recuerdos simplemente por el hecho
de estar asociados, por ejemplo, a un determinado olor muy familiar.
Cada proceso tiene unas características específicas, se ve influenciado por
distintos factores, está soportado por diferentes sistemas de memoria y da
lugar a experiencias de memoria diferentes que provocan declaraciones e
identificaciones distintas.
Además, todos estos elementos explican, entre otras cosas, porqué no son
válidos algunos de los sistemas de detección de la mentira basados en la
medición del gasto de recursos cognitivos, bajo el supuesto de que la
producción de una mentira requerirá más recursos que la descripción de un
suceso real (ver capítulo 14). En algunos casos, recuperar un detalle real
puede requerir más recursos cognitivos que la generación de una mentira.
Explica, también, porqué los testigos algunas veces no son capaces de
describir qué hicieron en una determinada situación, siendo supuestos
expertos, y se comportan como novatos. O porqué no siempre son fáciles
las valoraciones que el testigo hace sobre sus propios recuerdos y
reconocimientos.
A continuación describiremos las principales propuestas sobre sistemas de
memoria, para después centrarnos en los diferentes procesos implicados en
la recuperación automática. Sobre las experiencias de memoria nos
centraremos en el capítulo siguiente.

Sistemas de memoria
Podemos distinguir entre varias categorías de memoria en el eje
automático-controlado cada una de las cuales ha dado lugar a dimensiones
diferentes, aunque relacionadas.

Memoria declarativa y memoria procedimental


Para un testigo podría ser relativamente fácil describir unos determinados
hechos, pero mucho más difícil informar pormenorizadamente acerca de
cómo llevó a cabo una acción. Por ejemplo, intente describir de forma
detallada cómo conduce. De este modo, a un piloto de avión le sería muy
difícil describir detalladamente todos y cada uno de sus comportamientos
implicados en la gestión de la nave. Igualmente, le será difícil a un técnico
experto detallar cómo hace para ensamblar un motor o para programar una
máquina de diagnóstico médico. En la medida en que se tratan todas ellas
de acciones que forman parte de un procedimiento repetido hasta la
saciedad durante un amplio periodo de tiempo, se habrán automatizado y la
realización de gran parte de esas acciones deja de ser consciente, lo que no
implica una peor ejecución sino más bien lo contrario.  A un conductor
experto le puede ocurrir recorrer un trayecto, y cuando llega a su destino no
ser del todo consciente de cómo lo ha hecho, aun cuando esa conducción
“automática” no implique cometer errores, seguramente menos que los que
cometerá un conductor novel. Por otro lado, si a ese conductor experto o a
ese técnico les obligamos a realizar la tarea de forma completamente
consciente, por ejemplo pidiéndoles que vayan describiendo qué hacen, nos
encontraremos con que su rendimiento disminuirá significativamente.
Estos hechos se explican por la implicación de diferentes tipos de memoria.
Squire (Squire, 1986; Squire y Cohen, 1984; Squire, Knowlton y Musen,
1993; Haist, Shimamura y Squire, 1992) distingue entre dos sistemas
diferentes de memoria, basados en el conocimiento declarativo y en el
conocimiento procedimental (ACT; Anderson, 1976). O más
recientemente, entre memoria declarativa y memoria no-declarativa
(Squire, 1994).
El conocimiento declarativo es definido por Anderson como el
conocimiento de los hechos sobre el mundo, “el saber qué” ; mientras que
el conocimiento procedimental es aquel que se refiere a cómo se hacen las
cosas, “el saber cómo”. Según Ryle (1949) ambos tipos de conocimiento se
diferencian, en cuanto a su adquisición, en que el declarativo se adquiere
como un todo-o-nada y puede obtenerse repentinamente a través de la
palabra; el conocimiento procedimental, sin embargo, se adquiere de forma
gradual a través de estrategias. Anderson (1976) añade a la distinción que
el conocimiento declarativo puede comunicarse verbalmente, cosa que es
extremadamente difícil en el caso del procedimental. Tanto la memoria
episódica como la memoria semántica son memorias declarativas.
Squire y Cohen (1984) recogen la distinción de Anderson y la
plantean en términos de sistemas de memoria; la memoria declarativa y la
memoria procedimental son propuestas como dos sistemas diferentes.
Squire (1990) les atribuye las siguientes características: a) la memoria
declarativa está modelada por el mundo exterior, es explícita,  es una
memoria para hechos, es flexible y está basada en el aprendizaje con una
única presentación; y b) la memoria procedimental es una colección
heterogénea de capacidades o habilidades motoras, perceptivas y
cognitivas, está basada en los cambios en comportamientos específicos, es
responsable de la capacidad para responder a estímulos en situaciones de
condicionamiento clásico, recoge los cambios temporales en el proceso de
facilitación, es la responsable de los cambios de comportamiento a través
de la experiencia, y es implícita.
Posteriormente, Squire (1994) abandona el término memoria
procedimental en favor de memoria no-declarativa para referirse a las
habilidades de memoria no conscientes, en contraste con la recuperación
consciente de hechos y sucesos que define como memoria declarativa, y
afirma la similitud de significado entre los términos memoria no-
declarativa y memoria implícita.

Memoria explícita y memoria implícita


La memoria explícita fue definida por Schacter (1987) como la
recuperación intencional o consciente de un episodio previamente
aprendido, mientras que por memoria implícita hace referencia a aquellos
cambios en la ejecución de una tarea o conductas producidas por
experiencias previas en pruebas que no requieren la recuperación
consciente de dichas experiencias. Las tareas de recuperación explícita
necesitan el procesamiento consciente de la información (Merikle y
Reingold, 1991; Parkin, Reid y Russo, 1990), así como la recuperación
consciente del material presentado previamente (Bowers y Schacter, 1990).
Frecuentemente los términos explícito e implícito se asocian más con tareas
que con sistemas de memoria, siendo el propio Schacter (1987; Schacter y
Tulving, 1994) quien reconoce que no puede hablarse de sistemas de
memoria implícitos y explícitos aunque es frecuente encontrar en la
literatura esta mención a los sistemas. Los términos explícito e implícito
son conceptos descriptivos que se refieren a las diferentes formas en que
una memoria puede expresarse (Schacter y Tulving, 1994).
Diferentes propuestas tratan de explicar la ejecución de las tareas
implícitas: el sistema PRS de representación perceptiva y el sistema QM o
de cuasimemoria sin huella.
Schacter (1992, 1994) propone un sistema de representación
perceptiva (PRS) responsable de los efectos de facilitación en el acceso a la
información almacenada en la memoria, que se darían en la recuperación
implícita. El sistema PRS actuaría independientemente del sistema de
memoria episódico o declarativo y sería el encargado de procesar y
representar la información sobre formas y estructuras dejando de lado
significados y otras propiedades asociativas de palabras y objetos.
Por otro lado, Hayman y Tulving (1989 a y b) sugieren que los
efectos de facilitación se producirían por la mediación de otro sistema de
memoria que denominan cuasimemoria sin huella (QM), de propiedades
también muy diferentes a las del sistema de memoria episódico. En este
sistema QM cuando se produce una presentación sensorial el aprendizaje
ocurre por cambios en los procedimientos que operan con los estímulos, y
no por el establecimiento de huellas que representen los estímulos
originales necesarios para la recuperación consciente. Los cambios en el
sistema QM incrementan la probabilidad o rapidez de respuesta ante un
determinado estímulo, pero no suponen el conocimiento de que un estímulo
se haya presentado en un momento dado.
Procesos de recuperación
Como señalamos al inicio del capítulo, para resolver tareas de
memoria se pueden emplear dos tipos de procesos: a) la activación de una
representación mental que facilita la accesibilidad de la información
almacenada, y b) la elaboración que establece relaciones entre los
diferentes componentes mentales de los contenidos e incrementa su
probabilidad de recuperación (Graf y Mandler, 1984). Es decir, la mayor
parte de las tareas de memoria podrían ejecutarse mediante procesos
automáticos o controlados, asociados a distintos niveles de conciencia, pero
de idénticos resultados si medimos su efectividad únicamente en términos
de exactitud. Así ocurre tanto con tareas de recuerdo como con tareas de
reconocimiento.

Reconocimiento
En el reconocimiento de personas las experiencias de memoria
darían lugar a dos formas diferentes de realizar la tarea de identificación:
por familiaridad (me suena esa cara) o por identificación (justo esa es la
persona que el viernes de la semana anterior, en el garaje, me robó la
cartera). La primera implica un camino directo que no precisa de
procesamiento consciente, mientras que la identificación es indirecta y
requiere de un proceso de elaboración  consciente (Mandler, 1980).
En la misma dirección, Jacoby y Dallas (1981) proponen dos tipos de
reconocimiento, reconocimiento perceptivo y memoria de reconocimiento.
El reconocimiento perceptivo se lleva a cabo mediante juicios de
familiaridad, teniendo en cuenta información física; mientras que la
memoria de reconocimiento coincide con el reconocimiento por
identificación como resultado de procesos de elaboración planteado por
Mandler (1980), mediante procesos de toma de decisión que implican la
recuperación del contexto en que se codificó la información.
Los procesos que se llevan a cabo cuando el sujeto necesita recuperar
el contexto para responder de forma analítica a las tareas (procesos de toma
de decisión) son conscientes y controlados. La característica principal de la
recuperación controlada es la elaboración (Baddeley, 1982; Jones, 1982;
Mandler, 1980). Se trata de una recuperación costosa, analítica, que incluye
varios procesos como la generación de candidatos y su reconocimiento
(Anderson y Bower, 1972), o la integración contexto-
información perceptiva y subsiguiente ecforía (Tulving, 1983). El
procesamiento controlado se encuentra guiado por el contexto. Según
Anderson y Bower la búsqueda no se realiza al azar sino que el contexto la
delimita. Los indicios de recuperación serán claves que permitirán que la
recuperación se complete satisfactoriamente. Sin ellos los procesos de
búsqueda pueden dar como resultado la recuperación de información
errónea debido a la multitud de representaciones que pueden existir en el
sistema, tantas como significados tengan los estímulos (Anderson y Bower,
1974; Tulving y Thomson, 1973).
Los procesos basados en la fluidez perceptiva son automáticos y se
producen normalmente cuando se realizan reconocimientos
por adivinación. La facilitación que se produce en una tarea indirecta de
memoria no necesita ir acompañada por ningún tipo de intención de
recordar o conciencia de hacerlo, mientras que la ejecución de una tarea
directa de memoria requiere que los sujetos recuperen intencionalmente un
episodio pasado (Jacoby, 1991, 1994).
Jacoby y Dallas (1981) relacionan su distinción con la propuesta de
Tulving (1972) que distingue entre memoria episódica y memoria
semántica. El reconocimiento por identificación es una tarea de memoria
episódica, ya que depende de que se haya formado una huella episódica;
mientras que el reconocimiento perceptivo es una tarea de memoria
semántica que depende solamente del nivel de activación de la
representación semántica del ítem evaluado. Este hecho explica por qué
variables como el nivel de procesamiento afectan al reconocimiento por
identificación y no al reconocimiento perceptivo, puesto que el nivel de
procesamiento influye en la probabilidad de que se forme una huella
episódica. En esta dirección, Jacoby (1982) señala que el escaso
rendimiento en tareas de reconocimiento que presentan los sujetos
amnésicos se explica porque no son capaces de utilizar espontáneamente
procesos de elaboración durante la fase de estudio de la información y
tienden a basarse en una identificación perceptiva para resolver las tareas
de reconocimiento.
En la recuperación de información semántica el sujeto no es
consciente del contexto en que se adquirió ese conocimiento. Sin embargo,
una de las características principales de la memoria episódica es
precisamente que el sujeto es consciente de estar recordando una
experiencia previa (Tulving, 1983). En el primer caso se habla
de experiencia de conocimiento y en el segundo caso de experiencia de
recuerdo. De esta forma, el reconocimiento perceptivo (tarea de memoria
semántica) no requiere que el sujeto sea consciente de que está recuperando
para que aparezcan efectos del estudio previo.

Recuerdo
En el recuerdo ocurre algo similar al reconocimiento. El recuerdo
incidental autobiográfico es una experiencia relativamente común, que
frecuentemente se produce en situaciones en las que algo de pronto evoca
el recuerdo de un suceso vivido previamente (Berntsen y Hall, 2004). Sin
embargo, en otras ocasiones el recuerdo se hace accesible sólo depués de
un costoso proceso de recuperación. Así, podemos diferenciar
entre recuerdo intencional y recuerdo incidental.
El acceso directo a la huella de memoria tiene un alto componente de
procesamiento automático (Jones, 1982, 1987). Mientras que el acceso
indirecto implica la búsqueda y generación de la información, y procesos
de toma de decisión acerca del origen de los recuerdos, cercanos a las
tareas de resolución de problemas y en los que están implicados procesos
controlados. Según Jones, la recuperación que implica procesos
automáticos se explicaría mediante el principio de codificación específica
(Tulving y Thomson, 1973) mientras que la recuperación indirecta se
explicaría mediante los modelos de generación-reconocimiento (Anderson
y Bower, 1973). La ruta directa (más automática) tiene en común con el
principio de codificación específica que el grado de solapamiento entre la
información que proporciona la recuperación y la información de la huella
de memoria es lo que permite que el acto de recuperación sea un éxito o un
fracaso. Sin embargo, la ruta indirecta, a través de toda la red, implica
esfuerzo y gasto de recursos cognitivos y sería similar al proceso de
generación de candidatos en los modelos de generación-reconocimiento
(Jones, 1987).
En este sentido, Baddeley (1982, 1990) distingue entre dos tipos de
recuerdo: recuperación y evocación automáticade la información.
La recuperación hace referencia a un proceso activo que incluye la
búsqueda mediante indicios de recuperación, la evaluación de los
candidatos y la construcción sistemática de la representación de una
experiencia pasada que pueda ser aceptable. La elaboración y el nivel de
procesamiento afectan de forma importante a este tipo de recuperación.
La evocación automática por la vía directa de la accesibilidad que
producen los indicios se explica según Baddeley mediante el principio de
codificación específica (Tulving y Thomson, 1973), como también propone
Jones (1982).
Pero además, determinados tipos de información podrían ser más
propensos a procesarse de forma automática. Mientras que otros requieren
de procesos inferenciales para poder ser recuperados.

Procesamiento automático de detalles


A finales de los años setenta, Hasher y Zacks (1979) analizaron
algunos aspectos de la información que, para ser codificados, requieren
recursos atencionales mínimos, y que denominan automáticos. Estas
operaciones automáticas de la memoria funcionan a un nivel constante bajo
circunstancias muy diversas que implican grados distintos de recursos
disponibles y no se benefician de la práctica. Estos procesos automáticos
procesan información de los sucesos como su frecuencia de ocurrencia, su
localización espacial y temporal, y el etiquetado. Más adelante, Hasher y
Zacks (1984) confirman estos resultados respecto a la frecuencia de
ocurrencia de un suceso. No obstante, estos datos han sido refutados en
experimentos llevados a cabo por otros investigadores que con medidas
diferentes de memoria han mostrando que la frecuencia de ocurrencia es
sensible a variables como la intención, las tareas de atención dividida o a
las estrategias de codificación que afectan a los niveles de procesamiento
(Greene, 1984, 1986; Naveh-Benjamin y Jonides, 1986); de igual forma, se
han encontrado evidencias opuestas a la automaticidad del procesamiento
de aspectos como la localización espacial (Naveh-Benjamin, 1987, 1988) y
la información de orden temporal (Naveh-Benjamin, 1990, Troyer y Craik,
2000). Sin embargo, Ellis (1990) encontró, con una tarea distinta a la
utilizada por Naveh-Benjamin, que la codificación espacial cumplía con los
criterios de automaticidad.
Una explicación a la contradicción entre los datos obtenidos por unos
y otros experimentadores se encuentra en los trabajos de Bargh (1982,
1988; Bargh y Pietromonaco, 1982), que teniendo en cuenta las propuestas
de Hasher y Zacks (1979), muestran que algunos aspectos relacionados con
información relevante para el sujeto y relativos a la percepción social y a la
interpretación de situaciones se procesan de forma automática. Algunos
aspectos del suceso pueden ser procesados automáticamente siempre y
cuando tengan relevancia para el sujeto respecto a unas metas específicas
(Bargh, 1988) o se vean afectados por constructos crónicamente accesibles
(Bargh y Pietromonaco, 1982; Diges, 1995) que facilitarán su
procesamiento incrementando la automaticidad de codificación para poder
dirigir los recursos disponibles a la codificación consciente de otro tipo de
información del suceso.
Así pues, podemos afirmar que no todo tipo de detalles se procesan de la
misma forma, lo que condiciona su recuperación. 
1. CONCEPTO DE MEMORIA EPISÓDICA La memoria episódica (Tulving), se usa para codificar
experiencias personales y la recuperación consciente de eventos y episodios de nuestro
pasado que han ocurrido en un momento temporal determinado. Propiedades distintivas de
la memoria episódica: - Tiene un carácter temporal, el hecho lo localizamos en el pasado, ya
sea con precisión o de forma vaga. (El hecho ocurrió ayer, hace dos años…) - Existe
información espacial y perceptiva. Recordamos en qué lugar del espacio ocurrió el hecho, que
aspecto, forma o color tenía. - Funciona a nivel consciente (la persona es consciente de haber
vivido el hecho en primera persona), y la recuperación es explícita y voluntaria. 2. PROCESOS
DE CODIFICACIÓN EN LA MEMORIA EPISÓDICA Cuatro ideas básicas: 1. Por codificación se
entiende la forma en que la información se representa en la memoria. En la memoria
episódica funcionan 4 códigos: visual, acústico, semántico y las acciones motoras. 2. La
función de la memoria episódica, es la de permitir que nos beneficiemos de aprendizajes y
experiencias pasadas y que seamos capaces de adquirir nuevos conocimientos de manera
permanente. 3. Desde el punto de vista evolutivo, la memoria episódica se desarrolla tarde
en la niñez, llega a su punto más elevado en la edad adulta y se deteriora paulatinamente en
la vejez. Eso se debe, probablemente a que sea un tipo de memoria único de los seres
humanos que está orientada al pasado, por lo que es más vulnerable al deterioro neurológico
que otros tipos de memoria. La conciencia autonoética: El viaje al pasado, permite que
recordemos lo que pensamos antes sobre nuestras experiencias, y que pensemos sobre las
posibles experiencias futuras. 4. Las bases neurales de este tipo de memoria están formados
por una red distribuida de regiones cerebrales corticales y subcorticales que se solapan y que
se extienden. Juegan un papel importante: el hipocampo, el lóbulo temporal medio, y los
lóbulos frontales. A más procesamiento mejor recuperación Cuánto más tiempo estamos en
contacto con un tipo de información, mejor la recordamos. Aprender requiere esfuerzo y
tiempo, y no todos los modos de aprendizaje son iguales: Efecto del tiempo de exposición del
material: Cuánto más largo sea el tiempo de exposición, tanto el recuerdo como el
reconocimiento serán mejores. Los efectos del tiempo de presentación del estímulo
dependen del tipo de material, y de la modalidad de presentación. (Ejemplo: si los estímulos:
son bidimensionales/tridimensionales, o si se presentan visualmente/hapticamente). La
práctica distribuida es mejor que la práctica masiva: Desde los tiempos de Ebbinghaus, se
sabe que la práctica distribuida en el tiempo es mejor que la concentración en una sola
sesión. Ej. Si estudiamos un tema en varios días, aprenderemos mejor que si estudiamos todo
el tema en 4 horas del mismo día. . Beddeley y Longman, lo volvieron a confirmar. Como
siempre nos lo pintan bonito y al final: No debe preferirse este tipo de aprendizaje, ya que a
veces exige mucho tiempo. Una regla útil: “aprender un poco cada día”. Hipótesis para
intentar explicar el efecto del número y la distribución de las presentaciones sobre la
retención del mismo: Psicología de la memoria
CAPITULO 4: LA MEMORIA EPISÓDICA 2 / 6 - Hipótesis del tiempo total: Según esta la
retención estaría en función del tiempo total dedicado al procesamiento de la información.
Esta hipótesis no fue confirmada. - Efecto del espaciado sobre la memoria: cuánto más largo
sea el espacio entre las presentaciones mejor será el recuerdo. Este efecto se ha explicado de
dos formas. 1. La falta de atención, debido probablemente a la habituación (nos habituamos
y dejamos de atender). Esto produciría peor recuerdo. 2. Suponer que cuando la repetición
de un estímulo se hace más espaciada en el tiempo, codificamos más informaciones
diferentes. Según la hipótesis de la variabilidad de la codificación, esta se hace más variada y
como cada elemento contenido en la memoria puede utilizarse a la hora de recordar la
información almacenada, existen más posibilidades de localizar y recuperar la información
retenida. Elaboración, profundidad de procesamiento y sus límites Craik y Lockhart,
representaron el enfoque sobre los niveles de procesamiento de la información como
alternativa a los modelos estructurales de la memoria, venían a decir que era necesario
estudiar el modo de procesamiento de la información que producía mejor retención. Estos
investigadores seguían manteniendo la existencia de una MCP y una MLP: Repetición: La
repetición del material a retener prolonga su duración en la memoria y extiende su tiempo de
presentación. Lo que es lo mismo: cuánto más largo sea el tiempo de procesamiento del
material a retener, mejor será su codificación en la memoria permanente. Craik y Lockhart
distinguieron dos tipos de repetición: 1. Repetición de mantenimiento: No asegura la
transferencia de la información a la MLP. Repetir una palabra con letra “x”, hasta que
aparezca otra que empiece con la misma letra “x”… y así sucesivamente. 2. Repetición
elaborativa: Favorece el paso de la información a la MLP puesto que mediante este tipo de
repetición, el material se organiza en la memoria con el fin de adaptarlo y compararlo con el
material ya existente. Craik y Watkins, realizaron un experimento, y demostraron que el
tiempo dedicado a la repetición de mantenimiento no influyó en el mejor o peor recuerdo
posterior de las palabras. Tipo de procesamiento: Aunque la propuesta de Craik y Lockhart ha
recibido críticas, recoge dos principios importantes: 1. El aprendizaje semántico (realizado a
un nivel más profundo), produce más aprendizaje y mejor recuerdo. 2. La repetición activa
del material a retener, permite el mantenimiento activo de la información durante un cierto
tiempo y hace posible la integración del material nuevo con otro ya existente. Según Craik y
Lockhart, la información que se codifica superficialmente (atendiendo a caracterí

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